29/6/20

ENTREVISTA AL COMANDANTE DEL ARA BROWN QUE ESTUVO EN LA GUERRA DEL GOLFO PERSICO



Cuando el Golfo estaba en llamas

Hace diez años el capitán de navío Alejando José Tierno, junto a 225 hombres del destructor "Almirante Brown", cumplía delicadas misiones frente Arabia y los Emiratos. Abordó 500 buques para comprobar que no llevaran carga a los puertos de Irak. El mayor sinsabor fueron las larguísimas horas de insomnio.


 El capitán de navío (R) Alejandro José Tierno, de 56 años, se considera un privilegiado por haber participado en la guerra del golfo Pérsico. 

Fue el comandante del destructor ARA "Almirante Brown", con 225 hombres bajo su mando. Fue distinguido por la Armada Argentina y condecorado por los gobiernos de Arabia Saudita y de Kuwait, medallas que se suman a una distinción por la guerra de Malvinas. Nunca olvidará las noches de insomnio, el ballet de los cazas norteamericanos y los festejos con que lo recibieron los kuwaitíes. 

-¿Cuándo fue informado de que debía partir hacia el golfo?

 -Diez días antes de zarpar. Salimos el 25 de septiembre de 1990 y fue un verdadero logro haber zarpado en buenas condiciones con un plazo tan corto.

 Fíjese que los buques de Estados Unidos tienen un tiempo de preparación de seis meses. 

-¿Actuar bajo el mandato de Naciones Unidas podía significar una multiplicación de órdenes diversas? 

¿Eso aumentaba la incertidumbre?

 -No. Desde el momento de zarpar siempre recibimos órdenes desde Buenos Aires.
 El comando superior era ejercido por el comando de operaciones navales. 

Todas las indicaciones sobre cómo proceder fueron preparadas por el comando de operaciones navales, teniendo en cuenta las recomendaciones que al respecto recibía del Ministerio de Relaciones Exteriores.

 -En ese momento existía un debate político sobre el alcance que tenía la misión argentina... -Yo siempre recibí órdenes muy claras. Es cierto que al principio hubo una disidencia política sobre la cuestión.

 Pero el gobierno tenía una idea muy firme y el Congreso aprobó después una ley que autorizaba específicamente la operación de los buques bajo determinadas condiciones.

 -¿Cuánto tiempo tardó en llegar al golfo? -Cruzamos el canal de Suez -es decir, entramos en el teatro de operaciones- a fines de octubre. Quiere decir que tardamos casi un mes. 

Durante el traslado debimos detenernos durante cuatro o cinco días en un polígono que tiene la OTAN en Italia para ajustar nuestros equipos magnéticos de defensa contra las minas, que estaban calibrados para el hemisferio Sur.

 Es un sistema que modifica el campo magnético de las minas y depende de la latitud a que uno se encuentre. 

-¿Cuál fue su ubicación en la zona? 

-Hasta el comienzo de la guerra, el 16 de enero de 1991, estuvimos en las proximidades del estrecho de Ormuz para garantizar la interdicción que pesaba sobre los buques que se dirigían a Irak. Era una interdicción, no un bloqueo, porque no había sido declarada la guerra. Después nos desplazamos a una zona situada frente a las costas de Arabia Saudita, Qatar, Bahrein. 

-¿Ustedes se integraron a una flotilla en particular? 

-En el área operaban cuatro grupos de portaaviones, más todas las escoltas de esos cuatro grupos, y buques de doce naciones. Había en total unos 170 barcos de guerra y otros 500 buques de apoyo logístico, es decir, los que transportaban municiones, combustible, víveres a la flota aliada, y dos buques hospital completos.

 Por otra parte, hasta que comenzó la guerra, pasaban muchos buques comerciales con petróleo, cereales y otros productos. El tránsito marítimo era entonces muy intenso. Era un enjambre. 

El radar estaba lleno de ecos. 

ARA BROWN

-¿Cuál era la tarea de las naves argentinas? 

-En la primera etapa teníamos asignado un sector dentro del cual debíamos inspeccionar buques para verificar que no llevaran cargas a los puertos de Irak, en contravención a las resoluciones de Naciones Unidas.

 En ese período inspeccionamos junto con la corbeta ARA Spiro unos 500 buques. A partir del comienzo de la guerra nuestra función fue la de brindar seguridad a los trenes de reaprovisionamiento logístico de la flota aliada. 

Cada noche se armaba un convoy para llevar municiones, combustible y víveres hasta los portaaviones o grupos anfibios, y nosotros debíamos darle custodia.

 -¿Llegó a disparar con el "Almirante Brown"?

 -Hicimos disparos con armas menores, que fueron intimidatorios

15/6/20

LA CRISIS DEL GOLFO, LO QUE NADIE TE CONTÓ.


EE UU pide a los aliados que envíen más fuerzas



El secretario de Estado norteamericano, James Baker, pidió ayer en Bruselas a los ministros de Asuntos Exteriores de los países de la OTAN el envío de tropas terrestres y de aviones y barcos de transporte para reforzar el embargo contra Irak. En esta reunión extraordinaria celebrada al día siguiente del encuentro Bush-Gorbachov, los aliados se pusieron de acuerdo sobre "el reparto de responsabilidades en la crisis del Golfó". Al compromiso de una mayor contribución para aumentar la presión contra Irak se une el consenso para crear una nueva estructura internacional de seguridad que "evite agresiones de este tipo".




Los aliados ratificaron su acuerdo de que la única vía posible es el total cumplimiento de las cinco resoluciones de las Naciones Unidas. De momento, se insiste en la búsqueda de una solución pacífica, para la cual es imprescindible el endurecimiento de las medidas de embargo contra Irak. A pesar del aumento de la presión asumido, fue el propio Baker quien hizo referencia a posibles envíos de alimentos en casos extremos de desabastecimiento de la población iraquí.La respuesta a las demandas norteamericanas de mayor contribución europea al conflicto es tan sólo parcial. La RFA, Bélgica, Noruega y Dinamarca se mostraron ayer dispuestas a aportar navíos para transportar tropas norteamericanas o egipcias con destino a la línea del frente o simplemente ayuda humanitaria. El grueso de los países de la CE prefiere coordinar sus posturas, y Francia, presidente de turno de la UEO, insistió en el papel que debe jugar esta organización. "La contribución española", según afirmó ante sus colegas el ministro Francisco Fernández Ordófñez, "es ya muy importante y, por el momento, no está previsto ningún aumento".

Fernández Ordóñez y el ministro italiano, Gianni de Michelis, rechazaron que la cuestión del envío de tropas terrestres se hubiese suscitado. Baker lo confirmó ante la prensa, así como el secretario general de la OTAN, Manfred Woerner, quien precisó que "la reacción fue muy favorable, aunque no se tomó ninguna decisión porque no se trata de un asunto urgente". Hasta el momento, sólo EE UU y Turquía, como vecino de Irak, son los únicos aliados que han movilizado su Ejército de Tierra.

Evaluar necesidades

Los ministros acordaron que el Comité de Planes Urgentes de la OTAN comience a evaluar las necesidades de apoyo logístico y a estudiar la coordinación de ayudas, así como de los barcos y aviones enviados por cada país. "El coste de la agresión iraquí será muy elevado", afirmó Baker, quien dejó claro que su petición no va dirigida a costear directamente el despliegue militar norteamericano, evaluado en 6.000 millones de dólares de aquí a final de año y en 1.000 millones de dólares más por cada mes que se prolongue el embargo.

La ayuda económica debe ir dirigida especialmente a Egipto y Turquía, países de la línea del frente que sufren en mayor medida los efectos del embargo contra Irak. EE UU no quiere que se incluya a Jordania, por su ambiguo papel en el conflicto, y es partidario de extender la cooperación a los países del Este, también muy perjudicados. 

En la reunión que mantuvo por la tarde con Jacques Delors y otros dos comisarios de la CE, el secretario de Estado norteamericano no avanzó cifras de cuál debe ser finalmente la contribución europea, pero sí recordó que Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos y el Gobierno de Kuwait en el exilio aportarán 12.000 millones de dólares. La mitad de esta cantidad servirá para sufragar el mantenimiento de las tropas norteamericanas desplazadas, y el resto irá destinado a ayudar a otros países.




La reunión, según Manfred Woerner, sirvió para subrayar la coincidencia de puntos de vista de los aliados y para "tomar en cuenta la contribución positiva de, la URSS" en el conflicto. El consenso es total para considerar que el conflicto iraquí es "la mayor crisis de después de la guerra fría, y constituye una buena prueba para saber si el nuevo orden internacional puede marchar o no", manifestó Baker. Ante la CE, éste hizo hincapié en la unidad internacional para un esquema de cooperación que sustituya a la guerra fría. Destacó también el papel revigorizado de la ONU. Baker viajará el jueves a Siria, hasta ahora uno de los países enemigos de EE UU, para negociar el establecimiento de relaciones.

El nuevo concepto de "reparto de responsabilidades" sustituirá al de "reparto de la carga", utilizado hasta ahora en toda las acciones conjuntas de los aliados fuera del marco de la OTAN. Woerner declaró que en la reunión se había debatido la necesidad de poner en marcha un nuevo esquema de seguridad que evite este tipo de conflictos.

Para Baker, el nuevo esquema de seguridad deberá incluir "medidas de intromisión", como la "inspección directa" en aquellos países que cuentan con capacidad nuclear. También se reIrió a la capacidad de impedir poseer armas biológicas y químicas.


LOS DESEOS DE BAKER

La lista de peticiones en tregada ayer por el secretario de Estado .norteamericano, James Baker, a sus aliados de la, OTAN incluye la puesta en marcha de un, dispositivo de apoyo logístico'coordinado y de gran envergadura. Éstos son los puntos claves:-El Comité de Planes de Urgencia de la OTAN, junto con la Unión Europea Occidental (UEO), coordinará las actividades de transporte de flota en la zona del Golfo.
-Los aliados de EE UU deben enviar más aviones y barcos para el transporte de tropas.
-En una fase posterior, los aliados deberán contribuir a la extensión del despliegue naval hacia el Este, para proteger los flancos en el Mediterráneo oriental.
-Aportación de aviones de vigilancia AWACS para proporcionar cobertura al despliegue militar de Turquía.
-Ayuda para aliviar las dificultades económicas de Turquía.
-Apoyo logístico y transporte para el envío de tropas egipcias a Arabia Saudí.
-Mayor aportación para repatriar a los refugiados.
-Ayuda económica a los países del Este afectados.
-Mayor firmeza en el respeto estricto del embargo.
Algunos países respondieron ayer mismo de forma limitada. La República Federal de Alemania (RFA) prometió aportar aviones y barcos. Grecia ofreció tres navíos de transporte, y Dinamarca, dos. Holanda enviará protección contra armas químicas. Bélgica, un avión y 20.000 toneladas de trigo, y Noruega, ayuda para los refugiados.

10/6/20

POR VOLAR EN ACCIONES BÉLICAS EN EL GOLFO PERSICO SERÁN RECONOCIDOS ???



(OPERACIÓN TORMENTA DEL DESIERTO) y realizó misiones de paz en la zona de conflicto evacuando a los argentinos que vivían en la región y llevándolos a Pisa (Italia), donde tenia su asiento el Comando de la ONU.

HÉRCULES  C-130 MODIFICADO

En realidad el TC-69 partió de Ezeiza el 10 de enero de 1991 teniendo como misión el transporte de un helicóptero Alouette III de la Armada Argentina para una de las fragatas que estaban realizando el bloqueo en el Golfo, ya que el que formaba parte de la dotación de una de una de estas había quedado fuera de servicio. El destino final de ese primer vuelo era Fujairah (Arabia Saudita), pero una vez que arribaron a la zona de conflicto fueron afectados a las misiones asignadas por la Cancilleria Argentina con el fin de evacuar compatriotas. Así es que el TC-69 regresa a Palomar el 14 marzo de ese año, habiendo efectuado dentro de todas las misiones asignadas cuatro penetraciones en zona aérea de actividad bélica.



                          Foto perteneciente a la primer tripulación del ESCUADRÓN I que voló al GOLFO PERSICO 

El motivo del "BATMAN" era que volaban por lo general de noche, a lo cual ya se consideraban murciélagos...

De izquierda a derecha la tripulacion del TC-69:

* APOYO TECNICO: S.Aux. SACABA

* 2º MECÁNICO: S.AUX. BRESSAN

* 2º NAVEGADOR: 1er.Ten. SPICCIA

* 2º O.S.E.A. : S. AUX. BASSANO

* 1er. PILOTO: My. PERROTO

* COMANDANTE: VCOM. DESTEFANIS

* 1er. NAVEGADOR: CAP. PADILLA

* 2º PILOTO: 1er.Ten. BISERO

* 1er. MECÁNICO: S.A. CASTELLINI

* 2º PILOTO: CAP. MARTINEZ

“MOVIMIENTOS GEOESTRATEGICOS”



El comercio y las relaciones internacionales podrán haberse detenido indefinidamente pero los planes geopolíticos de EEUU y la OTAN nunca lo han hecho


El curso de los acontecimientos no se detiene pese a toda la circunstancialidad de esta Pandemia. 

Los asuntos geopolíticos no han tenido pausa y prueba de ello son varias situaciones muy poco tratadas en los medios occidentales. La república Islámica de Irán ha tomado la determinación de prestar apoyo energético a la Revolución Bolivariana de Venezuela enviando sus tanqueros con crudo mientras tanto, China mantiene en estado de alerta a sus fuerzas armadas por las subterráneas interferencias de EEUU y Gran Bretaña en el asunto de Hong Kong, las fuerzas de la OTAN llevan adelante desde comienzos de año sospechosos movimientos en el norte de Europa y muy cerca de las fronteras de la Federación Rusa, algo que origino una creciente inquietud en Moscú.


Si algo ha causado esta pandemia, es provocar la inmovilidad general algo que, desde el punto de vista de la estrategia militar, es una muerte segura. Solo mantenerse en movimiento puede dar chances de sobrevivir a las amenazas y a los enemigos que se agazapan detrás de ésta situación excepcional.


Y si bien son varias las situaciones que podríamos citar sobre esto, hay dos que tienen destacada importancia.


Comenzando con Venezuela, veremos que tras el fallido intento de invasión financiado por Juan Guaildo y sus seguidores con base en Miami –y mantenido fuera de las primeras planas en Occidente-, el gobierno de Caracas ha salido más fortalecido y prueba de ello es el apoyo que inmediatamente recibió tanto de China como de la República Islámica de Irán. Para Washington y Londres (socios en los intentos desestabilizadores) esto ha sido una nueva frustración y una provocación transhemisferica que todavía no tiene una resolución.


Entre tanto, las bases aéreas de la OTAN (con EEUU a la cabeza) en Noruega y el este de Europa jamás dejaron de tener actividad, situación que fue advertida por los mismos habitantes locales que pese verse obligados a estar físicamente recluidos en sus hogares, sus oídos podían escuchar con mayor nitidez, como los cazas surcaban los cielos en altas horas nocturnas o de la madrugada.



El Ministerio de Defensa ruso advirtió hace unos días de la provocativa actividad occidental en sus fronteras, alertando al gobierno de estar preparados para una posible agresión de la organización. Si bien Jefe de la Dirección de Operaciones del Estado Mayor Serguei Rudskoi destaco el aumento de la actividad militar de la OTAN en las fronteras de la Federación, la misma ha ido creciendo a lo largo de estos meses.


Para el presidente Vladimir Putin esto no es una sorpresa. Cuando a comienzos de abril el Secretario General de la Alianza Atlántica Jens Stoltenberg advirtió públicamente a Rusia sobre la integridad y disponibilidad de sus capacidades, Putin leyó entre líneas el mensaje. Su olfato de estadista ya le había adelantado que los cerebros en Bruselas y sus socios en el Pentágono iban a usufructuar el particular momento que ofrecía el estado de excepción de alcance global que imperaba. Fue así que las Fuerzas Armadas de la Federación se mantuvieron atentas y gracias a ello han podido advertir los movimientos de sus adversarios.


Si bien la prensa occidental pone a Rusia como el ogro del mundo, la realidad es diametralmente opuesta. Rusia no ha invadido a nadie y mucho menos ha causado masacres y catástrofes humanitarias como las que la Alianza (y en particular los EEUU, Gran Bretaña y Francia) ha propiciado en lo que va de la década. Precisamente, consecuencia colateral de acciones emprendidas contra Libia, Iraq, Siria, Yemen y Afganistán, es el desplazamiento de millones de refugiados a campamentos sin garantías de seguridad y de allí a tratar (a riesgo de sus vidas) de ingresar a los países europeos.


Además de las constantes provocaciones que Moscú debe tolerar, no hay que perder de vista que la OTAN se haya de facto desplegada en los países antes nombrados, a donde nadie les llamo pero ingresaron a la fuerza con las consecuencias que hoy se pueden corroborar. Al mismo tiempo y obviamente de forma encubierta, la organización atlántica opera en nuevos escenarios tan distantes como el Caribe y el Atlántico sur aunque con diversas consecuencias.


Los últimos movimientos que han preocupado a Moscú han sido las incursiones sobre el Mar Báltico de bombarderos estratégicos “Rockwell B-1” que se acercaron peligrosamente a las fronteras de la Federación. 

 En todos los casos, los aviones intrusos fueron interceptados por los cazas y obligados a salir del espacio aéreo ruso. Asimismo el ministro ruso dejo en claro que sus defensas antiaéreas pudieron haberlos derribado causando un peligroso incidente que podría escalar a niveles nada recomendables.


La advertencia de Rusia sobre las maniobras que realiza la OTAN están sustentadas en que los aviones de la organización apagan sus transpondedores para no ser identificados o ser invisibles al radar de la Defensa aeroespacial rusa, algo que ya ha dejado en claro Moscú, además de inútil puede traer consecuencias para sus pilotos.


Algunos sospechan que la administración Trump agobiada por los escándalos de brutalidad policial estaría buscando crear un incidente que desvie la atención de la opinión pública global.


Estas actividades que implican la incursión de aviones de guerra son claramente violatorias de las regulaciones internacionales y de la soberanía de la Federación rusa, algo que no encuentra la debida y oficiosa repercusión en Naciones Unidas que cada día demuestra su notable ineficacia.


Pero no solamente Rusia se haya bajo las provocaciones de la OTAN. En el continente americano, hay dos Teatros de operaciones centrales en los que la alianza trabaja sin descanso por ganar terreno y ellos se ubican en el Caribe y el Atlántico sur.


En el primer caso, el objetivo se vincula con los planes de Washington –ilegales por cierto- por derrocar gobiernos indeseables como los de Venezuela y Nicaragua, teniendo como primer objetivo al gobierno venezolano de Nicolás Maduro Moros para lo cual cuenta con la colaboración estratégica del estado colombiano sin importar el partido político que se halle en el poder. Las posibilidades de lograr esos objetivos se materializaron cuando el presidente colombiano Juan Manuel Santos firmo en 2018 un acuerdo para el ingreso a la organización como “socio global”, una categoría similar a la que el gobierno argentino de Carlos Menem fallidamente pretendió en la década de los noventas.


Asimismo no debemos olvidar que gracias a la visión geopolítica y estratégica del presidente Hugo César Chávez, Venezuela logro establecer una relación estable y de cooperación estratégica con Rusia y China (algo que Néstor Kirchner jamás tuvo en mente y que luego CFK tuvo miedo de concretar), que entre otras cosas, le ha permitido frenar los incontables intentos desestabilizadores y de agresión directa como el visto el 5 de mayo último.


Para Rusia esto representa un formidable paso para la estructuración de una relación multipolar con una presencia determinante en el hemisferio, que serviría para balancear la imperativa injerencia de Washington y de la OTAN en todo el Cono sur. 

En este sentido, Venezuela es sin dudas un actor central para ello y limitar las desmedidas ambiciones de la OTAN por extenderse a todo el Caribe y el resto de Sudamérica.




5/6/20

SINDROME DE LA GUERRA DEL GOLFO PERSICO SIGUE SIENDO REAL 29 DESPUES




El uso de armas químicas sigue afectando a 175.000 veteranos

No se publican cifras de mortalidad en estos soldados desde el año 2000, ni tampoco se registran en países de la coalision como la Argentina, Australia, Francia.

Se advierte por primera vez un aumento de tumores cerebrales

Los problemas psicológicos tras este conflicto son inferiores a otras guerras




Baterías antiáereas en el cielo de Bagdad en enero de 1991  




Entre 1990 y 1991, 700.000 militares estadounidenses fueron desplazados a Irak para combatir contra Sadam Husein tras la ocupación de Kuwait. En la operación 'Tormenta del Desierto' se lanzaron miles de ataques con armas químicas que no sólo tuvieron graves consecuencias en la población iraquí, sino que incluso mermaron la salud de los propios soldados estadounidenses. Veintitres años después del conflicto, muchos de ellos sufren aún las secuelas del llamado 'síndrome de la Guerra del Golfo', y el Congreso de EEUU denuncia la falta de información y seguimiento sobre muchas de las secuelas.

El comité de investigación creado por el Congreso sobre veteranos de la Guerra del Golfo (RACGWVI, según sus siglas en inglés), elabora periódicamente informes científicos sobre la salud y las secuelas de los soldados americanos que estuvieron en contacto con el gas sarin y otros gases tóxicos durante el conflicto. Y por primera vez desde 2008, acaba de actualizar sus conclusiones sobre los más de 175.000 veteranos afectados por este síndrome.

Dolor de cabeza, problemas de memoria, fatiga, dificultades respiratorias, enfermedades de la piel, molestias estomacales... El informe comienza recordando que el síndrome de la Guerra del Golfo está reconocido como una enfermedad -después de muchos años de intentos por negarlo-, aunque las manifestaciones de este mal pueden variar de unos militares a otros.

Aunque hasta ahora ya se había relacionado el contacto de los soldados con productos como el bromuro de piridostigmina con problemas neurológicos y cognitivos, los autores de este nuevo informe amplían por primera vez al cáncer cerebral el abanico de secuelas de los veteranos de guerra.

Roberta White, de la Universidad de Boston y directora científica del informe, recuerda a lo largo de más de 123 páginas que este síndrome no tiene nada que ver con el estrés y la ansiedad psicológica derivada del conflicto, como inicialmente se tendió a pensar, negando la existencia del propio síndrome. 

De hecho, los casos de estrés postraumático y otras secuelas psicológicas entre los soldados que participaron en la Guerra del Golfo es inferior al que se ha observado en otros conflictos bélicos (en torno al 10%), mientras que los problemas físicos causados por las armas químicas se elevan a más del 25% de los veteranos (más de 175.000 estadounidenses, a los que otras fuentes suman unos 8.000 británicos).


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El documento da por sentada la relación de causalidad entre productos como el ciclosarín (metilfosfonofluoridato de ciclohexilo), los incendios de los pozos de petróleo o los proyectiles de uranio empobrecido con los cambios físicos apreciados mediante resonancia magnética en el cerebro de los veteranos, que también sufren con más frecuencia que el resto de la población cáncer cerebral y de pulmón.
Lagunas de información

En cambio, y al mismo tiempo que sigue enumerando las evidencias sobre las secuelas de estos militares, los científicos encargados de estas revisiones periódicas, denuncian que -23 años después de la Guerra del Golfo- sigue sin conocerse con precisión la tasa de mortalidad de aquellos soldados o la incidencia de algunas enfermedades que se creen agravadas por el contacto con las neurotoxinas.

 "No se ha publicado información sobre mortalidad desde el año 2000", denuncian "y eso supone casi la mitad de los años que han pasado desde 1990". A juicio de White y su equipo, la información sobre mortalidad en los últimos años es "crucial para entender las consecuencias para la salud de la Guerra del Golfo y futuros conflictos" y pese a todas las recomendaciones "los esfuerzos federales para ello son seriamente inadecuados".


El documento recuerda que tampoco se ha investigado lo suficiente si esta población tiene mayor incidencia de trastornos como Parkinson, Alzheimer o esclerosis múltiple. Incluso en el caso de los miles de proyectiles de uranio empobrecido que se lanzaron desde el aire, los estudios se han llevado a cabo con grupos muy minoritarios y se desconoce su persistencia en el organismo y sus secuelas reales.

Por eso, también insta a las autoridades a reforzar la investigación con animales y sobre posibles tratamientos para aliviar el 'síndrome de la Guerra del Golfo', como la coenzima Q10 que ha demostrado eficacia en algunos estudios, la acupuntura o la presión positiva continua en las vías respiratorias durante la noche para aliviar la apnea del sueño.

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Aunque del lado iraquí las secuelas de estos ataques están aún menos estudiadas, algunas fuentes calculan que hasta 100.000 civiles murieron como consecuencias indirectas de los ataques, sobre todo entre niños menores de cinco años.

28/5/20

ARGENTINA EN EL GOLFO 1990-1991




El polémico envío de medios y tropas navales fue decisión del entonces presidente Carlos Menem, que el 18 de septiembre de 1990, en su carácter de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, ordenó el alistamiento para participar del bloqueo económico a Irak en el marco de la operación "Escudo del desierto".

Llamado Operativo Alfil la participación de la Armada Argentina, en la ejecución de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU contra Irak en 1990, en el marco de la Operación Escudo del Desierto. Grupo de Tareas 88.0

Durante la Operación Escudo del Desierto, la misión era de control del tránsito marítimo y cumplimiento del embargo de materiales, mercadería y carga que fuesen a o proveniesen de Irak o Kuwait. 

Desde el 15 de enero de 1991, la misión se amplió al mantenimiento de las líneas de comunicaciones marítimas para las fuerzas de la Coalición, patrulla de área en soporte de dichas fuerzas y escolta del tren logístico desde Omán hasta la costa kuwaití, donde estaban en estación permanente los buques capitales (portaaviones, cruceros, portahelicópteros) de la coalición. Compuesto por el destructor ARA Almirante Brown (D-10) y la corbeta ARA Spiro (P-43), más dos helicópteros Alouette III (matrículas 3-H-109 y 3-H-112), a las órdenes del Capitán de Navío Eduardo Alfredo Rosenthal.

Las estadísticas totales de misión dejan un total de 570 interceptaciones y 17 misiones de escolta, cubriendo escolta de 29 naves de la coalición. Estas misiones implicaron que el GT abriese 4 veces fuego. 

En cuanto a la sección destacada de la 1º Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros, ésta realizó 67 vuelos. Un accidente operativo (falla de turbina), afortunadamente sin víctimas, redujo el parque aéreo del GT a un solo aparato. 

La aeronave accidentada fue rescatada pero se consideró su reparación demasiado onerosa.Grupo de Tareas 88.1 Compuesto por la corbeta ARA Rosales (P-42) y el transporte ARA Bahía San Blas (B-4), a las órdenes del Capitán de Navío Rodolfo Hasenbalg. 

La corbeta P-42 cumplió misiones de patrullaje y escolta, agregada al comando naval multinacional. Dicha nave logró unas 326 intercepciones. Posteriormente, realizó maniobras combinadas con las Armadas Española, Inglesa y Estadounidense. La Rosales recibió apoyo logístico de buques franceses y australianos.
El "Bahía San Blas" transportó elementos de ayuda humanitaria, como víveres, agua, trigo, etc.

SADDAM HUSSEIN DIRIGIÉNDOSE POR TELEVISIÓN DURANTE LA GUERRA 1990-1991


SADDM HUSSEIN



El territorio de Kuwait perteneció históricamente a la provincia otomana de Basora en Irak. Protectorado británico de 1899 a 1961, desde su independencia tropas británicas y de la Liga Árabe impidieron su anexión por parte de Irak, país que nunca reconoció su independencia ni las fronteras que separaban a ambos estados.


Tras la cruenta guerra que enfrentó Irak a Irán, el dictador iraquí, Saddam Hussein, reclamó a las "petro-monarquías" árabes, como "precio por la sangre árabe derramada" en su lucha contra los iraníes, la condonación de su deuda externa, el aumento de su cuota de producción petrolífera y facilidades para crear un puerto de aguas profundas en territorio kuwaití.


Tras el fracaso de las negociaciones y mal informado de la actitud americana (el embajador estadounidense en Bagdad manifestó que un conflicto entre Irak y Kuwait sería considerado por Washington como un "problema bilateral"), el 2 de agosto de 1990 las tropas iraquíes invadieron Kuwait.


El fin de la guerra fría permitió el liderazgo norteamericano y el consenso en la ONU para frenar el expansionismo iraquí. El mismo día 2 de agosto, la ONU exigió una retirada "inmediata e incondicional" y la Liga Árabe condenó la agresión. 

El 6 de ese mismo mes, el Consejo de Seguridad decretó un embargo contra Irak, el 25 autorizó el uso de la fuerza para hacer a Irak evacuar sus tropas y, finalmente, el 29 de noviembre, fijó el día 15 de enero como fecha límite para la evacuación de Kuwait.


El 8 de agosto comenzó el despliegue de tropas norteamericanas y británicas y el 12, en medio de importantes divisiones, la Liga Árabe decidió el envío de tropas.


Saddam Hussein intentó diversas tácticas para frenar el ataque militar: toma de rehenes entre los extranjeros que vivían en Kuwait, vincular su retirada a la de Israel de los territorios palestinos ocupados, llamar a la "guerra santa" contra el infiel...


Finalmente el día 16 de enero se desencadenó la operación "Tormenta del Desierto" en la que participaron 800.000 hombres, de los que más de 500.000 fueron norteamericanos. Tras brutales y continuos bombardeos, el 24 de febrero las tropas de la coalición avanzaron alcanzando sus objetivos en sólo cuatro días.


Los EE.UU. no se decidieron a acabar con el régimen de Saddam Hussein y permanecieron inmóviles ante la represión de las rebeliones internas que surgieron en Irak contra su dictadura (kurdos en el norte y chiítas en el sur). En adelante, Irak quedó sometido a un régimen de sanciones de la ONU condicionado al desmantelamiento de su potencial de construcción de armas químicas y nucleares, y parte de su territorio al norte y el sur quedó como "zona de exclusión aérea" patrullada insistentemente por aviones anglonorteamericanos.


La falta de una solución definitiva al problema que planteaba el Irak de Saddam Hussein no menoscaba la importancia histórica de la Guerra del Golfo. Estados Unidos lideró totalmente la coalición como única superpotencia salida de la guerra fría, países como Alemania y Japón no enviaron tropas pero costearon de forma importante la operación, la comunidad internacional y el Consejo de Seguridad de la ONU tuvieron una gran unanimidad a la hora de enfrentar la crisis. El presidente Bush hablaba del nacimiento de "un nuevo orden mundial".

23/5/20

LAS FUERZAS ARMADAS CANADIENSE Y LA GUERRA DEL GOLFO PERSICO

LA FUERZA DE TAREA CANADIENSE  LE AGRADECE LA COLABORACIÓN A LOS COMANDANTES Y DOTACIONES DE LAS FUERZAS ARGENTINA Y UN ORGULLO OPERAR CON ESA FUERZA LATINOAMERICANA UN GRAN SALUDO.
VETERANOS




La Guerra del Golfo de principios de la década de 1990 fue una lucha que muchos conocen. Más de 4,000 miembros de las Fuerzas Armadas canadienses sirvieron en la región del Golfo Pérsico en 1990-1991 como parte de la Coalición internacional de países que se unieron para expulsar a las fuerzas invasoras de Irak de Kuwait. A raíz del conflicto, los canadienses continuarán prestando servicios de mantenimiento de la paz y de aplicación del embargo en la región durante varios años.
El golfo persa

Irak y Kuwait son países árabes ubicados uno al lado del otro en el corazón del Medio Oriente rico en petróleo, una región del mundo llena de historia. De hecho, muchos historiadores dirían que la civilización humana en sí nació en la "Media Luna Fértil", la tierra entre los ríos Tigris y Éufrates en el actual Irak.

En la 20 ª siglo, tanto en Irak y Kuwait lograron la independencia. La relación entre los dos países, sin embargo, no ha sido fluida. Iraq había sentido durante mucho tiempo que Kuwait era realmente una parte de Iraq y que las plataformas petroleras kuwaitíes estaban explotando ilegalmente los campos petroleros iraquíes. A fines de la década de 1980, las tensiones crecieron y las relaciones empeoraron. El 2 de agosto de 1990, la situación llegó a un punto crítico cuando las fuerzas iraquíes invadieron Kuwait, tomando rápidamente el control de su vecino mucho más pequeño.

El mundo responde

Muchos en la comunidad internacional condenaron el audaz acto de agresión de Irak y Canadá pronto se unió a una Coalición multinacional liderada por 35 países y liderada por Estados Unidos para restaurar la libertad en Kuwait. Al funcionar bajo el mandato de una resolución de las Naciones Unidas (ONU) que aprobó el uso de la fuerza, la Operación Escudo del Desierto vio la acumulación de fuerzas de la Coalición en la región del Golfo. La participación de las Fuerzas Armadas canadienses en los esfuerzos militares allí se llamaría Operación Fricción .

Las primeras contribuciones militares de Canadá llegaron al mar en agosto de 1990, cuando tres de nuestros buques de guerra navegaron hacia el Golfo Pérsico para formar parte de una flota de la Coalición que protegería las aguas de Irak y ocupaba Kuwait. Los aviones de combate canadienses CF-18 fueron enviados a Oriente Medio en octubre de 1990 para ayudar a tomar el control de los cielos sobre el Golfo. También se estableció una sede central conjunta de las Fuerzas Armadas canadienses en la región en Manamah, Bahrein, en noviembre de 1990. Las unidades médicas, de comunicaciones, logísticas y de seguridad canadienses también desempeñarían valientemente funciones de apoyo en la Guerra del Golfo.

Del 16 al 17 de enero de 1991, comenzó la Operación Tormenta del Desierto cuando las fuerzas de la Coalición lanzaron una devastadora campaña aérea después de que se ignorara el plazo final para la retirada de Irak. Esto fue seguido por una ofensiva terrestre blindada e de infantería que comenzó el 24 de febrero y que rápidamente expulsó a los iraquíes de Kuwait. 

Esto cumplió su mandato de liberar a Kuwait, y las fuerzas de la Coalición cesaron la ofensiva el 28 de febrero y ofrecieron un alto el fuego que Irak aceptó el 3 de marzo. El final de la guerra dejó a Irak derrotado pero el líder del país, Saddam Hussein, retuvo el poder. Permanecería en control de Irak por más de 12 años hasta que la segunda Guerra del Golfo de 2003 finalmente lo expulsara del poder.

ACA EN MANIOBRA DE COMBUSTIBLE

Después de que terminó la Guerra del Golfo, las tropas canadienses permanecieron en la región como parte de la misión de mantenimiento de la paz de la ONU a lo largo de la frontera entre Irak y Kuwait, monitoreando la zona desmilitarizada entre los dos países, investigando las violaciones del alto el fuego y despejando minas terrestres. Canadá también tuvo un papel en los años que siguieron en la comisión especial para buscar las instalaciones de producción de armas biológicas, químicas y nucleares de Irak. En el agua, los buques de guerra canadienses ayudaron a hacer cumplir las sanciones económicas que se habían impuesto a Irak después del conflicto.

Hechos y cifras

El hecho de que Irak poseía armas químicas y biológicas, así como grandes misiles que podrían usarse para atacar a los países vecinos, tensó toda la región en 1990-1991.

El número máximo de miembros de las Fuerzas Armadas canadienses en la región del Golfo Pérsico en un momento fue de unos 2.700 miembros del personal.
El grupo de trabajo naval canadiense, formado por los destructores HMCS Terra Nova y HMCS Athabaskan , y el buque de suministro HMCS Protecteur, ayudó a apoyar los esfuerzos de la flota de la Coalición en la región. Cinco helicópteros Sea King con el Escuadrón No. 443 también fueron parte de esta fuerza.

Los escuadrones de aviones CF-18 con aproximadamente 500 personas operaban desde las bases 'Canada Dry' en la nación del Golfo Pérsico de Qatar, realizando misiones de control aéreo, escolta y reconocimiento de combate. Por primera vez desde la Guerra de Corea, se produjeron ataques canadienses de aire a superficie durante el conflicto.

El Grupo de Transporte del Comando Aéreo Canadiense transportó personal y carga en la región. Uno de los aviones canadienses fue utilizado en tareas de reabastecimiento de combustible aéreo para las fuerzas aéreas de la Coalición.
En febrero de 1991 se estableció un hospital de campaña canadiense con 530 personas en Al-Qaysumah, Arabia Saudita. Este hospital atendió tanto a la Coalición como a los heridos iraquíes.

Soldados de unidades como el Royal Canadian Regiment y el Royal 22 e Régiment realizaron tareas de seguridad en instalaciones canadienses en el Medio Oriente en 1990-1991.

Héroes y valentía



En una calurosa tarde en la ciudad de Kuwait, un camión de convoy de la Coalición sobrecalentado se incendió repentinamente, provocando una serie de explosiones que hirieron a muchos soldados estadounidenses. El Capitán Fred Kaustinen, comandante interino del Primer Regimiento de Ingenieros de Combate de Canadá , y 50 de sus tropas tomaron medidas inmediatas, proporcionando tratamiento de emergencia y evacuación para los heridos.

La Guerra del Golfo marcó la primera vez que las mujeres miembros de las Fuerzas Armadas de Canadá realizaron tareas de combate. Fue especialmente desafiante para estas mujeres pioneras porque estaban sirviendo en países conservadores del Medio Oriente donde los roles de género tradicionales son muy diferentes a los de Canadá.

El HMCS Athabaskan participó en una tensa misión en febrero de 1991, cuando el barco acudió en ayuda del USS Princeton , que había sido seriamente dañado por las minas iraquíes en la costa de Kuwait. Mientras vigilaba atentamente mientras cruzaba cientos de kilómetros de aguas peligrosas y navegaba por campos minados enemigos, Athabaskan escoltó un remolcador de la flota de la Coalición que extraería con seguridad el buque de guerra estadounidense.

Sacrificios



Los teatros de guerra, como el Golfo Pérsico a principios de la década de 1990, son lugares peligrosos. Hay muchos riesgos que van más allá de los obvios del ataque enemigo o las minas terrestres. Los incidentes de incendios amigables, los accidentes de vehículos y el impacto psicológico de servir en condiciones tan estresantes pueden tener un alto costo de por vida. Condiciones médicas debilitantes han afectado a algunos veteranos de la Guerra del Golfo, incluidos síntomas como fatiga crónica, problemas respiratorios y dolor muscular.

Afortunadamente, ningún miembro de las Fuerzas Armadas canadienses murió en el curso de la Guerra del Golfo. Sin embargo, un total de más de 1.800 canadienses han muerto en el servicio militar en los años de la posguerra. Sus nombres están inscritos en el hermoso Libro de Recuerdos Al Servicio de Canadá que se exhibe en la Torre de la Paz en Parliament Hill en Ottawa.

Programa de Recuerdos de Canadá

El Canadá recuerda el Programa de Asuntos de Veteranos Canadá alienta a todos los canadienses a conocer los sacrificios y logros realizados por los Veteranos de Canadá en tiempos de guerra, conflicto militar y paz, y participar en actividades de recuerdo que ayudarán a preservar su legado para las generaciones futuras de Canadienses

16/5/20

"LA IMPORTANCIA DE LA FASE NAVAL


¿Por qué la Campaña del Golfo Pérsico de 1990-1991 no pudo haber sido concretada con éxito sin la fuerza naval?




Como ha sido una costumbre en la historia de occidente y en la del mundo anglosajón en particular, solo los resultados favorables son dignos de contar y aún así, recién cuando ellos sean debidamente retocados a conveniencia de su historia política. Incluso, aquellos episodios desfavorables, serán contados de una forma amañada que los disfrase de epopeyas. 

Es por ello que los sucesos importantes y trascendentes de la humanidad tienen dos caras y solo una ha sido contada a las posteridades ¿Por qué? Pues porque se trata de seguir manteniendo un estado de cosas que importa al poder establecido.


Es de ese modo que manipulando a las generaciones venideras con falacias y mentiras, se puede perpetuar una idea, una política y con ello una historia determinada.


La guerra del Golfo Pérsico en 1991 como parte de la historia contemporánea y desde su más estricta fase militar, ha sido abordada desde una perspectiva acotada y reducida centrándose solamente en mostrar dos fases: La campaña aérea y la campaña terrestre dejando de lado arbitrariamente a la que proporciono el factor vital para poder desarrollar aquellas dos, la naval.


Este reduccionismo arbitrario se ha debido a una clara intensión de obviar los entretelones (políticos, económicos, diplomáticos etc.) que rodearon al conflicto y a darle al evento un resultado efectista del triunfalismo estadounidense. Tal como un cuento para niños.


Pero la realidad de como ocurrieron las cosas es muy diferente a lo que un documental de la “History Channel” lo cuenta. Llendo al punto diremos que ni la Fuerza aérea ni las fuerzas terrestres reunidas en aquel momento no habrían logrado sus objetivos sin la existencia de un poder naval que hubiera contribuido y respaldado su presencia. Las razones de esta conclusión se basan ante todo en las características geográficas que presentaba aquel teatro de operaciones y la importancia geopolítica y estratégica del mismo.

Como se verá, el tema es mucho más complejo y enredado de lo que EEUU ha documentado y es necesario explicar por qué la fase naval fue preponderante para la eficacia de la Operación “Desert Storm” de 1991.

Desde el punto de vista geopolítico, el control de los espacios marítimos aledaños al objetivo planteado, era fundamental para garantizar la continuidad del flujo comercial del petróleo mundial. George H. Bush no habría podido impulsar aquellos planes sino le aseguraba al poderoso emporio petrolero (del cual participaba con “Arbusto Energy Oil Co”.), que el mercado del petróleo seguiría fluyendo sin inconvenientes desde el Golfo.


En momentos que se desato la crisis el 70 % de los recusos petrolíferos extraíbles se hallaban en la región del Oriente Medio, de los cuales dependían en diversos porcentajes Europa, Japón y los EEUU.


Recordemos que la administración de George H. Bush llegaba al poder con una Armada (US NAVY) materialmente mejorada gracias a la multimillonaria inversión de su predecesor que bajo la llamada “Doctrina Reagan”, puso en marcha –entre otras- la estrategia de Air land Battle que entre otros objetivos, tenía la de llevar adelante intervenciones en otros países siendo la marina la punta de lanza de las operaciones.


Pero si usted aún se esta preguntando cómo EEUU pudo organizar tan rápidamente su intervención en el Golfo en 1990 y golpear militarmente como lo hizo después, sepa que nada estaba abandonado al azar. Más allá de las ventajas que Washington saco de las circunstancias geopolíticas imperantes (caida de la URSS) y de su estrecha relación con el gobierno de Saddam Hussein durante la guerra con Irán, los asesores de Seguridad Nacional y sus cerebros tenían desde hacía mucho un plan de contramedidas para la región.


A mediados de la década de los setentas mientras Washington coqueteaba diplomáticamente con el gobierno del joven Saddam Hussein y su Departamento de Estado nominaba al Irán del Sha Reza Palevi como uno de los pilares estratégicos del Oriente Medio, en 1977 el Consejo de Seguridad Nacional (CSN) aprobo la Decisión Directiva Presidencial n° 18 del presidente Jimmy Carter –Desclasificado el 1/06/1992- recomendando una estrategia que incluyera el uso de la fuerza en situaciones “no-OTAN” dentro del Oriente Medio en general y del Golfo Pérsico en particular.


Según algunas fuentes no oficiales, en este documento se prevé en los párrafos casualmente entintados (Censurados) un capitulo bajo el título “Middle East Contingencies” a los países estratégicos (Iraq e Irán) y el modo de intervernirlos en caso de que los intereses de EEUU se vieran en riesgo. Esta censura sobre dichos párrafos no fue casual ya que si Bagdad o Teherán se hubieran enterado de estas previsiones muy seguramente Washington no habría podido maniobrar como lo hizo durante toda la década de los ochentas.


Para occidente (EEUU y la Europa Occidental) las rutas marítimas de ingreso y salida del Golfo Pérsico eran y siguen siendo de importancia estratégica vital para las comunicaciones y el comercio. Es por ello que no hay que esperar que los portaaviones estadounidenses salgan del área. Incluso si en algún momento Washington considerase que ya no tienen propósito de operar allí, existen otros intereses en la región que no permitirán que se retiren, siendo uno de ellos los israelíes.


En 1979 la excusa para penetrar en el Golfo fue el hipotético peligro de una extensión del extremismo islámico iraní sobre la península árabiga y cuando ello dejo de ser funcional a sus objetivos, los cerebros en Washington pasaron a crear otro enemigo sacrificando a uno de sus socios como lo fue Iraq. Siempre habrá una excusa para que estas fuerzas de tareas flotantes (como el caso de la VII Flota) se encuentren allí (Al Qaeda, ISIS y el terrorismo es una de ellas). Estos fueron precisamente uno de los elementos preponderantes para desarrollar las fases tácticas que culminaron con el cese de las hostilidades en febrero de 1991.


El control de las líneas marítimas revistió –y actualmente sigue revistiendo- una importancia estratégica central para el desarrollo, preparación y ejecución de la “Tormenta del Desierto”, factor que al mismo tiempo fue torpemente desdeñado por los estrategas de Bagdad. Si Saddam Hussein y sus comandantes hubieran valorado en su debida medida el factor naval como un pilar estratégico para defenderse de una agresión externa, ciertamente que el resultado de la crisis de 1990 y su desenlace hubiera sido otro e incluso Iraq no habría sufrido la calamitosa invasión de 2003.


Se puede asegurar que el pilar naval fue decisivo para el desenlace de la guerra de 1991. Igualmente, su sola valoración no sería suficiente para lograr los objetivos tácticos y estratégicos que se pusieron en marcha contra Iraq. Las consideraciones sobre los medios para llevar la confrontación a ese escenario fueron exhaustivas y muy bien meditadas. Fue allí donde radicó como primer objetivo a concretar la “necesidad estratégica” de conformar una Coalición naval que asegurara el control total de las aguas territoriales árabes del Golfo Pérsico.


El componente de dicha Coalición estaba políticamente condicionada. La sola participación de buques de países miembros de la OTAN era no conveniente aunque ello no hubiera bastado para lo planeado. Igualmente señalemos que en aquel entonces había fuertes resistencias de varios socios de la alianza en participar de ésta aventura.


Pero ¿Cuál fue la primera señal de que habría una guerra? Precisamente, el esfuerzo diplomático de Washington ante Naciones Unidas por imponer un bloqueo marítimo.


En la guerra uno de los objetivos estratégicos primordiales es privar al enemigo de sustento y provisiones siendo necesario para ello cortar sus vías de comunicación comercial. A pesar de la pequeña costa iraquí, ampliada con la anexada kuwaití, era por donde salía una parte importante de su producción petrolera. El bloqueo naval era la táctica por excelencia para dicho fin aunque, se requería una justificación política de peso para desplegarla ex ante y que mejor para ello, que hacer participar a terceros países apoyándose en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas mediante una muy aún discutida interpretación del Capitulo VII de la Carta Orgánica.


En el caso de Iraq, cortar las ganancias de sus exportaciones petroleras y sus importaciones de bienes por mar fue el primer acto de beligerancia de EEUU y de la UEO (obviamente encubierto) como prolegómeno al ataque que se llevaría a cabo el 16 de enero de 1991. No olvidemos que entre medio de estos preparativos, los estadounidenses hicieron fracasar todas las conversaciones desestimando cualquiera de las propuestas de Bagdad y de otros países. En resumen ganar tiempo era el objetivo. Fue a instancias de la aquella funcionalidad de Naciones Unidas como Washington, con el apoyo de armadas de terceros países, que Washingotn logró establecer este primer objetivo estratégico de ahorcar el sustento económico de Iraq.


Asimismo la importancia de controlar el espacio marítimo no solo radicaría en la necesidad de establecer una ruta de aprovisionamiento logística segura para las tropas terrestres que irían acumulándose sino también, una política de control estratégico de todo el espectro más amplia y compleja, que se extiende hasta nuestros días. En ese marco, toda la ayuda posible era bienvenida e inestimable ya que la ocupación marítima era la plataforma sustentadora de las acciones aéreas y terrestres por venir.


Amen a ello, hasta ese entonces no se tenía plena información de las capacidades antibuque de los sistemas iraquíes quienes en apariencia contaban con misiles costeros (Chinos y franceses) y baterías costeras fijas que podrían complicar en alguna medida las tareas de la Armada de EEUU. En lo referente a la capacidad de la Armada iraquí, poco había para considerar como una amenaza real aunque si, con los buques capurados a la pequeña armada real kuwaití que se hallaba compuesta por lanchas misilisticas modernas (Lanchas “Lürssen FPB-57”) que además de veloces, tenían montados misiles MM-40 “Exocet”.


VII Flota camino al Golfo Pérsico 1990

Con anterioridad y hasta 1990, EEUU tuvo límites en el control marítimo del Golfo Pérsico dedicándose a custodiar a los superpetroleros de los ataques iraníes. El confuso incidente del “USS-Stark” en 1987 dejo en claro los riesgos existentes. Solo Arabia Saudita proveía una cooperación apática y limitada a los movimientos estadounidenses, justificados en su interesado apoyo a Iraq contra Irán. Y no hay que perder de vista que dicho apoyo no estaba centrado en el “peligro del chiismo” o la “virulencia revolucionaria” de Khomeini promocionado con entusiasmo por los medios occidentales, no nada de eso. Lo único que querían los monarcas de la Casa real Hachemita era continuar gozando de sus privilegios y opulencia que proveía las ganancias del negocio del petróleo del cual participaban las Corporaciones y empresas estadounidenses entre las que se contaba “Arbusto Oil Energy.Co”.


Para cuando el 2 de agosto de 1990 estalló la crisis, la flota estadounidense en la zona bajo el comando COMMIDEASTFOR, no estaba a la altura de las circunstancias y hasta tanto se trasladara la VII Flota al Golfo Pérsico, convocar a una Coalición naval multinacional cubriría el vacío que se sumaría junto aquella a las primeras instancias de las operaciones tácticas de bloqueo contra Iraq. Hasta tanto llegara la VII Flota, la flota del “Miedio Oriente” realizaría las tareas de interceptación junto a los aliados que iban llegando.


Como puede verse, el celo de EEUU por centrar sus esfuerzos en consolidar un pilar naval en aquella oportunidad, estaba preconcebido. Fue por ello que Washington permitió a Iraq el acceso irrestricto de armamento terrestre y aéreo pero casualmente nunca alentó el crecimiento y modernización de su pequeña flota. Seguramente bajo el argumento de que la Armada de EEUU protegería su litoral contra las amenazas iraníes, convenció a Bagdad de no preocuparse por construir un poder naval propio. Como vimos, ello fue un error fatal para Iraq.

 ARA SPIRO

ARA BROWN


Pero fue este paulatino dominio del mar en el Medio Oriente y en particular del Golfo Pérsico que permitió a los EEUU, establecer el primer escalón de sus objetivos geopolíticos y estratégicos en la región, como hemos visto planificados con antelación siendo la Armada EXTRA NO OTAN A LA ARGENTINA CON SUS BUQUES ARA BROWN Y ARA SPIRO el factor gravitante para concretarlos.

10/5/20

“LOS BOLSOS DE ABU DHABI”


Curiosidades y entretelones secretos que rodearon el envío de la misión naval argentina al Golfo en 1990



La visita del Ministro de Agua y Electricidad de Kuwati

Como lo hemos comentado en varias oportunidades, la historia en rededor de la actuación de la fuerza naval argentina denominada por los jefes del CENTCOM como “Op. Bishop” (OPERACIÓN OBISPO) y que la Armada Argentina conoció como “Alfil 1” llevada a cabo en las aguas del Golfo Pérsico entre 1990 y 1991, estuvo rodeada de todo tipo de situaciones y entretelones que por no haberse dado nunca a conocer no significa que nunca sucedieron.


El caso de los marinos de las dotaciones del Grupo de Tareas 88.0 (GT.88) esta enmarcado en un largo olvido administrativo en lo que significo su destacada actuación en las operaciones de interdicción que se dieron dentro de la Operación “Escudo del Desierto” y mucho más, en su participación en las tareas de apoyo logístico en plenas hostilidades durante la Operación Tormenta del Desierto.


Pero todo lo que hizo a los movimientos de los hilos políticos y las gestiones para que Argentina tuviera una participación en la Coalición Multinacional, más allá de las argumentaciones políticas (alineamiento automático) y diplomáticas ventiladas en aquel momento a la opinión publica, tuvo un precio en lo más estricto del término.


Esta claro que las Fuerzas Armadas son el brazo armado de un país y como parte del estado al que sirven, sus recursos y materiales se hallan a disponibilidad de las decisiones del gobierno para servir a los planes que respondan al supremo interés nacional. La decisión del gobierno de enviar una fuerza de intervención el 25 de septiembre de 1990 respondio a esa funcionalidad, pero algunos se beneficiaron indebidamente con esto.


Más allá de la institucionalidad, del deber de cumplir con las órdenes impartidas y los fundamentos políticos que obligaron al traslado de esta fuerza naval, hubo varios temas que no quedaron claros y por supuesto, lejos del conocimiento, de la revisión y las debidas explicaciones a sus verdaderos protagonistas.


En Argentina la corrupción siempre ha sido una marca registrada aunque cierto es, que no es el único lugar donde existe esta problemática. Pero en lo que concierne a las negociaciones para insertar al país en aquel entuerto geopolítico que devendría en una guerra abierta, lejos de las cámaras de TV y de los micrófonos de las radios, los funcionarios menemistas negociaron con las autoridades árabes de las petromonarquias, el cobro de ciertos emolumentos por debajo de la mesa para costear sus esfuerzos por defender sus intereses en el Golfo.


En aquellos momentos, las Fuerzas Armadas se encontraban en pleno proceso de desguace y su operatividad había caído al minimo gracias en parte, a los acuerdos secretos impulsados y aceptados por el flamante presidente Carlos Menem con el Foreign Office británico conocidos como los “Tratados de Madrid”. No hay que olvidar que por medio de estos entre otras cuestiones se entrego al “Minsitry Of Defense” (WhitehHall) el control operativo encubierto de las FFAA.


Por eso, aquella excusa de que la participación del país en “los esfuerzos de paz” servirían para modernizar y capacitar a las FFAA para reinsertarlas en un nuevo marco, solo fueron excusas vacías para gestionar la concreción de éste envío que obviamente, tendrían una recompensa para sus gestores políticos y algunos intermediarios.


Los supuestos beneficios a largo plazo como sería de inserción del país en la OTAN y participación en la reconstrucción de Kuwait (con multimillonarios contratos), nunca se concretaron. Pero esto no evito que algunos “bribones” aprovecharan sacar beneficios propios en medio de las tratativas para el envío de los buques e incluso cuando ya se hallaban en acción en el Teatro de Operaciones; como dice el dicho “la oportunidad hace al ladrón”.


Estaba claro que la movilización tenía un costo que la Argentina no podía afrontar. Washington no tenía ese problema ya que contaba con un cheque en blanco de las petromonarquías, en especial de Arabia Saudita. Esta fue la veta de negocios que vieron los “halcones” de Menem -en especial algunos de ellos- y aprovechando la oportunidad –improvisando y sin contar con la capacidad real- sugirieron cooperar con lo mejor que disponían en ese momento.


Menem y sus funcionarios no realizaban estas gestiones para insertar al país en el “primer mundo” o para “asegurar la paz” mediante las OMP; un gran negocio se escondía detrás de toda la tragedia que estaba por venir –y que potencialmente podía alcanzar a sus propios hombres- si entraban en los asuntos pesados como fue involucrarse en los preparativos para la guerra contra Iraq. Y aunque ninguno de los objetivos esperados se concretarían, algunas pistas revelarían que igualmente –no en la magnitud de lo esperado- para algunos, hubieron beneficios en dinero contante y sonante que nadie reclamaría.


Cuando los buques por el mes de noviembre llegaron al área de operaciones y se avocaban a las tareas que les asignaba el CENTCOM, los canales diplomáticos y los movimientos de algunos de sus funcionarios acrecentaban sus actividades. Quienes estaban muy atentos a ellos era el MI-6 quienes querían controlar estrechamente las tratativas que Buenos Aires establecía con los países árabes en especial, con los Emiratíes. Con acceso a información de sus colegas estadounidenses y fuentes propias en los dos extremos del planeta, monitoreaban desde la embajada en Buenos Aires como progresaban las gestiones diplomáticas por un lado y las actividades de sus buques en el Golfo por el otro.


Fue en medio de estas actividades que varias piezas de información revelaron que el gobierno de Menem había estado negociando el pago de sumas de dinero en efectivo del Reino de Kuwait que debía costear el armado de cada buque y las compensaciones de sus tripulantes. Con los sauditas tuvieron menos suerte ya que los jeques, asesorados por los estadounidenses, pidieron documentar cualquier tipo de cooperación dineraria solicitada para gastos.



Tras varias tratativas previas, con la visita de un importante funcionario kuwaití a Buenos Aires a mediados del mes de septiembre de 1990, (según documentos extraoficiales) se acordó a puertas cerradas el pago mediante una entidad bancaria extranjera de 22 millones de dólares en agradecimiento de la ayuda extendida ¿Qué sucedió con ese dinero? Nadie lo sabe. 




Estos son los que viajaron al Reino Unido a visitar el Banco donde se deposito la plata.


Pero allí no terminaría la recaudación. Según reportes de fuentes de la inteligencia naval británica (NID) en EAU –operando dentro de la estructura de SRIG- (con estrechos lazos con el Mutkhabarat), los jeques estaban complacidos, en particular los viejos jeques Rashid Ben Saeed Al Matkoum (Emir de Dubai) y Zayed bin Sultan Al Nahyan (Emir de Abu Dhabi) con la llegada de los argentinos y por fuera de las tratativas oficiales estaban dispuestos a compensar a sus exóticos visitantes con dinero fresco (Una costumbre tribal).


Para ello a mediados de diciembre la gobernación de Abu Dhabi resolvió que una legación representativa visitaría a las unidades que estaban en el puerto. Ello coincidiría con la visita de altos funcionarios argentinos que llegarían para la Navidad en momentos que la dársena se veía movilizada por la algarabía y los festejos de los marinos españoles.


El 24 de diciembre representantes del emirato habrían tenido un encuentro previo con la comitiva argentina recién llegada a Abu Dhabi. Según una fuente de ese momento, la intensión del Emir era la de subir junto a los visitantes al buque comando del “Grupo Alfil” anclado en puerto para otorgarles un “reconocimiento” en agradecimiento por la protección que estaban brindando al emirato.


Según el reporte, la comitiva árabe llevaba consigo un maletín con unos US $300.000 dolares estadounidenses que estaban destinados (como gratificación) a repartir entre los hombres de cada buque. En ese momento la visita fue pospuesta y los únicos que concurrieron a visitar a los marinos fueron los tres funcionarios argentinos quienes no llevaron ese maletín. Por supuesto que nunca dijeron nada sobre esto, salvo a parte de la oficialidad a cargo de la misión. Fue así que pasada la cena de Navidad, dos de esos funcionarios se retiraron y en unas horas estaban rumbo a Europa.





Al parecer los emiratís nunca supieron de este desvío y creyendo que sus huéspedes (los tripulantes de los buques) habían recibido aquella primera gratificación, una semana después se acercaron a los buques en puerto para entregarles un segundo maletín conteniendo otros 300.000 dolares. La ofrenda habría sido entregada al “CGT R” y a sus oficiales quienes se comprometieron a guardarla para posterior reparto a imputar en sus viáticos.


La versión que se hizo correr para que no se despertaran sospechas entre los presentes –especialmente entre las tripulaciones- sobre la visita de los emiratíes fue que “los jeques querían comprar una de las unidades”, algo que era muy poco creíble.


ALTE.(R) EMILIO OSSES

El militar de aquella comitiva que se quedó a bordo de uno de los buques era nada menos que el Comandante del Estado Mayor Alte Emilio Osses quien según fuentes en el puerto emiratí de “Fujaira” desembarcaría 48 horas más tarde para regresar a Buenos Aires. No se supo que papel jugo en la suerte de esos maletines aunque no debió ignorar la entrega del primer maletín.




Sobre que sucedió con esos 22 millones de dólares entregados por los kuwaitíes y los 600 mil dólares emiratíes que contenían esos maletines, nunca se supo nada, al menos no lo supieron sus verdaderos destinatarios.