26/7/24
LA NAVEGACION AL GOLFO PERSICO QUE NO FUE TURISTICA
25/7/24
GEORGE BUSH ORDENA INICIAR LA GUERRA DEL GOLFO
George Bush ordena iniciar la Guerra del Golfo con la operación Tormenta del Desierto: Recuerdo de una vergüenza Argentina.
En julio de 1992, aviones británicos y estadounidenses despegaron desde Turquía y quemaron cultivos en Iraq.
El 26 de junio de 1993, Estados Unidos bombardeó Iraq en represalia por una supuesta conspiración para asesinar a George H. W. Bush.
Del 16 de diciembre al 19 de diciembre de 1998, mientras en EE.UU. arreciaba el escándalo Lewinsky, EE.UU. y Gran Bretaña llevaron a cabo sobre Iraq una serie de bombardeos a la que llamaron «operación Zorro del desierto».
En el año 2002 George W. Bush acusa a Corea del Norte, Irán e Iraq de constituir un «Eje del Mal», desencadenando la invasión de Iraq de 2003.
La teoría del «choque de civilizaciones»
En la época inmediatamente posterior a los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, la tesis del «choque de civilizaciones», promovida por Samuel Huntington, fue utilizada como justificación para el enfrentamiento por entonces casi inminente de Estados Unidos con el mundo islámico.
Conflicto entre Irak y Kuwait
El conflicto entre Irak y Kuwait alteró profundamente la situación pre-existente en la región, convulsionó a todo el mundo árabe-islámico, así como tuvo serias repercusiones internacionales de alcance mundial, primero con el esfuerzo bélico y la Guerra del Golfo, y después con el largo y difícil proceso de negociación global de la paz en Oriente Medio auspiciado por Estados Unidos en el marco de Naciones Unidas.
La guerra entre Irak y Estados Unidos fue la mayor crisis regional desde el fin de la Primera Guerra Mundial. No sólo afectó a las más remotas zonas del mundo árabe, sino también, y en un grado nunca visto, a los tres Estados no árabes de Oriente Medio: Irán, Turquía e Israel.
Negociaciones de la alianza
Se suceden en la ONU numerosas resoluciones: condena de la invasión el 2 de agosto, embargo económico el 6 de agosto, el bloqueo militar el 25 de agosto y el 29 de noviembre la autorización del uso de la fuerza que permitió la creación de una amplia alianza y una rápida guerra.
El Secretario de Defensa Dick Cheney, entre 1990 y 1991 jugó un papel clave en el conflicto bélico. Dirigió todos los acuerdos y alianzas previas a la Guerra del Golfo; consiguió que el rey Fahd de Arabia Saudí permitiera la instalación de bases militares estadounidenses en Daharan, y en 1992 firmó un acuerdo de seguridad entre EE.UU. y el emirato de Qatar, donde se instaló el comando central de las tropas de EE.UU. estacionadas en la región del Golfo Pérsico.
Pozo ardiendo Vencido el ultimátum de la ONU, el ataque de las fuerzas aliadas comenzó el 17 de enero de 1991 a las 2.44 horas de la madrugada y el primer objetivo fue Bagdad. Se inició un nuevo tipo de ataque aplicando tecnología avanzada. Se contaba con una unanimidad internacional bastante amplia.
La primera fase tenía como objetivo debilitar al máximo las defensas iraquíes, destruir la infraestructura, desmoralizar al Ejército y desbaratar las comunicaciones. La aviación aliada, especialmente la de EE.UU, Gran Bretaña y Arabia Saudí, realizó más de 100.000 salidas desde sus bases en los países de la zona y desde los portaaviones que navegaban por el Golfo. Bombarderos B-52 llegados desde Europa, repostados en vuelo, a sus objetivos en Irak.
A pesar de que Saddam Hussein, intentaba provocar el inicio de la ofensiva terrestre aliada, el jefe de las fuerzas occidentales Schwarzkopf, repetía que ésta llegaría cuando la capacidad de respuesta de Irak fuera mínima. Se arrojaron 88.500 toneladas de bombas; de éstas sólo 6.250 correspondían a las llamadas "bombas inteligentes".
Al final se consiguió un escaso índice de precisión del 25 por ciento. Entre las fuerzas aliadas formadas por 745 mil soldados resultaron muertos en combate 179 y en accidentes 77. Los heridos fueron 320. El 22 de enero Saddam ordena que se prenda fuego a los pozos petrolíferos y a las instalaciones de extracción de petróleo de Kuwait.
Cada día arden unas 220.000 toneladas de crudo. También desvían 500 millones de litros de petróleo hacia el golfo Pérsico. La vida marina de la zona sufre daños irreparables. El emirato está al borde de una catástrofe ecológica. Se llega a temer un catástrofe climática mundial.
Tras el fin de la guerra irano-iraquí surge una preocupación creciente en los círculos oficiales norteamericanos, europeos e israelíes: la posibilidad del establecimiento de un equilibrio estratégico militar en Oriente Medio entre los Estados árabes e Israel, una posibilidad que, si bien quizás no inmediata, daría al traste con un modelo de control postcolonial de la región basado en la superioridad militar israelí y la funcionalidad de las petromonarquías del Golfo.
Entre los Estados árabes la eliminación de Irak, como potencia regional emergente tras la guerra contra Irán (Irak tiene más (le 438.000 Km2 y es el Estado árabe más poblado de la región, con 19 millones de habitantes en 1992) se convertía en prioritaria.
Consecuencias de la guerra contra Irak
Estos tres niveles de intervención tienen una relación directa con la importancia energética de Oriente Medio, que (incluido Irán) produce Un cuarto de la producción Mundial de petróleo y contiene -en 1990- el 65, 7% de las reservas mundiales, un porcentaje que aumentará hasta un 85% en los próximos 20 años. EE.UU. con un porcentaje del 2,6% de las reservas mundiales, consumió en 1989 el 25,5% de la producción petrolífera Mundial.
El resultado de la guerra determinó una serie de elementos básicos para la posterior ofensiva diplomática de EE.UU. en la región:
El uso de la fuerza militar por medio de la demostración hacia el conjunto del mundo árabe, pero también hacia el conjunto del Tercer Mundo, de la voluntad norteamericana de utilizar toda su capacidad de destrucción militar masiva contra un país (literalmente: "devolver a Irak a la era preindustrial).
La desvalorización de la Intifada y de sus logros internacionales y regionales por medio de la penalización política de la OLP y de la población palestina de los Territorios Ocupados por sus posturas durante la guerra. A ello se une el fin de la ayuda económica de las petromonarquías a la OLP y la financiación alternativa del movimiento islamista Hamas como competidor social.
Agudización de la división interárabe tanto en las esfera política como económica.
Profundización del abismo entre las poblaciones y los regímenes árabes y, crisis de la representatividad política popular. La población árabe, tras haberse durante la guerra recuperando y compartiendo desde Marruecos a Palestina los lemas de la lucha nacionalista, queda conmocionada por la destrucción impune de Irak, favoreciendo el impulso posterior de los islamistas.
Síndrome de la Guerra del Golfo
Durante 1993, se han disparado las denuncias de militares pertenecientes a la coalición aliada que participaron en la guerra contra Irak en relación a un llamado "síndrome Tormenta del Desierto" que estaría afectando su salud y la de sus familias. El informe de The Medical Educational Trust recoge la información hasta ahora conocida.
Las afecciones son múltiples y en ocasiones incluyen el colapso del sistema inmune. Las denuncias provienen sobre todo de militares norteamericanos y británicos. En Irak, diversas comisiones internacionales y las propias autoridades sanitarias del país venían con anterioridad a 1993 denunciando el aumento espectacular e inexplicable de malformaciones, abortividad y cánceres infantiles.
Excluido Irak del escenario resolutivo árabe, el proceso de normalización entre Israel y los restantes Estados árabes de la zona, mucho más débiles y dependientes que Irak, es un hecho. La guerra contra Irak fue la premisa obligada de la puesta en marcha del proceso de paz árabe-israelí.
Recuerdo de una vergüenza Argentina
El presidente Carlos Menem, en su carácter de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, ha ordenado la movilización de oficiales y suboficiales del Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada nacional, dijo el ministro.
Agregó que los militares argentinos no conformarán una fuerza beligerante. No van a emprender acciones bélicas ofensivas, no van a asumir un rol de beligerancia.
El gobierno argentino anunció ayer que decidió enviar dos buques al Golfo Pérsico en misión de paz para participar en el bloqueo económico contra Irak.
El vocero presidencial Humberto Toledo, aclaró que se trata de una misión de paz, por lo que no necesita la aprobación del Congreso, agregando que los efectivos no entrarán en combate sin autorización del Congreso.
Entre tanto, Zulema Yoma la esposa del Presidente argentino Carlos Menem, afirmó sentirse avergonzada por la decisión de enviar naves de su país al Golfo Pérsico.
De ascendencia siria y practicante de la religión musulmana, Zulema declaró, me siento avergonzada como argentina de mandar tropas a sumarse al bloqueo contra Irak.
Zulema Yoma subrayó, vamos a ayudar a nuestros enemigos en este momento, a quienes nos ofendieron con las Malvinas. No puedo olvidar los dolores y las lágrimas que hemos derramado cuando hundieron a nuestro barco el General Belgrano durante la guerra con Gran Bretaña en 1982 dijo la señora de Menem.
Entre tanto, los nueve países de la Organización de Europa Occidental (UEO) se pronunciaron por la ampliación al tráfico aéreo del embargo contra Irak. Decidieron además fortalecer su coordinación que extienden a los medios terrestres y aéreos según un comunicado publicado anoche al término de su reunión en París.
Los nueve tomarán en los más breves plazos medidas suplementarias necesarias para instaurar de manera completa y eficaz el embargo, y lanzaron un llamado al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para que adopte muy rápidamente las decisiones apropiadas en ese sentido, precisó el comunicado.
El canciller francés, Roland Dumas, dijo que los nueve también pedirán al Consejo que extienda el embargo comercial a países que infrinjan las presentes sanciones decretadas por las Naciones Unidas.
Dumas añadió que un comité militar conjunto se reunirá hoy para poner en vigencia nuevas medidas que extiendan la coordinación entre fuerzas terrestres y aéreas de la UEO que operan en el Golfo.
Holanda dijo ayer que enviará 18 cazas F-16 a la región del Golfo si el Consejo decreta un embargo aéreo contra Irak. Este anuncio se produjo en momentos en que el Consejo seguía reunido en Nueva York.
En una acción sin precedentes, la Unión Soviética ha acordado prestar a Estados Unidos un gran barco para trasladar equipos militares al Golfo Pérsico, revelaron ayer fuentes de la Organización del Tratado de Atlántico del Norte (OTAN).
También han habido discusiones entre funcionarios estadounidenses y soviéticos sobre el uso de grandes aviones soviéticos de transporte Antonov para ayudar a trasladar soldados y pertrechos estadounidenses al Golfo Pérsico, dijeron las fuentes. Según el ministro de Finanzas de Israel, Yitzhak Modai, el presidente soviético Mijail Gorbachov calificó al mandatario iraquí Saddam Hussein de bestia salvaje, pero manifestó su esperanza de que Irak pueda ser obligado a retirarse de Kuwait sin derramamiento de sangre.
Por su parte, el canciller, David Levy, dijo que la Unión Soviética prometió salir a la defensa de Israel si Irak lo agrede.
El canciller saudí, príncipe Saud al-Faisal, declaró ayer en Moscú que su país acogería de buen grado a tropas soviéticas en su país si Moscú decidiera sumarse a la fuerza internacional concentrada para enfrentar a Irak.
Por otro lado, el presidente Carlos Menem calificó ayer como conveniente para Argentina el envío de tropas al Golfo en una controvertida medida que convertiría a este país en el primero de América Latina en participar en el bloqueo militar contra Irak.
La Casa de Gobierno concluyó ayer los arreglos para un anuncio formal a la población sobre la participación militar, que consistirían en un par de centenares de oficiales profesionales y dos buques misilísticos de la Armada, según anticiparon fuentes gubernamentales.
En otro frente diplomático, el presidente sirio Hafez Assad efectuará su primera visita a Teherán la semana próxima para discutir la crisis del Golfo Pérsico y la situación en el mundo árabe en general, informaron ayer fuentes sirias.
Se anticipa que el viaje será de utilidad para una campaña de Assad para proyectarse como aliado confiable del Oeste y mejorar la imagen de su país después de los años de aislamiento que le reportó su implicación en ataques terroristas.
24/7/24
LA VEZ QUE ARGENTINA PARITICPO EN AL (PRIMERA) GUERRA CONTRA IRAK
La Guerra del Golfo Pérsico fue un conflicto bélico que enfrentó al régimen de Saddam Hussein contra una coalición de países liderada por Estados Unidos y que sucedió mucho antes de los atentados del 11 de septiembre y la Guerra de Irak de 2003.
Este conflicto tiene una particularidad para los argentinos, ya que fue la primera vez desde las Guerra de Malvinas que nuestro país participó de un conflicto armado. La medida, por supuesto, generó muchísima polémica en Argentina.
Argentina y su rol en la Guerra del Golfo
Para entender esta historia tenemos que remontarnos al 2 de agosto de 1990, fecha de la invasión de Irak a Kuwait. El régimen de Saddam Hussein estaba sumergido en deudas con su país vecino, con el que además mantenía una disputa por los precios del barril de petróleo.
Hussein acusó a Kuwait de robar petróleo de un campo compartido por ambos países, por lo que decidió invadirlo y anexarlo a su territorio. Como respuesta, la ONU aplicaró sanciones contra Irak y formó una coalición internacional liderada por Estados Unidos para expulsar a Irak de Kuwait.
Entre esos países, estaba la Argentina, que desde la llegada de Carlos Menem a la presidencia había iniciado una política de «integración al mundo» que al día de hoy todavía divide a la opinión pública nacional. Nuestro país fue el único país del continente que participó, excepto por Honduras.
Rechazo rotundo
De hecho, la participación argentina en la Guerra del Golfo fue tan impopular, que una encuesta reveló que el 95% de los argentinos estaba en contra del envío de buques al conflicto. A pesar de esto y los reclamos de diversos sectores de la oposición, el Congreso aprobó el envío de tropas a la guerra.
Quien dio el anuncio fue el entonces Ministro de Relaciones Exteriores Domingo Cavallo, que esperaba que la medida atrajera inversores extranjeros. Tiempo después, Cavallo se convertiría en Ministro de Economía.
La participación del país estuvo centrada en el bloqueo naval del Golfo Pérsico, impidiendo que barcos ingresen o salieran del puerto de Kuwait. Para ello, se enviaron 500 hombres en 2 corbetas, 1 destructor, 1 buque de carga, 2 aviones de transporte y 3 helicópteros.
Durante la misión, llamada « Operativo Alfil», se realizaron cerca de 900 intercepciones, abriendo fuego más de 4 veces. Si bien no hubo víctimas durante la operación, se perdió un helicóptero debido a un accidente.
La guerra concluyó con la expulsión de las tropas iraquíes de Kuwait y debilitó seriamente la relación que Saddam Hussein mantenía con Estados Unidos, un aliado clave durante los 80 en su lucha contra Irán. Por la victoria, las tropas argentinas desfilaron junto al resto de la coalición en Nueva York.
La participación de nuestro país impulsó un acercamiento importante con los países de la OTAN y, principalmente, con Estados Unidos. Esta etapa sería denominada por muchos como la de las « relaciones carnales» con el país del norte, parafraseando una frase acuñada por el canciller Torcuato Di Tella.
17/7/24
ADIÓS IRAK, ¿ Y AHORA QUÉ?
Nuestra querida Argentina, su gobierno les paso de largo, no les hizo mella en nada, fuimos y volvimos gracias a Dios, el solo hecho de estar en el Teatro de Operaciones ya es infernal el estado de nervios, mas sumado el Strees que uno va acumulando a lo largo de los dias. Estos 34 años nadie pregunto, nadie anuncio nada, nadie salio a buscar quienes se sienten mal. Desjades total nadie sabe nada o lo saben y esconden lo que deben pagar por estar en la GUERRA, encima hoy desean esta en la OTAN, no saben el compromiso que es, nadie asesora como es el tramite por lo que veo en todos los medios y voceros del Gobierno.
Llegó la hora de preocuparse por el estado mental de los militares que regresarán a casa.
Aca en primera persona:
“Durante mi primera noche en Irak ametrallé a una familia y después a un tipo en un BMW que quería derribarnos”. Así recuerda el ex soldado estadounidense, Michael Drummond, el inicio de su misión en la guerra de Irak en 2003; él cuenta su historia en una página web que se dedica a recopilar las experiencias de los militares en el frente y que bien podría crecer hasta tener versiones para cada uno de los países que intervinieron con sus tropas en la malhadada Operación Libertad Iraquí o en la guerra de Afganistán.
Y es que, como es sabido –a más tardar desde la Primera Guerra Mundial–, los enfrentamientos armados no dejan solamente cuerpos mutilados y heridas visibles, sino también serias afecciones psíquicas generadas por las vivencias extremas de los soldados. Poco se habla de los traumas de la población iraquí o de cómo la sociedad afgana hará para superar los suyos; pero, al menos para los Gobiernos que enviaron batallones a Irak y a Afganistán, ha llegado la hora de preocuparse por el estado mental de los militares que regresarán a casa. Y Alemania no es una excepción.
TEPT: trastornos por estrés postraumático.
Lo más probable es que los problemas que aquejan al soldado Michael Drummond desde que abandonó Irak sean muy similares a los que afligen a los combatientes de otras naciones. “Yo sufría de insomnio y terminé desarrollando una suerte de ‘complejo de Superman’; yo me percibía todopoderoso y me ofrecía para cumplir cualquier misión peligrosa”, cuenta Drummond, quien, tras regresar a Estados Unidos, se percató de que necesitaba ayuda especializada. Un médico le diagnosticó TEPT: trastornos por estrés postraumático.
Los enfrentamientos armados no dejan solamente cuerpos mutilados y heridas visibles, sino también serias afecciones psíquicas generadas por las vivencias extremas de los soldados.
Varias investigaciones revelan que cada quinto soldado que retorna de Irak sufre de trastornos por estrés postraumático, una afección caracterizada por estados de pánico, renuencia a hablar de las experiencias vividas y una tendencia a apaciguar el dolor mediante el consumo excesivo de alcohol y potentes drogas.
La alarma suena en varios países
La reinserción de los soldados en la vida civil les resulta muy difícil a muchos de los que regresan del frente de batalla y ni sus familiares ni sus amigos están preparados para apoyarlos en ese proceso. “Nadie me dijo que él regresaría a casa siendo una persona completamente distinta, que él estaría rabioso con tanta frecuencia; nadie me lo dijo”, comentaba sollozante Tracy Eiswert en un programa del Public Broadcasting Service (PBS), la cadena estadounidense de televisión pública.
Al contrario de Drummond, el esposo de Eiswert no contó con el respaldo de un médico comprensivo. Casos como éste han hecho sonar la alarma en varios países. En Estados Unidos, por ejemplo, hay cada vez más organizaciones privadas dedicadas a atender a los veteranos de guerra y el Gobierno de Barack Obama acaba de reformar ciertos lineamientos para que las enfermedades asociadas al TEPT sean reconocidas de manera más expedita; en otras palabras, para recibir atención especializada los soldados estadounidenses ya no tendrán que seguir demostrando que vivieron una experiencia traumática concreta en el campo de batalla ni ofrecer los nombres de testigos presenciales como evidencia.
“Uno puede superar estos traumas”
“Uno no tiene que haber intervenido directamente en un combate para terminar traumatizado por la guerra”, dijo Obama recientemente. Hasta ahora se han registrado cerca de 400.000 casos de TEPT en Estados Unidos. Los afectados reciben mensualmente hasta 2.700 dólares del Estado y asistencia sanitaria gratuita.
Las asociaciones de veteranos de guerra aplaudieron estos cambios como un ejemplo de pensamiento progresista, pero insisten en que queda mucho por hacer para asegurarse de que los soldados que regresan encuentren su camino de vuelta a la vida civil. La historia del ex soldado Michael Drummond parece haber tenido un final feliz; su mensaje para quienes, como él, están por abandonar Irak reza: “Hay ayuda disponible, no se rindan. Uno puede superar estos traumas”.
VIVIR CON EL FANTASMA DE LA GUERRA
Los soldados que viven la muerte de cerca sufren largo tiempo después la tortura de los recuerdos, el ‘síndrome de estrés postraumático’. Necesitan apoyo y hablar de lo que sienten.
Para muchos soldados no es posible superar el trauma de la guerra.
Cuando vuelven a la vida civil, muchos soldados han pasado por momentos dramáticos en los que han presenciado la muerte de personas durante un ataque, y no les resulta fácil volver a enfrentar la realidad de un mundo que no está en guerra. En Alemania, los más afectados son los soldados que cumplen misión en Afganistán. Pero la causa del trastorno de estrés postraumático no es la debilidad o la inestabilidad emocional, sino consecuencia de sucesos imposibles de sobrellevar si no se dejan atrás los sentimientos. Una trampa que hace que vuelvan en el momento menos pensado.
Los fantasmas los persiguen en las situaciones más cotidianas, hasta cuando van de compras al supermercado. No es extraño que miren permanentemente hacia las salidas, vigilando que no surja de allí ningún peligro.
Esa tensión es normal, dice el Dirk Preusse, médico de escuadrón en el Hospital de las Fuerzas Armadas de Alemania en Coblenza: “Al haber pasado por situaciones muy peligrosas, controlan todo el tiempo que algo así no les vuelva a suceder algo así. Todo lo que les recuerda el peligro les hace revivir la mismas sensaciones que tuvieron durante el episodio traumático. En los soldados, el disparador puede ser una calle angosta, por ejemplo. Un pequeño estímulo, la mayoría de las veces inconsciente, es suficiente para desencadenar nuevamente el recuerdo del trauma vivido. Y eso los transporta de vuelta a ese episodio como si lo estuvieran viviendo otra vez”, explica Dirk Preusse.
Los estímulos varían de acuerdo con la persona. A algunos les basta un perfume, a otros determinadas imágenes. Son ‘flashbacks', o recuerdos súbitos, que les hacen revivir el trauma. “Los ‘flashbacks' son contenidos insistentes de la memoria que no se pueden evitar. Son como películas o fotografías en la mente que funcionan de otra forma que las demás, ya que, por su enorme carga emocional no elaborada, provocan que se reviva un momento como si de verdad se estuviera otra vez allí.
La causa de este funcionamiento reside en que esos recuerdos no han podido ser almacenados correctamente por la psiquis. Al vivir una situación de estrés extremo, se produce una escisión entre la realidad y las emociones. En tales situaciones, el individuo intenta reprimir los sentimientos, y eso los soldados deben aprenderlo muy bien, ya que, de lo contrario, no podrían reaccionar durante la batalla. Se paralizarían. Pero el sentimiento reprimido que no se elabora no desaparece, sino que sigue existiendo. Y lo que ocurre durante un ‘flashback' es que la persona regresa al momento y al episodio, con todos los sentimientos que le corresponden”, apunta el experto.
En medio de la guerra los soldados apenas tienen tiempo de elaborar lo vivido. La elaboración se produce más tarde, cuando vuelven de su misión, como sucede con muchos de los soldados alemanes que sirven en el GLFO y Afganistán. Los sucesos y las imágenes resurgen en la conciencia y entonces comienzan a sufrir pesadillas, ataques de pánico y depresiones. “La imagen que se tiene de los soldados como personas inestables no es correcta. Un síndrome de estrés postraumático puede afectar a cualquier persona si se la somete a un número suficiente de situaciones traumáticas de determinadas características. Claro que hay personas que están más predispuestas y reaccionan más sensiblemente. Todos tenemos nuestro talón de Aquiles. Tal vez les alcance un episodio violento, o dos. Pero en el caso de los soldados siempre se trata de muchos episodios que los amenazan sustancialmente”, continúa Dirk Preusse.
Un tercio de los afectados se repone luego de una misión, dice el médico. El otro tercio desarrolla un cuadro masivo de estrés postraumático. El tercio restante se siente bien, pero un pequeño detalle alcanza para sacarlo de sus casillas.
“Muchos se aíslan porque piensan que nadie los puede comprender, y tienen razón. No pueden contarle a su esposa que su compañero pisó una mina y su cuerpo voló en pedazos, no quieren traspasarle esa carga, ya que, si lo hacen, también ella sufrirá el trauma, ya que tal vez hasta conozca a ese compañero. Lo que aconsejamos a los soldados es, precisamente eso, que cuenten que algo horrible sucedió, pero que no den detalles, ya que eso representa una carga demasiado grande para sus familiares”, advierte el experto.
“Lo peor es cuando uno vuelve y le preguntan ‘¿Cómo fue?'. Lo vivido aún está fresco en la memoria cuando se vuelve a casa”, dice el teniente coronel Ralph Adametz, del Comando Sanitario en Coblenza, quien participó de cinco misiones en el extranjero, la última dirigiendo un batallón en el GOLFO. Nunca contó los detalles escabrosos a sus familiares. “Uno empieza a pensar en cómo fue todo días o semanas después de haber vuelto. Es difícil explicarle a los demás cómo fue lo que uno vivió, porque se sabe que el otro no lo entenderá. Uno no se siente preparado para hablar de eso”, cuenta Ralph Adametz.
También él habló de sus vivencias con sus seres queridos mucho más tarde, cada vez que algo le recordaba en el GOLFO, por ejemplo, al hacer las compras y ver cierto artículo en las góndolas. La familia tuvo que armar de a poco lo que experimentó Adametz como si se tratara de un rompecabezas. El teniente coronel dice que fue afortunado, ya que no vivió episodios traumáticos durante su misión.
Los soldados que hoy están estacionados en Afganistán se ven afectados por el estrés postraumático. El capellán Stefan Werdelis ofició misa y brindó consuelo a las tropas durante cuatro meses en el norte afgano. En ese tiempo murieron diez soldados, cinco de los cuales eran alemanes. Los que regresaron no tienen por qué avergonzarse, subraya Werdelis. “Necesitan sentir que la sociedad en que viven reconoce el servicio que ellos prestaron, que no tienen por qué esconderse y mucho menos avergonzarse por lo que hicieron. Y precisan de un ambiente profesional en el que se observe con atención si alguno de ellos necesita apoyo psicológico. Y esto tampoco debe ser motivo de vergüenza. Creo que actualmente se está dando una tendencia favorable a destabuizar las enfermedades psíquicas”, concluye el párroco.
Autora: Sarah Steffen/ Cristina Papaleo
Editor: Pablo Kummetz
16/7/24
LA ERA ESTRATEGICA DE LA GUERRA DEL GOLFO PERSICO 1991
La Guerra del Golfo marcó una ruptura con el antiguo orden de la Guerra Fría. Desde un punto de vista geoestratégico, fue un hito histórico tan significativo como lo fue, políticamente, la caída del Muro de Berlín. Su ausencia en la gestión del conflicto demuestra que la URSS ya había caído de rodillas internacionalmente antes de derrumbarse sobre sí misma unos meses más tarde. En cierto modo, este conflicto, sobre todo, para los países de la región, empezando por Irak, debe interpretarse también como un rebote de la guerra Irán-Irak, que, en sí misma, por sus motivos y la inversión de alianzas tras la revolución islámica en Irán, ya estaba fuera de la estricta lógica bipolar de la Guerra Fría.
La Guerra del Golfo también debe considerarse en el contexto de la serie de enfrentamientos militares y de episodios violentos que ensangrentaron, posteriormente, la tierra de los dos ríos, ya fuera la guerra de Irak en 2003 o la guerra contra el Estado Islámico a partir de 2014. Por último, la Guerra del Golfo dio paso a una sucesión de conflictos en los que participaron Estados Unidos y sus aliados en tierras islámicas.
La Guerra del Golfo marcó una ruptura con el antiguo orden de la Guerra Fría. Desde un punto de vista geoestratégico, fue un hito histórico tan significativo como lo fue, políticamente, la caída del Muro de Berlín.LOUIS GAUTIER
Un conflicto inaugural y matricial
La Guerra del Golfo de 1990 fue, en casi todos los aspectos, un conflicto inaugural. Anticipándose al final oficial de la Guerra Fría, pone de relieve sus principales consecuencias políticas y militares. Ante todo, la Guerra del Golfo reflejó la determinación de la comunidad internacional de aplicar, por fin, los principios de seguridad colectiva y de resolución pacífica de conflictos consagrados en la Carta de las Naciones Unidas.
En segundo lugar, demuestra que una gran potencia puede implicarse abierta y masivamente en un conflicto con fuerzas convencionales sin que ningún otro Estado envíe una señal nuclear para fomentar la moderación. Ni Rusia ni China intentaron, a finales de 1990 o principios de 1991, limitar la acción norteamericana en Irak con una advertencia de este tipo.
9/7/24
MAS PRECISIONES SOBRE LA TORMENTA DEL DESIERTO
Viene siendo una lucha sin cuartel la búsqueda de informes claros y completos por parte del estado sobre la participación del grupo de tareas GT.88 que tras zarpar de la base naval de Puerto Belgrano el 25 de septiembre de 1990, operó entre el 17 de enero al 28 de febrero de 1991 dentro de las aguas del Golfo Pérsico con el nombre táctico “ALFIL 1” en apoyo a las fuerzas navales de batalla que lanzaban constantes ataques aéreos sobre Kuwait e Iraq.
A presente día todos aquellos que participaron en las hostilidades, me refiero a los tripulantes de las unidades navales, destructor “ARA Alte. Brown” y la corbeta “ARA Spiro” han sido desconocidos en sus esfuerzos y las calidades que los mismos se desprenden para obtener los derechos correspondientes a esa veteranía. Sobre el papel del grupo argentino en la estructura de las operaciones bélicas, aún sigue siendo una gran nebulosa que se está tratando de aclarar.
En este caso, la desinformación ha sido la regla. Estos más de 500 hombres ni fueron “cascos azules” ni menos estuvieron en misión de paz por el simple hecho de que la “Tormenta del Desierto” fue una guerra abierta que se extendió desde el 17 de enero al 28 de febrero de 1991 causando miles de muertos, otros tantos miles de lisiados y una destrucción muy discutida y estudiada sobre la infraestructura civil iraquí.
A nivel institucional, el silencio viene siendo la regla más común. El estado argentino se ha desentendido de estos hombres precisamente mezclando aquella errónea información referida a una “misión de paz” con un notable silencio a requerimientos administrativos e incluso judiciales para que fundamente y de cuenta sobre el alcance e involucramiento de sus buques durante toda la campaña bélica.
A contrario de lo que cada gobierno y sus respectivos jefes de la Armada a lo largo de estas tres décadas han tratado de argumentar, una sucinta revisión sobre cuales fueron los parámetros geográficos en los que se desenvolvió aquella guerra, pone blanco sobre negro en lo referente a las implicancias del grupo ALFIL I y la importancia táctica que revistió en las operaciones.
Primero. El grupo llego a la zona antes de iniciarse las hostilidades y lo hizo para plegarse a una coalición multinacional armada para, en primera instancia, cumplir con el bloqueo impuesto por Naciones Unidas y tras el vencimiento del ultimátum, participar de las operaciones bélicas bajo el marco de la Tormenta del Desierto.
Segundo. Ese plegamiento fue recibido y asignado a las tareas que iba a cumplir por encargo del Comando a cargo del Centro de Coordinación y Comunicaciones, en este caso a cargo de la Armada de los EEUU (NAVCENT) encargado de coordinar el despliegue de la fuerza naval de todo el Teatro de Operaciones que iba desde el Mar Rojo hasta el Golfo Pérsico y sus correspondientes sub teatros. Precisamente el grupo ALFIL I estuvo asignado al sub teatro más implicado en las operaciones que abarcaba el litoral marítimo de Arabia Saudita, Kuwait e Iraq y el cual tuvo un papel central en la estrategia de bombardeos y la cobertura aérea a las fuerzas terrestres.
Tercero. La Argentina en ningún momento argumentó restricciones políticas o de otra materia para intervenir dado que hubo casos de algunos de los partícipes como Bulgaria, Checoslovaquia, Corea del sur, Japón y Polonia que si lo hicieron y contribuyeron con puntuales objetivos sin querer ser involucrados en las operaciones. Al contrario, los buques argentinos, junto a otras unidades navales (como las canadienses y australianas) prestaron cobertura, apoyo logístico y de combate a los grupos de batalla que operaban desde el Golfo hacia tierra, sujetos por igual a las contingencias (ataques aéreos, misiles balísticos o minas navales) de una guerra abierta.
Cuarto. El grupo ALFIL I desde el mismo momento que cruzó el Canal de Suez, entró al denominado “Teatro General de Operaciones” que se extendía desde EEUU hasta todo el Oriente Medio y que se activó desde el 17 de enero de 1991 y por el cual legitimaba acciones en cualquier punto de esa extensión geográfica. Al parecer los gobiernos argentinos nunca han dado detalles sobre esto ya que ello determina una posición específica y un compromiso político que se reforzaría con su activa participación en el bando de la Coalición multinacional. Pero por si acaso quedaran dudas, según el despliegue de fuerzas navales para operar en las hostilidades, el grupo argentino operó durante toda la campaña bélica en uno de los sub teatros designados como fueron las aguas del Golfo Pérsico.
Dentro de estas áreas designadas, los buques argentinos llevaron adelante tareas de custodia armada de la ruta logística para asegurar el Transporte Marítimo-Estratégico diseñada por el Almirante estadounidense Pagonis para aprovisionar (de combustible, víveres, agua potable, munición, armamento, personal etcetc) a las fuerzas navales de ataque compuestas por los grupos de portaaviones y a las terrestres que debían desalojar el emirato ocupado.
La protección de esta ruta fue vital para concretar las operaciones ya que de haber sido interrumpida pudo haber obstaculizado el éxito de la campaña militar.
Es por ello que la sugerida independencia táctica en el desarrollo de las operaciones por parte del grupo ALFIL I hablando de que en ese entonces respondía a su comando en Buenos Aires, además de absurdo, no refleja la realidad y mucho menos la viabilidad en las circunstancias en las que se hallaban operando los buques. Esa irrealidad queda patente no solo por las interferencias (y confusión) que ello habría propiciado con el NAVCENT, sino también por la carencia de medios técnicos y comunicación (satelital y cifrado) propios para mantener contacto en tiempo real entre el grupo y Buenos Aires.
Incluso más. Hay dentro de los pobres argumentos de las autoridades argentinas un gran vacío lógico que lleva a preguntar ¿Cómo coordinaban entonces las operaciones aeronavales que llevaban a cabo con las otras armadas? Eso se hacía mediante las llamadas “Conferencias en Dhahram” que eran reuniones a las que acudían los comandantes de todas las flotas implicadas para precisamente, coordinar las operaciones y movimientos con el NAVCENT ¿Por qué los comandantes del grupo ALFIL I iban a ser la excepción? Un dato sobre esto es que, no había avión o helicóptero que no estuviera autorizado a volar sin el permiso de este comando naval y es por eso, que los helicópteros “Alouette III” embarcados en el destructor “Alte. Brown” no iban a estar exentos a esta regla.
Como consta en el organigrama de mando estratégico para la Tormenta del Desierto, los jefes de cada arma occidental (Fuerza Aérea, Armada y Ejército) estuvieron a cargo de altos oficiales estadounidenses y en el caso de las fuerzas navales su coordinación en última instancia estuvo en manos del Almirante estadounidense Stanley Arthur entonces ¿Cuál fue la independencia táctica que algunos alegan?
CUANDO LA GUERRA YA ESTABA PLANIFICADA SEGUN BUSH MANDA ESTE MEMORANDO SECRETO
LA
CASA BLANCA
WASHINGTON
15
DE ENERO DE 1991
DIRECTIVA
DE SEGURIDAD NACIONAL 54
MEMORANDÚN
PARA:
EL VICEPRESIDENTE
EL
SECRETARIO DE ESTADO
EL
SECRETARIO DE HACIENDA
EL
SECRETARIO DE DEFENSA
EL
FISCAL GENERAL
EL
SECRETARIO DE ENERGIA
DIRECTOR
OFICINA DE GESTIÓN Y PRESUPUESTO
ASISTENTE
DEL PRESIDENTE PARA ASUNTOS DE SEGURIDAD NACIONAL
EL
DIECTOR DE INTELIGENCIA CENTRAL
EL
PRESIDENTE DE LOS JEFES DE ESTADO MAYOR CONJUNTOS
TEMA:
Respondiendo a la Agresión Iraquí en el Golfo (U)
1.-
El acceso al petróleo del Golfo Pérsico y la seguridad de los estados amigos
clave en el área son vitales para la seguridad nacional de EE. UU.
De
conformidad con la NSD 26 del 2 de octubre de 1989 y la NSD 45 del 20 de agosto
de 1990, y como una política de larga data, Estados Unidos sigue comprometido
con la defensa de sus intereses vitales en la región, si es necesario mediante
el uso de medios militares. fuerza, contra cualquier poder con intereses
contrarios a los nuestros. Iraq, en virtud de su invasión no provocada de
Kuwait el 2 de agosto de 1990 y su posterior ocupación brutal, es claramente un
país con intereses hostiles a los nuestros. Las sanciones económicas ordenadas
por la Resolución 661 del Consejo de Seguridad de la ONU han tenido un impacto
medible en la economía de Irak, pero no han logrado el objetivo previsto de
poner fin a la ocupación de Kuwait por parte de Irak.