30/3/20

"FUNCIONES TÁCTICAS"


¿Cuál fue el marco de acción del grupo argentino "ALFIL 1" en la compleja logística de la Guerra del Golfo?




A casi treinta años después de la participación de la Argentina en la Guerra del Golfo Pérsico, el silencio y la falta de información oficial sobre el servicio prestado por las unidades de la “ALFIL 1”  grupo a los esfuerzos de la campaña que terminó con la liberación de Kuwait aún persisten. Asimismo, su misión ha sido reconocida como un "grupo de combate" tanto por las autoridades kuwaitíes como por sus camaradas de los otros ejércitos participantes. Las anécdotas acumuladas por esos largos y agotadores días de campaña son tantas y tan jugosas que ni los mismos marineros argentinos que participaron allí saben que existen.


No podemos acusar a los marineros argentinos de ser apáticos a su propia experiencia. Sería injusto si llevamos sobre sus hombros las inconsistencias a las que se han tenido que acostumbrar a lo largo de los años. Son el resultado de sus propias circunstancias, de la doctrina en la que se formaron, de su propio carácter colectivo y claro, de los gobiernos a los que han servido.


En un nuevo análisis de las operaciones llevadas a cabo en ese momento, las amenazas importantes, sensibles y peligrosas a las que se enfrentaron los grupos que operaban más allá del paralelo 25 norte dentro del Teatro de Operaciones (incluidas las alertas de ataque BNC .


Quizás una cuestión debe aclararse. En ese momento, el Comando de Operaciones Conjuntas CINCCENT dirigido por el general Norman Schwartzkopfs se rompió la cabeza cuando se dio cuenta de que antes de tomar medidas directas, había un problema grave que resolver y ese era el logístico. Este asunto estaba lejos de resolverse para la Marina de los Estados Unidos en ese momento, a pesar del hecho de que la OTAN tenía los recursos para apoyar a la compañía; pero no fueron suficientes. Quizás esta falta se debió a la doctrina de la disuasión nuclear  derivada de la "Guerra Fría" que no preveía el despliegue masivo de tropas para una guerra convencional en un escenario tan exótico como el mesopotámico.





Incluso las fuentes consultadas en el Pentágono revelaron que en ese momento CINCCENT aún no tenía un plan aprobado para enfrentar las necesidades de un despliegue masivo como el requerido para esa situación. Los antecedentes de la última gran guerra mundial (1936-1945) demostraron la urgente necesidad de una logística eficiente. Sin una logística adecuada y rutas bien protegidas, se aseguró el fracaso de la misión. Tal era la preocupación que existía en ese momento, que el general del Cuerpo de Infantería de Marina (USMC) Harry W. Jenkins comentó en una reunión que la logística era el problema número uno durante los primeros tres meses del inicio de operaciones que en un primer momento fueron llamados "Escudo del desierto".


"La estrategia y las tácticas proporcionan el plan para llevar a cabo operaciones militares, logísticas y mediáticas, por lo tanto", teniente coronel George C. Thorpe, USMC, 1917


Nunca se requirió un nuevo plan de logística militar complejo antes del final de la Segunda Guerra Mundial. El desafío de enfrentar a Iraq lo hizo necesario. La complejidad de la región donde se establecería el Teatro de Operaciones, la limitación en el acceso de posibles rutas terrestres y aéreas para satisfacer la acumulación de suministros que debían trasladarse, requirió ideas audaces que podrían ser un gran éxito o conducir a un desastre . Fue entonces cuando el experto en logística teniente general William "Gus" Pagonis y su equipo de trabajo diseñaron un plan de operaciones para transferir la mayor cantidad de suplementos, suministros y combustible a lo largo de una ruta marítima para el mantenimiento de lo que Schwartzkopfs y agosto de 1990 sus generales predijeron una larga pelea.


Pagonis estudió la situación e hizo informes a petición del general John Yeosok, comandante de ARCENT, y fue allí donde determinó un plan logístico basado en los datos recopilados por la inteligencia recopilada hasta ese momento, incluida, por supuesto, inteligencia que existió desde tiempos en que Washington era un "amigo" de Bagdad. Uno de los recursos que también se usó para determinar la ruta de suministro fue la información satelital y los primeros UAV de reconocimiento "Pioneer" que llevaron a cabo vuelos espía a gran altitud. Turquía mostró una fuerte reticencia a la operación, haciendo evidente la imposibilidad de utilizar su territorio como una ruta alternativa. Además, el suministro que podían obtener de Arabia Saudita era limitado y no resolvía problemas delicados como el combustible refinado para vehículos, municiones en todo el espectro de sus calibres,




Documentos exclusivos de la época revelan cómo y dónde se extendió la ruta de suministro marítimo diseñada por Pagonis y cuáles fueron los puntos estratégicos de desembarque de los accesorios (por ejemplo, Port Al Jubail), que ante el peligro de un ataque sorpresa, tuvieron que ser trasladados rápidamente por una gigantesca flota de camiones a las bases de recolección del desierto que serían vitales para el desarrollo de las operaciones terrestres de "Tormenta del Desierto".


Uno de los puntos críticos que las líneas de suministro tenían que cubrir era el agua potable. El transporte de toneladas de paquetes de agua embotellada para el consumo de tropas terrestres se hizo necesario para satisfacer las necesidades de hombres y mujeres que, además de no estar adaptados para soportar las altas temperaturas de la región, eran sensibles al agua de la red saudita que solía causar cólicos y, en muchos casos, averías graves.


Esto dejó más que claro que (más allá de las resoluciones de las Naciones Unidas) habría preparativos para una guerra. La principal excusa para movilizar esta fuerza logística sería "proteger a Arabia Saudita" de una supuesta invasión de Saddam Hussein, aunque esto resultó ser una estratagema. Fue así y bajo este argumento, la llamada "Operación Escudo del Desierto" se lanzó con la presunta misión de proteger los campos petroleros del norte.


Dentro del desarrollo de esta operación, comenzó la participación de los dos barcos argentinos, en los cuales sus tripulaciones convencidos de que estaban actuando en un marco de legalidad internacional pasaron de llevar a cabo tareas de bloqueo económico en barcos que entraban y salían de los puertos iraquíes, para desarrollar la vigilancia. y acciones de protección para aguas de Arabia Saudita y Emiratos (EAU) contra posibles incursiones de comandos iraquíes en instalaciones portuarias y terminales petroleras.


Al igual que todas las fuerzas navales que formaban parte de la Coalición y que estaban bajo el mando del Almirante Stanley A. Arthur, el grupo "ALFIL 1" tuvo un papel táctico extremadamente importante tanto en la etapa de la operación "Escudo del Desierto" como dentro del etapa bélica llamada operación "Tormenta del Desierto". 

El grupo formado por el destructor "Almirante Brown" (clase de barco MEKO 360 H)  y la corbeta de misiles "Spiro" (clase de barco MEKO 140A)  , de acuerdo con sus capacidades operativas y antecedentes, formaron parte del Marítimo Fuerza de interdicción (FOMIN) comandada desde el barco "USS-La Salle" (AGF 3 Raleigh-class) que dependía de las órdenes CINCCENT que a su vez estaban subordinadas al Comando USNAVCENT en Riyadh que atendía las operaciones navales dentro del Golfo.

Una vez que las hostilidades comenzaron a las 00:00 el 16 de enero de 1991, el grupo argentino comenzó a desarrollar roles más activos dentro de las operaciones navales que desde ese momento y bajo el nombre de "Tormenta del Desierto" apoyaban claramente el combate.



Por su desempeño en los roles tácticos asignados, las dotaciones estaban subordinadas a una serie de directivas operativas que, como se les conocía como "Reglas de compromiso" (ROE), les permitieron, entre otras cuestiones, abrir fuego frente a contingencias en El desempeño de sus tareas.


Comando de los Estados Unidos busca una mina marina

En este contexto, en los esfuerzos de interdicción, el grupo "ALFIL 1" proporcionó cobertura para el arresto y embarque de buques sospechosos de violar el embargo comercial contra Irak. Equipados con helicópteros a bordo "ALOUETTE-III" (el mismo modelo utilizado por la Armada francesa), llevaron a cabo misiones de reconocimiento y vigilancia contra posibles amenazas para el suministro de convoyes, siendo las minas flotantes más comunes. Entre estas acciones también estaba proporcionar apoyo para permitir la realización de "Piezas de visita y búsqueda", que eran grupos de hasta diez hombres que, después de interceptar y detener un barco, tuvieron que abordarlo para registrar sus cargas. También había grupos especiales (MEU-SOC) de la Armada de los EE. UU. Que estaban equipados con armas ligeras y con modernos visores de infrarrojos "NIGHTSCOPE", que podían tomar por asalto aéreo o desde barcos asignados,


Al igual que todos los barcos que ingresaron a las aguas del norte del Golfo - hasta 300 km de la costa kuwaití - los barcos argentinos corrieron ciertos riesgos de colisionar con misiles aire-mar (magnéticos, acústicos y de presión) "EXOCET", las múltiples defensas costeras  con instalaciones de misiles antibuque "Skilworm" y "FROG-7" (de origen ruso pero Iraq mejoró su precisión y alcance) que podrían hundir una corbeta con un solo golpe.
Algunas curiosidades que los argentinos pudieron haber encontrado en el variado e imaginativo arsenal del ejército iraquí fue un avión civil "Dassault Breguet Mystere Falcon 50" que había camuflado en su vientre un misil "Gusano de seda" con la obvia misión de un ataque kamikaze.


Aunque no tenía su propio apoyo logístico, "ALFIL 1" demostró una gran versatilidad y profesionalismo en la realización de las tareas asignadas entre sí, manteniendo las operaciones navales del grupo de batalla liderado por el portaaviones "USS-Midway" y su suministro línea para que las municiones y el combustible estén disponibles en todo momento, cumpliendo el objetivo de sostenibilidad bajo el nombre de "TACLOGS"  .


A pesar de todo esto, el estado argentino ha mantenido una cortina nebulosa que ha estado cubriendo las actividades de servicio que este grupo llevó a cabo con un reconocimiento cuidadoso y que condujo al desarrollo exitoso de estas tareas tácticas.

LOS ARCHIVOS SECRETOS DEL GOLFO PERSICO Y LAS IMPLICANCIAS




IMPLICANCIAS Y RIESGOS DOCUMENTADOS DE LA PARTICIPACIÓN ARGENTINA EN LA PRIMERA GUERRA DEL GOLFO, SEGÚN INFORMES DE INTELIGENCIA IRAQUÍES HALLADOS POR UNA FUENTE CONFIDENCIAL.


NO SE SI LES QUEDA CLARO, QUE FUIMOS A UNA GUERRA QUE EL MINISTERIO DE DEFENSA ARGENTINO Y EL ESTADO NACIONAL NO RECONOCEN QUE SOMOS VETERANOS DE UNA GUERRA, ORDENADA POR EL EX- PRESIDENTE CARLOS MENEM Y AUTORIZADOS POR EL CONGRESO DE LA NACIÓN.




Cuando el Comité Revolucionario del Partido “Baas” a instancias del entonces presidente Saddam Hussein decidió escarmentar a Kuwait por el robo de petróleo que se estaba realizando en los campos de Rumailah, todas las opciones se hallaban a consideración de Bagdad. Algunos generales aconsejaron a Hussein que debía realizarse una operación relámpago, enviar algunas unidades comando para escarmentar a los jeques de la casa real Al Sabah, destruirle algunos oleoductos, sus lujosos yates amarrados en el muelle real, pero solo eso. Otros por su parte, llamaron a recuperar la soberanía total de aquel territorio (incluyendo las islas Bubiyan y Warbah) que había sido arrebatado por los británicos en 1961 y que se mantenía desde entonces como una espina en el costado de la nación iraquí.
Pero como ha sucedido en muchas otras oportunidades, las voces de terceros en discordia se interpusieron –obviamente con deliberada intensión- e hicieron lo suyo para sacar partido de la situación y de ese modo, Iraq terminara metiéndose en una de las crisis más complejas y duraderas de la historia contemporánea.


De este modo fue el sector de los más extremistas del “Baas”, quienes alentados por informes aportados por la CIA, los que se impusieron para que tomaran el emirato y reclamaran su soberanía ante el foro de Naciones Unidas. Con ello queda claro que las acciones del 2 de agosto ya eran esperadas en Washington aunque, solo lo sabían unas cuantas selectas personas entre ellas, el mismo presidente George H. Bush y evidentemente algún general de cinco estrellas en el Pentágono, tal como lo informan documentos secretos de la época –Directiva de Seguridad Nacional n° 45-.

Aunque muchos no lo crean, en Bagdad se sospechaba de la posición de la Casa Blanca y de sus movimientos en la región. En la intimidad de reuniones del núcleo de los más importantes jefes del partido nacionalista árabe “Baas”, Saddam intercambiaba puntos de vista con su vice Ibrahim Izzat Al Duri, quien tras haber sido el representante en las conversaciones de Jeddah, sobreviviría años después a la invasión y posterior ocupación anglo estadounidense.


Durante las conversaciones en Jeddah, Arabia Saudita (por mediados de Julio de 1990), los norteamericanos monitorearon de cerca la evolución de las mismas y se aseguraron de que la delegación iraquí no aceptara condicionamientos haciéndoles creer que estarían de su lado hasta las últimas consecuencias. Igualmente tanto Saddam como el círculo más estrecho del partido “Baas”, no terminaban de asimilar esa condescendencia.


Todos coincidían en que los norteamericanos tenían información pormenorizada de todas las áreas estratégicas de Iraq y en particular las de Bagdad y era por ello, que el Mutkhabarat (Inteligencia) cambiaba constantemente las rutas de viaje de Saddam y de los más importantes ministros de gobierno para evitar intentos de asesinato o sorpresivos atentados. O incluso se cambiaban con regularidad los asientos de los comandos de operaciones de mando y control de la Guardia Republicana desde donde se coordinaban los movimientos de tropas en los cuales, durante la guerra contra Irán habían sido visitados por funcionarios y militares estadounidenses. Y la explicación era simple, “jamás confiaron en los estadounidenses”.

Y es que lo iraquíes no estaban errados ya que, cuando se corrió un rumor de que una fuente iraquí le había dicho a un experto en petróleo norteamericano que “en una semana Iraq estaría protegiendo a los kuwaitíes” y este a su vez llevó su preocupación al gobierno federal en Washington, el Departamento de Estado por intermedio de sus funcionarios le aseguró que no había de que preocuparse por que “ellos conocían todas las actividades de los iraquíes”; y ciertamente que las conocían ya que el sistema ELINT (a cargo de la NSA) y la inteligencia electrónica provista por los aviones AWACS no podían obviar el cuantioso movimiento de tropas iraquíes.
Cuando la crisis fue llevada ante Naciones Unidas, Bagdad siguió de cerca la evolución de los acontecimientos, tanto los que allí se desarrollaban como los que al mismo tiempo se estaban produciendo dentro de la región misma del Golfo del Golfo Pérsico. Allí mismo, en el terreno desde ese mismo 2 de agosto comenzaron los cambios y los movimientos se precipitaron especialmente, mediante las incursiones de reconocimiento tanto de las agencias de inteligencia occidentales –con EEUU a la cabeza como la de los iraquíes y sus grupos aliados. Desde el estrecho de Ormuz hasta la misma península de “Fao”, se desarrolló una intensa lucha clandestina por tratar de mantener un control predecible de los acontecimientos en las poblaciones árabes-islámicas de la región que para esos momentos se veía seducida por la figura de Saddam.

Según algunos “papers” hallados en la Deep Web, correspondientes a expedientes secretos de la inteligencia iraquí (IIS) datados de 1990 y que se habrían salvado del zaqueo realizado por los estadounidenses en la invasión del 2003, detallan algunas operaciones de sus células que fueron llevadas adelante en puntos estratégicos del golfo. Esto demostraría que había por aquel entonces una extensa red de inteligencia del “Baas” trabajando codo con codo con células aliadas en Arabia Saudita, Qatar e incluso dentro de la misma Bahrein. Lo particular de estas, es la descripción de una incursión llevada adelante desde la zona portuaria de “Al Khobar”, en Arabia Saudita, la cual recopiló material informativo y fotográfico del movimiento naval que se estaba agolpando en el vecino Bahrein.

La misión tenía el objetivo de tratar de llegar a las cercanías de “Ghuraifa” en los suburbios de “Juffair” donde se halla la base estadounidense y desde una locación cercana tomar fotografías, recopilar datos de los buques, sus características y tipo, nacionalidades y capacidades que serían enviados por un correo humano quien se desplazaría por agua y luego por tierra hasta Amman en Jordania y de allí –presumiblemente- por valija diplomática a Bagdad. En una de las fojas del informe tachado como clasificado, fechado en noviembre 30 de 1990, informa el incremento del tráfico de naves de guerra, identificando entre las recientemente llegadas a dos buques de combate argentinos que estaban maniobrando junto a otras fragatas de bandera española y australiana aguas adentro.

Hasta ese momento solo había órdenes de recopilar información y enviarla a la prontitud. Para los iraquíes todos los buques que estaban plegándose a las fuerzas estadounidenses con su base principal en Bahrein, serían un blanco legítimo en caso de estallar las hostilidades (G-Day). Ello se dio inmediatamente en la madrugada del 16 de enero de 1990 cuando –por la Directiva de Seguridad Nacional n° 54- comenzó el bombardeo de la Coalición Aliada. Según el informe, se debía conformar una célula de ataque eligiendo blancos de oportunidad incluyendo a las mismas instalaciones portuarias tanto sauditas como de los Emiratos. Hasta ese momento no había certeza sobre la posición de Buenos Aires dado que –aunque no se crea- muchos en el gabinete del gobierno con Saddam Hussein a la cabeza, no creían que los argentinos participarían contra Iraq.

Pero un despacho codificado enviado desde la legación iraquí en Brasil informo a la embajada iraquí en el distrito de “Pankow” de la entonces Alemania del este, en la noche del 1° de febrero de 1991que “Argentina ha decidido aliarse a los EEUU” coincidiendo con el anuncio público del mismo presidente Menem unos días antes al declarar que 

“Argentina está en Guerra”, colocando así al país en el bando enemigo.
En realidad ello no era una sorpresa dado que apenas ingresaron los buques argentinos dentro de las aguas del Golfo, debieron ponerse a disposición de las directivas tanto del ARCENT-G-2 y el CENTCOM J-2 (Comandos de Operaciones estadounidenses), quienes eran las cabezas estratégicas de las operaciones militares dentro de la zona y más allá. 

Uno de los primeros pasos de recepción de los huéspedes fue, ordenar al comandante de la misión “GT.88” (Grupo de Tareas 88) que permitiera el abordaje de especialistas informáticos para que instalaran las antenas TACSAC a los fines de unificar las comunicaciones y a su vez controlar la posición en todo tiempo de la misión naval (GPS System) que bajo supervisión del Comando central y en la mesa de guerra paso a llamarse “ALFIL 1”.

Ello fue como colgar una medalla identificatoria que implícitamente significaba “eres de los nuestros” y sin dudas que así se lo trasmitieron los jefes militares en operaciones a sus mandos en Buenos Aires y estos inmediatamente al mismo presidente Carlos Menem ¿Qué significó ello? Pues estuvo claro. Nadie se retiraría sin el conocimiento y autorización del comando de operaciones en Arabia Saudita, así de simple.

La Casa Rosada no tenía opción. Creyendo que solo sería un mero acto de presencia ante una crisis que se resolvería por las presiones político diplomáticas de Washington, debió aceptar con fundado temor las consecuencias por venir.
Recordemos que aquel anuncio del presidente argentino causó tanto rechazos como sorpresas que como es bien sabido, fue motivo de extensas columnas y artículos en los medios más influyentes de EEUU. 

En Bagdad también se conoció la noticia por los diarios locales, algo que causó sorpresa y desagrado por una postura alejada de la histórica prudencia en el campo diplomático que caracterizó al país sudamericano. Igualmente desde ese momento, Bagdad pasó a considerar a la Argentina como un agresor más y por ello, un objetivo militar más en la que Saddam Hussein llamo la “madre de todas las batallas”.




GUERRA EN EL GOLFO: América Latina; La vuelta de la guerra en América Latina


Por James Brooke, especial para el New York Times
4 de febrero de 1991


Crédito ...Los archivos del New York Times
Vea el artículo en su contexto original del
4 de febrero de 1991 , Sección A , Página 10 






Esta es una versión digitalizada de un artículo del archivo impreso de The Times, antes del inicio de la publicación en línea en 1996. Para preservar estos artículos tal como aparecieron originalmente, The Times no los modifica, edita ni actualiza.
Ocasionalmente, el proceso de digitalización introduce errores de transcripción u otros problemas; Seguimos trabajando para mejorar estas versiones archivadas.


Una mañana reciente, un grupo de jóvenes arrojó bombas de pintura al Consulado de los Estados Unidos aquí, protestando por la participación estadounidense en la guerra del Golfo Pérsico.

El mismo día, un grupo separado de hombres jóvenes se reunió en el consulado para preguntar sobre alistarse para luchar por los Estados Unidos en el Golfo Pérsico.

Mientras que el primer grupo estaba motivado por la política y el segundo por el desempleo, el contexto era similar: a medida que América del Norte entra en guerra, América del Sur vuelve a mirar desde la barrera.

Con Brasil en la periferia distante de la guerra, los funcionarios de turismo predicen un aumento en las reservas a medida que los europeos y los estadounidenses cambian los planes de vacaciones y reservan vuelos a un destino que de repente parece seguro. Brasil, el mayor importador de petróleo de la región, ha impuesto restricciones para reducir el consumo de gasolina. Las bombas de combustible en Brasil ahora están cerradas los domingos y las noches de lunes a viernes. La compañía continúa ayuda


El fabricante de cohetes de Brasil, Avibras, causó furor cuando reveló que continuaría brindando a Iraq asistencia técnica para mantener su radar de fabricación brasileña y sus sistemas de cohetes de tierra a tierra. Un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores inmediatamente prometió tomar "todas las medidas legales" para poner fin a la ayuda.


En Argentina, la decisión del presidente Carlos Saúl Menem de enviar dos buques de guerra al Golfo Pérsico provocó manifestaciones fuera del Congreso y puños en el interior. Aunque el gobierno de Kuwait en el exilio pagó a Argentina $ 18 millones en enero por la ayuda, la aprobación del Congreso se obtuvo solo después de un debate que dividió a la nación y la pareja presidencial.



Zulema Yoma de Menem, la esposa separada del presidente, condenó la interferencia en el Medio Oriente de "un grupo de poderes con poder destructivo infernal". El Sr. Menem declaró a la nación: "Argentina está en guerra".

Lo más visible son las protestas y los bombardeos que han tenido lugar en América del Sur. Muchos han aprovechado los resentimientos tradicionales contra los Estados Unidos. Protestas fuera de la embajada

"Los árabes deberían atacar los intereses de Estados Unidos en represalia por su guerra imperialista", dijo Ali Muhama, un brasileño de origen palestino, en una manifestación el 12 de enero, cuatro días antes de que estallara la guerra.

Ha habido protestas fuera de la embajada y cuatro consulados de los Estados Unidos en Brasil, pero no se ha informado de ninguna fuera de la embajada de Iraq en Brasilia. En una excepción imparcial, el Partido Verde de Brasil formó una "cadena de paz" humana que unía el Consulado de los Estados Unidos en Río de Janeiro y la oficina local de Iraqi Airways, a dos cuadras de distancia.

Hasta ahora, los ataques contra instalaciones estadounidenses han sido menores. Una pequeña bomba rompió ventanas en la biblioteca de la embajada en Quito, Ecuador, y un pequeño cohete dañó la unidad central de aire acondicionado de la embajada en Lima, Perú.

"Hemos tenido muchas más personas tratando de alistarse que personas lanzando bombas fétidas", dijo un portavoz de la embajada en Lima, donde un cartel advierte que la embajada no acepta voluntarios. "Se presume que es un boleto a una tarjeta verde", dijo el portavoz, refiriéndose al permiso de trabajo de los Estados Unidos para inmigrantes. Amenazas de bomba en Sao Paulo

En Sao Paulo, Brasil, la ciudad más poblada del continente, el escuadrón local de bombas había investigado 42 amenazas de bomba a mediados de enero, ocho veces la tasa normal. En los únicos dos bombardeos de Brasil registrados hasta la fecha, el 20 de enero, una bomba dañó una sinagoga en Porto Alegre y otra dañó una iglesia mormona dirigida por misioneros estadounidenses en Goias.

Las amenazas de bomba han creado una mentalidad de asedio entre los diplomáticos estadounidenses, que han dejado explicaciones de la participación de los Estados Unidos en la guerra a Cable News Network, que se transmite ampliamente por la televisión local con voces en off portuguesas o españolas. En contraste, los diplomáticos iraquíes están llenando de entrevistas a la prensa en Argentina, Brasil y Uruguay.

"Nuestros ataques con misiles contra Israel mataron a 1,000 personas e hirieron a 2,500", afirmó recientemente Munthir Mushin, encargado de negocios de Irak en Argentina, en una entrevista con un periódico de Buenos Aires.

Una versión de este artículo aparece impresa en 4 de febrero de 1991, Sección A , página 10 de la edición nacional con el título: GUERRA EN EL GOLFO: América Latina; Ondulación de la guerra La vuelta en América Latina .

"EL RETORNO DE LA REINA"


Las tratativas secretas entre Washington y Londres para que Gran Bretaña se haga cargo de las operaciones Medio Oriente “Ampliado” pueden traer consecuencias inesperadas y nada benéficas para los árabes de la región.




El Ministro británico Ben Wallace y el Secretario estadounidense Mark Spert

En tanto el mundo sigue sumido en miedo a una Pandemia de dudoso origen, Washington prosigue con su agenda geoestratégica y pone a rodar sus próximos pasos para concretar sus nuevos planes en el Medio Oriente y Venezuela. Esto no sorprende a quienes estamos pendientes de la evolución de los eventos globales en especial en lo que EEUU tiene una injerencia preponderante.


De este modo Donald Trump prosigue con sus planes de una retirada paulatina de sus tropas del Medio Oriente firmando acuerdos y concediendo algunos privilegios a regímenes de la región para que continuen con la tarea de “Gendarme regional”. Como podrá advertirse EEUU se retira físicamente pero seguirá ejerciendo el control geopolítico a distancia desde Washington y el militar desde los cuarteles generales del CENTCOM.


Hace apenas unas semanas, en una reunión entre el Secretario de Defensa norteamericano Mark Spert y el Ministro de Defensa británico Ben Wallace llevada a cabo en el Pentágono, en Virginia el 5 de marzo pasado, se trataron varios puntos vinculados a los intereses y objetivos militares que ambos mantienen en Euroasia pero también en el Oriente Medio. Según las fuentes, ambos estudiaron la situación de la región y en especial la de Siria en la cual ambos pese a los esfuerzos por derrocar a Bashar Al Assad, habrían coincidido en dejarla momentáneamente bajo la influencia de Rusia.
Esta última conclusión a la que arribaron ambos funcionarios y aliados de la OTAN, respalda la situación real existente obre el terreno que no puede calificarse sino, como una clara victoria política y estratégica para el Kremlin y en particular para su ilustre ocupante, el presidente Vladimir Putin.


Vladimir Putin

Claramente Putin nunca aflojo el cedal y aunque en occidente apostaban a que no soportaría la presión o sería distraído de la politica exterior (en particular sobre Siria) con las complicaciones de asuntos domesticos vinculados a la pandemia y su dura política de cuarentena forzada, eso no sucedió. Las tropas rusas han logrado estabilizar el norte sirio impidiendo que las bandas armadas respaldadas por las tropas especiales norteamericanas extiendan sus dominios.


Esto no significa para nada que los anglosajones hayan pactado detener su agresión contra la república árabe siria, no para nada. Se trata tan solo de un reagrupamiento y acomodamiento de fuerzas en el que Gran Bretaña parece tendrá de ahora en adelante un papel proponderante. La llamada OTAN-MO (Organización de Tratado del Atlántico Norte-Medio Oriente) pasará a estar encabezada por los británicos mientras los estadounidenses comenzarán a desplazar sus fuerzas a otras zonas más importantes pero sin abandonar los objetivos de mantener el caos controlado que han instaurado desde su ingreso en la región.


A la luz de este acuerdo, pareciera un contrasentido el anuncio del retiro de tropas norteamericanas de Afganistán pactado con en el Talibán, aunque ello habrá que esperar a que se concrete fehacientemente dados los precedentes de Washington de incumplir con sus compromisos (con las falsas retiradas de Siria e Iraq).


Este cambio en la conducción de los planes estratégicos para el Medio Oriente, traerá consigo una alteración en la composición del bloque de aliados regionales que participan en aquellos. De este modo Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos e Israel ya ven alterados sus roles en la participación que tiene cada uno de ellos en los focos bélicos de la región. Incluso uno de ellos y tal vez dos, sean traicionados y descartados en breve para beneficio de la nueva agenda.


Algunos eventos de hace apenas unas semanas dejarían entrever las posibilidades de que aquello se produzca. Según fuentes confiables en Jordania han revelado que entre el 21 y el 22 de marzo pasado más de 4000 marines norteamericanos y tropas emiratíes (EAU) llevaron a cabo ejercicios de guerra en una locación construida a mediados del 2015 en “Al Hamrah” en cercanías de Abu Dabi. La misma es una simulación de una ciudad árabe-islámica construida originariamente para ensayar una intervención militar sobre Irán (Un asunto que aún está pendiente).


Tropas de los EAU

Oficialmente se informó que estos ejercicios se daban en el marco de la vigesima edición de maniobras conjuntas denominadas como “Furia Nativa” que desde 2008 se vienen llevando cada dos años. Pero en realidad esto tiene un objetivo de próxima ejecución.


Estos ejercicios conjuntos no son casuales. Aprovechando el estado de cuarentena instaurado por el terror informativo nadie advirtió el masivo despliegue de tropas y equipos dentro del Emirato. Desde hace un tiempo las fuerzas emiraties se hallan combatiendo junto a las fuerzas especiales británicas en el sur del Yemen quienes además de recibir el apoyo aéreo israelí se hallan bajo el comando estadounidense.


Desde que Riad lanzo su agresión contra Yemen en febrero de 2015 no hubieron más que fracasos militares. El problema central de las FFAA sauditas es su composición mayormente de mercenarios extranjeros (especialmente latinoamericanos) haciendo que su lealtad sea alquilada por quién mejor pague. Esto es un talón de Aquiles que el Pentágono ha tenido siempre en cuenta y al parecer, ante la no calculada extensión de las operaciones, ha determinado que ya no es confiable para el próximo estadio que Washington pretende instaurar en la región.


Otro aspecto que no hay que despreciar es la crisis por la caída del precio del petróleo suscitada entre Arabia Saudita y Rusia que según el Congreso norteamericano estaría afectando a la economía estadounidense, pero muchos dentro Washington aseguran que EEUU tiene parte de culpa en esta crisis, pero estaría siendo usado como un argumento más para distanciarse de Riad.


Pero los cambios que se producirán tienen raíces más profundas. La inclinación de Washington hacia los EAU tiene un fundamento poderoso como es la estrecha e histórica relación existente entre la monarquía emiratí y el Reino Unido, especialmente entre el multimillonario príncipe Mohamed Ben Zayed y Londres que proviene desde la fundación del Emirato. La historia de éste reino petrolero siempre estuvo vinculada a la influencia británica en la región y en cierta medida, ha cooperado contra sus hermanos iraquíes, sirios e incluso contra la causa palestina.


El cambio de prioridad en la colaboración con un nuevo aliado árabe ya venía estudiándose en el Departamento de la Defensa desde tiempo atrás, presumiblemente desde el fracaso de las brigadas Wahabi y Takfir en concretar el derrocamiento de la república árabe de Siria reforzándose esta decisión desde la asunción del controvertido Mohamed Ben Salman quien cabe recordar, tomo el poder a la zaga del príncipe emiratí Mohamed Ben Zayed.


Las señales de que los EAU se estaban ganando un mejor posicionamiento ya se advertían con el incremento de las interacciones militares y también de algunos comentarios del mismo Secretario de Defensa norteamericano de la administración de Obama el general Jim “perro loco” Mattis quien en algún momento califico a los EAU como “la pequeña Esparta”.


Otro actor que seguirá siendo necesario para continuar con los planes en la región es Turquía. Aquí también Londres ha empezado a desplegar sus contactos con Ankara para ir familiarizándose de la situación. En este marco puede intuirse que la visita del ministro de defensa británico Ben Wallace realizada el 12 de marzo al puesto de observación turco enclavado en territorio sirio en proximidades de Idlib donde se acantonan los yihadistas de “Al Qaeda” no es casual. Wallace estuvo acompañado de su homologo turco Hulusi Akar desde donde observaron la situación sobre el terreno.


Con esto a la vista veremos el regreso de Gran Bretaña a una región en la que durante los siglos XIX y parte del XX dejo una marca indeleble sobre las poblaciones. Tal vez ello sea una invitación para que –aprovechando la transición del BREXIT- Londres retome sus viejos y arbitrarios hábitos coloniales que como tales, tienen un carácter expansivo ¿Acaso alguien en Argentina estará tomando nota sobre esto?

21/3/20

LA 7º FLOTA DE EE.UU, LA MAS EQUIPADA Y LA QUE TIENE MAS PERSONAL,,Y ÚLTIMAMENTE, TAMBIÉN LA MAS INSEGURA.


Qué es la Séptima Flota, la fuerza de guerra naval más grande de Estados Unidos, y qué hay detrás de los misteriosos accidentes que ha sufrido en los últimos meses




El Blue Ridge es el barco de comando de la Séptima Flota.

Es la flota de guerra más grande de Estados Unidos, la más equipada y la que tiene más personal. Y, últimamente, también la más insegura.

Tiene alrededor de 70 barcos y submarinos, unos 300 aviones y más de 40.000 hombres y mujeres que surcan en ellos las aguas del Pacífico, desde Australia hasta el estrecho de Bering.

Es la Séptima Flota de Estados Unidos, responsable del área donde está China y del extremo oriental de Rusia, y la que primero respondería a un potencial ataque de Corea del Norte.

Fue esta la unidad que comandó las operaciones en la Guerra de Corea y en la de Vietnam, quien controló el Pacífico cuando lo intentaba dominar la Unión Soviética, y quien acudió primero al golfo Pérsico cuando Estados Unidos atacó a Irak en 1991.

Pero, por su causa, la Armada de Estados Unidos ordenó este lunes la suspensión de todas sus operaciones y mandó a detener sus equipos en todo el mundo.



Los buques de la Séptima Flota son los encargados de responder a cualquier amenaza para Estados Unidos en el Pacífico Oriental.

Por un día, la marina de guerra más poderosa del mundo dejó de funcionar.

Fue la primera vez desde antes de Segunda Guerra Mundial que ocurrió algo así.

¿La causa? Los inexplicables accidentes que han sufrido los barcos de la Séptima Flota: cuatro en lo que va de año, con decenas de marinos muertos y otros tantos desaparecidos.


El último de ellos, ocurrido la pasada semana, dejó diez desaparecidos, cinco heridos y le costó el puesto finalmente al comandante de la flota, el vicealmirante Joseph Aucoin, un renombrado militar que fue despedido por "falta de confianza".

Pero, ¿cómo fue esto posible? ¿Y qué tan grave es para EE.UU.?
Los orígenes

El comandante David Kohnen, director del Centro para la Investigación Histórica Marítima del Colegio de Guerra Naval de Estados Unidos, asegura que para entender la dimensión de estos accidentes es preciso comprender la importancia de esta flota para las Fuerzas Armadas estadounidenses.



La Séptima Flota tuvo un papel protagónico durante la Guerra del Golfo, en 1991.

Kohnen explica que existen tres momentos básicos para definir la evolución de la Séptima Flota y su rol para "mantener los intereses estratégicos de Estados Unidos en la región".

"Un primer momento estaría en su surgimiento durante la Segunda Guerra Mundial, en la que tuvo un rol primordial en el combate contra Japón y en el posicionamiento de Estados Unidos en el Pacífico Oriental", explica a BBC Mundo.

Ese cuerpo naval, parte estratégica de la Flota del Pacífico, se formó en marzo de 1943 en Australia, donde tuvo su primera base de operaciones, hasta que después de la guerra se trasladó a China y, luego, a Japón, donde todavía mantiene su sede.

"Otros momentos notables tuvieron lugar durante los conflictos entre las dos Coreas y en Vietnam. Y luego, su restablecimiento después de 1986 también ofrece interesantes perspectivas sobre la cuestión de la estrategia estadounidense en el Gran Oriente Medio", asegura.



Embarcaciones en curso para operaciones locales / Capacitación: 33 (12%)
Armada de Estados Unidos(datos hasta el 23 de agosto de 2017)

De hecho, uno de los principales cometidos de la Séptima Flota durante la época fue operar en esa zona durante la Guerra del Golfo en 1991.

Fueron sus miembros quienes protagonizaron mayoritariamente la Operación Tormenta del Desierto, la primera gran ofensiva de Estados Unidos contra Saddam Hussein.

Mantuvieron sus operaciones en el Oriente Medio hasta 1995, cuando tuvo lugar el restablecimiento de la Quinta Flota.

"Esto explica que su poder no era limitado al Pacífico Oriental. Eran, de alguna forma, el cuerpo operativo naval más confiable y mejor entrenado del Ejército", opina.
Emblema de la Armada

Seth Cropsey, director del Centro de Poder Naval de Estados Unidos en el Instituto Hudson, un think tank con sede en Nueva York, considera que la Séptima Flota ha sido desde la Segunda Guerra Mundial símbolo del poderío militar de Washington.


La Séptima Flota es la más grande de las desplegadas por Estados Unidos en todo el mundo.

"La flota en su propia composición como la más grande de las desplegadas por el mundo ha proyectado a través de los años el poder de la Armada de Estados Unidos", asegura a BBC Mundo.

"Es importante decir que esta flota, que hoy está siendo lamentablemente cuestionada, fue la insignia de nuestro Ejército durante algunas de las guerras más importantes de la segunda mitad del siglo XX", afirma.

Entre sus principales tareas en los últimos años, dice, ha estado el control sobre una potencial amenaza de China sobre Taiwán y las operaciones militares en la Península Coreana.

Cropsey, quien fungió como subsecretario adjunto de la Armada durante los gobiernos de Ronald Ronald Reagan y George Bush, explica que la función principal de este escuadrón naval a través de los años ha sido fortalecer el posicionamiento geoestratégico de Estados Unidos en el área.

"La presencia de esta flota es estratégica porque garantiza llevar a cabo despliegues de rotación en la región, al tiempo que reduce los tiempos de tránsito y los costos de apoyo por operar desde bases en el extranjero en caso de una agresión", indica.

Para que se tenga una idea: solo entre la base de Yokusuka, en Japón, donde tiene su sede la flota, hasta la isla de Guam, el enclave más oriental de Estados Unidos en el Pacífico, operan 23 barcos de guerra en una distancia de 2.000 kilómetros: un promedio de un navío por cada 100 kilómetros.

Las tareas de vigilancia y los ejercicios militares constituyen el día a día de los miembros de la Armada de Estados Unidos.

¿Cómo entonces la flota más grande de Estados Unidos, la que controla una de las zonas más estratégicas del mundo, se volvió ahora la menos segura de toda la Armada?

¿Qué dice esto y qué revela del Ejército de la nación más poderosa del orbe?
Las misteriosas colisiones

Según datos de la compañía de seguros Allianz, durante 2016 ocurrieron 85 pérdidas totales de grandes buques en el mundo, una caída del 16% con respecto al año anterior.

Pero de ellas, sólo una fue resultado de una colisión entre dos barcos.

Entonces, ¿cómo es posible que los buques de esta flota, muchos de gran calado, equipados con radares y sistemas de navegación, seguimiento GPS, sistemas de identificación automática (AIS) y comunicaciones por radio hayan podido chocar?

Image captionComparación entre el USS John S. McCain y el petrolero con el que chocó la semana pasada cerca de las costas de Malasia.

Desde el primer accidente las teorías se han desatado: unas hablan de posibles hackeos al sistema de posicionamiento de los buques, a aumentos del tráfico marítimo en las zonas por la que circulaban, a problemas técnicos o errores humanos…

Cropsey considera que es demasiado pronto para tener una respuesta, pero asegura tener una certeza: "No se trata de una coincidencia".

"Han sido cuatro barcos en un promedio de ocho meses. Nunca antes en la historia de la Armada se había visto algo igual", afirma.

El caso más reciente, el choque del destructor USS John Mccain contra un buque petrolero cerca de Malasia fue solo el caso más reciente.



En julio pasado, siete marinos estadounidenses murieron cuando el destructor USS Fitzgerald colisionó con un buque portacontenedores en aguas japonesas, cerca de la ciudad portuaria de Yokosuka.

En mayo, un crucero de misiles guiados colisionó con un barco de pesca surcoreano, mientras que en enero, otro buque de guerra encalló cerca de la base de la flota, también en Yokosuka.

Los accidentes ocurrieron en zonas de gran tráfico marítimo. Pero para los expertos esto, de por sí, no constituye una respuesta.

La culpa es de…¿Corea del Norte?

Cropsey, quien fuera responsable de reformar la estrategia naval de Estados Unidos durante el gobierno de George Bush (padre), opina que las colisiones se debieron a un conjunto de factores, casi todos relacionados con elementos operativos de la flota.

Como primer elemento explica que, tras las crecientes amenazas de Corea del Norte desde el pasado año, ha ocurrido un aumento notable en el nivel de operaciones de la Séptima Flota.

"Ha sido un número creciente de nuevas operaciones, de cambios de estrategias, de correcciones en las existentes y nuevas directivas para la que no estoy seguro que el cuerpo de marines esté del todo preparado", asegura.


Así quedó el destructor lanzamisiles USS John S. McCain tras el choque con un buque petrolero de bandera liberiana cerca del Estrecho de Malaca, en aguas de Singapur.

Este creciente número de operaciones, explica, ha llevado a que los barcos estén fuera de puerto por largo tiempo, lo que dificulta las reparaciones y el mantenimiento que, en el caso de muchas unidades, por su edad y uso, constituyen un factor prioritario para la seguridad.

"Otro factor a tener en cuenta son problemas de dirección, de la cadena de mando y en el entrenamiento del cuerpo de marines. O mejor dicho, de la falta de entrenamiento de los marines y del propio cuerpo de infantes", apunta Cropsey.

"Sé que resulta extraño escuchar algo así del cuerpo de marines de Estados Unidos; pero, lamentablemente, son cosas que pasan", concluye.

4/3/20

DÍA DE LOS VETERANOS EN EE.UU



Uno de cada diez presos del corredor de la muerte es un veterano de guerra

El 11 de noviembre se celebra en Estados Unidos el Día de los Veteranos. El primer ejecutado este año era un veterano de Vietnam con trastorno de estrés postraumático



 



Homenaje en el Memorial de la Guerra de Vietnam en Washington.

Que la pena de muerte es arbitraria y discriminatoria lo prueban las cifras que arroja cada año desde que en 1976 el Tribunal Supremo la reinstauró en el sistema penal de Estados Unidos. Que asomarse a ella es enfrentar una de las realidades más siniestras de la cotidianidad norteamericana queda de manifiesto en el último informe realizado por el Centro de Información sobre la Pena de Muerte (DPIC, siglas en inglés).


Coincidiendo con el Día de los Veteranos que hoy se celebra en Estados Unidos, Richard Dieter -director del centro entre 1992 y 2015- establece en un estudio que un 10% de los condenados que esperan su turno con la muerte son veteranos que han servido en el Ejército y que han sido o van a ser ejecutados por el Gobierno para el que sirvieron. En casi todos los casos, de nada han valido las peticiones de clemencia. Esos hombres han sido considerados “lo peor de lo peor” y por ello merecen morir.



Se trata de unas 300 personas cuyas heridas en el campo de batalla condicionaron su reincorporación en la sociedad y luego no fueron resaltadas lo suficientemente -incluso fueron ignoradas- durante los juicios que recibieron por los crímenes cometidos. Son hombres que sufren el conocido como PTSD (siglas en inglés de trastorno de estrés postraumático). Más de 800.000 veteranos de Vietnam lo han experimentado. Cerca de 175.000 combatientes en la Operación Tormenta del Desierto fueron afectados por la conocida como enfermedad de la Guerra del Golfo, que está ligada a cáncer cerebral y distintas enfermedades mentales. Más de 300.000 soldados retornados de las guerras de Irak y Afganistán tienen PTSD. Según distintos estudios, solo la mitad de ellos habría recibido tratamiento el año pasado.


Un porcentaje muy alto de los veteranos que estuvieron en combate se traen a sus hogares la guerra en forma de trauma. Sin diagnóstico ni tratamiento, estos veteranos acaban automedicándose con sustancias adictivas como el alcohol o las drogas, lo que les hace caer en una espiral de autodestrucción que se torna violenta para ellos mismos y la gente que les rodea. Según un estudio manejado por el diario The New York Times, un tercio de las víctimas asesinadas por veteranos de Irak y Afganistán eran parejas sentimentales de estos o miembros de sus familias.

Si unos 300 veteranos de guerra están sentados en el corredor de la muerte hoy, muchos otros han sido ejecutados en el pasado. “En un momento en el que cada vez se dicta menos la condena a la máxima pena, es muy alarmante que tantos veteranos que sufrieron graves heridas mentales y emocionales mientras servían a su país enfrenten ahora una ejecución”, asegura Robert Dunham, director del DPIC

El uso de la pena de muerte en Estados Unidos ha decrecido sustancialmente en los últimos 15 años. Condenas a muerte en estados que lideraban tan siniestro ránking -como Texas y Virginia- han decrecido en un 80%. En 2015, las ejecuciones disminuirán, lo que se sumará a una buena tendencia, ya que en 2014 se vivió el nivel más bajo de los últimos 20 años.
Andrew Brannan


La primera persona ejecutada este año fue Andrew Brannan, después de que el Supremo de California ratificara su sentencia. Brannan era un veterano de Vietnam que sufrió abusos de niño. Brannan fue ejecutado en Georgia a pesar de tener un diagnóstico de PTSD y otras formas de enfermedad mental.

El asesinato cometido por Brannan fue grabado en un vídeo de la policía y deja ver el estado mental en el que se encontraba. El 12 de enero de 1998, Brannan fue interceptado por un policía por ir a demasiada velocidad con su furgoneta. En el vídeo, se ve cómo Brannan se baja de su vehículo y comienza a actuar de forma errática. En la mayoría de las jurisdicciones de EEUU está prohibido salir del vehículo cuando un policía te da el alto.

“¡Que te jodan, soy un veterano de la guerra de Vietnam!”, grita Brannan, provocador, al agente que le ha parado, mientras se niega a seguir las órdenes que se le dan. Entonces, el excombatiente se introduce en su furgoneta, toma un arma y comienza a disparar. Lo mismo hizo el agente Kyle Dinkheller, a pesar de lo que fue alcanzado nueve veces antes de caer muerto en el lugar de los hechos. Brannan recibió un tiro en el abdomen. A día de hoy, esas imágenes se siguen mostrando en las clases preparatorias en las academias de policía.

John Cunningham


En julio de este año, el Supremo de California mantuvo por unanimidad la condena a muerte de John Cunningham, también un veterano de Vietnam, quien también sufrió abusos de niño. Cunningham fue condenado por la muerte de tres personas en un lugar en el que previamente había trabajado. El excombatiente confesó el crimen y declaró sentir alivio por haber sido atrapado, a la vez que hizo muchas referencias a pesadillas y experiencias vividas en Vietnam. No se defendió durante su juicio. La defensa presentó muchas pruebas de su precario estado mental pero la acusación contraatacó diciendo que otros veteranos pasaron por lo mismo y no habían cometido ningún crimen. Cunningham espera que el Estado de California dicte fecha para su muerte.

John Allen Mohamed


Conocido como el francotirador de Washington, este veterano de la Guerra del Golfo fue condenado a muerte por matar a diez personas, la mayoría de ellas en el área de la capital de la nación, a quienes elegía de forma aleatoria. Mohamed fue ejecutado en 2009.

La exmujer de Mohamed describió durante el juicio cómo su marido fue convirtiéndose en una persona diferente tras volver del frente, donde recibió condecoraciones. “Antes de ir al Golfo, era la alegría de todas las fiestas. A su vuelta, era un hombre confundido, con cambios de humor. Fue diagnosticado con PTSD pero era demasiado orgulloso para pedir ayuda”, explicó Mildred Mohamed.

Eddie Ray Routh


El caso de este marine es el ejemplo de que puede existir un ángulo diferente a la hora de dictar sentencias tan duras e irreversibles como la pena de muerte. Routh es el soldado que acabó con la vida de Chris Kyle, navy seal y el francotirador más letal de la historia de Estados Unidos, cuya figura se hizo conocida por la película de Clint Eastwood, American Sniper.

Kyle sufrió problemas a la hora de reincorporarse a la vida civil a la vuelta del frente. Debido a ello dedicaba parte de su tiempo a ayudar a soldados que habían regresado del campo de batalla y pasaban por lo mismo que él había vivido. Uno de esos excombatientes fue Routh, quien tenía problemas mentales y acabó con la vida de Kyle una tarde mientras ambos practicaban tiro en Odessa, Texas. Routh fue condenado el pasado mes de febrero a pasar el resto de su vida en prisión. No en el corredor de la muerte.


UN MUNDO SIN GPS


Un mundo sin GPS

Los sistemas de geolocalización se estrenaron hace 25 años con fines militares en la guerra del Golfo. Hoy nos tienen rodeados


Todos hemos sentido escalofríos alguna vez al pensar lo que ocurriría si se apagara Internet, justo ahora que nadie tiene ya un mapa del metro a mano ni un tomo de las páginas amarillas en casa, cuando hacer un trámite en persona no solo resulta trasnochado, sino a menudo impracticable, cuando el amor y las finanzas, las ciencias y las letras ya casi solo existen en la Red. Pronto nos pasará lo mismo con el GPS. Si mañana un cataclismo espacial o una visita de Darth Vader destruyera el enjambre de satélites de posicionamiento global que nos orbita a 20.000 kilómetros de la Tierra, ya casi no sabríamos ni volver a casa.





 

Fotografía proporcionada por el Ejército de EE UU con soldados de la 101ª División Aerotransportada consultando un mapa con la ayuda de un GPS durante la guerra del Golfo (1990-1991). 


En cierto sentido­ —esto es, en el mal sentido—, el GPS nos tiene rodeados, localizados y supervisados las 24 horas del día. Tu teléfono sabe si estás en el barrio de Justicia de Madrid o en un pueblo de Cáceres, y si no precisa la calle y el portal es solo por falsa modestia. Las compañías telefónicas disponen de tal tsunami de datos sobre los desplazamientos diarios de la gente que físicos de la complejidad como Albert Laszlo Barabasi los han podido utilizar para descubrir principios generales del comportamiento humano. Sin nombres ni apellidos, pero con la posición definida con la exactitud de un reloj atómico.


Pocos taxis quedarán sin GPS ­—aunque yo cogí uno hace poco, fue horrible—, como también pocos autobuses, que informan de su posición en ruta para que los pasajeros que aguantan la lluvia racheada en la parada sepan exactamente la que les espera. Ya hay granjas experimentales en Europa que ponen GPS en los tractores para mejorar la gestión de los cultivos, y tal vez pronto para automatizar su cosecha, como un primer paso hacia el roboticultor. La base de datos bibliográfica de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos recogen docenas de investigaciones en el último año sobre el uso del GPS en los deportes. Y hasta los chicos del departamento financiero se han enganchado al sistema para registrar las operaciones con precisión espacio-temporal.

Sí, un mundo sin GPS empieza a dar también escalofríos.

Por todo ello, cuesta trabajo recordar que el sistema de posicionamiento global (global positioning system, GPS) se usó por primera vez hace solo 25 años. Con un fin militar, por supuesto: la Operación Tormenta del Desierto, como bautizó el Pentágono a la primera guerra del Golfo (1990-1991). Fue esencial allí para que las tropas terrestres de la coalición pudieran orientarse por el desierto, un terreno con un perfil geográfico tan monótono que había sido hasta entonces la pesadilla de cualquier estratega. Por entonces el sistema era peor que el que llevamos hoy en el coche: solo contaba con 16 de los 24 satélites necesarios en órbita, y por tanto solo cubría 19 horas al día, en lugar de las 24 actuales.

Se dice a menudo que la tecnología va por delante de la legislación. Como se ve, los militares van incluso por delante de la tecnología. Muchas veces tiran de ella, y este es un caso claro. Los tres inventores del GPS tuvieron una relación muy estrecha con el Ejército de Estados Unidos. Roger Easton, que murió hace dos años, ya era un físico del Laboratorio de Investigación Naval desde los años cincuenta; Ivan Getting, fallecido en 2003, ya era un ingeniero militar durante la II Guerra Mundial, cuando contribuyó a parar algunas de las bombas V-1 que los alemanes dirigieron contra Londres, y el ingeniero Bradford Parkinson sigue siendo un coronel retirado de las fuerzas aéreas.



Dos tercios de la munición que se usa contra el ISIS dependen de un modo u otro de esta tecnología

Aún hoy, y pese a su universalización en la vida civil, el GPS sigue teniendo un uso militar esencial, y más avanzado que el civil. Según los datos de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, dos tercios de las municiones que se usan hoy contra el Estado Islámico (ISIS, en inglés) dependen de un modo u otro de sistemas de dirección por GPS.

En sentido estricto, las siglas GPS se refieren solo al sistema norteamericano de 24 satélites, que fue el primero, y también el primero en facilitar una versión civil pública a todo el planeta, lo que ocurrió bajo la Administración de Bill Clinton, a mediados de los años noventa. Rusia mantiene también su propia constelación (Glonass, por global navigation satellite system). La Unión Europea tiene desde 2007 su propio proyecto, llamado apropiadamente Galileo, y que estará en operación completa dentro de cuatro años, presupuesto mediante. Y China, que desde hace tiempo es una potencia espacial, lanzó sus dos primeros satélites de posicionamiento en 2000, y también prevé tener en órbita la red completa para 2020. Se llamará BeiDou-2.

Los detalles técnicos no parecen encajar en un suplemento llamado Ideas, pero hay algo de ciencia muy profunda en el GPS que sí lo merece. El sistema determina tu posición midiendo la distancia que te separa de tres, cuatro o más satélites. Pero calcula la distancia midiendo el tiempo que la señal tarda en viajar de tu coche a cada satélite, que es solo de una fracción de segundo. Esto implica dos cosas. Primera, que los satélites necesitan llevar incorporados los relojes más precisos que existen hoy, basados en las oscilaciones de los átomos de cesio. Son relojes avalados por la física cuántica, con un montón de conocimiento detrás.
 


Uno de los primeros GPS. Getty 


La segunda es nada menos que la relatividad de Einstein, el fundamento de la cosmología moderna. Los satélites se mueven ahí arriba a 14.000 kilómetros por hora, lo bastante deprisa para que el tiempo transcurra más despacio allí que aquí, según la relatividad especial que Einstein formuló en 1905. Pero, además, como los satélites están a 20.000 kilómetros de altura, la gravedad allí es menor que aquí, y eso hace que el tiempo transcurra allí más deprisa que aquí, según la relatividad general que Einstein formuló 10 años después. Combinando un efecto con el otro, se puede calcular que los relojes atómicos de los satélites tienen un desfase de 38 microsegundos al día con los nuestros. Es lo bastante para causar un error de 11 kilómetros en el cálculo de la posición y, en consecuencia, arruinar por completo el sistema entero.

19/2/20

"GOLPE AL USS PRINCETON"


Cuando la sofisticación no puede con lo más barato. Minas explosivas de bajo coste que dejaron fuera de combate al más sofisticado buque de contra medidas de la Armada estadounidense.



ACÁ ESTOS MARINOS FUERON CONDECORADOS NO COMO "CRISIS DE GUERRA" O "MISIONES INTERNACIONALES" SI NO COMO "ACCIÓN DE COMBATE". A LOS BUQUES QUE FUERON AVERIADOS Y NOSOTROS PASAMOS CERCA POR ERROR DE CÁLCULOS OPERATIVOS.


Sigue siendo un sinsentido como la Argentina no reconoce a sus dotaciones navales del grupo “Alfil” enviadas al Golfo Pérsico en 1990, el mérito de haber servido en los esfuerzos de la Coalición contra Iraq; aunque no hay que hacer mucho esfuerzo para desentrañar cuales son los obstáculos que lo impiden.

Los altos mandos de la Armada Argentina pareciera que se niegan con empeño a reconocer la situación a la que sus hombres estuvieron expuestos en aquel Teatro operacional. Su empeño comenzó desde el mismo día que regresaron al puerto Belgrano. Como dejar de lado sino, las negativas de la Jefatura del Estado Mayor de la Armada de hasta hace 28 años atrás sobre contar con algún antecedente en sus archivos referido a esta campaña.

En el minuto después de las cero horas del 17 de enero de 1990, las tareas de todos los grupos de tareas que operaban en el marco del “Escudo del Desierto” incluyendo a los canadienses (UNREP Sierra) y los argentinos (ALFIL 1) cambiaron automáticamente de vigilancia pasiva a operaciones de apoyo logístico a las fuerzas de combate de la Coalición.

No es necesario señalar que había una fuerte presión política (interna y externa) para que ello no tome fuerzas sin dejar de mencionar la falta de impulso por parte de los mismos protagonistas. 

No hemos visto una sola historia –salvo la de un par de marinos aeronavales- que cuenten abiertamente sus experiencias dentro de aquella guerra. Pero creo que se irán animando a medida que sepan la entidad de la aventura en la que participaron.
Aquí hay una historia de la cual los marinos argentinos (consciente o inconscientemente) tuvieron protagonismo e incluso, estuvieron tan cerca de los hechos tanto que se podría decir que casi se tocaban las mangas de los buques.

El daño en el casco del USS-Trípoli



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 USS-Trípoli en reparación en el puerto de Bahrein


Así comienza el relato de un veterano marino del “USS-Princeton” que operaba entre el centro y el norte del golfo en aquel agitado mes de febrero de 1991. Fue así que en la madrugada del 18 de febrero en pleno de las operaciones de combate y cumpliendo con sus funciones de cobertura con misiles crucero sobre blancos en Iraq y Kuwait, nuestro testigo tomaba la guardia del puente. 

Navegando en la zona del grupo de tareas liderado por el portaaviones “USS-Midway”, el buque que venía de un periplo entre el puerto de Vladivostok y su base naval en Long Beach, transitaría bajo la custodia de unidades navales canadienses y argentinas que operaban en la zona centro norte del golfo.

El “USS-Princeton” debía también garantizar la seguridad del portaaviones “USS-Midway” pero ¿Quién garantizaría su propia seguridad? Pese al sofisticado equipamiento de radares Aegis para contra restar ataques con misiles “tierra-aire” y anti buque que protegía a la flota en el golfo, en tempranas horas de la mañana del 18 de febrero reciben el frenético informe de que el “USS-Trípoli” que operaba a 10 millas más lejos de su posición, había recibido el “impacto” de algún arma enemiga.

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USS PRINCETON

¿Qué diablos había pasado? ¡Alerta de combate! 

Fue la orden insistente que junto al timbre de las sirenas de ataque comenzó a sonar por los altoparlantes del buque. 

Ahí (tarde) se dieron cuenta de que estaban rodeados por decenas de minas baratas que en el mercado no costaban más de US$ 500 dólares.

Después de leer esta historia, usted verá que nuestro amigo tuvo la distinción única de haber servido a bordo de uno de los dos barcos que fueron golpeados por minas durante la Guerra del Golfo en 1991 mientras participaba en la Operación Tormenta del Desierto. 

Su barco era el “USS Princeton” (CG-59) y el otro barco que chocó una hora antes con una mina fue el porta helicópteros “USS Tripoli” (LPH-10). Esta historia le dará al lector la perspectiva en primera persona de lo que fue operar un barco de manera "perjudicial", que es para lo que la Marina de los EE. UU que en ese entonces estaba y sigue estando diseñada para defender la seguridad nacional de nuestro país.
La misión de la Marina de los Estados Unidos es "... mantener, entrenar y equipar fuerzas navales preparadas para el combate capaces de ganar guerras, disuadir la agresión y mantener la libertad de los mares", comento entusiasmado. 

Una aplicación de esa misión tuvo lugar durante la Guerra del Golfo en 1990- 1991 justamente en momentos que se hallaban visitando el puerto ruso de Vladivostok. Nuestro barco era uno de los últimos cruceros Aegis de la clase Ticonderoga en ese momento, y tan pronto se hizo presente en el Teatro de Operaciones se le asignó el delicado papel de Comandante de la Guerra Aérea en el norte del Golfo Pérsico en apoyo de la guerra terrestre pendiente con Iraq.

Rajadura en el casco del USS-Princeton

La imagen puede contener: una o varias personas y exterior


En particular, tanto el “USS-Princeton” como el “USS-Trípoli” estaban dotados de lo mejor de los sistemas de guerra electrónica de la época y fue por ello que debían situarse en proximidades de las costas kuwaitíes para lanzar sus barridos de interferencia electrónica que deshabilitaría los sistemas de defensa SAM y radares iraquíes.

Así este veterano continuo diciendo: “También durante esta fase de la Guerra Aérea de las operaciones en el Golfo, nuestro barco recibió la orden de lanzar tres misiles crucero “Tomahawk” sobre Iraq. Hubo informes de inteligencia que indicaban que algunas baterías de misiles de superficie de fabricación china se habían activado en las costas kuwaitíes y debíamos estar muy alerta. Eso nos hizo ver que los iraquíes a pesar de los devastadores bombardeos seguían manteniendo equipo en servicio. Estábamos expuestos a ser pasto de misiles antibuque “C-601” chinos o los “MM-38, Exocet” franceses y eso era angustiante”.

“Esa mañana en particular, descubrí consternado que el “USS Trípoli” (LPH-10) un portaaviones de clase “Iwo Jima” –Insignia de los barreminas-, golpeó una mina a las 4:36 a.m. La explosión sacudió todo el buque de proa a popa que había sido golpeado por una mina amarrada sumergida justo debajo de la línea de flotación perforando un agujero en su casco que lo dejo a la deriva.

Ello causo el apagón de todo el sistema eléctrico y 30 heridos de baja consideración. El oficial ejecutivo dijo que se creía que media docena de minas estaban en el agua delante del barco minas sumergidas de fabricación italiana "manta". Este tipo de mina no se dispara por contacto, sino por la presión típica de una hélice de hundimiento u onda de proa causada por un barco que se mueve a través del agua. Nuestro testigo confeso que “fue una situación muy estresante al punto que sabíamos que éramos vulnerables”.

Costura en el casco del USS-Princeton

Tan pronto se pusieron en marcha para auxiliar a sus colegas del “USS Trípoli” caen en cuentas de que están rodeados por minas y serán dos de ellas las que detonaran causando serías averías en el casco. Tras la violenta sacudida, el espeso humo grisáceo subió desde bajo cubierta dando cuenta de que les habían pateado el culo. El reporte oficial consignaría “al amanecer del lunes, una mina nos golpeó abriendo un agujero de 16 pies por 25 pies 10 pies debajo de la línea de flotación”. Horas después llegaría la ayuda del buque de salvamento “USS-Beaufort” que con el apoyo del “USS Android” nos remolcaría seguro hasta Bahrein.


También fue valiosa la asistencia del buque canadiense “Athabaskan” que estaba dotado de equipamiento de sonar para detectar minas. “Antes de ello, los nervios carcomieron nuestra existencia –comento tenso- y lo único que teníamos para defendernos de una posible incursión eran las ametralladoras manuales 12.70mm y los fusiles automáticos de la bodega”.

La marcha fue lenta y llena de adrenalina. Pese a que los altos mandos de USCENTCOM nunca lo quisieron reconocer, aquellas unidades estuvieron en serio peligro de ser el blanco de un ataque furtivo de algunas de las baterías iraquíes que seguían operativas en las costas kuwaitíes.

Mientras helicópteros estadounidenses y británicos sobrevolaban el área para marcar las minas, los remolcadores aseguraban los enganches y sus capitanes discutían la ruta de salida. Parte del trayecto fueron acompañados por aquellos helicópteros hasta que tras ser relevados por los Argentinos y los canadienses, pudieron pasar protegidos por el centro del golfo ya con rumbo a la base naval norteamericana en Bahrein. “Afortunadamente, fuimos remolcados sin peligro y finalmente tras hacer las reparaciones suficientes en Bahrein continuaron su viaje más al sur primero a “Jebel Ali” para descargar nuestras armas y luego a Dubai, Emiratos Árabes Unidos a un dique seco para reparaciones adicionales durante 8 semanas adicionales”, comento nuestro testigo.

Era claro que para todos los riesgos eran altos, por lo que solo nos movíamos a un mínimo de 3 nudos para evitar la deriva y al mismo tiempo nos brindaba la máxima oportunidad de detectar otras minas debajo de la superficie similares a las que golpearon al “USS Trípoli”. 

Aquello dejo en claro que una operación de desembarco anfibio hubiera sido difícil de concretar. 

Por lo pronto, aquel incidente fue el boleto de salida para las dotaciones del Princeton y del Trípoli quienes serían recibidas como héroes y condecorados con la “Cinta de Acción de Combate”.