17/1/21

ARGENTINA Y SU PARTICIPACIÓN BÉLICA EN LA HISTORIA MUNDIAL





ARGENTINA Y SU PARTICIPACIÓN BÉLICA


Ene 15, 1991




Ya se cumplirán 30 años del ataque de tropas de varias naciones, encabezadas por la marina y el ejército de Estados Unidos, contra Irak. El 17 de enero de 1991, tras haber expirado el ultimátum de la ONU al presidente de Irak, Sadam Husein, para la retirada de sus tropas de Kuwait, la fuerza multinacional dirigida por Estados Unidos atacó objetivos en Irak y Kuwait. Argentina participó activamente en la llamada guerra del Golfo, enviando, a la zona de conflicto, al destructor Almirante Brown y a la corbeta Spiro. Carlos Menem era por entonces el presidente, y Erman Gonzalez el Ministro de Defensa.


No fue la primera vez que Argentina sumó tropas propias como parte de una acción conjunta internacional. No es éste un tema menor. Por detrás de los hechos, se dibuja siempre una mirada que le permite a los gobiernos fijar posiciones en relación a su ubicación en el mapa geopolítico mundial. Nos proponemos en este informe repasar las decisiones que asumió Argentina en distintos períodos frente a situaciones similares.

Antecedentes

En Julio de 1944 ciento sesenta mil soldados aliados lograron desembarcar en Normandía abriendo brechas en la defensa alemana. Fue una acción sorpresiva para el enemigo, que les permitió llegar a París y liberar a Francia después de 4 años de ocupación nazi. La histórica batalla terminaría sellando el resultado de aquella contienda. Seis meses más tarde, en febrero de 1945 Roosevelt, Churchill y Stalin se reunieron en Yalta, para definir las bases del nuevo orden político mundial. Los máximos responsables de las tres potencias se distribuyeron la geopolítica del planeta, cuando aún no había finalizado la guerra. Se sentían seguros del triunfo, daban como un hecho la capitulación de las naciones del eje. Después del encuentro en Yalta todo se precipitó. 

Se sumaron nuevas derrotas en el campo de batalla y las naciones del eje comenzaron a quedar aisladas y acorraladas. El 28 de abril Benito Musolini fue atrapado por los partisanos italianos cuando intentaba huir del avance aliado. Mussolini y su esposa, Claretta Petacci, fueron ejecutados en Lago de Como. Sus cuerpos se expusieron, colgados de los tobillos, en una plaza de Milan. Dos días más tarde, el 30 de abril, se suicidó Adolf Hitler, y el 7 de mayo de 1945 los generales del Tercer Reih se rindieron. Recien el 14 de agosto lo haría el emperador Hiroito de Japón, después que dos populosas ciudades japonesas, Hiroshimas y Nagasaky, soportaran el estallido de bombas atómicas.

La primera lanzada desde un bombardeo norteamericano el B29, bautizado como el Enola Gay, cayó en Hiroschima el 6 de agosto. Dos días más tarde Rusía le declaró la guerra a Japón e invadió Manchuria para sellar definitivamente, la suerte del imperio japonés. Al finalizar la guerra quedaba claro quiénes serían las naciones dominantes en las próximas décadas, las que impondrían modelos económicos y sociales. Las que se atribuirían el poder de policía internacional, las que convalidarían, o no, la legitimidad de gobiernos en todo el mundo, por encima de sus características dictatoriales o democráticas.

En Yalta las potencias acordaron un modelo de organización dominante. Crearon Naciones Unidas, como un único foro internacional destinado a debatir los conflictos entre naciones, y también aprobaron la creación del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Dos organismos financieros surgidos con el pretexto de ayudar a financiar la reconstrucción de las naciones en guerra, pero cuyo verdadero objetivo fue regular la económicas mundial en beneficio de los intereses de las naciones dominantes.

En el tercer milenio, setenta y cuatro años después de concluida la segunda gran guerra, se aprecia con indisimulable claridad el éxito de aquel proyecto. La ONU no pudo frenar la invasión a Irak, y el FMI, junto al Banco Mundial, son quienes marcan el rumbo económico internacional, y el endeudamiento de las naciones más postergadas.

Las normas y reglamentos que rigen la ONU, son funcionales a los intereses de las naciones poderosas que dominan al organismo. Su Consejo de Seguridad está integrado por 11 miembros, de los cuales cinco son permanentes: China, Francia, EEUU, Gran Bretaña y Rusia. Los otros seis integrantes son rotativos y no tienen voto en muchas medidas trascendentales. Por ejemplo, el consejo de seguridad de la ONU posee la autoridad para forzar una intervención armada, siempre que tenga el voto unánime de los 5 miembros permanentes. Estas reglas se desmoronaron en marzo de 2003 cuando EEUU decidió, en forma unilateral, atacar Irak sin la aprobación del Consejo de las Naciones Unidas.

Las naciones con mayor poder condicionan el funcionamiento de Naciones Unidas. En 1949, tres años después de su creación, doce países occidentales, inquietos ante la posibilidad de una nueva guerra a escala mundial, firmaron un pacto para constituir la mayor sociedad militar del mundo. Así nació la OTAN, la organización del Tratado del Atlántico Norte, que comprometía a los países miembros a asumir como propia cualquier agresión a uno de sus integrantes. Fue el comienzo de una época signada por la guerra fría que enfrentaba al bloque soviético con las naciones de la OTAN. ¿Que protagonismo asumió nuestro país en este proceso de reordenamiento político mundial, después de la segunda gran guerra?

Argentina se mantuvo neutral en el conflicto hasta marzo de 1945 cuando le declaró la guerra a las naciones del eje. Decisión tomada, aunque sin movilización de tropas, por el presidente Edelmiro Farrel y su Ministro de Guerra, Juan Domingo Perón. Aquella decisión ubicó a nuestro país como una de las 51 naciones integrantes de la primera sesión de la ONU, que se realizó el 10 de enero de 1946 en Londres. Allí, logró sostener el principio de no intervención, aunque la aceptó cuando la decisión era tomada por el Consejo de Seguridad de la ONU. Eso sucedió en Corea entre 1950 y 1953. En esos tres años de batallas interminables, murieron en la nación asiática, más de 4 millones de personas. Fue el gobierno de Arturo Frondizi el que envió, por primera vez, en 1958, un contingente militar argentino en carácter de observador. Fue una misión de paz al Líbano, integrada por militares que viajaron sin uniforme de combate. En 1960, Frondizi envío a África aviadores de la Fuerza Aérea que transportaron, en aviones DC3, alimentos y elementos de supervivencia al Congo.

En 1962 la guerra fría llegó a su punto más alto de confrontación. Se estuvo a muy poco de iniciar una tercera guerra mundial cuando se desencadenó un hecho conocido como la crisis de los misiles en Cuba. La Unión Soviética había instalado estas armas apuntando hacia Washington como respuesta a un posible ataque norteamericano para derrocar el gobierno de Fidel Castro. 

El presidente argentino, José María Guido, apoyó la posición de su par norteamericano Jhon Kennedy, y despacho hacia el Caribe tres aviones y los destructores Espora y Rosales para que participen del bloqueo a Cuba. La crisis de los misiles se entremezclaba, para alimentar aún más el fuego amenazante de una nueva guerra mundial, con otro estallido bélico producto de la guerra fría: Vietnam Estados Unidos, preocupado por evitar la extensión de las fronteras del comunismo hacia Indochina y Asia, envió una fuerza extraordinaria de 500 mil soldados a la región. La guerra en Vietnam duró trece años. 
Fue el conflicto armado más duradero en que intervino Estados Unidos. Una dimensión de la violencia que sufrió el pueblo vietnamita se puede apreciar con un solo dato. Durante estos años el territorio de Vietnam recibió más bombas que todas las lanzadas durante la segunda guerra mundial. Los portentosos bombarderos B 52 arrojaron las devastadoras e incendiarias NAPALM provocando el exterminio de pueblos enteros.

A pesar del poderío bélico desplegado, las tropas norteamericanas terminaron acorraladas por el ejército de Vietnam del Norte. Fue una derrota inesperada que el gobierno de EEUU sufrió dentro y fuera de sus fronteras. La acción de movimientos pacifistas, más la tragedia hecha relato en los sobrevivientes que retornaban al país, sumadas a las imágenes horrorosas que llegaban de Vietnam, generaron un frente opositor que condicionó la continuidad de la guerra. El 27 de enero de 1973, en París, el Secretario de Estado Norteamericano Henry Kissinger, en nombre del gobierno de Richard Nixon, firmó la rendición.

Argentina, a través de los gobiernos de José María Guido y Arturo Illia, apoyó las acciones norteamericanas en Vietnam. Pero, en 1965 aquel alineamiento con la política exterior de EEUU, desencadenó una crisis profunda en nuestro país. Fue cuando el General Juan Carlos Onganía, por entonces Comandante en Jefe del Ejército, le sugirió al presidente Illia enviar tropas a República Dominicana para forzar una normalización institucional en ese país. El pedido de Onganía generó un debate nacional que incluyó manifestaciones en las calles de Buenos Aires, realizadas por quienes se oponían a la intervención Argentina en Centroamérica.

 Illia, finalmente, no envió tropas, aunque apoyó a EEUU en la creación de una Fuerza Interamericana de Paz que interviniera en dominicana. En 1970, Onganía se dueño del poder institucional tras derrocar a Illia con un golpe de estado y envió observadores militares, por pedido de la OEA, a El Salvador y Honduras para controlar el cese del fuego en la región. Militares argentinos volverían a Centroamérica años más tarde, pero bajo circunstancias bien distintas. Fue entre 1979 y 1982. Lejos de asimilarse a una misión de paz, más de 500 efectivos se instalaron en Honduras y Nicaragua para desarrollar tareas de entrenamiento y ayuda para combatir la guerrilla. Organismos de derechos humanos terminarían denunciando, tiempo después, que los militares argentinos enseñaban métodos de tortura que habían sido aplicados en nuestro país. Eran tiempos que en la casa Rosada estaba el General Leopoldo Fortunato Galtieri, y Nicanor Costa Mendez canciller argentino.

Desde la finalización de la segunda guerra mundial hasta nuestros días, Argentina ha participado en poco más de 25 operaciones militares en el extranjero, 14 de ellas se produjeron en los 10 años que duró el gobierno de Carlos Menem. La presencia de soldados argentinos entre los cascos azules, durante los diez años de Menem, fue un gesto de permanente pleitesía a la política exterior de Estados Unidos. Una adhesión que derivará en graves consecuencias para nuestro país. Para tomar dimensión de lo que representaron aquellas 14 misiones de militares argentinos en el extranjero, durante los años de Menem, es importante repasar algunos números. Nuestro país tenía, en 1994, más de 3.300 soldados, de las tres fuerzas, distribuidos en distintas zonas con conflictos en todo el mundo.

 Los gastos de estos movimientos fueron afrontados por Argentina, a la espera de su reintegro, por parte de la ONU. El sueldo de un oficial en misión en el extranjero oscila entre 2300 y 2700 dólares, según su rango. Un monto que se cobra por encima del que tiene como base. Argentina, además, gastó en 1991, 20 millones de dólares para enviar sus dos naves de guerra al Golfo.

Asumiendo la guerra como un negocio al que había que apostar, Menem aseguraba que tenía la promesa de EEUU, que empresas argentinas participarían de la reconstrucción de Kuwait. No solo no hubo participación de empresas argentinas en la reconstrucción del país invadido por Irak, sino que de los 20 millones de dólares gastados para enviar las naves de guerra al golfo, solo se recuperaron 8 millones. Sin embargo, el peor costado que tuvo la participación abierta de Argentina en la guerra del Golfo no fue el económico. Los atentados a la embajada de Israel, primero, y a la AMIA, más tarde, certificaron que aquella participación argentina en la guerra del Golfo no fue gratuita.

En junio de 2004 un plenario de comisiones del Congreso Nacional aprobó el tratamiento del proyecto del Poder Ejecutivo, para que se autorice el envío de tropas a Haití en el marco de la resolución 1542 de la Organización de Naciones Unidas (ONU). Fue el pasaporte para 614 militares argentinos que viajaron a Haití para sumarse a una fuerza internacional propiciada por la ONU. Además del personal militar nuestro país enviará 73 vehículos, ambulancias, un buque y un hospital móvil, entre otros pertrechos.

En el debate en el plenario, que unió a integrantes de dos comisiones parlamentarias de la cámara baja, de Relaciones Exteriores y la de Defensa, entregó una amplia y rica batería de conceptos por donde podía transitar la política exterior argentina, en relación a las misiones de paz y las intervenciones militares en otros países. El diputado Jorge Arguello defendió el envío diciendo que se trata de un esfuerzo multilateral para la reconstrucción de Haití, el país más pobre de América. Su par Federico Storani, planteó el riesgo de ser simples guardacostas de los EEUU, en tanto que Marta Mafei propuso enviar socorristas y no militares. El socialista Luis Zamora afirmó que la acción convalidará un gobierno ilegal.

En la actualidad nuestro país ha modificado procedimientos internos para evitar que una decisión trascendente, como es la de enviar militares argentinos a otras naciones en misiones internacionales, quede solo en manos del presidente. La remisión de tropas exige hoy la sanción de una ley en tiempo y forma. En ocasión de la guerra del Golfo el permiso fue aprobado cuando las naves argentinas ya estaban en el Golfo pérsico, en la zona de operaciones y bajo las órdenes de Estados Unidos. Los debates parlamentarios, en aquel entonces, fueron estériles, quedaron como un eco quejoso a acciones del gobierno.

11/1/21

REGION LIBERADA





Qué antecedentes y significancia tiene la penetración de la OTAN en America Latina y su desembarco en Colombia ¿Peligra la soberanía de los estados?





Los últimos acontecimientos que se han registrado en el centro del poder imperial (El Capitolio de los EEUU), demuestran que la lucha por el poder está atomizada a tal punto, que podría dar lugar a nuevos e imprevistos escenarios que debilitarán o al menos retrasaran los planes globalistas de la administración demócrata Biden-Harris.



Dentro de esos lineamientos internacionalistas se halla el definitivo control del Caribe y Sudamérica con especial objetivo a Venezuela, algo que se comprueba con aquel acuerdo firmado en 2013 por el entonces presidente colombiano Juan Manuel Santos que se concretó con el efectivo desembarco de la OTAN a mediados de 2018 y que trajo como inmediatas consecuencias los intentos fallidos por derribar al gobierno de Nicolás Maduro Moros.

Más allá de las increíbles justificaciones del gobierno de Santos para permitir ingresar a la organización atlántica (“como compartir información sobre el crimen organizado y el narcotráfico”), su presencia tiene la finalidad de absorber a la región para evitar que los estados caribeños establezcan relaciones multilaterales libres y amplias con Rusia y China. Y aunque Santos solo obró como la máscara de Washington y sus aliados, la decisión de ingresar a Colombia como un “colaborador” de segunda de la OTAN, se fundó en las determinantes políticas de acercamiento y cooperación entre Caracas y Moscú que fueron impulsadas por el entonces presidente Hugo César Chavez a comienzos del 2000.

Pero la presencia de la OTAN no es nueva en el continente. Desde mediados de 1982 se dieron dos eventos que vislumbrarían el momento oportuno para entrar al continente. En marzo de ese año se llevaron a cabo las primeras maniobras navales de la OTAN en aguas del Golfo de México denominadas Safe Pass 82 bajo la excusa del peligro del “intervencionismo” soviético materializdo en la Cuba Castrista. 

El segundo evento se dio cuando la Argentina perdió la guerra por recuperar las islas Malvinas, Sandwiches y Georgias del sur, Londres vio abierto el camino para fortificar las islas y establecer allí instalaciones con propósitos que excedían la supuesta contención de alguna amenaza de la Argentina. Incluso cabe recordarlo, durante la guerra la OTAN colaboro de forma discreta (proporcionando inteligencia satelital) con Londres para que pudiera sobreponerse a un colapso de su Task Force ante los intrépidos pilotos argentinos.

Sabido es que Gran Bretaña es uno de los miembros de la OTAN y tras el final de aquella guerra tuvo la excusa y oportunidad de ampliar el mapa de influencia y el control estratégico del Atlántico sur. 

Fue de ese modo que la organización instaló una de sus bases estratégicas de inteligencia hemisférica sita en la base aérea de Mount Pleasant. Allí donde funciona la Unidad Conjunta de Comunicaciones -Joint Communications Unit (JCU)- se instaló una antena del Sistema Automatizado de espionaje de alcance global ECHELON que se intercomunica con una red de inteligencia electrónica de la denominada agrupación “Cinco ojos” (compuesta por los servicios de inteligencia de Australia, Canadá, New Zeland, Reino Unido y los EEUU) que cubre todo el hemisferio.

Como antecedente del alcance y misión de este sistema de espionaje electrónico masivo fue el escándalo que se registro por finales de la década de los ochentas (1988) cuando se reveló por un artículo publicado por el investigador Duncan Campbell, que los gobiernos anglosajones espiaban de forma indiscriminada y sin objetivos clarosa todos sus ciudadanos sin permiso alguno. Aquello causó una oleada de indignación popular en la Unión Europea que fue convenientemente morigerada por los medios estadounidenses.

A cargo de estas actividades invasivas estaban (y siguen estando) la inteligencia electrónica de Government Communications Headquarters (GCHQ) británico y sus colegas estadounidenses de la National Security Agency (NSA) quienes mantienen junto a las Malvinas un estratégico eje de redes de escucha con bases en las islas de Ascensión en el Atlántico y Diego García en el Indico que entre otras funcionalidades tuvo la de ser parte en las operaciones para la invasión de Afganistán en noviembre de 2001 de Iraq en marzo de 2003.

Durante años las actividades de la organización se vieron encubiertas por la desinformación y la ridiculización que impulsaban desde Londres y que los medios acataban al pie de la letra. 

Las informaciones oficiales y los trascendidos era que solo había un destacamento militar británico para garantizar la seguridad de las islas ante otro posible intento argentino. En tanto, desde las instalaciones de Mount Pleasant y en coordinación de la Navy Intelligence Division (NID) se llevaron adelante operaciones de interceptación y escucha de las comunicaciones del continente sin que las autoridades civiles y militares argentinas se dieran cuenta de ello.

Cuando el gobierno de Carlos Menem decidió en 1990 alinearse a la aventura en el Golfo Pérsico que desemboco en la calamitosa guerra contra Iraq, se suponía que la Argentina pasaría a ser considerada como un socio extra OTAN, algo que jamás ocurrió. 

Tal como lo fueron los argumentos para involucrar a su país en aquella contienda, las expectativas de Buenos Aires de convertirse en parte de la Alianza atlántica por esta participación dejo entrever la candidez política y credulidad de aquel gobierno. Incluso esa pretensión no era posible de concretarse en la realidad dado que el país no se hallaba ni se halla aún al presente, en las condiciones de poder aspirar a un posicionamiento (aunque segundón) de esa clase.

Sumado a ello, los gobiernos argentinos y mucho menos sus ciudadanos sabían que los británicos y la OTAN estaban usando su espacio para lanzar operaciones de inteligencia, contrainteligencia y ataque contra objetivos en terceros países calificados de “terroristas” enmarcados en las actividades de la “Homelad Security”, un oscuro departamento de la inteligencia creado por Washington y costeado por insondables presupuestos tras el 11 de Septiembre de 2001.

A partir de aquel entonces y bajo aquel argumento, el rastreo, escucha y grabación de las comunicaciones telefónicas, electrónicas y digitales por el internet fue el inicio de una realidad encubierta a costa del derecho a la intimidad y la confidencialidad de los actos del gobierno argentino y de todos sus ciudadanos implicando sin dudas a todo el continente. 

La silenciosa guerra cibernética de satélites, Drones espía y salas comando desde donde se monitorean las redes de internet de un país, es una realidad a la cual la Argentina se halla inmersa pero que –por acuerdos secretos- se encuentra lejos de poder contrarestar.

Actualmente Argentina no es un objetivo a considerar ya que no representa una amenaza a las políticas de la Organización atlántica y mucho menos a los despliegues militares de Londres en la región. Si es una plataforma geográfica de colaboración estratégica para las agencias gubernamentales anglosajonas que encuentran muy fácil operar en un país donde reina el caos político, la nulidad institucional y una corrupción administrativa que no tiene limites.

En lo que respecta a la relación de Buenos Aires con la OTAN es inexistente e innecesaria ya que –a diferencia de Colombia- para los cerebros en Bruselas, Argentina no posee una infraestructura militar propia de sofisticación útil y menos aún, un peso geopolítico propio que pueda aportar una colaboración cualificada para los objetivos que se buscan en el Atlántico sur. Si necesitan de esa colaboración tienen a los británicos en Mount Pleasant y a los chilenos de la FACH en Punta Arenas.

Caso diferente es el Caribe y Venezuela en particular, donde existe un proceso político que además de oponerse a la hegemonía político-comercial y militar anglosajona, se ha convertido en una opción política –que además de desplazar a las ambiciones de Cuba- es digna de emular sin por supuesto, correr los riesgos de ser blanco de agresiones solapadas desde Washington. Este mismo proceso además, ha demostrado tener una trascendencia hemisférica de peso que lo ha llevado a establecer nexos de cooperación con la Federación rusa, China e Irán que preocupan de sobremanera a los intereses occidentales.

Es por ello y más allá de las complicaciones del gobierno de Maduro en política domestica, el sostenimiento y profundización de una geopolítica audaz que se apoya en una estrategia de contrapeso para limitar las acciones intervencionistas de Washington y la OTAN, le dará chances a que el proceso Bolivariano pueda sobrevivir e ir progresando con el tiempo. 

Además, tras la clara exposición de la profunda crisis política que transita los EEUU, la región y en especial Venezuela tienen la oportunidad de ir aflojando las cadenas que desde el norte y con la ayuda de sus socios de la OTAN han tendido en rededor de toda la región.

3/1/21

ARGENTINA ENVIA TROPAS AL GOLFO PERSICO





Argentina anunció  el envío de tropas al Golfo Pérsico, convirtiéndose en el primer país latinoamericano en participar en el bloqueo militar contra Irak. Argentina no quiere la guerra , dijo el canciller Domingo Cavallo en un discurso de siete minutos difundido a todo el país, en el que anunció el envío del contingente armado al Golfo, respondiendo a un pedido de Kuwait.


El presidente Carlos Menem, en su carácter de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, ha ordenado la movilización de oficiales y suboficiales del Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada nacional , dijo el ministro.

Agregó que los militares argentinos no conformarán una fuerza beligerante. No van a emprender acciones bélicas ofensivas, no van a asumir un rol de beligerancia .

El gobierno argentino anunció ayer que decidió enviar dos buques al Golfo Pérsico en misión de paz para participar en el bloqueo económico contra Irak.

El vocero presidencial Humberto Toledo, aclaró que se trata de una misión de paz, por lo que no necesita la aprobación del Congreso, agregando que los efectivos no entrarán en combate sin autorización del Congreso.

Entre tanto, Zulema Yoma la esposa del Presidente argentino Carlos Menem, afirmó sentirse avergonzada por la decisión de enviar naves de su país al Golfo Pérsico.

De ascendencia siria y practicante de la religión musulmana, Zulema declaró, me siento avergonzada como argentina de mandar tropas a sumarse al bloqueo contra Irak .

Zulema Yoma subrayó, vamos a ayudar a nuestros enemigos en este momento, a quienes nos ofendieron con las Malvinas. No puedo olvidar los dolores y las lágrimas que hemos derramado cuando hundieron a nuestro barco el General Belgrano durante la guerra con Gran Bretaña en 1982 dijo la señora de Menem.

Entre tanto, los nueve países de la Organización de Europa Occidental (UEO) se pronunciaron por la ampliación al tráfico aéreo del embargo contra Irak. Decidieron además fortalecer su coordinación que extienden a los medios terrestres y aéreos según un comunicado publicado anoche al término de su reunión en París.

Los nueve tomarán en los más breves plazos medidas suplementarias necesarias para instaurar de manera completa y eficaz el embargo, y lanzaron un llamado al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para que adopte muy rápidamente las decisiones apropiadas en ese sentido, precisó el comunicado.

El canciller francés, Roland Dumas, dijo que los nueve también pedirán al Consejo que extienda el embargo comercial a países que infrinjan las presentes sanciones decretadas por las Naciones Unidas.

Dumas añadió que un comité militar conjunto se reunirá hoy para poner en vigencia nuevas medidas que extiendan la coordinación entre fuerzas terrestres y aéreas de la UEO que operan en el Golfo.

Holanda dijo ayer que enviará 18 cazas F-16 a la región del Golfo si el Consejo decreta un embargo aéreo contra Irak. Este anuncio se produjo en momentos en que el Consejo seguía reunido en Nueva York.

En una acción sin precedentes, la Unión Soviética ha acordado prestar a Estados Unidos un gran barco para trasladar equipos militares al Golfo Pérsico, revelaron ayer fuentes de la Organziación del Tratado de Atlántico del Norte (OTAN).

También han habido discusiones entre funcionarios estadounidenses y soviéticos sobre el uso de grandes aviones soviéticos de transporte Antonov para ayudar a trasladar soldados y pertrechos estadounidenses al Golfo Pérsico, dijeron las fuentes. Según el ministro de Finanzas de Israel, Yitzhak Modai, el presidente soviético Mijail Gorbachov calificó al mandatario iraquí Saddam Hussein de bestia salvaje , pero manifestó su esperanza de que Irak pueda ser obligado a retirarse de Kuwait sin derramamiento de sangre.

Por su parte, el canciller, David Levy, dijo que la Unión Soviética prometió salir a la defensa de Israel si Irak lo agrede.

El canciller saudí, príncipe Saud al-Faisal, declaró ayer en Moscú que su país acogería de buen grado a tropas soviéticas en su país si Moscú decidiera sumarse a la fuerza internacional concentrada para enfrentar a Irak.

Por otro lado, el presidente Carlos Menem calificó ayer como conveniente para Argentina el envío de tropas al Golfo en una controvertida medida que convertiría a este país en el primero de América Latina en participar en el bloqueo militar contra Irak.




FUIMOS A UNA GUERRA, NO MISION DE PAZ. QUE QUEDE CLARO

La Casa de Gobierno concluyó ayer los arreglos para un anuncio formal a la población sobre la participación militar, que consistirían en un par de centenares de oficiales profesionales y dos buques misilísticos de la Armada, según anticiparon fuentes gubernamentales.

En otro frente diplomático, el presidente sirio Hafez Assad efectuará su primera visita a Teherán la semana próxima para discutir la crisis del Golfo Pérsico y la situación en el mundo árabe en general, informaron ayer fuentes sirias.

Se anticipa que el viaje será de utilidad para una campaña de Assad para proyectarse como aliado confiable del Oeste y mejorar la imagen de su país después de los años de aislamiento que le reportó su implicación en ataques terroristas.

LA GUERRA DEL GOLFO 1991


25/12/20

¿RECUERDAN LA PRIMERA GUERRA DEL GOLFO, EN 1991?

PARA EL PODER EJECUTIVO, MINISTERIO DE DEFENSA, COMANDO ESTADO MAYOR Y COMANDANTE DE LA MARINA DEL AÑO 1990/1991, QUE FUE  O LO QUE PASO EN LA GUERRA DEL GOLFO PERSICO, FUE UNA MISION DE PAZ ? COMO USTEDES PIENSAN SE EQUIVOCARON Y ACA LAS CONSECUENCIA. Y ESTO SE PRODUCIA POR LAS EXPLOSIONES DE MISILES IRAKIES, Y SE DESPARRAMABAN POR EL VIENTO. POR LO MENOS TRES MESES SIN SALIR DEL BUQUE, PARA CONSERVAR EL HERMETISMO CONTRA LA GUERRA QUIMICA NUCLEAR (QBN). SERA JUSTICIA.


Transcurridos 29 años de la Primera Guerra del Golfo Pérsico (1991), se ha presentado un trabajo científico que ha puesto en evidencia que los bombardeos norteamericanos sobre los depósitos de armas químicas iraquíes antes de iniciar la invasión terrestre norteamericana para la liberación de Kuwait podrían haber liberado “gases nerviosos” que, empujados por el viento, afectaron a las tropas norteamericanas estacionadas en Arabia Saudí. Recordemos que la guerra fue consecuencia de la invasión de Kuwait por el ejército iraquí en agosto de 1991. Tras un ínterin de negociaciones, Estados Unidos con apoyo táctico de otros países, liberó militarmente el territorio invadido, devolviendo las fronteras a su estado prebélico.





El trabajo, publicado en la revista médica Neuroepidemiology, trata de rebatir la posición del Pentágono, avalada por muchos científicos, de que las neurotoxinas, en particular el gas Sarín®, no pudo haber sido arrastrado las grandes distancias requeridas para hacer enfermar a los militares norteamericanos.

El gas Sarín® fue sintetizado, como insecticida, en Alemania en el año 1939. Pertenece al grupo de los organofosforados, como cabe inferir de su estructura química. Es un potente inhibidor de la enzima colinesterasa (ver al final de este mismo artículo para mayor información). Fue usado durante el ataque terrorista en el suburbano de Tokio, Japón, el 20 de marzo del año 1995, matando a trece personas y causando graves intoxicaciones a varios cientos de viajeros.

El gas Sarín® pertenece a un grupo denominado de manera genérica “gases nerviosos”, que incluyen, además: Somán®, Tabún® y VX®. Véase este vínculo para la prevención y tratamiento de la intoxicacion por gases nerviosos.

Los autores de este trabajo son los doctores Robert Haley y James J. Tuite, quienes ya habían publicado varios estudios que vinculaban la exposición a tóxicos químicos con los cuadros patológicos que manifestaban muchos excombatientes en la Guerra del Golfo Pérsico. Para este último estudio recopilaron información procedente de bases de datos meteorológicos, así como informes de la inteligencia militar estadounidense que apoyaban la idea de que las bombas usadas por los norteamericanos eran lo suficientemente potentes para esparcir el gas Sarín® depositado en los almacenes subterráneos de Muthanna y Falluja (ciudades iraquíes) en la alta atmósfera, donde los vientos del noreste, habitualmente muy intensos en esa época en las capas altas, trasportaron las neurotoxinas cientos de quilómetros hacia el sudoeste, hasta la frontera con Arabia Saudí, donde se concentraban las tropas terrestres que, más tarde tomaron parte en la liberación de Kuwait.

Las condiciones meteorológicas habrían contribuido a depositar los gases nerviosos sobre la superficie. Aun cuando las concentraciones del agente neurotóxico fueron probablemente bajas, la exposición continuada en el tiempo habrían incrementado el impacto.

Aunque los detectores de armas químicas dieron la alarma en los días que siguieron a los bombardeos de depósitos de municiones en Iraq, no se les prestó demasiada atención y, en cualquier caso, no se tomaron las precauciones necesarias.

Sin embargo no hay acuerdo al respecto. Algunos científicos mantienen su escepticismo sobre el efecto del gas Sarín®, afirmando que esta nueva publicación no modificará sus puntos de vista. Entre estos expertos, el Dr. John Bailar, profesor emérito de la Universidad de Chicago, que dirigió en el año 1996 un grupo de trabajo que estudió la denominada “enfermedad de la Guerra del Golfo” afirmó que “no existe evidencia de que las tropas estuviesen expuestas a concentraciones de gas Sarín® lo suficientemente elevadas para que llegasen a causar efectos biológicos”. En su opinión, el estrés de la guerra, y no tanto los tóxicos químicos, es la causa de los problemas médicos observados en muchos veteranos. El “síndrome de la Guerra del Golfo” tiene, en su opinión, entidad clínica, englobando una pléyade de síntomas; y los veteranos de la guerra merecen una esmerada atención médica.

Casi la mitad de los 700.000 militares que fueron desplegados en los años 1990 y 1991 en la Guerra del Golfo solicitaron discapacidad al Department of Veterans Affairs, de los que consiguieron tal reconocimiento el 85% de quienes lo solicitaron.

Muchos de los excombatientes describieron problemas varios, tales como dolor crónico, pérdida de memoria, fatiga persistente y diarrea, síntomas que no se pudieron achacar a ninguna patología concreta. La mayoría de los afectados insisten que sus problemas no fueron resultado del estrés sino que tienen raíces biológicas.

Los expertos están divididos entre quienes consideran que las concentraciones de gas Sarín® eran insuficientes para desencadenar problemas médicos, y quienes lo consideran la causa principal del llamado “síndrome de la Guerra del Golfo”.

El Pentágono norteamericano tiene conocimiento de que la demolición post-bélica de los depósitos de armas químicas en Kamisiya, en el sur de Iraq, pueden haber expuesto a más de 100.000 tropas al gas nervioso. Pero los militares añaden que es improbable que el gas liberado sea responsable de los signos y síntomas clínicos de las tropas que participaron, activa o pasivamente en el conflicto.


ANTICOLINESTERASAS. GASES NERVIOSOS

Año 1932, Universidad de Berlín: Willy Lange (1900-1976) y su becaria, Gerda von Kreuger, sintetizaron monofluorofosfatos. Durante la síntesis de estas moléculas, experimentaron una serie de síntomas, que incluían presión en la laringe, disnea, embotamiento y visión borrosa. Estos efectos remedaban a los de la nicotina (como sustancia pura). La nicotina se usaba como insecticida por su acción bloqueante de la acetilcolinesterasa, la enzima que se halla en las terminales de las motoneuronas. El bloqueo irreversible de esta enzima impide la transducción de los impulsos nerviosos en la contracción de los músculos que inervan dichas motoneuronas. El efecto mortal es consecuencia del bloqueo de los músculos respiratorios. Willy Lange dio a conocer sus hallazgos en una interesante publicación (Lange W., von Kreuger G. Ueber ester der Monofluorphosphorsaure. Ber., 1932; 65: 1598-1601). La llegada al poder del Partido Nacional Socialista Obrero Alemán determinó su salida de Alemania poco tiempo después.

Gerda von Kreuger continuó los trabajos en los laboratorios Leverkusen, pertenecientes a I.G. Farbenindustrie (literalmente: “comunidad de intereses”) sintetizando más de 200 compuestos organofosforados con potencial insecticida.

Eberhard Gross, trabajando a la sazón en los laboratorios Elberfeld, demostró (aunque nunca publicó) que los compuestos sintetizados por von Kreuger eran anticolinesterasas (bloquean de modo irreversible la acción de la enzima acetilcolinesterasa), pero resultaban demasiado tóxicas para su empleo indiscriminado como insecticidas. Esta observación hizo que se plantease su utilización como armas químicas. A tal fin se impulsó su almacenamiento en depósitos para uso militar.





El primer organofosforado destinado a ser usado como arma química fue el Tabún®, sintetizado en el año 1936 por Schrader (Holmstedt, B. Synthesis and pharmacology of dimethyl-amidoehoxy-phosphoryl cyanide (Tabún®) together with a description of some allied anticholinesterase compounds containing the N-P bond. Acta Physiol Scand., 1951; 25(Suppl.): 90). Tabún® es un líquido que puede dispersarse en forma de aerosol. En el año 1942, ya en plena Segunda Guerra Mundial, se construyó una fábrica en Dyhernfurth-am-Oder, cerca de Breslau, disimulada como planta de producción de jabón, para evitar ser objetivo de guerra por parte del ejército soviético. Al finalizar la guerra (1945) se descubrieron almacenadas más de 12.000 toneladas de Tabún®, además de los morteros de la artillería alemana conteniendo este líquido.

Se tiene constancia que esta arma química también fue empleada durante la guerra entre Iraq e Irán en la década de 1980 (Robinson J.P., Goldblat J. Sipri Fact Sheet Chemical Weapons I. Stockholm International Peace Research Institute, 1984).

Más tóxico que Tabún® es el gas Sarín® sintetizado en el año 1938 por Schrader y Otto Ambros. Téngase en cuenta que 1 mg de este gas causa la muerte de una persona adulta en pocos minutos, siendo absorbido a través de la piel.

A comienzos de la década de 1950, el ejército de Estados Unidos almacenó grandes cantidades de gas Sarín® en diferentes depósitos en todo el mundo, con el código secreto GB (Hersh S.M. Chemical and Biological Warfare. America’s Hidden Arsenal. London: MacGibbon and Kee; 1968). En el año 1974 se patentó un gas todavía más tóxico que Sarín®, denominado “agente VX®” (Br. Pat. 1974: 1346409 (to Secretary of State for Defense).





El Gobierno Británico financió un estudio sobre fluorofosfonatos que se llevó a cabo en el Departamento de Fisiología de la Universidad de Cambridge, dirigido por Edgar Adrian. En su estudio se descubrió que Dyflos®, otro agente organofosforado, era más tóxico que los análogos sintetizados anteriormente por Lange y von Krueger (Adrian E.D., Feldberg W., Kilby B.A. Nature, 1946; 158: 625). Dyflos® causaba miosis (contracción de la pupila) significativa. Una vez concluida la Segunda Guerra Mundial, Dyflos® fue formulado en una preparación oftalmológica, llegando a usarse contra el glaucoma.











American Cyanamid introdujo el Malatión® como insecticida en el año 1951 (US Pat. 1951: 2578652 [to American Cyanamid]). Este producto representó el mayor avance en el área de los insecticidas por su fácil manejo, además de estar exento de toxicidad para los mamíferos. Maltatión®, inactivo per se, se metabolizan en el tubo digestivo de los insectos para formar el verdadero tóxico, Malaoxón. Pero su seguridad también es consecuencia de que, cuando se absorbe por los mamíferos, se metaboliza muy rápidamente por esterasas, formándose un ácido que se excreta rápidamente. Este mecanismo de inactivación no ocurre en los insectos, lo que permite su aplicación tópica sobre la piel humana para tratas las infestaciones por sarna (género Sarcoptes) y piojos (género Pediculus).











En el año 1952, el equipo de trabajo dirigido por Schrader, en los laboratorios Bayer, en Elberfeld, sintetizaron Metrifonato (Lorenz W., Henglein A., Schrader G. The new insecticide O,O-dimethyl-2,2,2-trichloro-1-hydroxyethylphosphonate. J. Am. Chem. Soc., 1955; 77: 2554-6). Su margen de seguridad se consideró lo suficientemente amplio para poder administrarse de modo sistémico a animales domésticos. Aunque Metrifonato no tiene sensu stricto actividad anticolinesterasa, experimenta un reagrupamiento en solución acuosa para formar Diclorvos (Nordgren I., Bergström M., Holmstedt B., Sandoz M. Transormation and action of metrifonate. Arch Toxicol., 1978; 41: 31-41).







Jacques Cerf, un médico que ejercía en lo que entonces era Congo Belga (década de 1950), actualmente República Democrática del Congo, estudió diez compuestos organofosforados frente a muestras de Ascaris lumbricoides mantenidos en solución Ringer. En su estudio halló que el compuesto más activo era Metrifonato. Y finalmente preparó un polvo que fue formulado en comprimidos por una farmacia local. 

Ensayó los comprimidos en 15 voluntarios, incluidos él mismo, para valorar los efectos tóxicos del producto (Lebrun A., Cerf J., Noté préliminaire sur la toxicité pour l’homme d’un insecticide órgano-phosphoré [Dipterex]. Bull World Health Org., 1960; 22: 579). Dado que los efectos adversos se consideraron tolerables, estos comprimidos se ensayaron en 2.000 pacientes infestados con Ascaris lumbricoides o Anchylostoma duodenale. Fue así como Metrifonato se convirtió en un fármaco antihelmíntico (Cerf J., Lebrun A. A new approach to heminthiasis control: the use of an organophosphorous compound. Am. J. Trop. Med. Hyg., 1962; 11: 514-17).


Más tarde se llevaron a cabo ensayos clínicos en Egipto donde se demostró que Metrifonato también resultaba eficaz para erradicar la bilarzia, infestación causada por Schistosoma haematobium. De hecho fue el tratamiento de elección hasta la introducción del Praziquantel (Jesbury J.M., Cooke M.J., Weber M.C. Field trial of metrifonate in the treatment and prevention of schistosomiasis infection in man. Ann. Trop. Med. Parasit., 1977; 71. 67-83).






Zaragoza, 22 de diciembre de 2012

Dr. José Manuel López Tricas

Farmacéutico especialista Farmacia Hospitalaria

6/12/20

¡¡¡ Y POR QUE, NO SOMOS VETERANOS DE GUERRA DEL GOLFO PERSICO !!!



EL CONFLICTO IRAK – KUWAIT A 30 AÑOS DE LA INTERVENCIÓN ARGENTINA EN LA GUERRA DEL GOLFO: 1990-2020. UNA VISIÓN TESTIMONIAL

Comunicación del académico de número Enrique Molina Pico (ALMIRANTE RETIRADO).

El 15 de enero de 1991, con el logrado consentimiento de los ciudadanos americanos y el visto bueno de la ONU comenzaron los enfrentamientos bélicos, donde el arma infalible era sin duda la propaganda y su poderío de conformar una opinión pública doblegada a los intereses políticos; intereses que disfrazan al Estado del Norte como guardián benevolente de la libertad, mientras encubren su intención verdadera: la instalación del terrorismo mediático a escala mundial.



Más de 80.000 ex combatientes sufrieron el llamado síndrome de la guerra del golfo, enfermedad que se expresa en inmunodeficiencias muy graves, similares a los que provoca el SIDA; graves disfunciones renales y hepáticas, aumento espectacular de malformaciones congénitas (muy frecuentes también en animales), cánceres (leucemia, anemia aplásica y tumores malignos), enfermedades respiratorias (enfisemas y fibrosis pulmonares), problemas neurológicos de habilidad y eficacia neuromotoras, infertilidad (se han hallado rastros de uranio en semen de veteranos), daños cerebrales y pérdida de memoria, miopatías, etc.

Las causas: inyecciones experimentales para prevenir los riesgos de exposición a ataques químicos, exposición a emanaciones químicas y/o el contacto con uranio empobrecido, material utilizado para revestir las municiones y que por supuesto se oxida y se esparce en el aire al estallar. Situaciones por demás ocultables por sus consabidos efectos colaterales, y a las que los héroes de esta guerra estéril, sin vencedores ni derrotados, apoyaron con ingenuidad y servicio al igual que nosotros, los televidentes de esta guerra de calificación impronunciable.




 El autor se desempeñó, durante 1.990 y 1.991, con la jerarquía de contraalmirante como Agregado Naval a las Embajadas Argentinas en los EEUU y Canadá, siendo designado al aceptar la República Argentina intervenir en las operaciones como Coordinador Operativo ante el Comando de las fuerzas aliadas en Washington y Medio Oriente.

EL CONFLICTO IRAK – KUWAIT A 30 AÑOS DE LA INTERVENCIÓN ARGENTINA EN LA GUERRA DEL GOLFO: 1990-2020. UNA VISIÓN TESTIMONIAL 

Por el académico ALMTE. ENRIQUE MOLINA PICO En los últimos gobiernos en especial a partir del presidido por el Dr. Néstor Kitchner, se fue perdiendo progresivamente la conciencia del rol de las FFAA y de su razón de ser en la república. 

Se había solidificado una visión de las leyes de defensa y de seguridad interior que en la práctica impedía la aproximación de nuestras fuerzas hacia conceptos modernos de organización y empleo, así como prácticamente quitaba toda libertad de acción a los comandantes militares. 

Durante el gobierno del Presidente Macri no hubo cambios de importancia, estableciéndose como funciones de las FFAA el auxilio a la población en emergencias nacionales, la colaboración en catástrofes naturales y el apoyo logístico, en ciertas circunstancias, a las Fuerzas de Seguridad; no hubo mención para operaciones reales, el combate y la preparación para él. 
Solamente en la parte final de su gobierno.
 El autor se desempeñó, durante 1.990 y 1.991, con la jerarquía de contraalmirante como Agregado Naval a las Embajadas Argentinas en los EEUU y Canadá, siendo designado al aceptar la República Argentina intervenir en las operaciones como Coordinador Operativo ante el Comando de las fuerzas aliadas en Washington y Medio Oriente. 
ANALES DE LA ACADEMIA NACIONAL DE CIENCIAS MORALES Y POLÍTICAS 

 El gobierno se anuló el decreto de la Ministro Garré, quien sobre legislando había modificado la esencia de ley de defensa mediante dicho decreto reglamentario, vale decir que al finalizar el gobierno de Macri se pudo, al menos, recuperar el campo de acción limitado que imponía la ley de defensa. 

Este avance fue recientemente anulado por el actual gobierno, pues por decreto anuló el correspondiente al Presidente Macri y reinstaló el de la Ministro Garré, lo cual, además, de ser un grave retroceso tal como lo indicó recientemente el Académico Horacio Jaunarena, se opone a la intención presidencial de reforzar con tropas del Ejército Argentino las Fuerzas de Seguridad que patrullan la frontera norte. 

Si bien éste no es tema de este escrito, diré que si las fuerzas militares concurren en apoyo de seguridad en la frontera, Econ la legislación actual, entre otras cosas sin Código de Justicia Militar, ellas actuarán cumpliendo su deber de defender a la Patria, pero para ello violando la ley y los militares de hoy serán los presos de mañana.

 Entre las funciones que no se consideran está la de ser las FFAA, en especial la Marina, un instrumento de la política exterior del estado. Hoy nos ha quedado de ello los viajes de la Fragata A.R.A. “LIBERTAD” ¿Pero por qué la Marina?, pues porque por sus características puede ser considerada un instrumento ideal: 

El gobierno puede darle a su participación la intensidad, la importancia y la duración que desee. Permite ello primero que nada el mar y su esencia, pues él no es asible, en él no se vive, en él se transita y la soberanía que sobre él se ejerce es distinta en su naturaleza que la que cada país tiene sobre su territorio.

 El mar no es el hábitat natural del hombre y requiere esfuerzos especiales para su dominio. Se puede regular además: posición geográfica, número de buques, y su compromiso o sea una participación más o menos activa, más o menos agresiva.

 Estas operaciones, verdaderas puntas de lanza de un estado, se encuadraban en expediciones para “Mostrar el pabellón”

y aquéllas en las que se preveía un mayor uso de la fuerza recibían la más apropiada “Diplomacia de las cañoneras” . 

Nuestro país había usado a la Armada como elemento auxiliar de su política exterior por última vez quizás en 1.962 en la crisis de los misiles de Cuba y posteriormente la volvió a emplear en el bloqueo a Haití en 1.993. 

El empleo en el Golfo fue una compleja acción naval, posible debido a una realidad: la expedición desde el punto de vista naval usó la "renta" del capital invertido por el país durante años, los buques tripulados por hombres profesionalmente de primer nivel no se improvisan, podemos decir que pese a los inconvenientes económicos y socio-políticos que enfrentaron hasta ese momento las FF.AA., la Marina pudo recibir la orden y cumplirla de una manera que como argentinos debe enorgullecemos, nuestro país puso dos buques y luego otros dos en un área de operaciones distante 11.000 millas, los integraron a una fuerza internacional y operaron con éxito fuera de su zona 8, 7 y 6 meses. 

CIRCUNSTANCIAS DE LA PARTICIPACIÓN 

¿Cómo fue?, ¿Qué hubo además de la 1ra Plana de los diarios y de las discusiones que generó el anuncio de una decisión política nacional verdaderamente transcendente y que implicó un importante cambio de mentalidad?

 La decisión del envío se dio en un marco de política exterior de mejoramiento de las relaciones Argentina-USA, pero fue posible debido a dos circunstancias que la facilitaron y que permitieron pensarla, concebirla, siendo como era una acción atípica en los últimos años, porque los antecedentes más próximos se dieron en distintos marcos: Cuba 1962, en la OEA y el Congo y otros en el marco de la UN.

Las circunstancias que facilitaron fueron: en el alto nivel político la visita oficial del Dr. Humberto Romero Ministro de Defensa, y en el nivel político-operativo la fluida relación USAARA que permitió la concepción de la innovadora idea. 

La visita del ministro, primera oficial de un ministro justicialista de defensa, indicaba el deseo de mejorar la relación, en especial luego de Malvinas; el ministro llegó el 4 de agosto, inmediatamente luego del ataque lo que llevó a pensar que se anularían reuniones importantes, ya que el secretario americano de Defensa Dick Cheney tuvo que viajar de urgencia a Arabia Saudita para comenzar a tejer la tela que daría luego soporte político a la operación bélica. 

Pero esta evolución inevitable y comprensible que parecía determinar que los resultados positivos del encuentro se perderían fue inesperadamente positiva pues como índice del mejoramiento general de relaciones Argentina-USA, el Dr. Romero fue recibido por el Vicepresidente Quayle, en un encuentro largo, prolongado que no fue simplemente protocolar, quedó claro que la Argentina políticamente estaba en la crisis indudablemente de este lado, ofreciéndole en forma genérica el apoyo político argentino. 

El segundo aspecto fue la excelente relación entre ambas marinas, fluida y franca, que luego de un proceso iniciado entre los estados mayores en 1985 para restablecer las comunicaciones postMalvinas y finalizado con exitosas ejercitaciones binacionales3 en el mar. 
Durante la ceremonia de despedida, en la Base Aérea Andrews 8 de agosto cuando el Dr. Romero finalizaba su visita oficial, recibimos una llamada del Pentágono preguntando con muchos condicionales, una especie de "non paper" oral, qué responderíamos si se llegase a requerir nuestra participación en alguna acción de bloqueo o interdicción dispuesta por la UN.

El tono, la forma en que se hizo la pregunta efectuada por interlocutores de gran confianza indicaba el deseo de ensayar una nueva vía que se sabía innovadora y riesgosa, pero también que se era consciente de lo difícil de la propuesta y de la respuesta, sobre todo que no quería producir una herida en ningún aspecto de las relaciones; usando un poco la tecnología de James Bond o la del "Espía que vino del frío" podría pensarse que la conversación finalizaba con un: "esta cinta se autodestruirá cinco segundos luego de la señal". 

Estábamos en el aeródromo, los entonces Ministro de Defensa, Embajador en USA, el Jefe de EMCO, el Agregado de Defensa y yo, luego de un cambio de ideas desde el mismo aeródromo me comuniqué con Bs. As., con el Alte. Ferrer, quien era Jefe de la Armada, a quien le comuniqué el requerimiento y la opinión positiva del Grupo de Washington. 

El cambio de rumbo, la nueva teoría estaba ya echada a andar, nuestras primeras opiniones fueron positivas, creíamos que técnicamente podríamos intervenir y políticamente convenía. Al poco tiempo contestamos de la misma manera. "En el marco de la UN, colaboramos”. Eran las 1800 horas del mismo 8 de agosto.

CONCRECIÓN INICIAL 

Estaba transmitida la decisión política, quedaba ahora llevarla a la práctica, la acción debió llevarse en diferentes sectores: el político, el material y el operativo; en todos ellos se debieron enfrentar situaciones inéditas para asegurar el cumplimiento del compromiso. 
En lo político la decisión fue un desafío que despertó a la opinión pública, no solamente se analizaba si se debían enviar o no fuerzas al Golfo, sino también si para ello se requería o no la autorización del Congreso. 

La decisión del envío de los buques fue hecha pública prácticamente sin conversaciones, publicidad o discusiones previas lo que determinó que tomara al gran público por sorpresa, constituyendo un tema que por su naturaleza era fácilmente objeto de lucha ideológica, no obstante lo que inicialmente tuvo una recepción fría fue paulatinamente siendo comprendida hasta que antes de finalizar el año la opinión pública comenzó mayoritariamente a apoyar la decisión gubernamental, este cambio fue sumamente importante pues permitía decir que los buques no solamente representaban al gobierno argentino, sino también al país entero . 

Será necesario volver sobre el aspecto del apoyo público y el soporte legal que tenían nuestras fuerzas cuando la evolución de los hechos mostrara que el choque bélico era inevitable. Mientras el aspecto político seguía su camino, con analistas que apoyaban la intervención y con otros que se oponían, se encaró el aspecto condicionante: El material. La Armada tenía ante sí una importante tarea seleccionar los buques que se encontraban en mejores condiciones y alistarlos tanto en sus sistemas como en sus hombres.
Un buque en el mar es un complejo sistema en equilibrio, son muchos materiales que interaccionan entre sí, pero por sobre ellos, o mejor dentro de ellos está el espíritu de la tripulación, porque siempre hay que tener presente que un buque vale tanto como sus hombres. 
Después del contacto inicial pasaron unos días hasta que el gobierno kuwaití oficializó el pedido y el argentino adoptó ya su decisión y ordenó a las fuerzas iniciar el alistamiento. Desde este momento hasta la zarpada transcurrieron solamente treinta días. El corto período fue un éxito en sí mismo pues no escapa al conocimiento de ninguno que el estado del material no era el ideal.

Los buques fueron destacados por decreto N°1871/90

y la ley 23.904 de 1991 Promulgada el 31/01/1991

Poco más de un mes desde la zarpada y 11.000 millas de aguas abajo las quillas permitieron que nuestros buques llegaran a la zona de operaciones, para hacer frente a otro desafío: el de tener éxito en una tarea, éxito en el cuál no creían muchos argentinos y así como tampoco muchos extranjeros. 
Hemos visto aspectos de los sectores políticos y del material, nos queda por ver algo relacionado con las operaciones. Nuestros buques conformarían una fuerza internacional que tenía que cumplir una misión única establecida por las Naciones Unidas, quedaban pendientes aspectos tan importantes como organización, ¿quién comandaba?, ¿qué criterios de violencia debían emplearse? Establecidos esos aspectos quedaban temas, secundarios en la política, pero condicionantes en la práctica, como ser: ¿cómo serán las comunicaciones?, ¿los mensajes serán en claro o cifrados? y ¿los aspectos logísticos? - (combustible, víveres, sanidad, reparaciones).

 Así mientras en nuestro país la Marina alistaba sus fuerzas casi contra reloj, se iniciaron en Washington conversaciones con la USN para ajustar los puntos que permitirían nuestra acción en común con las otras Marinas. Quedó clara la misión: interceptar el tráfico marítimo para impedir el pasaje de las mercaderías establecidas por la ONU en sus resoluciones.

Era un verdadero bloqueo, pero se evitaba el uso de este sustantivo para no aumentar la presión bélica en la situación. Los condicionamientos políticos internacionales iniciales requerían que cada país retuviese el mando de sus fuerzas, esto que en una guerra real hubiese sido imposible, era factible por la relativamente limitada complejidad de las operaciones militares a desarrollar, así cada país tendría un área geográfica bajo su responsabilidad dentro de la cual conduciría las operaciones de su fuerza con total responsabilidad de lo que en ella ocurriese. 

Este sistema permitía lograr la participación de diversos países que no habrían accedido a poner sus fuerzas bajo comando extranjero, pero exigía una coordinación superior en forma de poder distribuirse las áreas y fijar las formas de intercambio de inteligencia, así como los métodos de comunicaciones. 
Se establecieron dos principios operativos: se intentaría efectuar la mayor parte de las interceptaciones en áreas fuera de los golfos Arábigo y de Aqaba y las acciones deberían desarrollarse con el menor grado de violencia compatible con la situación. 

El grado de violencia, que es un índice de la participación de un país, quedaba a cargo de cada país, el que fijaría la libertad de sus Comandantes a través de las llamadas "REGLAS DE EMPEÑAMIENTO". Simplificando, podemos decir que esas reglas establecían si se podía interceptar un buque sospechoso, si se podía enviar una dotación de visita y registro, si se lo podía desviar, si se podía hacer fuego intimidatorio y finalmente fuego a pegar.

El no disponer de las comunicaciones nos hubiera impedido operar como se hizo, teniendo que recurrir al apoyo de otra Marina para que esta "finalice la faena" o bien hubiese permitido que se interceptasen las comunicaciones en forma de atacar al gobierno por distintos aspectos de la operación. 

Se convino que en los aspectos logísticos que hacen al reabastecimiento en el mar, a reparaciones y sanidad, utilizaríamos los buques reabastecedores, taller y hospital que la USN poseía en el área de operaciones, se convinieron también el empleo de reaprovisionamiento en el mar durante el tránsito de ida si era necesario, así como la realización de ejercitaciones con fuerzas navales USN en aguas mediterráneas o índicas, lo que luego se llevó a cabo con unidades de la VI Flota en aguas del Mediterráneo.

Evidentemente cada uno de los argentinos es libre de hacer juicios de valor sobre la eficiencia o sobre la capacidad de sus instituciones, pero desgraciadamente estas expresiones indicaban con cierta sorna o cinismo un descreimiento total en nuestras propias posibilidades, no ya las nuestras como marinos sino las nuestras como representantes de los argentinos.

 La visión exterior del envío recogió inicialmente esas expresiones, es así que el semanario "THE ECONOMIST", uno de las más importantes en lengua inglesa en su edición del 29 de septiembre y 5 de octubre expresó que lo buques argentinos irían “….cuando mucho a efectuar un viaje de turismo”.

 Por otra parte, autoridades de un país amigo que no envió fuerzas, expresaron que nuestros buques con su presencia molestarían a las fuerzas operativas. Ambas opiniones, las internas como las externas, si bien pueden dolernos como argentinos, son expresiones, creo que erróneas, de una visión de nuestra realidad, juicios que nos obligaban a esforzamos al máximo, aún en pequeños detalles como que la derrota incluyera solamente los puertos que técnicamente era necesario pero que las estadías fueran establecidas únicamente con criterio operativo, tan es así que en Río de Janeiro el reabastecimiento de combustible se efectuó, prácticamente sin atracar.

Al presentarme al Comandante de las Fuerzas Navales y a la vez Comandante de la USN V Flota, Vicealmirante USN Henry Mauz, éste me dijo abiertamente: “Almirante seré totalmente franco: a nosotros nos interesa la participación política de sus buques, así si quiere dejarlos en un puerto africano, o en un área alejada fuera de riesgo, puede hacerlo, pero si verdaderamente quiere cooperar militarmente, le pido que sus buques se encarguen del estrecho de Ormuz u del golfo de Aqaba.

Nuestra elección liberaría algunas fragatas o destructores de la USN que de esa manera volverían a integrar los grupos de batalla, pues hay que tener presente que en operaciones militares nunca alcanzan las fuerzas de que se dispone. 

Pensando las distintas posibilidades elegimos operar en el Mar de Omán, área que poco después comenzaría a conocer el pabellón argentino como una realidad más de la vida cotidiana. En la misma reunión se concretaron los detalles técnicos para operar con las distintas fuerzas americanas y aliadas, tanto para adiestramiento, como para ejercitaciones y reabastecimientos. 

El aspecto que quizá habría de generarle más inconvenientes al Capitán Rosenthal fue el de las comunicaciones, pues pese a los adelantos técnicos a veces es difícil superar pequeñas diferencias en el equipamiento y más difícil tratar de cambiar conceptos operativos. Surgieron también los nombres de los puertos que podríamos usar como puertos de apoyo.

 Los condicionamientos políticos locales eran numerosos, muchos de ellos relacionados con aspectos culturales, es así que los buques de guerra extranjeros, no podrían, según los puertos, permanecer más de tres días o encontrarse en un mismo puerto más de tres o cuatro buques, por ello se nos sugirió usar como puertos de apoyo Bahrein, Dubai, Abudabi, Muscat y Fuyairah para que el Comandante tuviese la oportunidad de elegir en el momento. 
Nuestra Cancillería debía gestionar los permisos, cosa que hizo y el Comandante pudo así operar según su conveniencia.

Se intentaban negociaciones pero los aspectos políticos imbricados entre sí dejaban poco margen para una salida pacífica, el tiempo presionaba a los EEUU porque no podía mantener la coalición internacional "ad aeternum", pero tampoco podía actuar antes que se comprobase que el bloqueo no era eficaz, la presión política interior americana y el síndrome de Viet-Nam presionaban para un compromiso, los países europeos inicialmente reticentes se adhirieron luego a una participación más activa conformando un solo frente político. 
¿Qué hacer con las fuerzas argentinas si la crisis escalaba en violencia y se convertía en un conflicto abierto?

Importaba entonces estimar esta evolución pues el gobierno nacional se había comprometido a solicitar autorización al Congreso si la situación determinaba que sería necesario operar en otras tareas que no fueran las inicialmente previstas Nuestras autoridades fueron mantenidas al tanto de los cambios informándoseles que aun cuando ciertas condiciones políticas interiores en los EEUU hicieran aparecer con mayores probabilidades un "no ataque” norteamericano, el ataque americano se produciría sin lugar a dudas. 

El gobierno argentino debió luego tomar una decisión, quizás la más importante de la campaña, pues al iniciarse la operación "Desert Storm": ¿los buques permanecerían integrando activamente las fuerzas y actuarían de acuerdo a la situación bélica?, ¿regresarían a nuestro país? o ¿permanecerían operando totalmente alejados del conflicto? 
Con esta información cuya evaluación y evolución se incluye en el Agregado, el gobierno efectuó sus presentaciones ante el Congreso el que votó la ley correspondiente, permitiendo que los buques interviniesen en las tareas operativas propias de la etapa final10 . 
La intensidad de las acciones a partir del comienzo de la operación “Desert Storm”, consistentes en intensos bombardeos aéreos y navales efectuados desde los Grupos de Batalla, operando en el tercio norte del Golfo Arábigo fue increíble, demandando un esfuerzo logístico permanente. 
Los buques logísticos con 6 millones de toneladas de combustible, y tres millones y medio de toneladas de munición, víveres y repuestos llegaban principalmente de las bases en Filipinas y Japón y también de Europa y Diego García hasta una zona de espera en el Mar de Omán en las afueras del puerto de Fujairah.

Este trayecto se hacía con escolta. En la segunda zona de espera se efectuaban transferencias y transbordos de materiales en forma que el trayecto final hasta la zona de combate lo hacían únicamente buques de reaprovisionamiento militares y auxiliares, siempre bajo escolta. Para estas escoltas se constituyó la fuerza internacional de apoyo y escolta. Nuestra marina integró con la canadiense el grupo que proveía protección hasta la zona de combate. 

Este simple hecho - porque quienes hicieron la elección jugaban su propia supervivencia en las aguas con mayores amenazas- muestra el grado de confianza que en nuestro accionar profesional se tenía. Así nuestros buques intervinieron en 25 convoyes de ida y regreso cada uno, debiendo abrir fuego en dos oportunidades también cada buque, permaneciendo siempre como responsables de la seguridad del "Jardín de los Paquidermos" mientras se estaba a la espera de la salida de un convoy.

 Sin olvidar que durante la operación “Desert Shield” ambos buques tuvieron un accionar permanente, pues desde la llegada a la zona hasta el 15 de enero en períodos de 10/12 días de navegación y 2/3 de puerto ambos buques realizaron aproximadamente 700 interceptaciones, un 10% del total de las realizadas por todas las fuerzas en los cinco meses de vigencia de la acción internacional, demostrando que nuestros buques.
Estos resultados positivos encendieron ya en 1990 una luz roja, pues las FFAA ya venían sufriendo reducciones presupuestarias con fuerte orientación política, más allá de las que aparecían como de buen gobierno debido al necesario reordenamiento de las asignaciones presupuestarias, luego de la finalización del gobierno militar. 

Esa luz roja hay que ubicarla especialmente en el campo de alistamiento general de la Armada, tanto material como personal, si bien en 1.990 intervenimos usando la renta de inversiones anteriores, hoy es imposible hacer lo que hicimos, pues el capital naval-militar se agotó y el nivel de alistamiento que se posee no nos habilita actuar. 

Para poder en el futuro hacer frente a posibles necesidades de la República Argentina debemos resolver la que hoy es llamada la problemática militar, porque si no lo hacemos en tiempo este éxito nacional quedará como un hito en la historia de la República, como una marca de referencia, como un caso de estudio imposible de reeditar.







1/12/20

LA MIRADA DEL CAPITAN DE NAVIO PABLO VIGNOLLES

Estas misiones no son misiones para soldados, pero sólo los Soldados pueden cumplirlas. Dag Hammarskojold-ex Secretario General de N.U. 

El Valor de las Fuerzas Armadas como Instrumento de la Política Exterior:
Argentina en misiones de paz y coaliciones militares Pablo Vignolles (R)Capitán de Navío, Armada de Argentina.



Las Fuerzas Armadas como Instrumento de la Política Exterior


"Un Programa para la Paz", elaborado durante la gestión del Secretario General de las Naciones Unidas Boutros Boutros Ghali, estableció las líneas de acción para el aumento del envolvimiento de las Naciones Unidas (ONU) tanto en el mantenimiento de la paz como de la seguridad internacional . 

Allí se define, en términos amplios, a las misiones de paz como: "...el despliegue de una presencia de las Naciones Unidas en el terreno, hasta ahora con el consentimiento de todas las partes concernientes" . 

MISIONES DE OBSERVACION ACCIONES DE PROTECCION VIGILANCIA DE TREGUAS

 Es dentro de este nuevo contexto en que la República Argentina decide incrementar sustancialmente y cualitativamente su participación en las misiones de mantenimiento de la paz. 

Los primeros antecedentes que cuentan la participación argentina en ellas aparecen en la Guerra del Chaco , en tareas de mediación y que le valiera, al Ministro de Relaciones Exteriores Carlos Saavedra Lamas, obtener el premio Nobel de la Paz. 

MANTENIMIENTO DE LA PAZ MISIONES DE VERIFICACION AUTORIDAD PROVISIONAL MISIONES DE ASISTENCIA.

 En 1958, dentro del ámbito de Naciones Unidas, Argentina integra la Misión de Observadores en el Líbano (GONUL) . 

Durante la presidencia del Dr. Menem, el país se hace presente con un contingente y medios relevantes en una misión de Naciones Unidas. Así, la Armada Argentina desplaza buques y personal en la Bahía de Fonseca (Honduras) en 19906 .

 Por otro lado, a fines del mismo año, nuevamente la Armada, materializa el uso del instrumento militar como expresión de la política exterior del país, mediante la intervención de un destructor y una corbeta en la Guerra del Golfo Pérsico.

 Si bien las intervenciones en coaliciones militares internacionales no constituyen una misión de paz en los términos tradicionales, resultan relevantes de ser analizadas en este contexto, ya que junto a las misiones de paz son concurrentes el concepto de empleo del poder militar al servicio de la política exterior del país mediante la proyección de fuerzas en apoyo de los intereses y objetivos de la nación, satisfaciendo la necesidad de legitimación militar al imponer el cumplimiento de resoluciones de la ONU en resguardo de la paz en el primer caso y a la contribución a la paz y seguridad internacional como valor agregad.

Durante la presidencia del Dr. Menem, el país se hace presente con un contingente y medios relevantes en una misión de Naciones Unidas. 

Así, la Armada Argentina desplaza buques y personal en la Bahía de Fonseca (Honduras) en 19906 . Por otro lado, a fines del mismo año, nuevamente la Armada, materializa el uso del instrumento militar como expresión de la política exterior del país, mediante la intervención de un destructor y una corbeta en la Guerra del Golfo Pérsico. 

Si bien las intervenciones en coaliciones militares internacionales no constituyen una misión de paz en los términos tradicionales, resultan relevantes de ser analizadas en este contexto, ya que junto a las misiones de paz son concurrentes el concepto de empleo del poder militar al servicio de la política exterior del país mediante la proyección de fuerzas en apoyo de los intereses y objetivos de la nación, satisfaciendo la necesidad de legitimación militar al imponer el cumplimiento de resoluciones de la ONU en resguardo de la paz en el primer caso y a la contribución a la paz y seguridad internacional como valor agregado, en el caso de las misiones de paz tradicionales mencionadas al principio.

Más tarde, en 1992, la participación se refuerza y consolida como uno de los ejes de la política exterior y de seguridad de la Nación, mediante una importante intervención del Ejército Argentino en Croacia. 

El país acompaña intensamente el despliegue de la ONU en las misiones de paz7 . Así, la nación, entendiendo al mantenimiento de la paz como un bien de la comunidad internacional, ha realizado un esfuerzo significativo, acompañando en forma consistente a esta demanda.

El contexto internacional y la evolución de las misiones de paz Estas misiones han sido concebidas por la ONU para colaborar a mantener o restablecer la paz y seguridad internacional. 

Constituidas por personal civil y militar, predominan estos últimos en cuanto a cantidad. Son de carácter voluntario, basadas en el consenso y la cooperación internacional. Son una herramienta flexible que enfrenta con éxito situaciones que la Carta de la ONU no contempla en su contenido. 

En lo instrumental, son utilizadas para la supervisión en el mantenimiento de ceses de fuego, separar facciones antagónicas, amortiguar conflictos, asistir tropas en retirada, verificar desarmes, etc. 

Se han constituido en un elemento novedoso para controlar la variedad de conflictos emergentes que amenazan la paz y seguridad internacional y continúa asumiendo tareas que exceden a aquellas tradicionalmente desarrolladas.
 
Así, se abrió la oportunidad para la República Argentina en su proceso de reinserción en la escena internacional, cambiando el perfil aislacionista, errático y no alineado que la caracterizara. 

Este cambio refleja una interpretación cabal acerca que la seguridad de la propia nación no está asegurada ni exenta de la influencia de conflictos, desarrollados en lugares distantes del planeta. 

En tal sentido, el Dr. Ricardo Lagorio – ex subsecretario de Política y Estrategia del Ministerio de Defensa Argentino- describe las intervenciones: "fue una divisoria de aguas respecto de la materialización de la política exterior de la República Argentina".

 La decisión de enviar los buques al Golfo fue una interpretación acerca de la nueva percepción del sistema internacional, de cómo pensar sobre los temas de seguridad internacional.

La administración del presidente Menem asumió la responsabilidad con las obligaciones dispuestas en la Carta de la ONU:

 "Los Estados Miembros de la Organización prestarán a ésta toda clase de ayuda en cualquier acción que ejerza de conformidad a esta Carta..." e integró sus FF.AA. en el contexto democrático.

Es aquí donde los medios de comunicación, en todas sus expresiones, tienen un papel preponderante sobre los efectos producidos en la percepción y juicio de la opinión pública acerca de estas operaciones y sus implicaciones en los diferentes niveles analizados.


Es un factor común que interviene e incide en cada valoración que se haga de las consecuencias, beneficios o perjuicios. Si bien la prensa ha cubierto de manera aceptable la participación en las misiones de paz, no ha sido transmitido adecuadamente a la opinión pública o al menos no ha tenido los efectos esperados, (para los militares), sobre la opinión pública.


El general Zabala comenta al respecto: "La opinión pública ha sido informada desde el inicio, se lo hace periódicamente, pero sería necesario buscar un abordaje que asegure un impacto aún más positivo".

 El Dr. Camilión tiene una visión diferente al expresar: "Una mejor difusión de estas actividades hubiera sido de desear, no cabe duda que otra sería la percepción del público y su valoración del trabajo desarrollado por su gente en representación de la nación".


El Almirante Molina Pico es más crítico aún: "Creo que en general hubo un cubrimiento aceptable, pero no hay la debida continuidad que asegure la persistencia en la opinión pública; si no se lo impulsa desde el ámbito de las fuerzas, el tema sale de la prensa".

 La validación de estas expresiones está condensada en las distintas encuestas de opinión realizadas en estos años que no muestran un cambio de percepción acerca de la importancia que ha tenido esta participación para el país, para sus FF.AA. o incluso para el hombre mismo.

 Belohlavek nos ilustra con respecto a una ley natural que define la comunicación: "cada tema de comunicación requiere la operativización en tres niveles: 1) el funcional, 2) el emocional y 3) el instintivo.

Los costos 

En materia de costos podemos hablar de financieros, materiales y humanos. La Argentina ha venido invirtiendo bastante en materia de operaciones de paz y en las coaliciones. A modo de ejemplo para el año 2001 el presupuesto ha sido de 13. 928.500 pesos (mismo equivalente en dólares estadounidenses). 

 En los años anteriores en que los efectivos argentinos en misiones de paz llegaron a sumar los 2656 hombres, tal el caso de 1995, el presupuesto fue sensiblemente mayor. Al respecto se plantearon problemas que han tenido una diferente percepción, según el lado en que se estuviera en esta situación. 

El Dr. Camilión comenta que: "No ha habido desinteligencias importantes aunque sí se han presentado dificultades en las asignaciones presupuestarias, lo que es normal en estos tiempos." Para el general Zabala, en cambio este aspecto tiene una connotación un tanto diferente:

 "Las FF.AA. tienen una asignación específica (presupuesto) para OMP. En el Ejército, la provisión de equipo nuevo es limitada al equipo individual. 

La falta de reembolso de ONU (UNFYCIP) desde 1993 no ha permitido adquirir otros equipamientos. Además no se pudo volcar más fondos de reembolsos a equipar las FF.AA. porque por nuestra propia legislación todos los ingresos de cualquier tipo provenientes de embajadas (La ONU le reembolsa a la Misión Argentina Permanente allí) deben entrar a la secretaría de Hacienda y no al Ministerio de Defensa". 

El Almirante Molina Pico subraya: "El tema de las asignaciones presupuestarias es un tema crítico ya que en general hay una disposición a aceptar las invitaciones a OMP pero una vez concretada la operación no aparecía la partida para cubrir los gastos. 

Así se cobró con retrasos, las previsiones no fueron las correctas y tampoco se les dieron las prioridades que por las exigencias operativas imponía la situación". 

Concluyendo con el aspecto financiero de las OMP, le han costado mucho a las FF.AA. quienes han sostenido el esfuerzo sacrificando actividades de sus propios recursos en beneficio de aquellas, sin un mejoramiento de su presupuesto.

"El gobierno empleó a su Armada para uno de sus fines: elemento de su política exterior por última vez quizás en 1962, durante la crisis de los misiles de Cuba... la expedición (del Golfo) fue posible debido a una realidad: desde el punto de vista naval la renta del capital invertido durante años, nuestros hombres de primer nivel no se improvisan de la noche a la mañana... nuestro país puso dos buques y luego otros dos en un área de operaciones distante 11.000 millas, operando con éxito por 9 y 6 meses respectivamente...y eso tuvo un costo en cuanto a material caro y difícil de reemplazar..."

Al respecto, cabría preguntarse si EE.UU. aún respaldase a la República Argentina en su actual crisis, en caso que se hubiere adoptado algún otro tipo de alineamiento o si existiesen otros países que lo harían en su lugar, llegado el caso. Resulta difícil establecer hasta qué punto el prestigio alcanzado en la esfera del compromiso internacional ha incidido o al menos qué peso tiene en la decisión norteamericana de asistir a la nación. 

Más allá de los hechos y opiniones que se contraponen a la ponencia del Dr. Dallanegra Pedraza, institutos especializados en el asesoramiento para medir la credibilidad, riesgo, propensión a la inversión, etc, consideran aspectos que no están exclusivamente ligados a la política económica y social de un país, si no que incluyen otras cuestiones relacionadas con la defensa y la política exterior. 

Así, el McKeever Institute of Economic Policy Analysis destaca en el análisis sobre la Argentina dos aspectos que han sido abordados: la condición de aliado Extra OTAN del país y la participación y alto grado de compromiso de la nación con las Misiones de Paz de Naciones Unidas y otras fuera de este ámbito.



27/11/20

¿UN MENSAJE PARA TEHERAN? EE.UU DESPLIEGA BUQUES DE GUERRA EN EL GOLFO PERSICO.

 

Donald Trump

Portaviones USS Nimitz



El Pentágono traslada a la región del golfo Pérsico un grupo de buques de guerra encabezado por el portaviones USS Nimitz con la intención declarada de brindar apoyo militar a la retirada de las tropas de Irak y Afganistán. 
Pero, ¿podría esta medida tener algo que ver con el asesinato del jefe del programa nuclear iraní, Mohsen Fajrizade?

Una fuente familiarizada con el asunto informó a la cadena CNN que la decisión se había tomado antes del asesinato del destacado científico nuclear. La retirada está prevista para el 15 de enero y forma parte del plan de Donald Trump de disminuir el número de militares en Irak y en Afganistán hasta los 5.000. Al mismo tiempo, admitió que se trata de un "mensaje de disuasión" para Irán.

EEUU tiene previsto desplegar a miles de oficiales y "una potencia de fuego militar aumentada" en la región hasta que finalice el mandato de Donald Trump. Será la Administración Biden quien decidirá cuándo deben ser retirados de la zona.

Anteriormente, el medio libanés Al-Mayadeen informó de que el Pentágono había elevado el nivel de alerta en la región tras el asesinato de Mohsen Fajrizade.

El director de la Organización de Investigación e Innovación del Ministerio de Defensa de Irán y agente de la Guardia Revolucionaria iraní, Fajrizade fue asesinado a balazos a las afueras de Teherán el 27 de noviembre. El ministro de Exteriores iraní, Mohamad Yavad Zarif, acusó a Israel de estar detrás.

"Esta cobardía —con unas indicaciones serias de rol de Israel— muestra el belicismo desesperado de los autores", declaró en su Twitter.