14/10/19

TRUMP AGOTA LA ATENCIÓN DE VA (ANTENCION DEL VETERANO)


VETERANOS DE AYER, DE HOY Y DE SIEMPRE


Ahora es nuestro turno, Trump agota la atención de VA


Recientemente, Donald escribió 3 órdenes ejecutivas destinadas a ahorrarle al VA $ 49 millones al año, pero destripando acuerdos sindicales en las instalaciones del VA.

Para comenzar, solo en Los Ángeles, el VA ha perdido más de $ 200 millones por año en ingresos, dando buenos acuerdos a los grandes donantes del Partido Republicano que desean usar terrenos del VA, edificios del VA y bloquear los programas del VA que ponen a los veteranos discapacitados no deseados demasiado cerca del gato montés barrios

En todo el país, este desperdicio llega a más de $ 2b. El VA es un grupo masivo de paneles de muerte, atención médica del tercer mundo y tiranía de los empleados. Trabajar para el VA es peor que estar en prisión.

Cada tercer empleado de VA es un soplón, a menudo con licencias médicas falsas, condenas por delitos graves y problemas psiquiátricos. El VA los caza y los contrata para crear el caos. El caos permite el robo y el VA tiene que ver con el robo.

El acuerdo ahora, deshacerse de los sindicatos. El problema es que, independientemente de lo que muchos ignorantes creen que hacen los sindicatos, todo lo que los pacientes de VA tienen para protegerlos del abuso y la negligencia son los sindicatos. Los defensores de los pacientes, como se les llama, escuchan las quejas que entierran o toman represalias universalmente. Ningún veterinario en su sano juicio habla sobre el abuso, incluido el asesinato y la violación, cosas que son muy comunes en las instalaciones de VA.

La denegación de tratamiento es el estándar. Ser maltratado o denegado es tan bueno como es posible.

Los sindicatos eran todo lo que se interponía entre los ejércitos de soplones y charlatanes y los pobres veteranos maltratados.

Trump está eliminando esa última protección de seguridad, mientras que el VA promociona esto como una gran victoria para los veterinarios.

Donde estan las cosas Cierra todo. Entregue a los veterinarios a Medicare, que de todos modos la mayoría recurre a los 65 años, Medicare es mucho mejor que el tratamiento de VA incluso para prisioneros de guerra y veterinarios 100% discapacitados.

Oh, no sabías que había 8 categorías para veterinarios. Si se encuentra en la categoría incorrecta, una calificación de discapacidad demasiado baja, un anciano, un diabético o un amputado relacionado con el combate, no califica para los medicamentos de alto costo y ciertos tratamientos, ya que tiene una esperanza de vida demasiado corta.

Echemos un vistazo a dental, que es solo para un 100% discapacitado, un grupo pequeño. Si tiene síntomas del Agente Naranja, solo califica para empastes y extracciones porque ya se le considera muerto.

De lo contrario ... endodoncias, puentes, implantes ... si usted está entre el 3% afortunado del 5%, las matemáticas sobreviven muy pocos veterinarios.

Y ninguna de estas reglas se publican ...




A pesar de su confusa narración de la historia de Estados Unidos, sus francotiradores partidistas y su postura dictatorial, el desfile y el discurso de Donald Trump en Washington el 4 de julio intentaron abordar uno de los últimos temas de consenso en una cultura estadounidense quebrada:
La "Guerra Larga" que comenzó el 11 de septiembre de 2001, se sumó al papel ya enorme de los veteranos en la narrativa estadounidense. La adoración al servicio militar se ha convertido en un engranaje indispensable en la estrategia de cariño de cada político y corporación.
Entre los veteranos, el 64% dice que no valía la pena pelear la guerra en Irak considerando los costos versus los beneficios para Estados Unidos, mientras que el 33% dice que sí. Las opiniones del público en general son casi idénticas: el 62% de los estadounidenses en general dice que la guerra de Irak no valió la pena y el 32% dice que sí. Del mismo modo, la mayoría de los veteranos (58%) y el público (59%) dicen que no valía la pena luchar contra la guerra en Afganistán. Aproximadamente cuatro de cada diez o menos dicen que valió la pena luchar.
Los veteranos que sirvieron en Irak o Afganistán no apoyan más esos compromisos que aquellos que no sirvieron en estas guerras. Y las opiniones no difieren según el rango o la experiencia de combate.
La única variación significativa que los encuestadores encontraron entre los veterinarios fue por identificación del partido: los veteranos que identificaban a los republicanos tenían más probabilidades de aprobar las guerras. Pero incluso la mayoría de esos veteranos republicanos ahora dicen que no valía la pena librar las guerras.

ARABIA SAUDITA DECLARO QUE NO PARTICIPO EN EL ATAQUE AL PETROLERO IRANI


VETERANOS DE AYER, DE HOY Y DE SIEMPRE








Arabia Saudita niega su participación en el ataque de un petrolero de Irán en el Mar Rojo El incidente causó un aumento del 2 por ciento en los precios del crudo-


 Arabia Saudita declaró que no participó en el ataque de este viernes contra un petrolero iraní en el Mar Rojo que causó un aumento de más del 2% en los precios del crudo. 

"No participamos en ese incidente", señaló el ministro saudí de Estado de Asuntos Exteriores, Adel Al-Jubeir, en Riad este domingo. 

"Además, hay informes contradictorios sobre el suceso", dijo, refiriéndose a las afirmaciones iniciales iraníes de un ataque proveniente de Arabia Saudita, y la retirada posterior de esa acusación. 

El incidente, el último de una serie de ataques a la infraestructura petrolera en la región del Golfo Arábigo que ha afectado a los mercados energéticos, se produce semanas después de un devastador ataque a las principales instalaciones petroleras saudíes del que Riad culpó a Teherán.

13/10/19

EL DÍA QUE LA ARGENTINA LE DECLARO LA GUERRA A IRAK


VETERANOS DE AYER, DE HOY Y DE SIEMPRE



CONCLUSIONES 

Se ha analizado en los cuatro apartados una serie de discrepancias y consensos entre el PJ y la UCR y al interior de estos dos partidos. En primer lugar, los debates en el Parlamento fueron intensos ya que ponían en juego distintas concepciones sobre los cambios en el sistema internacional, sobre la posición internacional de la Argentina y sobre el estilo de la política exterior. Mientras algunos defendían las orientaciones del “realismo periférico” y el paradigma de “relaciones carnales” con los Estados Unidos como única potencia mundial, otros defendían el carácter multipolar del escenario internacional y oscilaban entre condenar el envío de tropas o lamentar la forma en la que se había producido, sin consulta al Legislativo y a los países del Grupo de Río. 

 En segundo término, estos debates también evidenciaron las presiones, éxitos y dificultades para consolidar un modelo económico con su correlato en política exterior. La posición del ex presidente Menem y sus colaboradores se hizo dominante al interior del partido gobernante, pero también logró importantes apoyos en el radicalismo. 

En  MABEL THWAITES REY, Tesis Doctoral Inédita, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires, 2001, RICARDO SIDICARO, 

La crisis del estado y los actores políticos y socio económicos en la Argentina (1989-2001), Libros del Rojas, Serie Extramuros, Universidad de Buenos Aires, 2001,  algunos casos, favorecidos por las condiciones de la transición, pero en otros, sobre la base de percepciones comunes que han sido suficientemente demostradas. Por último, la coincidencia con respecto al diagnóstico de la crisis económica y el propio desempeño del radicalismo en la gestión del ex presidente Alfonsín, sobre todo en lo que hace a las negociaciones de la deuda externa y la ausencia de un proyecto de re industrialización que revirtiera las tendencias iniciadas durante la dictadura militar, limitaron la justa condena que algunos representantes hicieron al envío de tropas al Golfo Pérsico y a la política exterior en general. 

La administración del ex presidente Menem, y los funcionarios e ideólogos allegados hicieron propios no sólo los diagnósticos de los Estados Unidos, sino también su discurso legitimador de las intervenciones en países del Tercer Mundo. Líneas políticas dentro de la Unión Cívica Radical, también. Tanto el radicalismo como el justicialismo tienen una tradición ideológica en materia de política exterior. 

Para el justicialismo fue la formulación por parte de Juan Domingo Perón de la llamada Tercera Posición, mientras que en el caso del radicalismo esa tradición fue heredada de la influencia krausista en el pensamiento de Hipólito Yrigoyen, en particular de su idea de nación y de las relaciones de las naciones entre sí como libre asociación de autonomías. Sin embargo, hacia fines de la década de los ochenta, y en los noventa en especial, la dirigencia política argentina, proveniente tanto de un partido como de otro, adoptó –no sin conflictos y disputas- un marco ideológico “neo conservador”.

 Por esa razón, entre otras, radicalismo y justicialismo se vieron divididos y fracturados. En los debates y posiciones que venimos analizando no podemos identificar una posición homogénea y unívoca en ninguno de los dos partidos. 

Ya desde el denominado “giro realista” la diplomacia radical había renunciado a liderar movimientos contestatarios del orden internacional vigente, y en el plano interno, sus dirigentes aceptaban que no había alternativa al ajuste interno y al comportamiento externo afín a los requerimientos de las potencias hegemónicas del sistema internacional. 

Asimismo, con el transcurso de los años durante la presidencia de Alfonsín, las formulaciones de inicio se fueron modificando, y quienes eran sus principales defensores fueron perdiendo protagonismo respecto de dirigentes que ya no compartían esa visión del escenario internacional. 

El carácter conflictivo del avance del nuevo discurso hegemónico se expresó en que a pesar del “giro realista” el gobierno radical no aceptó el cese de hostilidades propuesto por Thatcher como condición para  negociar en la cuestión de Malvinas, se negó a desactivar el proyecto misilístico Cóndor II a pesar de las intensas presiones de Estados Unidos y otros miembros de la comunidad internacional, como a firmar el Tratado de No Proliferación y ratificar Tlatelolco. 

Por otra parte, la oposición justicialista se había resistido desde el Parlamento a las nuevas orientaciones del gobierno de Alfonsín que expresaban el acercamiento a los Estados Unidos. Conviene aclarar además que en muchos casos las posiciones con respecto a la política exterior de los partidos políticos no constituyen formulaciones a priori, sino que se encuentran sometidas a la dinámica interna. Es decir, tanto a la concepción de la política doméstica como al juego político coyuntural. Tanto el radicalismo como el justicialismo han sostenido posiciones distintas según fueran oficialismo u oposición. 

Debemos recordar que la discusión del envío de tropas al Golfo se dio a poca distancia de las elecciones que se realizaron en 1991. Teniendo en cuenta estos aspectos, se han analizado distintos niveles, no únicamente el discursivo. Retomando la pregunta que ha orientado esta investigación, se sostiene que la coincidencia respecto de la “necesidad” de la aplicación de las reformas en línea con el Consenso de Washington, la participación ambos partidos en la aprobación de las Leyes de Emergencia Económica y Reforma del Estado y el grado de acuerdo respecto del análisis sobre la “crisis argentina”, limitaron el alcance de las discusiones respecto de las dimensiones político diplomática y estratégico-militar de la política exterior. 

Si bien la UCR no adscribió en el plano diplomático al paradigma del alineamiento automático con los Estados Unidos y realizó fervientes objeciones tanto en el ámbito parlamentario como extra parlamentario, al no cuestionar activamente y en forma global la política económica doméstica con la que la nueva inserción internacional se complementaba –privatizaciones, desregulación y apertura-, su capacidad para hacer valer sus argumentos opositores quedó reducida a cuestiones de “principios”, o en algunos casos, a una impugnación de la forma y no del contenido. Para establecer una política exterior independiente en un país como la Argentina, ésta debe formar parte necesariamente de una estrategia global de desarrollo que priorice la autonomía y soberanía en todos los aspectos. 

De otro modo, los márgenes de acción. Se coincide con Spiguel y Rapoport cuando afirman que “A contracorriente de las recetas “globalizadoras” y la retórica que acompaña las aventuras imperiales del presente, toda la historia de Argentina, y particularmente su historia reciente, revelan que soberanía de las naciones periféricas, con base en su autonomía económica, es condición fundamental para garantizar una verdadera democracia”  posibilitados por una estrategia pendular entre distintas potencias hegemónicas demuestran a corto plazo sus limitaciones y no siempre deben ser entendidas como políticas exteriores autonómicas. 

Por lo tanto, a partir de lo analizado y de la inscripción del caso de estudio en los procesos políticos y económicos de la coyuntura, se puede concluir que a pesar de las diferencias, existió un importante nivel de acuerdo en sectores de dirigencia política en cuanto a la necesidad de implementar una inserción internacional afín a las potencias hegemónicas en el marco de la exaltación de la globalización y que ese acuerdo traspasó las barreras partidarias, produciendo importantes transformaciones y desplazamientos tanto en la UCR como en el PJ.

 RESUMEN 

Este artículo estudia los debates parlamentarios respecto del envío de naves argentinas al Golfo Pérsico en 1990 y 1991, cuyos protagonistas fueron el Partido Justicialista y la Unión Cívica Radical. Se propone analizar los argumentos que se utilizaron en dicho debate para comprender las distintas concepciones respecto de la inserción internacional argentina. 

Partiendo de un enfoque histórico, el objetivo es demostrar que, a pesar de las discusiones, esos debates no reflejaron una discusión profunda respecto de lo que se considera una inserción soberana, ya que como telón de fondo hubo amplias coincidencias entre ambos partidos, en especial respecto de la aplicación de las políticas neoliberales y de la apropiación del discurso que las legitimó. Palabras claves: debates parlamentarios – Golfo Pérsico- dirigencia política- inserción internacional – políticas neoliberales. 

USS TAYLOR HACIENDO CUMPLIR EL BLOQUEO DE LA ONU.


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USS TAYLOR EN EL GOLFO PERSICO


La fragata de misiles teledirigidos USS Taylor es uno de los 11 buques de guerra norteamericano en el Golfo Persico haciendo cumplir el bloqueo de las Naciones Unidas contra Irak. Insert buque navegando. Operaciones tacticas. Prueba de armamento (cañones y misiles). Hombre disparando ametralladora en la cubierta.


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José María Peredo Pombo es Catedrático de Comunicación y Política Internacional de la Universidad Europea de Madrid, donde imparte Comunicación Política Internacional e Imagen Exterior y Diplomacia Pública. Dirige el Media Lab Europea Media y el Observatorio de las Relaciones Internacionales (www.relacionesinternacionales.media) en la facultad de CC. Sociales y de la Comunicación. Compatibiliza su trabajo universitario con el ejercicio del periodismo y el análisis político en diferentes medios de comunicación y espacios de debate. Sus principales líneas de investigación son la política exterior de Estados Unidos, la comunicación de lobbies y grupos de presión, la opinión pública internacional y la cooperación española. Ha sido investigador principal del proyecto Influencia de los Grupos de Presión en las Elecciones Presidenciales de 2008 en Estados Unidos y coordinador del libro USA 08: las elecciones que cambiaron el siglo XXI.

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12/10/19

ESPAÑA RETIRA LA FRAGATA "MENDEZ NUÑEZ"



VETERANOS DE AYER, DE HOY Y DE SIEMPRE



Del grupo de combate de EE UU en el golfo Pérsico

Robles ha ordenado que el buque, con 215 marineros, deje de acompañar al portaaviones ‘Abraham Lincoln’ ante la escalada de tensión con Irán






Ejercicio conjunto entre la fragata 'Méndez Núñez' (sobre cuya cubierta se hizo la foto) y el 'USS Abraham Lincoln' (al fondo), el pasado 29 de enero. En vídeo, declaraciones de Borrell, ministro de Asuntos Exteriores en funciones. ARMADA ESPAÑOLA


España no quiere verse arrastrada involuntariamente a un conflicto con Irán. La ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles, ha ordenado la retirada temporal de la fragata española Méndez Núñez (F-104), con 215 marineros a bordo, del grupo de combate encabezado por el portaaviones USS Abraham Lincoln ante la escalada de tensión entre Washington y Teherán. La flota ha cruzado ya el estrecho de Bab el Mandeb, que une el mar Rojo con el océano Índico, y se dirige al estrecho de Ormuz para entrar en el golfo Pérsico, pero lo cruzará ya sin el buque español.



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FRAGATA MENDEZ NUÑEZ F-104

La integración de la Méndez Núñez en el grupo de combate (en el que no participa ningún otro buque no estadounidense) se planeó hace al menos un año para mejorar la interoperatividad y el adiestramiento conjunto. Estaba previsto que se prolongase seis meses, desde finales de abril hasta el 31 de octubre, cuando debe arribar al puerto de San Diego (California) tras haber cruzado el Mediterráneo, el mar Rojo, el océano Índico, el mar de China y el Pacífico. Además del Lincoln, con 85 aeronaves, el grupo está formado por un crucero lanzamisiles, tres destructores y un buque logístico, así como un submarino.


Sin embargo, este ejercicio programado y similar al desarrollado en ocasiones anteriores por buques de la Armada española ha tomado un nuevo cariz tras el intercambio de amenazas entre EE UU e Irán. El pasado día 8, durante su visita a la base aérea de Morón de la Frontera (Sevilla), donde operan fuerzas estadounidenses, Robles ya subrayó que, en relación con la crisis iraní, “el compromiso de España es con la Unión Europea y los organismos internacionales, y ahí es donde vamos a adoptar siempre las posiciones comunes”. Desmarcándose de decisiones unilaterales de EE UU, la ministra de Defensa en funciones insistió en que España es un “socio serio y fiable”, pero sus Fuerzas Armadas solo están vinculadas por los acuerdos de la UE y la OTAN.




A principios de mayo, Teherán anunció que dejará de cumplir dos de los compromisos asumidos en el acuerdo nuclear con las grandes potencias, del que Washington se retiró hace un año. A continuación, Trump anunció nuevas sanciones centradas en el estratégico sector de los metales industriales. La UE se ha desmarcado de estas sanciones e insiste en intentar salvar el acuerdo con Irán.

Aunque el despliegue militar estaba planeado desde hace meses, el consejero de Seguridad Nacional, John Bolton, aseguró que su objetivo es “enviar un mensaje claro e inequívoco” a Irán de que “cualquier ataque contra los intereses estadounidenses o de sus aliados se enfrentará con una fuerza implacable”.



En los últimos días, el Pentágono ha aireado el envío a la zona del buque USS Arlington, que transporta una fuerza de desembarco, así como de una batería de misiles antimisil Patriot, lo que se sumaría al despliegue de bombarderos B-52 en Qatar, todo ello en respuesta a “indicios de una mayor disposición de Irán a realizar operaciones ofensivas”. La situación se ha deteriorado aún más con las confusas noticias sobre ataques y sabotajes a petroleros saudíes y buques comerciales cerca de las costas de los Emiratos.

La decisión supone que la Méndez Núñez seguirá en la zona, pero sin entrar en el Golfo, con el propósito de reengancharse al grupo de combate estadounidense una vez que este continúe su ruta, siempre que se mantenga el programa previsto. Desde California, la fragata debe regresar a España por el canal de Panamá, completando la vuelta al mundo. La ministra Robles viajó este lunes a Bruselas para participar en una reunión de titulares de Defensa de la Unión Europea.

Durante su integración en el grupo de combate estadounidense, España cede el control operativo de la fragata al almirante estadounidense, aunque siempre bajo las estrictas Reglas de enfrentamiento (ROES) y reteniendo el mando último el jefe del Estado Mayor de la Defensa a través del comandante del Mando de Operaciones.

LA POSGUERRA DE IRAK Y EL SÍNDROME DEL GOLFO PERSICO



VETERANOS DE AYER, DE HOY Y DE SIEMPRE


Las dolencias de cuatro soldados británicos hacen temer un segundo síndrome del Golfo

Las molestias les impidieron entrar en combate y dos de ellos ni siquiera llegaron a viajar a Irak



Cuatro soldados británicos que fueron vacunados para protegerlos contra las armas químicas en la guerra contra Irak sufren síntomas similares a los del síndrome de la guerra del Golfo, es decir, los problemas de respiración, eccemas y depresión que sufrieron centenares de militares que participaron en el conflicto de 1991. Según publica hoy el diario británico The Independent, las autoridades sanitarias de este país temen que estos cuatro casos sean los primeros del síndrome del Golfo II.

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El síndrome, que puede estar causado precisamente por el exorbitado número de vacunas contra enfermedades y agentes infecciones que reciben los soldados, se caracteriza por desórdenes de la piel, pérdida de pelo, dolor de cabeza y muscular, alteraciones del sistema nervioso y dificultad para dormir, además de fatiga, náuseas y fiebre. Las molestias que experimentaron los soldados les impidieron entrar en combate y dos de ellos ni siquiera llegaron a viajar a Irak debido a que tuvieron una mala reacción a las vacunas. Uno de los hombres sufrió importantes alteraciones en la piel después de haber recibido hasta cinco vacunas, incluidas dos contra el ántrax, en un mismo día.

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Según informa la cadena BBC, los cuatro soldados han amenazado con demandar por esta causa al Ministerio de Defensa. El abogado Mark McGhee, que representa a esos militares que no han sido identificados, ha indicado que "los síntomas que experimentan esos soldados son idénticos a los de las personas que representó en relación con el primer conflicto en el Golfo". McGhee ha asegurado que conoce los casos de 400 veteranos de la Guerra del Golfo de 1991 que experimentaban ese síndrome.

En los tribunales

En la reciente campaña bélica contra Irak participaron unos 45.000 soldados británicos, que recibieron vacunas contra las armas químicas y biológicas. Mientras tanto, un portavoz del Ministerio de Defensa ha asegurado desconocer esos cuatro casos y ha informado de la puesta en marcha un programa para identificar con rapidez cualquier síntoma derivado de las campañas militares. 

Según Charles Plumridge, uno de los coordinadores de la Asociación británica de Veteranos de la Guerra del Golfo, la única diferencia entre ambos síndromes es que las dolencias de los cuatro soldados "se han manifestado muy pronto".

Una sentencia judicial relacionó recientemente, por primera vez en el Reino Unido, el llamado "síndrome de la guerra del Golfo" con la inyección de vacunas. Alex Izett, un soldado británico de 33 años que nunca llegó a participar en esa contienda, denunció que las vacunas que le fueron inyectadas antes de la guerra le provocaron fatiga y problemas psicológicos y digestivos. 


Con el tiempo, Izett desarrolló osteoporosis o fragilidad en sus huesos y quedó incapacitado para seguir como soldado, lo que le condujo a un estado depresivo que le llevó a intentar suicidarse en más de una ocasión. El Gobierno británico siempre ha negado la existencia del síndrome.

UN BARCO MILITAR DE EE.UU ABRE FUEGO CONTRA UN BOTE EN AGUAS DEL GOLFO PERSICO


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La embarcación de motor se le acercó sin reaccionar ante las advertencias de seguridad
Hubo un fallecido y tres heridos en el bote, cuya procedencia aun no se ha identificado





El USNS Rappahannock en una foto de archivo 


Un barco de abastecimiento de la Marina norteamericana, el USNS Rappahannock, ha abierto fuego este lunes contra una pequeña embarcación de motor en aguas del golfo Pérsico, a 16 kilómetros del puerto Jebel Ali de Dubai, después de que ésta se le acercara, ignorando sus advertencias, según informan fuentes del Pentágono. El incidente se saldó con un fallecido en la embarcación no identificada, además de tres heridos. Según Press TV, cadena estatal iraní, los tripulantes son ciudadanos indios, informa Ángeles Espinosa desde Dubai.


El pequeño navío parecía dirigirse hacia el puerto de Dubai, cuando entró en el perímetro de seguridad que marcan los navíos militares norteamericanos. Los soldados norteamericanos alertaron a sus ocupantes de forma verbal cuando se hallaba a un kilómetro. La Marina mantiene que ha operado según los procedimientos de defensa habituales en alta mar.

Al ver que el bote a motor ignoraba las señales de alerta, el mando del USNS Rappahannock disparó un salvo de advertencia. “De acuerdo con los procedimientos de protección de la Marina, los soldados en el USNS Rappahannock emplearon una serie de respuestas preplaneadas, no letales, para avisar a la embarcación antes de recurrir al uso de fuerza letal”, dijo Greg Raelson, portavoz de la Marina de EE UU, en un comunicado.

“La tripulación norteamericana trató en repetidas ocasiones de advertir a los operadores de la embarcación para que se alejaran, dado su acercamiento deliberado. Cuando esos esfuerzos para detener a la embarcación fallaron, el equipo de seguridad en el Rappahannock dispararon varias ráfagas desde ametralladoras de calibre .50”, añadió el portavoz.

Las aguas del golfo Pérsico son escenario de fricciones constantes por la presencia continuada de navíos militares norteamericanos. EE UU cuenta con una fuerte presencia militar en el Golfo, y la Marina dispone de una base militar en Manama, en la isla de Bahrein. 
En enero, diversas embarcaciones iraníes se acercaron a navíos estadounidenses a su paso por el estrecho de Ormuz, un paso en el golfo Pérsico imprescindible para las exportaciones de crudo procedentes de Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait e Irak.

"JAQUE EN DOS MOVIMIENTOS"



VETERANOS DE AYER, HOY Y DE SIEMPRE



Cómo EEUU puede cometer un grave error en el Golfo Pérsico




Mientras los medios corporativos angloestadounidenses mantienen un cerrado silencio sobre la crisis que existe entre Washington y Teherán, la región del Golfo Pérsico manifiesta en la agitación existente sus diversos estados y monarquías que lo bordean, intensos movimientos que revelan que las cosas están peor de lo que La Casa Blanca está dispuesta a reconocer.


Los últimos acontecimientos en Washington han influido negativamente en la estabilidad de la región. Pese a que Donald Trump echo al asesor de seguridad nacional John Bolton, ello no significa que EEUU abandone la pretensión de atacar a la república Islámica. Lo que sucedió entre Trump y Bolton fue solo una cuestión de egos y caprichos pero nada más. Tel Aviv no ve preocupación alguna en la salida de aquel fervoroso sionista de un sitial tan estratégico como es la misma Casa Blanca ya que tienen en el bolsillo al mismo presidente estadounidense. Con esto en consideración, en Washington solo dicen ¿A quién le importa Bolton?


Con esto a la vista queda en claro también que quién está y ha estado detrás de los esfuerzos por atacar a Irán es Israel. Una vez más se comprueba cuál es el factor oculto, el agente disonante y el disparador de las guerras en la región. Quien está particularmente interesado en esto es el mismo Benjamín Netanyahu quien, junto a su coalición de partidos ultraderechistas y las organizaciones sionistas a nivel internacional, aspira a conquistar otro periodo a costa de espectacularidades como lo sería un fulminante ataque contra Irán.




Bibi y los sionistas no ven remordimiento alguno en sacrificar a miles de seres humanos (mucho menos si son musulmanes) para concretar sus planes mesiánicos y las pruebas de ello son evidentes.


Pero todo esto va más allá de las especulaciones. De lo que va del año, los sabotajes por el mes de junio contra buques tanque, los intentos mediáticos y gubernamentales por tratar de incriminar a Irán de estar supuestamente detrás de estos eventos, fue revelando la planificación y ejecución de manos expertas en “operaciones negras” que para lograr tanto sigilo, además de poderse mover con libertad en el puerto de “Fujaira” (Emiratos Árabes Unidos) –donde estuvieron anclados los buques siniestrados- debieron contar con una sofisticada cobertura de inteligencia electrónica. Y solo hay dos sospechosos con esa capacidad para ejecutar algo así en la región: el CENTCOM o Israel ¿O tal vez ambos?


En ese sentido, los mismos esfuerzos del Pentágono por tratar de convencer a la opinión pública mediante filmaciones y fotografías mal interpretadas e informes de inteligencia nada fiables, demostraron la patética –y repetida- táctica por buscar complicar a Irán en algo que nunca habían hecho.


La estrategia buscada es clara: “Dividir y buscar aliados”, tan antiguo como efectivo pero.

¿Quiénes realmente están desplegando estas maniobras?


Desde los kuwaitíes pasando por los qataries, los emiratíes y ni que decir de los iraquíes, todos señalan a Israel como el instigador y posiblemente el ejecutor material detrás de estos eventos. Arabia Saudita mantiene un mutismo sospechoso que pone en evidencia su comprometida posición en el marco de su tóxica y muy dañina relación secreta con Tel Aviv por medio de la cual ha sido arrastrada a una guerra absurda con Yemen.


El último incidente ocurrido en las refinerías más importantes del este de Arabia Saudita, con seguridad sería uno más de estos actos de “Falsa Bandera” que buscaban culpar a los combatientes “Huties” yemeníes y así responsabilizar a los iraníes. Malas noticias para los planificadores de esto: Nadie se lo creyó y para peor, aparentemente la monarquía en Riad tampoco quienes en estos momentos están estudiando una salida negociada de las hostilidades en Yemen.


Sobre ello aún hay serios cuestionamientos si en realidad fueron Drones o misiles de largo alcance provenientes de una zona desértica en Iraq. Las posibilidades de que el ataque haya provenido desde una zona al sur, arroja más sospechas sobre sus verdaderos autores recordando que allí aún operan fuerzas y grupos de tareas estadounidenses.


Aunque muchos no puedan creer que Mohamed Ben Salman escuche consejos o planteos que le hagan rever sus decisiones (sin que pierda la cabeza en el intento), el ataque a las refinerías más importantes del reino que han causado un gran impacto en el mercado mundial del petróleo, le habría echo entrar en razón de que todo este tiempo, ha sido embaucado y usado como una mera marioneta de los planes de Tel Aviv.




Por otra parte, coincidiendo con la salida de John Bolton del Consejo de Seguridad Nacional, La Casa Blanca ha cambiado su retórica en torno a Irán escuchándose de la misma boca de Donald Trump que “no queremos una guerra con Irán” aunque vale aclararlo, a las palabras se las lleva el viento.
Incluso el intempestivo cambio discursivo en el Secretario de Estado Mike Pompeo quien aseveró “Nos gustaría una resolución pacífica”, puede oler muy sospechoso para que sea verdad; es muy posible que haya sido informado de las consecuencias de una agresión directa o se trate de una estratagema.


Pero hay varias consideraciones en danza antes de que EEUU o Israel (o ambos) se lancen a una aventura bélica contra la república Islámica. Antes que nada, Washington no puede dejar de lado la pésima experiencia en Iraq y la muy compleja situación en la que se hallan sus tropas en Afganistán, éste último un punto estratégico para ejecutar un golpe como el planificado.
Un mal cálculo significaría un desastre militar con consecuencias políticas y comerciales no solo para Washington sino también para todo el mundo.


Otra es la situación geográfica de Irán. Una muy extensa geografía costera protegida por lanchas rápidas y sistemas de misiles anti buque de variada sofisticación puede hacer de las fuerzas de tareas de la V Flota un pandemónium. 

A ello no hay que olvidar la adquisición de sistemas de misiles antiaéreos rusos S-300 y la aún no confirmada posesión de los más modernos S-400 que no haría nada fácil una incursión aérea. Y aunque los planes solo involucren el ataque con misiles crucero y aviones furtivos, ello no garantiza efectividad y peor aún, podría empujar a que Irán cierre indefinidamente el estrecho de Ormuz causando una nueva crisis comercial que afectaría a todo el mundo.

LA POLITICA DE LA GUERRA Y LA GUERRA DE LA POLITICA



VETERANOS DE AYER, DE HOY Y DE SIEMPRE


La violencia de masas organizada es el único hecho que distingue a la guerra de todas las demás actividades humanas. La guerra es un acto de fuerza, y por tanto no hay límites lógicos a la aplicación de esta fuerza. 




Ambas partes sólo tienen un control parcial de sus acciones y los oponentes se dictan mutuamente condiciones; consecuentemente, sus esfuerzos tienden a la escalada en la lucha de los adversarios por liquidarse. 

El choque de fuerzas que operan libremente y que no obedecen a otra ley que la suya, cuando llega al extremo, se convierte en la guerra total.El filósofo Carl von Clausewitz definía la estrategia como el ejercicio o la amenaza de combate de acuerdo con un fin político. 

En el actual conflicto del Golfo, una interpretación de su principio "la guerra es la continuación de la política con otros remedios" supone que la estrategia sea la utilización de las fuerzas armadas para lograr los objetivos militares y, por extensión, los fines políticos de esta guerra. 

De esta tesis de la guerra total como la guerra ideal se desprende la antítesis de que la guerra siempre está condicionada por fuerzas ajenas a la misma. La guerra se ve afectada por las características de los Estados en conflicto y pondría condiciones históricas del momento. 

Estas pueden inhibir la escalada hacia la violencia total. Es más, si esta guerra no tiene como fin la derrota total del enemigo, sino la liberación de Kuwait, entonces la teoría de Clausewitz no exige la escalada extrema.

La violencia sigue siendo la esencia en guerras limitadas. Los conceptos de guerra absoluta y guerra limitada forman juntos la naturaleza dualista y contradictoria de la guerra. 



El nivel de violencia en el Golfo y la falta de objetivos claramente definidos ilustran bien la paradójica interpretación de la naturaleza de esta guerra por parte de ambos bandos, que podría resumirse en que "la política es la continuación de la guerra por otros inedios".

11/10/19

DE MALVINAS AL GOLFO PERSICO


VETERANOS DE AYER, DE HOY Y DE SIEMPRE



Carlos Gabetta
20 FEB 1991


Considera el articulista las posibles, y lejanas, similitudes entre la guerra del Golfo y las de las Malvinas. La capitulación total de los perdedores y el resurgir del nacionalismo son aspectos coincidentes en los dos conflictos. 





La civilización no suprime la barbarie; la perfecciona. (Oscar Wilde).El 31 de marzo de 1982, millares de argentinos convocados por las organizaciones sindicales se congregaron en la plaza de Mayo para repudiar la dictadura. El régimen militar estaba en crisis absoluta y todo hacía pensar que no tardaría en caer. Más fuertes que el miedo, la furia, la desesperación y la esperanza, empujaron a la gente hacia la plaza. Dos días después, sin embargo, una multitud más numerosa aún se reunió en el mismo sitio para expresar su apoyo incondicional al general Galtieri. 

Los militares acababan de recuperar las islas Malvinas.Unas semanas después, mientras la flota inglesa se dirigía al Atlántico Sur, apareció en París, en el diario Le Monde, una declaración firmada por varias decenas de exiliados. Condenábamos la invasión porque nos oponíamos al principio de resolución de conflictos por la fuerza, y sobre todo porque negábamos a la dictadura militar el derecho a ejercer cualquier acto en nombre del pueblo. También reivindicábamos el derecho argentino sobre las islas, condenábamos el neocolonialismo británico y el envío de su armada, por considerar que las potencias occidentales, en particular Estados Unidos, disponían de los resortes necesarios para obligar a los militares argentinos a dar marcha atrás.

El mismo día de la aparición del comunicado, muchos de los firmantes recibimos llamados insultantes o amenazadores. No provenían, como podría pensarse, de amigos de la dictadura, sino de exiliados o proscritos súbitamente presos de: un fervor nacionalista tal que les había hecho olvidar la naturaleza del régimen, el derecho a. disentir y hasta el sentido de la amistad. En el interior del país ese sentimiento fue mucho más poderoso. 



Atrapados entre la razón de sus convicciones y el estigma de traidores a la patria, los sectores más lúcidos y progresistas se vieron desde el principio reducidos a un impotente silencio y al aislamiento. Un par de años después, ya de regreso, me di cuenta de que desde dentro y en plena guerra la doble y equidistante razón del comunicado parisiense perdía su equilibrada polaridad y se tornaba en magma confuso. Que quizá en la marea emocional de una guerra de esas características, en la alternativa de elegir entre dos males, no es posible otra cosa que mentir callando y colaborar por simple omisión. Que en cualquier caso el estallido de la primera bomba pone automáticamente a todo el mundo en la misma trinchera.Intransigencia



Aunque muy distinta, la guerra de las Malvinas tuvo algunas similitudes con la actual. En primer lugar, la sospechosa indiferencia de Estados Unidos y del Reino Unido ante una invasión inminente y conocida. Luego, la intransigencia: el Reino Unido no quiso entrar a discutir en ningún momento no ya la soberanía, sino siquiera la reivindicación argentina sobre unas islas ocupadas en el siglo pasado en un acto de piratería, con lo que los invasores fueron obligados a elegir entre el suicidio y la guerra. Noam Chorrisky ha reseñado con precisión (véase EL PAÍS del 12 de enero de 199 1) no sólo los antecedentes coloniales de la crisis del golfo Pérsico, sino incluso una propuesta de Sadam Husein de abril de 1990 (más de un año antes de la invasión de Kuwait), en la que éste propuso a George Bush la destrucción de sus armas convencionales si Israel aceptaba otro tanto. Paul Balta, por su parte, recuerda que en 1969 el joven Arafat defendió la idea de "un Estado palestino democrático en el cual coexistirían cristianos, judíos y musulmanes", rechazada de plano por Israel (véase EL PAÍS del 31 de enero de 1991). 

Teniendo en cuenta tc1os los antecedentes, la propuesta de Sadam de ligar su retirada de Kuwait con el caso palestino debió ser tomada en consideración, aun sin creer en absoluto, como es lógico, que ése fuera su objetivo al invadir. En cualquier circunstancia, esa concesión hubiera sido mínima comparada con los daños de la guerra que ahora se están poniendo en evidencia, sobre todo cuando existe acuerdo general en que después habrá una conferencia sobre Oriente Próximo.

La guerra de las Malvinas (en la que los británicos atacaron con ferocidad, aunque no hubiese explotación petrolera) concluyó en que allí donde -sólo había pastores y ovejas ahora haya una superbase militar británica. En cuánto a la reivindicación argentina, el asunto está cerrado: a los derrotados, ya se sabe, no les asisten derechos. ¿No ocurrirá ahora que después de la eventual derrota iraquí el golfo Pérsico quede bajo control militar de Estados Unidos y el pueblo palestino "empujado a una desesperada alianza con Irak- despojado de sus derechos por mucho tiempo? 

EDUARDO MENEM

El otro elemento similar entre las Malvinas y el Golfo es una de sus consecuencias: el resurgir del sentimiento nacionalista. Aunque el Estado es confesional, la sociedad argentina es perfectamente laica, moderna en el sentido occidental. No existe nada comparable al formidable elemento místico unificador que representa el en el mundo árabe. Sin embargo, aquella aventura militar tuvo el apoyo inmediato de los más dispares Gobiernos latinoamericanos, y después de la guerra no hay en Argentina partido político con posibilidades electorales que no incluya en su programa la reivindicación nacional sobre las Malvinas. 

Los siniestros militares carapintadas son hijos directores de esa guerra y el presidente Menem es considerado en ese punto como un traidor, por asumir con realismo la recomposición de los vínculos diplomáticos y comerciales con el Reino Unido. En la medida en que las democracias del Tercer Mundo no hacen hasta ahora más que ampliar y profundizar la miseria con sus medidas de ajuste dictadas -no hay que olvidarlo- desde el Norte, el peligro de un nacionalismo exacerbado aumenta. Basta comprobar en este momento el multiplicado vigor de los sectores integristas islámicos en el mundo árabe e imaginar el embarazo de un musulmán moderado y progresista aliado, por ejemplo, de la Internacional Socialista. Cualquier integrista le diría, no sin razón en este caso, que De Gaulle era mejor que Mitterrand.



Los defensores de Occidente ponen al acento en que esta guerra la empezó el invasor iraquí e 2 de agosto, en que Sadam Husein es un tirano y criminal indefendible y en que están en juego intereses vitales, con el agregado de que pararle los pies ahora a Sadam será en cualquier caso menos costoso y sangriento que hacerlo dentro de unos años.

Analistas que reconocen los hechos pero que rehúsan embarcarse en la aparente lógica, de esta guerra subrayan por su parte que fueron los principales miembros de la alianza occidental y de la URSS quienes armaron a Sadam incluyendo las armas químicas y bacteriológicas, que este conflicto tiene origen en el arbitrario e interesado orden poscolonial impuesto por las potencias oceidentales y que no es el derecho internacional ni la democracia lo que se defiende en el Golfo, sino sencillamente el petróleo, la seguridad de Israel y la estabilidad de las monarquías petroleras árabes aliadas de Occidente.Vieja patraña



Todo esto se ha dicho ya bastante aunque es notable que los prooccidentales a ultranza eviten la polémica en el terreno histórico, concreto y se sirvan de la vieja patraña maniquea civilización o barbarie. Los nuevos cruzados no se aventuran en lo que Ítalo Calvino llamaba "el mar de la objetividad", mucho más complejo y menos reconfortante. De cualquier modo, la discusión parece centrarse ahora -descontando la victoria militar aliada, más tarde o más temprano- en qué clase de nuevo orden internacional será el que surja después del conflicto. 

Los optimistas -Savater, Timerman, por citar a algunos de esta misma página opinan, grosso modo, que esta guerra ha dado por fin el protagonismo a la ONU y que en el futuro sólo habrá -si las hay guerras por consenso y en defensa del Derecho Internacional; que la derrota de Irak abrirá las puertas de una conferencia sobre todos los problemas de Oriente Próximo y que por fin el mundo civilizado tendrá el horizonte libre de comunistas y mesiánicos líderes tercermundistas para difuminar su bálsamo bienhechor. Hasta hay especialistas que pronostican que "Europa regirá la economía mundial" y proponen "un Plan Marshall europeo para los países del Este y los del Magreb" después de la guerra (véase EL PAÍS del 2 de febrero de 1991), lo que supone un mundo liderado por un capitalismo democrático y social a la europea.

El pesimismo parece, sin embargo, más razonable. El papel de Europa en la constitución de un nuevo orden jurídico mundial está resumido en el programa de posguerra de Henry Kissinger: ninguno (véase EL PAÍS del 29 de enero de 1991). En cualquier caso, será mínimo e intrascendente, como lo fue antes y durante su influencia política y militar. El país que desde hace al menos una década está imponiendo al mundo un Plan Marshall de proporciones descomunales es Estados Unidos. Una simple Ojeada a su déficit presupuestario y de comercio exterior, a su deuda externa y a la crisis de su sistema financiero basta para augurar que la presión que ejerce sobre el resto del mundo se redoblará en el futuro, desde una posición más prepotente y hegemónica. 


EX CANCILLER GUIDO DI TELLA

No habrá capitales para los países del Este ni para el Tercer Mundo después de esta guerra, al menos por bastante tiempo. Habrá, en cambio, rebrote nacionalista y sed de venganza en el Sur, por no hablar de una eventual. involución grave de la perestroika. Habrá, por tanto, demanda armamentista, nuevas guerras en el horizonte y un más que probable rebrote del terrorismo internacional. Si la guerra se prolonga, o si la crisis consecutiva es seria, hasta es previsible una descomposición de la Comunidad Europea y el ingreso de la socialdemocracia en un cono de sombra. El nacionalismo xenófobo, regresivo y musculoso no es un invento árabe, y los que comparan a Sadam con Hitler no caen en la cuenta de que el espejo de la historia les devuelve su propia imagen. 



es periodista y escritor argentino.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 20 de febrero de 1991

8/10/19

CAUSAS PENDIENTES DE LA HISTORIA DE GUERRAS DE LA ARGENTINA



VETERANOS DE AYER, DE HOY Y DE SIEMPRE


EN GENERAL ESTA GUERRA LA DEL GOLFO NO EXISTE EN LOS HISTORIALES, Y MENOS EN LA HISTORIA DE LA MARINA DE GUERRA ARGENTINA, VAYA SABER EL POR QUE NO ESTA INCLUIDA, SOLAMENTE LAS QUE SON DE PAZ.

ESTA ES UNA PEQUEÑA SÍNTESIS DE LO OCURRIDO DURANTE AÑOS DONDE LA ARGENTINA ERA UN PARAÍSO SIN PROBLEMAS ??? PERO LOS HECHOS ESTABAN Y NO DIFUNDIDOS. USTEDES LEERÁN LOS ACTORES DE LA ÉPOCAS DONDE HUBO DE TODO. EN REALIDAD CUANTA AGUA PASO BAJO EL PUENTE...

Ministerio de Defensa Argentino


Este año ya se cumplieron  29 años del ataque de tropas de varias naciones, encabezadas por la marina y el ejército de Estados Unidos, contra Irak. El 17 de enero de 1991, tras haber expirado el ultimátum de la ONU al presidente de Irak, Sadam Husein, para la retirada de sus tropas de Kuwait, la fuerza multinacional dirigida por Estados Unidos atacó objetivos en Irak y Kuwait. Argentina participó activamente en la llamada guerra del Golfo, enviando, a la zona de conflicto, al destructor Almirante Brown y a la Corbeta Spiro. 


Carlos Menem era por entonces el presidente, y Ermán Gonzalez el Ministro de Defensa.

No fue la primera vez que Argentina sumó tropas propias como parte de una acción conjunta internacional. No es éste un tema menor. Por detrás de los hechos, se dibuja siempre una mirada que le permite a los gobiernos fijar posiciones en relación a su ubicación en el mapa geopolítico mundial. Nos proponemos en este informe repasar las decisiones que asumió Argentina en distintos períodos frente a situaciones similares.

Antecedentes

En Julio de 1944 ciento sesenta mil soldados aliados lograron desembarcar en Normandía abriendo brechas en la defensa alemana. Fue una acción sorpresiva para el enemigo, que les permitió llegar a París y liberar a Francia después de 4 años de ocupación nazi. La histórica batalla terminaría sellando el resultado de aquella contienda. Seis meses más tarde, en febrero de 1945 Roosevelt, Churchill y Stalin se reunieron en Yalta, para definir las bases del nuevo orden político mundial. Los máximos responsables de las tres potencias se distribuyeron la geopolítica del planeta, cuando aún no había finalizado la guerra. Se sentían seguros del triunfo, daban como un hecho la capitulación de las naciones del eje. Después del encuentro en Yalta todo se precipitó. 

Se sumaron nuevas derrotas en el campo de batalla y las naciones del eje comenzaron a quedar aisladas y acorraladas. El 28 de abril Benito Musolini fue atrapado por los partisanos italianos cuando intentaba huir del avance aliado. Mussolini y su esposa, Claretta Petacci, fueron ejecutados en Lago de Como. Sus cuerpos se expusieron, colgados de los tobillos, en una plaza de Milan. Dos días más tarde, el 30 de abril, se suicidó Adolf Hitler, y el 7 de mayo de 1945 los generales del Tercer Reih se rindieron. Recien el 14 de agosto lo haría el emperador Hiroito de Japón, después que dos populosas ciudades japonesas, Hiroshimas y Nagasaky, soportaran el estallido de bombas atómicas.

La primera lanzada desde un bombardeo norteamericano el B29, bautizado como el Enola Gay, cayó en Hiroschima el 6 de agosto. Dos días más tarde Rusía le declaró la guerra a Japón e invadió Manchuria para sellar definitivamente, la suerte del imperio japonés. Al finalizar la guerra quedaba claro quiénes serían las naciones dominantes en las próximas décadas, las que impondrían modelos económicos y sociales. Las que se atribuirían el poder de policía internacional, las que convalidarían, o no, la legitimidad de gobiernos en todo el mundo, por encima de sus características dictatoriales o democráticas.


En Yalta las potencias acordaron un modelo de organización dominante. Crearon Naciones Unidas, como un único foro internacional destinado a debatir los conflictos entre naciones, y también aprobaron la creación del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Dos organismos financieros surgidos con el pretexto de ayudar a financiar la reconstrucción de las naciones en guerra, pero cuyo verdadero objetivo fue regular la económicas mundial en beneficio de los intereses de las naciones dominantes.

En el tercer milenio, setenta y cuatro años después de concluida la segunda gran guerra, se aprecia con indisimulable claridad el éxito de aquel proyecto. La ONU no pudo frenar la invasión a Irak, y el FMI, junto al Banco Mundial, son quienes marcan el rumbo económico internacional, y el endeudamiento de las naciones más postergadas.

Las normas y reglamentos que rigen la ONU, son funcionales a los intereses de las naciones poderosas que dominan al organismo. Su Consejo de Seguridad está integrado por 11 miembros, de los cuales cinco son permanentes: China, Francia, EEUU, Gran Bretaña y Rusia. Los otros seis integrantes son rotativos y no tienen voto en muchas medidas trascendentales. Por ejemplo, el consejo de seguridad de la ONU posee la autoridad para forzar una intervención armada, siempre que tenga el voto unánime de los 5 miembros permanentes. Estas reglas se desmoronaron en marzo de 2003 cuando EEUU decidió, en forma unilateral, atacar Irak sin la aprobación del Consejo de las Naciones Unidas.


Las naciones con mayor poder condicionan el funcionamiento de Naciones Unidas. En 1949, tres años después de su creación, doce países occidentales, inquietos ante la posibilidad de una nueva guerra a escala mundial, firmaron un pacto para constituir la mayor sociedad militar del mundo. Así nació la OTAN, la organización del Tratado del Atlántico Norte, que comprometía a los países miembros a asumir como propia cualquier agresión a uno de sus integrantes. Fue el comienzo de una época signada por la guerra fría que enfrentaba al bloque soviético con las naciones de la OTAN. ¿Que protagonismo asumió nuestro país en este proceso de reordenamiento político mundial, después de la segunda gran guerra?

Argentina se mantuvo neutral en el conflicto hasta marzo de 1945 cuando le declaró la guerra a las naciones del eje. Decisión tomada, aunque sin movilización de tropas, por el presidente Edelmiro Farrel y su Ministro de Guerra, Juan Domingo Perón. Aquella decisión ubicó a nuestro país como una de las 51 naciones integrantes de la primera sesión de la ONU, que se realizó el 10 de enero de 1946 en Londres. 

Allí, logró sostener el principio de no intervención, aunque la aceptó cuando la decisión era tomada por el Consejo de Seguridad de la ONU. Eso sucedió en Corea entre 1950 y 1953. En esos tres años de batallas interminables, murieron en la nación asiática, más de 4 millones de personas. Fue el gobierno de Arturo Frondizi el que envió, por primera vez, en 1958, un contingente militar argentino en carácter de observador. Fue una misión de paz al Líbano, integrada por militares que viajaron sin uniforme de combate. En 1960, Frondizi envío a África aviadores de la Fuerza Aérea que transportaron, en aviones DC3, alimentos y elementos de supervivencia al Congo.


En 1962 la guerra fría llegó a su punto más alto de confrontación. Se estuvo a muy poco de iniciar una tercera guerra mundial cuando se desencadenó un hecho conocido como la crisis de los misiles en Cuba. La Unión Soviética había instalado estas armas apuntando hacia Washington como respuesta a un posible ataque norteamericano para derrocar el gobierno de Fidel Castro. El presidente argentino, José María Guido, apoyó la posición de su par norteamericano Jhon Kennedy, y despacho hacia el Caribe tres aviones y los destructores Espora y Rosales para que participen del bloqueo a Cuba. La crisis de los misiles se entremezclaba, para alimentar aún más el fuego amenazante de una nueva guerra mundial, con otro estallido bélico producto de la guerra fría: Vietnam Estados Unidos, preocupado por evitar la extensión de las fronteras del comunismo hacia Indochina y Asia, envió una fuerza extraordinaria de 500 mil soldados a la región. La guerra en Vietnam duró trece años. 

Fue el conflicto armado más duradero en que intervino Estados Unidos. Una dimensión de la violencia que sufrió el pueblo vietnamita se puede apreciar con un solo dato. Durante estos años el territorio de Vietnam recibió más bombas que todas las lanzadas durante la segunda guerra mundial. Los portentosos bombarderos B 52 arrojaron las devastadoras e incendiarias NAPALM provocando el exterminio de pueblos enteros.

A pesar del poderío bélico desplegado, las tropas norteamericanas terminaron acorraladas por el ejército de Vietnam del Norte. Fue una derrota inesperada que el gobierno de EEUU sufrió dentro y fuera de sus fronteras. La acción de movimientos pacifistas, más la tragedia hecha relato en los sobrevivientes que retornaban al país, sumadas a las imágenes horrorosas que llegaban de Vietnam, generaron un frente opositor que condicionó la continuidad de la guerra. El 27 de enero de 1973, en París, el Secretario de Estado Norteamericano Henry Kissinger, en nombre del gobierno de Richard Nixon, firmó la rendición.

Argentina, a través de los gobiernos de José María Guido y Arturo Illia, apoyó las acciones norteamericanas en Vietnam. Pero, en 1965 aquel alineamiento con la política exterior de EEUU, desencadenó una crisis profunda en nuestro país. Fue cuando el General Juan Carlos Onganía, por entonces Comandante en Jefe del Ejército, le sugirió al presidente Illia enviar tropas a República Dominicana para forzar una normalización institucional en ese país. 

El pedido de Onganía generó un debate nacional que incluyó manifestaciones en las calles de Buenos Aires, realizadas por quienes se oponían a la intervención Argentina en Centroamérica. Illia, finalmente, no envió tropas, aunque apoyó a EEUU en la creación de una Fuerza Interamericana de Paz que interviniera en dominicana. En 1970, Onganía se dueño del poder institucional tras derrocar a Illia con un golpe de estado y envió observadores militares, por pedido de la OEA, a El Salvador y Honduras para controlar el cese del fuego en la región. Militares argentinos volverían a Centroamérica años más tarde, pero bajo circunstancias bien distintas. Fue entre 1979 y 1982. Lejos de asimilarse a una misión de paz, más de 500 efectivos se instalaron en Honduras y Nicaragua para desarrollar tareas de entrenamiento y ayuda para combatir la guerrilla. Organismos de derechos humanos terminarían denunciando, tiempo después, que los militares argentinos enseñaban métodos de tortura que habían sido aplicados en nuestro país. 

Eran tiempos que en la casa Rosada estaba el General Leopoldo Fortunato Galtieri, y Nicanor Costa Mendez canciller argentino.


Desde la finalización de la segunda guerra mundial hasta nuestros días, Argentina ha participado en poco más de 25 operaciones militares en el extranjero, 14 de ellas se produjeron en los 10 años que duró el gobierno de Carlos Menem. La presencia de soldados argentinos entre los cascos azules, durante los diez años de Menem, fue un gesto de permanente pleitesía a la política exterior de Estados Unidos.

 Una adhesión que derivará en graves consecuencias para nuestro país. Para tomar dimensión de lo que representaron aquellas 14 misiones de militares argentinos en el extranjero, durante los años de Menem, es importante repasar algunos números. Nuestro país tenía, en 1994, más de 3.300 soldados, de las tres fuerzas, distribuidos en distintas zonas con conflictos en todo el mundo. 

Dos personajes que nos llevaron a la Guerra del Golfo Menem y Cavallo.

Los gastos de estos movimientos fueron afrontados por Argentina, a la espera de su reintegro, por parte de la ONU. El sueldo de un oficial en misión en el extranjero oscila entre 2300 y 2700 dólares, según su rango. Un monto que se cobra por encima del que tiene como base. Argentina, además, gastó en 1991, 20 millones de dólares para enviar sus dos naves de guerra al Golfo.

Jorge Arguello uno que estaba de acuerdo con el envió de Buques

Asumiendo la guerra como un negocio al que había que apostar, Menem aseguraba que tenía la promesa de EEUU, que empresas argentinas participarían de la reconstrucción de Kuwait. No solo no hubo participación de empresas argentinas en la reconstrucción del país invadido por Irak, sino que de los 20 millones de dólares gastados para enviar las naves de guerra al golfo, solo se recuperaron 8 millones. 

Sin embargo, el peor costado que tuvo la participación abierta de Argentina en la guerra del Golfo no fue el económico. Los atentados a la embajada de Israel, primero, y a la AMIA, más tarde, certificaron que aquella participación argentina en la guerra del Golfo no fue gratuita.

Los protagonistas:



En junio de 2004 un plenario de comisiones del Congreso Nacional aprobó el tratamiento del proyecto del Poder Ejecutivo, para que se autorice el envío de tropas a Haití en el marco de la resolución 1542 de la Organización de Naciones Unidas (ONU). Fue el pasaporte para 614 militares argentinos que viajaron a Haití para sumarse a una fuerza internacional propiciada por la ONU. Además del personal militar nuestro país enviará 73 vehículos, ambulancias, un buque y un hospital móvil, entre otros pertrechos.

En el debate en el plenario, que unió a integrantes de dos comisiones parlamentarias de la cámara baja, de Relaciones Exteriores y la de Defensa, entregó una amplia y rica batería de conceptos por donde podía transitar la política exterior argentina, en relación a las misiones de paz y las intervenciones militares en otros países. 

El diputado Jorge Arguello defendió el envío diciendo que se trata de un esfuerzo multilateral para la reconstrucción de Haití, el país más pobre de América. Su par Federico Storani, planteó el riesgo de ser simples guardacostas de los EEUU, en tanto que Marta Mafei propuso enviar socorristas y no militares. El socialista Luis Zamora afirmó que la acción convalidará un gobierno ilegal.

 Dante Caputo Ex Canciller ( ya fallecido)


Bill Clinton y Carlos Menem




En la actualidad nuestro país ha modificado procedimientos internos para evitar que una decisión trascendente, como es la de enviar militares argentinos a otras naciones en misiones internacionales, quede solo en manos del presidente. La remisión de tropas exige hoy la sanción de una ley en tiempo y forma. En ocasión de la guerra del Golfo el permiso fue aprobado cuando las naves argentinas ya estaban en el Golfo pérsico, en la zona de operaciones y bajo las órdenes de Estados Unidos.

 Los debates parlamentarios, en aquel entonces, fueron estériles, quedaron como un eco quejoso a acciones del gobierno.


ARA BROWN Y ARA SPIRO EN EL GOLFO