10/2/25

“EL VIRUS DE BABILONIA”

 

Un misterio que no lo era tanto. 

La historia de uno de los crímenes de guerra más graves de la época que se quiso encubrir con cuentos y superstición.



“El calor era insoportable y el solo llevar el casco y una remera camuflada se sentía una pesadilla”. Así lo vivió y comento uno de los tantos marines que tras la invasión de 2003 fueron destinados al norte de Bagdad. Había pasado un año y medio de la supuesta finalización de las operaciones de combate pero los ataques contra las posiciones estadounidenses se incrementaban día a dia. Sumado a esto, la populación detestaba su presencia y ello quedo más que claro con el apoyo que le proporcionaban a la resistencia que se movía sin problemas por las diferentes localidades de Iraq.


Cuando la Fuerza Expedicionaria de la Infantería de Marina de los EEUU se movilizó al sur más precisamente a la gobernación de “Babilonia”, nuestro comentarista y sus colegas creían que estarían un poco más aliviados del duro clima y la hostilidad de los habitantes de “Falluja” y “Tikrit” donde habían estado desde el inicio de todo. Su capital “Hilla” mostraba el sufrimiento de sus habitantes tras los bombardeos y al mismo tiempo su ira contra su presencia. La ciudad antigua de “Babilonia” y sus monumentos acusaban las marcas de las bombas de la Fuerza Aérea y la Naval que le daba otra excusa a los iraquíes de ese lugar para odiarlos y desconfiar de ellos. Pero eso no era el único motivo del encono. El robo y zaqueos de material arqueológico por parte de efectivos norteamericanos y de algunos oficiales polacos, fue otra gota de un vaso que ya había rebalsado muchos años antes.


La única preocupación y consternación que se oyeron en aquellos momentos fue la de los arqueólogos y empresarios británicos del tráfico de antigüedades, que como el londinense Tim Shadla Hall y John Curtis del Museo Británico mostraban espanto por estos irreparables daños materiales pero un total silencio por las brutalidades que aquellos mismos profanadores habían causado sobre la humanidad de los habitantes del lugar. Pero ¿Qué diablos estaba sucediendo?


Los invasores tan pronto se asentaron en la ciudadela antigua, comenzaron a desembarcar, trasladar y acopiar material bélico dentro de los templos y edificios que nacieron junto a la humanidad. Pertrechos, armamento y municiones de alto poder fueron depositados en varios de estos recintos. Sin el minimo cuidado y hasta con un notable desprecio, demolieron muros y pasaron con sus vehículos blindados por los pisos con más de 2600 años de historia, despedazando sus imágenes y grabados. Sin dudas, una gran contribución de EEUU a la historia.


Aquello solo fue una anécdota con el zaqueo que los altos mandos estaban llevándo en el Museo Nacional de Bagdad y sus Universidades. La cancina excusa para esto fue que “sus tropas protegerían el lugar de los saqueadores”, sin dudas, una ocurrencia que a los iraquíes poca gracia les hizo.


Pero el daño a las piedras no se compararía con el causado a los pobladores de la provincia. Igual que en Al Anbar y más puntualmente en ciudades como “Falluja” y “Al Ramadi” (donde causaron masacres inolvidables), el sufrimiento y la muerte por variados tipos de cáncer y los nacimientos de niños con horribles deformaciones, era la marca y el legado que habían dejado las bombas y misiles con cabeza de Uranio pobre que habían caído tanto en 1991 como en las primeras etapas de la invasión de 2003.

“El miedo era la señora de todos”, nos recuerda este comentarista. Sabían que no estaban seguros aún cuando disponían de más de 2000 hombres, bunkers donde cobijarse por las noches y de todo tipo de armas. El entorno del lugar parecía acecharles. No faltaron los supersticiosos entre la tropa quienes advertían de las malas vibraciones que les trasmitía el lugar. La antiquísima y omnipresente estatua de “Pazuzu” –mujer demonio con alas- parecía augurarles muchas desgracias por venir. Tal vez una premonición, tal vez solo el efecto del miedo y el estrés al que se veían constantemente sometidos por las sorpresivas incursiones de los que ellos denominaban “insurgentes” pero que los pobladores llamaban en árabe “Moqawama” (resistencia). Lo cierto fue que su estancia en Babilonia fue mucho más aterradora que eso.


Había otro enemigo invisible que les acechaba y sin que se dieran cuenta, les estaba matando lentamente. Era ni más ni menos que una extraña enfermedad que hacía que cientos de marines fueran cayendo en la enfermería mostrando síntomas variados e inexplicables, al menos para ellos. Incluso la gravedad de algunos casos obligo a trasladarles a Alemania. Algunos presentaban fiebre y cansancio, otros brotes psicóticos, síntomas de PTSD y neurosis atípicas; muchos otros una progresiva degradación de su sistema inmunológico como si estuvieran afectados de neumonias. El cuerpo médico mantenía un total hermetismo y fue entonces que a muchos se les paso por la mente el “Sindrome del Golfo” y afecciones similares que el Pentágono y la Casa Blanca encubrieron durante años.


La situación no podía ser más horrible. Nuestros comandantes cerraban la boca y hacían como si no pasara nada; era algo irreal. “Si no eran los morteros y las emboscadas de la insurgencia, era esta afección que estaba matándonos”, recuerda nuestro comentarista. Como fuera había que salir adelante y mejor no hacer cuestionamientos ya que los altos mandos estaban tan irritados como sus subalternos y ello se volvía un círculo vicioso que afectaba a la moral de toda la unidad.


“Mejor que las plegarias eran las drogas” nos recuerda éste amigo, tratando de explicar que si alguien manejaba la situación en la que su gobierno los había metido, no eran precisamente ellos. No había otra forma de mantenerse en pie. Salir de la ciudadela y atravesar la provincia por la carretera 8 era una ruleta; los vehículos Hummer y Humvis eran presa de los llamados IED (Explosivos Improvisados) que colocaban los grupos de la resistencia que les vigilaban día y noche.


Muchos de los que estuvieron destacados en Babilonia, a su regreso, presentaron graves síntomas y muchos de ellos quedaron incapacitados o terminaron muriendo de “enfermedades no identificadas”.

Niños iraquies afectados por el Uranio pobre


Lo que los jefes militares y el gobierno ocultaron a sus hombres fue, que lo que desinformadores al servicio de Washington llamaron como el “Sindrome de Babyl” era en realidad un envenenamiento ambiental producto de los gases y residuos de Uranio (UE) y de otras sustancias químicas que habían sido utilizadas por sus propios camaradas en sus bombardeos en la zona. Algunos casos testigos salieron a la luz como el del ingeniero Josh Neusche que pertenecía al 203° Batallón de Ingenieros de la Guardía Nacional de Misouri quien a pesar de su excelente estado de salud antes de entrar en Iraq, moriría un tiempo después por una “enfermedad desconocida” según los reportes sanitarios del Ejército estadounidense.


Pero la lista de casos ha seguido en aumento. Otro caso es el de la capitana Sheila Frankeifield y su esposo quienes tras haber estado destacados en “Balad”, a su regreso presentaron síntomas de cáncer. Actualmente ella presenta cáncer de mama y su marido cáncer de vejiga.


Las estadísticas de la primera guerra además de terroríficas, las mismas escondían una verdad mucho más inquietante. De los 600.000 hombres desplegados en el Golfo Pérsico entre 1990 y 1991, se especulo que solo estaban afectados por el envenenamiento unos 200.000 los cuales estuvieron directamente implicados en las batallas terrestres pero, informes posteriores revelaron que esa atmósfera viciada y tóxica habría afectado al 75% de la totalidad de las tropas desplegadas sin discriminar entre efectivos de la aviación y la Armada. Con lo cual, el Pentágono terminó envenenando y matando lentamente tanto a civiles y militares iraquíes como a sus propios hombres.


Según las investigaciones, lo mismo sucedió en 2003 pero a una escala mucho peor. El territorio iraquí fue severamente radiado por los residuos radiactivos del UE y de otras sustancias venenosas que componían sus municiones de bombas y misiles crucero, haciendo que no solo enfermara a los habitantes locales sino también a sus propias tropas que, como las destacadas en Babilonia, respiraron y se expusieron a éste ambiente venenoso que persistirá por los próximos mil años.

8/2/25

“GOLPE AL PRINCENTON

 ESTABAMOS A PUNTO DEL CIRCULOS QUE SE HABIA TRAZADO EL DIA ANTERIOR EN EL CUARTO DE COMBATE DE LA ARA SPIRO, EL CTE. NO DURMIO ESA NOCHE YA QUE   ESAS  MINAS LOCALIZADAS, ENVIADAS POR IRAK A LA DERIBA, PELIGRABA LA NAVEGACION.


Cuando la sofisticación no puede con lo más barato. Minas explosivas de bajo coste que dejaron fuera de combate al más sofisticado buque de contramedidas de la Armada estadounidense.

USS TRIPODE, CHOCA CON UNA MINA DE IRAK


Sigue siendo un sinsentido como la Argentina no reconoce a sus dotaciones navales del grupo “Alfil” enviadas al Golfo Pérsico en 1990, el mérito de haber servido en los esfuerzos de la Coalición contra Iraq; aunque no hay que hacer mucho esfuerzo para desentrañar cuales son los obstáculos que lo impiden.


Los altos mandos de la Armada Argentina pareciera que se niegan con empeño a reconocer la situación a la que sus hombres estuvieron expuestos en aquel Teatro operacional. Su empeño comenzó desde el mismo día que regresaron al puerto Belgrano. Como dejar de lado sino, las negativas de la Jefatura del Estado Mayor de la Armada de hasta hace 15 años atrás sobre contar con algún antecedente en sus archivos referido a esta campaña.


En el minuto después de las cero horas del 17 de enero de 1990, las tareas de todos los grupos de tareas que operaban en el marco del “Escudo del Desierto” incluyendo a los canadienses (UNREP Sierra) y los argentinos (ALFIL 1) cambiaron automáticamente de vigilancia pasiva a operaciones de apoyo logístico a las fuerzas de combate de la Coalición.


No es necesario señalar que había una fuerte presión política (interna y externa) para que ello no tome fuerzas sin dejar de mencionar la falta de impulso por parte de los mismos protagonistas. No hemos visto una sola historia –salvo la de un par de marinos aeronavales- que cuenten abiertamente sus experiencias dentro de aquella guerra. Pero creo que se irán animando a medida que sepan la entidad de la aventura en la que participaron.


Aquí hay una historia de la cual los marinos argentinos (consciente o inconscientemente) tuvieron protagonismo e incluso, estuvieron tan cerca de los hechos tanto que se podría decir que casi se tocaban las mangas de los buques.

EL BOQUETE QUE LE DEJO AL TRIPODE


Así comienza el relato de un veterano marino del “USS-Princeton” que operaba entre el centro y el norte del golfo en aquel agitado mes de febrero de 1991. Fue así que en la madrugada del 18 de febrero en pleno de las operaciones de combate y cumpliendo con sus funciones de cobertura con misiles crucero sobre blancos en Iraq y Kuwait, nuestro testigo tomaba la guardia del puente. Navegando en la zona del grupo de tareas liderado por el portaaviones “USS-Midway”, el buque que venía de un periplo entre el puerto de Vladivostok y su base naval en Long Beach, transitaría bajo la custodia de unidades navales canadienses y argentinas que operaban en la zona centro norte del golfo.


El “USS-Princeton” debía también garantizar la seguridad del portaaviones “USS-Midway” pero ¿Quién garantizaría su propia seguridad? Pese al sofisticado equipamiento de radares Aegis para contra restar ataques con misiles “tierra-aire” y anti buque que protegía a la flota en el golfo, en tempranas horas de la mañana del 18 de febrero reciben el frenético informe de que el “USS-Trípoli” que operaba a 10 millas más lejos de su posición, había recibido el “impacto” de algún arma enemiga ¿Qué diablos había pasado? ¡Alerta de combate! Fue la orden insistente que junto al timbre de las sirenas de ataque comenzó a sonar por los altoparlantes del buque. Ahí (tarde) se dieron cuenta de que estaban rodeados por decenas de minas baratas que en el mercado no costaban más de US$ 500 dólares.



Después de leer esta historia, usted verá que nuestro amigo tuvo la distinción única de haber servido a bordo de uno de los dos barcos que fueron golpeados por minas durante la Guerra del Golfo en 1991 mientras participaba en la Operación Tormenta del Desierto. Su barco era el “USS Princeton” (CG-59) y el otro barco que chocó una hora antes con una mina fue el porta helicópteros “USS Tripoli” (LPH-10). Esta historia le dará al lector la perspectiva en primera persona de lo que fue operar un barco de manera "perjudicial", que es para lo que la Marina de los EE. UU que en ese entonces estaba y sigue estando diseñada para defender la seguridad nacional de nuestro país.


La misión de la Marina de los Estados Unidos es "... mantener, entrenar y equipar fuerzas navales preparadas para el combate capaces de ganar guerras, disuadir la agresión y mantener la libertad de los mares", comento entusiasmado. Una aplicación de esa misión tuvo lugar durante la Guerra del Golfo en 1990- 1991 justamente en momentos que se hallaban visitando el puerto ruso de Vladivostok. Nuestro barco era uno de los últimos cruceros Aegis de la clase Ticonderoga en ese momento, y tan pronto se hizo presente en el Teatro de Operaciones se le asignó el delicado papel de Comandante de la Guerra Aérea en el norte del Golfo Pérsico en apoyo de la guerra terrestre pendiente con Iraq.

RAJADURA DEL USS PRINCETON


En particular, tanto el “USS-Princeton” como el “USS-Trípoli” estaban dotados de lo mejor de los sistemas de guerra electrónica de la época y fue por ello que debían situarse en proximidades de las costas kuwaitíes para lanzar sus barridos de interferencia electrónica que deshabilitaría los sistemas de defensa SAM y radares iraquíes.


Así este veterano continuo diciendo: “También durante esta fase de la Guerra Aérea de las operaciones en el Golfo, nuestro barco recibió la orden de lanzar tres misiles crucero “Tomahawk” sobre Iraq. Hubo informes de inteligencia que indicaban que algunas baterías de misiles de superficie de fabricación china se habían activado en las costas kuwaitíes y debíamos estar muy alerta. Eso nos hizo ver que los iraquíes a pesar de los devastadores bombardeos seguían manteniendo equipo en servicio. Estábamos expuestos a ser pasto de misiles antibuque “C-601” chinos o los “MM-38, Exocet” franceses y eso era angustiante”.


“Esa mañana en particular, descubrí consternado que el “USS Trípoli” (LPH-10) un portaaviones de clase “Iwo Jima” –Insignia de los barreminas-, golpeó una mina a las 4:36 a.m. La explosión sacudió todo el buque de proa a popa que había sido golpeado por una mina amarrada sumergida justo debajo de la línea de flotación perforando un agujero en su casco que lo dejo a la deriva. Ello causo el apagón de todo el sistema eléctrico y 30 heridos de baja consideración. El oficial ejecutivo dijo que se creía que media docena de minas estaban en el agua delante del barco minas sumergidas de fabricación italiana "manta". Este tipo de mina no se dispara por contacto, sino por la presión típica de una hélice de hundimiento u onda de proa causada por un barco que se mueve a través del agua. Nuestro testigo confeso que “fue una situación muy estresante al punto que sabíamos que éramos vulnerables”.

TAN PRONTO FUE REPARADO EL USS PRINCETON


Tan pronto se pusieron en marcha para auxiliar a sus colegas del “USS Trípoli” caen en cuentas de que están rodeados por minas y serán dos de ellas las que detonaran causando serías averías en el casco. Tras la violenta sacudida, el espeso humo grisáceo subió desde bajo cubierta dando cuenta de que les habían pateado el culo. El reporte oficial consignaría “al amanecer del lunes, una mina nos golpeó abriendo un agujero de 16 pies por 25 pies 10 pies debajo de la línea de flotación”. Horas después llegaría la ayuda del buque de salvamento “USS-Beaufort” que con el apoyo del “USS Android” nos remolcaría seguro hasta Bahrein. También fue valiosa la asistencia del buque canadiense “Athabaskan” que estaba dotado de equipamiento de sonar para detectar minas. “Antes de ello, los nervios carcomieron nuestra existencia –comento tenso- y lo único que teníamos para defendernos de una posible incursión eran las ametralladoras manuales 12.70mm y los fusiles automáticos de la bodega”.


La marcha fue lenta y llena de adrenalina. Pese a que los altos mandos de USCENTCOM nunca lo quisieron reconocer, aquellas unidades estuvieron en serio peligro de ser el blanco de un ataque furtivo de algunas de las baterías iraquíes que seguían operativas en las costas kuwaitíes.


Mientras helicópteros estadounidenses y británicos sobrevolaban el área para marcar las minas, los remolcadores aseguraban los enganches y sus capitanes discutían la ruta de salida. Parte del trayecto fueron acompañados por aquellos helicópteros hasta que tras ser relevados por los argentinos y los canadienses, pudieron pasar protegidos por el centro del golfo ya con rumbo a la base naval norteamericana en Bahrein. “Afortunadamente, fuimos remolcados sin peligro y finalmente tras hacer las reparaciones suficientes en Bahrein continuaron su viaje más al sur primero a “Jebel Ali” para descargar nuestras armas y luego a Dubai, Emiratos Árabes Unidos a un dique seco para reparaciones adicionales durante 8 semanas adicionales”, comento nuestro testigo.



Era claro que para todos los riesgos eran altos, por lo que solo nos movíamos a un mínimo de 3 nudos para evitar la deriva y al mismo tiempo nos brindaba la máxima oportunidad de detectar otras minas debajo de la superficie similares a las que golpearon al “USS Trípoli”. Aquello dejo en claro que una operación de desembarco anfibio hubiera sido difícil de concretar. Por lo pronto, aquel incidente fue el boleto de salida para las dotaciones del Princeton y del Trípoli quienes serían recibidas como héroes y condecorados con la “Cinta de Acción de Combate”.

7/2/25

“LAS CONFERENCIAS DE DHAHRAN”


ARA SPIRO

Una prueba más de que la Crisis de 1990 entre Iraq y Kuwait tenía un final previsto y bien planificado del cual Buenos Aires no tenía la más mínima idea ¿Estuvieron presentes representantes navales argentinos en aquellas conferencias?

Cuando George Bush y Collin Powell fueron notificados de lo que había ocurrido en Kuwait, ninguno expreso sorpresa por lo sucedido y con una metódica parsimonia, cada uno por su parte, comenzaron a telefonear a sus respectivos asesores. Como lo hemos dicho anteriormente, la crisis entre Iraq y Kuwait de 1990 se había venido gestando silenciosamente con mucha paciencia desde el final de la guerra contra Irán en 1988 y su desenlace buscaba cortar definitivamente los lazos con Bagdad.


Eso en lo político, pero en el resto de las áreas que más involucradas estuvieron en la preparación del desarrollo de la crisis, tuvieron una intensa actividad hasta llegar a concretar lo que ya estaba planificado desde hacía tiempo y ello era, entrar a la región. El inducido fracaso de las conversaciones en “Jeddah” de julio de 1990 fue el detonador de los eventos por venir. Que a nadie le queden dudas de que la crisis sirvió magníficamente a dicho propósito y a la distancia queda también claro que Arabia Saudita fue parte (al menos sus núcleos vinculados a la inteligencia) en este plan. En realidad la familia real “Al Saud” siempre fue parte del Establishment político de Washington y haría cualquier cosa que se ajustaran a los intereses de la geopolítica del momento.


Cuando se comenzaron a esbozar las primeras sugerencias de lo que Washington debería hacer para tratar de contrarestar una potencial (o más bien imaginaria) expansión del ejército de Saddam Hussein sobre los campos petroleros sauditas, muchos ingenuamente susurraron -incluyendo por supuesto al estamento político argentino- “los árabes no toleraran que los infieles cristianos, y mucho menos los demonios estadounidenses, pisen el suelo donde se asientan las dos principales ciudades santuario del islam”. Ciertamente que el mundo árabe islámico se sacudió con la masiva llegada de tropas angloestadounidenses (y ello fue muy bien censurado por la prensa occidental) pero, no en Arabia Saudita que curiosamente tiene la responsabilidad de custodiar La Meca y Medina.


En aquellos momentos, el gobierno peronista de Carlos Menem trataba de congraciarse con Washington y con esta crisis encontró la oportunidad de oro. Con una gran ingenuidad, creían que con esto enmendarían el vergonzoso papel adoptado antes de finalizar la Segunda guerra mundial y pasarían sin pausa a ser parte de la OTAN. Desde la distancia, una muestra de candidez política imperdonable que reflejo en parte, el grado de improvisación de sus decisiones. Pero lejos de haberse asesorado con tiempo y compromiso y mucho menos contemplar todas las instancias que un compromiso semejante podrían producirse, los funcionarios (políticos y militares) argentinos se dejaron guiar por las versiones oficiales de la Casa Blanca que los medios norteamericanos difundían día y noche por satélite a todo el globo.


La campaña mediática de demonización del gobierno de Saddam Hussein y de Iraq fue una canallada que Washington y sus aliados reiterarían en otros complots por venir. Ciertamente que Iraq había ocupado Kuwait pero las motivaciones que estuvieron detrás de ello y las propuestas para la resolución pacífica de la cuestión fueron despreciadas por Washington y deliberadamente ocultadas a la opinión pública en general (incluyendo claro, a la Argentina). Lo imperdonable de esto no es solo la tendenciosa –pero entendible- propaganda televisiva de la CNN o de los medios gráficos como “The Washington post” y “The New York Times”; eso era esperable.

Lo que no puede esperarse y mucho menos explicarse es que un gobierno (en este caso el argentino) se haya dejado llevar de las narices por toda esta intoxicación informativa y por medio de ella haya metido a su país en una guerra completamente ajena a sus intereses soberanos.


Detrás de todo el telón mediático de aquel entonces, los estrategas y asesores de defensa del Pentágono trabajaron día y noche para poner en movimiento una campaña que de no haber sido planificada décadas antes, hubiera sido imposible de montar en unos meses como lo hicieron. En razón de verdad la planificación para desplegar una monstruosa fuerza militar como la vista en aquel entonces, había sido concebida para la hipótesis de enfrentamiento con el Pacto de Varsovia en épocas de la Guerra Fría. Pero esta planificación no servía en su concepción original y hubo que remozarlo a las necesidades políticas y estratégicas de la ocasión y adaptarlo para hacer frente a un enemigo mucho más geográficamente limitado y pequeño.


Las fuerzas estadounidenses por si solas no podían afrontar el desafío de una operación militar tan compleja, incluso con el apoyo de sus aliados británicos. Fue por el ello que a instancias del Comando en jefe del Comando Central de los Estados Unidos USCINCCENT a la par de que desde La Casa Blanca se distraía a la opinión pública con supuestas gestiones de paz y esfuerzos de Naciones Unidas por distender la situación, los asesores y generales del Pentágono que ya estaban en Arabia Saudita preparaban las operaciones para el movimiento de un gigantesco ejército compuesto por los más variados sistemas de armas de varios países. En dichas planificaciones no estuvieron invitados los representantes de Naciones Unidas o alguna delegación de “Cascos Azules” de la UNPROFOR o unidad similar por el simple motivo de que quienes dirigirían las operaciones sería el USCENTCOM y respectivos comandos de operaciones tácticas a determinar en dichas conferencias.


No solo había que justificar la conformación de una Coalición internacional con una capacidad ostensiblemente ofensiva, algo para lo cual Naciones Unidas colaboro escandalosamente sino que había que armarla, coordinar sus operaciones y determinar objetivos dentro del TOK. Para ello y a instancias de EEUU se llevaron adelante dos conferencias importantísimas para establecer el grado de participación, capacidades, roles y objetivos a cumplir. Dichas reuniones se efectuaron entre el mes de octubre y noviembre de 1990 bajo un total hermetismo y lejos de la prensa en la ciudad saudita de Dhahran donde acudieron los representantes de cada fuerza armada que se había plegado a la iniciativa norteamericana ¿Acudieron representantes navales argentinos? No hay ninguna referencia o documento que dé cuenta de esto, no al menos que se conozca oficialmente.


Lo cierto que en la primera de estas reuniones, realizada a mediados del mes de octubre se discutió cuál debía ser la entidad de la fuerza para proteger a Arabia Saudita y al resto de los emiratos ante una hipotética ofensiva iraquí. Aunque Saddam no tenía la mínima intención de hacer algo así, el rumor servía a los propósitos de Washington. La primera conferencia denominada MAPEX realizada el 4 de Octubre en la ciudad de Dhahran, se discutió junto a los jefes de varias Armadas, como se desplegaría una defensa aérea, terrestre y naval sobre la región. Allí se determinó que dichas operaciones se denominaría “Escudo del Desierto” dejando en claro que se requerían de más fuerzas para llevar adelante otra fase que no era otra que la que luego se conocería como “Tormenta del Desierto”. Haberlo dicho públicamente en ese momento habría sido contraproducente e incluso podría haber espantado a varios de sus “espontáneos aliados” que como Argentina solo buscaban una mera participación figurativa.


Recordemos que para esos momentos, las naves argentinas que conformarían uno de los grupos de tareas de las operaciones, no habían llegado al Golfo Pérsico y se desconoce si oficiales o agregados del Estado Mayor de la Armada Argentina haya asistido las conferencias que aquí estamos tratando y mucho menos que hayan producido documentos referentes a dicho evento.


Para el 14 de noviembre se llevó a cabo la segunda conferencia en la cual solo asistieron los comandantes de las armadas de los países más relevantes (en la cual no estuvieron con seguridad los argentinos), donde se les revelo los planes y objetivos para una operación ofensiva posterior. Allí se definieron los grupos operativos (Task Forces) roles de combate, orientación y resolución de asuntos que durante las operaciones podrían sucederse y por supuesto, definir la protección, asistencia y apoyo de las rutas y vías de abastecimiento para una de las fuerzas militares desplegadas más grandes desde finales de la segunda guerra mundial. Recién para comienzos del mes de diciembre, EEUU y el Reino Unido comienzan a informar a sus principales aliados (en particular a Egipto) de cuáles serían los planes reales.


Sin dudas que esto demuestra que en Buenos Aires y mucho menos en la Casa Rosada, estaban al tanto de lo que implicaba su participación en aquella “fuerza multinacional. A la luz de esto, queda en evidencia que nadie sabía que esto iba mucho más allá que una operación de bloqueo naval a instancias de Naciones Unidas. Fue por ello que cuando vence el ultimátum para que las tropas iraquíes se retiraran de Kuwait y ya sin poder un paso atrás, la misión naval del grupo de operaciones T.88 quedo atrapada y sometida a los lineamientos de estos planes operativos que habían sido concertados en dichas conferencias.

5/2/25

“ROLES TÁCTICOS” DE LA FUERZA ARGENTINA EN EL GOLFO PERSICO



¿Cuál fue el marco de acción del grupo argentino “ALFIL 1” en la compleja logística de la Guerra del Golfo?



A casi treinta años de la participación argentina en la Guerra del Golfo Pérsico, aún persiste el silencio y la desinformación oficial sobre el servicio prestado por las unidades del grupo “ALFIL 1” [1] a los esfuerzos de campaña que culminaron con la liberación de Kuwait. Asimismo, su misión ha sido reconocida como “grupo de combate” tanto por las autoridades kuwaitíes como por sus compañeros de los demás ejércitos participantes. Las anécdotas que se acumularon por aquellas largas y agotadoras jornadas de campaña son tantas y tan jugosas que ni siquiera los mismos marinos argentinos que allí participaron saben que existen.


No podemos acusar a los marinos argentinos de ser apáticos ante su propia experiencia. Sería injusto que cargáramos sobre sus hombros las inconsistencias a las que se han tenido que acostumbrar a lo largo de los años. Son fruto de sus propias circunstancias, de la doctrina en la que se formaron, de su propio carácter colectivo y claro, de los gobiernos a los que han servido.


En un nuevo análisis de las operaciones realizadas en ese momento, se destacan las importantes, sensibles y peligrosas amenazas a las que estaban expuestos los grupos que operaban más allá del paralelo 25 norte dentro del Teatro de Operaciones (incluidas las alertas de ataque del BNC [2] ).


Tal vez sea necesario dejar clara una cuestión. En aquel momento el Mando de Operaciones Conjuntas CINCCENT dirigido por el general Norman Schwartzkopfs se rompió la cabeza al darse cuenta de que antes de pasar a la acción directa, había un grave problema que resolver y era el logístico. Este asunto estaba lejos de estar resuelto para la Marina estadounidense en aquel momento, pese a que la OTAN contaba con los recursos para apoyar a la compañía; pero no eran suficientes. Tal vez esta carencia se debía a la doctrina de la disuasión nuclear [3] surgida de la “Guerra Fría” que no hacía previsible el despliegue masivo de tropas para una guerra convencional en un escenario tan exótico como el mesopotámico.



Incluso las fuentes consultadas en el Pentágono, revelaron que en ese momento CINCCENT no contaba aún con un plan aprobado para enfrentar las necesidades de un despliegue masivo como el que requería esa situación. Los antecedentes de la última gran guerra mundial (1936-1945), demostraban la urgente necesidad de una logística eficiente. 

Sin una logística adecuada y rutas bien protegidas, el fracaso de la misión estaba asegurado. Tal era la preocupación que existía en ese momento, que el General del Cuerpo de Marines (USMC) Harry W. Jenkins comentó en una reunión que la logística fue el problema número uno durante los primeros tres meses del inicio de las operaciones que en un primer momento se denominaron “Escudo del Desierto”.


"La estrategia y la táctica proporcionan el modelo para llevar a cabo operaciones militares, logísticas y mediáticas", Teniente Coronel George C. Thorpe, Cuerpo de Marines de los Estados Unidos, 1917


Nunca antes se había requerido un plan logístico militar complejo y nuevo, visto después de finalizada la Segunda Guerra Mundial. El desafío de enfrentar a Irak lo hacía necesario. La complejidad de la región donde se establecería el Teatro de Operaciones, la limitación en el acceso de posibles rutas terrestres y aéreas para satisfacer la acumulación de suministros que había que trasladar, requerían de ideas audaces que podían ser un gran éxito o conducir al desastre. 

Fue entonces que acudiendo al experto en logística el Teniente General William “Gus” Pagonis y su equipo de trabajo, se diseñó un plan de operaciones para trasladar la mayor cantidad de suplementos, suministros y combustible a lo largo de una ruta marítima para el mantenimiento de lo que en agosto de 1990 Schwartzkopfs y sus generales auguraron una larga lucha.


Pagonis estudió la situación y elaboró ​​informes a petición del general John Yeosok, comandante de ARCENT, y fue allí donde determinó un plan logístico basado en los datos recopilados por la inteligencia recopilada hasta ese momento, incluida, por supuesto, la inteligencia que existía de tiempos en que Washington era “amigo” de Bagdad. 

Uno de los recursos que también se utilizó para determinar la ruta de abastecimiento fue la información satelital y los primeros UAV de reconocimiento “Pioneer” que realizaban vuelos de espionaje a gran altura. Turquía mostró fuertes reticencias a la operación, haciendo evidente la imposibilidad de utilizar su territorio como ruta alternativa. 

Además, el suministro que podían obtener de Arabia Saudita era limitado y no resolvía cuestiones sensibles como el combustible refinado para vehículos, municiones en todo el espectro de sus calibres y armamento.Documentos exclusivos de la época revelan cómo y dónde se extendía la ruta de abastecimiento marítimo diseñada por Pagonis y cuáles eran los puntos estratégicos de desembarco de los pertrechos (por ejemplo, Puerto Al Jubail), que ante el peligro de un ataque sorpresa debían ser trasladados rápidamente mediante una gigantesca flota de camiones hasta bases de recogida en el desierto que serían vitales para el desarrollo de las operaciones terrestres de la "Tormenta del Desierto".



Uno de los puntos críticos que debían cubrir las líneas de abastecimiento era el agua potable. El transporte de toneladas de paquetes de agua embotellada para el consumo de las tropas terrestres se hizo necesario para satisfacer las necesidades de hombres y mujeres que, además de no estar adaptados para soportar las altas temperaturas de la región, eran sensibles al agua de la red saudí que solía provocarles cólicos y en muchos casos graves averías.


Esto dejó más que claro que (más allá de las resoluciones de Naciones Unidas) habría preparativos para una guerra. La principal excusa para movilizar esa fuerza logística sería “proteger a Arabia Saudita” de una supuesta invasión de Saddam Hussein, aunque esto resultó ser una estratagema. Así fue y bajo ese argumento se puso en marcha la llamada “Operación Escudo del Desierto” con la presunta misión de proteger los yacimientos petrolíferos del norte.


Dentro del desarrollo de esta operación, comenzó la participación de los dos buques argentinos, en la que sus tripulaciones convencidas de actuar en un marco de legalidad internacional pasaron desde realizar tareas de bloqueo económico a buques que entraban y salían de puertos iraquíes, hasta desarrollar acciones de vigilancia y protección de aguas sauditas y de los Emiratos (EAU) ante posibles incursiones de comandos iraquíes a instalaciones portuarias y terminales petroleras.


Al igual que todas las fuerzas navales que formaban parte de la Coalición y que estaban bajo el mando del Almirante Stanley A. Arthur, el grupo “ALFIL 1” tuvo un papel táctico sumamente importante tanto en la etapa de la operación “Escudo del Desierto” como dentro de la etapa bélica denominada operación “Tormenta del Desierto”. El grupo integrado por el destructor “Admiral Brown” (buque Clase MEKO 360 H) [4] y la corbeta misilística “Spiro” (buque Clase MEKO 140A) [5] , de acuerdo a sus capacidades operativas y antecedentes, formaba parte de la Fuerza de Interdicción Marítima (MIF) comandada desde el buque “USS-La Salle” [6] (AGF 3 clase Raleigh) que dependía de las órdenes CINCCENT que a su vez estaban subordinadas al Comando USNAVCENT en Riad que atendía las operaciones navales dentro del Golfo.

Una vez iniciadas las hostilidades a las 00:00 horas del 16 de enero de 1991, el grupo argentino comenzó a desarrollar roles más activos dentro de las operaciones navales que a partir de ese momento y bajo la denominación “Tormenta del Desierto” fueron claramente de apoyo al combate.


Para su desempeño en los roles tácticos asignados, las dotaciones estaban subordinadas a una serie de directivas operativas que como se les conocía como “Reglas de enfrentamiento” (ROE) que les facultaban, entre otras cuestiones, a abrir fuego ante contingencias en el desempeño de sus tareas.

En este contexto, en las labores de interdicción, el grupo “ALFIL 1” daba cobertura a la detención y abordaje de buques sospechosos de violar el embargo comercial contra Irak. Equipados con helicópteros embarcados “ALOUETTE-III” (el mismo modelo utilizado por la Marina Francesa), realizaban misiones de reconocimiento y vigilancia ante posibles amenazas a los convoyes de abastecimiento, siendo las más comunes las minas flotantes. Entre estas acciones también estaba la de brindar apoyo para permitir la actuación de “Piezas de Visita y Búsqueda” que eran grupos de hasta diez hombres que, tras interceptar y detener un buque, debían abordarlo para registrar sus cargamentos. También existían grupos especiales (MEU-SOC) de la Marina estadounidense que dotados de armas ligeras y equipados con modernos visores infrarrojos “NIGHTSCOPE”, podían tomar por asalto aéreo o desde buques asignados, una embarcación que se negase a ser registrada.


Como todos los buques que ingresaban en las aguas del norte del Golfo -hasta 300 km de la costa kuwaití- los buques argentinos corrían los riesgos ciertos de colisionar con los misiles aire-mar (magnéticos, acústicos y de presión) “EXOCET”, las múltiples defensas costeras [7] con instalaciones de misiles antibuque “Skilworm” y “FROG-7” [8] (de origen ruso pero Irak mejoró su precisión y alcance) que podían hundir una corbeta de un solo impacto.
Algunas curiosidades que los argentinos pudieron haber encontrado en el variado e imaginativo arsenal del ejército iraquí fue un avión civil “Dassault Breguet Mystere Falcon 50” que llevaba camuflado en su vientre un misil “Silkworm” con la evidente misión de un ataque kamikaze.


Aunque no contaba con apoyo logístico propio, el “ALFIL 1” demostró gran versatilidad y profesionalismo en el cumplimiento de las tareas asignadas a cada uno, manteniendo las operaciones navales del grupo de batalla liderado por el portaaviones “USS-Midway” y su línea de suministro para que municiones y combustible estén disponibles en todo momento, cumpliendo el objetivo de sostenibilidad bajo la denominación “TACLOGS” [9] .

Pese a todo esto, el Estado argentino ha mantenido una cortina de niebla que ha ido cubriendo con cuidadoso reconocimiento las actividades de servicio que este grupo cumplió y que propiciaron el exitoso desarrollo de estas tareas tácticas.


.......................................
[1] Denominación táctica asignada por el USNAVCENT al grupo argentino en apoyo logístico a las líneas de abastecimiento.
[2] Según fuentes no oficiales, en los archivos del Ministerio de Inteligencia iraquí saqueados por Estados Unidos en 2003 se registraron registros detallados del lanzamiento de varios misiles S-SCUD especialmente adaptados con cabezas cargadas con agentes químicos y biológicos.
[3] LA DOCTRINA NUCLEAR DE ESTADOS UNIDOS DESDE EL FINAL DE LA GUERRA FRÍA. Por Alberto Guerrer.http://www.seguridadinternacional.es/?q=es/content/la-doctrina-nuclear-de-estados-unidos-desde-el-final-de-la-guerra-fr%C3%ADa


[7] Según estimaciones de inteligencia, se desplegaron 68.000 tropas iraquíes, 190 tanques y 342 unidades de artillería para la defensa costera entre la ciudad de Kuwait y Mina Saud. *
[9] Término que proviene del Sistema conocido como JMCIS que tuvo sus orígenes en el Sistema Táctico Operacional Conjunto (JOTS) creado en 1980 por el Vicealmirante Jerry O. Tuttle.

3/2/25

GOLFO PERSICO CLIMA ANOMALO EN LA ARGENTINA


Guerra del Golfo

Las ciudades argentinas se acostumbraron a observar en las paredes de sus edificios, leyendas alusivas a sucesos que registrándose en tierras lejanas, no dejaban de afectarnos directa o indirectamente. Dieron testimonio en nuestros muros, la Segunda Guerra Mundial, la guerra de Corea, la invasión norteamericana a Santo Domingo en 1965 y otros episodios de magnitud internacional. 

La guerra del Golfo Pérsico que en 1991 involucró a Irak, Kuwait, Arabia Saudita, y a las principales potencias occidentales, también introdujo a la República Argentina en ese conflicto.

El gobierno presidido por Carlos Menem, ordenó el envío de naves de guerra para colaborar en el bloqueo que la flota aliada mantenía contra Irak en el Golfo Pérsico y también brindar apoyo a las fuerzas que desembarcarían en las costas kuwaitíes.

En 1990, el pequeño emirato árabe de Kuwait era uno de los principales productores mundiales de petróleo, cuya explotación estaba en gran medida, en manos de empresas inglesas y norteamericanas. En agosto de ese año, su vecino Irak, gobernado desde 1979 por Saddam Hussein, invadió el emirato y lo anexó después de una breve campaña militar. 

Las Naciones Unidas (ONU) intimaron al gobierno de Bagdad para que abandone Kuwait, sin resultados. Acto seguido, EE.UU. gobernado por George Bush (padre), lideró la coalición que en enero de 1990 con el denominado operativo Escudo del Desierto, desembarcó en Arabia Saudita para preparar la recuperación de Kuwait. Días más tarde, con el nombre de Tormenta del Desierto, desde distintos puntos comienza la invasión aliada a Kuwait e Irak. 

Argentina se suma a esa movilización militar de Occidente con el modesto aporte de un par de naves, que si bien tienen escaso peso bélico, la repercusión política interna es importante, ya que nuestro país rompe una larga tradición neutralista en ese sentido.


Av. Mitre al 1400 – Avellaneda – Provincia de Buenos Aires – Crónica – 18-01-91

Mientras se desarrollan las operaciones militares en el Golfo, las calles de Buenos Aires registran la opinión de algunos de sus habitantes:

“Fuera yankys del Golfo – Que vuelvan las tropas.”

Reclaman unas letras de trazo grueso en un muro porteño. En Villa Crespo, donde conviven desde muchos años atrás las colectividades árabe y judía sin mayores problemas, otra leyenda proclama sus simpatías:

“Aguante Israel- Bagdad caerá.”

Pero a pocas cuadras y siempre en el mismo barrio, otra pared parece desafiar el mensaje anterior:

“Hussein se la banca contra todos.”

Mientras la resistencia del ejército irakí se derrumba ante el empuje aliado, las opiniones argentinas siguen divididas: unos creen que Saddam Hussein es un nuevo Hitler. Otros sostienen que el objetivo único de la invasión aliada, es apoderarse del petróleo que generosamente fluye en el territorio irakí. Paralelamente, las paredes siguen expresando odios y simpatías. En villa Crespo, el delgado trazo de un aerosol estampa un pensamiento categórico:

“Muerte a Saddam”

Por esos mismos días las calles céntricas de la ciudad bonaerense de Quilmes, vieron aparecer en muchas de sus paredes una prolija imagen estampada con aerosol y grabada con una plantilla. La misma contiene el rostro del líder irakí y debajo decía:

“Aguante Saddam”

Finalmente la guerra terminó, Kuwait fue abandonado por los irakíes, Saddam Hussein continuó en el poder y las naves argentinas regresaron sin novedad.

Pero como en una extraña vuelta de la Historia, en 2003 George Bush, presidente de los EE.UU. de Norteamérica e hijo del anterior presidente norteamericano que combatió a Hussein en 1991, también impulsa una nueva guerra contra Irak. 

Ese segundo conflicto, que arrastró además de EE.UU. a Gran Bretaña y otros países europeos, se fundamentó en la sospecha de que Irak poseía armas de destrucción masiva. Luego de la invasión aliada, Irak perdió su potencial militar y su soberanía, Hussein fue tomado prisionero y el país ocupado por las tropas de la coalición. Las armas de destrucción masiva que motivaron la invasión, nunca fueron encontradas.


Uriburo y Bartolomé Mitre – Caba – Diciembre 2003

Se registraron elecciones presidenciales, que en un clima anómalo y viciado por la violencia, dieron la victoria a una de las tendencias políticas y religiosas opuestas a Hussein, mientras las tropas aliadas sufrían una sangría diaria a manos de la resistencia irakí.

En su oportunidad, nuestro país bajo el gobierno provisional de Eduardo Duhalde mantuvo su neutralidad. A diferencia del conflicto de 1991, las paredes porteñas se hicieron eco débilmente del conflicto que ya se llamaba Segunda Guerra del Golfo.

24/1/25

“LA IMPORTANCIA DE LA FASE NAVAL”

 

¿Por qué la Campaña del Golfo Pérsico de 1990-1991 no pudo haber sido concretada con éxito sin la fuerza naval?



V flota de EE,UU en el golfo persico


Como ha sido una costumbre en la historia de occidente y en la del mundo anglosajón en particular, solo los resultados favorables son dignos de contar y aún así, recién cuando ellos sean debidamente retocados a conveniencia de su historia política. Incluso, aquellos episodios desfavorables, serán contados de una forma amañada que los disfrase de epopeyas. Es por ello que los sucesos importantes y trascendentes de la humanidad tienen dos caras y solo una ha sido contada a las posteridades ¿Por qué? Pues porque se trata de seguir manteniendo un estado de cosas que importa al poder establecido.


Es de ese modo que manipulando a las generaciones venideras con falacias y mentiras, se puede perpetuar una idea, una política y con ello una historia determinada.


La guerra del Golfo Pérsico en 1991 como parte de la historia contemporánea y desde su más estricta fase militar, ha sido abordada desde una perspectiva acotada y reducida centrándose solamente en mostrar dos fases: La campaña aérea y la campaña terrestre dejando de lado arbitrariamente a la que proporciono el factor vital para poder desarrollar aquellas dos, la naval.


Este reduccionismo arbitrario se ha debido a una clara intensión de obviar los entretelones (políticos, económicos, diplomáticos etcetc) que rodearon al conflicto y a darle al evento un resultado efectista del triunfalismo estadounidense. Tal como un cuento para niños.


Pero la realidad de como ocurrieron las cosas es muy diferente a lo que un documental de la “History Channel” lo cuenta. Llendo al punto diremos que ni la Fuerza aérea ni las fuerzas terrestres reunidas en aquel momento no habrían logrado sus objetivos sin la existencia de un poder naval que hubiera contribuido y respaldado su presencia. Las razones de esta conclusión se basan ante todo en las características geográficas que presentaba aquel teatro de operaciones y la importancia geopolítica y estratégica del mismo.


Como se verá, el tema es mucho más complejo y enredado de lo que EEUU ha documentado y es necesario explicar por qué la fase naval fue preponderante para la eficacia de la Operación “Desert Storm” de 1991.

Desde el punto de vista geopolítico, el control de los espacios marítimos aledaños al objetivo planteado, era fundamental para garantizar la continuidad del flujo comercial del petróleo mundial. George H. Bush no habría podido impulsar aquellos planes sino le aseguraba al poderoso emporio petrolero (del cual participaba con “Arbusto Energy Oil Co”.), que el mercado del petróleo seguiría fluyendo sin inconvenientes desde el Golfo.


En momentos que se desato la crisis el 70 % de los recusos petrolíferos extraíbles se hallaban en la región del Oriente Medio, de los cuales dependían en diversos porcentajes Europa, Japón y los EEUU.


Recordemos que la administración de George H. Bush llegaba al poder con una Armada (US NAVY) materialmente mejorada gracias a la multimillonaria inversión de su predecesor que bajo la llamada “Doctrina Reagan”, puso en marcha –entre otras- la estrategia de Air land Battle que entre otros objetivos, tenía la de llevar adelante intervenciones en otros países siendo la marina la punta de lanza de las operaciones.


Pero si usted aún se esta preguntando cómo EEUU pudo organizar tan rápidamente su intervención en el Golfo en 1990 y golpear militarmente como lo hizo después, sepa que nada estaba abandonado al azar. Más allá de las ventajas que Washington saco de las circunstancias geopolíticas imperantes (caida de la URSS) y de su estrecha relación con el gobierno de Saddam Hussein durante la guerra con Irán, los asesores de Seguridad Nacional y sus cerebros tenían desde hacía mucho un plan de contramedidas para la región.


A mediados de la década de los setentas mientras Washington coqueteaba diplomáticamente con el gobierno del joven Saddam Hussein y su Departamento de Estado nominaba al Irán del Sha Reza Palevi como uno de los pilares estratégicos del Oriente Medio, en 1977 el Consejo de Seguridad Nacional (CSN) aprobo la Decisión Directiva Presidencial n° 18 del presidente Jimmy Carter –Desclasificado el 1/06/1992- recomendando una estrategia que incluyera el uso de la fuerza en situaciones “no-OTAN” dentro del Oriente Medio en general y del Golfo Pérsico en particular.


Según algunas fuentes no oficiales, en este documento se prevé en los párrafos casualmente entintados (Censurados) un capitulo bajo el título “Middle East Contingencies” a los países estratégicos (Iraq e Irán) y el modo de intervernirlos en caso de que los intereses de EEUU se vieran en riesgo. Esta censura sobre dichos párrafos no fue casual ya que si Bagdad o Teherán se hubieran enterado de estas previsiones muy seguramente Washington no habría podido maniobrar como lo hizo durante toda la década de los ochentas.


Para occidente (EEUU y la Europa Occidental) las rutas marítimas de ingreso y salida del Golfo Pérsico eran y siguen siendo de importancia estratégica vital para las comunicaciones y el comercio. Es por ello que no hay que esperar que los portaaviones estadounidenses salgan del área. Incluso si en algún momento Washington considerase que ya no tienen propósito de operar allí, existen otros intereses en la región que no permitirán que se retiren, siendo uno de ellos los israelíes.


En 1979 la excusa para penetrar en el Golfo fue el hipotético peligro de una extensión del extremismo islámico iraní sobre la península árabiga y cuando ello dejo de ser funcional a sus objetivos, los cerebros en Washington pasaron a crear otro enemigo sacrificando a uno de sus socios como lo fue Iraq. Siempre habrá una excusa para que estas fuerzas de tareas flotantes (como el caso de la VII Flota) se encuentren allí (Al Qaeda, ISIS y el terrorismo es una de ellas). Estos fueron precisamente uno de los elementos preponderantes para desarrollar las fases tácticas que culminaron con el cese de las hostilidades en febrero de 1991.


El control de las líneas marítimas revistió –y actualmente sigue revistiendo- una importancia estratégica central para el desarrollo, preparación y ejecución de la “Tormenta del Desierto”, factor que al mismo tiempo fue torpemente desdeñado por los estrategas de Bagdad. Si Saddam Hussein y sus comandantes hubieran valorado en su debida medida el factor naval como un pilar estratégico para defenderse de una agresión externa, ciertamente que el resultado de la crisis de 1990 y su desenlace hubiera sido otro e incluso Iraq no habría sufrido la calamitosa invasión de 2003.


Se puede asegurar que el pilar naval fue decisivo para el desenlace de la guerra de 1991. Igualmente, su sola valoración no sería suficiente para lograr los objetivos tácticos y estratégicos que se pusieron en marcha contra Iraq. Las consideraciones sobre los medios para llevar la confrontación a ese escenario fueron exhaustivas y muy bien meditadas. Fue allí donde radicó como primer objetivo a concretar la “necesidad estratégica” de conformar una Coalición naval que asegurara el control total de las aguas territoriales árabes del Golfo Pérsico.


El componente de dicha Coalición estaba políticamente condicionada. La sola participación de buques de países miembros de la OTAN era no conveniente aunque ello no hubiera bastado para lo planeado. Igualmente señalemos que en aquel entonces había fuertes resistencias de varios socios de la alianza en participar de ésta aventura.


Pero ¿Cuál fue la primera señal de que habría una guerra? Precisamente, el esfuerzo diplomático de Washington ante Naciones Unidas por imponer un bloqueo marítimo.


En la guerra uno de los objetivos estratégicos primordiales es privar al enemigo de sustento y provisiones siendo necesario para ello cortar sus vías de comunicación comercial. A pesar de la pequeña costa iraquí, ampliada con la anexada kuwaití, era por donde salía una parte importante de su producción petrolera. El bloqueo naval era la táctica por excelencia para dicho fin aunque, se requería una justificación política de peso para desplegarla ex ante y que mejor para ello, que hacer participar a terceros países apoyándose en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas mediante una muy aún discutida interpretación del Capitulo VII de la Carta Orgánica.


En el caso de Iraq, cortar las ganancias de sus exportaciones petroleras y sus importaciones de bienes por mar fue el primer acto de beligerancia de EEUU y de la UEO (obviamente encubierto) como prolegómeno al ataque que se llevaría a cabo el 16 de enero de 1991. No olvidemos que entre medio de estos preparativos, los estadounidenses hicieron fracasar todas las conversaciones desestimando cualquiera de las propuestas de Bagdad y de otros países. En resumen ganar tiempo era el objetivo. Fue a instancias de la aquella funcionalidad de Naciones Unidas como Washington, con el apoyo de armadas de terceros países, que Washingotn logró establecer este primer objetivo estratégico de ahorcar el sustento económico de Iraq.


Asimismo la importancia de controlar el espacio marítimo no solo radicaría en la necesidad de establecer una ruta de aprovisionamiento logística segura para las tropas terrestres que irían acumulándose sino también, una política de control estratégico de todo el espectro más amplia y compleja, que se extiende hasta nuestros días. En ese marco, toda la ayuda posible era bienvenida e inestimable ya que la ocupación marítima era la plataforma sustentatoria de las acciones aéreas y terrestres por venir.


Amen a ello, hasta ese entonces no se tenía plena información de las capacidades antibuque de los sistemas iraquíes quienes en apariencia contaban con misiles costeros (Chinos y franceses) y baterías costeras fijas que podrían complicar en alguna medida las tareas de la Armada de EEUU. En lo referente a la capacidad de la Armada iraquí, poco había para considerar como una amenaza real aunque si, con los buques capurados a la pequeña armada real kuwaití que se hallaba compuesta por lanchas misilisticas modernas (Lanchas “Lürssen FPB-57”) que además de veloces, tenían montados misiles MM-40 “Exocet”.

V flota en el golfo persico 1991


Con anterioridad y hasta 1990, EEUU tuvo límites en el control marítimo del Golfo Pérsico dedicándose a custodiar a los superpetroleros de los ataques iraníes. El confuso incidente del “USS-Stark” en 1987 dejo en claro los riesgos existentes. Solo Arabia Saudita proveía una cooperación apática y limitada a los movimientos estadounidenses, justificados en su interesado apoyo a Iraq contra Irán. Y no hay que perder de vista que dicho apoyo no estaba centrado en el “peligro del chiismo” o la “virulencia revolucionaria” de Khomeini promocionado con entusiasmo por los medios occidentales, no nada de eso. Lo único que querían los monarcas de la Casa real Hachemita era continuar gozando de sus privilegios y opulencia que proveía las ganancias del negocio del petróleo del cual participaban las Corporaciones y empresas estadounidenses entre las que se contaba “Arbusto Oil Energy.Co”.


Para cuando el 2 de agosto de 1990 estalló la crisis, la flota estadounidense en la zona bajo el comando COMMIDEASTFOR, no estaba a la altura de las circunstancias y hasta tanto se trasladara la VII Flota al Golfo Pérsico, convocar a una Coalición naval multinacional cubriría el vacío que se sumaría junto aquella a las primeras instancias de las operaciones tácticas de bloqueo contra Iraq. Hasta tanto llegara la VII Flota, la flota del “Miedio Oriente” realizaría las tareas de interceptación junto a los aliados que iban llegando.


Como puede verse, el celo de EEUU por centrar sus esfuerzos en consolidar un pilar naval en aquella oportunidad, estaba preconcebido. Fue por ello que Washington permitio a Iraq el acceso irrestricto de armamento terrestre y aéreo pero casualmente nunca alentó el crecimiento y modernización de su pequeña flota. Seguramente bajo el argumento de que la Armada de EEUU protegería su litoral contra las amenazas iraníes, convenció a Bagdad de no preocuparse por construir un poder naval propio. Como vimos, ello fue un error fatal para Iraq.


Pero fue este paulatino dominio del mar en el Medio Oriente y en particular del Golfo Pérsico que permitió a los EEUU, establecer el primer escalón de sus objetivos geopolíticos y estratégicos en la región, como hemos visto planificados con antelación siendo la Armada el factor gravitante para concretarlos.

18/1/25

EL 15 DE ENERO SE CUMPLIERON 34 AÑOS DE LA GUERRA DEL GOLFO PERSICO 1991

 

MIENTRAS TANTO SEGUIMOS EN LA LUCHA DE SER RECONOCIDOS EN ESTE BENDITO PAIS, QUE NO ENTRAN EN RAZONAMIENTO.



La Guerra del Golfo Pérsico comenzó el 2 de agosto de 1990, hace 33 años. Fue un conflicto bélico entre Irak y una coalición internacional liderada por Estados Unidos.

Antecedentes

Irak, dirigido por Saddam Hussein, invadió Kuwait el 2 de agosto de 1990.
El objetivo de Irak era controlar las reservas petrolíferas de Kuwait.
El Consejo de Seguridad de la ONU condenó la invasión y exigió la retirada de las tropas iraquíes.

Desarrollo

El 16 de enero de 1991, el presidente George Bush ordenó el inicio de la guerra.
La coalición internacional inició un bombardeo aéreo a objetivos militares en Irak y Kuwait.

Irak expresó su deseo de retirarse de Kuwait a mediados de febrero.
El 27 de febrero, la ciudad de Kuwait fue liberada.

El 3 de marzo, los representantes iraquíes aceptaron los términos aliados para una tregua provisional.

El 6 de abril, se firmó un cese del fuego permanente.

Consecuencias

La guerra tuvo consecuencias desiguales.

Murieron unos 500 soldados de la Coalición internacional.
El ejército iraquí perdió entre 20.000 y 30.000 soldados.
Murieron más de 4.000 civiles.



8/1/25

ARGENTINA INICIA EL PROCESO DE INGRESO A LA OTRAN COMO SICIO GLOBAL



El ministro de Defensa, Luis Petri, se reunió esta mañana en el cuartel general de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) en Bruselas, con su secretario general Adjunto, Mircea Geoana.

La reunión, en la que Argentina presentó la carta de intención que inicia el proceso de incorporación del país a esta organización, marca el interés en participar de manera constructiva en la seguridad global.

CON QUE MEDIOS SE UTILIZARAN EN ESTE VINCULO

“Seguiremos trabajando en recuperar vínculos que permitan modernizar y capacitar a nuestras fuerzas al estándar de la OTAN”, sostuvo Petri tras la reunión. Además de reforzar el vínculo con la OTAN para el desarrollo de operaciones de paz, Argentina busca robustecer el control del ámbito marítimo y mejorar capacidades cibernéticas.

"Es un gran placer dar la bienvenida al ministro de Defensa Petri a la sede de la OTAN", dijo el Geoana al asegurar que “Argentina desempeña un papel importante en América Latina”.




Durante el encuentro, en el que el secretario general Adjunto de la OTAN agradeció el apoyo de Argentina a Ucrania con asistencia humanitaria, en esa misma línea los funcionarios intercambiaron puntos de vista sobre los desafíos de seguridad europeos y latinoamericanos.

“Agradezco la solicitud de hoy de explorar la posibilidad de convertirse en socio de la OTAN. Esta alianza trabaja con una variedad de países de todo el mundo para promover la paz y la estabilidad. Una cooperación política y práctica más estrecha podría beneficiarnos a ambos”, aseguró Geoana.

Además, durante su paso por Bruselas, el ministro de Defensa también se reunió con Javier Colomina Piriz, secretario general Adjunto para Asuntos Públicos y Política de Seguridad, a quien Petri le presentó las propuestas de Argentina para explorar temas de mutuo interés como lo son la seguridad marítima y reforzar el diálogo estratégico de seguridad.
EL MINISTRO PIETRI SE METE EN MAS QUILOMBOS, MAS CON EL ORIENTE MEDIO NO ES FACIL ESE LUGAR 

Petri manda apoyo militar a Medio Oriente en medio de la guerra entre Israel e Irán
Argentina se sumó a las Fuerzas Marítimas Combinadas comandadas por Estados Unidos. En Defensa dicen que "solo se trata de entrenar y conocer cómo se desarrollan las actividades de protección".



El gobierno dio un paso más en el alineamiento automático con Estados Unidos e Israel y se sumó de manera formal a las Fuerzas Marítimas Combinadas. Se trata de una fuerza militar integrada por 46 países y está bajo las órdenes de un comandante de Estados Unidos y un vicecomandante de Reino Unido y que Argentina ingresó en septiembre.

El objetivo de esta fuerza es garantizar la circulación de algunas de las vías comerciales en Medio Oriente en un contexto de guerra total. Según pudo saber LPO, esta coalición militar no participa directamente de los conflictos armados pero tiene entre sus objetivos contrarrestar los ataques de la milicia hutí, un aliado proxy de Irán en Yemen que escaló sus agresiones desde el inicio de la ofensiva israelí contra el territorio palestino de la Franja de Gaza.


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Cabe destacar las Fuerzas Marítimas Combinadas representa a la quinta flota de Estados Unidos en Bahrein, una monarquía petrolera del Golfo Pérsico. En Defensa aclaran que el rol de Argentina está vinculado con las directrices de política exterior que explicitó el propio Milei pero es un intercambio que ya realizan otro países.


De todas formas, la presencia en la zona pone al país en el riesgo de pelear directamente con fuerzas pro-iraníes en Yemen aunque en ese caso se necesita apoyo del Congreso.

Vamos a participar de la fuerza 150 de seguridad marítima. Tiene que ver con entrenar y conocer cómo se desarrollan las actividades de protección de líneas de comunicación naval


Fuentes de Defensa explicaron a LPO que "vamos a participar de la fuerza 150 de seguridad marítima. Tiene que ver con entrenar y conocer cómo se desarrollan las actividades de protección de líneas de comunicación naval".


"En 2025 se prevé una participación de máximo dos hombres de la Armada. Un oficial y un suboficial para entender el entorno operativo", afirman.

Ataque de Irán a Israel.


Sobre la posibilidad de un conflicto con Irán o sus proxy, esta fuente asegura que "no, porque la fuerza militar no está en contra de un X o de un Z sino que provee protección a las líneas de comunicación naval. El formato coalición de voluntad permitió establecer como y en qué forma participar de este tipo de iniciativas. Por ahora es ver y entender el entorno operacional".

Sobre la posibilidad de un conflicto con Irán o sus proxy, esta fuente asegura que "no, porque la fuerza militar no está en contra de un X o de un Z sino que provee protección a las líneas de comunicación naval. El formato coalición de voluntad permitió establecer que como y en qué forma participar de este tipo de iniciativas



Con Argentina, ya son Colombia, Ecuador y Brasil los países de latinoamericanos que participaron de este espacio que también integra a Albania, Australia, Bahrein, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Djibouti, Egipto, Finlandia, Francia, Alemania, Grecia, India, Irak, Italia, Japón, Jordania, Kenia, República de Corea, Kuwait, Malasia, Países Bajos, Nueva Zelandia, Noruega, Omán, Pakistán, Filipinas, Polonia, Portugal, Qatar, Arabia Saudita, Islas Seychelles, Singapur, España, Sri Lanka, Suecia, Tailandia, Turquía, Emiratos Árabes Unidos, Reino Unido, Estados Unidos y Yemen.

El fin de la neutralidad

Esto forma parte de lo que Milei anunció en las Naciones Unidas que Argentina abandonará la neutralidad en los conflictos que afectan a sus aliados, como el es el caso de Israel contra Hamas, Hezbolá e Irán.

El giro militar es notorio desde la llegada del gobierno libertario, ya que, como anticipó en exclusivo LPO, el gobierno ya hizo el pedido formal para formar parte de la OTAN en un claro alineamiento con Estados Unidos que también se expresa en designaciones locales como en el área de ciberdefensa, donde el ministerio de Petro nombró a un funcionario de la embajada.

HAY 25 ARGENTINOS EN EL CONVULSIONADO REINO DE BAHREIN

 






Al menos 25 argentinos y sus familias viven en Bahrein, convulsionada por el contagio de revuelta en Oriente Medio. Petiseros de los caballos de la Familia Real, veterinarios, pilotos de Gulf Air, banqueros y arquitectos son algunos miembros de la comunidad argentina y, hasta ahora, “todos se encuentran bien” . No hay embajada argentina en Bahrein.


El arquitecto Felipe Yofre y su familia viven en la capital y contaron a Clarín el sábado por la noche cómo están viviendo los disturbios que exigen la caída de la monarquía en la pequeña y rica isla del Golfo Pérsico.


“ Los disturbios se centralizan en la plaza Perla y no en todo el país o la capital. Es una zona muy céntrica, donde confluyen diferentes arterias y allí están los problemas.El resto de la capital está pacífica. Nosotros ya tenemos experiencia: nos tocó vivir la guerra del Golfo”, explica por teléfono Felipe, un cordobés que llegó a Bahrein en 1976 y hoy tiene uno de los estudios de arquitectura más importantes del país. Allí vive junto a Cristina Lucero Funes y su hijo y socio Felipe. Martín se fue a vivir a Dubai.



La Internet, los teléfonos y las redes sociales no se han cortado durante las protestas y los argentinos están en contacto directo con sus familiares. “Todos están bien pero preocupados con lo que sucede”, dice.


Después de una violenta represión y francotiradores en las cercanías de Perla, los tanques del ejército se han retirado de la plaza al igual que la policía. Fue una de las exigencias de la oposición para aceptar el “diálogo amplio y abierto” al que ha convocado el príncipe heredero para enfrentar la crisis.


Ayer sábado, los miles de manifestantes volvieron a tomar la Perla , pese a la brutal represión. Los opositores al régimen instalaron tiendas en la céntrica plaza de Manama, la capital del reino, de donde habían sido expulsados el jueves en un operativo policial que dejó cuatro muertos. El viernes, el régimen envió al ejército, que disparó a los manifestantes, dejando decenas de heridos. Todos los que protestaban reclamaban el fin de la monarquía.



“Lo que pasa no es diferente a lo que ustedes están viendo en el exterior por televisión.Yo ví el otro día una manifestación a favor del régimen, con familias, chicos. Pero es la otra cara de la moneda. Aquí el movimiento es shiíta , que es la mayoría población del país pero la monarquía es una minoría sunnita. Los shiítas protestan por el desempleo y porque no tienen acceso a la fuerzas de seguridad cuando buscan trabajos. Aquí las fuerzas armadas y la policía son mayoritariamente extranjeros”, explicó Felipe.


Yofre diferencia a la revuelta egipcia de la de Bahrein, más allá del contagio que las provoca. “Las diferencias entre la pobreza egipcia y la de Bahrein es enorme. Aquí viven mucho mejor que en Egipto, pero las reivindicaciones son otras y están vinculadas a su participación en la sociedad y los lugares de trabajo. Los bahrerines tienen más prerrogativas que en Egipto”, comenta el argentino.


Desde que se inició la revuelta hay al menos 6 muertos y 100 heridos en medio de una brutal represión en un país que es sede de la Quinta Flota de EE.UU.

26/12/24

KUWAIT PAGO A LOS ALIADO EN LA GUERRA DEL GOLFO PERSICO






Gorra conmemorativa de la Guerra del Golfo





Pago a Bahrein en el Golfo Pérsico 1991


No hay evidencia de que Bahrein haya realizado un pago directo a Argentina por su participación en la Guerra del Golfo Pérsico en 1991. 

Sin embargo, se menciona que Kuwait, como país beneficiario de la coalición, realizó pagos a sus aliados, incluyendo a Argentina. Según un informe, Kuwait pagó al menos 2,5 billones de dólares a sus aliados como consecuencia de la guerra del golfo Pérsico. Además, se menciona que Kuwait depositó un cheque a la Argentina en un banco de Inglaterra por 22.000.000 de dólares estadounidenses hasta el 15 de enero de 1991.

Caza F16 sobrevuelo de pozos incendiados.

9/12/24

COOPERACION ENTRE ARABIA SAUDITA Y ARGENTINA EN LA GUERRA DEL GOLFO PERSICO



MONARCAS Y REYES DE ARABIA SAUDI.
Fahd bin Abdulaziz .



 Arabia Saudita y Argentina cooperaron durante la Guerra del Golfo Pérsico (1990-1991). 

A continuación, se destacan algunos puntos clave:

Apoyo diplomático: Arabia Saudita, como miembro del Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo (CCASG), condenó la invasión iraquí de Kuwait y apoyó la resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU) N° 678, que autorizaba el uso de la fuerza para liberar Kuwait.

Envío de tropas argentinas: Argentina, bajo el gobierno de Carlos Menem, decidió enviar un contingente militar al Golfo Pérsico en septiembre de 1990, como parte de la Operación Escudo del Desierto. 

El Grupo de Tarea 88.0, compuesto por embarcaciones de la Armada Argentina ARA SPIRO Y ARA BROWN, se unió a la coalición internacional liderada por Estados Unidos.

Cooperación naval: Arabia Saudita proporcionó apoyo logístico y naval a las fuerzas argentinas desplegadas en el Golfo. Las embarcaciones sauditas también participaron en operaciones de patrulla y vigilancia marítima en apoyo de la coalición.

Coordinación con la OTAN: Arabia Saudita, como miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), trabajó estrechamente con la alianza para coordinar esfuerzos y compartir inteligencia en el marco de la Operación Escudo del Desierto.

Apoyo económico: Arabia Saudita, como miembro del CCASG, también proporcionó apoyo económico a Argentina y otros países que participaron en la coalición, posiblemente a través de préstamos o donaciones.

En resumen, Arabia Saudita y Argentina cooperaron en la Guerra del Golfo Pérsico a través de un acuerdo diplomático, envío de tropas argentinas, cooperación naval, coordinación con la OTAN y apoyo económico. 

Esta cooperación refleja la importancia de la relación entre ambos países en el marco de la política exterior de Arabia Saudita y la participación de Argentina en la coalición internacional liderada por Estados Unidos.

MI PREGUNTA: DONDE ESTA LA PLATA