11/9/15

“LA DESCONOCIDA EXPERIENCIA ARGENTINA EN EL GOLFO PERSICO”


Portaaviones USS ”Midway”



VETERANOS DE AYER


Una mirada en tercera persona por uno de los protagonistas de la primera línea

Cuando se ha hablado de la participación de la Argentina en el Golfo Pérsico, solo se conoce la parte más grandilocuente o si se quiere, la versión de los altos jefes y de los responsables políticos de entonces.

Pero en lo que hizo específicamente en la labor diaria de sus tripulantes, ni siquiera sus propios Comandantes en Jefe, sus camaradas de otras unidades o los nuevos reclutas que vinieron generacionalmente a posterior, se enteraron de las vicisitudes que rodearon a toda la “Operación Alfil 1”, elogiada tanto por altos mandos oficiales como de suboficiales de otras armadas.

En este sentido, no hemos sabido de casos de equipos como el del “Alfil 1” hubieran recibido el reconocimiento institucional acorde a la altura de la misión que desarrollaron. Por alguna extraña situación, hoy por hoy se han venido levantando los velos de la historia, quizá por un hastío de muchos sectores de veteranos en EEUU, que abandonados por su gobierno, se han plegado activamente luchar por evitar que sus conciudadanos se vean nuevamente involucrados en guerras tan terribles como injustificadas.

El caso del helicopterista naval Chuck P. Bennet, quien era un veterano piloto sirviendo en a bordo del USS “Saratoga” y con pase al portaaviones USS ”Midway” , refiere a una de esas crónicas siempre hay que escucharlas de afuera para saber que han ocurrido. Según él y sus compañeros del escuadrón “Alfa” de rescate y reconocimiento, creían que no tenían competencia y mucho menos muy buenos antecedentes sobre algunos de los good guys que participarían en las operaciones.

Para su sorpresa y la de sus compañeros, en el grupo de tareas estaban los “argentinos”, de los cuales recuerda entre sonrisas “no nos inspiraban mucha confianza”, según continuó comentando, “sabíamos que tenían una larga historia de anormalidades en su país y que ahora estaban con un tipo –Menem- que hacía todo lo posible por parecerse al nuestro”, recordando también la mala fama que aquellos se habían ganado en la comunidad internacional cuando tras conocer que trabajarían en conjunto, algunos mal pensados cuando se hallaban reunidos en la sala de mapas, susurraron burlonamente “Argentine, We do not have cassette players”, lo que no agrado a nuestros oficiales que nos advirtieron de no salirnos del cuadro y ser profesionales.
Chuck voló en operaciones de vigilancia y rescate durante toda la operación “Escudo del Desierto” y tras el comienzo de las hostilidades participó en el frente de la primera línea con vuelos sobre las costas de Kuwait y la Península de Fao donde se salvo de caer fatalmente al mar tras ser alcanzado por una andanada de fuego antiaéreo. Recuerda que pudo salvarse por haber aprendido a valorar en su justa medida a quienes –como a sus enemigos- los había subestimado, mediante prejuicios basados en supuestos y charlatanerías que no tenían nada de reales.

Continua su crónica, diciendo “Fue cuando a mediados del mes de diciembre de 1990 estábamos operando con los buques argentinos recibimos la orden de trasladar a un observador del “Midway” y a su vez, recoger a un oficial del buque que lideraba su maniobras (Foto: Cubierta del Alte Brown). Para mi volar un C-47 “Chinook” era como estacionar un automóvil, aunque es un aparato bastante complicado de maniobrar, incluso en un portaaviones. Cuando surgió un problema hidráulico en mi aparato, se me asigno un “Sikorsky” hasta que lo repararan”. Según comentaba cuando le preguntaron sobre como evaluaba a los diferentes efectivos que sirvieron en aquel teatro, dijo “he conocido camaradas de todos los países y cada uno de ellos tiene talentos que pueden despertar admiración o hasta incluso, un poco de envidia. En el caso de los argentinos debo decir que la capacidad de reutilizar e improvisar sobre la marcha es envidiable”.

Sigue relatando Chuck como llego a conocer a los argentinos en las operaciones que compartieron con la escolta a un convoy de naves que debía llegar a salvo a la base naval en Bahrein. De este modo recuerda “Estábamos bajo una presión muy grande. Todos aparentábamos estar controlados pero lo cierto era que con cada día que pasaba, los efectos de los nervios comenzaban a hacer estragos y cada vez más estaban siendo más evidentes. En esos momentos estaba volando el “SH-60B Sikorsky” con el cual realice vigilancias, vuelos de rescate e interdicción, podíamos ver a estos tipos como con muy pocos implementos y gran ingenio ponían a volar verdaderos esos “carcachos” –en referencia a los Aluette III- que parecían una pecera con una pipeta de rotor”, comentó con asombro. “Por aquel entonces –siguió comentando- nos habían reportado que debíamos prestar atención a posibles siembras de minas chinas “EM-52” y “LUGM-145” con carga adicional de gas de Cloro (CL2), que además de reposar en el fondo y con una espoleta de retardo, emergía para impactar sobre un buque que pasase por encima o incluso, que operaran hombres rana para colocar minas tipo “MILA” adhesivas a los cascos de los buques”.

Según algunos informes de la inteligencia de la marina estadounidense, se habían planteado como uno de las amenazas más difíciles de erradicar serían las minas que subsistían desde la guerra con Irán, las que plantaban los iraquíes y las incursiones tácticas de hombres rana.


Para Chuck el volar en aquellos aparatos era “un boleto para el infierno”. Para éste veterano de los viejos “Huey”, acostumbrado a que su aparato pudiera absorber los disparos que lanzan los chicos malos bad guys y lograr llegar a casa, no podía concebir que éstos muchachos tuvieran los cojones para exponerse sin ninguna protección a la vista y que, ante la envergadura de lo que podía desatarse de un momento a otro, con una simple ráfaga de fusil automático lo atravesaría por cualquier flanco”, remarcaba en su comentario.

Para este veterano piloto, ver como con lo justo y con tan precarios aparatos los “argie” llevaban adelante sus operaciones de vuelo “durante horas” para tratar de que no se colaran posibles comandos enemigos para plantar minas o sabotear las instalaciones portuarias, era algo tan encomiable como peligroso. Según Chuck, su helicóptero y los demás embarcados estaban previstos para un sellado de emergencia en caso de verse involucrados en una nube química producto de un ataque. En algún momento dijo “dudó mucho que esos aparatos tuvieran una protección similar, eso revelaba ignorancia o mucho coraje, aunque creo que nadie les ha dicho toda la verdad”. Esta miscelánea fue hallada en una libreta de vuelo que “Chuck” dejó abandonada en una taquilla y rescatada tras su fallecimiento en 1998.

Más allá de estas inéditas anécdotas y que seguramente no son las únicas, los informes oficiales presentados tras la culminación de las hostilidades por los evaluadores del Departamento de la Marina de los Estados Unidos y del Pentágono, mostraron una muy buen impresión en las labores que ambas dotaciones habían desarrollado tanto en la etapa de custodia para la defensa de Arabia Saudita denominada “Escudo del Desierto” como en las “invalorables tareas de interdicción y aseguramiento de la línea de abastecimiento durante toda la etapa de las operaciones de “Tormenta del Desierto”, que fueron atendidas no solo por los estadounidenses sino también por la “Real Marina británica”.

10/9/15

“ARGENTINA ALIADA DE CHINA…¿O CONVIDADO DE PIEDRA?


Dilucidando la ausencia de la potencia Argentina en Beijin

Hace una semana más precisamente el 2 de septiembre, en Beijin se celebró el 70 aniversario de la finalización de la II guerra mundial y la victoria de China sobre Japón.

En ese marco, el gobierno chino aprovecho para poner en exposición, sus avances en el campo militar y su continuo trabajo por mejorar sus FFAA en un contexto político, diplomático y militar muy complejo que ha venido viéndose potenciado con los extraños eventos en Taijin y las maniobras militares realizadas con su aliado Rusia.

Es posible que éste imponente desfile haya sido dedicado a los aliados de la OTAN que siguen en el camino de tratar ingresar al extremos asiático para tratar de implementar sus políticas desestabilizadoras, cooptando pequeñas repúblicas satélite de estos grandes socios comerciales, económicos y militares con el fin último de sembrar la misma dinámica desestabilizadora que se ha venido viendo en el Medio Oriente.

No cabe dudas de que en esta fiesta popular, solo estaban invitados los más comprometidos y consecuentes gobiernos amigos de China y Rusia, decididos a toda costa, a desandar el camino de la multipolaridad en las relaciones que va contra corriente de las aspiraciones de Washington, Londres y Bruselas. Esto último claro, se trata de una empresa muy peligrosa.

De esta manera, los socios del BRICS, países árabes como Egipto e islámicos como Irán y Pakistán, se dieron cita para dar honores al gobierno de primer ministro Xi, quien acompañado de treinta líderes mundiales, no dejo pasar la oportunidad para recordar que el pueblo chino es amante de la paz y en ese sentido, se hace necesario sacrificarse para prevenir lo peor en aras de la libertad.

El desfile del 70 aniversario de la “Victoria” no estuvo escaso de demostración de poder. En el acostumbrado e imponente marco de la sincronizada marcha a paso redoblado de las diversas unidades de las tropas chinas, se vieron los nuevos desarrollos en la infantería mecanizada con tanques pesados de última generación, la presentación de los Drones de reconocimiento y ataque y quizá uno de los puntos más interesantes de esta parada, fue la variada maquinaria de sistemas de defensa antiaérea que solo puede rivalizar con la de su vecino –y actual socio- ruso.

Aquellos sistemas de alta tecnología misilistica, que se componen de vectores guiados contra blancos multiples operados con sofisticados sistemas móviles de guía y contra-guerra electrónica que en el caso hipotético de una agresión de aviones de la OTAN, podría llegar a causar estragos en su intento.

Acompañando el desfile de esta imponente maquinaria militar amarilla, estuvieron las delegaciones militares de los países amigos e invitados a formar parte de este cortejo popular, que como el caso de Venezuela, participó con un pequeño grupo e diez granaderos que eran saludados desde el palco para estadistas por un entusiasta Nicolás Maduro. Pero, algunos mal pensados comenzaron a ver por todas partes sin lograr hallar a “Cristina”, que no podía estar ausente como digna representante de la “potencialidad” de una Argentina aliada a China.

Algunos viejos jefes de lo que fue “ERP” y “Montoneros”, expectantes frente a las pantallas de RT, buscaban infructosamente a la “comandante Cristina”, que por su acreditada lucha setentista, debería estar en la primera línea del palco de honor. La desafiante mandataria “anti buitres”, el ejemplo para los revolucionarios del mundo como los Tsypras, Merkel o Zapatero…no puede faltar, se dijeron entre sí mientras tomaban unos mates.

Está claro, que el dialogo de arriba es una mera parodia para dejar en claro, que el gobierno argentino no solo no estuvo invitado a esta magnánima ceremonia, sino que, aunque lo hubiera sido, no tiene tropas ni siquiera para que desfilen. La Aviación militar puede asegurarse como inoperante, su Armada inexistente y sus fuerzas terrestres más desnudas que nunca. Algunos mal pensados dejaron entrever, que Argentina podría participar en esta parada con alguna de sus unidades blindadas de “última generación”, como el “Polaris” que da garantía a sus tripulantes, de una muerte rápida y al aire libre.

Así de seria y cierta está la situación de la Argentina, que con un gobierno que pretende jugar en el tablero de la alta política geoestratégica mundial, mantiene una política infantil y claramente contraproducente para el país. En el estado actual de indefensión crónica de la Argentina, una sociedad con una potencia y portentosa como China, en la cual la desigualdad es patente no puede existir sociedad. Y quede claro, la culpa no es de China que trata con una Argentina escuálida y sin protección que por efecto de su colosal poder y fuerza, puede llegar a perecer por un involuntario pisotón del gigante asiático. 

6/9/15

“EL OCULTADO INCIDENTE DEL USS MIDWAY”



VETERANOS DE AYER



DESCLASIFICANDO LA HISTORIA DE LA GUERRA DEL GOLFO

Como habíamos comentado en otros artículos, lo que se documento en el Teatro de Operaciones de Kuwait en donde se desplego la llamada “Tormenta del Desierto” está muy lejos de reflejar lo que realmente sucedió allí. A las fuerzas de tareas que cumplían con sus funciones asignadas cada una en sus diversas actividades dentro las planificaciones de combate, había una red de información y control de la misma, que no permitía que “inconveniencias” y datos sensibles a juicio del Alto Comando del CENTCOM se filtraran y pasaran al conocimiento público.

Sin dudas de que uno de estos episodios, uno más de la larga lista de los ocurridos en el ámbito de las aparentes y calmadas aguas del Golfo, fue el incidente que se cobro la vida de seis tripulantes de la nave insignia, el portaaviones USS “Midaway”. Para las fuentes oficiales el hecho nunca existió ya que, tras encubrirlo con la consabida y omnipresente CENSURA se borraron todas las evidencias de aquel duro golpe al orgullo estadounidense.

Desde el portaaviones USS “Midaway” se lanzó el primer raid aéreo con los escuadrones de aviones A-6 “Intruder” que tendrían como primer propósito, degradar la capacidad de respuesta aérea de los iraquíes, especialmente atacando blancos estratégicos como sus bases aéreas en Al Sahibah y AL Zubair al oeste de Basora.

Para quienes no estaban al tanto de la situación geopolítica de entonces –y que en realidad no ha cambiado hoy día- parte de la flota que prestaba apoyo de combate a las fuerzas aéreas y terrestres que operaban desde tierra, se situó arriesgadamente cerca de las aguas territoriales de la República Islámica de Irán que se mantuvo neutral en el conflicto. Esto último, no significaba que los iraníes permitirían, por las excusas que fuesen, que los estadounidenses o sus aliados violaran tanto su espacio aéreo como marítimo.

Es más y según documentos de inteligencia de la época reflejan que en tanto las naves se iban desplegando en sus áreas de acción, las fuerzas armadas iraníes y sus temibles unidades “Al Quds” se parapetaron discretamente en las zonas costeras y fronterizas con Kuwait. Reportes clasificados de inteligencia alertaron a los altos mandos que los iraníes habían desplegado varios sistemas de misiles “CSS-8” y “Noor”, que eran algo así como la variante iraní de los misiles chinos superficie-superficie, algo que fue tomado en solfa por los expertos de la marina que en alguna charla distendida en uno de los ampulosos café dentro de la base de Daharn llegaron a exclamar con sorna “cuidarnos de esos petardos, vamos! ”.

Pero a pesar de estas risas, los encargados de la inteligencia no se lo tomaron a chiste y fueron bastante alarmistas en cuanto a las precauciones que los militares y en especial los marinos debían tomar.

Detrás de los preparativos de esta campaña hubo mucho trabajo de las agencias de inteligencia que fueron el nexo para negociaciones intensas y acaloradas tras bambalinas para que Washington y Londres obtuvieran de Teherán un “salvoconducto” de que no volverían sus armas contra la flota de la coalición. En aquellos momentos, los más escépticos en confiar en la palabra de los iraníes venía de los militares, especialmente de la Inteligencia Naval y la DIA, que no coincidían con sus colegas –y enconados rivales- de la CIA y la NSA que aseguraban que Teherán no se arriesgaría a meter la pata y que además, se verían beneficiados con la posible remoción de Saddam.

En una entrevista secreta llevada a cabo en Darahn y que tuvo como protagonistas al entonces vicealmirante Stanley Artur a cargo del NAVCENT, el encargado del CENTAF el Teniente General Charles Horner y el Teniente general Walter Boomer a cargo del MARCENT, se trató el problema que representaba operar en el área oriental del Teatro y los altos riegos de volar en los límites de los dominios de Irán. En esa reunión se determino que se estrecharían los vuelos de reconocimiento de las aguas circundantes por si pudieran aparecer sorpresas por la retaguardia. Precisamente en garantía de una seguridad, se estableció que debían mantenerse un despliegue de navíos de combate de las otras armadas que formaron parte de la Coalición.

En ese sentido, el diseño del tren logístico no era caprichoso y además de proteger a los buques de aprovisionamiento de combustible y de transporte de armas, municiones y helicópteros, estaba direccionado a mantenerlo seguro ante un posible ataque por parte de Irán. Incluso los más suspicaces teorizaban sobre la posible cooperación de los iraníes con comandos iraquíes que quisieran causar problemas tras las líneas.

Había que recordar que los peligros no se resumían a las zonas de operaciones próximas a Kuwait, sino también en las vitales rutas de abastecimiento desde Ormuz hasta el norte de las aguas kuwaities, objetivos estratégicos sensibles para los cerebros militares iraquíes.

Para el 20 de enero el USS “Midway” y sus unidades escolta se hallaban al este del frente naval muy cerca de las aguas territoriales iraníes y desde donde se lanzarían operaciones tácticas que supuestamente tomarían por sorpresa a los desprevenidos iraquíes. Los primeros golpes aéreos fueron llevados a cabo a partir de las 0300 hs por los A6-“Intruder” con escolta de F-16 pasando por un corredor supuestamente invisible a los ojos iraquíes.

Tras concretar su misión, el escuadrón regresó sin novedades y con reportes auspiciosos: “La ruta es segura y no hay amenazas en el área”. Muchas veces suele decirse que hay situaciones en las que lo más evidente escapa a los ojos. En este caso paso algo similar. Según los pilotos que iban y llegaban desde sus raids no habían detectado amenazas sobre las costas o en aguas cercanas a Irán. Como no se habían producido novedades o movimientos que pudieran alertar al grupo de tareas, los aviones siguieron saliendo como si no pasara nada alrededor pero; algo se preparaba y sería muy difícil de explicar.

El 14 de febrero en horas del atardecer una patrulla de helicópteros británicos detecta a seis millas al noroeste del grupo de tareas dos “Naval Craft” o Artefactos Naval y un pequeño remolcador que parecían estar alistándose para auxiliar a un buque petrolero que estaba próximo a ingresar en la zona de “Bandar Al Busheir”. En apariencias los pontones tenían unas grúas medianas o pequeñas torres iluminadas con personal civil trabajando sin señales de que hubiesen armas, equipos militares a la vista. Haciendo unas pasadas a baja altura, los pilotos de los helicópteros ven que el remolcador tenía bandera iraní y no vieron nada que les despertara sospechas.

A pesar de aquella presencia y su reporte, fue despreciada por la vigilancia aérea que pronto descubriría de que se trataba aquella situación.

Según un documento de la inteligencia iraquí de entonces con carácter secreto y que fue ventilado recientemente, se transcribe cual era el propósito, el objetivo y el resultado de la misión; según ese memorando se buscaba herir la moral de las fuerzas norteamericanas atacando su buque insignia, el “USS Midway”. En la trascripción del mismo, se informó como un golpe exitoso.

En los hechos, según la versión de este reporte, siendo las 2138hs el comando que ocupaba los artefacto navales, apagaron los focos señalizadores y en momentos que el objetivo se hallaba a cinco millas de la mira (evidentemente visible con lentes NigthScope), por el lado de la aleta de babor, alistaron sus dos cohetes MSS Tipo “Frog” con reformas para el uso naval y aprovechando que se estaban despachando aviones para atacar posiciones en Kuwait e Iraq, dispararon los vectores que dieron de lleno contra una formación de helicópteros estacionados en el lado de babor lo que causo dos deflagraciones dando inicio a un incendio que detuvo las operaciones de catapultaje. El reporte señala que cuatro “yajid” (mártires) perecieron en la operación, dos lograron llegar a tierra iraní.

Si bien no se precisa en el reporte cual fue el motivo de las bajas, sería muy posible que hayan sido abatidos por fuego de las corbetas que se hallaban en las inmediaciones.

La aparente sorpresa del ataque habría radicado en que al ser dos simples cohetes sin ningún tipo de guía electrónica que pudo haber delatado su acercamiento y con una gran cuota de suerte, las defensas anti misiles y antiaéreas del Midway y de las corbetas y fragatas que lo cercaban, no se enteraron de que esos vectores siquiera habían sido disparados. Para cuando se enteraron de ello, estos impactaban en sobre un “Chinook” desatando una cadena de explosiones que afectaron otros tres aparatos que allí estaban estacionados y matando a nueve tripulantes que operaban en cubierta.

El único dato que existe sobre alguna novedad sobre el portaaviones USS “Midway”, fue un reporte de daños por un accidente producido por un tanque de combustible de un A6 que se soltó causando un incendio sobre la cubierta afectando a dos helicópteros, uno de ellos quedando colgado de una de las bandas. Nada sobre bajas o heridos. Esto quedaría definitivamente sepultado cuando se ordenó su conveniente baja del servicio el 11 de abril de 1992.

Varios testigos que estaban operando esa noche desde otras embarcaciones cercanas pudieron oír y ver las explosiones sobre el “Midway” pero como señalaron algunos de ellos –que mantuvieron el anonimato- oficialmente se hizo correr la versión de que había sido un accidente con uno de sus aviones. A pesar de esto, con la aparición de estos documentos saqueados del Ministerio de Inteligencia en Bagdad, los testimonios coinciden con aquel reporte del ISI develando una nueva evidencia del ocultamiento deliberado de la peligrosidad que acechaba a la flota en el Golfo.

De esta manera, los pontones sirvieron de plataforma para albergar cada uno de estos cohetes camuflados como las torres de balizamiento y que mediante algún mecanismo rudimentario para posicionarlos en ellos.

4/9/15

CUESTIONES JURIDICAS SOBRE LA INTERVENCIÓN ARGENTINA EN LA GUERRA DEL GOLFO DE 1991




VETERANOS DE AYER



DISTIGUIENDO CONCEPTOS ENTRE FUERZA DE PAZ Y OPERACIONES BÉLICAS

Por principio de cuentas y hasta el momento, las naciones como entes soberanos siguen existiendo, pese a las aberraciones intervencionistas que hemos venido viendo en estos últimos 25 años.

Esto quiere significar que, las decisiones de estos estados, deberán estar basados en el consenso interno y luego, cuando la legalidad se encuentre debidamente fundada en el encuadramiento de la ley internacional, acceder a colaborar con las decisiones de un ente como la ONU que en el marco de la Carta de Naciones Unidas y de un verdadero debate democrático, dará la legitimidad para una intervención sobre otro estado. Esto último claro, en referencia a las situaciones extremas en las que la necesidad y las previsiones de la ley lo determinen.

Cuando hace veinticinco años atrás, el gobierno del entonces Dr. Carlos Saúl Menem decidió enviar dos barcos de guerra al Golfo, se le dijo a la población que esta misión estaba enmarcada en los mandatos que surgían de las resoluciones de Naciones Unidas y de la obligación de la Argentina que como parte de la comunidad internacional, se encontraba obligada en prestar toda la colaboración necesaria para salvar la crisis que comenzó en aquel 2 de agosto de 1990.

A simple vista y sin ahondar en los verdaderos alcances de las directivas que salieron de la ONU por el incidente entre Iraq y Kuwait, el gobierno argentino tomaba una posición comprometida y hasta riesgosa en aras de cumplir con la ley internacional. Eso a simple vista.
Al detenernos a ver más detalladamente cuáles fueron los fundamentos legales por los cuales el Dr. Menem y sus asesores del ministerio de relaciones exteriores dieron luz verde a la remisión de los buques “ARA Brown” y ARA “Spiro”, podremos comprobar que los alegados compromisos legales internacionales –y por ende obligatorios- no solo no existieron sino que aun más, nunca fueron tales, quedando como únicos elementos sustanciales para la decisión de Menem, un mero interés político y geoestratégico que se basaba en una agenda ambiciosa con pretensiones a las que eran muy difíciles de llegar.

En ese sentido, los arreglos que se hicieron para decidir involucrar a la Armada con dos buques que reunieron más de quinientos hombres, fueron realizados fuera de consultas al Parlamento evidenciando con ello, una clara conducta temeraria de un presidencialismo anquilosado que pudo haber traído funestas consecuencias sobre la vida de los hombres enviados.

Yendo al centro del asunto y analizando la letra fría de la ley, para comenzar debemos saber que la Carta Orgánica de Naciones Unidas tiene rango constitucional siendo más bien, ley de la Nación, atento a su recepción implícita en nuestra legislación por ser nuestro país, parte de la organización internacional creada en 1945. En el caso de la intervención para el mantenimiento y el restablecimiento de la paz (previsto en el Cap. VII) obliga a los estados miembros (Cfr. art. 43), a colaborar con las previsiones que el mismo capítulo determina, previo tratamiento y resolución del Consejo de Seguridad.

Pero en ningún momento el Consejo de Seguridad fue más allá de lo dispuesto por el art. 41 y menos aún, obligo por no haberse emitido resolución para ello, a que los países miembros se prestaran a cooperar en posibles operaciones militares para hacer cumplir con las resoluciones que, cabe recordar SON FACULTATIVAS para todos los estados.

Claramente, las prescripciones que se refieren a la posible formación de una fuerza de paz, no fueron el fundamento para formar la fuerza de Coalición liderada por EEUU. Muy por el contrario, las previsiones de dicho artículo dejan bien en claro cuáles son los requisitos que se deben cumplir para, primeramente, tratar la posibilidad de erigir una “fuerza de paz” que tal como lo define el término, busca consolidar la paz. Lo previsto por el art. 42 de la Carta reza claramente;
Si el Consejo de Seguridad estimare que las medidas de que trata el Artículo 41 pueden ser inadecuadas o han demostrado serlo, podrá ejercer, por medio de fuerzas aéreas, navales o terrestres, la acción que sea necesaria para mantener o restablecer la paz y la seguridad internacionales. Tal acción podrá comprender demostraciones, bloqueos y otras operaciones ejecutadas por fuerzas aéreas, navales o terrestres de Miembros de las Naciones Unidas.

De ello podemos ver que la Argentina no fue requerida para conformar una “fuerza de paz” de la que refiere el artículo 42, sino que, ajena a esta previsión, adhirió a una elaboración militar planificada y coordinada por EEUU y bajo la dirección, comando y control de altos oficiales de las Armadas estadounidenses, británica y francesa. Este punto en especial, fue una de las condiciones que Washington y sus generales del Pentágono impusieron para no compartir el mando de las operaciones con la ONU. Prueba de esto último ha sido que jamás se conformó el llamado “Comité del Estado Mayor” que es un órgano militar contemplado por Naciones Unidas para asesorar al Consejo de Seguridad (Cfr. art. 47)

Otra prueba de lo anterior, es que no existe en los archivos de Naciones Unidas y en lo referente a las misiones en las que se formaron “Fuerzas de paz” hasta la fecha del 19 de enero de 1991, ningún documento sea este, resolución, directiva, sugerencia, dictamen o memorando que indique la conformación de algún Comando de operaciones para fuerzas de paz en Iraq dentro del período comprendido entre el 3 de agosto de 1990 hasta abril de 1991. En todo ese lapso de tiempo no existió intervención operacional de tropas de cascos azules ni auxiliares con funciones de observador.

Ha quedado claro y las evidencias históricas lo demuestran, la coalición que intervino bajo la denominación “Tormenta del Desierto” en 1991, no fue una fuerza de paz sino que, se trato de una fuerza ofensiva que, ajena al control del Consejo de Seguridad, llevó adelante una campaña bélica que sigue teniendo consecuencias hasta el presente. Haciendo una comparación sobre los alcances en los términos que se vinculan a las previsiones de la ley internacional, vemos que el concepto de “Guerra” nos habla de un choque armado entre dos o más bandos; “Fuerza de paz” parece enunciar la antítesis o al menos, enderazada a mantener la paz. Refiere al no uso de la fuerza, salvo una agresión que conmine a la respuesta razonable y proporcional a la primera.

Y si el concepto no resultase suficientemente gráfico para ilustrar las diferencias, cuando se refiere las fuerzas de paz de la ONU, estás están representadas en cuerpos militares denominados “Cascos azules” quienes visten con uniformes, distintivos y bajo las ordenes de Naciones Unidas. Como puede verse, en el caso de la crisis y la guerra del golfo, no hubo despliegue de este tipo de fuerza.

El marco general de lo que fue esa Coalición, puede verse huérfana de legitimidad. A partir de allí podremos ver que la decisión adoptada por la Casa Rosada, también estuvo floja de papeles y los argumentos vertidos para autorizar la intervención en una fuerza que no estaba tutelada ni dirigida por Naciones Unidas, hoy se evidencian tan ambiguos como inexactos.

Tal cual y por lo antecedentes que surgen de la decisión del gobierno argentino, esta no solo no cumplió con los mecanismos legales y constitucionales que el envío de tropas al extranjero requiere sino que además, la misión tuvo como destino el apoyo de hostilidades de gran intensidad. Recordando que las resoluciones 660/90 y 665/90 eran –y en su naturaleza jurídica siguen siendo- de carácter FACULTATIVO y que no representaban como mandatos para acciones militares, las mismas no eran sustento para la decisión.

Recordemos que las tratativas del gobierno de Menem con Washington, estaban en un marco previo de alineamiento automático y que con la repentina explosión de la crisis del golfo, sirvió de oportunidad para subirse al bote de la historia. Según los documentos de la Consejería del Ministerio de Relaciones Exteriores, los argumentos para autorizar la salida de estas tropas se veía bastante complejo ya que era necesaria la supervisión, cuando menos, del Congreso. Sigue diciendo uno de los dictámenes que “resulta abusivo que en el marco del requerimiento formulado en la resolución 665/90 se interprete como obligatorio”, por lo que resultaba abusivo que existiría una autorización tácita del Congreso nacional para la salida de los barcos”.

Una vez que los buques se hallaron en la zona de conflicto, desatada la contienda e involucrados en las operaciones lejos de haberse ordenado su regreso o retirarse a puertos neutrales, por una ley sancionada bajo el impero de las circunstancias entre gallos y medias noches (23.904/91), se comprometió a las dotaciones a plegarse a la contienda apoyando a las fuerzas de la coalición. Esta actividad que, cabe señalar, no estuvo exenta de peligros, es suficientemente sustancial para demostrar la calidad de parte en el conflicto y en el desarrollo de actos de guerra a favor de uno de los bandos.

Analizados estos antecedentes legales y los hechos notorios que representaron la crisis del golfo y que culminaron en un enfrentamiento bélico de alta intensidad, queda claro que de “fuerza de paz” no hubo nada.

3/9/15

CÓMO INFLUIRA EL NUEVO GOBIERNO EN LA GEOPOLÍTICA HEREDADA



Una vista desde EEUU sobre las perspectivas de un gobierno argentino encabezado por Daniel Scioli

Todavía en el presente y a pesar de la variedad de fuentes informativas, se sigue prestando atención a lo que dicen los redactores de los influyentes –y parciales- medios gráficos y televisivos de EEUU, principales y obligadas fuentes de los medios argentinos como Clarín, La Nación y sus diversos desprendimientos comunicacio-empresariales, sin atreverse a salirse del cuadro conservador de lo aquellos informan.

Desde aquellas latitudes se viene generando una mala impresión sobre la política exterior del país, especialmente por los acuerdos que se han celebrado con Venezuela y la firma del memorando de entendimiento con la república Islámica de Irán. Y si a eso le agregamos los acuerdos con China y los tímidos acercamientos a Rusia, con seguridad se puede decir que “no hay paso atrás” para esta política que molesta a Washington.

Uno de los más críticos a las políticas estadounidenses hacia Latinoamérica es Ron Paul. El médico del estado de Texas, no ha escatimado en señalar cuál es el fundamento de EEUU para estar constantemente metido en los asuntos de otros países, en especial en lo relacionado con la región. Paul un individualista humanitario, aboga por relaciones pacificas y nutridas por un entendimiento constructivo para todos.

Como un notable político norteamericano, Ron Paul deja claro que EEUU debe abandonar la mala costumbre de entrometerse en las relaciones de terceros países dictando arbitrariamente que es bueno y que no lo es, sin detenerse a ver si eso le agradaría a Washington que se hiciera con su agenda. Para él, la situación de la deuda argentina es la demostración de los peligros que existen cuando los países ceden su soberanía al FMI.

Desde esta perspectiva, Ron Paul advierte que de no subir un mandatario con una política de auto sustentación y con la construcción de un estado pequeño pero fuerte, Argentina seguirá capturada a las redes financieras que, propiciado por los mensajes y análisis confusos de los tecnócratas nacionales, lo tienen como un desesperado mendicante.

Otra visión estadounidense sobre la Argentina es la del político y economista Lyndon Larouche, quien desde su tribuna intelectual no duda en afirmar que la “Argentina está en la mira del imperio”, haciendo alusión que las políticas de la presidente Cristina Fernández de Kirchner han desatado las iras en los centros de poder y en ese sentido, tanto los llamados “fondos Buitres” (Hold outs) que operan a través del grupo de tareas ATFA, que tiene como financiador al especulador Paul Singer, han articulado una política agresiva que entre otras maniobras por complotar contra Buenos Aires, estuvieron la organización de las conferencias por el mes de noviembre en 2014 de la “NPS Global Foundation” sobre los peligros de la proliferación nuclear a cargo de un criminal de guerra como el ex ministro de Defensa de Anthony Blair, Des Browne, pretendiendo sembrar el miedo a las relaciones que Buenos Aires mantenía con Caracas y Teherán.

Los asistentes a esas charlas más bien tuvieron que haberse espantado con el prontuario del Sr. Browne quien como ministro de Defensa en toda la etapa de la invasión y ocupación de Iraq, fue el responsable político de haber avalado las torturas, vejaciones y asesinatos de prisioneros iraquíes.

Precisamente Larouche en un artículo publicado el 19 de agosto, advierte que el próximo mandatario argentino deberá llegar a un acuerdo de pago con los “buitres” ya que de no hacerlo, se prevé una catástrofe económica para la Argentina. Según él, las órdenes para esto no surgen de Washington o directamente de la Bolsa de Wall Street sino de Londres. La única alternativa para salir de esta horca es que el próximo presidente continúe y profundice la relación con los BRICS, algo que la ATFA tratara de obstaculizar para arrastrar al país a una situación insoportable que la llevara al caos.

Desde esta perspectiva y atento a que los polos de poder en Washington han ungido a un Daniel Scioli, pese a ello, debería seguir el camino tomado por la presidente CFK ya que si se deja engañar por asesores económicos y agentes que responden directamente a la banca y a los intereses que dominan Washington, Argentina puede entrar en el juego de un “caos controlado” por el cual, los niveles de desigualdad se dispararan, abriendo el camino al descontento social que dará lugar a focos de inseguridad, que a su vez justificara el incremento del gasto de seguridad que volverá al país en un estado policial al borde del colapso.

2/9/15

IRAQ: LOS ESTADOUNIDENSES NO PUEDEN CONTROLAR EL AVANCE DE ISIS DENUNCIA UN ALTO OFICIAL CHIITA




FRUSTRADA LA OFENSIVA PARA RETOMAR AL RAMADI

Los norteamericanos por mucho tiempo deberán aceptar que como reza el dicho “nuestro pasado nos condena”; y esto en referencia a su presencia en Iraq y en toda la región en general. No hay un solo lugar –salvo en los dominios de los traidores del Clan kurdo Barzani- de la región que tenga un sentimiento de revancha para con estos depredadores venidos del occidente.

El sentimiento no es unilateral de los sunitas, como muchas veces los medios tendenciosos han sabido acusar y alinear con mucha liviandad, a todos los musulmanes sunitas como parte del llamado “Islamic State”. Para que se vayan enterando, en Iraq, salvo los políticos y personeros que fueron puestos a dedo por las listas elaboradas por las agencias de inteligencia y supervisadas por la entonces secretaria de estado Condolleza Rice (Condy), sean sunitas, chiitas, cristianos y varias facciones kurdas, no tienen un buen recuerdo de los estadounidenses y sus colegas británicos.

Solo basta recordar que en plena ocupación y pese a los esfuerzos de la CIA por comprar a todos los grupos de la resistencia, tanto con dinero como con la participación en las llamadas Sahwarat (Consejos del amanecer), no pudieron detener ni menos aún alivianar los ataques de nuevos grupos que comenzaron a rebelarse al gobierno colaboracionista y corrupto de Al Maliki y Talabani, adalides de las miserias que vive el país desde que fueron puestos por Washington en el poder.
Con la aparición del ISIS en 2014 y que tras las denuncias de varios sectores políticos, tanto en Turquía, Iraq y Siria, sobre su real propósito, EEUU había venido sacando provecho de esto, algo que fue inmediatamente denunciado por los sectores que siempre se han opuesto a la ocupación y al gobierno colaboracionista que los tolero. Es así como, los grupos chiitas de la resistencia en aquellos siniestros momentos, hoy han ganado un importante lugar en las instituciones sociales de un país destrozado.

Desde las tribunas políticas, chiitas y sunitas han denunciado que ISIS es un embuste que estaba actuando a favor de EEUU. Uno de los más decididos oponentes al regreso de los estadounidenses a su suelo es el clérigo Moktadr Al Sadr, líder el “Ejército Mahdi” e inspirador de los grupos de la resistencia “Kataib Hezbolla de Iraq”, letales enemigos de los estadounidenses y británicos, que vieron hasta su último día perder sus potentes tanques y vehículos blindados ante los llamados “Dispositivos Explosivos Improvisados” en las carreteras más protegidas.

Hoy en una muestra de la ceguera y tal vez, una incurable arrogancia, Washington pretendió volver a ponerse en el papel del “salvador” acudiendo con sus tropas de tierra para correr a los chiflados del “Islamic State”. Pero, tal como ya se había advertido y muchos militares estadounidense intuían, los iraquíes y en especial los chiitas de las Brigadas populares del “Hash A Shaabi” no los querían ni en sueño. Según oficiales de la milicia chiita, “los americanos no pueden con el asunto…se ven sobrepasados por las tácticas de Daesh y simplemente huyen”.

A ello, sumado a la desconfianza de los combatientes iraquíes, claramente inspirados por un pasado sangriento, se han detenido los esfuerzos por retomar Al Ramadi dado que, incluso se han registrados agresiones cruzadas entre los milicianos chiitas y los estadounidenses. Muchos comandantes chiitas de varios de los más importantes grupos que no responden precisamente al gobierno del títere “Haidar Al Abadi”, dejaron bien en claro, que no querían y no necesitaban a los estadounidenses ya que ellos, eran parte del problema.

31/8/15

COMPROMETEDORAS REVELACIONES SOBRE EL ALCANCE DE LA CONTAMINACIÓN QUÍMICA Y BIOLOGICA



VETERANOS DE AYER



DESCLASIFICADO: CONSECUENCIAS DE LAS ARMAS NUCLEARES Y BIOLÓGICAS EN EL TOK 1991.


Dentro de los entretelones que rodearon a la llamada “Tormenta del Desierto”, hubieron muchos factores que además de actuar invisibles en medio de la campaña, fueron mantenidos muy bien silenciados luego de ella por dos décadas y media.

Con ese prudencial paso del tiempo y que es necesario para analizar fríamente los hechos que constituyeron esta mega operación militar de finales del siglo XX, el estudio de aquellos factores que en ese entonces fueron considerados como “clasificados o secretos” y sujetos a la censura informativa, hoy se hacen vitales para entender que ha dejado este conflicto para los participes.

Las versiones sobre “posibles usos de armas químicas” por parte de Saddam Hussein contra las tropas de la Coalición nunca quiso ser confirmada por los organismos oficiales estadounidenses ni menos aún sus obsecuentes y dependientes agencias de la ONU. Tal como se menciona, solo han sido parte de especulaciones por medio de las cuales, se ha tratado de desvirtuar semejante posibilidad dado que si Washington acepta esto, vería una presión no solo de sus propios veteranos sino también de los que han estado involucrados en aquella guerra que se extendió lo suficiente como para que cualquier organismo quedara expuesto a los agentes dañinos a la salud.

En investigaciones más cercanas en el tiempo, se han encontrado que a esa versión –de la cual creemos fue real- hubo un gran aporte de los estadounidenses para soltar en el medio ambiente del Golfo un coctel tóxico tan o más venenoso que los químicos que el ejército iraquí les lanzó en al menos sesenta ocasiones –Conforme a documentos de la inteligencia iraquí de la época- tanto sobre las fuerzas terrestres que avanzaban desde Arabia Saudita como sobre las fuerzas navales en las aguas próximas a Kuwait.

En las bodegas de los buques de transporte logístico que entraron al Golfo Pérsico entre 1990 y 1991 se trajeron todo tipo de municiones para aviones, helicópteros, artillería y bombas inteligentes con uranio enriquecido. A pesar de que estos elementos para ese entonces estaban bajo total reserva, no fueron los únicos y más temibles armamentos que se movilizaron al teatro de operaciones. Según fuentes británicas de la época, el Comando de operaciones conjuntas habían considerado la posibilidad de utilizar cabezas nucleares tácticas para lanzar desde aviones B-52 y los misiles crucero navales “Tom Hawk”.

Si bien estas cabezas nucleares no fueron usadas, el volumen de las bombas y municiones con uranio empobrecido utilizado fue tan masiva (320 toneladas de residuos radiados), que el grado de contaminación causado en todo el teatro de operaciones y por el pésimo sistema de descontaminación implementado, fue como si se hubiesen usado tres dispositivos nucleares W88 “Trident”. Para los estrategas de esta operación, el uso indiscriminado de estas municiones en sus tanques, ametralladoras pesadas y bombas guiadas, no tomaron en consideración los efectos secundarios que podrían afectar a sus propios hombres.

De esta manera, un proyectil de artillería de un tanque Abrahms podía desde una distancia de una milla atravesar limpiamente el blindaje de un T-72 de la Guardia Republicana como si fuese manteca. El resultado a la vista era contundente: la tripulación iraquí quedaba reducida a cenizas pero, los incautos que festejaban esa hazaña no se imaginaban que ellos serían afectados por los gases venenosos de esa detonación.

Pese a que no se dejo traslucir al público hubieron varias críticas de varios estrategas militares por el uso indiscriminado de este tipo de municiones radiactivas. La colocación del isotopo 235 en sus cabezas armadas para bombas, misiles y cañones navales multitubo, representaba lo que hoy se conoce como “bombas sucias” dado que, pese a no ser fisionables, son terriblemente contaminantes y muy dañinas para los organismos vivos.

Para los generales y asesores militares a favor del uso masivo de estas municiones, la efectividad de estas sobre el blindaje de los Tanques y portentosos puntos fuertes de los iraquíes, reivindicaba el sacrificio de consecuencias que no estaban probadas a esa época.


 Al mismo tiempo, Informes de sectores opositores a exponer a las tropas a los humos y los gases que soltarían las detonaciones de estos explosivos, argumentaban que una vez detonados dejarían en el aire –y por ende aspirable por las tropas y civiles en la región- microparticulas que pulularían por largo tiempo y por efecto de los vientos, se extenderían por toda la región. Tal como lo refleja la foto del artículo, la población de Iraq se encuentra y lo estará por mucho tiempo, gracias a los efectos acumulativos y dañinos de estos elementos tóxicos.

Estos informes culminaban advirtiendo sobre los efectos y la sintomatología que acusaría un organismo humano invadido por estos elementos. Tal como lo señalaban y por efecto de la oxidación de estas partículas que irían acumulando en los sectores donde habían detonado y trasladándose por el aire, las consecuencias sobre el organismo humano serían degradantes y fatales.

En términos técnicos precisos, la utilización masiva de estas municiones genero las llamadas radiaciones “Alfa” que además de crear una degeneración celular progresiva de los tejidos expuestos, produce una neoproliferación celular atípica. Estas partículas a su vez se dividen en solubles e insolubles ambas invasivas y factores determinantes para la degeneración celular en los órganos blandos como Pulmones, riñón y tejido linfático.

Tras el regreso de las tropas, se comenzaron a denunciar muchos casos de canceres y problemas neuronales que se vinculaban con tumores en la cabeza. El cuadro clínico que vinculaba estos problemas, relacionaban a los pacientes a exposiciones a un ambiente tóxico que les desató problemas respiratorios similares al efisema y/o fibrosis pulmonar, problemas neurológicos con pérdida de la memoria, déficit neuromuscular, estrés postraumático, disfunción hepática y/o renal, inmunodeficiencias, infertilidad, fibromiopatias, malformaciones congénitas, y neoplasias.


El tema fue tapado durante el transcurso de la década de los noventas y cuando se filtraron extraoficialmente datos sobre estos casos, solo fueron tratados como casos aislados más dignos de la ciencia ficción que de estudios científicos. Para 1994 el ex Secretario de defensa William Perry y el Jefe del estado Mayor el general John Shalikavilli, aseveraron que “no había ninguna información, clasificada o no clasificada, que sugiera que se hubieron utilizado armas químicas o biológicas en el Golfo Pérsico”, obviamente confiando que nunca aparecerían piezas informativas –y menos aún de los servicios de inteligencia iraquíes- que darían cuenta de ello.

Los veteranos que regresaron a sus casas, llevaron consigo un recuerdo letal en su sangre y que trasmitirían a sus mujeres mediante el llamado “semen ardiente” las cuales a su vez dieron a luz a hijos con malformaciones físicas y neurológicas que no pudieron ser explicadas por argumentos coherentes.

Por supuesto que esto comenzó a ser un tema de preocupación para Washington pero no para buscar una ayuda a sus veteranos, sino para encubrirlo de manera efectiva y permanente. A tal grado llegó el gobierno por detener o distorsionar lo que estaba ocurriendo, que el Departamento de Defensa (DD) interfirió en los estudios del Centro de Investigación Médica de Uranio (UMRC), amenazando con cortar los fondos para investigaciones y más aún, cesar a los especialistas que trabajaban en dicha institución.

Incluso por el año 1995 se denunciaron casos de adulteración y/o destrucción de las historias médicas de varios veteranos que acudieron a los hospitales militares para que les examinaran de sus dolencias (v. Magazine “Army Times”, del 24 de abril de 1994 publicó una nota sobre la destrucción de historias médicas de marineros enfermos por efectos contraídos en el Golfo Pérsico). Esto se dio en el marco de las investigaciones que por entonces llevó adelante la Capitán de reserva naval Julia Dickman, que al tratar de averiguar las causas de una serie de afecciones que al día de hoy aún la aquejan, recibió fuertes presiones de la Marina estadounidense la cual, le corto la paga. Igualmente, Dyckman gracias a un buen bufete de abogados pudo revertir la situación y poner límites a la arbitrariedad gubernamental.

Según artículos del año 2004, los casos por afecciones relacionadas con agentes contaminantes en el Golfo Pérsico revelaban que los porcentuales de chance para contraer canceres se elevaba a “1000 por ciento”, dejando a la vista una catástrofe sanitaria para EEUU dentro de su población de veteranos y de sus familias.

El tema recobró fuerza en medio de la desastrosa ocupación comenzada en 2003, donde informes médicos independientes y del llamado “Proyecto Censurado” de la Universidad de Sonoma, dejaban en claro que tanto militares como civiles que estaban en Iraq –y obviamente los iraquíes- estaban absorbiendo niveles de radiación y polvo de uranio que traerían consecuencias a mediano plazo.
Estudios realizados en 2007 dieron cuenta la estremecedora cifra de hombres afectados por estos elementos y por las develadas armas químicas que los iraquíes lanzaron en el frente de batalla que ascendía a unos 541.000 veteranos norteamericanos y unos 50.000 británicos. Para la actualidad, los casos se han incrementado. Como bien señalaba, tanto tanquistas como infantes de a pie presentaron las mismas afecciones por las combinaciones tóxicas que habían invadido sus organismos.

Sin dudas de que las cifras más altas son las de las tropas de tierra (sin distinción entre infantes y personal transportado) pero varios expertos no han discriminado a los embarcados y personal de vuelo quienes muy seguramente estuvieron expuestos a las intoxicaciones de este metal..que traerian consecuencia a mediano plazo...

30/8/15

LA PELIGROSA TAREA DE LOS HELICOPTEROS EN EL TOK 1991


VETERANOS DE AYER


La llamada primera guerra del Golfo Pérsico no fue tal sino que más bien, fue el inicio de una guerra que aún continua en nuestros días.

Tras una continuidad en la hostilidad durante trece años mediante un cerco naval y aéreo que sumió al país árabe a uno de los embargos más terribles de la historia del siglo XX, los EEUU y sus aliados buscaron que por el peso de las insoportables circunstancias Iraq se fragmentara. Para cuando ello ya no sirvió para derribar al gobierno de Saddam Hussein se concretó la sangrienta invasión en 2003 que sigue teniendo consecuencias nefastas sobre la región y con perspectivas de ir más allá.

Lo que sucedió en 1991 con la llamada Tormenta del Desierto fue desatar la primera y última gran guerra entre ejércitos nacionales y que no estuvo exenta del uso de las armas más destructivas que el mercado podía ofrecer entonces.

Poco o nada se ha contado de lo que realmente ocurrió en el ojo de la llamada “Tormenta del desierto”. Las órdenes impartidas desde el Pentágono eran claras y de estricto cumplimiento “No se mostraran bajas propias ni del enemigo”; a los ojos de los televidentes estadounidenses que veían desde sus hogares la contienda, debían creer que se trataba de una “guerra limpia y justa” donde las bombas inteligentes y la infalible inteligencia militar, solo asestaban golpes puntuales y “quirúrgicos”. Todo eso, solo fue parte de una novela muy bien relatada por la CNN de P. Arnet pero que con el paso de los años, paso a ser inaceptable.

Mediante esta gran cortina que tapo la realidad de los hechos que se fueron desencadenando en el frente, EEUU y sus aliados se esforzaron por ocultar –entre ellos- las bajas y los daños dentro de sus filas. Una de las áreas que los biógrafos de la historia y las respectivas fuerzas involucradas que se encargaron de silenciar fueron las pérdidas ocurridas sobre helicópteros navales y del ejército norteamericano.

Para los informes oficiales del Comando aliado, las bajas propias y de sus aliados fueron casi nulas. El itinerario final que acusaba oficialmente las bajas y pérdidas resultaban ridícula para muchos expertos estadounidenses. Varias pérdidas de aparatos aéreos fueron acusados a casos de accidentes por mal funcionamiento o por razones climáticas; meros eufemismos para cubrir los incómodas bajas en situación de combate.

Los hechos demostraron que los iraquíes no solo estaban mejor preparados que sus tropas, sino que además sabían manejar los diferentes juguetes que tenían de resabio de la última guerra contra Irán; uno de ellos el misil portátil SA-7.

Los EEUU entre sus fuerzas, remitió al teatro de operaciones unos 700 helicópteros tanto de ataque como de transporte y logística. Los ingleses movilizaron 12 helicópteros en su mayoría correspondientes a la “Real Royal Navy” embarcados en un portaaviones y sus dos fragatas presentes en las aguas del golfo. Para los informes oficiales los EEUU solo perdieron un par de aparatos en su mayoría por desperfectos sin haberse reconocido varios casos en los que la eficacia de las fuerzas iraquíes, fueron literalmente ocultados de la vista de la opinión pública. Los primeros choques de la fuerza aérea de la coalición registrados el 20 de enero de 1991, los reportes oficiales del Comando de la Coalición dieron cuenta de solo diez aviones perdidos en acción sin declarar bajas en sus pilotos, pero el Departamento de información de Iraq daba cuenta de ciento dos aviones derribados y varios pilotos que se habían eyectado habían sido capturados.

Algunos documentos del entonces Ministerio de Inteligencia de Iraq con carácter secreto, revelan que en las primeras setenta y dos horas del lanzamiento de las operaciones de bombardeos sobre Kuwait e Iraq, tan solo en la región de la defensa aérea de la provincia de Bagdad acusaban el derribo de cuarenta y cinco aparatos de la coalición señalando que en los casos identificables a once aviones estadounidenses, tres italianos, dos franceses, dos británicos y el resto se hacían imposible de identificar dado que habían sido despedazados en el aire o los rastros que habían caído a tierra eran fuselaje chamuscado.

En un solo día, los informes sobre la situación de peligro para los aviones de la coalición era muy alta. A pesar de que con el paso de los días se obtuvo una relativa superioridad aérea, las operaciones a baja altura se volvían muy arriesgadas para golpear blancos altamente estratégicos como eran las lanzaderas de SCUD. Algo que los reportes estadounidenses no quisieron explayar fue la alta eficacia de las baterías antiaéreas móviles que cambiaban de lugar en forma constante y con inusitada audacia. En varias ocasiones operaciones tácticas dirigidas a destruir supuestos sistemas de misiles SCUD defendidos por formaciones de baterías antiaéreas de tubos y misiles SAM, terminaron destruyendo meras maquetas inflables que ingeniosamente simulaban ser éste tipo de equipos.

En otras operaciones similares, las misiones aéreas de la coalición terminaron en desastre. Los hechos revelaban que a pesar de que para el mes de febrero la aviación iraquí se había desbandado a Irán, los aviones no podían operar con la impunidad esperada.

El caso de los helicópteros fue quizá el más encubierto de toda la operación. En los medios se presentaban a los “Apache” como los cazadores de tanques, con formidables sistemas de armas y guías inteligentes; sus pilotos podían ver en la noche más cerrada gracias a los más poderosos lentes de visión nocturna que no necesitaban baterías y se alimentaban de la luz de las estrellas. La propaganda ofrecía una visión de triunfalismo que solo fue para los medios.
Además, no solo había este tipo de helicópteros operando. Hubieron otros, que no presentaban el poder de fuego de aquellos ni menos aún la tecnología que disponían los estadounidenses. Pero, a pesar de las características del “Apache” como el cazador de tanques, tuvieron serios problemas ante tácticas ingeniosas y un buen uso de viejos sistemas portátiles antiaéreos.

Según un reporte de inteligencia del IIS fechado 6 de febrero de 1991 que recopilaba informes en Al Samawah al suroeste de Bagdad, en horas nocturnas la inteligencia informaba que una escuadra de unos catorce aparatos enemigos provenientes desde el noroeste avanzaban a baja altura. Los defensores de la localidad tomaron acción para repelerles. Según continua el reporte, los atacantes eran diez “A1-Apache” que escoltaban a cuatro Bell UH-60 “Black Hawk” que tenían como aparente objetivo tomar el complejo eléctrico o asesinar a los comandantes de la Guardia republicana que estaban en una reunión secreta y a la cual asistía el entonces vicepresidente Izzat Ibrahim Al Douri.

Según detalla el reporte, la primera línea defensiva dejo pasar el cortejo y se mantuvo oculto. Cuando llegaron a unas tres millas de las afueras dos unidades de “Fedayin” –guerrilleros de Saddam- abrieron fuego frontal mientras desde dos flancos y mediante un juego de cohetería y ametralladoras hicieron que los atacantes se dispersaran para formar tres grupos mientras que dos de los cuatro aparatos que transportaban tropas, giraran violentamente para regresar por donde habían venido. Al regreso y desde atrás los misiles “SA-7” y fuego concentrado tomaron por sorpresa a los intrusos causando pese a las contramedidas tres aparatos derribados y dos averiados que pudieron escapar rumbo al noroeste en dirección a la frontera con Arabia Saudita. Dos “Apache” y un “Black Hawk” derribados fue el saldo de la incursión. Según señala finalmente el reporte, “solo se recuperaron del aparato más grande tres “US Ranger” seriamente heridos y trasladados para interrogación”. Este hecho no aparece en ninguno de los informes de la Coalición ni se alude a una misión a esa zona. Lo cierto es que testimonios de varios veteranos norteamericanos y británicos pudieron ver en más de una oportunidad en momentos que avanzaban a territorio iraquí, los restos de algunos de sus helicópteros y en algunos casos hasta los restos de cuatro “Chinook” desperdigados junto a equipos, armas y piezas de artillería en unas quinientas yardas a la redonda a unas trescientas millas al oeste de “Ar Rutbah” en la provincia de Al Anbar. Algunas expresiones de aquellos al ver estos paisajes eran “Dios, si en casa vieran esto”.

Según los relatos de varios “vets”, en lugares como ese los desechos del uso de lanzadores manuales del “SA-7 MANPAD” yacían por el suelo. Uno de los relatos de un ex “Seal” que se adentró con sus compañeros hasta Umm Qsar, relato que los efectos de los sistemas antiaéreos que usaban los iraquíes habían sido terribles.

En el frente de Kuwait y sus aguas adyacentes también hubieron días negros para los aparatos navales de la coalición. Para los generales y los encargados de dar la información de las “casualties” –bajas- no hubo más incidentes que algún helicóptero de transporte del tipo “Chinook” o los “UH-60 A” venidos abajo por fallas en sus rotores producto de las tormentas de la fina y dañina arena de la región. Pero los reportes de la inteligencia iraquí y que se plasmaron en documentos del Ministerio de Información, dan cuenta de un episodio ocurrido el 18 de febrero en las inmediaciones de la península de Fao, donde la incursión de dos helicópteros “Sea Linx” británicos que atacaron a una lancha OSA que trataba de llegar a aguas iraníes, no advirtieron que en una de las orillas habían hombres de la Guardia Republicana armados con “Blowpipe” y dos baterías ZU-53 muy bien escamoteadas, que abatieron a los helicópteros sin reportarse sobrevivientes. A pesar de la pésima noticia para los británicos, y tras haber barrido el área con una pasada de aviones Tornado solicitados para eliminar al enemigo, un helicóptero de transporte “WS-61 Sea King” enviado para explorar y rescatar posibles sobrevivientes cayó abatido por un misil portátil tipo SA-7 sin posibilidad de

25/8/15

“ARMAS QUÍMICAS EN EL TOK 1991: LAs PRUEBAS ESCALOFRIANTES”


VETERANOS DE AYER



Documentos y testimonios que revelan que más de 250000 veteranos fueron infectados por elementos químicos y biológicos

En las interminables horas que duraron las operaciones de la operación “Tormenta del Desierto”, la mayoría de los efectivos que estaban involucrados en el Teatro y sin distinción de la fuerza a la que pertenecieran, no se podían sacar de la cabeza si “Saddam usaría sus famosas armas químicas”. La amenaza era real y por ese motivo los estadounidenses y los británicos llevaron sus equipos completos de guerra NQB, que iban desde las máscaras personales con filtros especiales hasta el despliegue de sus unidades móviles de descontaminación que estaban destinadas a lavar los vehículos de combate que aunque presurizados, tenían que ser limpiados antes de que sus tripulaciones salieran de ellos.

Los tanques sauditas y sus tropas contaban con estos sistemas mucho antes de que se desatara este conflicto aunque no en todas sus unidades. Los franceses que tenían su propio comando de operaciones que se denominó “Daguet”, contaba con sus propios protocolos y equipos para este tipo de contingencias.

El caso de los sirios, que pese a ser parte de la coalición –postura muy criticada en el mundo árabe-, el equipamiento que pusieron sobre el terreno se asemejaba al de sus vecinos iraquíes que era de origen soviético.

Los medios de la época, en especial la CNN y la BBC no escatimaron en escenificar un marco apocalíptico por la presencia de estas armas del lado iraquí. Los analistas militares vaticinaban que de usarse los agentes químicos como el “Sarín”, el “Tambún” o el gas “mostaza”, las bajas en el bando aliado llegarían a cifras escalofriantes.

Precisamente y en previsión a esto último, se llevaron a la región unas 160000 bolsas de plástico herméticas. Acudiendo a esos análisis, algunos expertos llegaron a aseverar que la cantidad de bajas en el campo de batalla originaría un serio problema para las tareas de evacuación y depósito de los cadáveres envenenados por lo cual se desplego un protocolo de contingencias que había estado vigente ante la amenaza de un ataque del bloque del este.

Pero, a pesar de lo terrible de estos vaticinios, habían otras amenazas tan o más letales que estos agentes venenosos de origen químico y esos eran, los elementos biológicos de las llamadas armas bacteriológicas. Supuestamente, en el arsenal especial iraquí que había sido surtido por laboratorios europeos unos años antes con el respaldo de Washington, se hallaban agentes biológicos como la “toxina Botulinica” y el “Antrax” como los más conocidos. Estos podían ser lanzados por medio de los vectores SCUD e incluso del tipo FROG-7.

Según los informes de guerra de los Comandos a cargo de las operaciones, los iraquíes no habrían usado ninguna de estas armas por cuestiones metereologicas aunque, como se pudo saber los reportes no dieron conclusiones certeras sino “potenciales”. Algunos representantes de grupos de veteranos estadounidenses han cuestionado esta versión, acudiendo a una simple cuestión ¿Cómo diablos pueden asegurar que no lanzaron sobre nosotros alguna arma pestilente en alguno de los millardos de proyectiles que nos arrojaron desde que nos asomamos allí?

En aquellos momentos, los reportes militares oficiales apoyados por la maquinaria informativa de las cadenas noticiosas, dejaron en claro que sus muchachos (sus tropas) además de salir victoriosos volvían a sus hogares completamente sanos. Pero no tardo mucho para que, comenzaran a producirse graves casos de enfermedades en ex combatientes de las fuerzas que habían servido en aquella campaña.

Muchos de los primeros casos se registraron en efectivos terrestres tales como, infantes de marina, rangers y tropa rasa del ejército. No había distinciones entre rangos o posiciones en el campo de batalla.

Todo ellos comenzaron a sufrir problemas de fatiga crónica, dolor muscular, diarreas, sarpullidos sin causa detectable e incluso problemas psicológicos que complicaron a familias enteras y terceros. El problema fue creciendo durante la década de los noventas y llego a tal magnitud que se le bautizó como el mal o el “síndrome del golfo”.

La situación psicofísica de los veteranos llego a ser tan comprometida que el gobierno en Washington debió tomar intervención y comisionar una investigación para tratar de dilucidar –o para deslindar responsabilidades- lo que estaba causando estas afecciones. Para esto se le encargo a la Corporación RAND dependiente de las Fuerzas Armadas, para llevara adelante una investigación y revisión exhaustiva de los casos que se habían declarado y los que se estaban produciendo al momento del encargo.

Los resultados que arrojaron las investigaciones de la Corporación gubernamental, dieron como posibles causales a: enfermedades infecciosas; Bromuro de Piridostigimina (antídoto contra el Somán); reacciones a las diversas vacunas inyectadas; el humo de los pozos petroleros ardiendo; los efectos residuales del Uranio de las municiones empleadas por sus bombas y aceptando en forma explícita la exposición a armas químicas o biológicas. La situación que puso en evidencia este “Think Tank” militar, no dejaba lugar a dudas de que las fuerzas que se hallaron dentro del radio del Teatro de operaciones (TOK), habían sido afectados en forma directa o indirecta por lo elementos como los señalados.

El grado de afectación al grueso de los casi 700.000 efectivos remitidos al golfo más de un tercio de ellos, es decir unos 250.000 estarían afectados por el efecto de estos agentes. Lo preocupante no solo era este número de efectivos comprometidos sino, que a pesar de haber estado muy bien pertrechados para esa contingencia, se vieron afectados igualmente. Como se advierte y de las mismas cifras que los investigadores gubernamentales han ventilado oficialmente, se trata de una “estimación” que y atendiendo a los intereses políticos que se ven involucrados, tal como lo señalaron agencias extranjeras, las cifras reales pueden ser superiores y con un mayor grado de implicancia.

El escándalo desatado inmediatamente regresadas las tropas del TOK, demuestra que la entidad de las afecciones que comenzaron a ser denunciadas por los veteranos o sus familiares, fue además de preocupante, muy difícil de ocultar. Hoy en día, el estado de la Unión afronta una ola de demandas por esta situación.

Recordemos que uno de los argumentos en los que se basaron los informes del Comando de operaciones USCENTCOM y que fueron reproducidos por los analistas militares y de inteligencia del Pentágono, los iraquíes no habrían podido usar este tipo de armas dado al condicionamiento climático y de la dirección de los vientos para una efectiva acción sobre las tropas aliadas. En ningún momento, se llego a conclusiones expresas que asegurasen que en ningún momento, misiles, bombas o incluso morteros de largo alcance utilizados por el bando enemigo, transportaron material infeccioso o venenoso.

A estas incertidumbres, se agregan las investigaciones independientes de varios grupos de veteranos en los cuales, de sus experiencias y tras haber sido testigos presenciales de las más horribles visiones de lo que realmente había ocurrido allí, aportaron datos inquietantes que fueron censurados por los altos mandos militares, emplazando a los posibles responsables de filtraciones o comentarios sobre lo visto, sanciones de arresto y el inicio de un proceso de “Corte marcial” bajo los cargos de traición y conspiración, suficiente para que cualquiera en aquellos momentos mantuviera la boca cerrada.

Pero a 25 años de aquello y las consecuencias sobre la salud de los que sobrevivieron, los testimonios de muchos veteranos han venido a ser corroborados por documentos que se han filtrado, tanto del gobierno estadounidense como de los archivos saqueados en Bagdad, en donde se describen situaciones que los militares y la entonces administración de George W. Bush había tapado.

De esta manera, mapas, posiciones de vehículos lanzadores de misiles marcados como unidades NBQ iraquíes y el señalamiento de unidades especiales de infantería de Saddam con ojivas de “Sarín” y “Tambún” en la retaguardia del frente kuwaití, son la punta del iceberg de una realidad mucho más tétrica de lo que se ha publicado de aquella guerra. En un reporte que fue volcado por una patrulla que incursionó en territorio kuwaití, tras haber ubicado una unidad de lanzadores de misiles FROG-7 en “Al Wafrah” al oeste de Kuwait que apuntaban al Golfo, al llegar solo encontraron al camión lanzador que había disparado su misil y a cuatro hombres muertos por un ataque aéreo. La curiosidad de ese escenario era que los hombres y los operadores del sistema que habían muerto por las esquirlas de un proyectil, estaban con sus trajes y máscaras M85 de NBQ de origen ruso colocados. Y esos solo fueron una pequeña parte de las evidencias de que los iraquíes se prepararon para moverse en un ambiente contaminado. Los cuestionamientos surgieron casi instantáneamente: ¿Cuántos misiles habían sido disparados desde ese lugar y dónde habrían caído? Según estos testimonios, el calor que hacía a la sombra alcanzaban los 50º C y con elementos venenosos en el aire, el peligro de infección se multiplicaba por mil.

Otra prueba de que la región fue contaminada con agentes tóxicos y biológicos, fue la aparición de miles de casos de cánceres, infecciones y casos de gripes agresivas en las poblaciones que estuvieron en el radio de acción de este conflicto, agregando a ello, la esterilidad de gran parte de zonas cultivables y tumoraciones que pudren las cosechas de tomates.

Lo cierto es que de haberse lanzado misiles con cabezas armadas con este tipo de agentes, los vientos que remontaban a la desembocadura del Golfo, no solamente comprometió a los hombres que se hallaban en las costas sino también sobre una parte importante del espacio marítimo donde operaban los buques que dieron apoyo.

23/8/15

¿ES POSIBLE LA PROYECCIÓN ARGENTINA HACIA EL PACIFICO? EL DESAFIO DE CREAR UNA NUEVA INFRAESTRUCTURA





DEBATE



Cuantas veces habrá que susurrarles al oído de los políticos argentinos, que el mundo ha cambiado bastante desde el comienzo del nuevo siglo. Hoy día los argentinos de a pie siguen viendo con pasmosa pasividad, como sus administradores temporales siguen mirando para cualquier otro lado, dejando a su suerte a todo el litoral atlántico para la explotación sin control de sus riquezas ictícolas y negándose a imaginar la proyección de una salida al pacifico.

La explicación que más claramente surge de esta forma de pensar, es la de que al ser una empresa de largo alcance, no es redituable para sus intereses inmediatos y nada glamorosa para sus perfiles tan mediáticos.

Otro gran dilema que no ha sido resuelto por ésta administración –y que parece que seguirá por el mismo camino- es la situación de Brasil, que más que un socio del MERCOSUR ha seguido siendo el “estado tapón” al servicio de EEUU.

Pero también existen otras explicaciones, que se vinculan con el grado de compromiso y subordinación a otros intereses por parte de los gobiernos de turno. No es una novedad para quienes están al tanto de la realidad político-económica del país, que el gobierno de los Kirchner ha sido la de un puntal y consecuente pagador de las deudas ilegitimas que sectores de ladrones privados habían –locales y externos- contraído a cuenta de todos los habitantes de la nación. Tal como lo califican algunos brillantes periodistas, los “K son pagadores seriales”, legitimando de ese modo, aquel despojo que llenó los bolsillos no solo a los especuladores de las bancas locales sino también, a los que hoy “Cristina” denomina como “Buitres”.

Con este panorama, el desarrollo de un país con aspiraciones a mejorar cualitativamente sus relaciones comerciales y ampliar sus mercados a un mundo más diversificado, se hace muy difícil que haya un fortalecimiento del mercado nacional y una continuada pérdida de la influencia del país dentro de la región.

Como plaza de comercio y como centro de producción para proyectarse al mundo desde el cono sur, Argentina se muestra altamente apetitosa y goza de un posicionamiento territorial asombrosamente estratégico para que desarrolle su propio mercado.

Los intereses que hay sobre el territorio nacional no solo pasa por sus espacios vacios, recursos naturales y su innegable inserción dentro del tablero de la geoestrátegia internacional, sino también, en el aspecto que, como lo estarían evaluando desde el BRICS, puede llegar a ser un asociado interesante para extender la influencia del bloque.

Pero hay un problema. En la Argentina no hay independencia para determinar una política económica que no convenga a los intereses financieros que, por medio de sus hilos invisibles, sujetan por el cuello a la vida institucional del estado. Y no importa que los administradores de turno sean hombres o mujeres, esto a colación de los más disparatados y pseudo científicos análisis de magazines anglófilos (The economist) que buscan reavivar un conflicto sexista entre políticos hombres y políticos mujeres, remarcando supuestas faltas de oportunidades.

Sea hombre o sea mujer, eso a los “holdouts” poco les importa. Incluso con una presidenta mujer, las tratativas entre los bonistas y el gobierno no han mostrado nada extraordinario. Lo único que cambia en esta relación es que gramaticalmente los bonistas externos en sus reclamaciones dicen “SEÑORA PRESIDENTA, páguenos lo que se nos debe, gracias”.

Con este goteo interminable de dineros a los bolsillos de los estimados acreedores externos, poco alcanza para que el país pueda encarar con determinación proyectos de tan estratégica importancia; incluso y tras las inundaciones de unas semanas antes, quedo escandalosamente en evidencia como los dineros que pudieron costear obras hidráulicas en la provincia de Buenos Aires, terminaron costeando y por cifras millonarias a la campaña del gobernador.

Pero yendo a lo estrictamente estructural, las posibilidades de tender redes de comunicación que permita la salida de Argentina al Pacifico se presentan amplias y auspiciosas. La primera que se nos presenta es la alternativa de Chile, que obviamente se ve más directa y accesible para las rutas terrestres y ferroviarias que lleven a puertos desde donde se exporten productos con destino a Asia y Oceanía. Pero en este caso, sigue habiendo muchos problemas que se ven agravados por la ausencia en Argentina de una política clara y continuada que de garantías que el desarrollo de un proyecto de semejante envergadura no quede a medio camino.

Otra alternativa es la salida por Bolivia y en conjunto con su gobierno, se entablarían negociaciones con el Perú para extender un trazado exclusivo para transporte de materiales y conformar un puerto multipropósito donde además de generar un polo exportador de los productos, se solucionaría provisoriamente la salida al mar para Bolivia.

Esto último además de irritar a los “hermanos” chilenos, comprometería aún a las tensas relaciones de Buenos Aires con Washington que, según los sondeos para las próximas elecciones, los republicanos con Jeff Bush a la cabeza tienen muy buenas chances de llegar nuevamente al poder. Es en este sentido que los candidatos que aspiran a dirigir el país a partir de diciembre, deben tocar el piso y prepararse para la turbulencia que se aproxima.

Con la puesta en marcha de este tipo de proyecto, se conseguirían otros efectos benéficos para las poblaciones de la zona norte de nuestro país, afectada por una endémica situación de desempleo aprovechada por el clientelismo y las mafias de punteros al servicio de la partidocracia nacional.

22/8/15

“CRÓNICA DEL ESQUIVO INTRUSO A 47º 29 E”





VETERANOS DE AYER



Una ocultada táctica aérea iraquí

La historia oficial de lo ocurrido en aquel duro teatro denominado TOK, como en toda guerra, está repleta de anécdotas y vivencias que escaparon a los intereses y atención de los escribientes de los dossiers del Pentágono y del Departamento de la Marina. En muchos casos el juicio para relegar los hechos como no trascendentes, estaban más bien señalados como inconvenientes y dignos de ocultar.

Gracias al paso del tiempo y por la circulación de reveladores documentos que reflotan aquellas informaciones que en 1991, ponen más luz sobre aquellos molestos trascendidos para el interés de los militares y para el gobierno en Washington.

Según la versión oficial de la llamada operación “Desert Storm”, las fuerzas aéreas de la coalición en conjunto con sus comandos de operaciones especiales, tanto americanos como los SAS británicos y que se infiltraron en lo profundo del terreno, lograron inutilizar gran parte de la fuerza aérea iraquí, a sus defensas antiaéreas y a los temibles misiles SCUD, exponiendo así, un exitoso golpe contra “las aspiraciones de Saddam”. A todo ello, con el absoluto control y en todo tiempo del territorio por parte de los sistemas de vigilancia satelital NORAD, los comandantes de las operaciones en especial el general Normand Shwardzkopf, el Tte. General británico Sir Peter Edgar de la Cour y el general francés Michele Roquejeoffre quedaron forjados en el bronce de la historia como los brillantes directores en una guerra relámpago que no tuvo casi costes para sus filas.

Pero las historias abreviadas –y parciales- son odiosas y en el caso de una guerra como la del Golfo Pérsico esta maniobra gramatical surge claramente tendenciosa. En este sentido y según las versiones que surgen de documentos de las ex FFAA iraquíes de entonces, varios de sus aviones habían sido desperdigados por todo el territorio en función de dificultar las operaciones de los estadounidenses y de sus aliados. Incluso muchos de aquellos aviones, fueron enterrados en hangares camuflados como dunas en las arenas del desierto, siendo solo algunos ellos capturados tras el ingreso de las fuerzas norteamericanas tras la retirada de Kuwait.

Todo esto viene a cuento de uno de los incidentes – de los muchos- que fue silenciado, uno más, por el comando de operaciones aliado que involucró a tress intrusos enemigos que se lanzaron a la caza sobre las aguas del golfo.

Cuando para la fecha se aseguraba que la mayoría de los aviones iraquíes estaban destruidos o habían huido a Irán, otros aguardaban sus últimas ordenes. Este fue uno de ellos.

Según un documento revelador de las FFAA iraquíes traducido como reservado, se detalla una operación que claramente había sido planificada previamente y que estaba a cuento con el atomizado despliegue de los aparatos iraquíes por todo el territorio, tanto de Irak como de Kuwait. Según se describe, un grupo de ataque compuesto por dos aviones MIG-23 y un Mirage F1, partieron de su base secreta al suroeste de Bubiyan, en una operación fue lanzada a las 0015hs del 22 de febrero del 1991 desde un aeródromo de pista desmontable que había sido camuflada con una lona color arena que no fue detectada por los aviones ni por los satélites espía.

Ni las instalaciones ni los pilotos designados para estas misiones eran convencionales. En otra muestra de la estricta censura militar que rodeó a la campaña de la Coalición, se oculto al conocimiento público que los iraquíes habían montado al menos una docena de estos “aeródromos provisorios” dispersos entre el desierto al noroeste de Kuwait capital y el sureste de la localidad de Abdali, que estarían a salvo de los golpes aéreos de los B-52 y otros bombarderos tácticos.

Según algunas fuentes de la ex inteligencia IIS de Saddam –y que por entonces tenía muy buenas conexiones con la CIA- la mitad de estos emplazamientos habían sido montados furtivamente entre cuatro a seis meses antes de la crisis del 2 de agosto, sin que los kuwaitíes supieran que durante la noche y por sectores desguarnecidos, unidades especiales del ejército iraquí llegaban a puntos determinados y comenzaban los trabajos para montar hangares inflables semi enterrados en la arena que podían ocultar cómodamente a cualquier avión caza y sus armamentos. Las pistas eran de placas ensamblables que medían entre 800 a 1000 metros de longitud que solo podían ser reutilizadas dos veces, lo suficiente para lo que tenían planeado.

Las explicaciones de cómo Bagdad concreto estas infiltraciones llevarían un capítulo aparte. Lo cierto es que esto era parte de la variedad de tácticas que Saddam y sus más hábiles comandantes del partido “Baas” habían concebido con una sospechosa mano amiga.

Oficialmente ni La Casa Blanca ni el Pentágono estaban al tanto de estos hechos y como dicen las reservas legales “cualquier semejanza con hechos de la realidad es pura coincidencia”. Los toscos y endurecidos generales como Schwarzcopf y sus comandantes de campo solo se atenían al itinerario que bajaba de Washington y punto.

En la noche de aquel jueves 21 de febrero de 1991 y muy cerca de la medianoche, en la aparente soledad del desierto al suroeste de Bubiyan, tres aparatos de la fuerza aérea iraquí encienden sus motores mientras dos hombres despejaban la pista que se hallaba cubierta con una gruesa lona color arena. Sin balizas ni luces de señal, los pilotos de los MIG-23 y del Mirage F1 armado con un misil “Exocet”, rodaban sus aparatos para partir uno a uno a una misión suicida.

Según algunas fuentes, no todos los aviones portaban equipos electrónicos de guía de misiles ni se utilizarían las radios; es más, estas bases improvisadas no tenían ni torre ni radar dado que solo servirían para un solo uso.

En aquellos momentos, las fuerzas de la coalición estaban saturando de bombardeos la isla Bubiyan y Failaka, donde los estadounidenses creían que se emplazaban fortificaciones y minas en una maniobra por hacerle creer a los iraquíes que se preparaba un asalto anfibio. El frente de fuego era inclemente y los estadounidenses comenzaban a mostrar querer ir más allá de Kuwait. En estas circunstancias, el grupo recibe la orden de atacar el acorazado “USS Wisconsin” que se hallaba bombardeando las costas con una escolta de cinco buques aliados.

Según esta versión la escuadra emprendió su raid a las 0015hs en momentos que el horizonte se veía iluminado por los refusilos del fuego de los bombardeos navales y de las baterías antiaéreas contra las pasadas a gran altura de los aviones B-52G. Con total silencio de radio y emprendiendo vuelo a baja altura por el suroeste, el grupo de ataque salto a las aguas del mar kuwaití guiándose con lentes “nigthscope” infrarojos que permitían ver las luces de los navíos que estaban a unas cien millas de las costas, ocupados en lanzar entre otros misiles BGM-109 “Tomahawk” que estaban indiscriminadamente golpeando Bagdad.

La versión de la Coalición refiere que, a las 0024hs el controlador del “HMS Exeter” que se encontraba barriendo el cuadrante del noroeste de las costas de Kuwait detectó ecos imprecisos, ecos en el radar que se perdían por momentos. Inmediatamente se llamó a estaciones de batalla y ante las confusas señales de aquella amenaza, se alerto inmediatamente a las naves del sector sobre el intruso “Delta, Bravo, Charly” que se estaría moviendo a muy baja cota con lo cual, el uso de los “Sea Dart” se veía dificultado. De esta manera y mayores detalles los buques escolta informaron que se abatieron a los tres intrusos sin que registrase daños o bajas en sus unidades.
Una vez más, la versión aséptica y en apariencias coronada por la eficacia infalible de las fuerzas navales anglosajonas, anotaban un nuevo triunfo sin consecuencias de ninguna índole.

Pero según reza un documento del IIS y una traducción de un reporte de la Inteligencia naval con carácter secreto, el encuentro con “Delta, Bravo, Charly” pudo haber costado más caro que lo producido oficialmente en los informes de esa incursión. Esto señalaba que a pesar del escueto reporte oficial, se había producido un “ida y vuelta” que dejó un saldo destructivo para la Coalición. Apenas tres días antes con los incidentes del “USS Princeston” y el “USS Trípoli” frescos en las mentes de las tropas, se hacía necesario mantener este nuevo golpe que de haberse hecho público, pudo haber derruido la moral justo en momentos que se preparaba la operación de avance.

Según la pieza informativa iraquí, el grupo de ataque apenas entró a las aguas adyacentes y rodeando la isla “Al Zawr”, el Mirage F1 encendió su radar de ataque para identificar un blanco mientras sus compañeros de los MIG-23 optaron por dispersarse para confundirse con el misil que se dirigiría al frente. Según el reporte que estaba dirigido al jefe de la inteligencia de la Guardia Republicana Ayad Al Jalif, “la misión fue exitosa impactando el misil contra un buque monitor estadounidense que protegió a una fragata que se hallaba a unas dos millas de la posición. Estimación de cincuenta a cien bajas a confirmar. Dos naves pequeñas más fueron alcanzadas por los “yajid” (los pilotos de los MIG) que encontraron el martirio en proximidades del objetivo principal. Sin novedad sobre “Al Duyum” (sería el Mirage). Dios es Grande”.

Estaba claro que la férrea censura militar de ese momento y de la cual colaboraron los grandes medios informativos, no permitió que se filtraran episodios como estos y mucho menos que se divulgaran cifras –ni estimaciones aún- de bajas entre las fuerzas aliadas. Con el final de las hostilidades, obviamente los vencidos nunca serían escuchados y por supuesto los medios informativos no estaban interesados en que sus historias se dieran a conocer.

Lo cierto es que, más allá de la muy discutida verdad oficial y del tiempo transcurrido, el Teatro de operaciones en Kuwait mostro más complejidades y peligros de los que los estrategas y comandantes a cargo

21/8/15

LA NUEVA FLOTA ARGENTINA ¿RUSA?



No es una noticia para nadie, al menos de quienes forman parte de la vida institucional del país y de sus fuerzas armadas, que la Armada como fuerza no existe. Considerando las proporciones del litoral marítimo y de los intereses que el mismo representa para la nación, las existencias en las bases navales del país solo se limitan a un par de unidades que además, tienen problemas de repuestos.

Durante décadas, la Armada había venido degradándose en sus capacidades operativas en parte, por el embargo trabado tras la guerra por Malvinas y por las claras implicancias de Londres con los intereses políticos económicos nativos que reposan en el país. Tanto apretaron la horca sobre las FFAA, que varios políticos argumentaban disparatadamente que había que disolverlas para quedar bajo el “paraguas de la OTAN”; una sandez esgrimida en algún momento por el ex jefe de la SIDE memenista Miguel A. Toma.

La realidad internacional actual prueba que de haber seguido este tipo de consejos, Argentina sería la vaca echada y regordeta de la cual se saciarían sin obstáculos, cualquier potencia de ultramar, en especial Inglaterra.

Pero la historia reivindica el dicho “somos hijos del rigor”, ya que hasta que no se toca fondo, los habitantes y sus políticos no caen en cuentas hasta que todo está incendiado. En ésta última etapa con el gobierno de Cristina Fernández, la presidente ha seguido con aquella misma tendencia hasta que y por efecto de los bruscos cambios que se comenzaron a ver en la geopolítica internacional, giró el timón en una brusca maniobra por pretender emendar lo que en la realidad de los hechos, tomaría dos décadas y ello es, recomponer las Fuerzas Armadas.

¿Pero de que recomposición se puede hablar si vemos a las tropas del ejército cada vez más reducidas y sin novedades armamentísticas? Es cierto, que no se han visualizado mejoras superlativas en la operatividad de las fuerzas terrestres y menos aún de la Fuerza Aérea, solo detectándose algunos curiosos y discretos movimientos en el área de la Armada.

Los últimos lineamientos del gobierno, se han venido comprometiendo con los complicados intereses geoestratégicos de algunos de los actores más relevantes de la realidad internacional. En el caso concreto y en el marco del álgido conflicto entre los “Buitres” y la señora presidente, no ha encontrado mejor forma de tratar de contra restar posibles amenazas a la integridad territorial que acercarse atolondradamente a China y Rusia. Debe quedar en claro, que la idea no está errada pero lo que sí es muy discutible, es la forma y los tiempos elegidos para llevarlo adelante.

Se hace muy legítimo e inteligente acudir a otros mercados para rearmar nuestra flota. Reconocer que Washington y Londres no buscan lo mejor para la Argentina, menos en lo que refiere a su defensa, es un paso importante para comenzar a caminar. Pero esto se debe llevar paso a paso, algo que en los tiempos de la política no pueden ser apresurados y menos aun, improvisados.

Apenas hace un mes, una comisión naval fue despachada a Moscú para –según esos serían los planes- regresar embarcados en navíos de fabricación rusa, lo que de por sí, despierta varias preguntas: ¿Qué tipo de buques son los que llegaran a los puertos navales argentinos? Y además ¿Llegarán vacíos o con asesores militares rusos?

Para algunas fuentes, lo que llegara será una dotación de cuatro buques multipropósito para tareas en el Atlántico sur en la zona antártica, que no representan ninguna amenaza para la flota británica en Malvinas. Estos viejos buques rusos vendrían a reemplazar a los remolcadores americanos usados en la Antártida.

 Para otros, los buques serían de clase “Slava” que tienen son naves de combate con una capacidad ofensiva temible. Esta última opción es claramente imposible porque el gobierno argentino no se arriesgara a provocar a los británicos que necesitan la más mínima excusa para lanzar una represalia diplomática y de ser necesaria, una de carácter militar.

Como dice el dicho “los discursos son para la gilada” y en esa prédica, la presidente vende con las palabras una cosa que en los hechos son otras.

Igualmente la presidente no tiene un pelo de tonta y los llamados buques multipropósito –que a la vista, son viejos, feos y sin armamento- pueden ser muy buenos transportadores de una interesante carga que puede llegar a levantar comentarios y crear posibles controversias tanto internas como externas.

Concluyendo, si los buques que se traen son estos vetustos que no tienen ningún propósito para la defensa naval, la flota argentina seguirá en las mismas condiciones.