17/12/15

“MAURICIO A PENSAR?”




Cómo algunos anuncios del presidente, darían la pauta de una amplia planificación en varias áreas del país




Cuántas veces hemos cuestionado la falta de planificación y una visión estratégica a largo plazo en las administraciones que han venido pasando en los últimos treinta y cinco años. Sin distinción de de partidos –si como eso fuese real- ni de estilos de gobierno, pocos o ninguno le dado el menor lugar a los llamados “tanques de pensamiento” nacionales. Ahora parecería que esos proyectos, análisis y estudios geoestratégicos para un país razonablemente autónomo, han sido sacados de los cajones en donde se escondían y desempolvados para ser revisados por los estudiosos del macrismo.


A pesar del breve tiempo que Mauricio Macri está ocupando el sillón de Rivadavia, ha comenzado a desarrollar una batería de medidas muy interesantes que, concretadas, hasta podrían considerarse como “revolucionarias”, si las comparamos con más de tres décadas –incluyendo a la década ganada- de atraso en la infraestructura productiva, de transporte y comercial del país. Sin dudas que entre sus más cercanos y en los asesores más obsecuentes, no han dudado en calificar al “presi” como un “thinker” o, pensador en inglés, haciendo alusión a los buenos contactos que existen con la clase “paqueta porteña” que siempre ha mirado al norte y a Londres con ardor.


Pero más allá de esta humorada, hay que señalar que aparentemente el primer mandatario parece ir desandando consecuentemente el programa que había publicitado durante la campaña electoral, lo que promete un panorama –que pese a la necesaria época de sacrificio que requerirá- de amplios desarrollos en varios campos de la vida nacional.


Tras su visita a la localidad de Pergamino, donde visito a los chacareros y trabajadores del campo, no solo trasladaba el anuncio de la rebaja de las retenciones que habían estado ahorcando al sector sino que, daba a conocer un amplio y ambicioso proyecto para que las producciones de los campos nacionales tengan la infraestructura que se hace imperiosa para una competitividad real y actualizada. Sobre esto mismo, hizo mención de la necesidad de desarrollar la industria portuaria y el tendido de las vías de comunicación para que la producción nacional tenga las vías necesarias para que los productos y mercancías puedan desplazarse a menor costo y con mayor competitividad. Sin dudas que para que se duplique la producción y a su vez multiplique los puestos laborales, se hace necesario un plan logístico bien pensado y que se adapte a las necesidades de los mercados que durante la era K, fueron totalmente abandonados.


Sin dudas de que el gobierno, tanto nacional como el provincial –especialmente en Buenos Aires-, tendrá que poner un importante aporte monetario y de mano de obra para construir la infraestructura necesaria para que estos anhelos se concreten. Haciendo un poco de historia, recordemos como en la década de los noventas con el neoliberalismo menemista, las empresas públicas fueron rematadas y concesionadas a empresas privadas que al poco tiempo demostraron ser tan deficitarias como las administraciones nacionales.


Según algunas fuentes que han estado presentes en las reuniones celebradas a puertas cerradas por los asesores técnicos en el Ministerio de Infraestructura y Transporte, hay planificaciones bien detalladas, con cálculos, presupuestos y extensiones a todo el país, para volver a reconectar todo el territorio nacional con una nueva red ferroviaria que deja los lineamientos que había planteado el kirchnerista Florencio Randazzo durante la campaña con la incorporación de algunos trenes chinos, como una mera reforma para la foto, reducida a algunas trochas del Gran Buenos Aires.


Obviamente que detrás de los desarrollos de nuevas carreteras, redes de ferrocarril y hasta aeródromos con fines comercial, conllevaran la firma de contratos con empresas de alta tecnología para instalaciones de comunicaciones, redes de fibra, antenas, sistemas y software para las instalaciones de administración y control. Estos negocios encierran nada más ni nada menos que el diseño del centro neurálgico de lo que luego sería una infraestructura estratégica por lo cual, las empresas –estadounidenses, británicas entre otras-encargadas de instalar todo este sistema nervioso, tendría la llave para, en un momento crucial y conveniente, apagarlo a discreción. 




La misma lógica pareciera orientarse en el campo de la defensa nacional, que según algunas fuentes, están indicando el regreso de los asesores norteamericanos y una propuesta de proveer un ala de diez aviones F-4H “Phantom”, modelo bastante antiguo. Recordemos que apenas un mes antes, se canceló a último momento –y gracias a la valentía de un oficial de la Fuerza Aérea- la compra de aviones israelíes completamente inservibles. Hacemos votos para que no se retome semejante estafa para nuestras FFAA.


Igualmente, esto no parece ser fuente de preocupación para el presidente y sus estrategas quienes parecen desplegar las velas para comenzar la conquista. Desde su ideario, con la participación de estos sectores el país ira adquiriendo mejoras que le dará la competitividad regional y luego, una inserción dentro del concierto mundial.


Y allí no se quedarían estos planes. Según continúan informando, las previsiones de mejoramiento de las líneas logísticas nacionales interconectadas con las provincias, abarcan complejos y ambiciosos proyectos de reactivación portuaria –estratégicamente necesaria- para prestar servicios modernos y eficientes de fletamento de cargas, orientado tanto al Atlántico como por el Pacifico. En este último sentido, la salida de mercaderías y bienes podría gestionarse a través de nuevos convenios bilaterales con Perú, país que ha venido avanzando con mucho éxito en el desarrollo interno mediante la prestación de muy competentes servicios portuarios con destino a mercados de Asia y la Polinesia. Para ello harán falta corredores eficientes y que ofrezcan ventajas a los productores, algo para lo cual, la reactivación de redes ferroviarias a la Patagonia y al norte del país, se vuelve vital para estos propósitos.


Desde el ángulo político, estas planificaciones deberán lidiar con una importante presión de los sectores que bregan por mantener a los puertos de Buenos Aires y Rosario, como los más importantes en el monopolio de las importaciones y exportaciones, algo que deberá ser sopesado por el primer mandatario y sus asesores de área. Aunque para el común de la gente esto no pueda entenderse, lo cierto es que las ideas sobre posibles vías de salida por el océano pacifico representan un gran avance para el desarrollo geoestratégico de comercio exterior, encuentran fuertes resistencias por intereses creados que, operando en la región son alimentados desde bloques como la UE o el NAFTA.


En este sentido, Macri habla el mismo idioma que aquellos intereses y ellos parecen verlo con muy buenos ojos. Sus ministros y partidarios más cercanos confían en que, con estos acercamientos, le permitirán concretar varios de estos “mega proyectos” a cambio de un “razonable intercambio”. Pero ¿Hasta cuándo durará el encanto?

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