Un soldado británico del Real Regimiento de Fusileros observando el panorama en dirección al ?Monte de la Perdición? cerca de Musa Qala, Afganistán, a fines de septiembre de 2009.
Rodeado por los talibanes, las tropas británicas y su comandante en el norte de la provincia de Helmand se sienten acosados y defraudados. Clavado en un poste de madera hay un cartel en el campamento que lo dice todo: “Bienvenido a Stalingrado”
En su cuartel general fortificado, el teniente coronel Charlie Calder dibujó un gran círculo rojo sobre un mapa con un puntero láser donde señala una vasta extensión del norte de Helmand, su área de responsabilidad. A continuación, redondeó una mancha del tamaño de una moneda de 10 peniques —menos de 20 km cuadrados— para marcar el terreno en que él y su grupo de batalla de 775 hombres se han mantenido en el más sangriento verano boreal hasta la fecha en Afganistán. “Para ser totalmente honesto, el hecho es que (los talibanes) todavía lo controlan todo más allá de este punto y no hay nada que podamos hacer al respecto”, admitió.
Más allá de la forma descomunal del “Monte de la Perdición”, una señal ominosa que domina el horizonte, los combatientes enemigos operan libremente en todo el distrito y en las montañas de Baghran. Son retenidos por un círculo de una docena de pequeñas bases de patrullaje —habitada por las fuerzas británicas y afganas— que se interponen en la línea de batalla y tratan de impedir las incursiones de los insurgentes que les rodean desde todas direcciones.
Clavado en un poste de madera hay un cartel en el campamento que lo dice todo: “Bienvenido a Stalingrado”. La referencia evoca la encarnizada Batalla de Stalingrado que tuvo lugar entre el ejército alemán y el soviético en torno a la ciudad rusa homónima (actual Volgogrado) entre junio de 1942 y febrero de 1943.
Dentro del “anillo de acero” que guarda el teniente coronel Calder se encuentra el mercado de Musa Qala en plena ebullición. El emprendimiento británico de reconstrucción de la zona contempla una escuela, una mezquita, una clínica y una variedad de pequeños proyectos para suministrar electricidad, irrigación, etc. Musa Qala es una localidad que tiene una población de unos cincuenta mil habitantes, todos musulmanes 100% de la etnia Pashtún.
El centro de Musa Qala es un oasis de relativa calma ya que la mayor parte de la provincia de Helmand está a merced de los morteros, cohetes y emboscadas de los talibanes. Pero sin mayores refuerzos militares, los británicos se encuentran en una situación de estancamiento virtual.
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