Un grupo de 48 insurgentes talibanes atacó hoy dos bases de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad en Afganistán (ISAF) y controles policiales en la provincia de Jost, en el sureste del país, poco antes del amanecer, informaron funcionarios de la OTAN y de la policía afgana.
"Dos grupos de insurgentes armados con AK-47 y cohetes atacaron campamentos de las fuerzas extranjeras y controles policiales en Jost", dijo el jefe provincial de la policía, Abdul Hakim Ishaqzia, a la agencia alemana dpa.
Según su versión, 18 insurgentes desparecieron y 30 lograron escapar. Las autoridades iniciaron una operación de búsqueda.
La OTAN confirmó dos ataques con pequeñas armas de fuego contra bases de la organización y dijo que en el contraataque las fuerzas internacionales mataron a al menos 10 rebeldes, además de capturar a otros tantos y destruir armas.
Un portavoz talibán, Zabiullah Mujahid, asumió los ataques en las bases de Forward Operating en Salerno y la cercana Camp Chapman, el mismo lugar donde siete agentes de la CIA fueron asesinados en diciembre.
Las fuerzas afganas y de la coalición mataron a 13 insurgentes de la red Haqqani, un grupo insurgente aliado a los talibanes, cuatro de los cuales llevaban chaletos suicidas, cuando intentaban entrar en la base de Salerno, informó la OTAN, que aseguró que no hay bajas por parte de la coalición. Entre los muertos se encuentra Mudasir, un fabricante de bombas caseras que fue profesor en una escuela islámica conocida por formar a futuros suicidas. Además, los militares detuvieron a cinco insurgentes.
El portavoz talibán había asegurado que 20 suicidas atacaron una base de la inteligencia estadounidense en la ciudad de Jost y otros ocho una segunda de la OTAN en la misma ciudad.
Además, aseguró que decenas de otros insurgentes atacaron controles policiales y que la batalla continúa. Según su versión, 18 soldados extranjeros perdieron la vida. A los comunicados de los talibanes no se les da credibilidad en ese aspecto, pues suelen exagerar el número de víctimas.
La insurgencia talibán incrementó sus ataques contra los 140.000 efectivos de la OTAN y Estados Unidos estacionados en Afganistán.
Según su versión, 18 insurgentes desparecieron y 30 lograron escapar. Las autoridades iniciaron una operación de búsqueda.
La OTAN confirmó dos ataques con pequeñas armas de fuego contra bases de la organización y dijo que en el contraataque las fuerzas internacionales mataron a al menos 10 rebeldes, además de capturar a otros tantos y destruir armas.
Un portavoz talibán, Zabiullah Mujahid, asumió los ataques en las bases de Forward Operating en Salerno y la cercana Camp Chapman, el mismo lugar donde siete agentes de la CIA fueron asesinados en diciembre.
Las fuerzas afganas y de la coalición mataron a 13 insurgentes de la red Haqqani, un grupo insurgente aliado a los talibanes, cuatro de los cuales llevaban chaletos suicidas, cuando intentaban entrar en la base de Salerno, informó la OTAN, que aseguró que no hay bajas por parte de la coalición. Entre los muertos se encuentra Mudasir, un fabricante de bombas caseras que fue profesor en una escuela islámica conocida por formar a futuros suicidas. Además, los militares detuvieron a cinco insurgentes.
El portavoz talibán había asegurado que 20 suicidas atacaron una base de la inteligencia estadounidense en la ciudad de Jost y otros ocho una segunda de la OTAN en la misma ciudad.
Además, aseguró que decenas de otros insurgentes atacaron controles policiales y que la batalla continúa. Según su versión, 18 soldados extranjeros perdieron la vida. A los comunicados de los talibanes no se les da credibilidad en ese aspecto, pues suelen exagerar el número de víctimas.
La insurgencia talibán incrementó sus ataques contra los 140.000 efectivos de la OTAN y Estados Unidos estacionados en Afganistán.
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