9/12/15

“CÓMO ES LA SITUACIÓN DE LA DEFENSA HOY”



Con la salida del gobierno del FPV la nueva administración encontrara muy poco en una de las áreas más sensibles para la actualidad


Por Charles H. Smith y Javier B. Dall



A pocas horas del recambio de gobierno, la situación que reviste el área de la defensa nacional muestra un estado lamentable. Sobre el particular, habría que preguntarse ¿Qué dejaban los doce años de gobierno K para la defensa nacional? La respuesta obvia a esta pregunta, choca con las incoherentes políticas discursivas kirchneristas que, falsamente se autodenominaban –parte de la propaganda- como “nacional y popular”.


Pero aquellos rimbombantes adjetivos, no significaron –como lo pensaron algún que otro viejo general- que los “K” iban a borrar al ejército argentino y a las otras fuerzas, para conformar unas nuevas “Fuerzas Armadas Revolucionarias” o tonterías como esas. ¿ Y por qué de este razonamiento? Simplemente, porque los K ni ninguno de sus segundones, tenían nada de revolucionarios ni menos aún, la ambición de emular a quienes teóricamente admiraban.


Desde la llegada de Néstor Kirchner al poder en 2003, la situación de as FFAA fue de mal a peor y no solo por una cuestión claramente ideológica o “pseudo-ideológica” –dado que el matrimonio Kirchner nunca hizo nada en épocas del gobierno militar- ya que, no se hubieron encontrado rastros o evidencias sobre la posible militancia armada, política o meramente de simpatía de los K con algún grupo como Montoneros o el ERP. Menos aún, se pudo comprobar que la “doctora” Fernández hubiera ejercido como patrocinante o defensora de presos políticos durante los años de plomo. Por ello, cuando se alega que ese desprecio al sector castrense nacional se enraizaba en su comunión con los camaradas marxistas y los “nacionalistas” del setenta, se trató de una impostación falsa que solo buscaba reclutar a los sectores más activos y revoltosos dentro del espectro más bajo de la política nacional.


De este modo el gobierno K mezclo mal los términos y paso a manejar asuntos de estado como cosas del partido (FPV) y los de éste como situaciones de estado lo que con el paso del tiempo y ante la obsecuencia de la mayoría de la clase política, mediática y poblacional fue degenerando en una mezcla heterogénea y tóxica que fue corroyendo aún más las delgadas uniones que habían entre los argentinos. A la vista de esto, estaba cantado que no podía haber esperado en la previsión de ese gobierno, algún desarrollo geoestratégico y menos aún uno referido a la defensa, pilares vitales para enfilar al país en un rumbo determinado de la política internacional.


Un viejo amigo me dijo, “los argentinos somos victima de nuestra propia historia”, tratando de explicarme “por qué” el gobierno de los K, habían desaprovechado la oportunidad histórica de poner en práctica la verdadera visión de desarrollo que el mismo Gral Perón había previsto con su llamada “tercera posición” y en la cual, la potencialidad de Argentina pasaría por una autosuficiencia –entre otras- en el campo de la defensa. Lo que sucede es que el llamado “Kirchnerismo” lejos hubo estado imbuido de los valores fundacionales del peronismo y menos aún de la doctrina de un nacionalismo popular.


De esta manera, para el gobierno K no hubo ningún interés en establecer un plan de desarrollo geoestratégico ni para corto, mediano y menos aún para largo plazo, especialmente y –quisiéramos pensarlo-sabiendo que la actualidad mundial requiere un estudio serio y profesional sobre cómo encarar los nuevos desafíos que como el “terrorismo trasnacional” y el “narcotráfico” no distinguen al momento de buscar nuevas plazas.


El sistema inmunológico de Argentina está tan bajo que puede ser afectado por cualquiera de estas virulencias que no serán solucionadas con discursillos seudo-humanistas o cantinelas pacifiqueras que solo esconden el miedo al compromiso a iniciar y desarrollar altas responsabilidades por parte de una clase política abúlica, perezosa y corrupta, que se ha acostumbrado a la política de la contingencia y el chiquitaje.


Y el gobierno saliente no fue menos en esto y como pudimos ver anteriormente, últimamente la cartera a cargo del impresentable Agustín Rossi fue consecuente en la característica improvisación y falta de tacto político de los ajenos a la materia, para desarrollar un programa coherente para el área. Recordemos, cómo por el accionar de un valiente oficial de la Fuerza Aérea Argentina y en momentos que el gobierno en forma improvisada pretendía anotarse un punto a la vista de las decrepitas FFAA, trato de cerrar un contrato por el cual se constituiría en una verdadera estafa económica, política y operacional con los famosos aviones “Kfir” (1) que tan amablemente Tel Aviv vendía con chistosas condiciones.



Lo único que podrá anunciar como un “logro” para la Armada, será la llegada de los cuatro “navíos” rusos que, según por entonces las fuentes del gobierno azuzaban como temibles unidades a incorporar en las empobrecidas dársenas portuarias. Navíos como una manera de decir, dado que son solamente unos simples remolcadores. Según fuentes de entonces, tras la salida del contingente naval que viajo a Rusia a buscar estos “navíos”, aquel esperaba encontrar algo muy diferente a lo que, al final de cuentas terminaron viendo y conduciendo a nuestros puertos. Es que se habían creado ciertas expectativas entre los círculos del almirantazgo “K” y el Ministerio de Defensa ruso, éste último con interés de que Argentina pudiera acceder a alta tecnología naval con el ofrecimiento de cruceros “Clase Kirov”, oferta que había sido declinada por el simple hecho de que el gobierno CFK sabía que a Londres no le agradaría la adquisición. Entre varios de sus acólitos se preguntaron ¿Dónde estaba la política nacional de decisiones independientes y soberanas?


Ni hablemos de la raleada posibilidad de adquirir los potentes aviones MIG-31 E, que hubieran representado una ventaja tan amplia para el control y la defensa de los espacios aéreos y marítimos nacionales, que varios temas como la pesca furtiva, las incursiones impunes de la real marina británica, estadounidenses y hasta el control aéreo en zonas fronterizas donde diariamente pasan vuelos del narcotráfico, habrían hallado una respuesta bastante contundente desde el estado.


Pero muy lejos de aquellas charlas y negociaciones, claramente truncadas por el miedo político –y de perder los beneficios monetarios en bancos extranjeros- de los “revolucionarios K” al “qué dirán en Washington y Londres”, el contingente naval argentino regresa tripulando cuatro modestos remolcadores (2) que poco tienen de estratégicos y obviamente, están muy lejos de “azuzar” a los británicos, que desde su centro de inteligencia naval de Port Stanley en las Islas Malvinas, se descogotan de la risa al ver pasar las nuevas adquisiciones de Buenos Aires.



Tan modestos y sin ningún propósito militar son estos barquitos, que haciendo una recreación de las amenazas existentes hoy día y que son cotejables por cualquier investigador, un solo hombre –como los que se ven operando en Siria- operando un sistema de misil TOW-2, puede enfocar desde una distancia bastante considerable al objetivo, volar desde un punto costero remoto a este “navío” y hundirlo hasta el fondo de la costa sin que la tripulación se diera cuenta que les pego. Y ante esto, la pregunta es inevitable ¿Quiénes son los que pensaron estas adquisiciones?

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