5/2/22

DE MALVINAS AL GOLFO PERSICO





ISLAS MALVINAS AÑO 1982 GUERRA CON REINO UNIDO


BUQUES DE LA OTAN EE.UU


BUQUES DE LA ARMADA ARGENTINA EN EL GOLFO PERSICO 1992 GUERRA CONTRA IRAK


ZONA DEL GOLFO PERSICO DONDE OPERO CON LA OTAN, LOS BUQUES ARGENTINO




Considera el articulista las posibles, y lejanas, similitudes entre la guerra del Golfo y las de las Malvinas. La capitulación total de los perdedores y el resurgir del nacionalismo son aspectos coincidentes en los dos conflictos.

La civilización no suprime la barbarie; la perfecciona. (Oscar Wilde).El 31 de marzo de 1982, millares de argentinos convocados por las organizaciones sindicales se congregaron en la plaza de Mayo para repudiar la dictadura. El régimen militar estaba en crisis absoluta y todo hacía pensar que no tardaría en caer. Más fuertes que el miedo, la furia, la desesperación y la esperanza, empujaron a la gente hacia la plaza. Dos días después, sin embargo, una multitud más numerosa aún se reunió en el mismo sitio para expresar su apoyo incondicional al general Galtieri.

 Los militares acababan de recuperar las islas Malvinas.Unas semanas después, mientras la flota inglesa se dirigía al Atlántico Sur, apareció en París, en el diario Le Monde, una declaración firmada por varias decenas de exiliados. Condenábamos la invasión porque nos oponíamos al principio de resolución de conflictos por la fuerza, y sobre todo porque negábamos a la dictadura militar el derecho a ejercer cualquier acto en nombre del pueblo. También reivindicábamos el derecho argentino sobre las islas, condenábamos el neocolonialismo británico y el envío de su armada, por considerar que las potencias occidentales, en particular Estados Unidos, disponían de los resortes necesarios para obligar a los militares argentinos a dar marcha atrás.


El mismo día de la aparición del comunicado, muchos de los firmantes recibimos llamados insultantes o amenazadores. No provenían, como podría pensarse, de amigos de la dictadura, sino de exiliados o proscritos súbitamente presos de: un fervor nacionalista tal que les había hecho olvidar la naturaleza del régimen, el derecho a. disentir y hasta el sentido de la amistad. 

En el interior del país ese sentimiento fue mucho más poderoso. Atrapados entre la razón de sus convicciones y el estigma de traidores a la patria, los sectores más lúcidos y progresistas se vieron desde el principio reducidos a un impotente silencio y al aislamiento. 

Un par de años después, ya de regreso, me di cuenta de que desde dentro y en plena guerra la doble y equidistante razón del comunicado parisiense perdía su equilibrada polaridad y se tornaba en magma confuso. Que quizá en la marea emocional de una guerra de esas características, en la alternativa de elegir entre dos males, no es posible otra cosa que mentir callando y colaborar por simple omisión. Que en cualquier caso el estallido de la primera bomba pone automáticamente a todo el mundo en la misma trinchera.Intransigencia



Aunque muy distinta, la guerra de las Malvinas tuvo algunas similitudes con la actual.

 En primer lugar, la sospechosa indiferencia de Estados Unidos y del Reino Unido ante una invasión inminente y conocida. Luego, la intransigencia: el Reino Unido no quiso entrar a discutir en ningún momento no ya la soberanía, sino siquiera la reivindicación argentina sobre unas islas ocupadas en el siglo pasado en un acto de piratería, con lo que los invasores fueron obligados a elegir entre el suicidio y la guerra. Noam Chorrisky ha reseñado con precisión (véase EL PAÍS del 12 de enero de 199 1) no sólo los antecedentes coloniales de la crisis del golfo Pérsico, sino incluso una propuesta de Sadam Husein de abril de 1990 (más de un año antes de la invasión de Kuwait), en la que éste propuso a George Bush la destrucción de sus armas convencionales si Israel aceptaba otro tanto. Paul Balta, por su parte, recuerda que en 1969 el joven Arafat defendió la idea de "un Estado palestino democrático en el cual coexistirían cristianos, judíos y musulmanes", rechazada de plano por Israel (véase EL PAÍS del 31 de enero de 1991). 

Teniendo en cuenta tc1os los antecedentes, la propuesta de Sadam de ligar su retirada de Kuwait con el caso palestino debió ser tomada en consideración, aun sin creer en absoluto, como es lógico, que ése fuera su objetivo al invadir. En cualquier circunstancia, esa concesión hubiera sido mínima comparada con los daños de la guerra que ahora se están poniendo en evidencia, sobre todo cuando existe acuerdo general en que después habrá una conferencia sobre Oriente Próximo.

La guerra de las Malvinas (en la que los británicos atacaron con ferocidad, aunque no hubiese explotación petrolera) concluyó en que allí donde -sólo había pastores y ovejas ahora haya una superbase militar británica. En cuánto a la reivindicación argentina, el asunto está cerrado: a los derrotados, ya se sabe, no les asisten derechos. ¿No ocurrirá ahora que después de la eventual derrota iraquí el golfo Pérsico quede bajo control militar de Estados Unidos y el pueblo palestino "empujado a una desesperada alianza con Irak- despojado de sus derechos por mucho tiempo?


El otro elemento similar entre las Malvinas y el Golfo es una de sus consecuencias: el resurgir del sentimiento nacionalista. Aunque el Estado es confesional, la sociedad argentina es perfectamente laica, moderna en el sentido occidental. No existe nada comparable al formidable elemento místico unificador que representa el en el mundo árabe. Sin embargo, aquella aventura militar tuvo el apoyo inmediato de los más dispares Gobiernos latinoamericanos, y después de la guerra no hay en Argentina partido político con posibilidades electorales que no incluya en su programa la reivindicación nacional sobre las Malvinas. 

Los siniestros militares carapintadas son hijos directores de esa guerra y el presidente Menem es considerado en ese punto como un traidor, por asumir con realismo la recomposición de los vínculos diplomáticos y comerciales con el Reino Unido. En la medida en que las democracias del Tercer Mundo no hacen hasta ahora más que ampliar y profundizar la miseria con sus medidas de ajuste dictadas -no hay que olvidarlo- desde el Norte, el peligro de un nacionalismo exacerbado aumenta. 

Basta comprobar en este momento el multiplicado vigor de los sectores integristas islámicos en el mundo árabe e imaginar el embarazo de un musulmán moderado y progresista aliado, por ejemplo, de la Internacional Socialista. Cualquier integrista le diría, no sin razón en este caso, que De Gaulle era mejor que Mitterrand.

Los defensores de Occidente ponen al acento en que esta guerra la empezó el invasor iraquí e 2 de agosto, en que Sadam Husein es un tirano y criminal indefendible y en que están en juego intereses vitales, con el agregado de que pararle los pies ahora a Sadam será en cualquier caso menos costoso y sangriento que hacerlo dentro de unos años.

Analistas que reconocen los hechos pero que rehúsan embarcarse en la aparente lógica, de esta guerra subrayan por su parte que fueron los principales miembros de la alianza occidental y de la URSS quienes armaron a Sadam incluyendo las armas químicas y bacteriológicas, que este conflicto tiene origen en el arbitrario e interesado orden poscolonial impuesto por las potencias oceidentales y que no es el derecho internacional ni la democracia lo que se defiende en el Golfo, sino sencillamente el petróleo, la seguridad de Israel y la estabilidad de las monarquías petroleras árabes aliadas de Occidente.Vieja patraña



Todo esto se ha dicho ya bastante aunque es notable que los prooccidentales a ultranza eviten la polémica en el terreno histórico, concreto y se sirvan de la vieja patraña maniquea civilización o barbarie. 

Los nuevos cruzados no se aventuran en lo que Ítalo Calvino llamaba "el mar de la objetividad", mucho más complejo y menos reconfortante. De cualquier modo, la discusión parece centrarse ahora -descontando la victoria militar aliada, más tarde o más temprano- en qué clase de nuevo orden internacional será el que surja después del conflicto. 

Los optimistas -Savater, Timerman, por citar a algunos de esta misma página opinan, grosso modo, que esta guerra ha dado por fin el protagonismo a la ONU y que en el futuro sólo habrá -si las hay guerras por consenso y en defensa del Derecho Internacional; que la derrota de Irak abrirá las puertas de una conferencia sobre todos los problemas de Oriente Próximo y que por fin el mundo civilizado tendrá el horizonte libre de comunistas y mesiánicos líderes tercermundistas para difuminar su bálsamo bienhechor. 

Hasta hay especialistas que pronostican que "Europa regirá la economía mundial" y proponen "un Plan Marshall europeo para los países del Este y los del Magreb" después de la guerra (véase EL PAÍS del 2 de febrero de 1991), lo que supone un mundo liderado por un capitalismo democrático y social a la europea.

El pesimismo parece, sin embargo, más razonable. El papel de Europa en la constitución de un nuevo orden jurídico mundial está resumido en el programa de posguerra de Henry Kissinger: ninguno (véase EL PAÍS del 29 de enero de 1991). 

En cualquier caso, será mínimo e intrascendente, como lo fue antes y durante su influencia política y militar. El país que desde hace al menos una década está imponiendo al mundo un Plan Marshall de proporciones descomunales es Estados Unidos. 

Una simple Ojeada a su déficit presupuestario y de comercio exterior, a su deuda externa y a la crisis de su sistema financiero basta para augurar que la presión que ejerce sobre el resto del mundo se redoblará en el futuro, desde una posición más prepotente y hegemónica. 

No habrá capitales para los países del Este ni para el Tercer Mundo después de esta guerra, al menos por bastante tiempo. Habrá, en cambio, rebrote nacionalista y sed de venganza en el Sur, por no hablar de una eventual. involución grave de la perestroika. 

Habrá, por tanto, demanda armamentista, nuevas guerras en el horizonte y un más que probable rebrote del terrorismo internacional. 

Si la guerra se prolonga, o si la crisis consecutiva es seria, hasta es previsible una descomposición de la Comunidad Europea y el ingreso de la socialdemocracia en un cono de sombra. El nacionalismo xenófobo, regresivo y musculoso no es un invento árabe, y los que comparan a Sadam con Hitler no caen en la cuenta de que el espejo de la historia les devuelve su propia imagen.

23/1/22

LAS DOS FRAGATAS DE MENEM EN EL GOLFO PERSICO 1992




LO ESCRITO POR ESTE DIARIO O LOS DICHOS DEL EX PTE. MENEM (F) NO TENIAN NI IDEA DE LO QUE OCURRIA EN EL GOLFO.

Y ESO DE QUE SE TRATABA DE LOGISTICA ES ESTAR EN EL ESCENARIO DE GUERRA, SE VE QUE NO ESTUVIERON ASESORADOS POR EL ESTADO MAYOR CONJUNTO DE LAS FF.AA ARGENTINA, ES CUBRIR A TODOS LOS BUQUES EN PRESTAR APOYO DE VARIADAS NECESIDADES EN EL COMBATE.

Plenamente alineado con los Estados Unidos y al principio de su década de gobierno, el ex presidente Carlos Menem decidió involucrar a la Argentina en la Guerra del Golfo. Fue en setiembre de 1990 y por decreto.

Se trató de dos fragatas misilísticas y 450 marinos que estuvieron lejos del foco de conflicto para apoyar el bloqueo naval impuesto al régimen de Saddam Hussein. 

Menem dijo que se trataba de una tarea "logística" y no "operativa". Las acciones comenzaron el 16 de enero de 1991 y concluyeron el 2 de marzo.

A diferencia de la actualidad, en aquella ocasión se trató de una operación plenamente avalada por la ONU, que dispuso el bloqueo luego que las tropas iraquíes invadieron Kuwait en agosto de 1990. En total fueron 22 países los que estuvieron presentes en el Golfo Pérsico.

La decisión de Menem generó el rechazo de la oposición ya que no fue consultada al Congreso, que finalmente la aprobó, aunque ya con los hechos consumados, el 24 de enero.

Pero las peores críticas vendrían después, tras los atentados en 1992 contra la Embajada de Israel y en 1994 contra el edificio de la AMIA, sede de la mutual de la comunidad judía en la Capital. El saldo fue de 115 muertos y más de 200 heridos.

 El cuestionamiento se refería a que los atentados podían ser represalias de terroristas árabes por el apoyo argentino a los Estados Unidos en el Golfo.




 La anexión iraquí de Kuwait (1990) La invasión de Kuwait por Irak fue el primer caso1 en el que un miembro de las Naciones Unidas anexó todo el territorio de otro Estado Miembro, con la pretensión de conquistarlo y de eliminarlo como entidad independiente y soberana2. El protectorado británico sobre Kuwait finalizó el 19 de junio de 1961, cuando el Estado se hizo independiente bajo el régimen político de un Emirato. Ese mismo año se unió a la Liga Árabe (con la oposición de Irak, que reclamaba Kuwait como parte de su territorio) y en 1963 fue aceptado como miembro de las Naciones Unidas. 


Ese mismo año, Irak reconoció su independencia sin aceptar las fronteras trazadas por el Reino Unido. Tres años más tarde, Kuwait y Arabia Saudita alcanzaron un acuerdo sobre su frontera común y sobre los recursos petrolíferos del área3. Después de terminado el conflicto irano-iraquí, que duró de 1980 a 1988, Irak relanzó sus reclamos sobre Kuwait, en particular la soberanía sobre dos islas, Warba y Bubiyan, de gran importancia estratégica4, que, según el Emirato, formaban parte de su territorio.

 La guerra con Irán había debilitado seriamente la economía de Irak y su deuda externa había crecido de manera exponencial. Kuwait y otros países árabes, que habían apoyado a Irak, eran los acreedores más importantes. Saddam Hussein acusó a Kuwait de ser parte de una conspiración contra Irak5; de ser responsable de haber provocado el descenso del precio del petróleo excediendo las cuotas establecidas por la OPEP; de haberse apropiado de petróleo iraquí del yacimiento de Rumaila (que se encuentra en la frontera entre los dos Estados) y de no haber querido cancelar su deuda con Irak derivada de la guerra con Irán6, por haber defendido los “intereses de los árabes” en la guerra7. 

Ante las negativas kuwaitíes a aceptar sus reclamos, Saddam Hussein invadió Kuwait el 2 de agosto de 1990. Antes de que las fuerzas iraquíes llegaran a Kuwait City, el Emir, su familia y miembros del gobierno se refugiaron en Arabia Saudita, donde establecieron un gobierno en el exilio. Los efectivos iraquíes se apoderaron rápidamente de Kuwait City y luego del resto del pequeño territorio. 

Se formó un nuevo gobierno – el Gobierno Provisional de Kuwait Libre (PGFK por sus siglas en inglés)- que el 8 de agosto 1 Khan, Paul: “Lessons for International Law from the Gulf War”, Stanford Law Review, Vol. 45, Num. 2, 1993. 2 Greenwood, Christopher: “New World Order or Old. The Invasion of Kuwait and the Rule of Law”, The Modern Law Review, Vol. 55, Num. 2, 1992. 3 Sobre el tratado entre Arabia Saudita y Kuwait, véase: Pinto, Mónica: “Derecho internacional aplicable a los recursos minerales en ámbitos de convergencia de la jurisdicción de dos o más Estados”, Tesis doctoral, Universidad de Buenos Aires, Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, Buenos Aires, 1981, mecanografiado, ejemplar en la Biblioteca de la Facultad de Derecho, UBA, págs. 64 a 69. 4 “Ellos controlan el acceso a la única zona costera de la costa de Iraq que no está en el Shatt al Arab y que, por lo tanto, no es vulnerable a un ataque iraní”. Greenwood, Christopher: “New World Order or Old. The Invasion of Kuwait and the Rule of Law”, The Modern Law Review, Vol. 55, Num. 2, 1992. 5 Greenwood, Christopher, “op.cit.”; Karsh & Rautsi, Efraim & Inari: “Why Saddam Hussein invaded Kuwait”, Survival, Vol. 33, Num. 1, January/February 1991. 6 Greenwood, Christopher, “op.cit.”. 7 Halliday, Fred: “The Gulf War and Its Aftermath. First Reflections”, International Affairs, Vol. 67, Num. 2, 1991. Alberto E. DOJAS, Amenazas, Respuestas y Régimen Político. Entre la legítima defensa y la intervención preventiva, EUDEBA, Buenos Aires, 2011. www.aedojas.com.ar © 2011 Página | 2 presentó un “pedido formal” para incorporarse a Irak8, que manifestó que históricamente Kuwait era parte de Irak y que su existencia como Estado separado era la consecuencia directa del colonialismo británico9. Por lo tanto, incorporó su territorio como una provincia iraquí señalando que la intervención había sido llevada adelante en respuesta a un “pedido del pueblo kuwaití”10. La reacción internacional a la invasión iraquí fue mayoritariamente hostil. 

El propio día de la invasión, el Consejo de Seguridad adoptó la resolución 660, por la que, actuando bajo los artículos 39 y 40 de la Carta (capítulo VII), determinó que existía un quebrantamiento a la paz y a la seguridad internacionales, condenó la invasión, solicitó el inmediato e incondicional retiro de las tropas iraquíes y exhortó a Kuwait y a Irak a iniciar negociaciones para resolver sus diferencias11. La Argentina sostuvo que la invasión y ocupación de Kuwait representaba un quebrantamiento de la paz y una grave perturbación del equilibrio político en la región; adhirió a las sanciones y anunció que daría estricto e inmediato cumplimiento a la resolución 66012.

 En razón de que las tropas iraquíes permanecían en territorio kuwaití, el Consejo adoptó el 6 de agosto la resolución 66113, por la que reconoció el derecho inmanente de legítima defensa de Kuwait e impuso una serie de sanciones económicas a Irak14, creándose un Comité encargado de controlar el cumplimiento de las medidas15. 

La 8 “Para devolver la parte y la rama, Kuwait, al todo y al origen, Iraq, en una unidad de fusión abarcativa y eterna”. Kessing’s Record of World Events, 1990, 37635. 9 El conflicto puede remontarse a la derrota del imperio otomano en la Primera Guerra Mundial, cuando Irak era un territorio turco y Kuwait un protectorado británico. Bajo el Tratado de Uqayr, los británicos dividieron en dos a Kuwait, dejando 11.200 kilómetros cuadrados de tierra para constituir el moderno Kuwait.

 La otra mitad fue dividida entre los sauditas y los iraquíes. Hevesi, Dennis: “La tercera invasión de Irak”, La Nación, 3 de agosto de 1990. 10 Warbrick, Colin: “The Invasion of Kuwait by Iraq”, ICLQ, Vol. 40, Num. 2, 1991. Irak informó que había intervenido para apoyar un golpe de Estado realizado por revolucionarios kuwaitíes jóvenes contra la familia Sabah, a la que denunció de “traidores y agentes de planes sionistas y foráneos.” La Nación: “El nuevo régimen promete la paz con Irak”, 3 de agosto de 1990. 11 CS Res. 660, 2 de agosto de 1990. 12 La Nación: “Argentina adhirió a las sanciones”, 8 de agosto de 1990. 13 La resolución 661 fue la tercera ocasión en la que el Consejo de Seguridad impuso sanciones obligatorias bajo el artículo 41. 

Las otras dos oportunidades habían sido Corea (1950) y Rhodesia (1965). 14 “Decide que todos los Estados impedirán: 

a) La importación a sus territorios de todos los productos originarios de Irak o Kuwait que sean exportados desde éstos después de la fecha de la presente resolución; 

b) Todas las actividades de sus nacionales o en sus territorios que promuevan o tengan por objeto promover la exportación o el trasbordo de cualesquiera productos o bienes de Irak o Kuwait; y cualesquiera transacciones por sus nacionales o por buques de su pabellón o en sus territorios de productos o bienes originarios de Irak o Kuwait y exportados desde éstos después de la fecha de la presente resolución, incluidas en particular cualesquiera transferencias de fondos de Irak o Kuwait para atender a esas actividades o transacciones; 

c) La venta o suministro por sus nacionales o desde sus territorios o mediante la utilización de buques con sus pabellones de cualesquiera productos o bienes, incluidas las armas y cualquier otro tipo de equipo militar, originarios o no de sus territorios, pero excluidos los suministros destinados estrictamente a fines médicos, y, en circunstancias humanitarias, los alimentos, a cualquier persona o entidad en Irak o Kuwait, o a cualquier persona o entidad en relación con cualesquiera negocios realizados en Irak o Kuwait, o dirigidos desde éstos, y cualesquiera actividades de sus nacionales o en sus territorios que promuevan o tengan por objeto promover tal venta o suministro de esos productos o bienes.” 

CS Res 661, 6 de agosto de 1990. 15 Antes de la adopción de esta resolución, varios Estados, entre ellos los Estados Unidos y Gran Bretaña, habían bloqueado los activos iraquíes en sus jurisdicciones. Estas sanciones fueron casi universalmente aplicadas. Hacia mediados de enero de 1991, 122 de los 159 miembros de las Naciones Unidas habían informado las medidas que habían tomado para implementar las sanciones. Alberto E. DOJAS, Amenazas, Respuestas y Régimen Político. Entre la legítima defensa y la intervención preventiva, EUDEBA, Buenos Aires, 2011. www.aedojas.com.ar © 2011 Página | 3 resolución obligaba también a los Estados no miembros de las Naciones Unidas a aplicar las sanciones16. 

Luego de la adopción de esta resolución, los Estados Unidos17 y Gran Bretaña anunciaron que utilizarían sus fuerzas navales situadas en el Golfo Pérsico y zonas vecinas para evitar que se violaran las sanciones impuestas. La Argentina envió naves a la zona para cooperar en el control del embargo. La resolución 661 no confería a los Estados el poder de amenazar o usar la fuerza contra barcos de otros Estados con el objetivo de hacer cumplir las sanciones18. Sin embargo, los Estados Unidos y Gran Bretaña afirmaron que actuaban en ejercicio del derecho de legítima defensa colectiva en respuesta a un pedido de las autoridades de Kuwait en el exilio. Esta controversia fue resuelta por la resolución 665 del 25 de agosto, que autorizó ese uso de la fuerza de manera proporcional si resultaba necesario19.

 La resolución 670, del 25 de septiembre, autorizó también el control del tráfico aéreo20. El 29 de noviembre, ante el incumplimiento iraquí de la resolución 660, el Consejo de Seguridad, por medio de la resolución 67821, autorizó a los Estados Miembros que “cooperaban” con el gobierno de Kuwait para que, a menos que Irak cumpliera 16 Artículo 4: “Decide que todos los gobiernos se abstendrán de poner a disposición del Gobierno de Iraq, o de cualquier empresa comercial, industrial o de servicios que opere en Iraq o en Kuwait….”; 

Artículo 5: “Exhorta a todos los Estados, incluidos los Estados que no son miembros de las Naciones Unidas, a que actúen en estricta conformidad con las disposiciones de la presente resolución, independientemente de cualquier contrato suscrito o licencia otorgada antes de la fecha de la presente resolución”. 17 “En respuesta a los pedidos del gobierno legítimo de Kuwait, y en ejercicio del derecho inmanente de legítima defensa colectiva reconocido bajo el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, las fuerzas de los Estados Unidos, en cooperación con fuerzas regionales y aliadas, conducirán una operación marítima para interceptar la importación y exportación de mercadería con productos de y hacia Iraq y Kuwait que estén prohibidos por la Resolución del Consejo de Seguridad 661. 

La negativa de un barco a proceder de acuerdo a lo indicado resultará en el uso de la mínima fuerza necesaria para asegurar el cumplimiento”. Special Warning Num. 80, Vol. I Kuwait Crisis, pág. 248. Greenwood, Christopher: “New World Order or Old. The Invasion of Kuwait and the Rule of Law”, The Modern Law Review, Vol. 55, Num. 2, 1992. 18 Greenwood, Christopher, “op.cit.”. 

19 “Exhorta a los Estados Miembros que cooperan con el Gobierno de Kuwait que están desplegando fuerzas marítimas en la región a que utilicen las medidas proporcionadas a las circunstancias concretas que sean necesarias, bajo la autoridad del Consejo de Seguridad, para detener todo el transporte marítimo que entre y salga a fin de inspeccionar sus cargamentos y destinos y asegurar la aplicacin estricta de las disposiciones relativas al transporte marítimo establecidas en la resolución 660 (1990).” CS Res 665, 25 de agosto de 1990. 

20 “Decide que ningún Estado, prescindiendo de que existan derechos u obligaciones conferidos o impuestos por acuerdos internacionales, contratos, licencias o permisos concertados o concedidos antes de la fecha de la presente resolución, permitirá a ninguna aeronave despegar de su territorio si la aeronave hubiera de llevar cualquier tipo de cargamento a Irak o Kuwait o procedente de esos países, excepto si se tratara de alimentos, en circunstancias humanitarias y con sujeción a la autorización del Comité del Consejo establecido en virtud de la resolución 661 (1990) y de conformidad con la resolución 666 (1990), o de suministros destinados estrictamente a fines médicos o exclusivamente al UNIIMOG; 4. 

Decide además que ningún Estado permitirá que ninguna aeronave que haya de aterrizar en Irak o Kuwait, cualquiera sea el Estado en que esté registrada, sobrevuele su territorio a menos que: 

a) La aeronave aterrice en un aeropuerto designado por ese Estado fuera de Irak o Kuwait a fin de que pueda ser inspeccionada para cerciorarse de que no transporte un cargamento en trasgresión de la resolución 661 (1990) o de la presente resolución, y para estos efectos la aeronave podrá ser detenida todo el tiempo que sea necesario; o 

b) El vuelo de que se trate haya sido aprobado por el Comité establecido en virtud de la resolución 661 (1990); o c) Las Naciones Unidas hayan certificado que el vuelo se realiza exclusivamente para los fines del UNIIMOG.” CS Res 670, 25 de septiembre de 1990. 21 CS. Res.678, 29 de noviembre de 1990. 

Fue aprobada por 12 votos a favor, 2 en contra (Yemen y Cuba) y 1 abstención (China). Alberto E. DOJAS, Amenazas, Respuestas y Régimen Político. Entre la legítima defensa y la intervención preventiva, EUDEBA, Buenos Aires, 2011. www.aedojas.com.ar © 2011 Página | 4 plenamente para el 15 de enero de 1991 las resoluciones anteriores, utilizaran “todos los medios necesarios” para hacer valer y llevar a la práctica la resolución 660 y las resoluciones aprobadas ulteriormente para restablecer la paz y la seguridad internacionales en la región. Como Irak no cumplió las condiciones del ultimátum22, el 16 de enero de 1991 comenzó la llamada “Operación Tormenta del Desierto”, de una coalición liderada por los Estados Unidos que contó con el apoyo de 28 países y 700.000 soldados. 

Las operaciones comenzaron con el lanzamiento de misiles contra las fuerzas iraquíes en Kuwait y en Irak y contra centros de comando y comunicación iraquíes23. La coalición no era una fuerza internacional de las Naciones Unidas sino la reunión de contingentes nacionales bajo la dirección de un país miembro24 que actuaba con la autorización del Consejo25. El 22 de febrero, el Presidente George Bush envió un ultimátum al gobierno de Irak para que retirara todas sus fuerzas de Kuwait City en un plazo de 48 horas; comenzara el abandono inmediato del resto del territorio y liberara a los prisioneros de guerra militares y civiles. Irak rechazó nuevamente el ultimátum26. El 24 de febrero, las fuerzas de la coalición comenzaron sus operaciones terrestres.

 El 26 de febrero, fue liberada Kuwait City; al día siguiente lo fue el resto del territorio de Kuwait, suspendiéndose las hostilidades27. El 2 de marzo, el Consejo de Seguridad adoptó la resolución 686 por la que imponía las condiciones para el cese de las hostilidades. Irak debía, entre otras cosas, revocar las medidas tomadas a los efectos de la anexión de Kuwait, aceptar su responsabilidad por los daños, perjuicios y lesiones sufridos por Kuwait y por terceros Estados y sus nacionales y liberar a los prisioneros; asimismo, Irak debía poner fin a todas las hostilidades contra la coalición. Irak las aceptó al día siguiente. El 6 de abril, el Consejo de Seguridad adoptó la resolución 687, que fijó los términos de la rendición iraquí. Siete 22 Para Consigli, la resolución 678 implicó lo que en derecho internacional se conoce como ultimátum. Consigli, José Alejandro: “El uso de la fuerza por parte de la Organización de las Naciones Unidas”, La Ley, Buenos Aires, 1992-A. 23 Warbrick, Colin: “The Invasion of Kuwait by Iraq. Part II”, ICLQ, Vol. 40, Num. 4, 1991. Bush señaló que los ataques aéreos estaban dirigidos a objetivos militares y el principal propósito era eliminar el potencial nuclear y las armas químicas de Irak. Crespo, Julio: “Para Bush, el ataque era la única opción”, 

La Nación, 17 de enero de 1991. 24 Gómez-Robledo Verduzco, Alonso: “Temas Selectos de Derecho Internacional”, Universidad Nacional Autónoma de México, 4ta. Edición, 2003. Capítulo: “Seguridad internacional colectiva y Crisis del Golfo Pérsico”, disponible en:

 http://www.bibliojuridica.org/libros/2/831/30.pdf 25 Por lo tanto, los efectivos de la coalición no podían utilizar la bandera de las Naciones Unidas. 26 Se ha debatido si la expresión “todos los medios necesarios” constituía una licencia incondicional para el uso de la fuerza sin requerir el agotamiento de todos lo medios pacíficos. El caso de Kuwait muestra que Irak recibió dos ultimatum sucesivos, uno de las Naciones Unidas hasta el 15 de enero y otro del gobierno americano hasta el 24 de febrero. La resolución 678 no estableció límites de tiempo para el uso de “todos los medios necesarios”, otorgando, de hecho, carta blanca para intervenir a partir del 15 de enero. Véase: Weston, Burns: “Security Council Resolution 678 and Persian Gulf Decision Making: Precarious Legitimacy”, AJIL, Vol. 85, Num. 3, 1991. 27 Warbrick, Colin: “The Invasion of Kuwait by Iraq. Part II”, ICLQ, Vol. 40, Num. 4, 1991. Alberto E. DOJAS, Amenazas, Respuestas y Régimen Político. Entre la legítima defensa y la intervención preventiva, EUDEBA, Buenos Aires, 2011. www.aedojas.com.ar © 2011 Página | 5 meses habían transcurrido desde la anexión iraquí hasta el restablecimiento de la soberanía y del gobierno kuwaití.

 La controversia sobre la legalidad de las acciones tiene su centro en el alegado derecho iraquí sobre el territorio de Kuwait. Irak reivindicaba su derecho afirmando que había pertenecido originariamente a su territorio y que las potencias coloniales, antes de retirarse de la zona, habían creado un Estado independiente “artificial” con el objeto de asegurar la explotación de sus recursos naturales por parte de las empresas occidentales. Bagdad consideraba, por lo tanto, que tenía un derecho sobre ese territorio basado en razones históricas28. La argumentación iraquí era endeble: el “pueblo” kuwaití no había manifestado su voluntad de ejercer su “derecho a la autodeterminación”, que podría haber llevado a una unión de territorios con Irak; la prohibición del uso de la fuerza establecido en la Carta no autorizaba la anexión militar: de existir una controversia, Irak tenía la obligación de solucionarla por medios pacíficos; Irak no sólo no había contestado la existencia de Kuwait como Estado ante la comunidad internacional (a diferencia de los casos de Goa y Malvinas)29, sino que también lo había reconocido. Por su parte, los gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaña argumentaron que no era necesaria una resolución del Consejo de Seguridad para autorizar el uso de la fuerza en legítima defensa colectiva30 al mediar un pedido del gobierno kuwaití en el exilio31. 

Un aspecto interesante del caso es que Arabia Saudita también solicitó la ayuda de la coalición ante el temor de ser atacada y eventualmente invadida por Irak, configurando un caso de “legítima defensa precautoria” 32. 28 Similares argumentaciones, con sus diferencias de matices, habían sido utilizadas para justificar las acciones armadas de un Estado miembro de Naciones Unidas contra otro Estado miembro, como por ejemplo la reivindicación de la India del territorio de Goa (Portugal) y de la Argentina sobre el territorio de Malvinas (Reino Unido). Sobre el caso de Goa, véase, por ejemplo: Wright, Quincy: “The Goa incident”, AJIL, Vol. 56, Num. 3, 1963. 29 En ambos casos, un argumento tanto indio como argentino fue que las negociaciones de “buena fe” no conducían a un reconocimiento de sus derechos. 30 En el caso de la legítima defensa colectiva con Kuwait, se cumplían las condiciones establecidas en el artículo 51: la invasión había sido un ataque armado contra un Miembro de las Naciones Unidas; el gobierno de Kuwait había hecho un pedido expreso de asistencia militar, dando cumplimiento a lo requerido por la CIJ en el caso Nicaragua respecto de la necesidad de un pedido de asistencia de la víctima del ataque armado para que un tercer Estado pueda invocar su derecho de legítima defensa colectiva. 31 Warbrick, Colin: “The Invasion of Kuwait by Iraq. Part II”, ICLQ, Vol. 40, Num. 41991. 32 El por entonces Presidente de los Estados Unidos, George Bush (p) señaló: “Para proteger los intereses estadounidenses en el Golfo y en respuesta a los pedidos del Rey de Arabia Saudita y del Emir de Kuwait, he ordenado desplegar fuerzas militares de los EE.UU. en la región con dos fines: disuadir y, en caso de ser necesario, defender a Arabia Saudita y otros Estados amigos en la región del Golfo de futuras agresiones iraquíes; y hacer cumplir las sanciones obligatorias del Capítulo 7, bajo el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas y las Resoluciones del Consejo de Seguridad 660 y 661. Las fuerzas de los E.E.U.U. trabajarán junto a las de Arabia Saudita y de otros países del Golfo para preservar su integridad nacional e impedir nuevas agresiones iraquíes. A través de su presencia, así como del entrenamiento y ejercicio, estas fuerzas multinacionales mejorarán la capacidad total de Arabia Saudita y otros estados de la región de defenderse por sí mismos”. Bush, George H: “National Security Directive 45”, The White House, Washington, August 20, 1990. Alberto E. DOJAS, Amenazas, Respuestas y Régimen Político. Entre la legítima defensa y la intervención preventiva, EUDEBA, Buenos Aires, 2011. www.aedojas.com.ar © 2011 Página | 6 El artículo 51 establece que el derecho a la legítima defensa se ejerce “hasta tanto el Consejo de Seguridad haya tomado las medidas necesarias para mantener la paz y la seguridad internacionales”33.

 La resolución 661, al tiempo que reconoció el derecho inmanente de legítima defensa individual y colectiva, impuso sanciones económicas. ¿Debía interpretarse que la imposición de estas sanciones correspondía a las medidas mencionadas en el artículo 51 y por lo tanto suspendía el derecho a la legítima defensa? La respuesta es negativa porque las sanciones económicas no eran suficientes para restablecer la soberanía kuwaití: el Consejo debería haber tomado las medidas necesarias para restablecer la situación al momento anterior a la invasión, haber asegurado que la integridad territorial y la independencia política no continuaran afectadas y haber obligado a Irak a pagar las indemnizaciones correspondientes (reparar el daño causado)34. El Consejo, sin embargo, autorizó el restablecimiento de la paz y la seguridad por medio del ejercicio de la legítima defensa, una autorización que, como se verá más adelante, no era indispensable para asegurar la legalidad de las acciones de la coalición. 

La resolución 678 no impuso ninguna obligación legal bajo el artículo 25 de la Carta35: sólo autorizó a los Estados de la coalición a “usar todos los medios necesarios para hacer cumplir la resolución 660 y para restaurar la paz y la seguridad internacionales”. Excepto por la palabra “autoriza”, la resolución alentó y apoyó una acción de legítima defensa colectiva, y por lo tanto, no puede considerarse como una acción coercitiva internacional del propio Consejo de Seguridad36. 

De esta manera se producía un reenvío de la obligación de intervenir del Consejo al ejercicio del derecho de legítima defensa colectiva, porque el Consejo no disponía de los efectivos ni de la estructura de comando para ejercer por sí mismo sus obligaciones establecidas por la Carta. Por esta vía, se resolvió la parálisis del Consejo de Seguridad que se había planteado en ocasión de la crisis de Kosovo, al mediar un consenso entre los miembros permanentes; el Consejo de Seguridad se limitó a “legalizar” por medio de una resolución autorizante una decisión previa adoptada por una coalición de países dispuestos a intervenir: la llamada “coalition of the willing”. 33 Rostow, Eugene: “Until What? Enforcement Action or Collective Self Defense?”, AJIL, Vol. 85, Num. 3, 1991. 34 Greenwood ha sostenido que la adopción de cualquier medida no pone fin al derecho del artículo 51. 

El Consejo tiene que haber tomado las medidas necesarias para mantener la paz y la seguridad internacionales. Greenwood, Christopher: “New World Order or Old. The Invasion of Kuwait and the Rule of Law”, The Modern Law Review, Vol. 55, Num. 2, 1992. Pero en este caso, las Naciones Unidas tenían la obligación de asistir a un Estado miembro a recuperar su soberanía sobre el territorio, arrebatada por la fuerza. La paz y la seguridad internacionales consideradas por el Consejo no pueden ir en desmedro de ese derecho esencial de los miembros, so pena de convertir toda la Carta en desuetudo. Por lo tanto, mantener (en este caso, restablecer) la paz y la seguridad internacionales no puede ser entendida de otro modo que autorizando la legítima defensa individual y colectiva. Aún cuando el Consejo no lo hubiera hecho, constituye un derecho inherente a los Estados contenido en una norma consuetudinaria que la redacción del artículo 51 no derogó. 

La misma argumentación fue utilizada por el Reino Unido en el caso Malvinas. 35 Ella “solamente exhorta, autoriza o recomienda”. Glennon, Michael: “The Constitution and Chapter VII of the United Nations Chapter”, AJIL, Vol. 85, Num. 1, 1991. 36 Rostow, Eugene: “Until What? Enforcement Action or Collective Self Defense?”, AJIL, Vol. 85, Num. 3, 1991; Pinto, Mónica: “El derecho Internacional. Vigencia y desafíos en un escenario globalizado”, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2004, pág. 145. Alberto E. DOJAS, Amenazas, Respuestas y Régimen Político. Entre la legítima defensa y la intervención preventiva, EUDEBA, Buenos Aires, 2011. www.aedojas.com.ar © 2011 Página | 7

 La crisis mostró que la capacidad del Consejo para restablecer el territorio o el gobierno legítimo de un país miembro frente a la agresión o intervención de otro Estado miembro queda limitada a la existencia de un grupo de Estados dispuestos a intervenir para restablecer la situación anterior. La legalidad de esta acción depende de que una resolución legitimante no sea vetada por alguno de los miembros permanentes. En caso de contradicción entre la voluntad de un grupo de Estados –entre los que se encuentra un miembro permanente del Consejo- y la falta de autorización del Consejo, la coalición de Estados dispuestos realizará igual la intervención sin la aprobación del Consejo, como se verá en la intervención en Irak 2003. 

Se trata, en definitiva, de motivaciones de política interna e internacional, más allá de la esfera del derecho internacional37. Por esta vía, las expectativas que se generaron a partir de la caída del muro de Berlín de instaurar un “nuevo orden internacional” quedaron sepultadas, paradójicamente, por las dos intervenciones más importantes realizadas por las democracias occidentales: Kosovo e Irak.


Naves argentinas en el Golfo Persico. Comunicación por radio enlace con el capitán de navío Alejando Jose Tierno donde expresa: -En cuanto a la forma de prepararnos para recibir esta fiesta es en la forma habitual que hacemos los marinos cuando nos toca hacerlo lejos de nuestras familias. 

Para los más viejos seguro esta no es la primera vez, para los más jóvenes seguro no será la última. Muchas veces nos ha tocado algo parecido, todos los años los buques que realizan la campaña antartica les corresponde estar lejos de sus familias para las fiestas; ahora si bien es cierto que siempre se siente la nostalgia cuando los vínculos afectivos y familiares son firmes, se puede estar perfectamente junto a los seres queridos en una circunstancia así. 

Luego el periodista Ricardo Pipino le pregunta: -¿Cómo es en estos momentos el accionar del destructor Almirante Brown y la Corbeta SPIRO allí en el golfo, que están realizando en estos días, que misión están cumpliendo? Expresa: -

El buque está cumpliendo las tareas de contribuir a verificar con los buques de las otras armadas que están operando en el área el cumplimiento del embargo impuesto por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas al gobierno de Irak. 

En tales tareas patrullamos una determinada zona acordada para el buque y en esos periodos interceptamos a todos los buques que navegan determinando si la carga que llevan y su destino no es violatoria del embargo impuesto por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. 

 Fecha: 24/12/1990

22/1/22

BIDEN PREDICE QUE RUSIA INVADIRA UCRANIA Y ADVIERTE QUE LO PAGARA



El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, visita Kiev y promete una diplomacia “implacable” para evitar una nueva agresión del Kremlin, mientras avisa de un posible aumento de las tropas rusas en la frontera


El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski (izquierda), y el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, el miércoles en Kiev.ALEX BRANDON (AP)



El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, señaló el miércoles que creía que el Kremlin iba a invadir Ucrania y advirtió de que pagaría por ello. Antony Blinken, su secretario de Estado, había alertado horas antes de que Rusia “tiene planes” de aumentar aún más sus tropas junto a las fronteras ucranias y que podría iniciar “en breve” una nueva agresión militar contra el estratégico país de Europa del Este.

 En el inicio de una gira diplomática destinada a disuadir a Moscú de cruzar las líneas rojas, Blinken viajó a Kiev para mostrar su apoyo al Gobierno de Volodímir Zelenski y renovó su promesa de duras sanciones en caso de otra invasión rusa. Mientras el Kremlin volvió a exigir a la OTAN y a EE UU garantías de que la Alianza Atlántica nunca admitirá a Ucrania ni a Georgia, Blinken, que se reunirá el viernes con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, advirtió a los ucranios de que deben prepararse para días difíciles.

Por la tarde, en una rueda de prensa en Washington, Biden fue más allá y predijo que Vladímir Putin iba a intervenir en Ucrania, pero creó confusión en torno a lo que consideraba una agresión grave y el calibre de la respuesta aliada ante una “incursión menor”, informa Amanda Mars. “¿Creo que pondrá a prueba a Occidente, a Estados Unidos y a la OTAN tanto como pueda? Sí, lo creo”, afirmó. “No estoy seguro de que él tenga decidido qué va a hacer, pero intuyo que va a intervenir, tiene que hacer algo”, añadió. “No ha visto nunca sanciones como las que he prometido que se impondrán [si lo hace]”, recalcó, pero envió señales borrosas al apuntar: “Una cosa es una incursión menor, que acabemos discutiendo [entre aliados] cómo responder, pero si hacen lo que son capaces de hacer con una gran fuerza en la frontera, va a ser un desastre para Rusia”.

Fue tal el desaguisado de la frase que la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, envió un comunicado poco después de la rueda de prensa para recalcar que cualquier traspaso de las fronteras ucranias se respondería con medidas “rápidas, duras y unitarias” por parte de Estados Unidos y los aliados. “El presidente Biden sabe por experiencia que los rusos disponen de un amplio manual de agresiones de tipo militar, incluyendo los ciberataques y las tácticas paramilitares. Y él [Biden] afirmó hoy que esos actos de agresión por parte de Rusia serán respondidos con una acción unitaria, recíproca y decisiva”, añadió.

Ucrania lleva ya ocho años en guerra en la región del Donbás contra los separatistas prorrusos, que reciben el apoyo de Moscú, que ya en 2014 se anexionó con un referéndum no reconocido por la comunidad internacional la península ucrania de Crimea. Ahora, la concentración de unos 100.000 soldados rusos en la frontera, a la que se siguen sumando militares y armamento pesado, unido a las elevadas amenazas dialécticas del Kremlin, han desatado una enorme crisis de seguridad en Europa del Este. “Sabemos que existen planes [de Rusia] para aumentar esa fuerza [militar] aún más en muy poco tiempo”, dijo Blinken en Kiev. “Y eso le da al presidente Putin la capacidad, también en muy poco tiempo, de tomar más medidas agresivas contra Ucrania”.




Este país, que junto a Georgia recibió la invitación para adherirse a la OTAN en 2008 —aunque a falta de reformas y consenso esa membresía está realmente muy lejana—, ha pedido a sus aliados occidentales más apoyo en materia de defensa, duras sanciones contra Rusia y también apoyo sobre el terreno. Blinken, que se reunió con el presidente Zelenski y con el ministro de Exteriores ucranio, Dmytro Kuleba, renovó la promesa de represalias contra Moscú, aunque sin concretar, y también garantizó que Washington continuará brindando a Ucrania apoyo en materia de defensa con un nuevo paquete de capital de 200 millones de dólares (unos 176 millones de euros). Sin embargo, EE UU no proporcionará armas ofensivas a Kiev y tampoco le ofrecerá fuerza militar directa. “Para dar pasos muy rápidos, para modernizar el Ejército, necesitamos ayuda aquí, especialmente ayuda en estos tiempos, tiempos difíciles”, pidió Zelenski.

2/1/22

EE.UU Y LA SEPTIMA FLOTA EN EL GOLFO PERSICO 1991





Qué es la Séptima Flota, la fuerza de guerra naval más grande de Estados Unidos, y qué hay detrás de los misteriosos accidentes que ha sufrido en los últimos meses






El Blue Ridge es el barco de comando de la Séptima Flota.


Es la flota de guerra más grande de Estados Unidos, la más equipada y la que tiene más personal. Y, últimamente, también la más insegura.


Tiene alrededor de 70 barcos y submarinos, unos 300 aviones y más de 40.000 hombres y mujeres que surcan en ellos las aguas del Pacífico, desde Australia hasta el estrecho de Bering.


Es la Séptima Flota de Estados Unidos, responsable del área donde está China y del extremo oriental de Rusia, y la que primero respondería a un potencial ataque de Corea del Norte.


Fue esta la unidad que comandó las operaciones en la Guerra de Corea y en la de Vietnam, quien controló el Pacífico cuando lo intentaba dominar la Unión Soviética, y quien acudió primero al golfo Pérsico cuando Estados Unidos atacó a Irak en 1991.


Pero, por su causa, la Armada de Estados Unidos ordenó este lunes la suspensión de todas sus operaciones y mandó a detener sus equipos en todo el mundo.




Los buques de la Séptima Flota son los encargados de responder a cualquier amenaza para Estados Unidos en el Pacífico Oriental.


¿La causa? Los inexplicables accidentes que han sufrido los barcos de la Séptima

 Flota: cuatro en lo que va de año, con decenas de marinos muertos y otros tantos desaparecidos.

El último de ellos, ocurrido la pasada semana, dejó diez desaparecidos, cinco heridos y le costó el puesto finalmente al comandante de la flota, el vicealmirante Joseph Aucoin, un renombrado militar que fue despedido por "falta de confianza".


Pero, ¿cómo fue esto posible? ¿Y qué tan grave es para EE.UU.?

Los orígenes


El comandante David Kohnen, director del Centro para la Investigación Histórica Marítima del Colegio de Guerra Naval de Estados Unidos, asegura que para entender la dimensión de estos accidentes es preciso comprender la importancia de esta flota para las Fuerzas Armadas estadounidenses.




La Séptima Flota tuvo un papel protagónico durante la Guerra del Golfo, en 1991.


Kohnen explica que existen tres momentos básicos para definir la evolución de la Séptima Flota y su rol para "mantener los intereses estratégicos de Estados Unidos en la región".


"Un primer momento estaría en su surgimiento durante la Segunda Guerra Mundial, en la que tuvo un rol primordial en el combate contra Japón y en el posicionamiento de Estados Unidos en el Pacífico Oriental", explica a BBC Mundo.


Ese cuerpo naval, parte estratégica de la Flota del Pacífico, se formó en marzo de 1943 en Australia, donde tuvo su primera base de operaciones, hasta que después de la guerra se trasladó a China y, luego, a Japón, donde todavía mantiene su sede.


"Otros momentos notables tuvieron lugar durante los conflictos entre las dos Coreas y en Vietnam. Y luego, su restablecimiento después de 1986 también ofrece interesantes perspectivas sobre la cuestión de la estrategia estadounidense en el Gran Oriente Medio", asegura.


Armada de Estados Unidos


Oficiales activos: 322.421


Barcos de guerra desplegados: 276


Embarcaciones desplegadas en ejecución: 52 (19%)


Embarcaciones en curso para operaciones locales / Capacitación: 33 (12%)
Armada de Estados Unidos(datos hasta el 23 de agosto de 2015)


De hecho, uno de los principales cometidos de la Séptima Flota durante la época fue operar en esa zona durante la Guerra del Golfo en 1991.


Fueron sus miembros quienes protagonizaron mayoritariamente la Operación Tormenta del Desierto, la primera gran ofensiva de Estados Unidos contra Saddam Hussein.


Mantuvieron sus operaciones en el Oriente Medio hasta 1995, cuando tuvo lugar el restablecimiento de la Quinta Flota.


"Esto explica que su poder no era limitado al Pacífico Oriental. Eran, de alguna forma, el cuerpo operativo naval más confiable y mejor entrenado del Ejército", opina.

Emblema de la Armada


Seth Cropsey, director del Centro de Poder Naval de Estados Unidos en el Instituto Hudson, un think tank con sede en Nueva York, considera que la Séptima Flota ha sido desde la Segunda Guerra Mundial símbolo del poderío militar de Washington.



La Séptima Flota es la más grande de las desplegadas por Estados Unidos en todo el mundo.


"La flota en su propia composición como la más grande de las desplegadas por el mundo ha proyectado a través de los años el poder de la Armada de Estados Unidos", asegura a BBC Mundo.


"Es importante decir que esta flota, que hoy está siendo lamentablemente cuestionada, fue la insignia de nuestro Ejército durante algunas de las guerras más importantes de la segunda mitad del siglo XX", afirma.


Entre sus principales tareas en los últimos años, dice, ha estado el control sobre una potencial amenaza de China sobre Taiwán y las operaciones militares en la Península Coreana.


Cropsey, quien fungió como subsecretario adjunto de la Armada durante los gobiernos de Ronald Ronald Reagan y George Bush, explica que la función principal de este escuadrón naval a través de los años ha sido fortalecer el posicionamiento geoestratégico de Estados Unidos en el área.


"La presencia de esta flota es estratégica porque garantiza llevar a cabo despliegues de rotación en la región, al tiempo que reduce los tiempos de tránsito y los costos de apoyo por operar desde bases en el extranjero en caso de una agresión", indica.


Para que se tenga una idea: solo entre la base de Yokusuka, en Japón, donde tiene su sede la flota, hasta la isla de Guam, el enclave más oriental de Estados Unidos en el Pacífico, operan 23 barcos de guerra en una distancia de 2.000 kilómetros: un promedio de un navío por cada 100 kilómetros.





Las tareas de vigilancia y los ejercicios militares constituyen el día a día de los miembros de la Armada de Estados Unidos.


¿Cómo entonces la flota más grande de Estados Unidos, la que controla una de las zonas más estratégicas del mundo, se volvió ahora la menos segura de toda la Armada?

13/12/21

LOS EMIRATOS ARABES UNIDOS SE ARMA, POR FACTOR CHINA




Emiratos Árabes Unidos amenaza con cancelar un acuerdo de $ 23 mil millones de dólares de aviones de combate F-35 con los Estados Unidos. 


Los Emiratos Árabes Unidos (EAU) amenazan con cancelar un acuerdo de 23.000 millones de dólares para comprar aviones F-35 y drones avanzados de fabricación estadounidense debido a las crecientes diferencias entre los dos aliados sobre el papel de China en el Golfo Pérsico, informó el Wall Street Journal el martes.

El gobierno de los Emiratos Árabes Unidos le ha dicho a Washington que podría anular el acuerdo sobre el avión F-35, los drones Reaper y otras municiones avanzadas debido a la noción de Abu Dhabi de que los requisitos de seguridad establecidos por Estados Unidos para salvaguardar el armamento del espionaje chino eran demasiado onerosos. Estados Unidos se ha preocupado cada vez más por la influencia de China dentro de los Emiratos Árabes Unidos y ha detallado las condiciones que garantizarían que el avión de combate de quinta generación, así como los drones avanzados, no sean vulnerables al espionaje chino, según el informe.



La administración Biden no estaba segura de si el acuerdo, hecho bajo la administración anterior de Trump, había terminado efectivamente o si los Emiratos Árabes Unidos estaban usando la amenaza de una cancelación como moneda de cambio antes de una visita planeada el miércoles por la delegación militar de alto nivel del país. al Departamento de Defensa. La amenaza de los Emiratos Árabes Unidos de alejarse del acuerdo aparentemente surgió de una carta escrita por un funcionario subalterno del gobierno, que sugiere que probablemente se trataba de una táctica de negociación de cara a la reunión del miércoles, según el informe que cita a funcionarios estadounidenses.

Tiff EE. UU. Y Emiratos Árabes Unidos

Anteriormente, como informó EurAsian Times, el trabajo en una instalación china en los Emiratos Árabes Unidos se detuvo después de que las autoridades estadounidenses sugirieran que Beijing, China, quería utilizar la ubicación para objetivos militares. El trabajo en el sitio se detuvo a pedido de Washington, dijo Anwar Gargash, asesor diplomático del gobierno de los Emiratos Árabes Unidos, aunque dijo que Abu Dhabi no creía que la instalación estuviera diseñada para fines militares o de seguridad.

“Paramos el trabajo en las instalaciones. Sin embargo, nuestra opinión permanece sin cambios: las instalaciones no eran instalaciones militares”, afirmó Gargash. Sin embargo, no comentó para qué pensaban los Emiratos Árabes Unidos se iban a utilizar las instalaciones. “Escuchas las preocupaciones de tu aliado y sería irresponsable” no considerarlas, dijo. La creciente alianza de China con los Emiratos Árabes Unidos parece haber creado divisiones entre los EE.UU. Y los Emiratos Árabes Unidos, lo que afecta a algunos acuerdos de armas fundamentales, incluida la venta de cazas furtivos F-35. Aunque EE. UU. Había dicho que seguía comprometido con el acuerdo del F-35, lo había aplazado durante bastante tiempo.



Puerto de Khalifa Emiratos Árabes Unidos

La participación del gigante chino de las telecomunicaciones Huawei en las pruebas de 5G, en las que Estados Unidos y sus aliados han pisado los talones, fue vista como una de las razones principales. También hubo preocupación entre los legisladores estadounidenses de que el equipo militar estadounidense pudiera usarse en el conflicto de Yemen. Aunque se mencionaron varias razones, los estadounidenses nunca se retiraron del trato. En un momento, también se especuló que los emiratíes recibirían una versión menos sigilosa del F-35, como informó anteriormente el Eurasian Times . Ahora, con el gobierno de los Emiratos Árabes Unidos cerrando abruptamente la instalación china, las conversaciones estancadas sobre el F-35 podrían recibir un nuevo impulso.



Presencia de China en los Emiratos Árabes Unidos

El mes pasado, el Wall Street Journal había afirmado que los servicios de inteligencia estadounidenses habían detectado una construcción china en un puerto cerca de Abu Dhabi, donde la empresa naviera Cosco de China posee una instalación de contenedores comerciales. El hecho había ensombrecido la relación de la administración Biden con Abu Dhabi, uno de los aliados más importantes de Washington en el Golfo. Condujo a una serie de conversaciones de alto nivel y cooperación de inteligencia entre los dos países con respecto al asunto. La construcción en el sitio se detuvo recientemente a pedido de Estados Unidos, según el WSJ. Se cree que durante al menos un año, los funcionarios estadounidenses han estado monitoreando de cerca la construcción de lo que creían que era una instalación militar dentro del puerto de Khalifa.

Los funcionarios de los Estados Unidos y los Emiratos Árabes Unidos no han revelado la naturaleza exacta de la instalación en desarrollo. La administración Biden advirtió al gobierno emiratí que una presencia militar china en su país podría poner en peligro los lazos entre los dos países después de que las agencias de inteligencia en Washington se enteraran de que Beijing estaba desarrollando en secreto lo que asumieron que era una instalación militar cerca de un puerto. Este movimiento coincide con los esfuerzos de Pekín para crear puertos comerciales en puestos de avanzada en todo el mundo, lo que muchos creen que es un claro intento de fortalecer su huella militar. Ya se han construido puertos comerciales en Pakistán y Sri Lanka, así como la primera base militar de China en el extranjero en Djibouti. Estados Unidos ha sostenido durante mucho tiempo que China tiene como objetivo expandir su huella militar a través de sus actividades comerciales mediante las cuales envía sus tropas en nombre de la seguridad de su infraestructura en el país anfitrión.



Estados Unidos también ha acusado a China de crear trampas de deuda, especialmente en Sri Lanka, donde aseguró el arrendamiento del puerto de Hambantota, ubicado estratégicamente, durante 99 años. "Hemos dejado muy clara nuestra posición sobre los tipos de actividades que pondrían en peligro nuestra capacidad para hacer las cosas que nuestros socios quieren", dijo Bret McGurk, coordinador del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos para Oriente Medio, refiriéndose a la venta de armas y la transferencia de tecnología a Los aliados regionales de Estados Unidos. Esto es indicativo de la renuencia de Estados Unidos a tener transacciones militares con cualquier país que se relacione con su archirrival China y también insinúa el retraso causado en la venta del F-35 a los Emiratos Árabes Unidos, a pesar de varias rondas de conversaciones.

Con su percepción de amenaza cada vez más fuerte en la región, especialmente de Irán, los Emiratos Árabes Unidos compraron recientemente 80 aviones Rafale de Francia. Se creía que la demora estadounidense en completar el acuerdo del F-35 era una de las principales razones por las que el ejército de los EAU diversificaba sus opciones. Gargash declaró que los Emiratos Árabes Unidos están muy ansiosos por quedar atrapados en medio de una pelea entre China, uno de sus socios económicos clave, y Estados Unidos, su principal aliado militar. Esta fue la primera comunicación oficial de los Emiratos Árabes Unidos sobre el estancamiento resultante. Afirmó que existe una "línea delgada" entre la competencia y una nueva Guerra Fría y que los Emiratos no quieren que la rivalidad "se deslice hacia una segunda Guerra Fría".

El trato del F-35

El Ministerio de Defensa de los Emiratos Árabes Unidos dijo que la adquisición de aviones de combate franceses Rafale complementaría la compra planeada por los Emiratos Árabes Unidos de aviones de combate estadounidenses F-35, que se ha estancado debido a las preocupaciones de Washington sobre la relación de Abu Dhabi con China. Esto fue en respuesta a las especulaciones de que el acuerdo de Rafale se firmó como una alternativa a los F-35.





“Este acuerdo no se ve como un reemplazo para la próxima venta del F-35; más bien, se ve como un trato complementario ... a medida que mejoramos nuestras capacidades de la fuerza aérea”, dijo el general de división Ibrahim Nasser Al Alawi, comandante de la Fuerza Aérea y la Defensa Aérea de los EAU, y agregó que los EAU habían estado buscando un reemplazo para su Mirage flota durante algún tiempo. El último movimiento de los Emiratos Árabes Unidos para detener el trabajo en una instalación china es sin duda un intento de salvar el déficit de confianza con su socio militar, los EE. UU., Que ha estado sentado en el acuerdo del F-35 durante casi un año. Si la venta se concreta, los 50 aviones de combate F-35 junto con los 80 Rafales convertirían a la Fuerza Aérea de los Emiratos Árabes Unidos en una potencia militar asertiva en la región del Medio Oriente.

8/12/21

"PAPELES TÁCTICOS"



¿Cuál fue el marco de acción del grupo argentino "ALFIL 1" en la compleja logística de la Guerra del Golfo?



A Casi treinta años después de la participación de la Argentina en la Guerra del Golfo Pérsico, el silencio y la falta de información oficial sobre el servicio prestado por las unidades de la “ALFIL 1”  grupo a los esfuerzos de la campaña que terminó con la liberación de Kuwait aún persisten. Asimismo, su misión ha sido reconocida como un “grupo de combate” tanto por las autoridades kuwaitíes como por sus compañeros de los demás ejércitos participantes. Son tantas y tan jugosas las anécdotas que acumularon aquellas largas y agotadoras jornadas de campaña que ni los mismos marineros argentinos que allí participaron saben que existen.


No podemos acusar a los marineros argentinos de ser apáticos con su propia experiencia. Sería injusto si lleváramos sobre sus hombros las inconsistencias a las que se han tenido que acostumbrar a lo largo de los años. Son el resultado de sus propias circunstancias, de la doctrina en la que se formaron, de su propio carácter colectivo y claro, de los gobiernos a los que han servido.


En un nuevo análisis de los operativos llevados a cabo en ese momento, las amenazas importantes, sensibles y peligrosas a las que se enfrentan los grupos que operaban más allá del paralelo 25 norte dentro del Teatro de Operaciones (incluido el BNC [2 alerta de ataque).


Quizás sea necesario aclarar una cuestión. En ese momento el Comando de Operaciones Conjuntas del CINCCENT liderado por el general Norman Schwartzkopfs se rompió la cabeza cuando se dio cuenta de que antes de tomar acción directa, había un problema grave que resolver y ese era el logístico. Este asunto estaba lejos de resolverse para la Marina de los Estados Unidos en ese momento, a pesar de que la OTAN tenía los recursos para apoyar a la empresa; pero no fueron suficientes. Quizás esta carencia se debió a la doctrina de la disuasión nuclear  derivada de la “Guerra Fría” que no hacía previsible el despliegue masivo de tropas para una guerra convencional en un escenario tan exótico como el mesopotámico.





Incluso las fuentes consultadas en el Pentágono, revelaron que en ese momento CINCCENT aún no contaba con un plan aprobado para enfrentar las necesidades de un despliegue masivo como el requerido para esa situación. Los antecedentes de la última gran guerra mundial (1936-1945), demostraron la urgente necesidad de una logística eficiente. Sin una logística adecuada y rutas bien protegidas, el fracaso de la misión estaba asegurado. Tal fue la preocupación que existía en ese momento, que el General de Infantería de Marina (USMC) Harry W.Jenkins comentó en una reunión que la logística fue el problema número uno durante los primeros tres meses del inicio de operaciones que en un primer momento fueron llamados "Escudo del desierto".


"La estrategia y las tácticas proporcionan el plan para llevar a cabo operaciones militares, logísticas y de medios, por lo tanto" -Teniente coronel George C. Thorpe, USMC, 1917


Nunca se requirió un nuevo y complejo plan de logística militar, visto después del final de la Segunda Guerra Mundial. El desafío de enfrentar a Irak lo hizo necesario. La complejidad de la región donde se instalaría el Teatro de Operaciones, la limitación en el acceso de posibles rutas terrestres y aéreas para satisfacer la acumulación de insumos que debían trasladarse, requirió ideas audaces que podrían ser un gran éxito o conducir al desastre. . Fue entonces cuando acudiendo al experto en logística Teniente General William “Gus” Pagonis y su equipo de trabajo, se diseñó un plan de operaciones para trasladar la mayor cantidad de suplementos, suministros y combustible a lo largo de una ruta marítima para el mantenimiento de lo que agosto de 1990 Schwartzkopfs y sus generales predijeron una larga lucha.


Pagonis estudió la situación y realizó informes a pedido del general John Yeosok, comandante de ARCENT, y fue allí donde determinó un plan logístico en base a los datos recolectados por la inteligencia recolectada hasta ese momento, incluyendo, por supuesto, la inteligencia que existía desde tiempos en los que Washington era un "amigo" de Bagdad. Uno de los recursos que también se utilizó para determinar la ruta de suministro fue la información satelital y los primeros vehículos aéreos no tripulados “Pioneer” de reconocimiento que realizaron vuelos espías a gran altitud. Turquía mostró una fuerte reticencia a la operación, haciendo evidente la imposibilidad de utilizar su territorio como ruta alternativa. Además, el suministro que podían obtener de Arabia Saudita era limitado y no resolvía cuestiones delicadas como combustible refinado para vehículos, municiones en todo el espectro de sus calibres,

MOVIMIENTO DE LOS BUQUES ARGENTINOS


Documentos exclusivos de la época revelan cómo y dónde se amplió la ruta de abastecimiento marítimo diseñada por Pagonis y cuáles eran los puntos estratégicos de desembarco de los avíos (por ejemplo, Port Al Jubail), que ante el peligro de un ataque sorpresa, tuvieron que ser trasladados rápidamente por una flota gigantesca de camiones a las bases de recolección del desierto que serían vitales para el desarrollo de las operaciones terrestres de la "Tormenta del Desierto".


Uno de los puntos críticos que debían cubrir las líneas de abastecimiento era el agua potable. El transporte de toneladas de paquetes de agua embotellada para el consumo de tropas terrestres se hizo necesario para cubrir las necesidades de hombres y mujeres que, además de no estar adaptados para soportar las altas temperaturas de la región, eran sensibles al agua de la red saudí que solía causar cólicos y en muchos casos graves averías.


Esto dejó más que claro que (más allá de las resoluciones de las Naciones Unidas) habría preparativos para una guerra. La principal excusa para movilizar esta fuerza logística sería "proteger a Arabia Saudita" de una supuesta invasión de Saddam Hussein, aunque resultó ser una estratagema. Así fue y bajo este argumento se puso en marcha la denominada “Operación Escudo del Desierto” con la presunta misión de proteger los campos petroleros del norte.


Dentro del desarrollo de esta operación se inició la participación de los dos buques argentinos, en la cual sus tripulaciones convencidas de que actuaban en un marco de legalidad internacional pasaron de realizar tareas de bloqueo económico en los buques que entraban y salían de puertos iraquíes, a desarrollar vigilancia. y acciones de protección para las aguas de Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos (EAU) contra posibles incursiones de comandos iraquíes en instalaciones portuarias y terminales petroleras.


Como todas las fuerzas navales que formaban parte de la Coalición y que estaban al mando del Almirante Stanley A. Arthur, el grupo “ALFIL 1” tuvo un rol táctico de suma importancia tanto en la etapa de la operación “Escudo del Desierto” como dentro de la etapa bélica denominada operación "Tormenta del Desierto". El grupo formado por el destructor "Admiral Brown" (buque clase MEKO 360 H)  y la corbeta de misiles "Spiro" (buque clase MEKO 140A) , de acuerdo con sus capacidades operativas y antecedentes, formaba parte del Maritime Fuerza de Interdicción (MIF) comandada desde el buque “USS-La Salle”  (AGF 3 Clase Raleigh) que dependía de las órdenes CINCCENT que a su vez estaban subordinadas al Comando USNAVCENT en Riyadh que atendía las operaciones navales dentro del Golfo.
Una vez iniciadas las hostilidades a las 00:00 horas del 16 de enero de 1991, el grupo argentino comenzó a desarrollar roles más activos dentro de las operaciones navales que a partir de ese momento y bajo el nombre de “Tormenta del Desierto” fueron claramente de apoyo al combate.


Para su desempeño en los roles tácticos asignados, las dotaciones fueron subordinadas a una serie de directivas operativas que como se las conoció como “Reglas de enfrentamiento” (ROE) que las facultaban, entre otras cuestiones, para abrir fuego ante contingencias en el desempeño de sus tareas.


Comando de EE. UU. Buscando una mina marina

En este contexto, en los esfuerzos de interdicción, el grupo “ALFIL 1” brindó cobertura para el arresto y abordaje de barcos sospechosos de violar el embargo comercial contra Irak. Equipados con helicópteros a bordo “ALOUETTE-III” (el mismo modelo utilizado por la Armada francesa), realizaron misiones de reconocimiento y vigilancia ante posibles amenazas a los convoyes de suministro, siendo las más habituales las minas flotantes. Entre estas acciones también se encontraba brindar apoyo para permitir la realización de "Piezas de Visita y Búsqueda" que eran grupos de hasta diez hombres que, luego de interceptar y detener un barco, debían abordarlo para registrar sus cargamentos. También existían grupos especiales (MEU-SOC) de la Marina de los Estados Unidos que equipados con armas ligeras y equipados con modernos visores infrarrojos “NIGHTSCOPE”, podían tomar por asalto aéreo o desde barcos asignados,


Como todos los barcos que ingresaron a las aguas del norte del Golfo - hasta 300 km de la costa de Kuwait - los barcos argentinos corrían ciertos riesgos de chocar con misiles aire-mar (magnéticos, acústicos y de presión) "EXOCET", las múltiples defensas costeras  con instalaciones de misiles antibuque “Skilworm” y “FROG-7”  (de origen ruso pero Irak mejoró su precisión y alcance) que podrían hundir una corbeta de un solo impacto.

Algunas curiosidades que los argentinos pudieron haber encontrado en el variado e imaginativo arsenal del ejército iraquí fue un avión civil "Dassault Breguet Mystere Falcon 50" que había camuflado en su vientre un misil "Silkworm" con la obvia misión de un ataque kamikaze.


Aunque no contó con apoyo logístico propio, "ALFIL 1" demostró gran versatilidad y profesionalismo en el desempeño de las tareas asignadas entre sí, manteniendo las operaciones navales del grupo de batalla liderado por el portaaviones "USS-Midway" y su abastecimiento. línea para que la munición y el combustible estén disponibles en todo momento, cumpliendo el objetivo de sostenibilidad bajo la denominación "TACLOGS"  .


A pesar de todo esto, el estado argentino ha mantenido un velo de niebla que ha ido cubriendo con esmerado reconocimiento las actividades de servicio que este grupo realizó y que llevaron al exitoso desarrollo de estas tareas tácticas.

“LAS CONFERENCIAS DE DHAHRAN”




Una prueba más de que la Crisis de 1990 entre Iraq y Kuwait tenía un final previsto y bien planificado del cual Buenos Aires no tenía la más mínima idea ¿Estuvieron presentes representantes navales argentinos en aquellas conferencias?





Cuando George Bush y Collin Powell fueron notificados de lo que había ocurrido en Kuwait, ninguno expreso sorpresa por lo sucedido y con una metódica parsimonia, cada uno por su parte, comenzaron a telefonear a sus respectivos asesores. Como lo hemos dicho anteriormente, la crisis entre Iraq y Kuwait de 1990 se había venido gestando silenciosamente con mucha paciencia desde el final de la guerra contra Irán en 1988 y su desenlace buscaba cortar definitivamente los lazos con Bagdad.


Eso en lo político, pero en el resto de las áreas que más involucradas estuvieron en la preparación del desarrollo de la crisis, tuvieron una intensa actividad hasta llegar a concretar lo que ya estaba planificado desde hacía tiempo y ello era, entrar a la región. El inducido fracaso de las conversaciones en “Jeddah” de julio de 1990 fue el detonador de los eventos por venir. Que a nadie le queden dudas de que la crisis sirvió magníficamente a dicho propósito y a la distancia queda también claro que Arabia Saudita fue parte (al menos sus núcleos vinculados a la inteligencia) en este plan. En realidad la familia real “Al Saud” siempre fue parte del Establishment político de Washington y haría cualquier cosa que se ajustaran a los intereses de la geopolítica del momento.


Cuando se comenzaron a esbozar las primeras sugerencias de lo que Washington debería hacer para tratar de contrarestar una potencial (o más bien imaginaria) expansión del ejército de Saddam Hussein sobre los campos petroleros sauditas, muchos ingenuamente susurraron -incluyendo por supuesto al estamento político argentino- “los árabes no toleraran que los infieles cristianos, y mucho menos los demonios estadounidenses, pisen el suelo donde se asientan las dos principales ciudades santuario del islam”. Ciertamente que el mundo árabe islámico se sacudió con la masiva llegada de tropas angloestadounidenses (y ello fue muy bien censurado por la prensa occidental) pero, no en Arabia Saudita que curiosamente tiene la responsabilidad de custodiar La Meca y Medina.


En aquellos momentos, el gobierno peronista de Carlos Menem trataba de congraciarse con Washington y con esta crisis encontró la oportunidad de oro. Con una gran ingenuidad, creían que con esto enmendarían el vergonzoso papel adoptado antes de finalizar la Segunda guerra mundial y pasarían sin pausa a ser parte de la OTAN. Desde la distancia, una muestra de candidez política imperdonable que reflejo en parte, el grado de improvisación de sus decisiones. Pero lejos de haberse asesorado con tiempo y compromiso y mucho menos contemplar todas las instancias que un compromiso semejante podrían producirse, los funcionarios (políticos y militares) argentinos se dejaron guiar por las versiones oficiales de la Casa Blanca que los medios norteamericanos difundían día y noche por satélite a todo el globo.


La campaña mediática de demonización del gobierno de Saddam Hussein y de Iraq fue una canallada que Washington y sus aliados reiterarían en otros complots por venir. Ciertamente que Iraq había ocupado Kuwait pero las motivaciones que estuvieron detrás de ello y las propuestas para la resolución pacífica de la cuestión fueron despreciadas por Washington y deliberadamente ocultadas a la opinión pública en general (incluyendo claro, a la Argentina). Lo imperdonable de esto no es solo la tendenciosa –pero entendible- propaganda televisiva de la CNN o de los medios gráficos como “The Washington post” y “The New York Times”; eso era esperable.
Lo que no puede esperarse y mucho menos explicarse es que un gobierno (en este caso el argentino) se haya dejado llevar de las narices por toda esta intoxicación informativa y por medio de ella haya metido a su país en una guerra completamente ajena a sus intereses soberanos.


Detrás de todo el telón mediático de aquel entonces, los estrategas y asesores de defensa del Pentágono trabajaron día y noche para poner en movimiento una campaña que de no haber sido planificada décadas antes, hubiera sido imposible de montar en unos meses como lo hicieron. En razón de verdad la planificación para desplegar una monstruosa fuerza militar como la vista en aquel entonces, había sido concebida para la hipótesis de enfrentamiento con el Pacto de Varsovia en épocas de la Guerra Fría. Pero esta planificación no servía en su concepción original y hubo que remozarlo a las necesidades políticas y estratégicas de la ocasión y adaptarlo para hacer frente a un enemigo mucho más geográficamente limitado y pequeño.


Las fuerzas estadounidenses por si solas no podían afrontar el desafío de una operación militar tan compleja, incluso con el apoyo de sus aliados británicos. Fue por el ello que a instancias del Comando en jefe del Comando Central de los Estados Unidos USCINCCENT a la par de que desde La Casa Blanca se distraía a la opinión pública con supuestas gestiones de paz y esfuerzos de Naciones Unidas por distender la situación, los asesores y generales del Pentágono que ya estaban en Arabia Saudita preparaban las operaciones para el movimiento de un gigantesco ejército compuesto por los más variados sistemas de armas de varios países. En dichas planificaciones no estuvieron invitados los representantes de Naciones Unidas o alguna delegación de “Cascos Azules” de la UNPROFOR o unidad similar por el simple motivo de que quienes dirigirían las operaciones sería el USCENTCOM y respectivos comandos de operaciones tácticas a determinar en dichas conferencias.


No solo había que justificar la conformación de una Coalición internacional con una capacidad ostensiblemente ofensiva, algo para lo cual Naciones Unidas colaboro escandalosamente sino que había que armarla, coordinar sus operaciones y determinar objetivos dentro del TOK. Para ello y a instancias de EEUU se llevaron adelante dos conferencias importantísimas para establecer el grado de participación, capacidades, roles y objetivos a cumplir. Dichas reuniones se efectuaron entre el mes de octubre y noviembre de 1990 bajo un total hermetismo y lejos de la prensa en la ciudad saudita de Dhahran donde acudieron los representantes de cada fuerza armada que se había plegado a la iniciativa norteamericana ¿Acudieron representantes navales argentinos? No hay ninguna referencia o documento que dé cuenta de esto, no al menos que se conozca oficialmente.


Lo cierto que en la primera de estas reuniones, realizada a mediados del mes de octubre se discutió cuál debía ser la entidad de la fuerza para proteger a Arabia Saudita y al resto de los emiratos ante una hipotética ofensiva iraquí. Aunque Saddam no tenía la mínima intención de hacer algo así, el rumor servía a los propósitos de Washington. La primera conferencia denominada MAPEX realizada el 4 de Octubre en la ciudad de Dhahran, se discutió junto a los jefes de varias Armadas, como se desplegaría una defensa aérea, terrestre y naval sobre la región. Allí se determinó que dichas operaciones se denominaría “Escudo del Desierto” dejando en claro que se requerían de más fuerzas para llevar adelante otra fase que no era otra que la que luego se conocería como “Tormenta del Desierto”. Haberlo dicho públicamente en ese momento habría sido contraproducente e incluso podría haber espantado a varios de sus “espontáneos aliados” que como Argentina solo buscaban una mera participación figurativa.


Recordemos que para esos momentos, las naves argentinas que conformarían uno de los grupos de tareas de las operaciones, no habían llegado al Golfo Pérsico y se desconoce si oficiales o agregados del Estado Mayor de la Armada Argentina haya asistido las conferencias que aquí estamos tratando y mucho menos que hayan producido documentos referentes a dicho evento.


Para el 14 de noviembre se llevó a cabo la segunda conferencia en la cual solo asistieron los comandantes de las armadas de los países más relevantes (en la cual no estuvieron con seguridad los argentinos), donde se les revelo los planes y objetivos para una operación ofensiva posterior. Allí se definieron los grupos operativos (Task Forces) roles de combate, orientación y resolución de asuntos que durante las operaciones podrían sucederse y por supuesto, definir la protección, asistencia y apoyo de las rutas y vías de abastecimiento para una de las fuerzas militares desplegadas más grandes desde finales de la segunda guerra mundial. Recién para comienzos del mes de diciembre, EEUU y el Reino Unido comienzan a informar a sus principales aliados (en particular a Egipto) de cuáles serían los planes reales.


Sin dudas que esto demuestra que en Buenos Aires y mucho menos en la Casa Rosada, estaban al tanto de lo que implicaba su participación en aquella “fuerza multinacional. A la luz de esto, queda en evidencia que nadie sabía que esto iba mucho más allá que una operación de bloqueo naval a instancias de Naciones Unidas. Fue por ello que cuando vence el ultimátum para que las tropas iraquíes se retiraran de Kuwait y ya sin poder un paso atrás, la misión naval del grupo de operaciones T.88 quedo atrapada y sometida a los lineamientos de estos planes operativos que habían sido concertados en dichas conferencias.