5/11/09

Doce muertos en un tiroteo en la mayor base militar estadounidense



Al menos un soldado estadounidense, que iba a ser enviado a Irak próximamente, inició un tiroteo este jueves en la mayor base militar norteamericana, Fort Hood, en Texas, matando a 11 militares e hiriendo a otros 31 antes de ser abatido, anunciaron las autoridades.
"Un tirador abrió fuego. Fue abatido. Contamos hasta el momento 12 muertos y 31 heridos, todos soldados estadounidenses", declaró el general Bob Cone, comandante de la base de Fort Hood, en Texas (suroeste), donde se produjo el drama.


El tirador era un psiquiatra militar, el comandante Nidal Malik Hasan. Según la senadora del sureño estado, Kay Bailey Hutchison, este militar debía ser enviado próximamente a Irak.

El hombre abrió fuego hacia las 13H30 locales (19H30 GMT) con la ayuda de dos armas de puño, en un recinto donde numerosos soldados eran sometidos a revisiones médicas previas a su partida en misión a Irak o Afganistán.

"El tirador fue abatido. Era un militar. Desde entonces hemos detenido a otros dos soldados considerados sospechosos", declaró el general Cone, que precisó que según los testigos hubo más de un tirador.
Sin embargo no quiso pronunciarse sobre el móvil del tiroteo. "Lo ignoramos. Todo esto es objeto de una investigación", dijo.

El Pentágono difundió imágenes de heridos siendo evacuados en camillas e instalados en ambulancias, mientras que tiradores de élite rodeaban un edifico, acompañados de perros.

Durante una intervención en directo desde la Casa Blanca, el presidente Barack Obama calificó el hecho como un "horrible desencadenamiento de violencia".

"Mis pensamientos y oraciones son para los heridos y las familias de los que han muerto", agregó el mandatario.

"Ver caer a esos bravos estadounidense en el campo de batalla en el extranjero ya es bastante difícil. Verlos tomados por blancos en una base militar y en suelo estadounidense es aterrador", dijo Obama.

El secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, dijo estar "profundamente afligido" por el sangriento tiroteo.

"Puedo asegurar que el departamento de Defensa hará todo lo que esté en su poder para ayudar a la comunidad de Fort Hood a atravesar estos momentos difíciles", añadió.

En Washington, en tanto, senadores y representantes en el Congreso guardaron un minuto de silencio en memoria de las víctimas. El gobernador de Texas, Rick Perry, ordenó poner hasta el domingo las banderas a media asta.

Un hospital local, el Scott and White Memorial Hospital, hizo por su parte un llamamiento urgente a la donación de sangre, y precisó haber recibido a nueve personas heridas de bala procedentes de Fort Hood.

El departamento de Seguridad Interior, a cargo de la lucha contra el terrorismo, indicó que aún era demasiado pronto para determinar el móvil del tiroteo.

En un comunicado, el senador por Texas John Cornyn advirtió contra toda conclusión apresurada y la difusión de "rumores o informaciones inexactas" sobre las razones del incidente.

Una de las principales asociaciones musulmanas estadounidense, Cair, condenó asimismo el tiroteo. "Ninguna ideología política o religiosa pueden justificar o excusar tal violencia gratuita y ciega", indicó la asociación en un comunicado.

Situada en el centro de Texas, entre la capital Austin y la ciudad de Waco, Fort Hood es la mayor base del ejército

estadounidense y cubre cerca de 880 km2, casi tanto como la ciudad de Nueva York, según se indica en su página web. Unos 50.000 soldados y 9.000 empleados civiles están destacados en ella, según la cadena CNN.

"Los soldados y sus familias así como los civiles que trabajan aquí están destrozados", declaró el general Cone.

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