23/2/16

“OBAMA CAE EN BUENOS AIRES”




¿Cuáles serían los motivos centrales de la inedita visita de Obama a la Argentina?

Por Dany Smith





Próximamente, la llegada a Buenos Aires del presidente norteamericano Barack Obama es sin lugar a dudas, un acontecimiento relevante en la vida política de Argentina y de la región del cono sur. Igualmente de importante lo es para el gobierno argentino que, dicho sea de paso, se encuentra en la misma frecuencia ideológica del Stablishment estadounidense. Ahora bien ¿qué significa para Obama y particularmente para los que verdaderamente manejan el poder en Washington, la visita a la Argentina? Para responder a esta cuestión, deberíamos ver antes el contexto en el que se realiza esta visita.


Sin dudas que el momento político para La Casa Blanca y para los EEUU en particular no es el mejor. Con el incremento de las tensiones con la Federación rusa por los asuntos en Ucrania y Siria, se agregan los roces con China, a quien la Armada estadounidense ha venido maniobrando en el mar de la China y sobre sus aguas meridionales –en torno a las islas Triton- , con claras intensiones de medir las capacidades de respuesta de la Armada asiática, que dicho sea de paso, tiene convenios de colaboración con la Armada de la Federación rusa. Es en este tipo de incidentes, en los que varios expertos opinan que “hay una deliberada intensión de EEUU por abrir un frente bélico en Asia” siendo sus principales motivos, el mantener en marcha la lucrativa economía bélica que ha sido el motor para la recaudación de dinero, bienes y riquezas varias que además de enriquecer a los magnates de la industria armamentística, proveen al estado norteamericano los incentivos y las justificaciones para mantener “el estado de movilización permanente” que para la industria armamentística y sus empresas satélite representan miles de millones de dólares al año.


A todo ello, el mandatario norteamericano debe agregar el crecimiento de su impopularidad doméstica en el marco de un crecimiento de la tasa de desempleo, el crecimiento astronómico de la deuda pública y los problemas que surgen de cada vez más complejas situaciones entre las empresas de servicios y el consumidor, sus contradicciones en el tema del “ISIS” y las impopulares medidas para involucrarse aún más en los conflictos que aquella franquicia ha creado dentro de Siria e Iraq, para citar a los más conocidos.



En el aspecto de los derechos humanos, Obama no ha repuntado en la imagen que los EEUU se ganaron tras la puesta en evidencia, que sus agencias de inteligencia y sus fuerzas militares de ocupación, desarrollaban y siguen desarrollando torturas, abusos y ejecuciones sumarias contra prisioneros de los países invadidos. A pesar de que en 2009 el mandatario fue galardonado con el “Nobel de la Paz”, los asesinatos selectivos de la CIA, los bombardeos con DRONES y las acciones intrusivas contra la soberanía de otros países siguen sin pausa.


Fue precisamente en este tema, que Obama baso su campaña electoral para llegar a la Casa Blanca, en medio de la indignación internacional por las aberraciones comprobadas en los campos de concentración en Iraq, Afganistán y el insólito Dungeon para musulmanes de Guantánamo, ubicado a pocos kilómetros de la Cuba “Castrista”. En este sentido allá por junio del 2007 afirmó“Vamos a cerrar Guantánamo. Vamos a restaurar el Habeas Corpus. Vamos a dar ejemplo no solo con palabras, sino con hechos. Esa es nuestra visión para el futuro”. Otra de sus promesas fue dejar de lado la política de agresión y de sometimiento a las naciones más pequeñas y con claras desventajas cuando por septiembre del 2014 aseveró “Las naciones más grandes no deberían poder intimidar a las más pequeñas” y una pléyade de promesas más que fueron rotas tan rápido llego a la Casa Blanca. Una contradicción muy acorde a la actual situación de virtual guerra fría con la Federación rusa, es aquella en la cual había prometido reducir el costo y los gastos para la defensa queriendo mostrar que buscaba la paz, incluso reduciendo el poder militar de su país. Pero, no tardo en contradecir estas promesas cuando en Julio del 2008 aseveró “Necesitamos más tropas, más helicópteros, más Drones Predator en la región de la frontera Afgana”. Incluso, sus contradicciones han llevado a desatar las incertidumbres de israelíes y palestinos ante posturas que son imposibles de reconciliar.


Para los anglófilos y partidarios de la american way estos antecedentes son cosas del pasado e incluso la visita de Obama es tan o más importante que la del Papa, dejando a la vista que todas las incongruencias y los desatinos del mandatario no cuentan al momento de meritar su importancia política.




Desde el punto de vista de la agenda de la política estadual, Obama seguramente trae más pretensiones que ofrecimientos, algo que, asombrosamente, no causa inquietudes en la Rosada. Y pese a que la visita es particularmente importante para el gobierno de Mauricio Macri, aunque cueste creerlo, la misma representa una gestión vital para los intereses de EEUU. Entre los temas en la agenda de Obama estaría el nuevo rol de la Argentina en el contexto del enfrentamiento con Rusia, China e Irán que sigue su progresivo agravamiento y con una cuenta regresiva en marcha. Con la base china en Neuquén y los inconvenientes que ello supone para las operaciones de inteligencia electrónica a cargo del Pentágono, es seguro que Obama traiga un plan especifico para contrarestar este asunto. En este sentido, una de las propuestas que traería consigo el mandatario es la de un “estrechamiento en el área militar” que bajo el rótulo de la “cooperación”, haga posible la instalación de una base aérea permanente en el sur, algo de lo cual han venido corriendo rumores extraoficiales.


Pero a nivel mediático, no se ha mencionado ni se mencionaran estos tópicos. Desde las versiones oficiales, se trata de una “agenda bilateral” en la cual Obama y Macri trataran varios temas de capital importancia para ambos países, especialmente enfocados sobre los económico y financiero; pero en la realidad, es imposible que haya una agenda similar ya que entre Argentina y los EEUU no existe una situación de paridad y menos aún de similitudes que pueda generar una conversación entre “iguales”. Por lo que, los puntos de la agenda de Washington vienen para ser entregados y puestos en macha sin ningún tipo de condiciones por el gobierno argentino.


El punto gravitante para exponer como “muy positivo” por parte del gobierno de Argentina ante la opinión pública es el económico y en especial en lo que se refiere al regreso de las inversiones privadas que “traerían capitales que reactivarían el desarrollo y el empleo”; ¿acaso no se trata de un dejavu? Y es que este argumento fue el mismo que por allá en la década de los noventas, el menemismo y en especial el ministro Domingo Felipe Cavallo puso sobre la mesa para sustentar aquellas relaciones carnales que culminaron siendo una verdadera violación.



Pero más allá de la repetida cantinela de las “inversiones privadas” y negociados que llenaran los bolsillos de los altos ladrones de la City y de los grupos concentrados –repitiendo el zaqueo de la década menemista-Obama trae consigo puntos en la agenda que son bastantes oscuros. Uno de ellos es el tema de las políticas de inteligencia y seguridad a las que Argentina deberá comenzar a implementar, como parte de los intereses de la “seguridad nacional” que Washington despliega en su “lucha contra el terrorismo” y que dicho sea de paso, ha servido para controlar los asuntos internos y a los individuos sospechosos de cada país. Los puntos que Obama trae consigo han sido elaborados por el director de la CIA John Brennan quien, además de ser responsable de las últimas acciones de su agencia en Siria, Iraq, Afganistán y Pakistán, había revelado sus conclusiones para acabar con los gobiernos progresistas de la región.


Sin dudas, ésta área del estado comenzara a trabajar con mayor dedicación y prolijidad bajo el estricto seguimiento de la “agencia”, que no permitirá irresponsabilidades y menos aún la inclusión de aficionados políticos que solo han venido aprovechando éste órgano (AFI) para sus propios intereses. En el juego que la CIA tiene montado desde hace ya quince años, no hay lugar para desprolijidades que puedan significar la filtración informativa que tanto ha venido molestando a las políticas de Washington.


En conclusión, la visita de Obama no es más que la preparación del terreno para su futuro reemplazante en la Casa Blanca, que muy seguramente –y como se ha estado viendo en la evolución política interna- será la inefable Hillary Clinton que pueden creerlo o no, a pesar de estar bajo investigación ante el “House Bengazi Committe” por sus nebulosos contactos con los asuntos sucios de la CIA en Libia, se avizora como la próxima presidente con lo cual se pronostican el agravamiento de las situaciones conflictivas y el endurecimiento de las políticas de intrusión, espionaje y control a cargo de las agencias federales alrededor del globo y claro, sobre Argentina.

20/2/16

“LA VERDAD SOBRE LA BATALLA DE BAGDAD”


Nuevas revelaciones de veteranos norteamericanos sobre como el gobierno estadounidense encubrió el uso de armas destrucción masiva en la conquista de la ciudad de Bagdad


Por Charles H. Slim y Pepe Beru






La invasión a Iraq en 2003, fue sin dudas uno de los episodios de la historia contemporánea, más controvertidas y repletas de hechos poco claros en lo que significo para los EEUU y en especial para las tropas lanzadas a la campaña, que al día presente sigue dando testimonios inéditos de lo que realmente sucedió y de que tan duro fue doblegar a los defensores iraquíes que literalmente con uñas y dientes lucharon por repeler a una poderosa fuerza invasora que no dudo incluso, en utilizar armamento no convencional para poder abrirse paso en su largo camino a Bagdad.


En aquel largo y tortuoso avance sobre el territorio más hostil que los estadounidenses pudieron conocer desde Afganistán, los comandantes en sus cuarteles generales había determinado que para conquistar definitivamente a Iraq, había que capturar Bagdad y para ello era imperioso hacerse con el control del Aeropuerto Internacional Saddam Hussein ubicado al sur de la capital. Todo estaba previsto para que dos divisiones de la infantería de marina acompañados por unos doscientos “M2-Bradely” y unos ciento veinte tanques “Abrams” que avanzaban por la carretera 51 que une Basora con Bagdad en combinación con apoyo aéreo de helicópteros “Apache” y las pasadas de los caza bombarderos “F-16” deberían tomar el Aeropuerto.


Pese a que el Pentágono relataba el curso de los acontecimientos como si se tratase de un “paseo por el desierto”, lo cierto era que sus camaradas en el terreno que sufrían el calor, las tormentas de arena y las interminables barricadas de fuego que habían montado los iraquíes, eso era a lo menos, un insulto a la inteligencia de un ciudadano medianamente consciente en lo que se había metido los Estados Unidos. Es más, los reportes que iban llegando de lo que realmente ocurría en los supuestos “avances sin resistencia” y con rendiciones masivas de “desmoralizadas tropas iraquíes”, eran totalmente ajenos a la realidad que al ser conocida, hacían palidecer a los altos mandos que dirigían las operaciones desde Riad. El grado de daños infringidos a las primeras líneas de avance, especialmente en el sur oeste, era tan devastadoras y numerosas que en algún momento se recomendó detener la invasión total y focalizarla al norte del país donde los paracaidistas estadounidenses contaban con el apoyo de lasPeshmerga kurdas y la asistencia de Turquía.


Pero en el sur desde Basora a Karballah y de Naseriyah a Al Kut, las cosas se vieron muy negras para los “marines” y sus apoyos blindados. Se llego a ver fortines con viejos cañones “M-1944 de 100 mm” que flanqueaban las carreteras y muchos de ellos antes de ser eliminados por los aviones, lograron reducir a chatarra a varios vehículos de transporte de tropas y algunos “M2-Bradley”. En el oeste las cosas no fueron mejores y las brigadas mecanizadas que incluso transportaban periodistas de cadenas norteamericanas para trasmitir en vivo, se vieron sometidos a la virulencia de los vientos del desierto que pueden sepultar bajo la arena en unas horas a cualquier objeto que se quede a la intemperie. Y no solo eso; desde que cruzaron la frontera saudita encontraron una fuerte resistencia no solo del ejército regular iraquí sino también de las tribus que hicieron más calamitoso el paso de los norteamericanos.


Tanque Abrams destruido por los iraquies



Sin dudas no fue nada fácil para los estadounidenses rodar sobre el terreno iraquí y eso no sería nada comparado con lo que les esperaba en Bagdad, donde según la historia “oficial” –entiéndase del Pentágono y de los cómicos documentales del History Channel- fue tomada casi sin pelear.


Contrario a esas versiones oficiales, la realidad fue que los iraquíes fueron desgastando los grupos de ataque norteamericanos y británicos, sin que los medios occidentales se atrevieran a difundirlo. Un caso de ello, fue cuando un equipo de la NBC que viajaba en un vehículo de transporte de tropas con el grupo de ataque mecanizado que ingresó por Arabia Saudita hacia el desierto de “Al Anbar”, fue testigo de la ferocidad de los primeros golpes que dieron las imaginativas defensas que habían montado los iraquíes que sin más que arena y algunas elevaciones de rocas para esconderse, dejaron un tendal de vehículos incinerados tras una emboscada a la altura de “Thamil” en el momento menos pensado como lo es una tormenta de arena.


Simplemente, los comandantes de esas divisiones prohibieron cualquier tipo de reporte sobre aquel suceso e incluso le fueron confiscadas las cámaras de los corresponsales con las que “trasmitirían en vivo”. De ese sector las únicas trasmisiones que se conocieron fueron por radio y entrecortadas.


Pero aquel estricto control y censura que habían logrado establecer en 1991 los militares sobre la información sobre el curso de la guerra, no pudo implementarse en las nuevas circunstancias que se vivían allá por el 2003. La CNN había perdido la exclusividad y con ello, el poder de manipular la información como lo había hecho en 1991. A pesar de que uno de los objetivos primordiales de los estadounidenses era anular las comunicaciones y las trasmisiones televisivas de Iraq, muchos medios árabes de la región y occidentales independientes ya estaban trabajando en Iraq mucho antes de que los “Tomhawk” y los bombardeos de los “B-52” cayeran sobre Bagdad. Fue sin dudas la cadena “qatarí” “Al Jazeera” la que se llevó las palmas del público que condeno alrededor del mundo, la brutal acción angloestadounidense y que a su vez, se ganó el despreció de la Casa Blanca y de los estamentos de la defensa llegando a considerar a la cadena árabe como “aliada del terrorismo”. Y no era para menos; los reporteros de “Al Jazeera” estaban en las trincheras de los alrededores de Bagdad entrevistando a soldados y oficiales iraquíes en momentos que los estadounidenses se asomaban por el horizonte.

imagen de Al Jazeera que capta la detonación de una BN
sobre el área del Aeropuerto en Bagdad



Igualmente y pese a la valiente cobertura de estos medios, que desbancaron la monumental mentira mediática que seguramente preparaba la CNN y cadenas colegas, los mejores testigos de lo que ocurrió en el terreno fueron sus protagonistas, tanto invasores como defensores y de ese modo, la historia toma un cariz mucho más rico que nos esclarecerá lo que por muchos años ha tratado de venderse como una verdad absoluta. El episodio de la batalla por capturar el Aeropuerto “Saddam Hussein”, fue sin dudas paradigmático en lo que ha significado la verdad sobre hasta dónde EEUU pago para adueñarse de Bagdad.


La ironía de todo esto fue, que La Casa Blanca bajo las falsas acusaciones de que Iraq tenía armas de destrucción masiva, se había arrogado el derecho de liderar de una intervención militar unilateral en la cual, los estadounidenses usaron –por supuesto bajo el más estricto secreto- “armas no convencionales de destrucción masiva”, algo que al día presente sigue siendo una de las vergüenzas y fracasos más notables de Naciones Unidas. Fue precisamente Bagdad el escenario del uso de varios artefactos destructivos tan novedosos como prohibidos por los Tratados de no proliferación de Armas y la Comisión de Energía Atómica.


Cuando los norteamericanos llegaron al casco urbano de Bagdad, lo primero que hicieron fue quedarse dentro de sus tanques y vehículos acorazados, que era lo único que podía protegerlos del nutrido fuego y de las interminables bombas trampa que se habían colocado en los lados y hasta bajo muchos tramos de las carreteras de ingreso a la capital de Iraq. Muchos marines y colegas del ejército fueron testigos del grado de resistencia que ofrecieron los iraquíes desde sitios altos como tanques de agua hasta los que se habían escamoteado en pozos de zorro mientras, con total impotencia veían como muchos de sus camaradas volaban por el aire junto a los tanques que los transportaban, producto de trampas explosivas bajo el asfalto que dejaban desparramados y hechos trizas a los carros Abrams, Bradley y Hummvees a metros al costado de la ruta.


Las líneas defensivas iraquíes solo cedían a medida que eran eliminadas con mucho uso de la aviación ya que, incluso el empleo de helicópteros artillados se había vuelto muy riesgoso. Nada de esto se decía el público norteamericano dado que había que aparentar que EEUU era invencible. Para cuando se aproximaron al distrito de “Al Makasib”, al sur de su objetivo principal, la ferocidad de los combates se volvieron imposibles de sostener para las tropas invasoras. Varios intentos de avance con apoyo de ataques aéreos fracasaron horriblemente a tal grado, que a las cuantiosas bajas se reportaron graves incidentes de pérdida de nervios en muchos jóvenes que formaban los cuerpos de “marines”. Fue allí donde los estadounidenses emplearon un extraño vehículo con rayo de pulso electromagnético que, además de causar horribles efectos sobre el cuerpo humano y el material inerte como vehículos de combate, logro abrir paso a las tropas regulares 


Mohamed Saheed Al Sahhaf



Cuando se aproximaron a las inmediaciones del Aeropuerto, lejos estuvieron de poder relajarse. Solo acceder a la carretera de acceso a dicha terminal aérea se volvió una misión imposible. Fuego con todo tipo de armas e incluso ataques suicidas con camionetas artilladas que se lanzaban directamente contra las vanguardias del avance, causaron pavor en muchos efectivos. Según la versión del Pentágono y difundida por una unidad especial llamada “Tropa fantasma”, creada para desinformar y encubrir lo que realmente ocurría, la toma del Aeropuerto fue prácticamente una operación aséptica, donde no murieron marines y no se perdió ningún vehículo. Pero la verdad, era muy diferente; y más allá de que el ministro de información iraquí Mohamed Saheed Al Sahhaf aseguraba que la Guardia republicana había matado muchos estadounidenses que pretendieron tomar la terminal aérea e incluso, más allá de que fuera ridiculizado en los medios estadounidenses –gracias a la contrainformación proveida por ésta Tropa fantasma- por esas afirmaciones, en realidad su versión era la que se ajustaría a lo que estaba pasando en esos momentos.



El comandante iraquí Mohamed Al Rawi a cargo de 2000 hombres para la defensa del Aeropuerto, recuerda muy bien (v.http://www.aljazeera.com/news/middleeast/2007/04/200852514126899448.html) como entre el 6 y el 7 de abril tras rechazar a los intentos de asalto de los estadounidenses, recibieron en horas de la noche el ataque con “una bomba de neutrones” que se detono sobre el área del Aeropuerto martirizando a gran parte de sus soldados pero dejando intactas las instalaciones edilicias. Ante semejante situación Al Rawi y lo que quedó de su grupo se replegó al interior de Bagdad.





A pesar de que EEUU trató de ocultar la realidad de ocurrido en aquella batalla, no pudo con el paso del tiempo ni con los testimonios de protagonistas como Mohamed Al Rawi o de Ahmed AL Ghezali en su espantosa visión de cómo aquel “rayo de la muerte” achicharraba tanto a sus camaradas como a las personas que se hallaban circunstancialmente en sus casas, hasta reducirlas a pequeñas bolas de carbón; o de los ex militares norteamericanos que hartos de las mentiras del gobierno que los habían empujado a un abismo negro, dieron sus testimonios a investigadores independientes como Patrick Dillon y Gordon Duff –entre muchos otros- para que la verdad que prevalezca de una vez por todas.

2/2/16

“OPERATIVO ALFIL 1 HACE 25 AÑOS”



Cómo al paso de 25 años de aquella guerra internacional sigue siendo una batalla sin concluir para los veteranos argentinos


Por Charles H. Smith y Javier B. Dal




Hace 25 años atrás, para estos días, las dos naves argentinas del “Operativo Alfil I”, se encontraban en pleno de las operaciones militares de apoyo táctico y estratégico a la campaña militar contra las fuerzas iraquíes que se hallaban en Kuwait. A finales de enero de 1991, el destructor “ARA Ate. Brown” y la corbeta “ARA Spiro” terminaban una quincena infatigable de tareas de escolta y protección de las líneas logísticas que abastecían a los portaaviones que estaban lanzando los principales ataques aéreos sobre Kuwait e Iraq.


Eran momentos de mucha tensión. El ambiente era tan denso que como dice el dicho “se podía cortar con un cuchillo”. Las presiones que la misma situación de guerra en la que se encontraban las tripulaciones, se agregaban las que surgían de las relaciones jerárquicas ya no solo entre los mismos argentinos sino incluso, debiendo estar atentos a las órdenes y maniobras que disponían los cerebros navales desde el cuartel general del NAVCENT en Arabia Saudita, desde donde se coordinaban las acciones en una gran mesa de estrategia.


Aunque no se les comunicó a ningún miembro de las tripulaciones argentinas, todos –sin distinción entre oficialidad y suboficiales- estaban siendo observados y evaluados por los atentos ojos de los elementos norteamericanos que permanecían en el área de comunicaciones y que hacían de enlace con el Comando general. Aquellos tres marinos yanquis que el NAVCENT había enviado para instalar las antenas para comunicaciones en la “Brown”, eran también los ojos y los oídos de los encargados de la inteligencia de la campaña. Y es que los motivos eran tan importantes como determinantes; además de mantener los canales fluidos de comunicación, debían asegurarse de cuál era la moral y la disciplina de las tripulaciones y prevenir posibles inconductas que hubieran hecho fracasar las operaciones.


Sin dudas que fueron momentos muy duros; los minutos parecían horas y las horas semanas; y no solo los argentinos se vieron sometidos a estos extremos que crispaban los nervios. Sus mismos colegas norteamericanos, británicos y canadienses, cayeron en muchos casos, rendidos al poder de la presión que destruía los nervios de los hombres más firmes y preparados.

Desde la cubierta de la Brown



Hoy a 25 años y a lo lejos, se puede evaluar con mucha precisión, lo que represento esa posición de las tropas argentinas operando dentro de aquel letal teatro de operaciones y en una situación que solo aquellos hombres conocieron de primera mano. Justamente e 1º de febrero de 1991 desde las cubiertas de la “Brown” y la “Spiro”, los marinos argentinos contemplaban atareados como iban y venían los aviones de combate norteamericanos que despegaban del portaaviones “USS Midway”, punta de lanza que dio inicio a las operaciones de bombardeo contra Kuwait e Iraq y al cual asistieron hasta el final de la campaña.


Fueron testigos de cómo los aviones norteamericanos “A-6 Intruder” preparaban sus miras lanzado sus bombas en blancos remolcados por el “USS Kansas City”, que se hallaba navegando junto a ellos. O como podrían olvidar como aquellos gigantescos helicópteros “Chinook” de la naval estadounidense maniobraban por encima de la cubierta del destructor “Brown” para trasladar personal de un buque a otro; sin dudas que eso fue una experiencia profesional inédita, inimaginable y a l vez imborrable para los argentinos.


Inmersos en sus tareas de agitadas rutinas de combate, los argentinos debían estar listos para cualquier contingencia que por un mínimo descuido, podía ser fuente de un desastre. Las aguas del golfo estaban pobladas de problemas que podían llegar a ser letales y solo ellos, pudieron ser testigos de varios de aquellos. La fuerza de la Coalición naval no solo debió estar al pendiente –y bajo una total desinformación- de las amenazas militares que “Saddam” tenía apuntando hacia el Golfo, sino también de los varios peligros que ni siquiera tenían idea que existían.


Sin dudas de que fueron protagonistas de la última y más portentosa guerra naval que el siglo XX vio antes de finalizar. El poder destructivo de las armas empleadas y la cantidad en toneladas que se movieron por las peligrosas aguas del golfo pérsico para que los arsenales de las tropas terrestres y las “Santa Bárbara” de los buques como el “USS Midway” no detuvieran el fuego, sigue siendo uno de los temas que se atienden con mucha importancia en las cátedras de apoyo de combate y logística –entre otras- en la Academia Militar de West Point, ubicada en estado de New York, Estados Unidos.


El brazo logístico fue primordial para el éxito de la campaña “Tormenta del desierto” ya que sin el desarrollo de las operaciones de control, vigilancia y custodia de los transportes que entraban al Golfo por el estrecho de Ormuz, seguramente se habrían registrado graves incidentes, que acometidos por células extremistas dispersas en la región, hubieran causado una demora en el abasto para las tropas que debían mantener un fuego coordinado y constante, si no querían que las Brigadas mecanizadas iraquíes los aplastaran con algún contra ataque. Como dijo el diseñador de éstas operaciones logísticas, “debemos funcionar como un reloj de precisión; si no podemos garantizar eso, le diré Schwarzkopf que no inicie nada”.

Un Chinook sobre la Brown



Entre las tareas que el operativo “Alfil I” tenía que cumplir, era las de asegurar el paso de los buques tanque que debían aprovisionar a la flota que se hallaba en operaciones. Esto que los norteamericanos denominan “refuelling” o reaprovisionamiento de combustible, que en la situación de guerra en la que se encontraban, representaba un riesgo potenciado no solo por la posibilidad de ser sorprendidos por un misil –ej. Misiles costeros Frog- en medio de la operación de alije, sino también por la presencia de todo tipo de minas explosivas. Precisamente sobre esto último, a pesar de la operatividad de varios buques “barreminas” y de los incesantes vuelos de helicópteros que exploraban las zonas para detectar entre otras cuestiones, posibles minas flotantes, existían en ese momento otros tipos de estos ingenios que estaban en el fondo del lecho del golfo y operaban en una manera más sofisticada.


Si tan solo una de esas minas hubiera tocado a un buque en momentos del reaprovisionamiento, se hubiera desatado un infierno sobre el agua dejando muy pocas probabilidades de que hubiese supervivientes.


Lo mismo con los buques que trasladaban municiones, bombas y misiles para los aviones que estaban embarcados en los siete portaaviones que encabezaban las operaciones navales de apoyo a la ofensiva que se realizaría por las tropas en Arabia Saudita. El arribo sin pausa y con seguridad era primordial para garantizar eficacia en las operaciones que se delineaban desde el cuartel general en Riad, desde donde los generales y almirantes coordinaban con minucia los movimientos de cada operativo desplegado en el golfo.


Ninguna embarcación estaba desligada de la cadena de mando que provenía desde el NAVCENT enclavado en Riad, base estratégica que coordinaba y planificaba el desarrollo de las operaciones en los diversos sectores que comprendieron el Teatro. En esas planificaciones y en medio de las hostilidades, los argentinos demostraron profesionalismo y un entusiasmo poco esperado por algunos mal pensados coordinadores de la campaña que, dicho sea de paso, supieron cometer errores que demostraban estar alterados por la presión.


Se había formado una comunidad en la zona, aunque para nada relajada; en el Teatro de operaciones que se extendía desde la entrada del estrecho de Ormuz hasta el norte del Golfo, los buques podían verse las siluetas recíprocamente y a veces supieron estar tan cerca unos de otros, que lograban verse como sus camaradas norteamericanos corrían con el culo entre las manos ante situaciones que habían quedado consignadas a quedarse y no salir de allí. Recuerden sino aquel incidente del “USS Midway” que en apariencias y sin que se esperara, recibió un duro ataque con misiles que teóricamente –y según los expertos militares- no podían estar allí.

 ¿Qué hubiera sucedido si uno o esos misiles pasaban de largo y llegaban a una de las embarcaciones argentinas que estaba tan cerca? Solo para que el lector se haga a la idea de lo que podía haberle hecho un misil “Frog-7” a un buque como el Alte Brown o peor aún, a la pequeña corbeta Spiro, solo considere que al ser un vector de 9.1 metros de largo y con una cabeza armada de 550 kilogramos que ha ganado velocidad con un alcance de 75 kilómetros (mucho más que la distancia que patrullaban las naves), el solo imaginarse que uno de esos monstruos impactase por debajo de la línea de flotación en alguno de estos navíos, hoy estaríamos hablando de “bajas” y para el gobierno argentino, un dolor de cabeza para el cual no hay aspirina.


Ante la inminencia de los peligros que poblaron aquel cajón de aguas llamado “Golfo Pérsico” que lo asemejaba a un polígono acuático y pese a los informes del Departamento Naval estadounidense –en especial el director de la ONI- que concluyeron como destacable a la invalorable actividad de las dotaciones argentinas en las operaciones “Escudo del desierto” y “Tormenta del Desierto” , muchos se preguntan ¿Qué espera el gobierno argentino para reconocer a estos hombres su derecho bien ganado a ser reconocidos como VETERANOS?

25/1/16

"Lo que realmente estaba detrás del incidente DE BARCOS CAPTURADO POR IRÁN?"



Las posibles explicaciones que pueden explicar la incursión fallida de dos barcos estadounidenses en aguas iraníes


Por Dany Smith




Tipo sombrero de la explicación puede existir en el reciente incidente que contó con dos barcos modernos para atacar la Marina estadounidense después de salir de Kuwait que fueron capturados por la Guardia Revolucionaria iraní.Bueno, para los medios conservadores estadounidenses y editores en consonancia con los intereses sionistas, es una clara provocación por Teherán. Para otros, no es más que un intento de provocar un  incidente de la chispa que Israel necesita para lanzar una campaña militar contra la nación islámica.



Pero entonces, ustedes que están leyendo este artículo puede preguntarse cómo Israel puede provocar un incidente, si esto ha sucedido con las unidades militares de Estados Unidos, no los israelíes? Si tal cuestionamiento se hace, es porque claramente no son conscientes de la realidad geopolítica de los últimos 25 años. Sepa bien que nada y mucho menos en esta región, va solamente por suerte o simple coincidencia.


En los últimos cinco años, Tel Aviv ha hecho todo lo posible para empujar los EE.UU. en una aventura militar contra Irán y por lo tanto destruir su programa de desarrollo nuclear de representar un obstáculo para las ambiciones geopolíticas israelíes y económicamente expanda más allá de Irak y físicamente en movimiento incluso en territorios sirios.


Lo que en apariencia se trataba de un error de cálculo en lanchas rápidas marineros americanos en lugar de una incompetencia imperdonable y / o como algunos señalan, una demostración de los oficiales a cargo, sería más exacto decir que habría sido una maniobra muy bien calculada y provocativa anotando defensas navales iraníes. Pero también hay un escenario más oscuro implicaría nada más y nada menos, que el intento fallido por la CIA para entrar en Irak, un nuevo comandante para el "ISIS".


Más allá de la situación humillante para los EE.UU. esto ha representado un doble golpe que muy seguramente se explicará ante una comisión investigadora del Congreso ya que por este inusual incidente, los iraníes lograron mantener dos copias del barcos última tecnología que el Pentágono ha comenzado un importante esfuerzo para su pronto retorno. A partir de ese punto, comenzaron a correr rumores sobre las circunstancias reales en las que esta "patrulla" estadounidense fue capturado por lanchas rápidas iraníes.


USS Boatcraft



Para ello vamos a discutir tres escenarios para los que no son partidarios, al igual que este hecho extraño. En el primero, se dice que este par de barcos de ataque había dejado el puerto militar de Kuwait y se dirigió hacia la base naval en Bahrein situada a unos 560 kilómetros al sur y oeste del Golfo Pérsico. En el camino se han extraviado desviado al este y entrenados en aguas iraníes fueron localizados y se detuvo de inmediato por las patrullas navales iraníes. Esta explicación parece inaceptable para los más altos jefes de la Marina de Estados Unidos e inexplicable para el tipo de tecnología que utilizan estas embarcaciones, equipadas entre otras ventajas, un satélite GPS navegador guiada por lo que impediría incluso en las condiciones climáticas más adversas, uno de estos barcos perdido su camino.


La segunda hipótesis significa que los barcos habían hecho una penetración maniobra deliberada de las aguas territoriales iraníes buscan crear una situación crítica que se traduciría en una escaramuza que podría argumentar a favor de una respuesta a una "agresión iraní" y así iniciar los planes generales para un aumento adicional en las fuerzas navales en el Golfo, sin duda, la preparación de una operación para castigar a la república iraní. Pero no sólo eso. Además, esta situación se habría visto con fines políticos internos simplemente han creado como esto, se deja muy mal al mismo Presidente Obama quien sectores Neocon, los republicanos más belicistas estadounidenses y grupos de presión sionistas consideran ineptos y suave sobre la situación iraní.


Recuerde que los grupos de presión judío-estadounidenses como AIPAC, entre otros, ha llegado a ser una parte importante de la motivación para ampliar las sanciones contra Irán, que además, "debe ir acompañada de presión", lo que demuestra que existe un gran interés de permanecer la extensión de la falange de Tel Aviv en el gobierno de Estados Unidos. Por supuesto, en los EE.UU. es muy consciente de estas implicaciones de bronce para la política exterior estadounidense, que ha estado combinando el rechazo incluso de una multitud creciente de Judios de América que ya no quiere ser complicado, enjuagues en su nombre, están llevando a cabo estos verdadera función cabilderos como un gobierno dentro del gobierno de Estados Unidos.

Marines rendición



Ahora bien, ¿es posible que dos oficiales de la marina americana juegan sus carreras por una sucia maniobra de pre-planeado? Obviamente si han recibido órdenes superiores, no han jugado su carrera, en lugar se jugaron la cabeza porque el juicio podría haber terminado peor que yo termine. En una cadena de mando, las órdenes se cumplen, no se discute. Este último se indica por el hecho de que al parecer se inició en una época en la persecución de los barcos iraníes, desde el portaaviones "de Estados Unidos Harry Truman" que -casualmente- fue en el área adyacente, han abierto fuego para tratar de cubrir los barcos que huyen, que el portavoz del Pentágono, Peter Cook se negó a responder.


Una cosa es segura; Y, alguien en la cadena de mando naval de perder su trabajo y todo terminó allí.


En este último caso, los planes que han estado siguiendo estos barcos americanos modernos, estarían más involucrados en la tarea de "tránsito rápido y secreto" de un agente de la CIA para insertar en una zona fronteriza entre Irak e Irán, que no lo hace No parece razonable a la vista de los precedentes que existen en las redadas, incluyendo agentes israelíes, en esa zona. Para algunas fuentes, conmutación y ruta tomada habría de ser seguido y coordinado por la estación de monitoreo que la inteligencia naval CENTCOM a pesar de haber planeado un tiempo de respuesta de la marina iraní predeterminada no hubiera estimado que algún imprevisto Terminó comprometer toda la misión. Para aquellos que sostienen esta posición, la captura de los barcos de su tripulación, y su "pasajero especial" fue un factor determinante para que, ya que se encontró una semana más tarde en Washington levantó las sanciones contra Irán.


Esta última posición incluso ha dado lugar a la especulación de que, a pesar del tema actual, no pueden ajustar la maniobra y la mejor ruta para realizar el plan.Esto se refiere a la supuesta intención de "agencia" que a través de estos barcos y el este de penetrar provincia de Basora, un nuevo comandante para el "Estado islámico" que está siendo acorralado por las fuerzas infiltran chiítas en Irak y el Árabe Siria con el apoyo del 
 Fuerza Aérea de Rusia.
Aunque como se ha señalado, la ruta elegida parece una locura hacer realidad -porque dicha operación puede muy bien haber sido acompañado por Turquía o Siria es cierto que, siendo precisamente el más inusual e inesperado, han sido designados para este nuevo "cerebro" que podría hacer a salvo a Mosul.


Pero a la inesperada derrota y la captura de este elemento a bordo de estos barcos, Teherán no habría perdido el tiempo y canales discretos instaría a Washington para preparar algún tipo de explicación de lo que habían encontrado en uno de estos barcos, ya que, este comandante de implantar en el corazón de Irak, llegó armado con todo tipo de documentación para pasar libremente a lo largo de la ruta larga allí desde el sur de la ciudad capital de "Daesh" Mosul.Habría sido en medio de esta situación incómoda que a su vez fueron expuestos a la Casa Blanca y el Pentágono, Teherán tomar esta situación y la evidencia de que se mantendría durante un levantamiento inmediato de las presiones de la economía y los negocios que habían estado a negociar imponer la República Islámica desde su fundación en 1979. Una vez que estas condiciones secretas aceptadas por la administración de Obama y la prevención de un escándalo de proporciones, que sería responsable de ratificar versión oficial iraní Pentágono se refirió a "un error en el equipo de navegación" que llevó a desviar a los barcos y la captura "no se convirtió en resistencia."

19/1/16

“ALTERNATIVAS PARA MEJORAR LA DEFENSA NAVAL”


A casi veinte años de la baja del portaaviones 25 de Mayo y la Armada no ha cubierto ésta vacante


Por Javier B. Dal


Carrier 25 de Mayo



Ha pasado mucho tiempo desde que Argentina tuvo y abandono una de las ventajas navales que ningún otro país de la región disponía: el Portaaviones. Las consideraciones para sacar de servicio al viejo pero competente portaaviones “ARA 25 de Mayo” fueron más por costo de mantenimiento que otra cosa. El 1º de febrero de 1997, se dio oficialmente la baja de esta nave de la Armada Argentina que representaba un símbolo de potencialidad de la república sobre sus aguas territoriales.


Tal vez esa baja significó la señal clara sobre la progresiva inoperatividad de la Armada, fuerza fundamental para un país con el litoral marítimo tan vasto y rico, que a la vista de todos, está abandonado prácticamente a la suerte del mejor postor. Pero no solo eso. Una de las áreas estratégicas abandonadas por esta carencia, es el espacio aéreo que hay sobre las extensas aguas territoriales argentinas que son usadas como rutas para el ingreso y salida de aeronaves con cargas de drogas.


Ante esta innegable realidad, el país requiere urgente de una reestructuración de la fuerza que lleve a completar los más importantes ítems de la defensa marítima y de la prevención de la espoliación pesquera que se ha convertido en una costumbre casi mecánica para flotas piratas, amparadas por las operaciones británicas en la zona de exclusión.


Para que Argentina pueda sobreponerse a esta grave falencia, existen varias opciones para sustituir al ya desguazado portaaviones “25 de Mayo” a las que el gobierno (si tiene intensiones de reacondicionar su Armada) puede echar mano.

USS Class Nimitz



Se sabe que el mercado de la construcción naval, está compuesta por varias especialidades en las que, la militar resulta una de las más costosas y complejas. Incluso el montaje de un astillero para propósitos de construcción naval militar, es una materia altamente costosa y algunos números dan la pauta de ello. Según lo han visto uno de los más prolíficos constructores –China- de este tipo de complejos en Asia, hace unos cinco años atrás la construcción de un portaaviones clase “Nimitz” podía llega a costar unos 4000 millones de dólares. Es seguro que al día de hoy esta cifra se haya duplicado, haciendo la adquisición algo muy difícil de concretar.


Igualmente, la adquisición de una nave de estas características es estratégicamente inconveniente y volvería al país a las viejas dependencias de repuestos para cacharros de hasta cuarenta años de antigüedad y la virtual revelación de las capacidades de operatividad a disposición del enemigo central: Gran Bretaña.


Una consideración a parte y que es debida, es la necesidad de resaltar que de conseguirse un portaaviones, la flota aérea naval sería otro problema a resolver dado que, los viejos A-4Q que quedan –solo cinco operativos- y los exploradores “Traker” son pocos y obsoletos para las amenazas existentes.

Carrier Class Kiev



Otra opción más acertada, pero a su vez políticamente inviable, es la adquisición de un portaaviones de las industrias de la Federación rusa clase “Kiev”, que pese a su antigüedad se lo puede considerar como una fortaleza flotante. Con un calado 8,2 metro, una eslora de 275 metros, este formidable portaaviones, tiene la capacidad de albergar 32 aviones navales tipo “Yak -38M” lo que vendría a representar un obstáculo para la operatividad de la Armada Argentina que bien, o debería adquirir este tipo de aviones o reformar la particular cubierta de éste navío. Igualmente y pese a estos inconvenientes, el mismo presenta una variedad de armamento notable y amplio lugar para la operatividad de helicópteros de ataque, transporte y rescate.


Como opción final y que puede llegar a una solución intermedia en las necesidades de la marina argentina, es la adquisición de un “Portahelicopteros clase Mistral” de la industria militar francesa. Se trata de un navío relativamente moderno y es ampliamente requerido en mercados del mundo. Con una nada despreciable eslora de 199 metros y con un calado de 6,3 metros, este navío de intervención polivalente puede llevar a bordo 16 helicópteros pesados más unos 32 helicópteros ligeros de ataque.


En realidad, hace una década atrás había en estudio la adquisición de este tipo de navíos, pero se vieron continuamente obstaculizadas, por cuestiones administrativas, de presupuesto y presiones políticas de Londres. La realidad actual se impone y es claro que una herramienta tan vital como estratégica para la seguridad nacional, no tiene precio en momentos en que el gobierno ha declarado la emergencia en seguridad.

“LEVANTAMIENTO DE SANCIONES A IRÁN Y SUS EFECTOS”


Cómo la variable geopolítica en Medio Oriente puede afectar a temas de la política interna y externa de Argentina


Por Charles H. Slim

Teherán, Irán



Desde al menos un lustro, que Israel ha buscado por todos los medios instigar un ataque contra la república Islámica de Irán y para ello, ha tratado infructuosamente de arrastrar a los EEUU en esta demencial aventura. Hace apenas unos días, una noticia que apenas salió al conocimiento masivo sacudió al mismo Washington. Esta era que dos barcos de la marina estadounidense eran capturados in fraganti por la Armada iraní, un golpe muy duro al orgullo estadounidense y un mal augurio ante posibles planes sobre la región.


Que los norteamericanos tienen presencia hostil en la región, no es noticia para nadie. Lo que representa la novedad es el momento y las maniobras en que se produjo este incidente. Casualmente y a muy pesar de los sectores del sionismo internacional, especialmente el estadounidense, el grupo de los 5+1 levantaban las sanciones contra Irán lo que, además de la algarabía para el castigado pueblo iraní, desató la ira y el desprecio del gabinete de Benjamín Netanyahu en Tel Aviv. Algunas fuentes en rededor del gobierno israelí, aseguraron que en la mañana inmediata a conocerse la confirmación de la decisión Netanyahu salió disparado de su despacho tomándose la cabeza y balbuceando en voz baja.


A Tel Aviv le hubiera servido que los iraníes causaran daños a esos buques o a sus tripulantes y de ese modo instigar por las vías diplomáticas, políticas y militares una respuesta contra contundente contra la república Islámica. Pero Teherán sabía que eso era lo que precisamente buscaba Tel Aviv y lejos de cometer una torpeza semejante, sus unidades rápidas capturaron a las lanchas norteamericanas sin darles posibilidad de escape.


Pero los iraníes no son los únicos que intuyen que Netanyahu y sus columnas sionistas alrededor del mundo trataran de usufructuar de esto. Dentro de los mismos EEUU e incluso en los círculos de la izquierda israelí se advierte de posibles maniobras sucias para tratar de desbaratar el acuerdo que había llevado a que se levantaran las sanciones contra Irán. Y no solo eso; a pesar de que esto parecía condicionar a Teherán a que se diera por satisfecho y cerrara la boca en temas que molestan a Israel, lejos estuvo el presidente iraní Rohani por coincidir con esas esperanzas. Apenas se supo del levantamiento de las sanciones, el gobierno iraní denunció que no estaba dispuesto tener relaciones económicas con EEUU ya que, sus negocios millonarios están vinculados con la muerte de palestinos, libaneses y yemenitas.


marines capturados por Irán



Era muy corriente y conveniente que los organismos internacionales de control de armas y las ONG como “Amnesty International” o la “Human Right Warch” pasaran por alto este gran negocio que termina siendo la causa de las muertes de miles de árabes, palestinos y también de africanos de los países donde los diamantes y el petróleo son una fuente riqueza para brutales gobernantes que a su vez son apoyados por la UE y Washington.


Era por esto, que a contrario de lo que esperaba Washington, el gobierno de Teherán –tan imprevisible como lo solía presentar la CIA en sus informes- le daba rienda suelta a su histórica política de confrontación dialéctica contra el “Gran Satán”, que se vía abundantemente alimentada por los argumentos más sólidos de la historia contemporánea y la que EEUU no queda bien parado. Y es que, más allá de las brutalidades comprobadas en la ocupación de Iraq durante casi una década y más aún pese al memorando que firmaron Obama y Rohani en el 2014 como antesala para el acuerdo sobre el programa nuclear, los iraníes han podido comprobar las incongruencias operacionales de los norteamericanos al momento de combatir al ISIS.


Y como parte de estas, los norteamericanos pretendían que si bien se levantaban las sanciones económicas y financieras, Teherán debía abstenerse de desarrollar sus programas de defensa misilistica que dicho sea de paso, es un derecho soberano pero a su vez, una molestia estratégica más, ante una posible incursión aérea israelí que ya se vio jaqueda por la recepción de los potentes sistemas antiaéreos SS-300 de fabricación rusa. Las razones esgrimidas son que EEUU busca evitar la proliferación de armas en la región, lo que a los ojos de la realidad representa una burla. Sabiendo esto, el gobierno iraní, es claro que las condiciones que repentinamente pretende imponer La Casa Blanca son solo una muestra más de su hipocresía política.


Sintéticamente, Rohani apenas un día atrás explicitaba a los medios, que EEUU ganaba decena de miles de millones de dólares por año con la venta de armas a gobiernos como el de Israel y Arabia Saudita que mataban a mansalva a seres humanos palestinos y yemenitas. Sin dudas, que esta postura no solo incomoda a la Casa Blanca sino que producía al mismo tiempo una migraña insoportable en las cabezas de Netanyahu y sus ministros, que ya vienen sufriendo de insomnio por los éxitos del ejército árabe sirio y Hesbollah.


Pero también esto causa consternación entre los partidarios –judíos y no judíos-del sionismo en Argentina, que a un año de la muerte –archisospechosa- del fiscal Alberto Nisman y tras haber logrado derribar el memorando de entendimiento con Irán, sienten la sensación de que achacarle los dos atentados en Buenos Aires y la muerte del fiscal Nisman a Irán, se volvería una misión imposible. Y esto es simplemente, porque no es lo mismo atacar a alguien que está aislado internacionalmente (como hicieron con Iraq y Libia), que a un actor que además de haberse soltado las cadenas de unas sanciones claramente arbitrarias, le da una bofetada a EEUU y se da el lujo de refregarle en la cara sus ganancias sucias a costa de la sangre miles de musulmanes.


Los frentes para tratar de argumentar una agresión contra la república Islámica, no se reducen a propaganda radiada desde los gobiernos y medios en Washington, la UE y Tel Aviv, no también desde el cono sur, la Argentina ha comenzado a ser la caja de resonancia de aquellos intereses que se escudan detrás de las causas judiciales por los atentados y por la muerte del fiscal Nisman.


The Macri´s way



Está más que claro que el gobierno del señor Mauricio Macri está encaminado a hacer lo que Washington y Tel Aviv le señalen y eso, es un motivo cierto para preocuparse por el simple motivo de que ello, no significa que se investigue con rectitud y apelando a la búsqueda de la verdad, sino que se buscara reactivar la tan nombrada “pista iraní” que dicho sea de paso cabe recordar, fue introducida por un informe falso de la CIA y sus colegas israelíes. Los años que han pasado desde aquellos hechos, revelaron connivencias impensadas entre funcionarios menemistas, directivos de la Comunidad judía argentina, malos jueces e inescrupulosos abogados que, combinado con una SIDE totalmente filtrada por agencias internacionales como las nombradas entre otras-, que como un mercenario trabajaba para el mejor postor.


Sobre lo mismo, la extraña muerte del fiscal Nisman a comienzos del año pasado ha servido para recrear hipótesis islamofobas que tratan de reavivar los argumentos de la “pista iraní” y sobre la cual, se han escuchado de los personajes más diversos, los argumentos más estrafalarios hasta los más tristemente tendenciosos e ignorantes -uno de ellos, el que vincula a Irán con Al Qaeda-.


Sin dudas de que los círculos ultraconservadores desde Washington y Tel Aviv agradecen estos motivados intentos de personajes políticos, periodistas e intelectuales argentinos por empujar argumentos contra la república Islámica de Irán, pero ellos –como es una notoria costumbre- prefieren la acción a nivel gubernamental y eso es lo que parece que lograrían con el gobierno de Macri. Sin lugar a dudas, éstas causas truncadas por la corrupción y el encubrimiento merecen ser revisadas pero no manipuladas. Es más, las constantes y variadas maniobras para entorpecer las investigaciones sobre el atentado a la embajada y a la AMIA más bien parecen direccionar a “autores inconvenientes” que a los “foráneos” a quienes con mucha liviandad y facilidad se han venido acusando, pero sin lograr pruebas concretas sobre ello.


Sería una bocanada de aire fresco para la tan sospechada administración de justicia, que traiga luz sobre estos crímenes. Los viejos jueces y abogados que fueron funcionales a ese engranaje de encubrimientos, dádivas, silencios cómplices y parciales son cosa del pasado. Hay un nueva generación que comienza a moverse por éste poder del estado argentino y es la oportunidad para que haga honor a las funciones que invisten en sus respectivos puestos sino también, para que la letra de la Constitución nacional no sea más un papel mojado.


Para que los argentinos no sean nuevamente estafados y el país no asuma responsabilidades a nombre y cuenta de intereses de potencias como las que sustentan con mucha euforia al actual gobierno, se debe exigir que sea la justicia argentina –sin las intervenciones de la CIA y el Mossad- la que trabaje y devele los móviles para esos dos ataques que sacudieron Buenos Aires y para que también pongan en evidencia los móviles y autores intelectuales de la operación–porque nadie cree que haya sido un suicidio- que terminó con la vida de un funcionario público como Nisman que más allá de las comprobadas e irreverentes actividades que han salido a la luz con las susodichas agencias extranjeras y sus negocios financieros paralelos, era un ciudadano argentino a quien se le quito la vida.

16/1/16

“LAS CAUSAS OCULTAS DE LA GUERRA DEL GOLFO”




Cómo la improvisación y la falta de conocimiento del gobierno menemista puso en riesgo a tropas argentinas en una guerra preconcebida
Por Dany Smith y Charles H. Slim


           John Kelly y April Glaspie junto a Saddam Hussein



Hace veinticinco años atrás a las 0300hs del 17 de enero de 1991, se iniciaba la guerra que sería el comienzo de la perpetua crisis en la que Iraq y la región, comenzaron a soportar sin pausa el violento ingreso de EEUU a suelo árabe. Fue el primer paso, para que Washington pudiera justificar la remisión de masivos contingentes militares al Medio Oriente y fijar bases sus militares en lugares impensables apenas un lustro antes. Fue el marco en el cual, la República Argentina se involucró, como un miembro de la “Coalición Aliada”, en las operaciones militares que desataron el choque armado. Consecuencia de esta guerra, que para muchos fue el inicio de la guerra que hoy sigue consumiendo la región, fue que Washington logro implantar estratégicas bases aéreas en Arabia Saudita y Kuwait, que visto en retrospectiva, resulto algo claramente planificado.


Para entender la magnitud de lo que movilizó a Iraq para que lanzara aquella invasión sobre el emirato de Kuwait, debemos analizar los trasfondos y los antecedentes de la política existente en la región y más particularmente, entre la república árabe de Iraq y el pequeño emirato de Kuwait. Con ello vamos a poder entender cuánto se ignoraba sobre las causas reales del conflicto –especialmente por parte del entonces gobierno argentino- y qué papel tuvo Washington en que ello sucediera.


Si nos trasladamos a 1988 en las postrimerías de la guerra entre Iraq-Irán, se podían ver cuales habían sido las consecuencias de ese conflicto y quiénes se habían beneficiado con aquel. Irán casi al límite de sus fuerzas y bajo los auspicios de la ONU se vio forzado a firmar un cese al fuego incondicional e Iraq se comprometía a respetar el mismo. Igualmente Bagdad no se la llevó de arriba y la situación de las bajas humanas era proporcionalmente similar a la de su vecino. Pero ¿quiénes habían sido los ganadores de este gran matadero? La respuesta estaba del otro lado del golfo, en donde los suntuosos palacios reales de los emires y sultanes pudieron seguir brillando por el sangriento éxito que el laico y aguerrido Iraq había conseguido contra supuestas y tenebrosas ambiciones revolucionarias iraníes.




Y siguiendo con la ronda de cuestionamientos había que preguntarse ¿de dónde había salido aquella supuesta intensión de Irán por exportar su revolución, que les quitaba el sueño a los ricos y ampulosos emires de la península?


Girando imaginariamente la cabeza, había que mirar hacia el oeste y más precisamente a Washington, desde donde –y en base a sus indiscutibles informes de inteligencia- se presentaron los argumentos, las supuestas pruebas sobre la “amenaza chiita” y desde donde se proveyó todo el apoyo posible –en ambas partes- para que la guerra fuera larga, costosa y suficientemente destructiva como para que fuera Iraq quien al final contuviera a Irán.


Por supuesto que junto a EEUU, Tel Aviv jugo sus cartas para que ambas partes se desgarraran las carnes como dos perros en una pelea encarnizada, cooperando clandestinamente para que no faltasen armas y en cantidades astronómicas para quién estuviera dispuesto a pagarlas. También es necesario señalar, que estos dos actores, en especial EEUU no actuaron solos o como quizá crea el común de la gente, usando a sus espías de la CIA que se movían en las sombras o tonterías similares. Como en todas sus operaciones sucias –Black Ops-, Washington obviamente se valió de la CIA pero, ésta a su vez usaba –y sigue usando- a los elementos y grupos lumpen dentro de un estado enemigo para sabotearlo desde dentro. Mediante estas tácticas, los norteamericanos pudieron manipular al mismo tiempo a todas las partes. Esto mismo hicieron con Iraq y Kuwait, cuando al finalizar aquella guerra, fueron sembrando en medio de las relaciones de ambas entidades, dudas, sospechas y hasta supuestos apoyos incondicionales para cada una de las posturas.


Se puede resumir la labor efectuada por Washington como, una simple instigación.


Y ciertamente, la posición del pequeño emirato de Kuwait era más que critica y no estaba en posición de jugar al gato y al ratón con la república árabe vecina que no temía blandir su sable ante la mínima provocación. Ahora bien ¿Por qué el pequeño emirato se atrevería a desafiar a Iraq? Pues, tras el final de la guerra y con la misión cumplida de haber dejado a Irán en la necesidad de recuperarse, Washington cambio sus cartas del juego geopolítico y casi sin pausa, empezó a distanciarse de las necesidades militares de Bagdad e incluso, a cortar los estrechos vínculos que mantenía la CIA con el –mujabarat- IIS iraquí. Eran momentos en que la URSS se derrumbaba y la hipótesis de conflicto pasaba de lo global a lo regional.
Saddam Hussein pese a la mala prensa occidental y todas historias que se fabricaron contra su persona, no era tonto y mucho menos un improvisado. A pesar de que Washington le había tendido la mano y lo festejó en la Casa Blanca como el gran estadista árabe de la región, sabía que en la otra los norteamericanos escondían un puñal.


Saddam sabía muy bien que Washington era un aliado incondicional de Israel y que esa relación estaba por encima de cualquier estado árabe, incluidos los corruptos y complacientes reinos del golfo con quienes mantenía fabulosos negocios.


El petróleo era solo una de las cuestiones por las que EEUU se interesó en crear la crisis que se produjo por la invasión del 2 de agosto de 1990. Detrás de ello, habían planificaciones que tenían años de antigüedad y que simplemente formaban parte de una secuencia en la que, una vez que usaran a Iraq para destrozar a Irán, empezaría una nueva etapa. Para desarrollarla, EEUU se había preparado muy bien y llevó adelante todos los cálculos militares y de inteligencia que le dieran una ventaja sobre al que ya meses antes de dicha invasión, consideraba un enemigo a destruir. Incluso, para asustar a los sauditas, Washington proporcionó fotografías satelitales que en realidad no mostraban la amenaza que los norteamericanos aseguraban.


Todo tipo de medidas y embustes fueron puestos en movimiento para concretar los preparativos de una planificada intervención.


Como parte de estas medidas y en momentos en que supuestamente reinaba la cordialidad entre Washington y Bagdad, el ejército de los EEUU por el mes de junio de 1990, llevaba adelante juegos de guerra con el ejército iraquí que protocolarmente se enmarcaba en “ejercicios de guerra” con los cuales, los norteamericanos recabarían las experiencias de sus colegas iraquíes en el campo de batalla contra Irán. A cargo de las fuerzas estadounidenses que participaron en las maniobras, estuvo nada más ni nada menos que el general Norman Schwarzkopf, quien apenas unos meses después, sería quien dirigiría los ataques contra quienes en ese momento estrechaba sus manos. Esto nos informaba dos cuestiones: Primero, los norteamericanos tenían en la región fuerzas militares disponibles para movilizar en forma rápida. Segundo, utilizaron este ejercicio para reunir información sobre las condiciones de las fuerzas iraquíes, de sus propias fuerzas y del comportamiento en el terreno. Este episodio, nunca fue revelado al conocimiento público salvo por publicaciones de investigadores y revisionistas norteamericanos que como el caso de Brian Becker, saco a relucir éste tipo de informaciones que se hallaban sepultados bajo los laberinticos archivos del Pentágono.


Incluso estos ejercicios constan en documentos de la inteligencia militar iraquí de la época y que pese al saqueo en 2003 de sus cuarteles generales del Ministerio de Inteligencia en Bagdad, varios miles pululan por la red en páginas de inteligencia montadas en la llamada “Deep Web”.


Por supuesto y al mismo tiempo, la CIA trataba de hacerse de la mayor información sobre los proyectos armamentísticos más ambiciosos de Bagdad y de ser posible cancelarlos (Caso del Complejo SAAD 16), algo que en la mayoría de los casos no sería muy difícil dado que en ellos participaban empresas y corporaciones europeas que además de cooperar con la agencia, proporcionarían todos los detalles de sus proyectos.


Entre tanto, desde el mes de enero de 1990, informes norteamericanos sobre actividades kuwaitíes inusuales en los campos petroleros de Al Rumaila, comenzaban a llamar la atención a Saddam Hussein quien tras corroborar con informes de su propio mujabarat que investigaron a lo largo de las tuberías que bordeaban la arenosa frontera con Kuwait, detectaron que los ricos vecinos se estaban robando el crudo iraquí de los campos del sur mediante ingeniosas perforaciones inclinadas que incluían incluso, empalmes adheridos a las tuberías iraquíes que discretamente camuflados y bajo la arena, iban hacía Kuwait.


Para Saddam Hussein y en cierto sentido para los propios iraquíes, lo que estaba haciendo el rico emirato era una grave afrenta que demostraba el desagradecimiento y la mala fe del reino, luego de que durante una década habían sacrificado a la juventud iraquí, para que los emires, sus familias y sus ricos ciudadanos kuwaitíes pudieran apoyar sus cabezas en sus mullidas almohadas y dormir plácidamente por las noches mientras los misiles y los ataques aéreos nocturnos los debían soportar ellos. Además, estaba claro que Riad estaba al tanto de estas maniobras y fue por ello que Hussein en el mes de mayo de 1990 en la


Cumbre de la Liga Árabe y frente a los representantes sauditas y kuwaities, se despacho acusando a Kuwait de librar una guerra económica contra Iraq y que si no se detenía en sus propósitos, “Iraq respondería con contundencia”.


A todo ello había que agregar, que Kuwait y Arabia Saudita se estaban haciendo los desentendidos por las pérdidas cuantiosas asumidas por Iraq y que en ese sentido, reclamaba las compensaciones de guerra correspondientes. De esta manera, con estas deudas pendientes, los informes de la CIA que le soplaban en el oído a Saddam de que los kuwaitíes le habían venido robando crudo y la confirmación de su inteligencia de que eso era cierto, comenzó a irritar la paciencia del gobierno iraquí. Pero había fuertes sospechas de que las perforaciones ilegales de los kuwaitíes, estaban autorizadas por la Casa real Al Sabah quienes a su vez fueron instigados por los mismos estadounidenses que, mediante informes de inteligencia claramente artificiosos, le advertían de que Saddam Hussein tenía malas intensiones contra u reino, pero que no debían preocuparse porque ellos –los norteamericanos- lo controlaban.


Quedaba claro que Washington estaba usando su famoso doble rasero por el cual, instigaría a que Iraq creyera que estaba amparado por el “Tío Sam”, sacrificando en esta mentira a su propia embajadora April Glaspie a quien, tras la reunión del 25 de Julio de 1990 con Saddam Hussein y que por efecto de la misma desemboco en los hechos del 2 de agosto. Tras esto la administración Bush, acorralada por cuestionamientos, sin vueltas le echo las culpas a la funcionaria por una supuesta mala interpretación de su misión.


               April Glaspie interrogada en el Congreso



Washington utilizo a su embajadora como “cabeza de turco” y le encomendó que le asegurara al mismo Saddam Hussein, que ellos no se entrometerían si decidían realizar alguna acción contra Kuwait.


Puntualmente, Glaspie llevaba instrucciones claras de que “Iraq podía capturar el norte de Kuwait” sin que ello causara consecuencia alguna.


Incluso otros funcionarios estadounidenses, dieron señales falsas que le daban luz verde a Bagdad para avanzar sobre Kuwait. Fue el caso de la vocero del Departamento de Estado Margaret Tutweiler y del subsecretario para Asuntos del Cercano Oriente John Kelly quienes a finales del mes de Julio de 1990, aseguraron que “EEUU no tenía ningún compromiso en defender Kuwait…y que no tenía la intensión de defender Kuwait si era atacado por Iraq”. Aunque esto fue de conocimiento en los círculos periodísticos anglosajones y que causó el abrupto fin de la carrera de Glaspie, no se dejó que estos detalles se propagaran más allá de EEUU y Gran Bretaña.


Por lo pronto, tanto George W. Bush como su vice, sabiendo lo que ocurría esperaban que los acontecimientos se desataran de un momento a otro.


Al mismo tiempo y en los organismos gubernamentales argentinos –que se estaban reorganizando con el nuevo gobierno-, estos entretelones geopolíticos no solo eran desconocidos sino que, incluso ni se tenía idea de dónde estaba Iraq en el mapa. Esta ignorancia imperdonable –proveniente en parte, a un egocentrismo pro-europeo-, estaba en los altos puestos de la cancillería que identificaba al mundo árabe, con los estereotipos que le llegaban de EEUU y Europa. Iniciativas propias por detenerse a estudiar la situación de la región y sus conflictos por aquella época eran inexistentes y sólo en base a los que los norteamericanos le informaban, el gobierno argentino lo tomaba como certero. Es más en momentos en que la comitiva argentina visitaba Washington, pese a ser sorprendidos por la noticia de la “invasión a Kuwait”, no hubo relatores que recopilaran las informaciones controvertidas que corrían por los medios sobre la veracidad de aquel hecho.


Pero continuando con los entretelones de la crisis, había que recordar que Kuwait y Bagdad se mantenían firmes en sus posiciones, pese a que a las claras y por una notable superioridad militar, los kuwaitíes tenían todas las de perder. Muchos comenzaron a sospechar, que Washington extraoficialmente, respaldaba la posición de los Al Sabah y al mismo tiempo en Bagdad mediante contactos similares, los norteamericanos le daba garantías a Saddam de que no moverían un dedo si decidía apurar a sus ingratos vecinos. Washington simplemente les decía a ambos lo que querían escuchar.


Tan involucrado estaba Washington en lo que estaba por suceder, que informes de la CIA sobre lo que sucedía en las conversaciones entre representantes iraquíes y kuwaitíes realizadas el 9 de julio de 1990 en Jeddah, crearon la preocupación de que pudieran llegar a un acuerdo frustrando los planes que estaban rodando.


Al mismo tiempo llegaban a manos del Rey Hussein de Jordania, informes de la CIA de que “Saddam se estaba moviendo hacia la frontera saudita”. Similares FAX fueron enviados a los sauditas que tras realizar reconocimientos aéreos en la frontera, no reportaron nada.


Cuando se concreto la incursión iraquí, La Casa Blanca se rasgo las vestiduras haciendo como si no supiera nada de todo lo antecedentemente expuesto, pero allí no terminarían los engaños. Cuando la comisión argentina visitaba EEUU, al mismo tiempo en el golfo tropas aerotransportadas de la Brigada 82º estadounidenses se estaban embarcando para llegar rápidamente a Arabia Saudita. Para el 8 de agosto, las tropas estadounidenses se hallaban despegadas en la península arábiga y unas cincuenta aeronaves de combate aguardaban a bordo de un portaaviones frente a las costas de Arabia Saudita. Hoy día, los expertos militares consideran que esta movilización fue demasiado rápida para que hubiera sido ordenada sorpresivamente.



Como conclusión de todo esto, sin dudas que la instigación norteamericana fue central para la crisis del 2 de agosto. Como vimos, los precedentes políticos, las mentiras y la manipulación a doble banda, fueron elementos preponderantes que se llevaron las carreras de funcionarios estadounidenses, pero lo peor de todo, de miles de vidas por efecto de una guerra que estaba claramente preconcebida desde Washington.

13/1/16

“UNA DEUDA SIN SALDAR”




A 25 años de la Guerra del Golfo Pérsico: Cuál es la situación actual de los veteranos argentinos por su competente participación


Por Charles H. Slim



La otra noche me encontraba revisando viejas publicaciones de varios diarios y revistas de comienzos de la década de los noventas y en todas ellas, aparecían como la noticia más importante y de mayor tratamiento la “Crisis y la guerra del Golfo Pérsico”. Me detuve a releer aquellos artículos que hacían descripciones y análisis apocalípticos en donde, según los expertos militares de la época, se desataría una guerra de proporciones épicas que no se había visto desde la guerra de Vietnam o incluso desde el final de la segunda guerra mundial.


Revisando los hechos que crearon esta “crisis”, pude ver que, según los artículos de la época, describían al hecho desencadenante algo así como que “Saddam Hussein se levantó enojado y decidió arremeter sobre Kuwait”, algo tan simplón como irreverente pero que sirve como idea introductoria. Obviamente esto es solo una exagerada generalización de lo que ocurrió, pero por ahí iba la cosa. Al ver estos argumentos me pude dar cuenta que en esa época, la opinión pública se hallaba en un estado de inocencia tal, que aún se tragaba las sandeces que se publicaban por estos medios gráficos y donde la reina de las versiones que fundaban dichos artículos, provenía de los estudios centrales de la CNN en Atlanta, Georgia.


Al mirar en retrospectiva este histórico episodio que afecto indudablemente a la geopolítica del Oriente Medio y que involucro entre otros, nada menos que a la república Argentina, note que a pesar de lo que termino resultando esta crisis, quienes habían estado involucrados dando la cara por una decisión política del entonces gobierno de Carlos Menem, no estaban contemplados entre los veteranos que desde el final de aquel enfrentamiento, regresaron a sus países reconociéndoles sus tareas. Haciendo una rápida mirada sobre quiénes eran los que habían participado, todos los países que habían prestado apoyo a la llamada “Desert Storm” en 1991, habían sido además de condecoras, reconocidos por sus gobiernos como VETERANOS DE GUERRA.

Busque sin suerte para tratar de conocer cuál era la situación de los más de quinientos hombres de las embarcaciones argentinas y no encontré nada sobre ello. Si pude tener noticias sobre unos pedidos al Congreso de la nación, en los que en forma particular solo algunos de ellos reclaman ese reconocimiento que según algunos datos arrimados, se hallan en estudio en la Comisión de Defensa. Al notar esto me pregunte ¿cuáles habrán sido los argumentos del gobierno para ralear a sus hombres enviados a una guerra abierta y que además, no era propia?


Sacando todo el trasfondo político –envuelto en un amplio trasfondo económico-que rodeo el envío de las dotaciones a bordo del destructor “ARA Alte Brown” (D-10) y la corbeta “ARA Spiro” (P-43) de la Armada Argentina a una zona virtualmente desconocida y para la que su doctrina naval no estaba especialmente entrenada, la remisión de estas dotaciones fue un acto político de estado muy audaz y hasta en cierto sentido inconsciente que de resultas, no beneficio objetivamente al país. Entonces, ¿Qué beneficio recibieron los efectivos que fueron participes activos de lo que se llamó la “Desert Storm”? y si esta pregunta no tuviera una respuesta, la cuestión es ¿Quiénes se beneficiaron con esta movida?


Por lo pronto la respuesta al primer cuestionamiento es claramente negativa. Y sobre la última cuestión, revisar entre los funcionarios políticos y militares de aquella administración puede traer respuestas muy incomodas; sobre esto trataremos en un próximo articulo.


Otra cuestión importante y que será tema de otro artículo, es ver cuáles fueron las previas y reales causas que llevaron a la creación de esa crisis mediante la invasión de Iraq, porque del análisis de ellas, veremos que el gobierno argentino de entonces fue simplemente usado para un juego que estaba previamente trazado.


Pero para ir al nudo de lo que éste articulo trata, la pregunta principal es ¿Cuáles son los argumentos para que estos efectivos sean reconocidos como veteranos de guerra? Pues bien, para comenzar, es un hecho notorio que la crisis que se extendió del 2 de agosto de 1990 hasta 16 de enero de 1991 fue la antesala de la guerra más cruenta de finales del siglo XX y que además de la muerte de miles de militares y cientos de miles civiles iraquíes, constituyó uno de los desastres humanitarios y ecológicos más terribles de la era moderna que incluso superó al desastre nuclear de Chernóbil en 1986.


Cuando me puse a conversar con un viejo amigo que se había desempeñado como ingeniero nuclear en Alemania y que había visitado los restos de ese reactor, me aseguró que no había comparación entre un hecho y otro. Es cierto, las causas son diferentes le dije pero las consecuencias son bastante similares y en el caso de las devenidas por la guerra del Golfo, son aún mayores. Incluso le dije, que los niveles de toxicidad radiactiva que se produjeron por el uso de ojivas de obuses, misiles y bombas con Uranio en territorio iraquí superaba el escape del reactor ucraniano.


Como era de esperar, su punto de vista meramente cientificista no podía ir más allá y la empatía con la que lo invitaba a relacionar un desastre –especialmente en el aspecto humanitario- con el otro, resultó una tarea infructuosa. Lo cierto es que en Chernóbil por efecto de la explosión murieron 50 personas. En los primeros bombardeos de la “Coalición aliada” sobre Kuwait e Iraq murieron miles de civiles y muchos cientos fueron heridos gravemente; a comparación con el primer efecto de lo ocurrido en Ucrania, la diferencia se nota a la vista. En cuanto a los efectos indirectos y residuales de la explosión en el reactor nuclear, las fuentes de “Foro de Chernóbil” que depende la OMS de Naciones Unidas (v. http://www-ns.iaea.org/meetings/rw-summaries/chernobyl_forum.asp) ha establecido que a lo largo de los años y como consecuencia de la contaminación radiactiva, unos 9000 residentes murieron lentamente por todo tipo de afecciones cancerosas. En el caso de la posguerra del Golfo, los casos por deterioro de la salud y muerte por diversos tipos de cáncer, que incluyen a niños de veteranos, se cuentan por miles incluyendo a otros casi 250.000 casos que presentan alteraciones genéticas, deformaciones físicas y neurológicas en hijos, infecciones pulmonares y la lista sigue.

Veteranos yankis mivilizados



La magnitud del problema y por la cantidad de personal involucrado en todo esto, llevó a que a más de ocho años después de aquella guerra y presionados por miles de reclamos, el Pentágono le encargo a la Fundación de Investigación de Enfermedades Crónicas , que hiciera una investigación que solo dio un diagnostico “aproximado” sobre lo que puedo pasar. Según Howard Urnovitz uno de los investigadores y sus colegas, determinaron que las causas para las afecciones que se registraban en las filas de los veteranos del Golfo, era un coctel de toxinas presente en el periodo de las operaciones, sin precisar su origen. La parquedad de estos médicos estaba sentada en que, había fuertes presiones políticas por no contar más allá de lo conveniente.


Recordemos que la versión oficial del Pentágono y la Casa Blanca en momentos que se iniciaron las operaciones militares contra Iraq (enero 1991), era que en dicho Teatro de operaciones, no habían armas químicas o que, sus militares habían anulado la amenaza de que los iraquíes pudieran usarlas, una mentira que quedaría descubierta casi de inmediato y comprobada fatalmente por los propios soldados de la Coalición.


Cabe recordar que cuando el Pentágono quiso guardar bajo la alfombra todo este asunto y ante las evidencias que les rodeaban, se vieron obligados a realizar sus “propias investigaciones” en las cuales –y así quedo comprobado- quisieron reducir el impacto de las cifras que involucraba todo éste problema. Y solo estamos hablando de los militares de la Coalición; si mirábamos las consecuencias sobre la población civil iraquí y el medio ambiente en el que debían vivir tras la saturación de elementos químicos como el Uranio, Fósforo y los gases venenosos que se habían condensado por el humo de los pozos ardiendo al sur, la situación era –y aún sigue siéndolo- catastrófica.

efectos del Uranio sobre niños iraquies



Ahora bien, el desencadenante de toda esta desgracia colectiva fue un acto, uno que oficialmente se ejecuto con el vencimiento del ULTIMATUM que Washington logró instalar ante el Consejo de seguridad, dándole la legalidad internacional necesaria para una acción bélica que desalojara Kuwait de fuerzas iraquíes. La historia la llamó “la primera guerra del Golfo” y como bien reza este título se trato de una verdadera “guerra”, un enfrentamiento armado que se dio entre dos bandos bien distinguidos en cuanto a sus posiciones geográficas y sus finalidades en el campo de batalla. Y si bien por el despliegue del tipo de armamentos que lo describiría como de tipo convencional, las investigaciones posteriores y que quedaron corroboradas con los miles de casos de afectados por el “Síndrome del Golfo” y los testimonios de oficiales del ejército iraquí, sin dudas se trató de una guerra en la que de ambas partes se utilizaron armas de destrucción masiva que incluso, de no haberse detenido, hubiera escalado al uso por parte de la Coalición Aliada de ojivas nucleares tácticas.


Para lograr los propósitos militares que se establecieron en los cuarteles del USCENTCOM, los generales y almirantes norteamericanos necesitaron de un apoyo extraordinario con el cual, sus fuerzas ofensivas se dedicaran de lleno y sin distracciones a las operaciones sobre las fuerzas iraquíes. Fue por ese motivo y no otro, por el cual Washington convocó a tantos países fueren posibles para que dieran una mano para doblegar el poderío de un Iraq que en ese entonces además de poseer un ejército de un millón de hombres, -y como quedo cabalmente corroborado- tenía armas ofensivas temibles y capacidades reales de moverlas y usarlas con elementos químicos y biológicos.


Tal como lo señalan los informes oficiales y extraoficiales de la época, fue el establecimiento de un tren logístico naval monstruoso el que proporcionó a las fuerzas de ataque de la Coalición, la posibilidad de éxito. Y precisamente, como lo citan algunos autores, el movimiento de material, municiones, pertrechos y combustible para portaaviones fue trasladado en un 95% por las aguas del golfo para lo cual, se montaron grupos de Tareas tácticas vitales para asegurar la llegada a destino; precisamente fue en la “Operation Alfil I” es que los argentinos trabajaron junto a los australianos para que esos objetivos se cumpliesen sin advertir a los peligros que se enfrentaban. Sobre esto último, según fuentes reservadas, la boca del estrecho de Ormuz por donde entraban los convoyes navales se había convertido en uno de los blancos del Muhabarat iraquí que, según algunos documentos detallan variadas tácticas de sabotaje, minado nocturno y hasta ataques suicidas con barcos de mediano porte.


En resumen, cuando los norteamericanos regresaron a sus bases en EEUU, el Congreso les reconoció, para quienes pasaban a retiro y casi automáticamente sus calidades de Veteranos con los beneficios que dicha condición les otorga y que, tras haber comenzado a detectar que habían sido expuestos a peligros invisibles a sus ojos y de los cuales no fueron informados tras largos años de reclamo y lucha con el gobierno federal lograron conquistar más beneficios (v.https://gobierno.usa.gov/beneficios-familias-militares#item-35707 ) En el caso de los efectivos argentinos, el estado tiene una deuda sin saldar, una que algunos han comenzado a reclamar y que tarde o temprano el estado al que sirvieron deberá honrar.