20/2/16

“LA VERDAD SOBRE LA BATALLA DE BAGDAD”


Nuevas revelaciones de veteranos norteamericanos sobre como el gobierno estadounidense encubrió el uso de armas destrucción masiva en la conquista de la ciudad de Bagdad


Por Charles H. Slim y Pepe Beru






La invasión a Iraq en 2003, fue sin dudas uno de los episodios de la historia contemporánea, más controvertidas y repletas de hechos poco claros en lo que significo para los EEUU y en especial para las tropas lanzadas a la campaña, que al día presente sigue dando testimonios inéditos de lo que realmente sucedió y de que tan duro fue doblegar a los defensores iraquíes que literalmente con uñas y dientes lucharon por repeler a una poderosa fuerza invasora que no dudo incluso, en utilizar armamento no convencional para poder abrirse paso en su largo camino a Bagdad.


En aquel largo y tortuoso avance sobre el territorio más hostil que los estadounidenses pudieron conocer desde Afganistán, los comandantes en sus cuarteles generales había determinado que para conquistar definitivamente a Iraq, había que capturar Bagdad y para ello era imperioso hacerse con el control del Aeropuerto Internacional Saddam Hussein ubicado al sur de la capital. Todo estaba previsto para que dos divisiones de la infantería de marina acompañados por unos doscientos “M2-Bradely” y unos ciento veinte tanques “Abrams” que avanzaban por la carretera 51 que une Basora con Bagdad en combinación con apoyo aéreo de helicópteros “Apache” y las pasadas de los caza bombarderos “F-16” deberían tomar el Aeropuerto.


Pese a que el Pentágono relataba el curso de los acontecimientos como si se tratase de un “paseo por el desierto”, lo cierto era que sus camaradas en el terreno que sufrían el calor, las tormentas de arena y las interminables barricadas de fuego que habían montado los iraquíes, eso era a lo menos, un insulto a la inteligencia de un ciudadano medianamente consciente en lo que se había metido los Estados Unidos. Es más, los reportes que iban llegando de lo que realmente ocurría en los supuestos “avances sin resistencia” y con rendiciones masivas de “desmoralizadas tropas iraquíes”, eran totalmente ajenos a la realidad que al ser conocida, hacían palidecer a los altos mandos que dirigían las operaciones desde Riad. El grado de daños infringidos a las primeras líneas de avance, especialmente en el sur oeste, era tan devastadoras y numerosas que en algún momento se recomendó detener la invasión total y focalizarla al norte del país donde los paracaidistas estadounidenses contaban con el apoyo de lasPeshmerga kurdas y la asistencia de Turquía.


Pero en el sur desde Basora a Karballah y de Naseriyah a Al Kut, las cosas se vieron muy negras para los “marines” y sus apoyos blindados. Se llego a ver fortines con viejos cañones “M-1944 de 100 mm” que flanqueaban las carreteras y muchos de ellos antes de ser eliminados por los aviones, lograron reducir a chatarra a varios vehículos de transporte de tropas y algunos “M2-Bradley”. En el oeste las cosas no fueron mejores y las brigadas mecanizadas que incluso transportaban periodistas de cadenas norteamericanas para trasmitir en vivo, se vieron sometidos a la virulencia de los vientos del desierto que pueden sepultar bajo la arena en unas horas a cualquier objeto que se quede a la intemperie. Y no solo eso; desde que cruzaron la frontera saudita encontraron una fuerte resistencia no solo del ejército regular iraquí sino también de las tribus que hicieron más calamitoso el paso de los norteamericanos.


Tanque Abrams destruido por los iraquies



Sin dudas no fue nada fácil para los estadounidenses rodar sobre el terreno iraquí y eso no sería nada comparado con lo que les esperaba en Bagdad, donde según la historia “oficial” –entiéndase del Pentágono y de los cómicos documentales del History Channel- fue tomada casi sin pelear.


Contrario a esas versiones oficiales, la realidad fue que los iraquíes fueron desgastando los grupos de ataque norteamericanos y británicos, sin que los medios occidentales se atrevieran a difundirlo. Un caso de ello, fue cuando un equipo de la NBC que viajaba en un vehículo de transporte de tropas con el grupo de ataque mecanizado que ingresó por Arabia Saudita hacia el desierto de “Al Anbar”, fue testigo de la ferocidad de los primeros golpes que dieron las imaginativas defensas que habían montado los iraquíes que sin más que arena y algunas elevaciones de rocas para esconderse, dejaron un tendal de vehículos incinerados tras una emboscada a la altura de “Thamil” en el momento menos pensado como lo es una tormenta de arena.


Simplemente, los comandantes de esas divisiones prohibieron cualquier tipo de reporte sobre aquel suceso e incluso le fueron confiscadas las cámaras de los corresponsales con las que “trasmitirían en vivo”. De ese sector las únicas trasmisiones que se conocieron fueron por radio y entrecortadas.


Pero aquel estricto control y censura que habían logrado establecer en 1991 los militares sobre la información sobre el curso de la guerra, no pudo implementarse en las nuevas circunstancias que se vivían allá por el 2003. La CNN había perdido la exclusividad y con ello, el poder de manipular la información como lo había hecho en 1991. A pesar de que uno de los objetivos primordiales de los estadounidenses era anular las comunicaciones y las trasmisiones televisivas de Iraq, muchos medios árabes de la región y occidentales independientes ya estaban trabajando en Iraq mucho antes de que los “Tomhawk” y los bombardeos de los “B-52” cayeran sobre Bagdad. Fue sin dudas la cadena “qatarí” “Al Jazeera” la que se llevó las palmas del público que condeno alrededor del mundo, la brutal acción angloestadounidense y que a su vez, se ganó el despreció de la Casa Blanca y de los estamentos de la defensa llegando a considerar a la cadena árabe como “aliada del terrorismo”. Y no era para menos; los reporteros de “Al Jazeera” estaban en las trincheras de los alrededores de Bagdad entrevistando a soldados y oficiales iraquíes en momentos que los estadounidenses se asomaban por el horizonte.

imagen de Al Jazeera que capta la detonación de una BN
sobre el área del Aeropuerto en Bagdad



Igualmente y pese a la valiente cobertura de estos medios, que desbancaron la monumental mentira mediática que seguramente preparaba la CNN y cadenas colegas, los mejores testigos de lo que ocurrió en el terreno fueron sus protagonistas, tanto invasores como defensores y de ese modo, la historia toma un cariz mucho más rico que nos esclarecerá lo que por muchos años ha tratado de venderse como una verdad absoluta. El episodio de la batalla por capturar el Aeropuerto “Saddam Hussein”, fue sin dudas paradigmático en lo que ha significado la verdad sobre hasta dónde EEUU pago para adueñarse de Bagdad.


La ironía de todo esto fue, que La Casa Blanca bajo las falsas acusaciones de que Iraq tenía armas de destrucción masiva, se había arrogado el derecho de liderar de una intervención militar unilateral en la cual, los estadounidenses usaron –por supuesto bajo el más estricto secreto- “armas no convencionales de destrucción masiva”, algo que al día presente sigue siendo una de las vergüenzas y fracasos más notables de Naciones Unidas. Fue precisamente Bagdad el escenario del uso de varios artefactos destructivos tan novedosos como prohibidos por los Tratados de no proliferación de Armas y la Comisión de Energía Atómica.


Cuando los norteamericanos llegaron al casco urbano de Bagdad, lo primero que hicieron fue quedarse dentro de sus tanques y vehículos acorazados, que era lo único que podía protegerlos del nutrido fuego y de las interminables bombas trampa que se habían colocado en los lados y hasta bajo muchos tramos de las carreteras de ingreso a la capital de Iraq. Muchos marines y colegas del ejército fueron testigos del grado de resistencia que ofrecieron los iraquíes desde sitios altos como tanques de agua hasta los que se habían escamoteado en pozos de zorro mientras, con total impotencia veían como muchos de sus camaradas volaban por el aire junto a los tanques que los transportaban, producto de trampas explosivas bajo el asfalto que dejaban desparramados y hechos trizas a los carros Abrams, Bradley y Hummvees a metros al costado de la ruta.


Las líneas defensivas iraquíes solo cedían a medida que eran eliminadas con mucho uso de la aviación ya que, incluso el empleo de helicópteros artillados se había vuelto muy riesgoso. Nada de esto se decía el público norteamericano dado que había que aparentar que EEUU era invencible. Para cuando se aproximaron al distrito de “Al Makasib”, al sur de su objetivo principal, la ferocidad de los combates se volvieron imposibles de sostener para las tropas invasoras. Varios intentos de avance con apoyo de ataques aéreos fracasaron horriblemente a tal grado, que a las cuantiosas bajas se reportaron graves incidentes de pérdida de nervios en muchos jóvenes que formaban los cuerpos de “marines”. Fue allí donde los estadounidenses emplearon un extraño vehículo con rayo de pulso electromagnético que, además de causar horribles efectos sobre el cuerpo humano y el material inerte como vehículos de combate, logro abrir paso a las tropas regulares 


Mohamed Saheed Al Sahhaf



Cuando se aproximaron a las inmediaciones del Aeropuerto, lejos estuvieron de poder relajarse. Solo acceder a la carretera de acceso a dicha terminal aérea se volvió una misión imposible. Fuego con todo tipo de armas e incluso ataques suicidas con camionetas artilladas que se lanzaban directamente contra las vanguardias del avance, causaron pavor en muchos efectivos. Según la versión del Pentágono y difundida por una unidad especial llamada “Tropa fantasma”, creada para desinformar y encubrir lo que realmente ocurría, la toma del Aeropuerto fue prácticamente una operación aséptica, donde no murieron marines y no se perdió ningún vehículo. Pero la verdad, era muy diferente; y más allá de que el ministro de información iraquí Mohamed Saheed Al Sahhaf aseguraba que la Guardia republicana había matado muchos estadounidenses que pretendieron tomar la terminal aérea e incluso, más allá de que fuera ridiculizado en los medios estadounidenses –gracias a la contrainformación proveida por ésta Tropa fantasma- por esas afirmaciones, en realidad su versión era la que se ajustaría a lo que estaba pasando en esos momentos.



El comandante iraquí Mohamed Al Rawi a cargo de 2000 hombres para la defensa del Aeropuerto, recuerda muy bien (v.http://www.aljazeera.com/news/middleeast/2007/04/200852514126899448.html) como entre el 6 y el 7 de abril tras rechazar a los intentos de asalto de los estadounidenses, recibieron en horas de la noche el ataque con “una bomba de neutrones” que se detono sobre el área del Aeropuerto martirizando a gran parte de sus soldados pero dejando intactas las instalaciones edilicias. Ante semejante situación Al Rawi y lo que quedó de su grupo se replegó al interior de Bagdad.





A pesar de que EEUU trató de ocultar la realidad de ocurrido en aquella batalla, no pudo con el paso del tiempo ni con los testimonios de protagonistas como Mohamed Al Rawi o de Ahmed AL Ghezali en su espantosa visión de cómo aquel “rayo de la muerte” achicharraba tanto a sus camaradas como a las personas que se hallaban circunstancialmente en sus casas, hasta reducirlas a pequeñas bolas de carbón; o de los ex militares norteamericanos que hartos de las mentiras del gobierno que los habían empujado a un abismo negro, dieron sus testimonios a investigadores independientes como Patrick Dillon y Gordon Duff –entre muchos otros- para que la verdad que prevalezca de una vez por todas.

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