23/1/22


Naves argentinas en el Golfo Persico. Comunicación por radio enlace con el capitán de navío Alejando Jose Tierno donde expresa: -En cuanto a la forma de prepararnos para recibir esta fiesta es en la forma habitual que hacemos los marinos cuando nos toca hacerlo lejos de nuestras familias. 

Para los más viejos seguro esta no es la primera vez, para los más jóvenes seguro no será la última. Muchas veces nos ha tocado algo parecido, todos los años los buques que realizan la campaña antartica les corresponde estar lejos de sus familias para las fiestas; ahora si bien es cierto que siempre se siente la nostalgia cuando los vínculos afectivos y familiares son firmes, se puede estar perfectamente junto a los seres queridos en una circunstancia así. 

Luego el periodista Ricardo Pipino le pregunta: -¿Cómo es en estos momentos el accionar del destructor Almirante Brown y la Corbeta SPIRO allí en el golfo, que están realizando en estos días, que misión están cumpliendo? Expresa: -

El buque está cumpliendo las tareas de contribuir a verificar con los buques de las otras armadas que están operando en el área el cumplimiento del embargo impuesto por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas al gobierno de Irak. 

En tales tareas patrullamos una determinada zona acordada para el buque y en esos periodos interceptamos a todos los buques que navegan determinando si la carga que llevan y su destino no es violatoria del embargo impuesto por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. 

 Fecha: 24/12/1990

22/1/22

BIDEN PREDICE QUE RUSIA INVADIRA UCRANIA Y ADVIERTE QUE LO PAGARA



El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, visita Kiev y promete una diplomacia “implacable” para evitar una nueva agresión del Kremlin, mientras avisa de un posible aumento de las tropas rusas en la frontera


El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski (izquierda), y el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, el miércoles en Kiev.ALEX BRANDON (AP)



El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, señaló el miércoles que creía que el Kremlin iba a invadir Ucrania y advirtió de que pagaría por ello. Antony Blinken, su secretario de Estado, había alertado horas antes de que Rusia “tiene planes” de aumentar aún más sus tropas junto a las fronteras ucranias y que podría iniciar “en breve” una nueva agresión militar contra el estratégico país de Europa del Este.

 En el inicio de una gira diplomática destinada a disuadir a Moscú de cruzar las líneas rojas, Blinken viajó a Kiev para mostrar su apoyo al Gobierno de Volodímir Zelenski y renovó su promesa de duras sanciones en caso de otra invasión rusa. Mientras el Kremlin volvió a exigir a la OTAN y a EE UU garantías de que la Alianza Atlántica nunca admitirá a Ucrania ni a Georgia, Blinken, que se reunirá el viernes con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, advirtió a los ucranios de que deben prepararse para días difíciles.

Por la tarde, en una rueda de prensa en Washington, Biden fue más allá y predijo que Vladímir Putin iba a intervenir en Ucrania, pero creó confusión en torno a lo que consideraba una agresión grave y el calibre de la respuesta aliada ante una “incursión menor”, informa Amanda Mars. “¿Creo que pondrá a prueba a Occidente, a Estados Unidos y a la OTAN tanto como pueda? Sí, lo creo”, afirmó. “No estoy seguro de que él tenga decidido qué va a hacer, pero intuyo que va a intervenir, tiene que hacer algo”, añadió. “No ha visto nunca sanciones como las que he prometido que se impondrán [si lo hace]”, recalcó, pero envió señales borrosas al apuntar: “Una cosa es una incursión menor, que acabemos discutiendo [entre aliados] cómo responder, pero si hacen lo que son capaces de hacer con una gran fuerza en la frontera, va a ser un desastre para Rusia”.

Fue tal el desaguisado de la frase que la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, envió un comunicado poco después de la rueda de prensa para recalcar que cualquier traspaso de las fronteras ucranias se respondería con medidas “rápidas, duras y unitarias” por parte de Estados Unidos y los aliados. “El presidente Biden sabe por experiencia que los rusos disponen de un amplio manual de agresiones de tipo militar, incluyendo los ciberataques y las tácticas paramilitares. Y él [Biden] afirmó hoy que esos actos de agresión por parte de Rusia serán respondidos con una acción unitaria, recíproca y decisiva”, añadió.

Ucrania lleva ya ocho años en guerra en la región del Donbás contra los separatistas prorrusos, que reciben el apoyo de Moscú, que ya en 2014 se anexionó con un referéndum no reconocido por la comunidad internacional la península ucrania de Crimea. Ahora, la concentración de unos 100.000 soldados rusos en la frontera, a la que se siguen sumando militares y armamento pesado, unido a las elevadas amenazas dialécticas del Kremlin, han desatado una enorme crisis de seguridad en Europa del Este. “Sabemos que existen planes [de Rusia] para aumentar esa fuerza [militar] aún más en muy poco tiempo”, dijo Blinken en Kiev. “Y eso le da al presidente Putin la capacidad, también en muy poco tiempo, de tomar más medidas agresivas contra Ucrania”.




Este país, que junto a Georgia recibió la invitación para adherirse a la OTAN en 2008 —aunque a falta de reformas y consenso esa membresía está realmente muy lejana—, ha pedido a sus aliados occidentales más apoyo en materia de defensa, duras sanciones contra Rusia y también apoyo sobre el terreno. Blinken, que se reunió con el presidente Zelenski y con el ministro de Exteriores ucranio, Dmytro Kuleba, renovó la promesa de represalias contra Moscú, aunque sin concretar, y también garantizó que Washington continuará brindando a Ucrania apoyo en materia de defensa con un nuevo paquete de capital de 200 millones de dólares (unos 176 millones de euros). Sin embargo, EE UU no proporcionará armas ofensivas a Kiev y tampoco le ofrecerá fuerza militar directa. “Para dar pasos muy rápidos, para modernizar el Ejército, necesitamos ayuda aquí, especialmente ayuda en estos tiempos, tiempos difíciles”, pidió Zelenski.

2/1/22

EE.UU Y LA SEPTIMA FLOTA EN EL GOLFO PERSICO 1991





Qué es la Séptima Flota, la fuerza de guerra naval más grande de Estados Unidos, y qué hay detrás de los misteriosos accidentes que ha sufrido en los últimos meses






El Blue Ridge es el barco de comando de la Séptima Flota.


Es la flota de guerra más grande de Estados Unidos, la más equipada y la que tiene más personal. Y, últimamente, también la más insegura.


Tiene alrededor de 70 barcos y submarinos, unos 300 aviones y más de 40.000 hombres y mujeres que surcan en ellos las aguas del Pacífico, desde Australia hasta el estrecho de Bering.


Es la Séptima Flota de Estados Unidos, responsable del área donde está China y del extremo oriental de Rusia, y la que primero respondería a un potencial ataque de Corea del Norte.


Fue esta la unidad que comandó las operaciones en la Guerra de Corea y en la de Vietnam, quien controló el Pacífico cuando lo intentaba dominar la Unión Soviética, y quien acudió primero al golfo Pérsico cuando Estados Unidos atacó a Irak en 1991.


Pero, por su causa, la Armada de Estados Unidos ordenó este lunes la suspensión de todas sus operaciones y mandó a detener sus equipos en todo el mundo.




Los buques de la Séptima Flota son los encargados de responder a cualquier amenaza para Estados Unidos en el Pacífico Oriental.


¿La causa? Los inexplicables accidentes que han sufrido los barcos de la Séptima

 Flota: cuatro en lo que va de año, con decenas de marinos muertos y otros tantos desaparecidos.

El último de ellos, ocurrido la pasada semana, dejó diez desaparecidos, cinco heridos y le costó el puesto finalmente al comandante de la flota, el vicealmirante Joseph Aucoin, un renombrado militar que fue despedido por "falta de confianza".


Pero, ¿cómo fue esto posible? ¿Y qué tan grave es para EE.UU.?

Los orígenes


El comandante David Kohnen, director del Centro para la Investigación Histórica Marítima del Colegio de Guerra Naval de Estados Unidos, asegura que para entender la dimensión de estos accidentes es preciso comprender la importancia de esta flota para las Fuerzas Armadas estadounidenses.




La Séptima Flota tuvo un papel protagónico durante la Guerra del Golfo, en 1991.


Kohnen explica que existen tres momentos básicos para definir la evolución de la Séptima Flota y su rol para "mantener los intereses estratégicos de Estados Unidos en la región".


"Un primer momento estaría en su surgimiento durante la Segunda Guerra Mundial, en la que tuvo un rol primordial en el combate contra Japón y en el posicionamiento de Estados Unidos en el Pacífico Oriental", explica a BBC Mundo.


Ese cuerpo naval, parte estratégica de la Flota del Pacífico, se formó en marzo de 1943 en Australia, donde tuvo su primera base de operaciones, hasta que después de la guerra se trasladó a China y, luego, a Japón, donde todavía mantiene su sede.


"Otros momentos notables tuvieron lugar durante los conflictos entre las dos Coreas y en Vietnam. Y luego, su restablecimiento después de 1986 también ofrece interesantes perspectivas sobre la cuestión de la estrategia estadounidense en el Gran Oriente Medio", asegura.


Armada de Estados Unidos


Oficiales activos: 322.421


Barcos de guerra desplegados: 276


Embarcaciones desplegadas en ejecución: 52 (19%)


Embarcaciones en curso para operaciones locales / Capacitación: 33 (12%)
Armada de Estados Unidos(datos hasta el 23 de agosto de 2015)


De hecho, uno de los principales cometidos de la Séptima Flota durante la época fue operar en esa zona durante la Guerra del Golfo en 1991.


Fueron sus miembros quienes protagonizaron mayoritariamente la Operación Tormenta del Desierto, la primera gran ofensiva de Estados Unidos contra Saddam Hussein.


Mantuvieron sus operaciones en el Oriente Medio hasta 1995, cuando tuvo lugar el restablecimiento de la Quinta Flota.


"Esto explica que su poder no era limitado al Pacífico Oriental. Eran, de alguna forma, el cuerpo operativo naval más confiable y mejor entrenado del Ejército", opina.

Emblema de la Armada


Seth Cropsey, director del Centro de Poder Naval de Estados Unidos en el Instituto Hudson, un think tank con sede en Nueva York, considera que la Séptima Flota ha sido desde la Segunda Guerra Mundial símbolo del poderío militar de Washington.



La Séptima Flota es la más grande de las desplegadas por Estados Unidos en todo el mundo.


"La flota en su propia composición como la más grande de las desplegadas por el mundo ha proyectado a través de los años el poder de la Armada de Estados Unidos", asegura a BBC Mundo.


"Es importante decir que esta flota, que hoy está siendo lamentablemente cuestionada, fue la insignia de nuestro Ejército durante algunas de las guerras más importantes de la segunda mitad del siglo XX", afirma.


Entre sus principales tareas en los últimos años, dice, ha estado el control sobre una potencial amenaza de China sobre Taiwán y las operaciones militares en la Península Coreana.


Cropsey, quien fungió como subsecretario adjunto de la Armada durante los gobiernos de Ronald Ronald Reagan y George Bush, explica que la función principal de este escuadrón naval a través de los años ha sido fortalecer el posicionamiento geoestratégico de Estados Unidos en el área.


"La presencia de esta flota es estratégica porque garantiza llevar a cabo despliegues de rotación en la región, al tiempo que reduce los tiempos de tránsito y los costos de apoyo por operar desde bases en el extranjero en caso de una agresión", indica.


Para que se tenga una idea: solo entre la base de Yokusuka, en Japón, donde tiene su sede la flota, hasta la isla de Guam, el enclave más oriental de Estados Unidos en el Pacífico, operan 23 barcos de guerra en una distancia de 2.000 kilómetros: un promedio de un navío por cada 100 kilómetros.





Las tareas de vigilancia y los ejercicios militares constituyen el día a día de los miembros de la Armada de Estados Unidos.


¿Cómo entonces la flota más grande de Estados Unidos, la que controla una de las zonas más estratégicas del mundo, se volvió ahora la menos segura de toda la Armada?

13/12/21

LOS EMIRATOS ARABES UNIDOS SE ARMA, POR FACTOR CHINA




Emiratos Árabes Unidos amenaza con cancelar un acuerdo de $ 23 mil millones de dólares de aviones de combate F-35 con los Estados Unidos. 


Los Emiratos Árabes Unidos (EAU) amenazan con cancelar un acuerdo de 23.000 millones de dólares para comprar aviones F-35 y drones avanzados de fabricación estadounidense debido a las crecientes diferencias entre los dos aliados sobre el papel de China en el Golfo Pérsico, informó el Wall Street Journal el martes.

El gobierno de los Emiratos Árabes Unidos le ha dicho a Washington que podría anular el acuerdo sobre el avión F-35, los drones Reaper y otras municiones avanzadas debido a la noción de Abu Dhabi de que los requisitos de seguridad establecidos por Estados Unidos para salvaguardar el armamento del espionaje chino eran demasiado onerosos. Estados Unidos se ha preocupado cada vez más por la influencia de China dentro de los Emiratos Árabes Unidos y ha detallado las condiciones que garantizarían que el avión de combate de quinta generación, así como los drones avanzados, no sean vulnerables al espionaje chino, según el informe.



La administración Biden no estaba segura de si el acuerdo, hecho bajo la administración anterior de Trump, había terminado efectivamente o si los Emiratos Árabes Unidos estaban usando la amenaza de una cancelación como moneda de cambio antes de una visita planeada el miércoles por la delegación militar de alto nivel del país. al Departamento de Defensa. La amenaza de los Emiratos Árabes Unidos de alejarse del acuerdo aparentemente surgió de una carta escrita por un funcionario subalterno del gobierno, que sugiere que probablemente se trataba de una táctica de negociación de cara a la reunión del miércoles, según el informe que cita a funcionarios estadounidenses.

Tiff EE. UU. Y Emiratos Árabes Unidos

Anteriormente, como informó EurAsian Times, el trabajo en una instalación china en los Emiratos Árabes Unidos se detuvo después de que las autoridades estadounidenses sugirieran que Beijing, China, quería utilizar la ubicación para objetivos militares. El trabajo en el sitio se detuvo a pedido de Washington, dijo Anwar Gargash, asesor diplomático del gobierno de los Emiratos Árabes Unidos, aunque dijo que Abu Dhabi no creía que la instalación estuviera diseñada para fines militares o de seguridad.

“Paramos el trabajo en las instalaciones. Sin embargo, nuestra opinión permanece sin cambios: las instalaciones no eran instalaciones militares”, afirmó Gargash. Sin embargo, no comentó para qué pensaban los Emiratos Árabes Unidos se iban a utilizar las instalaciones. “Escuchas las preocupaciones de tu aliado y sería irresponsable” no considerarlas, dijo. La creciente alianza de China con los Emiratos Árabes Unidos parece haber creado divisiones entre los EE.UU. Y los Emiratos Árabes Unidos, lo que afecta a algunos acuerdos de armas fundamentales, incluida la venta de cazas furtivos F-35. Aunque EE. UU. Había dicho que seguía comprometido con el acuerdo del F-35, lo había aplazado durante bastante tiempo.



Puerto de Khalifa Emiratos Árabes Unidos

La participación del gigante chino de las telecomunicaciones Huawei en las pruebas de 5G, en las que Estados Unidos y sus aliados han pisado los talones, fue vista como una de las razones principales. También hubo preocupación entre los legisladores estadounidenses de que el equipo militar estadounidense pudiera usarse en el conflicto de Yemen. Aunque se mencionaron varias razones, los estadounidenses nunca se retiraron del trato. En un momento, también se especuló que los emiratíes recibirían una versión menos sigilosa del F-35, como informó anteriormente el Eurasian Times . Ahora, con el gobierno de los Emiratos Árabes Unidos cerrando abruptamente la instalación china, las conversaciones estancadas sobre el F-35 podrían recibir un nuevo impulso.



Presencia de China en los Emiratos Árabes Unidos

El mes pasado, el Wall Street Journal había afirmado que los servicios de inteligencia estadounidenses habían detectado una construcción china en un puerto cerca de Abu Dhabi, donde la empresa naviera Cosco de China posee una instalación de contenedores comerciales. El hecho había ensombrecido la relación de la administración Biden con Abu Dhabi, uno de los aliados más importantes de Washington en el Golfo. Condujo a una serie de conversaciones de alto nivel y cooperación de inteligencia entre los dos países con respecto al asunto. La construcción en el sitio se detuvo recientemente a pedido de Estados Unidos, según el WSJ. Se cree que durante al menos un año, los funcionarios estadounidenses han estado monitoreando de cerca la construcción de lo que creían que era una instalación militar dentro del puerto de Khalifa.

Los funcionarios de los Estados Unidos y los Emiratos Árabes Unidos no han revelado la naturaleza exacta de la instalación en desarrollo. La administración Biden advirtió al gobierno emiratí que una presencia militar china en su país podría poner en peligro los lazos entre los dos países después de que las agencias de inteligencia en Washington se enteraran de que Beijing estaba desarrollando en secreto lo que asumieron que era una instalación militar cerca de un puerto. Este movimiento coincide con los esfuerzos de Pekín para crear puertos comerciales en puestos de avanzada en todo el mundo, lo que muchos creen que es un claro intento de fortalecer su huella militar. Ya se han construido puertos comerciales en Pakistán y Sri Lanka, así como la primera base militar de China en el extranjero en Djibouti. Estados Unidos ha sostenido durante mucho tiempo que China tiene como objetivo expandir su huella militar a través de sus actividades comerciales mediante las cuales envía sus tropas en nombre de la seguridad de su infraestructura en el país anfitrión.



Estados Unidos también ha acusado a China de crear trampas de deuda, especialmente en Sri Lanka, donde aseguró el arrendamiento del puerto de Hambantota, ubicado estratégicamente, durante 99 años. "Hemos dejado muy clara nuestra posición sobre los tipos de actividades que pondrían en peligro nuestra capacidad para hacer las cosas que nuestros socios quieren", dijo Bret McGurk, coordinador del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos para Oriente Medio, refiriéndose a la venta de armas y la transferencia de tecnología a Los aliados regionales de Estados Unidos. Esto es indicativo de la renuencia de Estados Unidos a tener transacciones militares con cualquier país que se relacione con su archirrival China y también insinúa el retraso causado en la venta del F-35 a los Emiratos Árabes Unidos, a pesar de varias rondas de conversaciones.

Con su percepción de amenaza cada vez más fuerte en la región, especialmente de Irán, los Emiratos Árabes Unidos compraron recientemente 80 aviones Rafale de Francia. Se creía que la demora estadounidense en completar el acuerdo del F-35 era una de las principales razones por las que el ejército de los EAU diversificaba sus opciones. Gargash declaró que los Emiratos Árabes Unidos están muy ansiosos por quedar atrapados en medio de una pelea entre China, uno de sus socios económicos clave, y Estados Unidos, su principal aliado militar. Esta fue la primera comunicación oficial de los Emiratos Árabes Unidos sobre el estancamiento resultante. Afirmó que existe una "línea delgada" entre la competencia y una nueva Guerra Fría y que los Emiratos no quieren que la rivalidad "se deslice hacia una segunda Guerra Fría".

El trato del F-35

El Ministerio de Defensa de los Emiratos Árabes Unidos dijo que la adquisición de aviones de combate franceses Rafale complementaría la compra planeada por los Emiratos Árabes Unidos de aviones de combate estadounidenses F-35, que se ha estancado debido a las preocupaciones de Washington sobre la relación de Abu Dhabi con China. Esto fue en respuesta a las especulaciones de que el acuerdo de Rafale se firmó como una alternativa a los F-35.





“Este acuerdo no se ve como un reemplazo para la próxima venta del F-35; más bien, se ve como un trato complementario ... a medida que mejoramos nuestras capacidades de la fuerza aérea”, dijo el general de división Ibrahim Nasser Al Alawi, comandante de la Fuerza Aérea y la Defensa Aérea de los EAU, y agregó que los EAU habían estado buscando un reemplazo para su Mirage flota durante algún tiempo. El último movimiento de los Emiratos Árabes Unidos para detener el trabajo en una instalación china es sin duda un intento de salvar el déficit de confianza con su socio militar, los EE. UU., Que ha estado sentado en el acuerdo del F-35 durante casi un año. Si la venta se concreta, los 50 aviones de combate F-35 junto con los 80 Rafales convertirían a la Fuerza Aérea de los Emiratos Árabes Unidos en una potencia militar asertiva en la región del Medio Oriente.

8/12/21

"PAPELES TÁCTICOS"



¿Cuál fue el marco de acción del grupo argentino "ALFIL 1" en la compleja logística de la Guerra del Golfo?



A Casi treinta años después de la participación de la Argentina en la Guerra del Golfo Pérsico, el silencio y la falta de información oficial sobre el servicio prestado por las unidades de la “ALFIL 1”  grupo a los esfuerzos de la campaña que terminó con la liberación de Kuwait aún persisten. Asimismo, su misión ha sido reconocida como un “grupo de combate” tanto por las autoridades kuwaitíes como por sus compañeros de los demás ejércitos participantes. Son tantas y tan jugosas las anécdotas que acumularon aquellas largas y agotadoras jornadas de campaña que ni los mismos marineros argentinos que allí participaron saben que existen.


No podemos acusar a los marineros argentinos de ser apáticos con su propia experiencia. Sería injusto si lleváramos sobre sus hombros las inconsistencias a las que se han tenido que acostumbrar a lo largo de los años. Son el resultado de sus propias circunstancias, de la doctrina en la que se formaron, de su propio carácter colectivo y claro, de los gobiernos a los que han servido.


En un nuevo análisis de los operativos llevados a cabo en ese momento, las amenazas importantes, sensibles y peligrosas a las que se enfrentan los grupos que operaban más allá del paralelo 25 norte dentro del Teatro de Operaciones (incluido el BNC [2 alerta de ataque).


Quizás sea necesario aclarar una cuestión. En ese momento el Comando de Operaciones Conjuntas del CINCCENT liderado por el general Norman Schwartzkopfs se rompió la cabeza cuando se dio cuenta de que antes de tomar acción directa, había un problema grave que resolver y ese era el logístico. Este asunto estaba lejos de resolverse para la Marina de los Estados Unidos en ese momento, a pesar de que la OTAN tenía los recursos para apoyar a la empresa; pero no fueron suficientes. Quizás esta carencia se debió a la doctrina de la disuasión nuclear  derivada de la “Guerra Fría” que no hacía previsible el despliegue masivo de tropas para una guerra convencional en un escenario tan exótico como el mesopotámico.





Incluso las fuentes consultadas en el Pentágono, revelaron que en ese momento CINCCENT aún no contaba con un plan aprobado para enfrentar las necesidades de un despliegue masivo como el requerido para esa situación. Los antecedentes de la última gran guerra mundial (1936-1945), demostraron la urgente necesidad de una logística eficiente. Sin una logística adecuada y rutas bien protegidas, el fracaso de la misión estaba asegurado. Tal fue la preocupación que existía en ese momento, que el General de Infantería de Marina (USMC) Harry W.Jenkins comentó en una reunión que la logística fue el problema número uno durante los primeros tres meses del inicio de operaciones que en un primer momento fueron llamados "Escudo del desierto".


"La estrategia y las tácticas proporcionan el plan para llevar a cabo operaciones militares, logísticas y de medios, por lo tanto" -Teniente coronel George C. Thorpe, USMC, 1917


Nunca se requirió un nuevo y complejo plan de logística militar, visto después del final de la Segunda Guerra Mundial. El desafío de enfrentar a Irak lo hizo necesario. La complejidad de la región donde se instalaría el Teatro de Operaciones, la limitación en el acceso de posibles rutas terrestres y aéreas para satisfacer la acumulación de insumos que debían trasladarse, requirió ideas audaces que podrían ser un gran éxito o conducir al desastre. . Fue entonces cuando acudiendo al experto en logística Teniente General William “Gus” Pagonis y su equipo de trabajo, se diseñó un plan de operaciones para trasladar la mayor cantidad de suplementos, suministros y combustible a lo largo de una ruta marítima para el mantenimiento de lo que agosto de 1990 Schwartzkopfs y sus generales predijeron una larga lucha.


Pagonis estudió la situación y realizó informes a pedido del general John Yeosok, comandante de ARCENT, y fue allí donde determinó un plan logístico en base a los datos recolectados por la inteligencia recolectada hasta ese momento, incluyendo, por supuesto, la inteligencia que existía desde tiempos en los que Washington era un "amigo" de Bagdad. Uno de los recursos que también se utilizó para determinar la ruta de suministro fue la información satelital y los primeros vehículos aéreos no tripulados “Pioneer” de reconocimiento que realizaron vuelos espías a gran altitud. Turquía mostró una fuerte reticencia a la operación, haciendo evidente la imposibilidad de utilizar su territorio como ruta alternativa. Además, el suministro que podían obtener de Arabia Saudita era limitado y no resolvía cuestiones delicadas como combustible refinado para vehículos, municiones en todo el espectro de sus calibres,

MOVIMIENTO DE LOS BUQUES ARGENTINOS


Documentos exclusivos de la época revelan cómo y dónde se amplió la ruta de abastecimiento marítimo diseñada por Pagonis y cuáles eran los puntos estratégicos de desembarco de los avíos (por ejemplo, Port Al Jubail), que ante el peligro de un ataque sorpresa, tuvieron que ser trasladados rápidamente por una flota gigantesca de camiones a las bases de recolección del desierto que serían vitales para el desarrollo de las operaciones terrestres de la "Tormenta del Desierto".


Uno de los puntos críticos que debían cubrir las líneas de abastecimiento era el agua potable. El transporte de toneladas de paquetes de agua embotellada para el consumo de tropas terrestres se hizo necesario para cubrir las necesidades de hombres y mujeres que, además de no estar adaptados para soportar las altas temperaturas de la región, eran sensibles al agua de la red saudí que solía causar cólicos y en muchos casos graves averías.


Esto dejó más que claro que (más allá de las resoluciones de las Naciones Unidas) habría preparativos para una guerra. La principal excusa para movilizar esta fuerza logística sería "proteger a Arabia Saudita" de una supuesta invasión de Saddam Hussein, aunque resultó ser una estratagema. Así fue y bajo este argumento se puso en marcha la denominada “Operación Escudo del Desierto” con la presunta misión de proteger los campos petroleros del norte.


Dentro del desarrollo de esta operación se inició la participación de los dos buques argentinos, en la cual sus tripulaciones convencidas de que actuaban en un marco de legalidad internacional pasaron de realizar tareas de bloqueo económico en los buques que entraban y salían de puertos iraquíes, a desarrollar vigilancia. y acciones de protección para las aguas de Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos (EAU) contra posibles incursiones de comandos iraquíes en instalaciones portuarias y terminales petroleras.


Como todas las fuerzas navales que formaban parte de la Coalición y que estaban al mando del Almirante Stanley A. Arthur, el grupo “ALFIL 1” tuvo un rol táctico de suma importancia tanto en la etapa de la operación “Escudo del Desierto” como dentro de la etapa bélica denominada operación "Tormenta del Desierto". El grupo formado por el destructor "Admiral Brown" (buque clase MEKO 360 H)  y la corbeta de misiles "Spiro" (buque clase MEKO 140A) , de acuerdo con sus capacidades operativas y antecedentes, formaba parte del Maritime Fuerza de Interdicción (MIF) comandada desde el buque “USS-La Salle”  (AGF 3 Clase Raleigh) que dependía de las órdenes CINCCENT que a su vez estaban subordinadas al Comando USNAVCENT en Riyadh que atendía las operaciones navales dentro del Golfo.
Una vez iniciadas las hostilidades a las 00:00 horas del 16 de enero de 1991, el grupo argentino comenzó a desarrollar roles más activos dentro de las operaciones navales que a partir de ese momento y bajo el nombre de “Tormenta del Desierto” fueron claramente de apoyo al combate.


Para su desempeño en los roles tácticos asignados, las dotaciones fueron subordinadas a una serie de directivas operativas que como se las conoció como “Reglas de enfrentamiento” (ROE) que las facultaban, entre otras cuestiones, para abrir fuego ante contingencias en el desempeño de sus tareas.


Comando de EE. UU. Buscando una mina marina

En este contexto, en los esfuerzos de interdicción, el grupo “ALFIL 1” brindó cobertura para el arresto y abordaje de barcos sospechosos de violar el embargo comercial contra Irak. Equipados con helicópteros a bordo “ALOUETTE-III” (el mismo modelo utilizado por la Armada francesa), realizaron misiones de reconocimiento y vigilancia ante posibles amenazas a los convoyes de suministro, siendo las más habituales las minas flotantes. Entre estas acciones también se encontraba brindar apoyo para permitir la realización de "Piezas de Visita y Búsqueda" que eran grupos de hasta diez hombres que, luego de interceptar y detener un barco, debían abordarlo para registrar sus cargamentos. También existían grupos especiales (MEU-SOC) de la Marina de los Estados Unidos que equipados con armas ligeras y equipados con modernos visores infrarrojos “NIGHTSCOPE”, podían tomar por asalto aéreo o desde barcos asignados,


Como todos los barcos que ingresaron a las aguas del norte del Golfo - hasta 300 km de la costa de Kuwait - los barcos argentinos corrían ciertos riesgos de chocar con misiles aire-mar (magnéticos, acústicos y de presión) "EXOCET", las múltiples defensas costeras  con instalaciones de misiles antibuque “Skilworm” y “FROG-7”  (de origen ruso pero Irak mejoró su precisión y alcance) que podrían hundir una corbeta de un solo impacto.

Algunas curiosidades que los argentinos pudieron haber encontrado en el variado e imaginativo arsenal del ejército iraquí fue un avión civil "Dassault Breguet Mystere Falcon 50" que había camuflado en su vientre un misil "Silkworm" con la obvia misión de un ataque kamikaze.


Aunque no contó con apoyo logístico propio, "ALFIL 1" demostró gran versatilidad y profesionalismo en el desempeño de las tareas asignadas entre sí, manteniendo las operaciones navales del grupo de batalla liderado por el portaaviones "USS-Midway" y su abastecimiento. línea para que la munición y el combustible estén disponibles en todo momento, cumpliendo el objetivo de sostenibilidad bajo la denominación "TACLOGS"  .


A pesar de todo esto, el estado argentino ha mantenido un velo de niebla que ha ido cubriendo con esmerado reconocimiento las actividades de servicio que este grupo realizó y que llevaron al exitoso desarrollo de estas tareas tácticas.

“LAS CONFERENCIAS DE DHAHRAN”




Una prueba más de que la Crisis de 1990 entre Iraq y Kuwait tenía un final previsto y bien planificado del cual Buenos Aires no tenía la más mínima idea ¿Estuvieron presentes representantes navales argentinos en aquellas conferencias?





Cuando George Bush y Collin Powell fueron notificados de lo que había ocurrido en Kuwait, ninguno expreso sorpresa por lo sucedido y con una metódica parsimonia, cada uno por su parte, comenzaron a telefonear a sus respectivos asesores. Como lo hemos dicho anteriormente, la crisis entre Iraq y Kuwait de 1990 se había venido gestando silenciosamente con mucha paciencia desde el final de la guerra contra Irán en 1988 y su desenlace buscaba cortar definitivamente los lazos con Bagdad.


Eso en lo político, pero en el resto de las áreas que más involucradas estuvieron en la preparación del desarrollo de la crisis, tuvieron una intensa actividad hasta llegar a concretar lo que ya estaba planificado desde hacía tiempo y ello era, entrar a la región. El inducido fracaso de las conversaciones en “Jeddah” de julio de 1990 fue el detonador de los eventos por venir. Que a nadie le queden dudas de que la crisis sirvió magníficamente a dicho propósito y a la distancia queda también claro que Arabia Saudita fue parte (al menos sus núcleos vinculados a la inteligencia) en este plan. En realidad la familia real “Al Saud” siempre fue parte del Establishment político de Washington y haría cualquier cosa que se ajustaran a los intereses de la geopolítica del momento.


Cuando se comenzaron a esbozar las primeras sugerencias de lo que Washington debería hacer para tratar de contrarestar una potencial (o más bien imaginaria) expansión del ejército de Saddam Hussein sobre los campos petroleros sauditas, muchos ingenuamente susurraron -incluyendo por supuesto al estamento político argentino- “los árabes no toleraran que los infieles cristianos, y mucho menos los demonios estadounidenses, pisen el suelo donde se asientan las dos principales ciudades santuario del islam”. Ciertamente que el mundo árabe islámico se sacudió con la masiva llegada de tropas angloestadounidenses (y ello fue muy bien censurado por la prensa occidental) pero, no en Arabia Saudita que curiosamente tiene la responsabilidad de custodiar La Meca y Medina.


En aquellos momentos, el gobierno peronista de Carlos Menem trataba de congraciarse con Washington y con esta crisis encontró la oportunidad de oro. Con una gran ingenuidad, creían que con esto enmendarían el vergonzoso papel adoptado antes de finalizar la Segunda guerra mundial y pasarían sin pausa a ser parte de la OTAN. Desde la distancia, una muestra de candidez política imperdonable que reflejo en parte, el grado de improvisación de sus decisiones. Pero lejos de haberse asesorado con tiempo y compromiso y mucho menos contemplar todas las instancias que un compromiso semejante podrían producirse, los funcionarios (políticos y militares) argentinos se dejaron guiar por las versiones oficiales de la Casa Blanca que los medios norteamericanos difundían día y noche por satélite a todo el globo.


La campaña mediática de demonización del gobierno de Saddam Hussein y de Iraq fue una canallada que Washington y sus aliados reiterarían en otros complots por venir. Ciertamente que Iraq había ocupado Kuwait pero las motivaciones que estuvieron detrás de ello y las propuestas para la resolución pacífica de la cuestión fueron despreciadas por Washington y deliberadamente ocultadas a la opinión pública en general (incluyendo claro, a la Argentina). Lo imperdonable de esto no es solo la tendenciosa –pero entendible- propaganda televisiva de la CNN o de los medios gráficos como “The Washington post” y “The New York Times”; eso era esperable.
Lo que no puede esperarse y mucho menos explicarse es que un gobierno (en este caso el argentino) se haya dejado llevar de las narices por toda esta intoxicación informativa y por medio de ella haya metido a su país en una guerra completamente ajena a sus intereses soberanos.


Detrás de todo el telón mediático de aquel entonces, los estrategas y asesores de defensa del Pentágono trabajaron día y noche para poner en movimiento una campaña que de no haber sido planificada décadas antes, hubiera sido imposible de montar en unos meses como lo hicieron. En razón de verdad la planificación para desplegar una monstruosa fuerza militar como la vista en aquel entonces, había sido concebida para la hipótesis de enfrentamiento con el Pacto de Varsovia en épocas de la Guerra Fría. Pero esta planificación no servía en su concepción original y hubo que remozarlo a las necesidades políticas y estratégicas de la ocasión y adaptarlo para hacer frente a un enemigo mucho más geográficamente limitado y pequeño.


Las fuerzas estadounidenses por si solas no podían afrontar el desafío de una operación militar tan compleja, incluso con el apoyo de sus aliados británicos. Fue por el ello que a instancias del Comando en jefe del Comando Central de los Estados Unidos USCINCCENT a la par de que desde La Casa Blanca se distraía a la opinión pública con supuestas gestiones de paz y esfuerzos de Naciones Unidas por distender la situación, los asesores y generales del Pentágono que ya estaban en Arabia Saudita preparaban las operaciones para el movimiento de un gigantesco ejército compuesto por los más variados sistemas de armas de varios países. En dichas planificaciones no estuvieron invitados los representantes de Naciones Unidas o alguna delegación de “Cascos Azules” de la UNPROFOR o unidad similar por el simple motivo de que quienes dirigirían las operaciones sería el USCENTCOM y respectivos comandos de operaciones tácticas a determinar en dichas conferencias.


No solo había que justificar la conformación de una Coalición internacional con una capacidad ostensiblemente ofensiva, algo para lo cual Naciones Unidas colaboro escandalosamente sino que había que armarla, coordinar sus operaciones y determinar objetivos dentro del TOK. Para ello y a instancias de EEUU se llevaron adelante dos conferencias importantísimas para establecer el grado de participación, capacidades, roles y objetivos a cumplir. Dichas reuniones se efectuaron entre el mes de octubre y noviembre de 1990 bajo un total hermetismo y lejos de la prensa en la ciudad saudita de Dhahran donde acudieron los representantes de cada fuerza armada que se había plegado a la iniciativa norteamericana ¿Acudieron representantes navales argentinos? No hay ninguna referencia o documento que dé cuenta de esto, no al menos que se conozca oficialmente.


Lo cierto que en la primera de estas reuniones, realizada a mediados del mes de octubre se discutió cuál debía ser la entidad de la fuerza para proteger a Arabia Saudita y al resto de los emiratos ante una hipotética ofensiva iraquí. Aunque Saddam no tenía la mínima intención de hacer algo así, el rumor servía a los propósitos de Washington. La primera conferencia denominada MAPEX realizada el 4 de Octubre en la ciudad de Dhahran, se discutió junto a los jefes de varias Armadas, como se desplegaría una defensa aérea, terrestre y naval sobre la región. Allí se determinó que dichas operaciones se denominaría “Escudo del Desierto” dejando en claro que se requerían de más fuerzas para llevar adelante otra fase que no era otra que la que luego se conocería como “Tormenta del Desierto”. Haberlo dicho públicamente en ese momento habría sido contraproducente e incluso podría haber espantado a varios de sus “espontáneos aliados” que como Argentina solo buscaban una mera participación figurativa.


Recordemos que para esos momentos, las naves argentinas que conformarían uno de los grupos de tareas de las operaciones, no habían llegado al Golfo Pérsico y se desconoce si oficiales o agregados del Estado Mayor de la Armada Argentina haya asistido las conferencias que aquí estamos tratando y mucho menos que hayan producido documentos referentes a dicho evento.


Para el 14 de noviembre se llevó a cabo la segunda conferencia en la cual solo asistieron los comandantes de las armadas de los países más relevantes (en la cual no estuvieron con seguridad los argentinos), donde se les revelo los planes y objetivos para una operación ofensiva posterior. Allí se definieron los grupos operativos (Task Forces) roles de combate, orientación y resolución de asuntos que durante las operaciones podrían sucederse y por supuesto, definir la protección, asistencia y apoyo de las rutas y vías de abastecimiento para una de las fuerzas militares desplegadas más grandes desde finales de la segunda guerra mundial. Recién para comienzos del mes de diciembre, EEUU y el Reino Unido comienzan a informar a sus principales aliados (en particular a Egipto) de cuáles serían los planes reales.


Sin dudas que esto demuestra que en Buenos Aires y mucho menos en la Casa Rosada, estaban al tanto de lo que implicaba su participación en aquella “fuerza multinacional. A la luz de esto, queda en evidencia que nadie sabía que esto iba mucho más allá que una operación de bloqueo naval a instancias de Naciones Unidas. Fue por ello que cuando vence el ultimátum para que las tropas iraquíes se retiraran de Kuwait y ya sin poder un paso atrás, la misión naval del grupo de operaciones T.88 quedo atrapada y sometida a los lineamientos de estos planes operativos que habían sido concertados en dichas conferencias.

4/12/21

“LA NUEVA LUCHA”, MAS EL RECONOCIMIENTO A LAS FUERZAS CANADIENSE, QUE ESTUVIERON A LA PAR NUESTRA EN EL GOLFO PERSICO 1991



“LA NUEVA LUCHA”


Por años la situación de los marinos argentinos en la guerra del Golfo Pérsico de 1991 había quedado oculta bajo la alfombra de la historia. Según últimos trascendidos, la justicia estudia un caso referido a esto ¿Habrá llegado la hora del reconocimiento oficial?






Tras una investigación realizada en varios casos de los gobiernos que enviaron efectivos a la guerra del Golfo Pérsico en 1991, solo hay un país que increíblemente aún no ha reconocido la condición de veteranos a sus hombres y ese es el caso de la república Argentina. Este particular caso había venido siendo un tema para nosotros entendiendo que a más de 25 años de aquella terrible guerra y de las implicancias que la rodearon y las consecuencias que aún siguen palpando miles de aquellos veteranos que consideramos camaradas (más allá de las nacionalidades), se hace necesario resaltar cuando nos llegan novedades alentadoras sobre su situación.


Hasta donde nos habíamos enterado, solo algunos contados casos habían sido puestos al conocimiento de las autoridades gubernamentales de este país para que se les diera el tratamiento correspondiente enfocado al reconocimiento de la condición de veteranos de guerra, inentendiblemente relegado por su gobierno.


Según nos comentan, hace unos días se interpuso ante la justicia federal argentina el primer pedido formal ante la justicia de un caso de los más de 500 marinos que participaron en el denominado grupo “Alfil 1” ( Derecho y justicia. “La cuestión, Veteranos del Golfo Pérsico”. Pese a lo misérrimo del número, pareciera ser la punta de flecha de un reclamo que más tarde o más temprano debiera masificarse.


Por lo pronto y más allá de cuanto tarde en procesarse este reclamo judicial, hay algo que aún no se logra entender, desde la lógica claro, de otras legislaciones que no han dudado en ningún momento reconocer a sus hombres de armas los derechos que por ley de servicio les corresponde.


El caso de los argentinos no se entiende. Algunos de sus colegas y compañeros de tareas como fueron los marinos canadienses quienes operaron en el marco de la que denominaron “Operación Fricción”, prestaron junto a los argentinos y españoles, tareas vitales para el desarrollo y preparativo de lo que sería la llamada “Operación Tormenta del Desierto” que se dividió en varias fases.


Tal como lo señalan los veteranos navales canadienses, uno de los objetivos encargados a estos grupos de tareas estaba el asegurar el tránsito de las aguas del Golfo y mantener ininterrumpido el abastecimiento del material bélico que debía desembarcarse, especialmente en los puertos sauditas


(http://www.veterans.gc.ca/eng/remembrance/history/canadian-armed-forces/persian-gulf ).


Sin una fuerza naval de respaldo como la actuante, el desarrollo de las otras fases de la misión hubiera fracasado ya que como lo señalaron los entonces jefes militares a cargo del USCENTCOM, de los mandos aéreos agrupados en el CINCCENT y el mando naval NAVCENT, el tren logístico era crucial para el éxito de la campaña planificada la cual, debía ser lo más rápida posible.


El transporte de material y pertrechos fue en lo que respecta a la Campaña Tormenta del desierto, un desafío extraordinario que estuvo muy bien pensado y que resulto al final de cuentas una empresa muy bien calculada, pese a los márgenes de probabilidades de error existentes y posibles contingencias no programadas en dichas operaciones.


En ese marco uno de los suplementos vitales para el funcionamiento del tren logístico era el combustible y más precisamente, el combustible naval que no podía ser reemplazado por el existente en los emiratos del golfo. Ningún buque en operaciones en ese momento y menos aun los portaaviones, podían prescindir de éste aprovisionamiento ya que una de las características que había que mantener era la dinámica operativa (movimiento continuo).


Si bien Arabia Saudita aprovisiono con su combustible a las unidades terrestres norteamericanas y británicas, las necesidades del combustible naval como el aéreo (Despachado por buques tanque) fueron necesarios traerlos por los convoyes marítimos que el plan logístico tenía previsto. Hacerse con éste elemento tenía sus complicaciones.


Simplemente habían dos factores que entorpecía esta provisión: Una era la poca disponibilidad del tipo de combustible útil (Navy Special) y el otro, el peligro latente que suponía el movimiento de atraque y salidas de la gran cantidad de buques operando en aquella oportunidad.


Entre las contingencias que preocuparon a los cerebros que coordinaba las operaciones desde Dharhan y Riad, estaba la libertad y seguridad de paso por el estrecho de Ormuz, que pudo haberse visto alterada por un repentino vuelco de Irán hacía su vecino que dicho sea de paso (y para no olvidar), pese a la cruenta guerra que tuvieron (1980-1988), Teherán permitió que mucho material del ejército y la fuerza aérea iraquí pudiera ser evacuado a su territorio.


De haberse producido este vuelco en la configuración del teatro, el movimiento de esas miles de toneladas de material que se transportó por agua hasta los frentes en Kuwait simplemente hubiera cortado el abastecimiento y el desastre hubiera sido asegurado. Solo para tener en cuenta una de las finalidades de la logística implementada, fue que por vía marítima se transportaron miles de toneladas en alimentos (39 a 40 millones de raciones), agua mineral y conservantes para unos 679.700 hombres de la Coalición (contando tropas de infantería y tripulantes de vehículos) reunidos en Arabia Saudita.


Si lo iraquíes hubieran tomado la iniciativa y tan solo hubieran comenzado a realizar ataques aislados sobre las primeras tropas que llegaban a territorio saudita y desplegado equipos de sabotaje en toda la península, no solo no hubieran podido cortar esas líneas de suministros sino que incluso estaríamos hablando de otra historia.


La fase logística debía ser como una cadena en movimiento continuo que entraba y salía por el estrecho de Ormuz, debiendo la flota aliada compuesta por diversos grupos de tareas (conformados por navíos de combate), prestar asistencia, custodia y seguridad para que ninguno de los buques de transporte y las naves hospital fueran blanco de un ataque por parte de unidades enemigas que pudieran infiltrarse en la noche.


Fue de ese modo que el grupo “ALFIL 1” compuesto por dos naves de guerra de la Armada Argentina, trabajaron codo a codo con las naves del grupo español compuesto por la corbeta “Cazadora”, el buque de transporte “Aragón” y la fragata “Santa María” las cuales a pesar de los anuncios de su gobierno que aclararon que sus unidades solo mantendrían posición en una “segunda línea de guerra” (como una forma de calmar las ansias de las familias y la oposición política interna), fueron parte vital de las operaciones de apoyo logístico a las operaciones que se desarrollarían desde Ormuz hasta las costas de Kuwait.


No hay que olvidar que otra de las funciones tácticas encomendadas a estas fuerzas de tareas fue la de proteger el litoral marítimo de Arabia Saudita que, según el Pentágono era el próximo objetivo de Iraq. En ese marco las naves argentinas y sus colegas canadienses y españoles, patrullaron regularmente los espacios acuáticos mencionados estando enmarcados junto a los EEUU, Gran Bretaña y el resto de países de ésta Coalición Aliada en la llamada Operación Escudo del Desierto que se extendería hasta las postrimerías del 16 de enero de 1991.


En lo que respecta a las actividades del grupo de tareas “Alfil 1”, parte de sus operaciones estuvieron dirigidas a hacer cumplir con lo resuelto por las resoluciones de Naciones Unidas pero, para ello, y en el marco de las estrictas directivas del mando militar de la Coalición con base en Riad, llevaron adelante un bloqueo naval con la finalidad táctico-militar (que se coordinaba con el plan estratégico general) de cortar el suministro de materiales y apoyo que pudiera llegar a Iraq por mar.


Fue por ello, que dichas tareas fueron a posterior del final de la guerra calificadas por los mandos navales estadounidenses como “destacables”. Todo esto y un cumulo informativo más fue parte de la demanda judicial presentada por un familiar de uno de éstos veteranos el 3 de agosto último.



Para concluir, no hay que olvidar que el desarrollo de la fase logística fue la condición sin la cual, no se hubiera podido implementar ni las acciones hostiles de bloqueo, las interdicciones y mucho menos la misma operación “Tormenta del Desierto”. El 95% del material llevado a los puntos Alfa en Arabia Saudita y luego en Kuwait pasaron por las aguas del Golfo Pérsico y para ello, Washington solicitó a la OTAN que pusiera a su disposición sus unidades navales compuestas por 140 buques de transporte que movilizaron 119 convoyes los cuales, fueron custodiados entre otros, por el grupo de tareas “Alfil 1” que involucro nada menos que más de 500 hombres, una dotación superior a la provista por España pero con una notable diferencia: A estos si se les reconoció su condición de veteranos.


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Las Fuerzas Armadas Canadienses y la Guerra del Golfo

Introducción




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La Guerra del Golfo de principios de la década de 1990 fue una lucha bien conocida por muchos. Más de 4.000 miembros de las Fuerzas Armadas Canadienses sirvieron en la región del Golfo Pérsico en 1990-1991 como parte de la Coalición internacional de países que se unieron para expulsar a las fuerzas invasoras de Irak de Kuwait. Después del conflicto, los canadienses continuarían sirviendo en los esfuerzos de mantenimiento de la paz y aplicación del embargo en la región durante varios años.
El golfo Pérsico

Irak y Kuwait son países árabes ubicados uno al lado del otro en el corazón del Medio Oriente rico en petróleo, una región del mundo llena de historia. De hecho, muchos historiadores dirían que la propia civilización humana nació en el "Creciente Fértil", la tierra entre los ríos Tigris y Éufrates en el actual Irak.

En la 20 ª siglo, tanto en Irak y Kuwait lograron la independencia. Sin embargo, la relación entre los dos países no ha sido fluida. Iraq había sentido durante mucho tiempo que Kuwait era realmente una parte de Iraq y que las plataformas petrolíferas kuwaitíes estaban aprovechando ilegalmente los campos petroleros iraquíes. A fines de la década de 1980, las tensiones aumentaron y las relaciones empeoraron mucho. El 2 de agosto de 1990, la situación llegó a un punto crítico cuando las fuerzas iraquíes invadieron Kuwait, tomando rápidamente el control de su vecino mucho más pequeño.
El mundo responde

Muchos en la comunidad internacional condenaron el audaz acto de agresión de Irak y Canadá pronto se unió a una Coalición multinacional liderada por Estados Unidos de 35 países para restaurar la libertad en Kuwait. Funcionando bajo el mandato de una resolución de las Naciones Unidas (ONU) que aprobó el uso de la fuerza, la Operación Escudo del Desierto vio la acumulación de fuerzas de la Coalición en la región del Golfo. La participación de las Fuerzas Armadas Canadienses en los esfuerzos militares se denominaría Operación Fricción .

Las primeras contribuciones militares de Canadá llegaron en el mar en agosto de 1990, cuando tres de nuestros buques de guerra zarparon hacia el Golfo Pérsico para formar parte de una flota de la Coalición que aseguraría las aguas frente a Irak y la ocupación de Kuwait. Los aviones de combate canadienses CF-18 fueron enviados al Medio Oriente en octubre de 1990 para ayudar a tomar el control de los cielos sobre el Golfo. En noviembre de 1990 también se estableció un cuartel general conjunto de las Fuerzas Armadas Canadienses en la región en Manamah, Bahrein. Las unidades médicas, de comunicaciones, logísticas y de seguridad canadienses también desempeñarían valientemente funciones de apoyo en la Guerra del Golfo.

Del 16 al 17 de enero de 1991, comenzó la Operación Tormenta del Desierto cuando las fuerzas de la Coalición lanzaron una campaña aérea devastadora después de que se ignorara la fecha límite para la retirada de Irak. Esto fue seguido por una ofensiva terrestre de infantería y blindados que comenzó el 24 de febrero y que rápidamente expulsó a los iraquíes de Kuwait. Esto cumplió su mandato de liberar Kuwait, y las fuerzas de la Coalición cesaron la ofensiva el 28 de febrero y ofrecieron un alto el fuego que Irak aceptó el 3 de marzo. El final de la guerra dejó a Irak derrotado pero el líder del país, Saddam Hussein, retuvo el poder. Permanecería en control de Irak durante más de 12 años hasta que la segunda Guerra del Golfo de 2003 finalmente lo sacó del poder.

Después de que terminó la Guerra del Golfo, las tropas canadienses permanecieron en la región como parte de la misión de mantenimiento de la paz de la ONU a lo largo de la frontera entre Irak y Kuwait, monitoreando la zona desmilitarizada entre los dos países, investigando violaciones del alto el fuego y limpiando minas terrestres. Canadá también tuvo un papel en los años siguientes en la comisión especial para buscar las instalaciones de producción de armas biológicas, químicas y nucleares de Irak. En el agua, los buques de guerra canadienses ayudaron a hacer cumplir las sanciones económicas que se habían impuesto a Irak después del conflicto.
Hechos y cifras
El hecho de que Irak poseyera armas químicas y biológicas, así como grandes misiles que podrían usarse para atacar a los países vecinos, puso a toda la región muy tensa en 1990-1991.
El número máximo de miembros de las Fuerzas Armadas Canadienses en la región del Golfo Pérsico al mismo tiempo fue de unos 2.700 efectivos.
El Grupo de Trabajo Naval Canadiense, que consiste en los destructores HMCS Terra Nova y HMCS Athabaskan , y el buque de suministro HMCS Protecteur, ayudó a apoyar los esfuerzos de la flota de la Coalición en la región. Cinco helicópteros Sea King con el Escuadrón No. 443 también formaron parte de esta fuerza.
Los escuadrones de reactores CF-18 con aproximadamente 500 efectivos operaban desde las bases 'Canada Dry' en la nación del Golfo Pérsico de Qatar, realizando misiones de control aéreo de combate, escolta y reconocimiento. Por primera vez desde la Guerra de Corea, durante el conflicto se produjeron ataques canadienses aire-tierra.
El Grupo de Transporte del Comando Aéreo Canadiense transportaba personal y carga en la región. Uno de los aviones canadienses se utilizó en tareas de reabastecimiento de combustible aéreo para las fuerzas aéreas de la Coalición.
Un hospital de campaña canadiense con 530 empleados se estableció en Al-Qaysumah, Arabia Saudita en febrero de 1991. Este hospital atendió tanto a los heridos de la Coalición como a los iraquíes.
Los soldados de unidades como el Royal Canadian Regiment y el Royal 22 e Régiment realizaron tareas de seguridad en las instalaciones canadienses en el Medio Oriente en 1990-1991.
Héroes y valentía



En una calurosa tarde en la ciudad de Kuwait, un camión de convoy de la Coalición sobrecalentado se incendió repentinamente, provocando una serie de explosiones que hirieron a muchos soldados estadounidenses. El Capitán Fred Kaustinen, comandante interino del 1er Regimiento de Ingenieros de Combate de Canadá , y 50 de sus tropas tomaron medidas inmediatas, proporcionando tratamiento de emergencia y evacuación a los heridos.

La Guerra del Golfo marcó la primera vez que las mujeres miembros de las Fuerzas Armadas Canadienses realizaron tareas de combate. Fue especialmente desafiante para estas mujeres pioneras porque estaban sirviendo en países conservadores del Medio Oriente donde los roles de género tradicionales son muy diferentes a los de Canadá.

El HMCS Athabaskan participó en una tensa misión en febrero de 1991, cuando el barco acudió en ayuda del USS Princeton , que había sido gravemente dañado por las minas iraquíes frente a las costas de Kuwait. Manteniendo una vigilancia atenta mientras cruzaba cientos de kilómetros de aguas peligrosas y navegaba a través de campos de minas enemigos, Athabaskan escoltó un remolcador de la flota de la Coalición que extraería de manera segura el buque de guerra estadounidense.
Sacrificios



Los teatros de guerra, como el Golfo Pérsico a principios de la década de 1990, son lugares peligrosos. Hay muchos riesgos que van más allá de los obvios del ataque enemigo o las minas terrestres. Los incidentes de incendios amistosos, los accidentes de vehículos y el impacto psicológico de servir en condiciones tan estresantes pueden tener un costo muy alto y de por vida. Algunas condiciones médicas debilitantes han afectado a algunos veteranos de la Guerra del Golfo, incluidos síntomas como fatiga crónica, problemas respiratorios y dolores musculares.

Afortunadamente, ningún miembro de las Fuerzas Armadas Canadienses murió en el curso de la Guerra del Golfo. Sin embargo, un total de más de 1.800 canadienses han muerto en el servicio militar en los años de la posguerra. Sus nombres están inscritos en el hermoso Libro de Recuerdos al Servicio de Canadá que se exhibe en la Torre de la Paz en Parliament Hill en Ottawa.

29/11/21

ASI FUE LA BATALLA NAVAL MAS IMPORTANTE DE LA GUERRA DEL GOLFO PERSICO




El 28 de febrero de 1991 terminó la Guerra del Golfo, un conflicto que durante casi siete meses enfrentó al gobierno de Irak con una coalición de 34 países liderados por el ejército de Estados Unidos.


El 2 de agosto de 1990, el dictador iraquí Sadam Husein ordenó la invasión de Kuwait, un pequeño país árabe con grandes reservas petrolíferas. Irak también es un país muy rico en petróleo, pero estaba en disputa con Kuwait por una serie de pozos petrolíferos en la frontera entre los dos países.

Las tropas iraquíes ocuparon las instituciones y detuvieron a las autoridades de Kuwait, y se instaló un nuevo gobierno títere para controlar el país. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) condenó el ataque, impuso sanciones económicas y bloqueó el tráfico aéreo para intentar detener la invasión, aunque sin éxito.

La ONU dio un ultimátum a Irak para retirarse de Kuwait antes del 15 de enero de 1991. Ante la negativa de Sadam Husein, se inició el ataque. A partir del 16 de enero, las tropas de la coalición internacional iniciaron la Operación Tormenta del Desierto.

En agosto de 1990, pocos días después de la invasión de Kuwait, Estados Unidos ya había desplegado sus tropas en Arabia Saudí para prepararse para el combate. Los estadounidenses no querían perder su influencia en una región tan rica en petróleo, y para ello necesitaban contar con gobiernos aliados como el de Kuwait.

La Guerra del Golfo tuvo el despliegue militar más importante desde la Segunda Guerra Mundial (1939-1945): cerca de un millón de soldados de la Coalición y medio millón de soldados iraquíes, miles de tanques y aviones de combate. Los aviones de la Coalición bombardearon día y noche las posiciones clave del ejército iraquí y varias ciudades en Irak y Kuwait.

Las tropas iraquíes se rindieron el 28 de febrero. En su retirada, incendiaron centenares de pozos petrolíferos de Kuwait para dejarlos inutilizados, lo que supuso una gran pérdida económica que también tuvo graves consecuencias a nivel medioambiental.

La Guerra del Golfo cambió también la manera de informar sobre los conflictos armados: en una época sin internet, las televisiones se lanzaron a hacer retransmisiones en directo, con los reporteros informando desde el mismo frente de batalla.

Las consecuencias de la guerra

La Guerra del Golfo tuvo consecuencias muy desiguales: murieron unos 500 soldados de la Coalición internacional, mientras que el ejército iraquí perdió entre 20.000 y 30.000 soldados (a falta de cifras oficiales). Además, murieron más de 4.000 civiles atrapados en medio del conflicto.

Irak quedó destrozado por los ataques de la Coalición, que bombardeó durante semanas ciudades e infraestructuras de todo el país: edificios gubernamentales, carreteras, espacios públicos... Por otro lado, la población iraquí tuvo que sufrir las consecuencias de las sanciones económicas impuestas por las Naciones Unidas como castigo por la invasión de Kuwait.

La Coalición consiguió liberar a Kuwait, pero el régimen represivo de Sadam Husein se mantuvo hasta 2003. Aquel año, los Estados Unidos iniciaron la invasión de Irak con el pretexto de que el régimen iraquí disponía de armas de destrucción masiva. El ejército estadounidense no se retiró oficialmente de Irak hasta 2011.

A día de hoy, Irak todavía sufre las consecuencias de estas guerras y de otros enfrentamientos, como la lucha por derrotar al Estado Islámico entre 2014 y 2015. La falta de recursos materiales y económicos hace muy difícil la recuperación, crece el malestar entre la población y cada vez hay más protestas contra la corrupción del gobierno.

Petróleo: el poder del oro negro

Los combustibles fósiles, y sobre todo el petróleo, son la fuente de energía más utilizada en todo el planeta. Precisamente, el petróleo es una de las materias más valiosas del mundo y se conoce como “oro negro”.

Los países con mayores reservas petrolíferas son los más ricos y, a menudo, eso significa también que tienen más poder e influencia sobre los asuntos internacionales. Estados Unidos es el principal productor mundial, Arabia Saudita es el segundo y Rusia, el tercero.

Gran parte de la producción mundial de petróleo tiene lugar en Oriente Medio, una zona muy inestable a nivel político. Por eso son tan importantes las alianzas internacionales que se crean entre estos países y el resto de países productores.

La riqueza de reservas es uno de los motivos por los que hay tantos conflictos armados en esta región, donde diferentes grupos se pelean por controlar la producción de petróleo en varios países.

2/11/21

“LOS PARTIDOS POLÍTICOS ARGENTINOS Y EL ENVÍO DE TROPAS AL GOLFO PÉRSICO (1990- 1991).


 DEBATES Y POSICIONES DEL OFICIALISMO Y LA OPOSICIÓN. ¿DISTINTOS PROYECTOS DE INSERCIÓN INTERNACIONAL?”



NO TE PIERDAS ESTE ANALISIS DE HISTORIADORES POLITICOS👇


 http://historiapolitica.com/datos/biblioteca/rrii_miguez.pdf




31/10/21

"FASE JURIDICA" CUANDO PREGUNTAS TE CONTESTAN CON QUE FUIMOS A UNA "MISION HUMANITARIA"



Causas, consecuencias y secuelas jurídicas de la Crisis iraquí-kuwaiti y posterior guerra del Golfo Pérsico de 1991

PRIMERA PARTE



Los hechos son a la historia como la argamasa para los ladrillos que construirán una pared solida. Sin aquellos es muy difícil de estructurar y contar un evento histórico con la mayor precisión y neutralidad posible. La crisis y guerra del Golfo Pérsico de 1990 a 1991 es sin dudas uno de ellos que pese a la importancia que ha tenido para la evolución de la historia geopolítica contemporánea no solo en el Medio Oriente sino a nivel global, ha sido muy poco tratada en lo referente a la faz jurídica de sus causas y consecuencias.


Obviamente no podemos abordar este tema en un simple artículo, pero haremos un esfuerzo por esbozar un panorama orientador que iremos desarrollando en posteriores presentaciones.


Si bien el 2 de agosto de 1990 los diarios y los noticieros del mundo informaban de la invasión de Iraq sobre el Emirato de Kuwait, ello escondía una compleja trama casuística ajena al conocimiento público e incluso a varios de los gobiernos occidentales que tomarían intervención (especialmente el argentino). Sin lugar a dudas existió desde el punto de vista de la Carta de Naciones Unidas, una agresión[1] reprochable del estado iraquí para con su vecino Kuwait pero ¿Qué causó aquella reacción y quiénes la respaldaron? Y una vez producida esta crisis ¿Qué caminos se tomaron para encarar y resolver esta situación?


Desde la retorica anglosajona encabezada por Washington, la acción de Iraq había ido contra la “Comunidad Internacional” en la cual, se agrupan los países, como actores estatales sujetos de derechos y obligaciones pero, había un par de preguntas a contestar ¿Qué alcance jurídico tenía por aquel entonces la tan mencionada Comunidad internacional?[2] ¿Era considerado Iraq un miembro de esa comunidad? Y si así fue ¿por qué no se le reconocieron los derechos como tal?


La historia del encono entre ambas entidades árabes viene desde la caída del imperio Otomano y la intervención de las potencias coloniales europeas lo agravo aun más. Esto se dio cuando Francia y Gran Bretaña se repartieron de forma arbitraria los territorios de toda la península árabe y la Mesopotamia bajo el bizarro Tratado Sykes-Pickot[3] firmado por ambos el 16 de mayo de 1916. Si bien Iraq había sido una provincia Otomana hasta 1920 y Kuwait ya tenía una identidad propia, ello no fue la génesis del asunto.






Tropas iraquies liberan la península Al Fao

En 1980 Saddam y el Partido Baath vieron con recelo el crecimiento de la revolución teológica chiita iraní y más allá de las históricas disputas por el control del canal Chatt Al Arab fue instigado por occidente (EEUU y la UEO)[4] para garantizar que aquella no rebalsara sobre el Golfo Pérsico.
Durante 8 años Iraq había servido de escudo humano (con el apoyo directo de EEUU desde 1986)[5] para frenar la amenaza de la tan maquinada desde occidente subversión chiita de la revolución iraní que atemorizaba a las monarquías árabes de Arabia Saudita y Kuwait las cuales no se vieron amenazadas, gracias al sacrificio iraquí[6]. En este marco, Hussein clamaba contra la ingratitud de sus primos ricos quienes por sus actitudes parecían desconocer el sacrificio que había hecho su pueblo. Era por ello que el robo que Kuwait llevaba adelante mediante sus perforaciones clandestinas y la violación de las cuotas de producción, era intolerable.


Antes de que se produjera este evento y en los meses previos, había una tensa situación diplomática entre Bagdad y Kuwait City producto de reclamaciones de compensaciones de guerra, la sobre producción de petróleo que bajaba los precios[7] y las denuncias cruzadas por robo de crudo usando perforaciones inclinadas en los campos iraquíes de “Al Rumailah”[8]. Sobre esto último, el canciller iraquí Tarik Aziz denunció que el robo venía desde 1980 y que el valor del crudo extraido ascendía a unos 2.400 millones de dólares.


Pero ¿Por qué Saddam Hussein y los jeques de la familia Al Sabah no llevaron el tema ante Naciones Unidas o incluso ante la Liga Árabe? El nudo del problema ya se venía tratando a puertas cerradas entre la familia árabe y el 28 de mayo de 1990 se celebro una cumbre en Bagdad donde Saddam dejo en claro ante sus concurrentes mediante un discurso las consecuencias de lo que califico como “una agresión”[9].


Como Bagdad vio que sus vecinos se mantenían inconmovibles, el 16 de julio Saddam Hussein dio curso a un memorándum al gobierno de Kuwait que vehiculizó a través de la “Liga Árabe” donde se reproducían las demandas anteriormente alegadas.


Pese a ello, los kuwaitíes hicieron oídos sordos. Por lo pronto ventilar el asunto en foros internacionales parecía un sin sentido, ello porque ambos, muy polarizados en sus posturas y sin querer escucharse. cada uno por su lado prefirieron escuchar los consejos de Washington de no levantar polvareda y resolver sus asuntos entre ellos que claramente estaba centrado en las ganancias del petróleo (obviamente con el seguimiento de EEUU).
Fue allí sin dudas donde como dice el dicho “el diablo metió la cola”.


Precisamente sobre la postura de Washington, las señales eran tan ambiguas como confusas. Si bien alegaba no tener una política en lo referente a los conflictos entre árabes, el 24 de julio llevo a cabo un ejercicio anfibio junto a las fuerzas armadas de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y desplegaba algunas fragatas al norte del golfo, mientras al mismo tiempo le aseguraba a Bagdad que no habría interferencias en sus asuntos vecinales.




Embajadora April Glaspie saliendo de su reunión con Hussein

Sobre esto último, no hay que olvidar aquel encuentro en Bagdad entre la embajadora estadounidense April Glaspie con el presidente Saddam Hussein en la tarde del 25 de julio de 1990, que puso en tela de juicio y despertó muchas sospechas sobre cual fue el propósito de su visita y el mensaje que le entrego al mandatario iraquí. Recordemos que las primeras versiones del contenido de esa entrevista, Glaspie le habría trasmitido a Saddam Hussein el apoyo de Washington ante sus reclamaciones pero que los funcionarios de la administración en La Casa Blanca negaron posteriormente.


Este episodio dejo en evidencia una intensión que lejos de buscar calmar las aguas, EEUU potenció el desenlace de la agresión indicando una deliberada provocación.


Para tratar de dirimir esta situación y pretendiendo ser neutral, Riad hizo de intermediario y kuwaitíes e iraquíes se reunieron entre el 31 de julio al 1 de agosto en “Jeddah” sin lograr nada por la intransigencia kuwaiti. Horas después las tropas iraquíes entrarían en Kuwait[10].






82° Aerotransportada desembarcando en Riad, Arabia Saudita

Ante todo debemos preguntarnos ¿Quiénes debían intervenir o quiénes tenían la legitimidad para intervenir en aquella crisis? Desde aquí veremos que, no fue Naciones Unidas quien encabezo los esfuerzos por tratar de distender la situación ya que se vio eclipsada por la labor de La Casa Blanca que, mucho antes de que la organización tomara cartas en el asunto, movilizó sus primeras fuerzas de combate a Arabia Saudita[11].


Si vemos esto desde un punto de vista jurídico, ello no tiene sentido salvo –que como lo veríamos luego- había un plan determinado para encarar un conflicto con una finalidad estratégica y política al largo plazo bien definida. Así, vemos que conforme avanzaron los días, la indebida influencia política de EEUU sobre un organismo que debería haber garantizado la neutralidad, llevó a que se trabaran varias iniciativas para distender la situación e incluso lograr la retirada de Iraq. Incluso la retorica agresiva de La Casa Blanca solo provocaba mayores provocaciones que suscitaban respuestas agresivas con consecuencias en el mercado del petróleo[12].


La responsabilidad iraquí dentro del espectro del derecho internacional[13] por esta agresión estaba clara pero, Naciones Unidas no tenía herramientas jurídicas más allá de sus resoluciones no vinculantes y sanciones del Consejo de Seguridad. Ello no excusaba a la organización de arbitrar otros medios de solución y de medir los movimientos que EEUU estaba realizando en paralelo porque, si había que garantizar la paz ¿Cómo podía interpretarse la movilización masiva de armamentos y ejércitos que Washington estaba impulsando en la región de conflicto?


La disyuntiva es clara. O se establecían negociaciones diplomáticas sin preconceptos (referidos al uso de lenguaje tendencioso: régimen, dictador, criminal entre otros) o se prepararía una operación militar con meros fines de escarmiento. Naciones Unidas conforme al Capitulo VII de su Carta orgánica debía velar por aquel fin por los carriles más razonables y obviamente sin contradecir la misma letra de la ley. Incluso, leyendo los artículos 41 y 42 de dicho capitulo, no se hace mención ni surge una explicita autorización para el uso de la fuerza y menos en la proporción en la que se vería a posterior[14]. Si preservar la paz o reestablecerla era el objetivo primordial del foro ¿Cómo podía explicarse el paulatino incremento de fuerzas bélicas en la región sin una debida intervención de su organización? Era como echar combustible para apagar un incendio.


La evolución de los acontecimientos en aquella oportunidad y las consecuencias que ello produjo hasta el presente en la región, demostraron que EEUU -mas allá de las resoluciones de la ONU- se preparo para la guerra contra Iraq y nunca tuvo la intensión de permitir un arreglo negociado al estilo de las Conferencias de Ginebra.


Sin dudas que la agresión iraquí sobre Kuwait era reprochable y condenable pero, aquello era un hecho consumado y por lo pronto Naciones Unidas debía arbitrar medios para mantener la paz y al mismo tiempo buscar los mecanismos para reestablecer la normalidad entre ambas partes. Lo que se vio inmediatamente al 2 de agosto con el despliegue de la llamada “Operación Escudo Del Desierto” y la ejecución de la “Tormenta del Desierto” no solo contradice los principios que inspiraron a la Carta orgánica y la más forzada interpretación del Capitulo VII, sino que llevó a que, bajo los argumentos de “mantenimiento de la paz y la seguridad”, -y como veremos en un próximo capitulo- se termino ejerciendo un desproporcionado castigo colectivo contra Iraq.


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[1] Resolución 3314 (XXIX) de la Asamblea General de Naciones Unidas define a la agresión como “La agresión es el uso de la fuerza armada por un Estado contra la soberanía, la integridad territorial o la indepen­dencia política de otro Estado, o en cualquier otra forma incompatible con la Carta de las Naciones Unidas, tal como se enuncia en la presente Definición”
[2] El término aun no goza de una precisión jurídica y por aquel entonces fue usado por Washington con una clara finalidad política. El solo concepto de Comunidad apareja una serie de elementos que como la moral que comparten sus miembros, encuentra un dilema en el conflicto dado entre países de una misma cultura y religión como Iraq y Kuwait.
[3] La firma de este Tratado entre CHARLES GEORGE PICKOT y MARC SYKES se dio en el contexto del fin de la Primera Guerra Mundial y el mismo refirió al reparto entre ambas potencias de los vastos territorios del derrotado imperio Otomano y que más tarde fue origen de todo tipo de conflictos limítrofes.
[4] Más allá del puntual perjuicio político que represento para EEUU el asunto de los rehenes en Teherán, compartían con la Unión Europea Occidental la preocupación por la agitación que se hacía contra Israel.
[5] A finales de 1986 Washington se inclino decididamente por un apoyo directo a Iraq para evitar que Irán se apoderara de Basora. Con ello se amplio la transferencia de armamento y tecnología militar con el consiguiente endeudamiento del país. Al mismo tiempo saldría a la luz una escandalosa operación de ventas de armas a Irán, ejecutada por la inteligencia estadounidense y que se conoció como IRAN-GATE.
[6] Al cruento sacrificio en sangre Iraq también contrajo una deuda externa descomunal de 70 mil millones de dólares por lo cual Bagdad quería que Arabia Saudita y Kuwait cumplieran con su promesa de condonarle su deuda.
[7] En 1989 la producción petrolera de Kuwait era de 162 millones de toneladas contra 97 millones de toneladas producidas por Iraq demostrando que el emirato no respetaba las cuotas fijadas por la OPEP.
[8] The New York Times. Com. “Confrontation in the Gulf. The Oilfield lying below the Iraq-kuwait dispute”, https://www.nytimes.com/1990/09/03/world/confrontation-in-the-gulf-the-oilfield-lying-below-the-iraq-kuwait-dispute.html
[9] SALINGER. P, LAURENT. E, Guerra del Golfo, Barcelona, 1991, p. 47 y sstes.
[10] A pesar de que la inteligencia NSA y la CIA estaban al tanto de los movimientos de tropas iraquíes, no pusieron de sobreaviso a los jeques Al Sabah.
[11] La 82° Infanteria Aerotransportada llego con todo su equipo el 9 de agosto a Arabia Saudita.
[12] Ante las continuas arengas de George H. Bush Bagdad el 20 de septiembre advierte que si es atacado destruirá los pozos petroleros de Kuwait. Para el 21 de septiembre el precio del petróleo trepo de 28 a 35 dólares el barril.
[13] De acuerdo al artículo 53 del Convenio de Viena sobre Derecho de los Tratados de 1969 define la obligatoriedad e imperatividad de las normas Ius Cogens del Derecho internacional público.
[14] Uno de los episodios que demostró la cruenta campaña de bombardeos de la Coalición sobre Iraq, evidencio una magnitud que iba más allá de los términos “mantenimiento de la paz y la seguridad”; El País.com. “Bombas sobre 15 ciudades iraquíes”, Publicado el 14 de febrero de 1991. https://elpais.com/diario/1991/02/15/internacional/666572406_850215.html