9/4/08
La enfermedad de la Guerra del Golfo está intensamente relacionada con la exposición a sustancias químicas
(HealthDay News/Dr. Tango) -- Una reseña científica reciente halla una relación intensa entre la exposición a ciertas sustancias químicas y la enfermedad de la Guerra del Golfo que sufren muchos veteranos.
Esta clase de sustancias químicas, conocidas como inhibidores de la acetilcolinesterasa (IACE), se encuentra en pesticidas, el gas nervioso y las pastillas que se le administran a los soldados para protegerlos del gas nervioso. La reseña, llevada a cabo por investigadores de la Universidad de California en San Diego, examinó 115 artículos sobre el tema.
"Parte de esto se ha estado diciendo durante algún tiempo", aseguró Joy Ray Miller, profesora asistente de la práctica de farmacia del Colegio de farmacia Lerma Rangel del Centro de ciencias de la salud Texas A&M. "Este artículo lo reúne todo. Se trata definitivamente de algo que hay que tener en cuenta para nuestros futuros veteranos y para los que todavía están activos allá. Hay tantas variantes en el artículo que realmente no podemos decir con certeza que [los IACE causen los síntomas], pero me parece que hay suficientes coincidencias como para que podamos entender bastante bien que quizá deberíamos hacer algo de otra manera".
Los veteranos de la Guerra del Golfo Pérsico de 1990 a 1991 tienen un mayor índice de "problemas de salud crónicos de varios síntomas" que quienes no han sido desplegados o quienes han sido desplegados a otras regiones. De hecho, entre el 26 y el 32 por ciento del personal desplegado en el Golfo Pérsico durante este tiempo tiene problemas de salud crónicos, un rango que en realidad podría minimizar la magnitud del problema, según el estudio, publicado en la edición de esta semana de Proceedings of the National Academy of Sciences.
Los síntomas del síndrome incluyen fatiga, problemas del estado de ánimo y cognitivos, y síntomas musculoesqueléticos.
Aunque las causas exactas siguen siendo desconocidas, cada vez hay más evidencia que sugiere que la exposición a un organofosfato y a carbamatos, ambos inhibidores de la acetilcolinesterasa (IACE), incluidos el bromuro de piridostigmina (PB), los pesticidas y el gas nervioso, podría ser la responsable.
Los autores del artículo examinaron estudios epidemiológicos que evaluaron la relación entre estas sustancias químicas y los síntomas observados en los veteranos de la Guerra del Golf.
Muchos de los estudios informaron sobre una relación entre la exposición a los IACE y los síntomas crónicos.
Se calcula que 250,000 miembros recibieron el carbamato bromuro de piridostigmina (PB) como tratamiento preliminar para la exposición potencial al gas nervioso. Los que tomaron más pastillas tuvieron mayor incidencia de los síntomas.
Además, se calcula que 41,000 miembros del servicio podrían haber estado sobreexpuestos a los pesticidas, que se usaron para controlar enfermedades transmitidas por insectos, y 100,000 miembros podrían haber estado expuestos a niveles bajos de gas nervioso sarín luego de la demolición del depósito de municiones Khamisiyah en Irak.
Los síntomas son similares a los sufridos por los trabajadores agrícolas expuestos a los IACE, según los autores del estudio, así como los síntomas que sufrieron las víctimas de los ataques terroristas con sarín en Japón.
La exposición a los IACE también podría estar relacionada con un mayor índice de esclerosis lateral amiotrópica (ELA), también llamada enfermedad de Lou Gehrig, entre los veteranos de la Guerra del Golfo. La ELA esporádica se ha relacionado con la exposición a sustancias químicas agrícolas.
Además, los hombres y mujeres que presentaban los síntomas de la Guerra del Golfo eran más propensos a tener concentraciones y niveles de actividad más bajos de enzimas cuya labor es eliminar los IACE del organismo. La genética podría afectar la manera como el cuerpo procesa estas sustancias, en especial las acciones de estas enzimas relacionadas.
"Le están dando a ciertas personas muchas de estas pastillas para el gas nervioso o estos pesticidas. [Los autores] dicen que algunas personas las metabolizan y otras no", señaló Miller. "¿Realmente estamos administrando una dosis tóxica, aparte de la genética? ¿Qué les están dando? ¿Realmente han examinado las cantidades que les están dando? ¿Es exagerada la dosis?".
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
HealthDay
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario