Cómo podría encarar la Argentina una posible reinserción de sus FFAA en una posible campaña en el Golfo Pérsico
Por Pepe Beru
Despedida del G.T. 88 en 1990
Hace justo veinticinco años y en estas fechas las dotaciones navales del grupo de tareas 88.1, denominado como ALFIL 1, se hallaban dentro de las aguas jurisdiccionales brasileras preparándose para un alto en el puerto de Fortaleza. Atrás quedaban las estresantes jornadas en aquel lejano teatro de operaciones en una exótica región en la que jamás hubieran imaginado terminarían yendo y menos aún que serían parte de una guerra que se sigue desarrollando hasta estos días. Aquellas hirvientes y peligrosas aguas del golfo pérsico habían quedado atrás y con un muy bien ganado relajo, los efectivos de las dotaciones “ARA Alte Brown” y la “ARA Spiro” mientras se fumaban un cigarro, recreaban la vista del magnífico clima tropical de las playas brasileras.
Pero una vez que paso todo aquel trajín en medio de una de las guerra convencionales más desastrosas de finales del siglo XX, muchos de ellos se dieron cuenta de que estuvieron al filo de la navaja y que solo fue una cuestión de fortuna el no haber sido el blanco de alguno de los dispositivos ofensivos que los iraquíes habían dispersado en las costas propias y del emirato de Kuwait.
Esc. Aluette, en 1991
A la misma conclusión habían arribado varios expertos internacionales cuando advirtieron que, el precipitado final de la guerra trajo un alivio a los comandantes de las operaciones navales agrupados en el US.NAVCENT, quienes por aquel entones temieron lo peor si las hostilidades se extendían. Desde aquel centro de operaciones fue donde se diagramaban y dirigían las operaciones y los movimientos de los grupos de tareas tanto para lo ofensivo como para lo defensivo, éstas últimas especialmente asignadas al grupo de Tareas G.T. 88.I, que conformaban los dos buques argentinos y que se le denominó con el nombre clave ALFIL I. Desde las 00300hs del 17 de enero de 1991 se cruzó la línea roja del estado de “Alerta pasiva” a “estado de guerra” y desde ese momento hasta la culminación de las operaciones bélicas, ambas dotaciones mantuvieron actividad en “zafarrancho de combate” tanto para atacar como para defender en el caso que el Comando respectivo lo ordenara.
En realidad, ambas dotaciones corrieron con suerte y no fueron blanco de los posibles ataques aéreos y variados misiles costeros que contaba Iraq y que incluso, tras ocupar el emirato de Kuwait pudieron incautar las existencias de misiles como los “OTOMAT-MDBA” y los temibles “EXOCET M-39” que tenían los kuwaitíes para usarlos contra los buques aliados que se arremolinaban en la boca del Golfo. Solo fue una cuestión fortuita y nada más, ya que la realidad en aquel teatro, los peligros eran múltiples y letales (v.http://pensamientoestraegico.blogspot.com.ar/2015/10/veteranos-de-ayer-desclasificando-en-el.html ).
De estas manera, los emplazamientos de misiles Frog-7 con alcances intermedios de unos 100 a 150 kms o los C-801 chinos reformados que con un alcance de 120 kms podían cazar a una corbeta pese a sus contramedidas, representaron un obstáculo que logro saltarse solo por mantener una distancia prudencial de la línea costera, que en varios casos no fue suficiente.
Pero en aquella época, estos sistemas defensivos aunque letales, tenían una limitada autonomía de operatividad, haciendo que mediante el mantenimiento de una distancia prudencial, se pudiera prevenir un golpe sorpresivo como los que sufrieron algunas unidades de la primera línea de aquella fuerza naval y que por cuestiones de política informativa, fueron censuradas al conocimiento público. Actualmente la variedad de sistemas de misiles costeros son además de costosos altamente eficaces no ya para golpear a un buque de mediano porte como es un destructor, sino incluso el poder borrar en un abrir y cerrar de ojos al portaaviones más grande que EEUU tiene en existencia.
Argentinos operando con norteamericanos
En la actualidad, los sistemas de misiles antibuque superan los 200 kms y las perspectivas de sobrevivencia de un buque en el espacio acuático del golfo lo hace prácticamente presa fácil.
Hoy el objetivo de los EEUU y de su aliado Israel es atacar a Irán, un blanco que a diferencia del Iraq en la campaña de 1990-1991, se presenta como un peligroso desafío naval. Para algunos, las acciones de estos socios solo se reservaran a una campaña aérea en búsqueda de destruir los principales centros de investigaciones nucleares y no nucleares. Pero aunque los planificadores de esta posible campaña ven más factible un ataque relámpago sobre el país persa, lo cierto es que Irán hace más de una década ha venido mejorando en forma asombrosa sus sistemas defensivos antiaéreos, incluso sin la tenencia de los “SS-300” rusos -que fue acordada en abril del 2015, pero suspendida a último momento-, los iraníes cuentan con una variada clase de armas capaces de repeler una agresión furtiva con F-117 como la que seguramente lanzarían los estadounidenses e israelíes.
Además y según han analizado varios expertos, si Hillary Clinton llega al poder, es muy seguro de que su apoyo a Tel Aviv sea sensiblemente mayor al que incluso, George Bush le dio durante la mayor parte de comienzos del milenio. Esto se traduciría en una abierta política hostil hacia Teherán lo que seguramente llevaría a dar por concluidos los acuerdos que la Casa Blanca llegó en 2015. Caber recordar que a comienzos del año, el extraño incidente de las lanchas rápidas norteamericanas capturadas por la Armada iraní habría estado deliberadamente enmarcada en un plan más complejo, en el cual ambas embarcaciones serían blanco de un ataque orquestado por Tel Aviv para luego endilgárselo a Teherán. Los planes se vieron arruinados por la interferencia de la novedosa arma de las fuerzas aero-especiales rusas que anula e incapacita todo sistema electrónico, lo que habría dejado inoperantes los sistemas armas del submarino israelí que se preparaba para la sangrienta charada (v. The Saker.http://thesaker.is/nuland-meets-surkov-to-warn-about-imminent-nato-attack-by-scott /) .
Tal como lo han revelado algunos medios, la finalidad última de este conato que claramente se encuadra en una operación de “Falsa bandera”, habría sido la de crear la causa política a medida, un verdadero Casus Belli que le daría a La Casa Blanca y tangencialmente a Tel Aviv, los argumentos para victimizarse ante el foro de Naciones Unidas y obtener el aval de la organización para una campaña bélica brutal y desmedida que seguramente, sería justificada con resoluciones que dicho sea de paso, Israel jamás respeto.
En este marco de una escalada de juegos sucios y búsqueda por comenzar una nueva contienda en la región, vemos como con se preparan nuevas situaciones para tratar de meter a Irán en un conflicto que sería muy provechoso para Tel Aviv dado que, es la república Islámica “el enemigo” que ha venido estorbando sus planes expansivos, jurando destruirla sin importarle –como lo han hecho con el Líbano, Iraq y Siria- cuanta gente deba morir para satisfacer sus ambiciones mesiánicas. Pero lo preocupante de todo esto, es que podría haber tratativas entre el gobierno argentino y Washington para esbozar algún papel en ésa situación, usando como principal argumento, la supuesta autoría de Irán en los atentados contra la embajada de Israel en 1992 y la explosión de la AMIA en 1994, algo que al presente estado de las FFAA y de la realidad armamentística de los contendientes, sería simplemente un suicidio.
Para compensar esta situación de total inoperancia de las fuerzas armadas, la visita de Obama el 24 de marzo pasado, trajo en su maletín entre otras cuestiones, un plan de re estructuración de parte de este sector supuestamente, para reforzar las intervenciones “humanitarias” en África. En aquel se prevé la entrega de equipos, entrenamiento y aviones C-130 para la Fuerza Aérea Argentina para operaciones logísticas en aquel continente. Según algunos analistas, el gobierno argentino podría insertarse en estas operaciones que abarcan a países como Mali y Libia, bajo el argumento de la ayuda humanitaria y en la lucha contra el terrorismo que, poco a poco llevaría a que Buenos Aires logre colocar efectivos en operaciones más al oriente, como las que se han venido planeando desarrollar en el Golfo Pérsico con especial atención en el control de estrecho de Ormuz, paso estratégico para el ingreso a la región y sector altamente peligroso para la integridad de los buques que traten de agredir a la soberanía iraní.
Otras fuentes hablan de que a estas cooperaciones con la Fuerza Aérea se agregaría una en el área naval, con la entrega de algunos buques de rezago, que podrían ser destructores clase Spruance o Kidd que con una antigüedad de treinta años en promedio, hace que la famélica armada argentina lo vea como un “juguete nuevo” para un niño. Como contrapartida a estas generosas “donaciones”, el Pentágono requeriría que el ministerio de defensa argentino colabore con el Comando sur estadounidense y se pliegue a las maniobras de defensa hemisférica que, evidentemente, llevara implícitas las condiciones operativas señaladas previamente desde Londres (v.http://pensamientoestraegico.blogspot.com.ar/2016/03/defensa-y-seguridad-fuerzas-des-armadas.html ).
Destructor Clase Kidd
Para tales fines, se abrieron oficialmente los contactos entre el Pentágono y las Fuerzas Armadas Argentinas, cerrando el estado de congelamiento de las relaciones castrenses que se vino dando desde el 2009 y que se reabrirán con un encuentro a realizar en el mes de mayo próximo en la ciudad de Washington (dc), lo que traerá tela para cortar. En dicho encuentro, algunas fuentes aseguran que se plantearan los temas de “Operaciones de paz” y “defensa hemisférica” algo que, a lo que el gobierno de Cristina Fernández hubo acordado con China con la instalación de la base de control satelital en Neuquén, desatara un tironeo bastante difícil de resolver entre Buenos Aires y Pekín.
En lo que respecta a las tareas sobre “Operaciones de paz” no se conoce bien cuales el itinerario que el Pentágono pondrá sobre la mesa. Sobre lo que EEUU entiende como “operaciones de paz”, se ha podido advertir como ha usado este rótulo como un mero eufemismo para intervenir en Libia en 2011 y Siria en 2014, causando una catástrofe humanitaria de la cual, Obama invitó a Macri a hacerse cargo receptando refugiados que, además de huir del “Daesh” y de los grupos mercenarios adiestrados por las agencias de inteligencia occidentales, han sido empujados por los bombardeos de la “Coalición liderada por EEUU”.
Esto ha desatado las preocupaciones de quienes conociendo las intervenciones estadounidenses en el exterior y que han desatado guerras que aún no terminan, ven en la clara ignorancia del gobierno de Macri en lo que se metería si se aviene a acompañar misiones con aquel rótulo que en realidad, son acciones de intervención agresiva, tal cual hemos señalado al comienzo de éste articulo.
Igualmente y pese a la experiencia única –en todo el Cono sur- de la Argentina y en particular de la Armada en una campaña militar de proporciones, adquirida tras la participación en la crisis que desemboco en la guerra del Golfo Pérsico de 1991, los gobiernos pasatistas de la “Rosada” nunca han tomado enserio la situación de operatividad de sus fuerzas fuera de sus fronteras, algo que vergonzosamente se puede ver en el imperdonable abandono del área de la defensa y en la hasta ahora no tratada situación de los efectivos que fueron remitidos a aquel conflicto y que a pesar de haber participado activamente dentro del Teatro de Operaciones de Kuwait (TOK) para desalojar a las tropas iraquíes del Emirato de Kuwait, no hayan logrado el bien ganado reconocimiento legislativo que la calidad de combatientes les reconoce la ley internacional. Sin dudas, éste gobierno tiene la oportunidad histórica de enmendar esta situación que se ha extendido por largos 25 años.