VETERANOS DE AYER
Tras los exitosos ensayos con misiles convencionales de medio alcance, La Casa Blanca ha ampliado las sanciones y estudia la posibilidad de otras acciones más agresivas contra Irán
Por Charles H. Slim
Para algunos esto significaría un movimiento arriesgado de los EEUU en el Golfo Pérsico en donde tiene ya desde hace más de veinte años, una presencia naval notable que no ha estado exenta de incidentes. Para colmo de las dificultades, los nuevos generales y los almirantes que ocupan sus puestos jerárquicos en el Pentágono a estas alturas deben haber caído en cuentas de que una campaña naval como la montada contra Iraq en 1991 hoy sería literalmente un desastre.
Precisamente y para muestra de ello, los incidentes en la península arábiga en aguas del Yemen a finales del año pasado, les han mostrado a los encargados del Pentágono que entablar una guerra “proxy” contra los aliados iraníes en esa zona, puede ser igualmente desastroso.
Para minimizar bajas propias y reducir el costo material que podría significar reeditar una operación semejante, existirían en marcha tratativas entre el Pentágono y varios estados mayores de otros países –incluyendo a la Argentina- para que pudieran aportar como elementos indispensables para una nueva “coalición”, personal calificado para integrar tripulaciones en buques estadounidenses e incluso británicos. Igualmente, EEUU posee el control sobre el gobierno de Iraq y con su cooperación podría penetrar sin aviso por tierra hacia suelo iraní.
Ahora bien ¿Qué podría significar esto analizando la situación y las circunstancias que actualmente se presentan en la región? Primero que todo señor lector, no hay que asombrarse. Donald Trump no se iba a salir del libreto que se halla escrito desde hace mucho contra Irán y en ese sentido el público norteamericano verá que la supuesta retracción en política exterior va a ser excepcionada en éste caso. Pero a su vez Trump parece no tomar en consideración los peligros que encierra su típica bravuconería para atender temas tan espinosos.
Es este sentido como nos acostumbran los medios anglosajones, discurren sobre los “peligros de que Irán tenga capacidad nuclear” o que desarrolle sus propios sistemas de defensa o de las inconveniencias del acuerdo nuclear que se firmo con ese país. Se trata de la misma situación de siempre. Si algún país árabe o islámico como en éste caso va más allá de lo que le conviene a Tel Aviv y al sionismo que maneja una potente influencia dentro del Congreso norteamericano, el mundo debe temblar ya que para estas editoriales –que comulgan con las visiones de Netanyahu y Cía- “ellos son terroristas” y deben ser destruidos.
Tras la exitosa prueba de un misil balístico Washington y Tel Aviv levantaron sus aireadas protestas clamando que Teherán había violado la resolución 2231 del Consejo de Seguridad de la ONU por la supuesta capacidad de albergar cabezas nucleares en dichos vectores, algo que fue desacreditado por varios expertos internacionales, dejando en evidencia su reiterada maliciosa acusación y una hipocresía sin igual cuando ellos mismos –y en especial Israel- no respeta desde hace décadas las resoluciones de dicho foro internacional y menos aún los Tratados de no Proliferación nuclear (Hispan TV. “Cinco potencias mundiales violan el Tratado de No Proliferación”. http://www.hispantv.com/noticias/energia-nuclear/37279/cinco-potencias-mundiales-violan-el-tratado-de-no-proliferacion )
Pese a ello, la continua muletilla mediática angloestadounidense ha sido de que “Irán es un peligro para la paz del mundo”; “Irán es un país terrorista” y un sin número de infundios e injurias que tratan de grabar la imagen de una demonización iraní en el subconsciente colectivo del hemisferio (INDYMEDIA. “Andre Vitchek: La prensa occidental ofrece una imagen distorsionada de Irán”.http://argentina.indymedia.org/news/2016/12/900686.php
Pero la realidad histórica revela todo lo contrario. Los únicos que han demostrado ser una amenaza para la vida y a la paz mundial son estos sectores recalcitrantes que ahora y sentados cómodamente en sus despachos en Washington y Londres o sus mansiones, están fregándose las manos a la espera de que Trump vaya más allá y convoque una coalición militar para lanzar la tan ansiada campaña bélica contra Irán.
Son los mismos intereses que impulsaron la guerra de 1980 entre Iraq e Irán proveyendo entre los vastos recursos a favor de Iraq, la propaganda mediática “anti chiita” más execrable que se halla visto en lo que fue aquella época hasta estos días.
Fueron estos mismos sectores los que orquestaron la guerra e invasión contra Iraq y no se olviden que se usaron las mismas tácticas de propaganda, engaños y desinformación contra dicho país árabe para fomentar esta vez, una pésima imagen sobre la comunidad sunita llegando a los extremos de remarcar las diferencias con notable malicia entre “árabes” y “persas”.
Centrándonos en Irán, solo basta recordar en épocas más cercanas la campaña de cruentos asesinatos y sabotajes ejecutados por matones locales que montados y dirigidos por el Mossad israelí (obviamente pagados) entre 2008 y 2011 estuvieron destinados a horadar el programa nuclear del país. Sin dudas, procederes nada diplomáticos y menos aún respetuosos de la ley internacional.
A diferencia de la situación de Iraq, la república Islámica de Irán cuenta con un potencial defensivo aún no conocido y según algunos expertos, lanzar un ataque convencional sería como chocar contra un muro.
Igualmente y aunque Trump haya lanzado una velada amenaza sobre la integridad territorial iraní, lo cierto es que orquestar alguna operación bélica contra la república islámica sería para varios expertos, el camino al infierno y un desastre asegurado. Es por ello que Tel Aviv siempre ha manipulado la política exterior de Washington poniendo a EEUU por delante para ejecutar un plan semejante ya que con sus propios recursos –aunque muy sofisticados y letales- no lograría soportar una reacción iraní sin pagar consecuencias terribles para sus fuerzas e incluso para la subsistencia del ente político Israel.
Es en este sentido, que se vuelve muy posible el aumento de la presión desde Tel Aviv aunque, hay que ver que pese a las cercanías de Trump con la ideología sionista, los cambios que ha realizado en el área de inteligencia –pasando a la CIA bajo el control del Pentágono- dificultarían las maniobras de los sectores que trabajaban independientemente y más orientados a defender los intereses de Israel que los de la Unión.
Según lo señalo el ministro iraní Mohammad Zarif el misil ensayado no puede llevar cabezas nucleares y que la prueba se enmarca en el legítimo derecho a la autodefensa, argumento que tiene mucho peso con los antecedentes de agresión que sus enemigos acumulan en su haber.