2/3/24

LA HISTORIA DEL EMBAJADOR DE KUWAIT EN ARGENTINA

 

ABDULLAH ALI ALYAHYA

“Estuve 45 días bajo fuego”: la historia del embajador de Kuwait en Argentina que luchó contra las tropas de Sadam Husein

Abdullah Ali Alyahya formó parte de la coalición que liberó el país en 1991 en la recordada e histórica “Tormenta del Desierto”. Fue uno de los más de 1.500 traductores que trabajaron con Estados Unidos y otras potencias.

Las guerras son dañinas, evitables y generan marcas que jamás se borrarán entre quienes las viven. Llegan de un momento al otro y, cuando ocurren, todo cambia. Eso es lo que le sucedió a aquel joven de 24 años que salía de la casa en la que vivía con su madre en el centro de la capital de Kuwait cuando de repente se encontró con helicópteros militares iraquíes que le sobrevolaban la cabeza. Era el 2 de agosto de 1990, el día en que Sadam Huseim invadió Kuwait y dio comienzo a lo que luego se llamaría la Guerra del Golfo.

Aquel joven es hoy el actual embajador de Kuwait en la Argentina. “Nunca tuve miedo y estoy orgulloso de haber participado en este proceso para liberar a mi país, aunque espero que estas guerras no se repitan nunca más”, relató Abdullah Ali Alyahya durante una entrevista con TN.com.ar. Como traductor de las tropas norteamericanas, con tan sólo 24 años Alyhya formó parte de la histórica coalición que expulsó a Irak de Kuwait y le puso un freno a las ambiciones militares de Sadam Husein en lo que se conoció como la “Tormenta del Desierto”.

Fueron años muy convulsionados en Oriente Medio. Irak venía de ser derrotado en una guerra de ocho años con su vecino Irán y Husein tenía, por un lado, un ejército de casi un millón de hombre listos para entrar en acción y, por el otro, una reputación que recuperar. Su decisión -errónea- fue invadir Kuwait, otro país limítrofe. “En la televisión veíamos que había enfrentamientos en la frontera, pero jamás nos imaginamos que iban a tomar el país como lo hicieron”, cuenta con tristeza el diplomático kuwaití.

Fue una etapa muy difícil que ningún ser humano querría vivir”, admite el actual embajador de Kuwait en la Argentina, para luego agregar: “Estoy intentando olvidarme de todo esto, no quiero transmitir este mensaje a las generaciones actuales porque digo que todo pasó por una persona que era un dictador que gobernó Irak por mucho tiempo y mi deseo es que nunca se repita una experiencia así”. Casi un millón de soldados integraron aquella coalición formada por 34 países y encabezada por los Estados Unidos. Abdullah Ali Alyahya era uno de ellos.

- ¿Cómo llegó a unirse a las tropas norteamericanas como traductor?

- Cuatro meses después de la invasión nos vimos obligados a dejar Kuwait junto a mi familia. Fuimos a los Estados Unidos porque por aquel entonces mi hermano mayor trabajaba en la embajada en Washington. A la semana de haber llegado el gobierno de Bush anunció que los estudiantes kuwaitíes podían unirse a las tropas como traductores. Con el apoyo de mi madre que me dijo que no me podía quedar de brazos cruzados, no dudé un instante y tomé la decisión de participar.

- ¿Cómo fue la preparación para el conflicto?

- La operación empezó en suelo norteamericano. Primero nos mandaron a una base militar de Nueva Jersey donde tuvimos un curso intensivo para disparar y capacitarnos para la guerra nocturna, química y todo tipo de conocimiento bélico. Luego viajamos a Arabia Saudita, un día antes del inicio de los bombardeos. Estuvimos 45 días bajo fuego. Era triste ver todas las víctimas fatales de Irak, pero también era alegre sentir que el país se estaba liberando.

- ¿Cuál era el trabajo que hacía como traductor?

- Escuchábamos llamadas entre las tropas iraquíes y también traducíamos en el campamento de prisioneros de Irak, aquellos soldados que se entregaban por miedo o porque no querían la guerra. Había muchos iraquíes que estaban en contra de esta guerra y esperaban el momento de la liberación para estar a salvo de las ejecuciones que realizaban contra quienes estaban en contra del conflicto en Irak.

Abdullah Ali Alyahya formó parte de un equipo de casi 1.500 traductores que trabajaron día y noche en las tiendas de campaña ubicadas en Arabia Saudita, base de operaciones de la coalición de potencias occidentales. En aquellos años Estados Unidos empezaba a tener muchos soldados ocios dada la decadencia de la Unión Soviética. Al punto tal que, como relata el embajador de Kuwait, “muchos uniformados habían viajado directamente desde Alemania”.

- ¿Qué recuerdo tiene de las horas previas al inicio de la llamada “Tormenta del Desierto”?

- Las horas previas fueron muy cortas. Como soldados no sabíamos cuándo iba a comenzar la operación terrestre. Ya había ataques aéreos que habían sido autorizados por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, pero el terrestre era el más importante para lograr la liberación de Kuwait. Recuerdo que era un día muy lluvioso cuando el general vino a la tienda y dijo: ‘¿Están listos para liberar a su país?’.

Sólo cuatro días les llevó sacar a Sadam Husein de Kuwait y tomar parte de Irak. La operación terrestre comenzó el 24 de febrero de 1991 y terminó el 28 de ese mismo mes. Alyahya cuenta que se movilizaron en 4 convoys distintos: uno directamente hacia Kuwait, otros dos a la zona fronteriza con Irak y un cuarto a Bagdad, la capital iraquí. “Desde adentro no me daba cuenta de la magnitud, pero según lo que supe fueron más de 24 kilómetros de vehículos de guerra”, relató con emoción el embajador durante la entrevista.

“Irak sufrió mucho por las políticas de una sola persona que masacró a su propio pueblo incluso antes de masacrar al pueblo de Kuwait”, reitera con énfasis Abdullah Ali Alyahya al hacer referencia a Sadam Husein, el histórico presidente iraquí que estuvo al frente del país hasta la invasión norteamericana en 2003 luego de los atentados a las Torres Gemelas.

Por su propio espíritu pero, en gran medida, por la experiencia vivida, el actual embajador de Kuwait en Argentina repite sin cansancio la importancia que tiene el diálogo y los vínculos políticos estables. “Hoy con Irak somos amigos”, se alegra. Lo mismo le sucede al hablar de la Argentina, con quien Kuwait “siempre tuvo relaciones fuertes, con todos los gobiernos, y cualquier cambio que se genera es positivo”, resumió hacia el final de una charla de casi una hora en uno de los principales salones de la embajada.

No hay comentarios: