Mezquita Al Ahmad.
AIN.- Así se expresó en la Jutba del Sheij Abd Rab El Nabi Alhfnawi, que se emitió ayer en el programa de radio del Centro Islámico de la República Argentina, “La Voz del Islam”. A continuación la trascripción completa del mensaje.
“Dice Dios en el Sagrado Corán: “Tu Señor ha ordenado que no adoréis sino a Él y que seáis benévolos con vuestros padres. Si uno de ellos o ambos llegan a la vejez, no seáis insolentes con ellos y ni siquiera les digáis: ¡Uf! Y háblales con dulzura y respeto” (17:23).
Esta es una orden de Dios y cuando las órdenes proviene de Él se deben cumplir, nos ordena primero reconocer Su unicidad y no asociarle nada, porque Dios solamente es el que posee la grandiosidad, tiene poder sobre todas las cosas, es el Fortísimo y todas las criaturas son débiles; es el Opulento y prescinde de todo y las criaturas creadas necesitan de Él. Dice en el Sagrado Corán: “¡Oh, hombres! Vosotros sois los que necesitáis de Dios, y Dios es Opulento, Loable [y prescinde de todas las criaturas]” (35:15).
Creer en la unicidad de Dios y no asociarle nada es la base sobre la que se erige la doctrina del ser humano, luego de esto le sigue la benevolencia con los padres, el buen trato ¿Por qué? Porque una de las mayores gracias de Dios para con nosotros es habernos permitido existir en este mundo.
Dios te dio la existencia a partir de la nada, y puso a los padres como medio para venir a este mundo y en esto hay un gran secreto, porque los padres son la manifestación de las cualidades de Dios como la misericordia y el amor. Por ello, es que a las creencia en la unicidad de Dios le sigue el buen trato a los padres, honrarlos como se merecen y procurar que tengan descanso en particular cuando llegan a la vejez, Dios dice: “Tu Señor ha ordenado que no adoréis sino a Él y que seáis benévolos con vuestros padres. Si uno de ellos o ambos llegan a la vejez, no seáis insolentes con ellos y ni siquiera les digáis: ¡Uf! Y háblales con dulzura y respeto” (17:23).
A pesar de estas órdenes del Corán muchos son los que no respetan a sus padres ¿Acaso no recuerdan que su madre lo llevó en su vientre durante nueve meses y lo amamantó durante dos años? ¿No recuerdan que se ocupó de su salud y de su educación? ¿La respuesta a esto es faltarles el respeto?
Aquel que no respete a sus padres no ingresará al Paraíso jamás, por que la primera condición para ello, luego de creer en la unicidad divina, es tratar bien a los padres. El Mensajero de Dios (PyB) dijo: “Quien amanece y anochece complaciendo a sus padres tiene dos puertas abiertas hacia el Paraíso. Pero quien amanece y anochece haciendo enojar a sus padres tendrá dos puertas abiertas al Fuego”.
Se festejó el Día de la Madre, se le hicieron regalos, el Profeta (PyB) ya festejaba el Día de la Madre hace más de mil cuatrocientos años, pero no lo hacía en un día particular como se ve en la actualidad sino que lo hacía en todo momento y en todos los días, incluso luego del fallecimiento de los mismos, dice Dios: “Trátales con humildad y clemencia, y ruega: ¡Oh, Señor mío! Ten misericordia de ellos como ellos la tuvieron conmigo cuando me educaron siendo pequeño” (17:24).
Nuestro deber es el buen trato con los padres, al Profeta (PyB) le preguntaron ¿A quién se le debía mejor trato en este mundo? Y respondió “A tu madre” tres veces, luego dijo: “A tu padre”.”
“Dice Dios en el Sagrado Corán: “Tu Señor ha ordenado que no adoréis sino a Él y que seáis benévolos con vuestros padres. Si uno de ellos o ambos llegan a la vejez, no seáis insolentes con ellos y ni siquiera les digáis: ¡Uf! Y háblales con dulzura y respeto” (17:23).
Esta es una orden de Dios y cuando las órdenes proviene de Él se deben cumplir, nos ordena primero reconocer Su unicidad y no asociarle nada, porque Dios solamente es el que posee la grandiosidad, tiene poder sobre todas las cosas, es el Fortísimo y todas las criaturas son débiles; es el Opulento y prescinde de todo y las criaturas creadas necesitan de Él. Dice en el Sagrado Corán: “¡Oh, hombres! Vosotros sois los que necesitáis de Dios, y Dios es Opulento, Loable [y prescinde de todas las criaturas]” (35:15).
Creer en la unicidad de Dios y no asociarle nada es la base sobre la que se erige la doctrina del ser humano, luego de esto le sigue la benevolencia con los padres, el buen trato ¿Por qué? Porque una de las mayores gracias de Dios para con nosotros es habernos permitido existir en este mundo.
Dios te dio la existencia a partir de la nada, y puso a los padres como medio para venir a este mundo y en esto hay un gran secreto, porque los padres son la manifestación de las cualidades de Dios como la misericordia y el amor. Por ello, es que a las creencia en la unicidad de Dios le sigue el buen trato a los padres, honrarlos como se merecen y procurar que tengan descanso en particular cuando llegan a la vejez, Dios dice: “Tu Señor ha ordenado que no adoréis sino a Él y que seáis benévolos con vuestros padres. Si uno de ellos o ambos llegan a la vejez, no seáis insolentes con ellos y ni siquiera les digáis: ¡Uf! Y háblales con dulzura y respeto” (17:23).
A pesar de estas órdenes del Corán muchos son los que no respetan a sus padres ¿Acaso no recuerdan que su madre lo llevó en su vientre durante nueve meses y lo amamantó durante dos años? ¿No recuerdan que se ocupó de su salud y de su educación? ¿La respuesta a esto es faltarles el respeto?
Aquel que no respete a sus padres no ingresará al Paraíso jamás, por que la primera condición para ello, luego de creer en la unicidad divina, es tratar bien a los padres. El Mensajero de Dios (PyB) dijo: “Quien amanece y anochece complaciendo a sus padres tiene dos puertas abiertas hacia el Paraíso. Pero quien amanece y anochece haciendo enojar a sus padres tendrá dos puertas abiertas al Fuego”.
Se festejó el Día de la Madre, se le hicieron regalos, el Profeta (PyB) ya festejaba el Día de la Madre hace más de mil cuatrocientos años, pero no lo hacía en un día particular como se ve en la actualidad sino que lo hacía en todo momento y en todos los días, incluso luego del fallecimiento de los mismos, dice Dios: “Trátales con humildad y clemencia, y ruega: ¡Oh, Señor mío! Ten misericordia de ellos como ellos la tuvieron conmigo cuando me educaron siendo pequeño” (17:24).
Nuestro deber es el buen trato con los padres, al Profeta (PyB) le preguntaron ¿A quién se le debía mejor trato en este mundo? Y respondió “A tu madre” tres veces, luego dijo: “A tu padre”.”
Fuente: AIN
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