Cuando el Golfo estaba en llamas
Hace diez años el capitán de navío Alejando José Tierno, junto a 225 hombres del destructor "Almirante Brown", cumplía delicadas misiones frente Arabia y los Emiratos. Abordó 500 buques para comprobar que no llevaran carga a los puertos de Irak. El mayor sinsabor fueron las larguísimas horas de insomnio.
El capitán de navío (R) Alejandro José Tierno, de 56 años, se considera un privilegiado por haber participado en la guerra del golfo Pérsico.
Fue el comandante del destructor ARA "Almirante Brown", con 225 hombres bajo su mando. Fue distinguido por la Armada Argentina y condecorado por los gobiernos de Arabia Saudita y de Kuwait, medallas que se suman a una distinción por la guerra de Malvinas. Nunca olvidará las noches de insomnio, el ballet de los cazas norteamericanos y los festejos con que lo recibieron los kuwaitíes.
-¿Cuándo fue informado de que debía partir hacia el golfo?
-Diez días antes de zarpar. Salimos el 25 de septiembre de 1990 y fue un verdadero logro haber zarpado en buenas condiciones con un plazo tan corto.
Fíjese que los buques de Estados Unidos tienen un tiempo de preparación de seis meses.
-¿Actuar bajo el mandato de Naciones Unidas podía significar una multiplicación de órdenes diversas?
¿Eso aumentaba la incertidumbre?
-No. Desde el momento de zarpar siempre recibimos órdenes desde Buenos Aires.
El comando superior era ejercido por el comando de operaciones navales.
Todas las indicaciones sobre cómo proceder fueron preparadas por el comando de operaciones navales, teniendo en cuenta las recomendaciones que al respecto recibía del Ministerio de Relaciones Exteriores.
-En ese momento existía un debate político sobre el alcance que tenía la misión argentina... -Yo siempre recibí órdenes muy claras. Es cierto que al principio hubo una disidencia política sobre la cuestión.
Pero el gobierno tenía una idea muy firme y el Congreso aprobó después una ley que autorizaba específicamente la operación de los buques bajo determinadas condiciones.
-¿Cuánto tiempo tardó en llegar al golfo? -Cruzamos el canal de Suez -es decir, entramos en el teatro de operaciones- a fines de octubre. Quiere decir que tardamos casi un mes.
Durante el traslado debimos detenernos durante cuatro o cinco días en un polígono que tiene la OTAN en Italia para ajustar nuestros equipos magnéticos de defensa contra las minas, que estaban calibrados para el hemisferio Sur.
Es un sistema que modifica el campo magnético de las minas y depende de la latitud a que uno se encuentre.
-¿Cuál fue su ubicación en la zona?
-Hasta el comienzo de la guerra, el 16 de enero de 1991, estuvimos en las proximidades del estrecho de Ormuz para garantizar la interdicción que pesaba sobre los buques que se dirigían a Irak. Era una interdicción, no un bloqueo, porque no había sido declarada la guerra. Después nos desplazamos a una zona situada frente a las costas de Arabia Saudita, Qatar, Bahrein.
-¿Ustedes se integraron a una flotilla en particular?
-En el área operaban cuatro grupos de portaaviones, más todas las escoltas de esos cuatro grupos, y buques de doce naciones. Había en total unos 170 barcos de guerra y otros 500 buques de apoyo logístico, es decir, los que transportaban municiones, combustible, víveres a la flota aliada, y dos buques hospital completos.
Por otra parte, hasta que comenzó la guerra, pasaban muchos buques comerciales con petróleo, cereales y otros productos. El tránsito marítimo era entonces muy intenso. Era un enjambre.
El radar estaba lleno de ecos.
ARA BROWN
-¿Cuál era la tarea de las naves argentinas?
-En la primera etapa teníamos asignado un sector dentro del cual debíamos inspeccionar buques para verificar que no llevaran cargas a los puertos de Irak, en contravención a las resoluciones de Naciones Unidas.
En ese período inspeccionamos junto con la corbeta ARA Spiro unos 500 buques. A partir del comienzo de la guerra nuestra función fue la de brindar seguridad a los trenes de reaprovisionamiento logístico de la flota aliada.
Cada noche se armaba un convoy para llevar municiones, combustible y víveres hasta los portaaviones o grupos anfibios, y nosotros debíamos darle custodia.
-¿Llegó a disparar con el "Almirante Brown"?
-Hicimos disparos con armas menores, que fueron intimidatorios