7/5/22

"CUESTIONES SEMANTICAS"





Según un análisis desde el punto de vista jurídico sobre la participación argentina en la guerra del Golfo no deja lugar a dudas sobre la naturaleza de su misión



USS Wisconsin 1991

En realidad nadie puede decir lo que allí sucedió sino solo quienes fueron protagonistas directos de la guerra. Esto ante las continuas manipulaciones e inexactas informaciones que dan cuenta de las acciones que llevaron a cabo las dos naves de la fuerza de tareas T.88.0 compuesta por el destructor “ARA Alte Brown” y la corbeta “ARA Spiro”, actores principales y testigos directos de lo que fue aquella guerra a miles de kilómetros de su patria que muchos continúan erróneamente denominando “operaciones de paz”.


Contextualicemos la intervención de esta “fuerza de combate”. Primeramente veremos que lo que desató la crisis en el golfo fue la invasión de Iraq sobre el vecino Kuwait, cuestión que no nos avocaremos a analizar como lo hemos hecho anteriormente. En ese mismo instante el mundo estaba cambiando. El equilibrio geoestratégico de la bipolaridad existente entre EEUU y la Europa de oeste y la URSS se había roto con la disgregación de éste último.


El gobierno argentino al tener conocimiento de dicho evento, no tardo en expresar su apoyo irrestricto a Washington y recién después adherir a los supuestos mandatos de Naciones Unidas. En ese sentido el gobierno de Carlos Saúl Menem vio la oportunidad de colgarse de uno de los episodios con trascendencia internacional que catapultaría a su gobierno a los altos niveles de la política internacional y que a su vez, lo pondría a la vista de la Casa Blanca.


De este modo podemos ver como los acontecimientos se desarrollaban por dos carriles políticos diferentes. Uno iba por la preocupación de la ONU expresada con la resolución 660 del 2 de agosto de 1990, mediante la cual condena a Iraq por la invasión y ocupación de Kuwait y unos días después, el 6 de agosto la resolución 661 que estableció un embargo económico sobre la república árabe de Iraq siendo para la Casa Rosada, motivos suficientes para argumentar su intervención. El otro carril iba por la vía de los preparativos netamente militares y los cuales estaban liderados por los EEUU, preparativos que no estuvieron exentos de ciertas curiosidades que los historiadores militares –especialmente norteamericanos- tratan de obviar.




Alouette III embarcado en el Golfo, 1991



Desde el punto de vista jurídico, las resoluciones de Naciones Unidas no son vinculantes por lo cual, no tenían fuerza para “obligar” a la Argentina a intervenir. Por otra parte y como veremos, nunca hubo un mandato para el establecimiento de paz.


Sin meternos en asuntos políticos y centrándonos en la mera cuestión operativa de las unidades argentinas, vamos a esclarecer algunos puntos oscuros que han sido aprovechados para confundir a los legos en la materia y en especial con lo que tiene que ver con el derecho internacional.


Mucho antes de que Naciones Unidas tratara en profundidad lo que había desatado la crisis en el Golfo Pérsico, Washington ya había desplegado una fuerza militar a Arabia Saudita y gestionaba tratativas con Ankara para utilizar su país para desplegar tropas norteamericanas en la frontera norte de Iraq. La familia real saudita llamó a Washington urgente notificando lo que pasaba y como respuesta el mismo presidente estadounidense George H. Bush y su general del estado mayor Collin Powell fueron transportados inmediatamente a Arabia Saudita en las horas posteriores al 2 de agosto.


En ese mismo momento, en Washington (el 2 de agosto de 1990) se hallaba una comitiva del Ministerio de defensa encabezada por Humberto Antonio Romero quienes por estos motivos, no pudieron ser recibidos por el mismo presidente Bush debiendo contentarse con el recibimiento del vice Dan Quayle quien estaba a cargo del Consejo Nacional de Seguridad. Igualmente el momento fue oportuno para que –consultas telefónicas mediante- se le expresara a Washington que “la Argentina colaboraría con lo indispensable en esta crisis”, recibiendo el agradecimiento de Quayle y que luego serían reforzadas con misivas personales del mismo Menem dirigidas a su par George H. Bush.


A partir de ese momento y sin que Naciones Unidas ni el Consejo de Seguridad se expidieran sobre algún “mandato” de cómo se procedería en este caso, el gobierno argentino se puso a la par de los procedimientos que Washington estaba impulsando por su propio carril sin interesarle si aquellos órganos internacionales se expedirían por legalizar una intervención bajo la bandera de Naciones Unidas. Recordemos que George H. Bush utilizó el incidente para justificar una escalada alegando que “Iraq había agredido a un país vecino”, “que había violentado la ley internacional” y una serie de argumentos que le sirvieron para ordenar la creación de una Coalición militar sin el aval de Naciones Unidas.


Consecuencias de la guerra



Importante también tener en cuenta, que los comandantes a cargo de la “Coalición” y del Comando de operaciones que se monto en la capital saudita y en Darham estuvo compuesto por oficiales de alta graduación dirigidos por una plana de generales y almirantes norteamericanos quienes a su vez estaban liderados por el general del ejército de los EEUU Norman Schwarzkcopf; comando al que se subordinaría luego el grupo de tareas “ALFIL I”.


Al mismo tiempo y calcando la posición norteamericana, el 16 de septiembre Menem alega que “Argentina enviará tropas al golfo sin ningún tipo de consulta” y agregó que sus decisión estaba justificada “si el objetivo perseguido es consolidar la paz”. El 18 de septiembre tras haber comprometido su colaboración a Washington, alego públicamente que se enviaría una fuerza “para restablecer la paz y evitar una tragedia de imprevisibles consecuencias en la zona del conflicto”. Un día después el mismo Menem reconoce que el gobierno kuwaití le requirió unilateralmente –y obviamente por consejo de Washington- colaboración, asimilando el pedido como si “la misma ONU lo hubiera hecho”. Pero una de las cerezas que decoran este pastel, es que el 24 de septiembre se reunieron en Buenos Aires, el Subjefe del estado Mayor Conjunto de los EEUU el Almirante Jeremiah y el embajador norteamericano en Buenos Aires Terence Todman con el ministro de defensa Humberto Romero y con el Jefe del Estado Mayor de la Armada el Vice Almirante Emilio Osses en donde se ultimaron los detalles técnicos y se concluyó con la participación argentina en la “Coalición”.


Un día después, el 25 de septiembre y tras agotar todos los repuestos de los pañoles de Puerto Belgrano, zarpan con sus bodegas de armas y municiones completas las dos naves argentinas rumbo al Golfo Pérsico.


No olvidemos que a esa fecha en Naciones Unidas no se había expedido sobre la “autorización para el uso de la fuerza y ultimátum” para que Iraq se retirara de Kuwait (Res. 670/678) y menos aún, esbozó el proyecto de un “mandato” para sí, evitar la guerra y hacer prevalecer la paz.


Precisamente sobre el tema de un “mandato”, sin más rodeos hay que dejar en claro que Naciones Unidas jamás otorgó entre agosto de 1990 y marzo de 1991 mandato alguno para involucrarse como organismo en la conformación de una “fuerza de paz”, dando un paso al costado y dejando a que fuera EEUU y sus aliados quienes conformaran una fuerza en forma de Coalición que tuvo su Comando de operaciones en Riad, Arabia Saudita.


El último argumento esgrimido por el presidente argentino fue expuesto el 19 de septiembre cuando afirmo que “Argentina no puede darse el lujo, en este momento que estamos emergiendo de una crisis, de quedar aislados del resto del mundo”, culminando con la aseveración de que “no son tropas intervencionistas sino para consolidar la paz, para evitar consecuencias de un enfrentamiento”, había señalado con énfasis, quedando en claro que esto último nunca se cumplió y que ante el inevitable involucramiento en las hostilidades, el Congreso sanciono a las apuradas en enero de 1991 la ley 23904 autorizando a la fuerza T.88 a responder el fuego.

La ruta de la muerte. Miles de iraquies asesinados en su retirada



Antes de seguir hay que dejar en claro que Argentina al apoyarse en la res. 661 que impuso un embargo a Iraq, puso en marcha la primera medida políticamente hostil contra otra nación soberana que luego ampliara con su participación activa en su aplicación mediante el bloqueo marítimo (Acto hostil).


Como vemos al no haber habido un “mandato” no hubo representación ni menos aún involucramiento operativo de Naciones Unidas en esta Coalición armada. Lo que si existió fue una “autorización” (Cf. Art. 42 Carta de N.U.) del Consejo de seguridad para el uso de la fuerza, que fue el desencadenante de la guerra –y no de operaciones de paz- que se abrió a las 00hs del 16 de enero de 1991 y que recién culminó con terribles consecuencias para la población civil el 27 de febrero del mismo año.


Las naves argentinas no se interpusieron en el medio de los contendientes (Como hubiera supuesto un mandato de mantenimiento de paz) ni menos aún enarbolaron la bandera de Naciones Unidas; por el contrario fueron parte del bando aliado contra Iraq.


En conclusión, con estos antecedentes que están muy bien documentados y conjugados con la normativa del derecho internacional aplicable a la participación naval argentina, en especial a la referente al “Derecho de la guerra Marítima” que se elaboro a partir de las Conferencias de la Haya y de las previsiones de la “CONVEMAR 1982”, las dotaciones argentinas participaron en acciones bélicas y no en operaciones de mantenimiento de la paz.

"ALGUNAS CONCLUSIONES DE LA TORMENTA DEL DESIERTO"




A 30 años del final de la Guerra del Golfo: 

¿Qué misión tuvo el grupo de Tareas naval argentino GT 88.0 denominado “Alfil 1” durante las operaciones Escudo del Desierto y Tormenta del Desierto?”

Con todos estos elementos a la vista, concluir que las unidades navales argentinas habrían participado en una “misión de paz” (Peacekeeping o Peacemaking) es pretender alterar la verdad de los hechos de la historia contemporánea.

El gobierno argentino se dio cuenta tarde de aquello y ante la inminencia de las acciones bélicas y sin poder discutir lo planificado, su Congreso debió sancionar una ley para autorizar el legítimo uso de la fuerza por parte de sus tropas. NOS CAGARON EN UNA PALABRA.







Poco o nada se ha estudiado y mucho menos divulgado en la Argentina sobre los entretelones de una de las campañas bélicas convencionales más cruentas de finales del siglo XX. Nos referimos a la vulgarmente conocida como “Guerra del Golfo” en la cual y pese a los pruritos políticos que aún perviven allí, el país sudamericano fue parte de aquella campaña en las angustiantes jornadas de comienzos de los noventas.


Dejando a un lado la faz meramente política de aquella decisión, veremos cómo y cuál fue el alcance de los servicios prestados por el Grupo de Tareas argentino (T.88.0) dentro de aquella monstruosa organización operacional que en un comienzo comenzaría a desplegarse con la llamada OPERACIÓN ESCUDO DEL DESIERTO dedicada a la vigilancia y contención de una posible ofensiva iraquí sobre los campos petrolíferos de Arabia Saudita y que más tarde desde el 17 de enero de 1991 evolucionaría a una fase netamente ofensiva denominada como OPERACIÓN TORMENTA DEL DESIERTO.


Ante todo debemos dejar en claro que el diseño de ambas operaciones, estuvo bajo la autoría y dirección del Departamento de Defensa de los EEUU desplegadas en el Teatro de Operaciones que abarco todo el golfo bajo la jurisdicción operativa regional del Comando Central de los Estados Unidos CENTCOM y en lo que hizo al ámbito especificio de las operaciones en el mar las mismas estuvieron supeditadas en primera instancia al MARCENT. La aclaración es a los fines de dejar en claro que dicha estructura fue pensada para un propósito netamente ofensivo que comenzó a conformarse a mediados de octubre de 1990 y que estuvo totalmente alejado de una supuesta tarea de pacificación encargada por Naciones Unidas.


La única participación institucional vinculante de Naciones Unidas fue la emisión por parte del Consejo de Seguridad de una autorización para el uso de la fuerza que dicho sea de paso, revela una vez más la inexistencia de alguna misión de paz.




Uno de los problemas que afrontó Washington por aquel entonces, fue la necesidad (política y estratégica) de que sus fuerzas armadas concretaran una operación militar breve y eficaz en el resultado. Una guerra extendida en el tiempo era inaceptable tanto para La Casa Blanca como para la opinión pública estadounidense que seguía resintiendo el “Sindrome de Vietnam”. A pesar de la potencialidad militar y de los amplios recursos con los que contaban los estadounidenses (el apoyo de la OTAN), varios factores del objetivo encargado y las capacidades militares iraquíes de aquel entonces, hicieron necesario que se conformara una “Coalición” a los fines de –entre otras cuestiones- cubrir amplias áreas de servicio vitales que distraerían a unidades irreemplazables en la ejecución de las operaciones ofensivas.


Para concretar estos planes, se requería de una organización, que para este desafío se preanunciaba como muy compleja. Para ello había que tomar algún modelo de organización e implementarlo a la brevedad para comenzar a estructurar una mega fuerza militar combinada (terrestre, naval y aérea) que revestiría una alta complejidad para su ensamble, mantenimiento y conducción. Como primera fase, había que recopilar información de la situación en el terreno y las necesidades que se debían cubrir por esta mega estructura. Una vez que se contaba con este material había que tomar las decisiones para llevar adelante las operaciones y por último, la implementación fáctica en el terreno de esas decisiones.


La fase informativa es vital dado que a partir de ella se determinaran los modos, las opciones y vías de acción para desarrollar las operaciones militares, un ítem que los estadounidenses en aquellos momentos tenían cubierto dado su previo e íntimo conocimiento sobre las capacidades militares iraquíes, adquirido por su apoyo durante la guerra contra Irán (1980-1988).


De ello se elegirá la opción más conveniente a los fines buscados. Queda claro que las comunicaciones deben ser fluidas y seguras para el éxito de una organización tan compleja como la conformada en aquella oportunidad pero que los EEUU vio compensada con su ventaja tecnológica. En este sentido y por el tamaño de la fuerza militar que se requería para forzar a los iraquíes a desalojar Kuwait, era evidente que el modelo organizacional no podía ser rigido y dependiente de decisiones de un comando centralizado y bajo un solo liderazgo. Se requería de rapidez en la toma de decisiones sin que ello supusiera falta de evaluación de la situación a resolver. Ello para nada significaba que existía libertad de acción operativa o el abandono a la mera discreción de los comandantes de cada grupo de tareas en el área asignada.


En el caso de las operaciones navales dentro del Teatro de guerra, en las cuales participaron dos unidades navales argentinas (Alfil 1), las decisiones tácticas no podían salirse de un marco predeterminado por las decisiones previamente impartidas desde los Comandos de cabecera en Riad y Dahram.




En este último sentido, los capitanes del destructor “ARA Almirante Brown” y de la corbeta “ARA Spiro” respectivamente no actuaron por motu proprio ni por ordenes devenidas de un Comando de fuerzas al estilo de las UNPROFOR bajo mandato de Naciones Unidas como simplonamente se suele argumentar desde sectores políticos del Ministerio de Defensa y oficiales de la Armada Argentina sino que debieron ajustrase al marco operativo diseñado por los especialistas de la logística estadounidense. 

La doctrina prevaleciente en todas unidades navales operando dentro del Golfo Pérsico desde el 17 de enero hasta el 28 de febrero de 1991 fue la de “guerra” en todo el alcance de su acepción. Por tal hecho, ambos altos oficiales fueron debidamente instruidos en las Conferencias realizadas por los comandos navales ARCENT y el NAVCENT a cargo de los militares estadounidenses –no de Naciones Unidas- para que atendiendo a procedimientos ATO y tras la adaptación de sus sistemas de señales y comunicaciones, sus dotaciones operaran de forma conjunta y combinada con otros grupos navales proveyendo servicios aeronavales en una determinada área de las aguas del golfo.


Las tareas encargadas al grupo argentino se hallaban dentro de los planes organizacionales de aquella “Coalición” y que, al igual que las demás fuerzas navales no estadounidenses presentes en el golfo, cubrirían puestos de servicios vitales para el desempeño de las operaciones que propondieron al éxito de la organización toda (Coalición).


De ese modo y en pleno de la fase bélica, mientras algunos grupos navales se centraron en proporcionar apoyo de fuego naval, inteligencia y cobertura electrónica para los aviones que incursionaban sobre Kuwait y el sur de Iraq, otros como el grupo argentino proveyeron apoyo logístico, vigilancia y custodia a los convoyes de aprovisionamiento que se dirigían a los puertos sauditas de “Al Jubail” y “Dammam” los cuales por encontrarse dentro del Teatro operativo podían ser blanco de una sorpresiva ofensiva iraquí.


La función del grupo naval argentino fue vital para proveer los medios a las fuerzas de la Coalición necesarios para satisfacer las exigencias de la guerra planificada. Por medio de la prestación de este servicio se determinó cómo y dónde debía concentrase la fuerza de batalla que se desplegaría en tierra bajo la protección esencial de fuerza aérea la cual estaba sometida a su propio comando operacional. Sin éste servicio proveido mayormente por una ruta marítima segura no se habrían podido establecer los centros y bases de abastecimiento logístico más al oeste de “Wadi Al Batin” en Arabia Saudita. Tal como lo enseña el diseñador de la logística para ésta campaña “la logística proporciona la capacidad de poder de combate” dejando en claro, que sin la prestación de este servicio –como una condición sine quanon- no se habrían podido cumplir con los objetivos estratégicos y tácticos trazados en aquella oportunidad.


Pero a pesar del plan presentado, el mismo estuvo bajo constantes observaciones y retoques realizados de parte de los especialistas en logística de cada comando involucrado, quienes asesoraban a sus comandantes quienes a su vez se veían obligados a realizar reuniones de información para ir actualizando a cada uno de los Comandos que operaban en el Teatro.


Visto a la distancia y considerando lo esencial de una gigantesca logística como la quí puesta en marcha, imprescindible para movilizar a esta mega fuerza militar que se estaba concentrando a más de 500.000 hombres en el territorio saudita, de haber sido los iraquíes más audaces en su iniciativa y aprovechando los recursos con los que contaban (entre ellos los misiles SS-SCUD y sus variantes reformadas), de haber atacado la ruta naval y en particular los puertos de “Al Jubail” y “Dammam” a comienzos de octubre o incluso noviembre, hubieran retrasado críticamente las operaciones de la Coalición aliada creando la incertidumbre entre los aliados y poniendo en jaque los planes políticos de la Casa Blanca. Esto obviamente no ocurrió por una decisión que estuvo sometida a consideración y análisis del rigido Comando militar y político iraquí en Bagdad basado esencialmente en una doctrina netamente soviética.


Por lo pronto hay que remarcar, que todas las naves que desde septiembre de 1990 ingresaron al Golfo Persico, estaban poniéndose en una situación potencial de conflicto dado que (más allá de las resoluciones de Naciones Unidas) la implementación de tareas de bloqueo comercial a los puertos y rutas comerciales iraquíes, la interceptación de naves comerciales en ruta a dicho país y su captura representaban acciones hostiles que podían generar una respuesta legitima y no amistosa por parte de Iraq. Asimismo y visto a la distancia la comprobada determinación de Washington por ir a la guerra contra Iraq, quedo claro que el bloqueo implementado fue parte funcional a la estrategia militar estadounidense, destinada a crear el debilitamiento material y moral en el bando iraquí que buscaba esencialmente una definición rápida que evitara una extensión de la guerra más allá de lo conveniente para La Casa Blanca y el Pentágono.




El gobierno argentino se dio cuenta tarde de aquello y ante la inminencia de las acciones bélicas y sin poder discutir lo planificado, su Congreso debió sancionar una ley para autorizar el legítimo uso de la fuerza por parte de sus tropas.


De más estar mencionar que dentro de estas tareas venían ínsitas las propias correspondientes a cada una de las unidades que componían al grupo. En este sentido el destructor “Almirante Brown” (D-10), por su clase (MEKO-360) y tal como estaba acondicionado, se hallaba preparado junto a la corbeta “Spiro” (P-43) para proporcionar la tarea de protección en todo tiempo contra incursiones de embarcaciones menores (DHOWS camufladas como de pesca) para el sembrado de minas con gran potencia de fuego, o de hombres rana que se movían en botes de goma y de posibles ataques aéreos contra la ruta logística. 

En este sentido y por último abunda tener que señalar que estos buques debían estar listos para el combate abierto y por ello autorizados de tomar las decisiones necesarias acordes a la situación del momento a fin de proteger los objetivos asignados. 

 

6/5/22

DOS NAVIOS DE EE.UU "TOCADOS POR MINAS" EN AGUAS DEL GOLFO PERSICO 18/02/1991



Dos minas colocadas por Irak en aguas del golfo Pérsico y mas de 300 encontraron los caza minas de los EE:UU 

Dañaron ayer por primera vez a dos barcos de la coalición. Se rata de la nave de asalto anfibio estadounidense Trípoli, donde resultaron heridos cuatro marineros, y del crucero Princeton, también de EE UU. 

Por este camina también estaban los buques de la Armada Argentina, ARA BROWN y ARA SPIRO. Y A ESTO LE LLAMARON MISION DE PAZ. EL ESTADO MAYOR CONJUNTO, MINISTERIO DE DEFENSA Y  EL JEMA NI IDEA TENIAN LO QUE PASABA EN ESE MOMENTO NO MAS DE 5 MILLAS MARINAS.

Mientras las diplomacias soviética, iraquí e iraní intensificaban sus gestiones en busca de una solución al conflicto bélico, en la frontera entre Arabia Saudí y Kuwait se produjeron nuevas escaramuzas, con intercambio de fuego de mortero y de artillería. 

La fuerza multinacional, cuyas tropas están listas para el inicio de la ofensiva terrestre, continuó bombardeando ciudades, como Sawana, al sur de Irak, y arrojaron folletos instando a los ciudadanos a abandonar sus casas. 

Testigos presenciales explican que la situación en las urbes iraquíes es "trágica". Irak aseguró haber derribado cuatro aviones de la coalición. Estados Unidos reconoció que uno de ellos era suyo.

USS TRIPOLI EN NAVEGACION

USS TRIPOLI AVERIA POR MINA



Dos minas iraquíes causan de madrugada daños de diversa consideración a dos barcos de guerra estadounidenses en aguas del golfo Pérsico. Las naves afectadas, el barco de asalto anfibio Tripoli y el crucero Princeton, forman parte de la flotilla de la coalición que se prepara en el norte del Golfo para el desembarco en las playas de Kuwait.La primera de las dos explosiones afecta al Tripoli, a bordo del cual navegan 685 personas, entre ellas ocho periodistas y un contingente de marínes, así como una dotación de helicópteros y otro tipo de material bélico. El impacto de la mina abre una brecha en el cascode la nave y causa herida a cuatro marineros, según fuentes militares estadounidenses que no precisa más detalles sobre los daños sufridos por el barco y su tripulación. El Trípoli mide 182 metros de eslora y tiene capacidad para cargar 18.000 toneladas y alcanzar una velocidad máxima de 23 nudos.

El crucero Princeton, con una tripulación formada por 400 personas, choca cDn una mina dos horas y media después de producirse la explosión que afecta al Tripoli. El artefacto abre una vía de agua en un flanco del casco del buque, aunque el compartimento afectado por la explosión es sellado y la nave se encuentra en condiciones de seguir navegando, según EE UU. Equipado con misiles Tomahawk, cohetes antisubmarinos y torpedos mide 172 metros de eslora, puede cargar 9.600 toneladas y alcanzar una velocidad máxima de 30 nudos.

Estos son los dos primeros barcos de la coalición dañados por minas iraquíes desde la invasión de Kuwait, el 2 de agosto del año pasado. Oficiales norteamericanos informan que los dragaminas de la coalición han neutralizado en los últimos dos meses 150 artefactos explosivos flotantes en aguas del Golfo.

USS PRICENTON EN NAVEGACION EN EL GOLFO PERSICO 1991






USS PRICENTON AVERIADO POR MINAS EN EL GOLFO PERSICO


Víctimas iraquíes Fuerzas estadounidenses destruyen dos vehículos blindados de transporte de tropas iraquíes en sendas refriegas nocturnas en la frontera entre Arabia Saudí e Irak, según un portavoz militar norteamericano.

Oficiales del espionaje militar de Estados Unidos calculan que el 15% de los soldados iraquíes destacados en Kuwalt han resultado muertos o heridos desde el comienzo de la guerra, informa la cadena de televisión estadounidense NBC.

El comandante de la Guardia Republicana de Irak, Ayad Jalifa, dice en declaraciones públicas que sus fuerzas están intactas pese a los bombardeos permanentes, y que sus hombres "...rechazarán la alianza infiel encabezada por EE UU en la madre de todas las batallas".

La aviación de la alianza bombardea durante la noche del domingo al lunes la ciudad de Samawa, al sur de Irak, mientras corresponsales de una treintena de agencias de noticias visitan la población para comprobar los daños sufridos en anteriores bombardeos, informa la agencia iraní Ima. 

Sin contar este último ataque, los bombardeos sobre Samawa han provocado desde el comienzo de la guerra 370 muertos y 420 heridos, así como importantes daños en una escuela, un centenar de casas y tres puentes que unían dicha localidad con la ciudad de Basora, según la misma fuente. Aviones de la fuerza multinacional lanzan sobre dijersas ciudades del sur de Irak folletos exhortando a la población a abandonar sus casas para ponerse a salvo de los bombardeos.

Ciudadanos iraníes procedentes de Irak explican al llegar a su país que la situación en Bagdad y otras ciudades iraquíes, sobre todo al sur del país, es "trágica", informa Irna. "En cada rincón de las ciudades de Irak puede verse a gente sentada en montones de escombros que sólo se mueve cuando un avión enemigo aparece en el cielo sobre ello", cuentan los viajeros.

MINA MARINA USADA EN EL GOLFO PERSICO 1991



Radio Bagdad asegura que la muerte de más de un centenar de civiles en la ciudad iraquí de Faluja, el pasado jueves, a consecuencia de un ataque de la aviación británica, no se debió a un error, sino que se trató de una operación premeditada contra objetivos civiles.

Los aviones franceses, que el domingo habían suspendido sus misiones a causa de la nubosidad en la zona del Golfo, realizan cuatro operaciones de bombardeo contra objetivos no revelados en Irak y Kuwait. La aviación italiana realiza otra misión contra objetivos iraquíes. El mando militar de Irak afirma que sus defensas antiaéreas han derribado en las últimas 24 horas cuatro aviones de la coalición. Estados Unidos admite haber perdido uno de ellos. Aviones kuwaitíes ataca posiciones,de blindados iraquíes en el sur de Kuwait.

Exiliados kuwaitíes indican que un bombardeo de la coalición, ha cortado los suministros de agua y electricidad en la mayor parte del emirato, aparentemente por error. Los exilados aseguran que las tropas iraquies continúan arrestando y ejecutando a habitantes de Kuwait. Un avión militar de EE UU reposta combustible en Bombay, pese al anuncio hecho el domingo por el primer ministro de la India, Chandra Shekhar, en el sentido de que su país había retirado su permiso para tal actividad.

La artillería británica entra en accion por primera vez, disparando sobre posiciones iraquíes en Kuwait, y la aviación de los Emiratos Árabes Unidos se incorpora a la ofensiva aliada.

Los 35 misiles Scud disparados por Irak contra Israel desde el comienzo» de la guerra han ocasionado 13 muertos y causado daños de diversa consideración en casi 11.000 viviendas, en un total de 3.773 edificios, según el balance oficial que anuncia el Gobierno de Israel.

30/4/22

CUANDO EL DIPUTADO PIERRI SE REFIERE A LAS RESOLUCIONES DEL CONSEJO DE SEGURIDAD DE LA ONU.


Bs. As.: Reportaje al diputado Alberto Pierri donde se refiere a la resolución del consejo de seguridad de la ONU respeto a las fuerzas armadas argentinas que tendrán que actuar en base a las directivas que el congreso nacional decida frente al conflicto de la guerra del Golfo Persico. Luego el periodista pregunta: -¿Entonces puede haber de alguna manera un dictamen del congreso de la nación teniendo en cuenta que el 15 de enero se ha dado un ultimátum para ver que ocurre con las tropas argentinas? Fecha: 21/12/1990


23/4/22

CONCLUSIONES PARA ARGENTINA







En el campo militar y político la característica dominante del sistema político internacional en las próximas décadas será la competencia entre Estados Unidos y China. La intensa rivalidad llevará, con el tiempo, a la creación de dos grandes alianzas militares: una liderada por EE.UU. y la otra por China, en consonancia con lo ocurrido entre los EE.UU. y la Unión Soviética durante la última Guerra Fría.

La nueva bipolaridad arrastrará al resto de los países a tomar posiciones. En un mundo bipolar los márgenes de libertad de acción en los temas militares serán acotados (se estará con uno o con el otro).




Probablemente la coalición militar norteamericana replicará en grandes líneas la conformación de la “alianza occidental” de la última Guerra Fría, incluyendo los países de la OTAN, Japón, Canadá, Australia y algunos países asiáticos.

Mientras que la coalición china incluirá a Camboya, Corea del Norte, Laos, quizás Pakistán e Irán y países asiáticos o emergentes fuertemente dependientes de la economía y el financiamiento chino. El caso de Rusia merece un comentario aparte. Hoy está alineada con China, pero eso podría cambiar, pues China es una amenaza más cercana y concreta a sus intereses asiáticos.

El riesgo de una guerra generalizada entre China y Estados Unidos, por ahora, es bajo. La disuasión nuclear reciproca es efectiva porque ambas potencias cuentan con la capacidad militar para destruir a la otra en el caso de una guerra total.

Un conflicto militar a través de terceras partes parece poco probable. China emplea su creciente poder económico como instrumento privilegiado de su accionar internacional y prefiere extender su influencia geopolítica a través de préstamos, inversiones y acuerdos comerciales.

Pero en el futuro no puede descartarse confrontaciones por partes interpuestas (guerras civiles, golpes de Estado y conflictos entre terceros países) cuando, en regiones periféricas, se comprometan intereses vitales de alguna de las grandes potencias, como ya ocurrió durante la última Guerra Fría.








En un horizonte más largo, un conflicto militar convencional en el estrecho de Taiwán o en los mares del sur y este de China, no es descartable. El gigante asiático no puede concretar sus ambiciones globales sin transformarse en la principal potencia asiática y los norteamerivanos no podrán mantener su status de gran potencia global si son desplazados de Asia, la región del mundo más poblada y que más crece.

En el campo económico, el proceso de globalización económico en marcha no se detendrá, porque tanto los USA como China están profundamente integradas a la economía mundial. La difusa e intensa integración de los flujos de producción y comercio a través de las empresas multinacionales crea una red de intereses compartidos que le provee sustento y dinamismo al proceso de globalización.

Mientras no haya guerra, una estrategia de contención económica como la que puso en práctica EE.UU. respecto de la Unión Soviética durante la Guerra Fría, parece poco probable.

El proceso de integración económica mundial probablemente perderá velocidad y la globalización futura será más desordenada. El conflicto impactará la localización de ciertos flujos de inversión extranjera directa, como ya está ocurriendo en el sudeste asiático principalmente en Taiwán y Vietnam.




Las negociaciones bilaterales se volverán moneda corriente entre los estados. Se crearán esferas de influencia superpuestas pero se mantendrán numerosos entrecruzamientos de intereses en los temas comerciales y económicos.

La excepción será los temas digitales y de telecomunicaciones, donde quizás ocurran fracturas importantes en la economía mundial causadas por la preferencia china por controlar políticamente el acceso a la información y por los temores norteamericanos respecto del impacto militar del espionaje cibernético.

Numerosos países se alinearán en lo militar con alguno de los contendientes, sin dejar de participar activamente en la economía global y relacionarse estrechamente con el otro.

Una mayoría de europeos y americanos (en particular Brasil, Chile y México) optarán por estrategias de “doble vía” manteniendo una amplia cooperación con China en materia de comercio e inversiones y simultáneamente asociándose, con diferentes grados de compromiso, a la coalición militar de Estados Unidos y sus aliados occidentales.

Esta estrategia también será atractiva para los países asiáticos que mantienen relaciones económicas intensas con China y simultáneamente, por razones de proximidad geográfica, temen su expansionismo. Un caso paradigmático es el de Australia, cuyo principal cliente comercial e inversor directo es China, pero mantiene una alianza muy amplia con Estados Unidos en materia de defensa e inteligencia.

Respecto de las políticas de “no alineamiento”, estas son efectivas en escenarios multipolares, especialmente cuando el país que las adopta no está directamente involucrado en los temas conflictivos entre las grandes potencias. Fue la política externa inteligente y eficaz que, entre 1870 y 1939, siguió Argentina para promover sus intereses económicos: “ser amiga de todos y aliada de ninguno”

El “no alineamiento” será capitalizado por algunos países asiáticos, ubicados en las fronteras calientes del conflicto y temeroso de verse involucrados directamente en un enfrentamiento bélico (como sucedió con Austria, Finlandia y otros países durante la última Guerra Fría).




Pero, en general, en un escenario bipolar los beneficios del “no alineamiento” no compensan los riesgos tomados. En particular cuando la nación que lo práctica es estratégicamente poco relevante y no puede utilizar el juego pendular para extraer grandes beneficios de los contendientes.

Para una potencia mediana, beneficiarse de la competencia entre las dos grandes potencias sin transformarse en víctima, no es fácil como ilustra, entre muchos otros casos, Argentina durante la Segunda Guerra Mundial.

Para Argentina, una potencia media alejada del centro del conflicto y estratégicamente poco relevante para los intereses vitales de los dos contendientes, las reglas óptimas de posicionamiento me parecen claras.

Primero: en materia de seguridad y defensa es necesario reconocer la hegemonía norteamericana en el hemisferio occidental
Los Estados Unidos tienen la capacidad de proyectar su poder militar en el hemisferio y en nuestra subregión, capacidad que los chinos no tendrán por muchos años. Si no elegimos bien nuestro posicionamiento, estaremos expuestos a hacerlo bajo presión y en la peor de las circunstancias.

La cooperación militar con los Estados Unidos y sus aliados occidentales, debe estar limitada a temas defensivos y regionales, y ser instrumentada en estrecha cooperación con nuestros vecinos, en particular Brasil y Chile.

Segundo: practicar un amplio pragmatismo económico y comercial global en todo lo que beneficie el desarrollo económico nacional
Los límites son aquellas iniciativas que involucren tecnologías “de uso dual” (militar y civil) que amenacen los intereses militares de alguno de los dos grandes rivales. El caso de la estación china de seguimiento satelital instalada en Neuquén debiera servirnos como llamado de atención.

Tercero: priorizar y profundizar la integración con nuestros vecinos en particular Brasil y Chile en todos los campos, inclusive el militar
No debemos politizar, por razones de política interna o de preferencias ideológicas, las relaciones con los vecinos o la región. Los únicos criterios sostenibles son la defensa de los regímenes democráticos y el respeto por los derechos humanos.

Cuarto: no practicar una política internacional “principista”
La Argentina actual no tiene los atributos de poder para gravitar en el diseño de las reglas y las instituciones que conforman el sistema político y económico mundial. La política exterior Argentina del siglo XX, que promovía activamente principios globales, no será efectiva para promover el interés nacional y generará problemas y fricciones que dificultarán el accionar nacional en los temas prioritarios de desarrollo económico.

Quinto: es conveniente reducir gradualmente la dependencia financiera argentina de ambas potencias en pugna
La competencia bipolar incrementará el perfil intervencionista de las dos grandes potencias en los asuntos internos de las potencias medias, como Argentina. Nuestro endeudamiento externo es excesivo, nos vuelve dependientes y nos expone a presiones que pueden involucrarnos en situaciones engorrosas para nuestros intereses.

El desenlace final de la lucha por la hegemonía mundial es imprevisible e indescifrable. Lo probable es que en el largo plazo no se imponga la nación más poderosa, sino la que haya sabido crear la coalición más amplia y sólida en términos económicos y militares, y que además ofrezca un modelo de organización política y social más atractivo.

Francia y Gran Bretaña se enfrentaron a mediados del siglo XVIII para establecer una primacía en Europa y en América del Norte. Francia era mucho más poderosa en términos de población y potencial militar.

Durante una primera etapa, Francia apoyó la independencia de los Estados Unidos y contribuyó al desmembramiento del imperio británico en América del Norte. A posteriori, el ambicioso intento napoleónico de imponer una hegemonía francesa en Europa continental (1793–1815) se malogró frente a la amplia coalición de países que organizó Gran Bretaña. Waterloo y el Congreso de Viena abrieron el camino para la consolidación de Gran Bretaña como “primus interpares” del concierto europeo durante casi un siglo.

El conflicto posterior entre Gran Bretaña y Alemania (1890–1945) duro cincuenta y cinco años y ocurrió en el marco de una creciente globalización comercial, económica y cultural. El conflicto se resolvió en beneficio de la que pudo organizar la coalición más amplia. Ocurrió después de dos devastadoras guerras mundiales con la perdida de preeminencia de ambos actores en la escena mundial, en beneficio de EE.UU. y la Unión Soviética. La Guerra Fría posterior duro 46 años (1945–1991). Se resolvió nuevamente en beneficio de la coalición más poderosa y que ofrecía un modelo de organización económico y político más atractivo. El derrumbe del imperio soviético inauguró el corto período de primacía global unipolar de los Estados Unidos, que ahora está concluyendo.

El ascenso de China en el escenario mundial va a ocurrir indefectiblemente. China es demasiado grande y fuerte para que su emergencia sea boicoteada. Los deseos del pueblo chino de participar en la prosperidad global y de ser reconocidos como una gran nación son legítimos.

Pero el surgimiento de China y la “declinación relativa” de los Estados Unidos y de Occidente suscitan tensiones y rivalidades, cuyas consecuencias son imprevisibles. Hay que saber elegir el camino.

Debemos preguntarnos si el modelo autoritario chino de modernización tendrá éxito en el largo plazo. La Edad Moderna se construyó sobre la libertad y el pluralismo. Los acontecimientos recientes en Hong Kong y la democracia de Taiwán nos recuerdan la inmensa relevancia del tema.

La historia no se repite, pero los acontecimientos riman y echan luz sobre lo que nos depara el destino.


21/4/22

"SINDROME DEL GOLFO" VETERANO LOGRA TRIUNFO






Los veteranos aseguran que la mezcla de vacunas que recibieron les provocó una serie de síntomas.

El Ministerio de Defensa británico perdió un recurso de apelación contra un fallo que establece que un soldado fue víctima de un síntoma que desarrolló tras combatir en la Guerra del Golfo en 1991.

La Corte de Apelaciones de Londres confirmó un dictamen de un tribunal de pensiones militares, que determinó que un ex oficial militar del ejército británico sufría de una serie de enfermedades conocidas genéricamente como "Síndrome del Golfo".

Shaun Rusling MEDICO
Yo traté a víctimas iraquíes con más cuidado y compasión de lo que el Ministerio de Defensa me trató a mi


El gobierno británico no reconoce la existencia de dicho síndrome y quienes luchan por lo contrario esperan que este fallo abra las puertas para que miles de soldados que aseguran también estar afectados, logren ser compensados.

Sin embargo el juez que realizó el falló dejó en claro que su dictamen se basó únicamente en tecnicismos legales y señaló que no significa una confirmación de la existencia del "Síndrome del Golfo".

El magistrado afirmó que los casos subsecuentes deberán ser considerados según sus propios méritos.

Muchos veteranos de la Guerra del Golfo afirman estar sufriendo de síntomas como depresión, eczema, fatiga, nausea y problemas respiratorios, que adjudican a la mezcla de vacunas que recibieron para protegerlos de posibles ataques químicos durante el conflicto de 1991.

Ex combatiente

El fallo en cuestión se refiere al caso de Shaun Rusling, un ex médico militar del regimiento de paracaidistas que inició una demanda ante un tribunal para reclamar una pensión de guerra, luego de que la Agencia de Pensiones de Guerra británica se lo negara.

Cuando la corte falló en favor de Rusling, el Ministerio de Defensa tomó cartas en el asunto, apelando la medida.


Rusling: "una reivindicación para los veteranos de guerra".



Tras conocerse el dictamen del viernes, Rusling, quien ha estado luchando ante las cortes por casi una década, afirmó que "esto es una total reivindicación de todos los veteranos de guerra que padecen del 'Síndrome de la Guerra del Golfo'".

El ex combatiente también criticó al Ministerio de Defensa por sus repetidos intentos de trabar su demanda.

"¿Cuántas veces tiene uno que aparecer antes las cortes para comprobar los problemas que desarrolló sirviendo a su país?".

CONFIRMAN QUE LA ENFERMEDAD DE LA GUERRA DEL GOLFO PERSICO 1991 TIENE UN ORIGEN QUIMICO ARTIFICIAL




EL ESTADO ARGENTINO NI SABE, QUE ES LO QUE NOS DIERON A PARTIR DE LA ENTRADA DEL CANAL DE SUEZ, PASTILLA AL DESAYUNO, EN EL ALMUERZO Y CENA.
TODOS ESE MEDICAMENTOS ALGUNOS SABIAN Y OTROS NO, PERO LA IDEA LA TENIAMOS  DONDE IBAMOS DE COMBATE. 
HOY SE SIENTE ESE EFECTO QUE NO QUEDAS BIEN FISICA, MORAL Y PSICOLOGICAMENTE, NI TAMPOCO EL ESTADO MAYOR CONJUNTO SE HIZO CARGO DE ESTAS CONSECUENCIA ( TOTAL MANDARON GURCAS A UNA GUERRA Y QUE ELLOS CREIAN QUE ERA MISION DE PAZ). 
JAMAS SE NOS PASO ESA MISION, SI LA GUERRA POR QUE VEIAMOS COMO VENIA LAS CONSECUENCIA DE TANTO TRANSITO DE MUNICIONES QUE FUIMOS CUSTODIAS A LA GRAN LOGISTICA QUE HACIA EE.UU. HASTA LLEGAR AL FRENTE DE BATALLA PARA ABASTECER DICHOS BUQUES. HE AQUI EL USO DE MASCARAS ANTIGAS.


De entre los soldados estadounidenses que estuvieron en la campaña de la Guerra del Golfo Pérsico, sostenida en 1991 contra Irak, un porcentaje inusualmente alto de ellos comenzó a sufrir diversos problemas físicos y psicológicos poco después de su regreso a casa. Entre los síntomas, figuraban fatiga, dolor muscular, sarpullido, diarrea, problemas cognitivos e incluso discapacidad. Esta combinación de síntomas acabó siendo conocida como Síndrome de la Guerra del Golfo, o Enfermedad de la Guerra del Golfo.

Al principio se la consideró una enfermedad psicosomática provocada por la tensión nerviosa propia de luchar en una guerra, pero la gravedad de los síntomas no tardó en demostrar que era mucho más que eso. Se asumió que las causas podían ser varias.

En 1998, el Congreso de Estados Unidos creó el Comité Asesor de Investigación sobre las Enfermedades de los Veteranos de la Guerra del Golfo.

Hace más de una década, la corporación RAND en Estados Unidos llevó a cabo una revisión amplia de las evidencias científicas que podían quizá avalar a ocho posibles causas de la Enfermedad de la Guerra del Golfo: enfermedades infecciosas, bromuro de piridostigmina (un fármaco usado en tropas como protección parcial contra una sustancia empleada como arma química (somán-), efectos secundarios de vacunas especiales, la tensión nerviosa propia de combatir en una guerra, la exposición a armas químicas o biológicas, el humo de los incendios en los pozos petrolíferos, la exposición a pesticidas, y el uso de munición compuesta en buena parte por uranio empobrecido.

A pesar del tiempo transcurrido desde esa guerra, solo en años recientes se ha comenzado a discernir qué pudo ocurrir.


En 2008, el citado Comité Asesor de Investigación sobre las Enfermedades de los Veteranos de la Guerra del Golfo estableció que el Síndrome de la Guerra del Golfo era una enfermedad real, afectando a nada menos que a unos 250.000 de los 697.000 soldados estadounidenses enviados a la Guerra del Golfo entre 1990 y 1991. El informe previo ya había documentado una serie de estudios que encontraron pruebas que relacionaron a la enfermedad con la exposición a pesticidas y al bromuro de piridostigmina (presente en las píldoras contra el gas nervioso entregadas a las tropas), así como otras fuentes tóxicas.

Hace unos días, este Comité Asesor, cuya directora científica es Roberta “Bobbie” White, catedrática de salud medioambiental en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Boston en Massachusetts, Estados Unidos, ha presentado un nuevo informe.


Éste recoge, entre otras cosas, análisis y resúmenes de conclusiones de investigaciones realizadas sobre el tema desde el último informe.

Los estudios publicados desde 2008 continúan apoyando la conclusión de que el Síndrome de la Guerra del Golfo está relacionado causalmente con exposiciones químicas en la zona de guerra. Y muchos estudios del cerebro y del sistema nervioso central, utilizando captación de imágenes, electroencefalografía (EEG) y otras mediciones objetivas de la estructura cerebral y su función, aumentan la lista de pruebas obtenidas de que la disfunción del sistema nervioso central es un elemento crítico en la enfermedad.

Otra de las conclusiones del nuevo informe es que las investigaciones realizadas desde 2008 continúan mostrando que el Síndrome de la Guerra del Golfo no está asociado con factores causantes de estrés psicológico durante la guerra. Las tasas de estrés postraumático y otras enfermedades psiquiátricas en los veteranos de la Guerra del Golfo se hallan muy por debajo de las tasas de tales trastornos en los veteranos de otras guerras recientes (por ejemplo la del Vietnam, muchísimo más dura psicológica y físicamente), y también muy por debajo de las tasas del Síndrome de la Guerra del Golfo.

Además, indica el informe del comité, ha surgido nueva información que sugiere que ciertas exposiciones podrían estar conectadas con la aparición de cáncer cerebral en veteranos de la Guerra del Golfo. Los estudios muestran que los soldados que más expuestos estuvieron a la liberación de gas nervioso durante la destrucción por tropas estadounidenses del arsenal iraquí de Khamisiyah (el arsenal contenía, entre otro armamento, armas químicas) poseen una tasa significativamente más elevada de mortalidad debido al cáncer de cerebro.

3/4/22

COMUNICACION CON EL CTE. ARA BROWN EN EL GOLFO PERSICO 1990

 

Naves argentinas en el Golfo Persico. Comunicación por radio enlace con el capitán de navío Alejando Jose Tierno donde expresa: -En cuanto a la forma de prepararnos para recibir esta fiesta es en la forma habitual que hacemos los marinos cuando nos toca hacerlo lejos de nuestras familias. 

Para los más viejos seguro esta no es la primera vez, para los más jóvenes seguro no será la última. Muchas veces nos ha tocado algo parecido, todos los años los buques que realizan la campaña antartica les corresponde estar lejos de sus familias para las fiestas; ahora si bien es cierto que siempre se siente la nostalgia cuando los vínculos afectivos y familiares son firmes, se puede estar perfectamente junto a los seres queridos en una circunstancia así. 

Luego el periodista Ricardo Pipino le pregunta: -¿Cómo es en estos momentos el accionar del destructor Almirante Brown allí en el golfo, que están realizando en estos días, que misión están cumpliendo? Expresa: -El buque está cumpliendo las tareas de contribuir a verificar con los buques de las otras armadas que están operando en el área el cumplimiento del embargo impuesto por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas al gobierno de Irak. 

En tales tareas patrullamos una determinada zona acordada para el buque y en esos periodos interceptamos a todos los buques que navegan determinando si la carga que llevan y su destino no es violatoria del embargo impuesto por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. I
 Bandera argentina en mástil. Marino operando equipo dentro del buque. Misil lanzado desde el buque. Fecha: 24/12/1990

NEGOCIACIONES CON LA ALIANZA EN EL GOLFO PERSICO 1990/1991



HABLAN DE MISION DE PAZ, UNA CONTRADICCION, SIN EMPLEO DE SER BELIGERANTE, EN REALIDAD FUIMOS A UNA GUERRA.(IMPOSIBLE UNA MISION DE PAZ CUANDO HAY INSTRUMENTO O YA DECIDIDO LA GUERRA POR QUE NO HABIA COMO SACARLO A SADDAN HUSSEIN),. EL ACOMPAÑAMIENTO LOGISTICO DE BUQUES DE LA OTAN FUE HECHA POR LAS DOS NAVES ARGENTINAS EN EL GOLFO.

Negociaciones de la alianza


Se suceden en la ONU numerosas resoluciones: condena de la invasión el 2 de agosto, embargo económico el 6 de agosto, el bloqueo militar el 25 de agosto y el 29 de noviembre la autorización del uso de la fuerza que permitió la creación de una amplia alianza y una rápida guerra.

El Secretario de Defensa Dick Cheney, entre 1990 y 1991 jugó un papel clave en el conflicto bélico. Dirigió todos los acuerdos y alianzas previas a la Guerra del Golfo; consiguió que el rey Fahd de Arabia Saudí permitiera la instalación de bases militares estadounidenses en Daharan, y en 1992 firmó un acuerdo de seguridad entre EE.UU. y el emirato de Qatar, donde se instaló el comando central de las tropas de EE.UU. estacionadas en la región del Golfo Pérsico.

Pozo ardiendo Vencido el ultimátum de la ONU, el ataque de las fuerzas aliadas comenzó el 17 de enero de 1991 a las 2.44 horas de la madrugada y el primer objetivo fue Bagdad. Se inició un nuevo tipo de ataque aplicando tecnología avanzada. Se contaba con una unanimidad internacional bastante amplia.

La primera fase tenía como objetivo debilitar al máximo las defensas iraquíes, destruir la infraestructura, desmoralizar al Ejército y desbaratar las comunicaciones. La aviación aliada, especialmente la de EE.UU, Gran Bretaña y Arabia Saudí, realizó más de 100.000 salidas desde sus bases en los países de la zona y desde los portaaviones que navegaban por el Golfo. Bombarderos B-52 llegados desde Europa, repostados en vuelo, a sus objetivos en Irak.

A pesar de que Saddam Hussein, intentaba provocar el inicio de la ofensiva terrestre aliada, el jefe de las fuerzas occidentales Schwarzkopf, repetía que ésta llegaría cuando la capacidad de respuesta de Irak fuera mínima. Se arrojaron 88.500 toneladas de bombas; de éstas sólo 6.250 correspondían a las llamadas "bombas inteligentes".

Al final se consiguió un escaso índice de precisión del 25 por ciento. Entre las fuerzas aliadas formadas por 745 mil soldados resultaron muertos en combate 179 y en accidentes 77. Los heridos fueron 320. El 22 de enero Saddam ordena que se prenda fuego a los pozos petrolíferos y a las instalaciones de extracción de petróleo de Kuwait.

Cada día arden unas 220.000 toneladas de crudo. También desvían 500 millones de litros de petróleo hacia el golfo Pérsico. La vida marina de la zona sufre daños irreparables. El emirato está al borde de una catástrofe ecológica. Se llega a temer un catástrofe climática mundial.



Definición de la crisis del Golfo

Tras el fin de la guerra irano-iraquí surge una preocupación creciente en los círculos oficiales norteamericanos, europeos e israelíes: la posibilidad del establecimiento de un equilibrio estratégico militar en Oriente Medio entre los Estados árabes e Israel, una posibilidad que, si bien quizás no inmediata, daría al traste con un modelo de control postcolonial de la región basado en la superioridad militar israelí y la funcionalidad de las petromonarquías del Golfo.

Entre los Estados árabes la eliminación de Irak, como potencia regional emergente tras la guerra contra Irán (Irak tiene más (le 438.000 Km2 y es el Estado árabe más poblado de la región, con 19 millones de habitantes en 1992) se convertía en prioritaria.


Consecuencias de la guerra contra Irak

Estos tres niveles de intervención tienen una relación directa con la importancia energética de Oriente Medio, que (incluido Irán) produce Un cuarto de la producción Mundial de petróleo y contiene -en 1990- el 65, 7% de las reservas mundiales, un porcentaje que aumentará hasta un 85% en los próximos 20 años. EE.UU. con un porcentaje del 2,6% de las reservas mundiales, consumió en 1989 el 25,5% de la producción petrolífera Mundial.

El resultado de la guerra determinó una serie de elementos básicos para la posterior ofensiva diplomática de EE.UU. en la región:

El uso de la fuerza militar por medio de la demostración hacia el conjunto del mundo árabe, pero también hacia el conjunto del Tercer Mundo, de la voluntad norteamericana de utilizar toda su capacidad de destrucción militar masiva contra un país (literalmente: "devolver a Irak a la era preindustrial).
La desvalorización de la Intifada y de sus logros internacionales y regionales por medio de la penalización política de la OLP y de la población palestina de los Territorios Ocupados por sus posturas durante la guerra. A ello se une el fin de la ayuda económica de las petromonarquías a la OLP y la financiación alternativa del movimiento islamista Hamas como competidor social.

Agudización de la división interárabe tanto en las esfera política como económica.

Profundización del abismo entre las poblaciones y los regímenes árabes y, crisis de la representatividad política popular. La población árabe, tras haberse durante la guerra recuperando y compartiendo desde Marruecos a Palestina los lemas de la lucha nacionalista, queda conmocionada por la destrucción impune de Irak, favoreciendo el impulso posterior de los islamistas.

Síndrome de la Guerra del Golfo

Durante 1993, se han disparado las denuncias de militares pertenecientes a la coalición aliada que participaron en la guerra contra Irak en relación a un llamado "síndrome Tormenta del Desierto" que estaría afectando su salud y la de sus familias. El informe de The Medical Educational Trust recoge la información hasta ahora conocida.

Las afecciones son múltiples y en ocasiones incluyen el colapso del sistema inmune. Las denuncias provienen sobre todo de militares norteamericanos y británicos. En Irak, diversas comisiones internacionales y las propias autoridades sanitarias del país venían con anterioridad a 1993 denunciando el aumento espectacular e inexplicable de malformaciones, abortividad y cánceres infantiles. También se indica que los veteranos aliados podrían estar padeciendo ahora las consecuencias de haber sido tratados preventivamente contra armamento químico con medicamentos en fase de experimentación no autorizados: más de 400.00 soldados habrían sido así "conejillos de indias".

Excluido Irak del escenario resolutivo árabe, el proceso de normalización entre Israel y los restantes Estados árabes de la zona, mucho más débiles y dependientes que Irak, es un hecho. La guerra contra Irak fue la premisa obligada de la puesta en marcha del proceso de paz árabe-israelí.


Recuerdo de una vergüenza Argentina

El presidente Carlos Menem, en su carácter de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, ha ordenado la movilización de oficiales y suboficiales del Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada nacional, dijo el ministro.

Agregó que los militares argentinos no conformarán una fuerza beligerante. No van a emprender acciones bélicas ofensivas, no van a asumir un rol de beligerancia.

El gobierno argentino anunció ayer que decidió enviar dos buques al Golfo Pérsico en misión de paz para participar en el bloqueo económico contra Irak.

El vocero presidencial Humberto Toledo, aclaró que se trata de una misión de paz, por lo que no necesita la aprobación del Congreso, agregando que los efectivos no entrarán en combate sin autorización del Congreso.

Entre tanto, Zulema Yoma la esposa del Presidente argentino Carlos Menem, afirmó sentirse avergonzada por la decisión de enviar naves de su país al Golfo Pérsico.

De ascendencia siria y practicante de la religión musulmana, Zulema declaró, me siento avergonzada como argentina de mandar tropas a sumarse al bloqueo contra Irak.


Zulema Yoma subrayó, vamos a ayudar a nuestros enemigos en este momento, a quienes nos ofendieron con las Malvinas. No puedo olvidar los dolores y las lágrimas que hemos derramado cuando hundieron a nuestro barco el General Belgrano durante la guerra con Gran Bretaña en 1982 dijo la señora de Menem.

Entre tanto, los nueve países de la Organización de Europa Occidental (UEO) se pronunciaron por la ampliación al tráfico aéreo del embargo contra Irak. Decidieron además fortalecer su coordinación que extienden a los medios terrestres y aéreos según un comunicado publicado anoche al término de su reunión en París.

Los nueve tomarán en los más breves plazos medidas suplementarias necesarias para instaurar de manera completa y eficaz el embargo, y lanzaron un llamado al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para que adopte muy rápidamente las decisiones apropiadas en ese sentido, precisó el comunicado.

El canciller francés, Roland Dumas, dijo que los nueve también pedirán al Consejo que extienda el embargo comercial a países que infrinjan las presentes sanciones decretadas por las Naciones Unidas.

Dumas añadió que un comité militar conjunto se reunirá hoy para poner en vigencia nuevas medidas que extiendan la coordinación entre fuerzas terrestres y aéreas de la UEO que operan en el Golfo.

Holanda dijo ayer que enviará 18 cazas F-16 a la región del Golfo si el Consejo decreta un embargo aéreo contra Irak. Este anuncio se produjo en momentos en que el Consejo seguía reunido en Nueva York.

En una acción sin precedentes, la Unión Soviética ha acordado prestar a Estados Unidos un gran barco para trasladar equipos militares al Golfo Pérsico, revelaron ayer fuentes de la Organización del Tratado de Atlántico del Norte (OTAN).

También han habido discusiones entre funcionarios estadounidenses y soviéticos sobre el uso de grandes aviones soviéticos de transporte Antonov para ayudar a trasladar soldados y pertrechos estadounidenses al Golfo Pérsico, dijeron las fuentes. Según el ministro de Finanzas de Israel, Yitzhak Modai, el presidente soviético Mijail Gorbachov calificó al mandatario iraquí Saddam Hussein de bestia salvaje, pero manifestó su esperanza de que Irak pueda ser obligado a retirarse de Kuwait sin derramamiento de sangre.

Por su parte, el canciller, David Levy, dijo que la Unión Soviética prometió salir a la defensa de Israel si Irak lo agrede.

El canciller saudí, príncipe Saud al-Faisal, declaró ayer en Moscú que su país acogería de buen grado a tropas soviéticas en su país si Moscú decidiera sumarse a la fuerza internacional concentrada para enfrentar a Irak.

Por otro lado, el presidente Carlos Menem calificó ayer como conveniente para Argentina el envío de tropas al Golfo en una controvertida medida que convertiría a este país en el primero de América Latina en participar en el bloqueo militar contra Irak.

La Casa de Gobierno concluyó ayer los arreglos para un anuncio formal a la población sobre la participación militar, que consistirían en un par de centenares de oficiales profesionales y dos buques misilísticos de la Armada, según anticiparon fuentes gubernamentales.

En otro frente diplomático, el presidente sirio Hafez Assad efectuará su primera visita a Teherán la semana próxima para discutir la crisis del Golfo Pérsico y la situación en el mundo árabe en general, informaron ayer fuentes sirias.

Se anticipa que el viaje será de utilidad para una campaña de Assad para proyectarse como aliado confiable del Oeste y mejorar la imagen de su país después de los años de aislamiento que le reportó su implicación en ataques terroristas.