27/3/22

HACE 31 AÑOS MENEM ENVIABA TROPAS AL GOLFO PÉRSICO 1990-1991

ARA BROWN


ARA SPIRO








El 18 de septiembre de 1990 el presidente Carlos Menem ordenó el envío de un contingente militar al golfo Pérsico para participar del bloqueo a Irak, que había invadido Kuwait el mes anterior. Con el objetivo de mantener relaciones muy estrechas con los Estados Unidos, ('relaciones carnales', las definió un ministro argentino) el gobierno nacional colaboró con varias políticas del presidente George Bush. La crónica del matutino Página/12, en tramos de la nota El crucero del amor, del 19 de septiembre de 1990.


NOS MANDARON A UNA GUERRA, QUE DISUACION !!!

"'Con la misión de asegurar la paz en el Golfo Pérsico y en cumplimiento de las resoluciones de Naciones Unidas', el canciller Domingo Cavallo anunció oficialmente el envío de tropas argentinas para unirse a las fuerzas de la OTAN en la misión de sostener el bloqueo a Irak, ya que, según el ministro, 'la presencia argentina en la zona será un elemento más para persuadir' a Saddam Hussein a que abandone el territorio kuwaití. Hombres de las tres fuerzas a bordo de dos naves de la Armada y dos aviones -un Hércules y un Boeing 707 partirán este fin de semana, los buques demorarán cerca de 40 días en llegar a la zona de conflicto-, por una orden directa del presidente Carlos Menem y eludiendo al Congreso de la Nación, decisión que produjo ayer los primeros choques con las bancadas opositoras y que tomarán mayor fuerza en la sesión de hoy. 

'No son una fuerza de intervención', explicó por la cadena nacional el canciller Cavallo, las tropas argentinas 'no desarrollarán tareas ofensivas' en el Golfo, solamente, insistió, estarán allí para impedir 'una tragedia de imprevisibles consecuencias'.

Después de toda una tarde de reuniones en el Parlamento -junto al ministro de Defensa, Humberto Romero- para 'comunicarles' a los legisladores las razones del Ejecutivo para enviar las tropas, el canciller Cavallo informó a la población las buenas nuevas, sin explicar en ningún momento por qué se evitaba la participación del 

Congreso en esta decisión. Solamente se advirtió que Menem la tomó 'en su condición en jefe de las Fuerzas Armadas y en el ejercicio pleno de sus facultades constitucionales'.

Las claves del envío de tropas, según el mensaje del canciller, son:
'Las unidades militares que se movilizan no constituyen una fuerza de intervención. No van a emprender acciones bélicas ofensivas. No van a asumir un rol de beligerancia'.
'Aquí no está en juego un interés ideológico, partidista, sectorial o de bloques de poder (...), aquí existe un enfrentamiento profundo entre la comunidad de Estados en su conjunto y un gobierno que ha violado la ley internacional'.

'El desafío de la República de Irak a la paz mundial atañe directamente a cada uno de los argentinos. Quienes piensan que la lejanía del Golfo, o la falta de una presencia argentina en la región, pueden asegurarnos no sufrir las consecuencias de esos acontecimientos se equivocan'.

'Nuestro país ya es un socio activo en la gestación del nuevo mundo de paz, progreso y distensión que busca consolidarse (...). Frente a una situación semejante, la indiferencia implica retroceso. Implica atraso. Implica aislamiento.

'Por primera vez en la historia respondemos a un pedido especial formulado por el país agredido, el emirato de Kuwait y otras naciones árabes. El gasto que implica esta decisión va a ser pagado por un fondo especial creado para financiar, por parte de toda la comunidad internacional, los costos de estas operaciones'.

'Confiamos en que la presencia disuasiva de la formación especial argentina representará un elemento más que conlleve a persuadir al gobierno de Irak y lo obligue a aceptar y cumplir las resoluciones de la comunidad internacional'.

El cumplimiento estricto del embargo contra Irak, según el gobierno argentino, es 'la última posibilidad con que las naciones cuentan evitar un conflicto bélico trágico para la humanidad en su conjunto'.
(...)
Con esta medida, la Argentina participará por primera vez en la historia de una fuerza multinacional, además de ser, por el momento, la única nación latinoamericana que envía tropas a Medio Oriente en medio de la crisis que desencadenó la invasión y anexión de Kuwait por el ejército iraquí. Anoche, por la cadena nacional, el canciller defendió enfáticamente el envío de tropas y aseguró que la decisión fue 'meditada, profunda, seria y responsablemente por el Gobierno', que tomó esto sobre los 'pilares irrenunciables' de la política exterior argentina, que son 'la soberanía, la independencia, la integridad territorial de los Estados y la no intervención en los asuntos internos de otros países'".

Marinos por el camino más largo

La primera nave con proa al Golfo Pérsico saldrá el sábado, a más tardar, y la segunda 72 horas después. El jefe del convoy naval será un capitán de navío, seleccionado entre los cuatro comandantes de división actuales. Pero los capitanes de fragata Alejandro Tierno y Oscar González fueron confirmados al mando del destructor 'Almirante Brown' y de la corbeta 'Spiro', que emprenderán una larga travesía de 35-40 días por el Océano Atlántico, el Mediterráneo y el Mar Rojo, antes de llegar a las peligrosas aguas que bañan las costas de la península Arábiga.

Por separado viajarán un avión Hércules C-130 y un Boeing 707 de la Fuerza Aérea con un contingente de soldados del Ejército, transporte, armamento y vituallas de todo tipo. El Boeing descarga y vuelve, pero el Hércules permanecerá a las órdenes del comando multinacional.

El canciller Domingo Cavallo conversó con los presidentes de los bloques en el Parlamento, charla durante la cual sinceró la relación militar que existe hoy entre la Argentina y los Estados Unidos. 

La fuerza militar argentina tendrá su propio comando, como cada una de las restantes que tomarán parte en el bloqueo a Irak, pero a pedido de las autoridades en el exilio de Kuwait los norteamericanos tendrán la misión de coordinar los distintos contingentes nacionales. Multinacionales serán también los fondos que financiarán los gastos de la entente antiiraquí. 

ESTO JAMAS LO PAGARON, ENTONCES ALGUIEN ROBO VARIOS MILES DE DOLARES, KUWAIT FINANCIO (PAGO) 20.000.000 DE DOLARES..

Una versión muy difundida entre especialistas militares y legisladores asegura que cada cuadro castrense que tome parte de la Fuerza cobrará entre 8 y 10 mil dólares.

El costo real de la operación argentina se mantiene en reserva, pero nadie se atrevió a desmentir la cifra de 14 millones de dólares y hasta hubo especulaciones que superaban ese monto.

 Lo cierto es que la Argentina no podría financiar por sí sola la participación, si no fuera por los millones de dólares que depositó Kuwait para aguantar el agujero negro que significa prepararse para una guerra".

"LA FRASE SOBRE LAS RELACIONES CARNALES FUE UNA ESTUPIDEZ"



Por primera vez desde que la pronunció, el ex canciller Guido Di Tella reconoció la poco feliz de su boutade. “Lo acepto y lo padezco”, se confesó. La historia de la oración de marras.

La frase “relaciones carnales” fue pronunciada ante un auditorio a puertas cerradas en el BID.

En su momento la dijo convencido y enérgicamente. Durante casi diez años la defendió a capa y espada. Pero ayer, ante la pregunta de un periodista, finalmente decidió manifestar su arrepentimiento. “Ya que usted me provoca le voy a contestar: la frase sobre las relaciones carnales fue una estupidez que dije, lo acepto y lo padezco”, admitió el ex canciller menemista Guido Di Tella.

La frase con la que el ex funcionario buscó demostrar el alineamiento de la Argentina con los Estados Unidos se remonta a 1991. Di Tella la pronunció en un encuentro con las máximas autoridades del Banco Interamericano de Desarrollo, en Washington, explicando la política que la Argentina quería mantener con los Estados Unidos.
–No queremos tener relaciones platónicas: queremos tener relaciones carnales y abyectas –remarcó Di Tella, enfervorizado, ante su audiencia.

El entonces canciller buscó marcar de esa manera la voluntad de producir un cambio de 180 grados para reemplazar lo que consideraba una relación sumamente “fría” por otra totalmente “comprometida” con las políticas norteamericanas. Di Tella sostenía, contento con su definición, que la frase era tan provocativa que ayudaría a generar un “shock cultural”.

El viraje se reflejó tiempo después en distintos aspectos de la política exterior, como el envío de naves al Golfo o el voto argentino en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas apoyando el pedido de Estados Unidos para que se investiguen denuncias de violaciones a los derechos humanos en Cuba.

–¿Cómo se le ocurrió? –le preguntaron, pasado el tiempo, por la controvertida frase.
–Resulta que un diario prestigioso me criticaba porque yo había dicho que la relaciones con los Estados Unidos tenían que ser muy cordiales porque así convenía a nuestros intereses. Me responden, en un editorial, que esa forma de lealtad era producto de no poder concebir otra manera de relación y que esa idea era de un utilitarismo crudo. 

Mi aclaración posterior la estoy padeciendo hasta hoy, cuando dije que las relaciones con los Estados Unidos no debían ser platónicas, sino carnales. La ventaja que tuvo, aparte de las bromas que tuve que soportar, fue que mucha gente entendió que las relaciones con los Estados Unidos son lo que son: muy importantes.

–A usted también le tocó explicar lo de las relaciones carnales en los Estados Unidos. 

¿En qué circunstancias?

–Fue gracioso. Estábamos en el Departamento de Estado dando una conferencia de prensa con Madeleine Albright. 

En un momento un periodista me pregunta por lo de las relaciones carnales y antes de que yo pudiera decir nada lo traducen al inglés. Cuando Albright lo escuchó en inglés dijo: 
“Aquí hay un error de traducción, no puede ser lo que estoy escuchando”. Entonces yo me acerqué y, por lo bajo, a un costado, le dije: “Madeleine, la traducción es correcta. Después te explico. Después le expliqué y ella se mató de risa”.


19/3/22

210.000 MUERTOS EN LA GUERRA DEL GOLFO PERSICO, DICE GREENPEACE








Las leyes de la guerra y lo dispuesto en el derecho internacional sobre el trato a la población civil fueron violadas en el conflicto del Golfo, según un informe de la organización ecológica independiente Greenpeace International, que cifra en 210.000 el número de muertos por la guerra librada entre Irak y la coalición internacional encabezada por EE UU.

Greenpeace, que ayer presentó en Washington un estudio sobre el impacto de la guerra del Golfo, califica el conflicto como "la guerra más importante y destructiva de la historia moderna" y explica que, a pesar del uso de armas inteligentes y la saturación informativa vivida en el mundo occidental durante el conflicto, la guerra alcanzó un nivel "excepcional" de daños humanos, naturales y de medio ambiente.

Greenpeace critica "la destrucción sin precedentes infligida por las fuerzas aliadas a una nación con fuerzas convencionales en un período tan corto de tiempo". "Nunca antes", según esta organización ecologista, "una sociedad civil había quedado tan destruida y un medio natural, tan lesionado".






Quinta Convención



El informe, escrito por William Arkin, Damiari Durrant y Marianne Cherni, será la base para que la organización Greenpeace solicite, el próximo día 3 de junio, en Londres, que se estudie la posibilidad de crear lo que Greenpeace ya denomina Quinta Convención de Ginebra para Proteger el Medio Ambiente durante Conflictos Armados.



El uso de las armas inteligentes es duramente criticado por Greenpeace, cuya eficacia ha permitido destruir instalaciones civiles y los elementos clave de la infraestructura civil iraquí, dejando sin agua y electricidad a la mayor parte de la población del país.

El documento especifica algunos datos sobre la magnitud del conflicto del Golfo. Los más importantes son: 250.000 bombas fueron lanzadas durante la guerra -6.000 bombas al día-; menos del 10% de las bombas lanzadas eran bombas inteligentes; las bombas inteligentes no alcanzaron sus objetivos en un 20% de los casos y el ataque y destrucción a una factoría de leche infantil fue un error, así como la destrucción de otras nueve instalaciones civiles.

El impacto sobre el medio ambiente fue, asimismo, tremendo. Las manchas de petróleo en el mar y el humo producido por los pozos incendiados por las tropas iraquíes no son los únicos problemas con los que se enfrenta la zona del Golfo.

16/3/22

MALIKI SE AFERRA AL PODER PESE A SU DESTITUCION COMO PRIMER MINISTRO



         FOTO DE ARCHIVO



Maliki se aferra al poder pese a su destitución como primer ministro
Haider al Abadi, hasta ahora vicepresidente del Parlamento, designado para suceder a Al Maliki. El primer ministro saliente amaga con un golpe de Estado y dice que «arreglará este error»



El presidente de Irak, Fuad Masum, ha pedido al vicepresidente del Parlamento, el chií Haider al Abadi, que forme un nuevo gobierno, según ha informado este lunes un portavoz.

Al Abadi había sido propuesto para el cargo de primer ministro por Alianza Nacional, la principal coalición chií, apenas horas después de que Al Maliki reiterase públicamente su intención de presentarse a un tercer mandato.




En un desafiante discurso pronunciado el domingo por la noche, Al Maliki llegó acusar a Masum de violar la Constitución por aplazar hasta en dos ocasiones la fecha límite para encargar la formación de un nuevo Ejecutivo.

Tras este discurso, miembros de las Fuerzas Especiales leales al primer ministro comenzaron a desplegarse en puntos clave de Bagdad, en un gesto al que se han unido varias milicias chiíes también leales a Al Maliki, que han incrementado sus patrullas en la capital y sus alrededores.

Inestabilidad política

A finales de julio, el primer ministro hizo un llamamiento a los partidos políticos del país para que superen sus diferencias y trabajasen para formar lo antes posible el nuevo Gobierno.

El llamamiento de Al Maliki llegó en medio de los intentos de los partidos políticos de poner fin al estancamiento existente desde la celebración de las elecciones parlamentarias en abril, especialmente debido a los avances del grupo extremista Estado Islámico, antiguo Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIS).

Al Maliki trataba de formar Gobierno pese a la oposición de suníes, kurdos y algunos chiíes. Clérigos chiíes del país y las potencias occidentales, por su parte, han presionado a los políticos para superar este estancamiento y formen un nuevo gobierno de unidad frente a la insurgencia.
Al Maliki se opone

El recién nombrado primer ministro iraquí, Haider al Abadi, ha apelado a la unidad de «todos» para luchar contra la «barbarie» de la milicia Estado Islámico, que en los últimos días ha logrado importantes avances en la zona norte del país frente a las fuerzas kurdas. Las palabras de Al Abadi parecen dar cumplimiento a los deseos expresados por el presidente Obama de que en Irak se forme un gobierno de unidad que termine con el sectarismo del que se ha acusado a Al Maliki.

«Tenemos que cooperar todos para estar firmes contra la campaña terrorista lanzada en Irak y frenar a todos los grupos terroristas», ha dicho Al Abadi, en unas declaraciones emitidas por la televisión estatal poco después de que el presidente, Fuad Masum, le encargase formar Gobierno.

La reacción a la destitución de Al Maliki no se ha hecho esperar entre sus simpatizantes. Hussein al Maliki, yerno del hasta ahora primer ministro ha asegurado que se opondrán a esta decisión, que, según denuncia, viola la Constitución iraquí.
Maliki promete que «arreglará el error»

Finalmente, el propio Maliki se ha manifestado para reiterar su intención de no renunciar al poder. El ya exprimer ministro ha prometido «arreglar el error» que a su juicio supone la designación de Haider al Abadi como su sucesor en el cargo, subrayando que se trata de «una grave violación» de la Constitución.

Así lo ha dicho en un discurso televisado en el que ha aparecido rodeado de sus aliados y en el que ha recordado a las fuerzas de seguridad que están inmersas en una guerra sagrada contra los milicianos suníes del Estado Islámico. Horas antes, el entorno político del primer ministro saliente ya había rechazado el nombramiento de Al Abadi como nuevo jefe de Gobierno, denunciando que carece de legitimidad para ocupar este puesto.

11/3/22

FALLECE EL 10/03/2022 EN LA CIUDAD DE PUNTA ALTA EL COMBATIENTE ZANDIVARES

QEPD CAMARADA ZANDIVARES, TRIPULANTE DE LA ARA BROWN EN LA GUERRA DEL GOLFO PERSICO 1991, TE DESPIDO CON ESTE VIDEO DONDE VAN LOS VALIENTE, MIS RESPETO A SU FAMILIA🌹Y COMPAÑERO DE DESFILE EN NUEVA YORK, BUENOS VIENTO
MUERTE SUBITA.


 




2/3/22

VETERANOS DE LA GUERRA DEL GOLFO DEMANDAN A 20 FIRMAS ALEMANAS





Unos 2.000 veteranos norteamericanos de la guerra del Golfo han demandado a unas 20 empresas alemanas , a las que acusan de haber permitido a Irak abastecerle, de gases tóxicos de combate, según se informa en la edición del semanario Stern. 

Los demandantes exigen a estas empresas una indemnización de 1.000 millones de dólares (unos 130.000 millones de pesetas), por las secuelas provocadas a su salud por dichos gases utilizados en la guerra.

Según esta publicación, más de 17.000 soldados estadounidenses padecen todavía dolores, fatigas crónicas y otras molestias, cuatro años después de la guerra. Estas secuelas han sido denominadas como el síndrome de la guerra del Golfo.


Entre las empresas demandadas y que han confirmado la existencia de la denuncia en su contra se encuentran Thyssen Ag, Preussag AG, Degussa AG, Sigma GmbH y Heberger Bay. Portavoces de la empresa Thyssen han asegurado que la querella carece de fundamento".

COMO "UCRANIA, LA ARGENTINA TAMBIEN QUISO ENTRAR A LA OTAN



Al igual que el gobierno de Ucrania, la Argentina también buscó entrar a la alianza militar del Atlántico Norte. Fue en 1999, en el final del gobierno de Menem. El ideólogo del ingreso a la OTAN fue el entonces secretario de Planeamiento Estratégico Jorge Castro. Analista de política internacional, Castro recuerda (y defiende) aquella posibilidad.





En 1999, Menem le mandó una carta a Clinton para entrar a la OTAN 


Jorge Castro pedía una reunión a solas con el presidente y, a la media hora, ya estaba cara a cara con Carlos Menem. Esa era la dinámica habitual en la Casa Rosada. Y así sucedió una tarde de mayo en 1999. Castro era el Secretario de Planeamiento Estratégico de la Presidencia. Si bien había asumido un año atrás, el experto en política internacional ya era una voz muy influyente y escuchada por Carlos Menem. Incluso tenía una oficina en el primer piso de la Casa de Gobierno, ubicada a pocos metros del despacho presidencial.

En el último año de gestión menemista, a Castro se le ocurrió una idea para congraciarse aún más con los Estados Unidos. ¿Cuál? Que la Argentina se incorporara a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), una alianza militar de países liderada por Estados Unidos. Ahora, 23 años después de aquella iniciativa del menemismo tardía, la posible entrada de Ucrania a la OTAN derivó en una invasión de tropas rusas que mantiene al mundo en vilo.

En 1999, el clima internacional era muy distinto. La caída del muro de Berlín había parido un mundo de ideología en monocromo. No es que el capitalismo había vencido en la batalla política y cultural: el comunismo real simplemente se desplomó desde adentro.

“Era la post Guerra Fría. La unipolaridad no era una doctrina, era la realidad de los hechos”, contextualiza a la distancia Jorge Castro. Lúcido columnista de política internacional en el diario Clarín, Castro todavía defiende aquella propuesta que le hizo a Menem. “Ahora hay una estructura bipolar, con dos superpotencias, los Estados Unidos y la República Popular China, asociada en una visión de largo plazo con Rusia. Existen dos centros de poder. Pero en esa época entrar a la OTAN era asociarse en estructuras de seguridad con el primer resorte del poder en el mundo: los Estados Unidos. La Unión Soviética había implosionado con su sistema de defensa intacto”, afirma Castro ante elDiarioAr.

Cuando Castro le llevó la idea al presidente, la Argentina era un aliado especial extra-OTAN. Se trataba de una categoría que no tenía ningún otro país latinoamericano y que sólo compartía con Israel, Egipto, Japón, Corea del Sur y Jordania. Pero a fines de los noventa, la OTAN empezaba a aceptar como socios plenos a países de Europa Central. Argentina accedió al estatus de aliado extra-OTAN en octubre de 1997, a fuerza de alinear su política exterior a la norteamericana. Una estrategia que el canciller menemista Guido di Tella definió brutalmente como de “relaciones carnales” con EEUU. El anuncio formal de ese acercamiento lo hizo el entonces Bill Clinton, durante una visita a Buenos Aires.

Pero en 1999 el gobierno de Menem buscaba profundizar el vínculo con los Estados Unidos y la OTAN. La propuesta de Castro sedujo rápidamente al presidente. Una serie de reuniones de gabinete posteriores terminó por amasar el planteo.

En julio del 99, Menem hizo el pedido formal para que la Argentina fuera incorporada a la Organización del Tratado del Atlántico Norte. Sugirió que lo hiciera “en calidad de miembro asociado o una categoría similar a establecerse”. Menem mandó cartas protocolares. La más importante y dedicada, a su colega Bill Clinton. Las demás, a otros miembros del Consejo del Atlántico Norte. El encargado de anunciarlo a la prensa fue Castro, el secretario de Planeamiento Estratégico.

Según el texto de las cartas enviadas por Menem, el objetivo argentino era “participar más eficazmente en esta etapa de redefinición del sistema de seguridad internacional, tanto en las operaciones que se llevan a cabo bajo el comando y control unificados de la OTAN, cuanto en la discusión y el diseño del sistema de seguridad global que emerge en los albores del Siglo XXI”.

El expresidente incluso enumeró acciones supuestamente destacadas a la alianza militar: “La intervención de la OTAN para poner fin a la tragedia humanitaria que tenía lugar en Kosovo y su ratificación por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas justifican tales expectativas”. Y agregaba en su mensaje que “el reciente conflicto bélico de los Balcanes como antes el de Bosnia-Herzegovina refleja la naturaleza de los conflictos de esta era: problemas internos, que afectan principalmente a la población civil e implican violaciones masivas a los derechos humanos”.

La Alianza, principal fuerza opositora a la administración peronista de aquellos años, rechazó de inmediato la iniciativa de Jorge Castro. Sociedad entre la UCR y el extinto Frepaso, la Alianza retrucó: “Nosotros priorizaremos el Mercosur y la política regional de seguridad no es compatible con el ingreso a la OTAN”. Pocos meses después, Fernando de la Rúa ganaría las elecciones. Y el proyecto de entrada a la OTAN quedaría en la nada.

“Hubiera sido imposible. Gran Bretaña, que arrastra un conflicto con la Argentina desde la Guerra de Malvinas, nunca lo habría aceptado”, opina un funcionario de la Cancillería conducida por Santiago Cafiero. Castro disiente: “Gran Bretaña estaba dispuesta a aprobarlo, porque Menem había restablecido relaciones diplomáticas”.

Paradojalmente, a 23 años de aquel lance pensado para congraciarse con los EEUU, Castro ahora describe la caída de ese gigante. Respecto a la invasión militar a Ucrania ordenada por Vladimir Putin, el analista y autor del libro "China y la Argentina en el siglo XXI" opina que "el trasfondo de esta situación es el debilitamiento internacional de los Estados Unidos".

22/2/22

LA BATALLA TERRESTRE QUE PUDO CAMBIAR EL RESULTADO DE LA GUERRA DEL GOLFO EN 1991



“JAFJI”





Corría la primera semana del mes de enero de 1991 y el mundo se hallaba en vilo por la crisis que se había desatado en el Golfo Pérsico y que estaba convocando a la fuerza militar más grande de la historia después de la II Guerra mundial. Los estadounidenses junto a los británicos y franceses acumulaban en el territorio de Arabia Saudita, tropas y maquinaria bélica en un número sin precedentes. Saddam Hussein tenía con que afrontar esa amenaza aunque estaba claro que sus fuerzas eran superadas cinco a uno pero, el factor político estaba del lado de Iraq que pese a la traición de los gobiernos árabes de la región (salvo Yemen y la OLP) encontró el apoyo leal e inquebrantable de los pueblos de cada uno de aquellos.


Igualmente en occidente se hizo prevalecer la propaganda de la Casa Blanca insistentemente difundida por la CNN pero controlada de cerca y en forma minuciosa por el Pentágono y las agencias de inteligencia. La verdad estadounidense no debía mostrar muertos, sangre ni imágenes que pudieran afectar la moral del público que miraba la guerra por TV.


Al mismo tiempo en Washington se ultimaban los argumentos para justificar la guerra esperada. Nada se hizo por buscar la paz y el papel de la ONU fue simplemente deplorable. Las propuestas diplomáticas de Bagdad y Moscú para un retiro inmediato fueron deliberadamente desoídas ya que Washington buscaba el desenlace bélico. Los estadounidenses junto a sus aliados (quienes no habían cruzado el océano en vano) lanzaron el ataque inicial a las 00:00hs del 17 de enero y a partir de entonces, la mayor parte de las operaciones fueron aéreas sin mover a sus unidades terrestres, obviamente por el temor a tener que enfrentar cara a cara a las tropas iraquíes que eran mucho más veteranas en el combate en un terreno que los aliados no estaban acostumbrados. Desgastar a las fuerzas iraquíes era la estrategia del Pentágono y recién allí hacerles frente.


Los comandantes iraquíes aconsejaron a Saddam contratacar y poner en jaque a Arabia Saudita y la mejor entrada para ganar terreno era por la frontera sureste, sobre la costa. La inteligencia iraquí que operaba tras las líneas enemigas dentro del mismo terreno saudita e incluso en el mismo centro de comando ubicado en Darham, enviaba periódicamente informes precisos sobre los movimientos de la Coalición, sus rutas de abastecimiento, armamento y el despliegue naval que respaldaba las operaciones de los estadounidenses. Sobre la base de estos reportes, el Centro de comando en Bagdad ordenó al Tercer Cuerpo del ejército iraquí que se hallaba ubicado en el sur a que lanzara una contraofensiva para dar aire a los defensores en Kuwait.


Desde tres direcciones y a lo largo de la frontera, se lanzaron las divisiones blindadas iraquíes con la finalidad de capturar la localidad saudita de Khafji, punto de importancia estratégica y económica. Pese a que los historiadores occidentales y sus homólogos sauditas obviaron mencionarlo, las tropas iraquíes estaban muy motivadas y pese al duro castigo aéreo de los estadounidenses y sus aliados lanzaron sobre el avance de las unidades iraquíes, aquellos pudieron pasar y capturar la localidad causando un duro revés a los batallones sauditas, kuwaitíes y de algunos grupos norteamericanos que se hallaban fortificados en “Al Zabr”. Así lo relata un veterano iraquí protagonista de aquella batalla quien revestía por entonces como artillero en la Guardia Republicana.


“En aquellos momentos me encontraba en “Al Wafrah” (Kuwait) junto a mis compañeros arriba de mi T-72 en la agrupación mecanizada cuyo nombre clave era “Al Sahawi”, desplegada al suroeste con la frontera de Arabia Saudita. Según nuestro comandante la situación en Khafji era relativamente calma aunque se hallaba defendida por varios batallones de infantería y blindados ligeros sauditas, kuwaitíes y con algunas unidades norteamericanas desplegadas en la ciudad”, comenta mientras caminamos por el malecón del puerto sureño de Basora. “El movimiento allí era constante y veíamos como los aviones “Harrier” británicos hacían patrullas de reconocimiento por nuestro borde fronterizo, sin acercarse demasiado por temor a nuestras baterías antiaéreas”. Tras un breve silencio repone; “cuando los americanos lanzan su agresión en la madrugada del 17 de enero estuvimos alerta e intercambiamos ocasionalmente fuego de artillería con las posiciones enemigas hasta que el 29 de enero a la noche se nos ordena movilizarnos hacia adelante, pese a la amenaza de los aviones que estaban machacando día y noche a Kuwait y a nuestro país”.


“Lo que menos vimos en nuestra embestida fueron estadounidenses”, comenta con una sonrisa el rostro; “los jeeps, las armas y equipos eran estadounidenses, pero no quienes lo usaban” aclaro con énfasis gesticulando con sus manos. Y continuó con su relato diciendo: “Cruzamos la frontera hacia el desierto y no encontramos resistencia sino hasta llegar a la ruta 5 que bordea la costa y accede a Khafji. Allí nos topamos con unos ocho carros “V-150” con los sables cruzados pintados en su carrocería y los barrimos en apenas una hora. Incluso descendí del T-72 para echar una mirada a los restos de aquellos y no había un solo maldito americano”. Esto fue intrigante y le conmine a que continuara con su relato para lo cual continuo diciendo: “mientras nuestros camaradas penetraban por el oeste donde no habían demarcaciones,nosotros nos colábamos por la ruta costera sin encontrar más oposición que la de tanquetas pesimamente apostadas y dos helicópteros “Apache” que nos lanzaban cohetes desde el horizonte”.
Según sus dichos, en solo unas horas aplastaron a la defensa saudita y vieron correr una vez más a las tanquetas kuwaitíes que les apoyaban. Y agrego “para peor de aquellos perros, sus amigos –las fuerzas de la Coalición- desde el cielo destruyeron con sus misiles “Maverik” varios de sus carros que se batían en retirada, causando un verdadero pandemónium. Ahí nos dimos cuenta que los americanos no eran tan precisos y de cuanto valoraban a sus aliados”, repuso con una mirada en sorna.


“Para cuando nos adentramos en la localidad, algunos sectores ya habían sido tomados por nuestros comandos que se habían infiltrado mucho antes.
De los sauditas solo quedaban sus muertos, sus V-150 y algunos carros LAV-25 que aún tenían inscripción del Cuerpo de Marines estadounidense, quemándose a los rayos del sol”. Cuando llegamos a la confluencia de la ruta 5 por un acceso al oeste de la localidad nos topamos con una brigada de viejos tanques “AMX-30” que no fueron rivales para nuestros tanques que los abatieron en menos de media hora. Lo que si es cierto que pronto aparecieron los aviones enemigos “A-10” y causaron varios daños entre nuestras unidades pero jamás perdimos la iniciativa de avanzar. Es más recuerdo muy bien como nuestros misiles antiaéreos derribaron dos de estos monstruos”, recuerda entusiastamente.


“Para cuando cruzamos la localidad y nos abrimos paso hasta el canal que separa la ciudad de área de almacenamiento y refinerías de crudo de ARAMCO OIL, nos detuvimos para escuchar el mensaje de arenga que trasmitió por radio Saddam Hussein en persona a todas las tropas en acción; allí el fervor se redoblo y a pesar de que estábamos cansados por la trajín y habíamos perdido a varios de nuestros camaradas por el camino, logramos que los sauditas y kuwaitíes que quedaban, huyeran despavoridos hasta que más tarde volvieron con apoyo norteamericano”.


“Aunque se ha dicho que nos rendimos en Khafji, ello no fue realmente así.
Lo cierto fue que mientras algunas fracciones se repartieron por la ciudad para cubrir la salida nocturna del grueso de las tropas que habíamos quedado dentro, más tarde supimos que quienes se rindieron fueron nuestros soldados más jóvenes quienes habían sido apabullados por los bombardeos de la Coalición. En lo que respecta a mí y a nuestro grupo de combate, pudimos regresar a salvo a “Al Wafrah” donde seguiríamos hasta nuestra retirada a Iraq.


La conclusión a que arribo este protagonista de aquella crucial batalla fue que, sin el poder aéreo desplegado en aquella oportunidad, los sauditas, los qataríes y kuwaitíes tenían la suerte echada, incluso con el apoyo terrestre estadounidense. “Sin aviones y su alta tecnología, aquella Coalición no habría sido nada”.

5/2/22

DE MALVINAS AL GOLFO PERSICO





ISLAS MALVINAS AÑO 1982 GUERRA CON REINO UNIDO


BUQUES DE LA OTAN EE.UU


BUQUES DE LA ARMADA ARGENTINA EN EL GOLFO PERSICO 1992 GUERRA CONTRA IRAK


ZONA DEL GOLFO PERSICO DONDE OPERO CON LA OTAN, LOS BUQUES ARGENTINO




Considera el articulista las posibles, y lejanas, similitudes entre la guerra del Golfo y las de las Malvinas. La capitulación total de los perdedores y el resurgir del nacionalismo son aspectos coincidentes en los dos conflictos.

La civilización no suprime la barbarie; la perfecciona. (Oscar Wilde).El 31 de marzo de 1982, millares de argentinos convocados por las organizaciones sindicales se congregaron en la plaza de Mayo para repudiar la dictadura. El régimen militar estaba en crisis absoluta y todo hacía pensar que no tardaría en caer. Más fuertes que el miedo, la furia, la desesperación y la esperanza, empujaron a la gente hacia la plaza. Dos días después, sin embargo, una multitud más numerosa aún se reunió en el mismo sitio para expresar su apoyo incondicional al general Galtieri.

 Los militares acababan de recuperar las islas Malvinas.Unas semanas después, mientras la flota inglesa se dirigía al Atlántico Sur, apareció en París, en el diario Le Monde, una declaración firmada por varias decenas de exiliados. Condenábamos la invasión porque nos oponíamos al principio de resolución de conflictos por la fuerza, y sobre todo porque negábamos a la dictadura militar el derecho a ejercer cualquier acto en nombre del pueblo. También reivindicábamos el derecho argentino sobre las islas, condenábamos el neocolonialismo británico y el envío de su armada, por considerar que las potencias occidentales, en particular Estados Unidos, disponían de los resortes necesarios para obligar a los militares argentinos a dar marcha atrás.


El mismo día de la aparición del comunicado, muchos de los firmantes recibimos llamados insultantes o amenazadores. No provenían, como podría pensarse, de amigos de la dictadura, sino de exiliados o proscritos súbitamente presos de: un fervor nacionalista tal que les había hecho olvidar la naturaleza del régimen, el derecho a. disentir y hasta el sentido de la amistad. 

En el interior del país ese sentimiento fue mucho más poderoso. Atrapados entre la razón de sus convicciones y el estigma de traidores a la patria, los sectores más lúcidos y progresistas se vieron desde el principio reducidos a un impotente silencio y al aislamiento. 

Un par de años después, ya de regreso, me di cuenta de que desde dentro y en plena guerra la doble y equidistante razón del comunicado parisiense perdía su equilibrada polaridad y se tornaba en magma confuso. Que quizá en la marea emocional de una guerra de esas características, en la alternativa de elegir entre dos males, no es posible otra cosa que mentir callando y colaborar por simple omisión. Que en cualquier caso el estallido de la primera bomba pone automáticamente a todo el mundo en la misma trinchera.Intransigencia



Aunque muy distinta, la guerra de las Malvinas tuvo algunas similitudes con la actual.

 En primer lugar, la sospechosa indiferencia de Estados Unidos y del Reino Unido ante una invasión inminente y conocida. Luego, la intransigencia: el Reino Unido no quiso entrar a discutir en ningún momento no ya la soberanía, sino siquiera la reivindicación argentina sobre unas islas ocupadas en el siglo pasado en un acto de piratería, con lo que los invasores fueron obligados a elegir entre el suicidio y la guerra. Noam Chorrisky ha reseñado con precisión (véase EL PAÍS del 12 de enero de 199 1) no sólo los antecedentes coloniales de la crisis del golfo Pérsico, sino incluso una propuesta de Sadam Husein de abril de 1990 (más de un año antes de la invasión de Kuwait), en la que éste propuso a George Bush la destrucción de sus armas convencionales si Israel aceptaba otro tanto. Paul Balta, por su parte, recuerda que en 1969 el joven Arafat defendió la idea de "un Estado palestino democrático en el cual coexistirían cristianos, judíos y musulmanes", rechazada de plano por Israel (véase EL PAÍS del 31 de enero de 1991). 

Teniendo en cuenta tc1os los antecedentes, la propuesta de Sadam de ligar su retirada de Kuwait con el caso palestino debió ser tomada en consideración, aun sin creer en absoluto, como es lógico, que ése fuera su objetivo al invadir. En cualquier circunstancia, esa concesión hubiera sido mínima comparada con los daños de la guerra que ahora se están poniendo en evidencia, sobre todo cuando existe acuerdo general en que después habrá una conferencia sobre Oriente Próximo.

La guerra de las Malvinas (en la que los británicos atacaron con ferocidad, aunque no hubiese explotación petrolera) concluyó en que allí donde -sólo había pastores y ovejas ahora haya una superbase militar británica. En cuánto a la reivindicación argentina, el asunto está cerrado: a los derrotados, ya se sabe, no les asisten derechos. ¿No ocurrirá ahora que después de la eventual derrota iraquí el golfo Pérsico quede bajo control militar de Estados Unidos y el pueblo palestino "empujado a una desesperada alianza con Irak- despojado de sus derechos por mucho tiempo?


El otro elemento similar entre las Malvinas y el Golfo es una de sus consecuencias: el resurgir del sentimiento nacionalista. Aunque el Estado es confesional, la sociedad argentina es perfectamente laica, moderna en el sentido occidental. No existe nada comparable al formidable elemento místico unificador que representa el en el mundo árabe. Sin embargo, aquella aventura militar tuvo el apoyo inmediato de los más dispares Gobiernos latinoamericanos, y después de la guerra no hay en Argentina partido político con posibilidades electorales que no incluya en su programa la reivindicación nacional sobre las Malvinas. 

Los siniestros militares carapintadas son hijos directores de esa guerra y el presidente Menem es considerado en ese punto como un traidor, por asumir con realismo la recomposición de los vínculos diplomáticos y comerciales con el Reino Unido. En la medida en que las democracias del Tercer Mundo no hacen hasta ahora más que ampliar y profundizar la miseria con sus medidas de ajuste dictadas -no hay que olvidarlo- desde el Norte, el peligro de un nacionalismo exacerbado aumenta. 

Basta comprobar en este momento el multiplicado vigor de los sectores integristas islámicos en el mundo árabe e imaginar el embarazo de un musulmán moderado y progresista aliado, por ejemplo, de la Internacional Socialista. Cualquier integrista le diría, no sin razón en este caso, que De Gaulle era mejor que Mitterrand.

Los defensores de Occidente ponen al acento en que esta guerra la empezó el invasor iraquí e 2 de agosto, en que Sadam Husein es un tirano y criminal indefendible y en que están en juego intereses vitales, con el agregado de que pararle los pies ahora a Sadam será en cualquier caso menos costoso y sangriento que hacerlo dentro de unos años.

Analistas que reconocen los hechos pero que rehúsan embarcarse en la aparente lógica, de esta guerra subrayan por su parte que fueron los principales miembros de la alianza occidental y de la URSS quienes armaron a Sadam incluyendo las armas químicas y bacteriológicas, que este conflicto tiene origen en el arbitrario e interesado orden poscolonial impuesto por las potencias oceidentales y que no es el derecho internacional ni la democracia lo que se defiende en el Golfo, sino sencillamente el petróleo, la seguridad de Israel y la estabilidad de las monarquías petroleras árabes aliadas de Occidente.Vieja patraña



Todo esto se ha dicho ya bastante aunque es notable que los prooccidentales a ultranza eviten la polémica en el terreno histórico, concreto y se sirvan de la vieja patraña maniquea civilización o barbarie. 

Los nuevos cruzados no se aventuran en lo que Ítalo Calvino llamaba "el mar de la objetividad", mucho más complejo y menos reconfortante. De cualquier modo, la discusión parece centrarse ahora -descontando la victoria militar aliada, más tarde o más temprano- en qué clase de nuevo orden internacional será el que surja después del conflicto. 

Los optimistas -Savater, Timerman, por citar a algunos de esta misma página opinan, grosso modo, que esta guerra ha dado por fin el protagonismo a la ONU y que en el futuro sólo habrá -si las hay guerras por consenso y en defensa del Derecho Internacional; que la derrota de Irak abrirá las puertas de una conferencia sobre todos los problemas de Oriente Próximo y que por fin el mundo civilizado tendrá el horizonte libre de comunistas y mesiánicos líderes tercermundistas para difuminar su bálsamo bienhechor. 

Hasta hay especialistas que pronostican que "Europa regirá la economía mundial" y proponen "un Plan Marshall europeo para los países del Este y los del Magreb" después de la guerra (véase EL PAÍS del 2 de febrero de 1991), lo que supone un mundo liderado por un capitalismo democrático y social a la europea.

El pesimismo parece, sin embargo, más razonable. El papel de Europa en la constitución de un nuevo orden jurídico mundial está resumido en el programa de posguerra de Henry Kissinger: ninguno (véase EL PAÍS del 29 de enero de 1991). 

En cualquier caso, será mínimo e intrascendente, como lo fue antes y durante su influencia política y militar. El país que desde hace al menos una década está imponiendo al mundo un Plan Marshall de proporciones descomunales es Estados Unidos. 

Una simple Ojeada a su déficit presupuestario y de comercio exterior, a su deuda externa y a la crisis de su sistema financiero basta para augurar que la presión que ejerce sobre el resto del mundo se redoblará en el futuro, desde una posición más prepotente y hegemónica. 

No habrá capitales para los países del Este ni para el Tercer Mundo después de esta guerra, al menos por bastante tiempo. Habrá, en cambio, rebrote nacionalista y sed de venganza en el Sur, por no hablar de una eventual. involución grave de la perestroika. 

Habrá, por tanto, demanda armamentista, nuevas guerras en el horizonte y un más que probable rebrote del terrorismo internacional. 

Si la guerra se prolonga, o si la crisis consecutiva es seria, hasta es previsible una descomposición de la Comunidad Europea y el ingreso de la socialdemocracia en un cono de sombra. El nacionalismo xenófobo, regresivo y musculoso no es un invento árabe, y los que comparan a Sadam con Hitler no caen en la cuenta de que el espejo de la historia les devuelve su propia imagen.

23/1/22

LAS DOS FRAGATAS DE MENEM EN EL GOLFO PERSICO 1992




LO ESCRITO POR ESTE DIARIO O LOS DICHOS DEL EX PTE. MENEM (F) NO TENIAN NI IDEA DE LO QUE OCURRIA EN EL GOLFO.

Y ESO DE QUE SE TRATABA DE LOGISTICA ES ESTAR EN EL ESCENARIO DE GUERRA, SE VE QUE NO ESTUVIERON ASESORADOS POR EL ESTADO MAYOR CONJUNTO DE LAS FF.AA ARGENTINA, ES CUBRIR A TODOS LOS BUQUES EN PRESTAR APOYO DE VARIADAS NECESIDADES EN EL COMBATE.

Plenamente alineado con los Estados Unidos y al principio de su década de gobierno, el ex presidente Carlos Menem decidió involucrar a la Argentina en la Guerra del Golfo. Fue en setiembre de 1990 y por decreto.

Se trató de dos fragatas misilísticas y 450 marinos que estuvieron lejos del foco de conflicto para apoyar el bloqueo naval impuesto al régimen de Saddam Hussein. 

Menem dijo que se trataba de una tarea "logística" y no "operativa". Las acciones comenzaron el 16 de enero de 1991 y concluyeron el 2 de marzo.

A diferencia de la actualidad, en aquella ocasión se trató de una operación plenamente avalada por la ONU, que dispuso el bloqueo luego que las tropas iraquíes invadieron Kuwait en agosto de 1990. En total fueron 22 países los que estuvieron presentes en el Golfo Pérsico.

La decisión de Menem generó el rechazo de la oposición ya que no fue consultada al Congreso, que finalmente la aprobó, aunque ya con los hechos consumados, el 24 de enero.

Pero las peores críticas vendrían después, tras los atentados en 1992 contra la Embajada de Israel y en 1994 contra el edificio de la AMIA, sede de la mutual de la comunidad judía en la Capital. El saldo fue de 115 muertos y más de 200 heridos.

 El cuestionamiento se refería a que los atentados podían ser represalias de terroristas árabes por el apoyo argentino a los Estados Unidos en el Golfo.




 La anexión iraquí de Kuwait (1990) La invasión de Kuwait por Irak fue el primer caso1 en el que un miembro de las Naciones Unidas anexó todo el territorio de otro Estado Miembro, con la pretensión de conquistarlo y de eliminarlo como entidad independiente y soberana2. El protectorado británico sobre Kuwait finalizó el 19 de junio de 1961, cuando el Estado se hizo independiente bajo el régimen político de un Emirato. Ese mismo año se unió a la Liga Árabe (con la oposición de Irak, que reclamaba Kuwait como parte de su territorio) y en 1963 fue aceptado como miembro de las Naciones Unidas. 


Ese mismo año, Irak reconoció su independencia sin aceptar las fronteras trazadas por el Reino Unido. Tres años más tarde, Kuwait y Arabia Saudita alcanzaron un acuerdo sobre su frontera común y sobre los recursos petrolíferos del área3. Después de terminado el conflicto irano-iraquí, que duró de 1980 a 1988, Irak relanzó sus reclamos sobre Kuwait, en particular la soberanía sobre dos islas, Warba y Bubiyan, de gran importancia estratégica4, que, según el Emirato, formaban parte de su territorio.

 La guerra con Irán había debilitado seriamente la economía de Irak y su deuda externa había crecido de manera exponencial. Kuwait y otros países árabes, que habían apoyado a Irak, eran los acreedores más importantes. Saddam Hussein acusó a Kuwait de ser parte de una conspiración contra Irak5; de ser responsable de haber provocado el descenso del precio del petróleo excediendo las cuotas establecidas por la OPEP; de haberse apropiado de petróleo iraquí del yacimiento de Rumaila (que se encuentra en la frontera entre los dos Estados) y de no haber querido cancelar su deuda con Irak derivada de la guerra con Irán6, por haber defendido los “intereses de los árabes” en la guerra7. 

Ante las negativas kuwaitíes a aceptar sus reclamos, Saddam Hussein invadió Kuwait el 2 de agosto de 1990. Antes de que las fuerzas iraquíes llegaran a Kuwait City, el Emir, su familia y miembros del gobierno se refugiaron en Arabia Saudita, donde establecieron un gobierno en el exilio. Los efectivos iraquíes se apoderaron rápidamente de Kuwait City y luego del resto del pequeño territorio. 

Se formó un nuevo gobierno – el Gobierno Provisional de Kuwait Libre (PGFK por sus siglas en inglés)- que el 8 de agosto 1 Khan, Paul: “Lessons for International Law from the Gulf War”, Stanford Law Review, Vol. 45, Num. 2, 1993. 2 Greenwood, Christopher: “New World Order or Old. The Invasion of Kuwait and the Rule of Law”, The Modern Law Review, Vol. 55, Num. 2, 1992. 3 Sobre el tratado entre Arabia Saudita y Kuwait, véase: Pinto, Mónica: “Derecho internacional aplicable a los recursos minerales en ámbitos de convergencia de la jurisdicción de dos o más Estados”, Tesis doctoral, Universidad de Buenos Aires, Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, Buenos Aires, 1981, mecanografiado, ejemplar en la Biblioteca de la Facultad de Derecho, UBA, págs. 64 a 69. 4 “Ellos controlan el acceso a la única zona costera de la costa de Iraq que no está en el Shatt al Arab y que, por lo tanto, no es vulnerable a un ataque iraní”. Greenwood, Christopher: “New World Order or Old. The Invasion of Kuwait and the Rule of Law”, The Modern Law Review, Vol. 55, Num. 2, 1992. 5 Greenwood, Christopher, “op.cit.”; Karsh & Rautsi, Efraim & Inari: “Why Saddam Hussein invaded Kuwait”, Survival, Vol. 33, Num. 1, January/February 1991. 6 Greenwood, Christopher, “op.cit.”. 7 Halliday, Fred: “The Gulf War and Its Aftermath. First Reflections”, International Affairs, Vol. 67, Num. 2, 1991. Alberto E. DOJAS, Amenazas, Respuestas y Régimen Político. Entre la legítima defensa y la intervención preventiva, EUDEBA, Buenos Aires, 2011. www.aedojas.com.ar © 2011 Página | 2 presentó un “pedido formal” para incorporarse a Irak8, que manifestó que históricamente Kuwait era parte de Irak y que su existencia como Estado separado era la consecuencia directa del colonialismo británico9. Por lo tanto, incorporó su territorio como una provincia iraquí señalando que la intervención había sido llevada adelante en respuesta a un “pedido del pueblo kuwaití”10. La reacción internacional a la invasión iraquí fue mayoritariamente hostil. 

El propio día de la invasión, el Consejo de Seguridad adoptó la resolución 660, por la que, actuando bajo los artículos 39 y 40 de la Carta (capítulo VII), determinó que existía un quebrantamiento a la paz y a la seguridad internacionales, condenó la invasión, solicitó el inmediato e incondicional retiro de las tropas iraquíes y exhortó a Kuwait y a Irak a iniciar negociaciones para resolver sus diferencias11. La Argentina sostuvo que la invasión y ocupación de Kuwait representaba un quebrantamiento de la paz y una grave perturbación del equilibrio político en la región; adhirió a las sanciones y anunció que daría estricto e inmediato cumplimiento a la resolución 66012.

 En razón de que las tropas iraquíes permanecían en territorio kuwaití, el Consejo adoptó el 6 de agosto la resolución 66113, por la que reconoció el derecho inmanente de legítima defensa de Kuwait e impuso una serie de sanciones económicas a Irak14, creándose un Comité encargado de controlar el cumplimiento de las medidas15. 

La 8 “Para devolver la parte y la rama, Kuwait, al todo y al origen, Iraq, en una unidad de fusión abarcativa y eterna”. Kessing’s Record of World Events, 1990, 37635. 9 El conflicto puede remontarse a la derrota del imperio otomano en la Primera Guerra Mundial, cuando Irak era un territorio turco y Kuwait un protectorado británico. Bajo el Tratado de Uqayr, los británicos dividieron en dos a Kuwait, dejando 11.200 kilómetros cuadrados de tierra para constituir el moderno Kuwait.

 La otra mitad fue dividida entre los sauditas y los iraquíes. Hevesi, Dennis: “La tercera invasión de Irak”, La Nación, 3 de agosto de 1990. 10 Warbrick, Colin: “The Invasion of Kuwait by Iraq”, ICLQ, Vol. 40, Num. 2, 1991. Irak informó que había intervenido para apoyar un golpe de Estado realizado por revolucionarios kuwaitíes jóvenes contra la familia Sabah, a la que denunció de “traidores y agentes de planes sionistas y foráneos.” La Nación: “El nuevo régimen promete la paz con Irak”, 3 de agosto de 1990. 11 CS Res. 660, 2 de agosto de 1990. 12 La Nación: “Argentina adhirió a las sanciones”, 8 de agosto de 1990. 13 La resolución 661 fue la tercera ocasión en la que el Consejo de Seguridad impuso sanciones obligatorias bajo el artículo 41. 

Las otras dos oportunidades habían sido Corea (1950) y Rhodesia (1965). 14 “Decide que todos los Estados impedirán: 

a) La importación a sus territorios de todos los productos originarios de Irak o Kuwait que sean exportados desde éstos después de la fecha de la presente resolución; 

b) Todas las actividades de sus nacionales o en sus territorios que promuevan o tengan por objeto promover la exportación o el trasbordo de cualesquiera productos o bienes de Irak o Kuwait; y cualesquiera transacciones por sus nacionales o por buques de su pabellón o en sus territorios de productos o bienes originarios de Irak o Kuwait y exportados desde éstos después de la fecha de la presente resolución, incluidas en particular cualesquiera transferencias de fondos de Irak o Kuwait para atender a esas actividades o transacciones; 

c) La venta o suministro por sus nacionales o desde sus territorios o mediante la utilización de buques con sus pabellones de cualesquiera productos o bienes, incluidas las armas y cualquier otro tipo de equipo militar, originarios o no de sus territorios, pero excluidos los suministros destinados estrictamente a fines médicos, y, en circunstancias humanitarias, los alimentos, a cualquier persona o entidad en Irak o Kuwait, o a cualquier persona o entidad en relación con cualesquiera negocios realizados en Irak o Kuwait, o dirigidos desde éstos, y cualesquiera actividades de sus nacionales o en sus territorios que promuevan o tengan por objeto promover tal venta o suministro de esos productos o bienes.” 

CS Res 661, 6 de agosto de 1990. 15 Antes de la adopción de esta resolución, varios Estados, entre ellos los Estados Unidos y Gran Bretaña, habían bloqueado los activos iraquíes en sus jurisdicciones. Estas sanciones fueron casi universalmente aplicadas. Hacia mediados de enero de 1991, 122 de los 159 miembros de las Naciones Unidas habían informado las medidas que habían tomado para implementar las sanciones. Alberto E. DOJAS, Amenazas, Respuestas y Régimen Político. Entre la legítima defensa y la intervención preventiva, EUDEBA, Buenos Aires, 2011. www.aedojas.com.ar © 2011 Página | 3 resolución obligaba también a los Estados no miembros de las Naciones Unidas a aplicar las sanciones16. 

Luego de la adopción de esta resolución, los Estados Unidos17 y Gran Bretaña anunciaron que utilizarían sus fuerzas navales situadas en el Golfo Pérsico y zonas vecinas para evitar que se violaran las sanciones impuestas. La Argentina envió naves a la zona para cooperar en el control del embargo. La resolución 661 no confería a los Estados el poder de amenazar o usar la fuerza contra barcos de otros Estados con el objetivo de hacer cumplir las sanciones18. Sin embargo, los Estados Unidos y Gran Bretaña afirmaron que actuaban en ejercicio del derecho de legítima defensa colectiva en respuesta a un pedido de las autoridades de Kuwait en el exilio. Esta controversia fue resuelta por la resolución 665 del 25 de agosto, que autorizó ese uso de la fuerza de manera proporcional si resultaba necesario19.

 La resolución 670, del 25 de septiembre, autorizó también el control del tráfico aéreo20. El 29 de noviembre, ante el incumplimiento iraquí de la resolución 660, el Consejo de Seguridad, por medio de la resolución 67821, autorizó a los Estados Miembros que “cooperaban” con el gobierno de Kuwait para que, a menos que Irak cumpliera 16 Artículo 4: “Decide que todos los gobiernos se abstendrán de poner a disposición del Gobierno de Iraq, o de cualquier empresa comercial, industrial o de servicios que opere en Iraq o en Kuwait….”; 

Artículo 5: “Exhorta a todos los Estados, incluidos los Estados que no son miembros de las Naciones Unidas, a que actúen en estricta conformidad con las disposiciones de la presente resolución, independientemente de cualquier contrato suscrito o licencia otorgada antes de la fecha de la presente resolución”. 17 “En respuesta a los pedidos del gobierno legítimo de Kuwait, y en ejercicio del derecho inmanente de legítima defensa colectiva reconocido bajo el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, las fuerzas de los Estados Unidos, en cooperación con fuerzas regionales y aliadas, conducirán una operación marítima para interceptar la importación y exportación de mercadería con productos de y hacia Iraq y Kuwait que estén prohibidos por la Resolución del Consejo de Seguridad 661. 

La negativa de un barco a proceder de acuerdo a lo indicado resultará en el uso de la mínima fuerza necesaria para asegurar el cumplimiento”. Special Warning Num. 80, Vol. I Kuwait Crisis, pág. 248. Greenwood, Christopher: “New World Order or Old. The Invasion of Kuwait and the Rule of Law”, The Modern Law Review, Vol. 55, Num. 2, 1992. 18 Greenwood, Christopher, “op.cit.”. 

19 “Exhorta a los Estados Miembros que cooperan con el Gobierno de Kuwait que están desplegando fuerzas marítimas en la región a que utilicen las medidas proporcionadas a las circunstancias concretas que sean necesarias, bajo la autoridad del Consejo de Seguridad, para detener todo el transporte marítimo que entre y salga a fin de inspeccionar sus cargamentos y destinos y asegurar la aplicacin estricta de las disposiciones relativas al transporte marítimo establecidas en la resolución 660 (1990).” CS Res 665, 25 de agosto de 1990. 

20 “Decide que ningún Estado, prescindiendo de que existan derechos u obligaciones conferidos o impuestos por acuerdos internacionales, contratos, licencias o permisos concertados o concedidos antes de la fecha de la presente resolución, permitirá a ninguna aeronave despegar de su territorio si la aeronave hubiera de llevar cualquier tipo de cargamento a Irak o Kuwait o procedente de esos países, excepto si se tratara de alimentos, en circunstancias humanitarias y con sujeción a la autorización del Comité del Consejo establecido en virtud de la resolución 661 (1990) y de conformidad con la resolución 666 (1990), o de suministros destinados estrictamente a fines médicos o exclusivamente al UNIIMOG; 4. 

Decide además que ningún Estado permitirá que ninguna aeronave que haya de aterrizar en Irak o Kuwait, cualquiera sea el Estado en que esté registrada, sobrevuele su territorio a menos que: 

a) La aeronave aterrice en un aeropuerto designado por ese Estado fuera de Irak o Kuwait a fin de que pueda ser inspeccionada para cerciorarse de que no transporte un cargamento en trasgresión de la resolución 661 (1990) o de la presente resolución, y para estos efectos la aeronave podrá ser detenida todo el tiempo que sea necesario; o 

b) El vuelo de que se trate haya sido aprobado por el Comité establecido en virtud de la resolución 661 (1990); o c) Las Naciones Unidas hayan certificado que el vuelo se realiza exclusivamente para los fines del UNIIMOG.” CS Res 670, 25 de septiembre de 1990. 21 CS. Res.678, 29 de noviembre de 1990. 

Fue aprobada por 12 votos a favor, 2 en contra (Yemen y Cuba) y 1 abstención (China). Alberto E. DOJAS, Amenazas, Respuestas y Régimen Político. Entre la legítima defensa y la intervención preventiva, EUDEBA, Buenos Aires, 2011. www.aedojas.com.ar © 2011 Página | 4 plenamente para el 15 de enero de 1991 las resoluciones anteriores, utilizaran “todos los medios necesarios” para hacer valer y llevar a la práctica la resolución 660 y las resoluciones aprobadas ulteriormente para restablecer la paz y la seguridad internacionales en la región. Como Irak no cumplió las condiciones del ultimátum22, el 16 de enero de 1991 comenzó la llamada “Operación Tormenta del Desierto”, de una coalición liderada por los Estados Unidos que contó con el apoyo de 28 países y 700.000 soldados. 

Las operaciones comenzaron con el lanzamiento de misiles contra las fuerzas iraquíes en Kuwait y en Irak y contra centros de comando y comunicación iraquíes23. La coalición no era una fuerza internacional de las Naciones Unidas sino la reunión de contingentes nacionales bajo la dirección de un país miembro24 que actuaba con la autorización del Consejo25. El 22 de febrero, el Presidente George Bush envió un ultimátum al gobierno de Irak para que retirara todas sus fuerzas de Kuwait City en un plazo de 48 horas; comenzara el abandono inmediato del resto del territorio y liberara a los prisioneros de guerra militares y civiles. Irak rechazó nuevamente el ultimátum26. El 24 de febrero, las fuerzas de la coalición comenzaron sus operaciones terrestres.

 El 26 de febrero, fue liberada Kuwait City; al día siguiente lo fue el resto del territorio de Kuwait, suspendiéndose las hostilidades27. El 2 de marzo, el Consejo de Seguridad adoptó la resolución 686 por la que imponía las condiciones para el cese de las hostilidades. Irak debía, entre otras cosas, revocar las medidas tomadas a los efectos de la anexión de Kuwait, aceptar su responsabilidad por los daños, perjuicios y lesiones sufridos por Kuwait y por terceros Estados y sus nacionales y liberar a los prisioneros; asimismo, Irak debía poner fin a todas las hostilidades contra la coalición. Irak las aceptó al día siguiente. El 6 de abril, el Consejo de Seguridad adoptó la resolución 687, que fijó los términos de la rendición iraquí. Siete 22 Para Consigli, la resolución 678 implicó lo que en derecho internacional se conoce como ultimátum. Consigli, José Alejandro: “El uso de la fuerza por parte de la Organización de las Naciones Unidas”, La Ley, Buenos Aires, 1992-A. 23 Warbrick, Colin: “The Invasion of Kuwait by Iraq. Part II”, ICLQ, Vol. 40, Num. 4, 1991. Bush señaló que los ataques aéreos estaban dirigidos a objetivos militares y el principal propósito era eliminar el potencial nuclear y las armas químicas de Irak. Crespo, Julio: “Para Bush, el ataque era la única opción”, 

La Nación, 17 de enero de 1991. 24 Gómez-Robledo Verduzco, Alonso: “Temas Selectos de Derecho Internacional”, Universidad Nacional Autónoma de México, 4ta. Edición, 2003. Capítulo: “Seguridad internacional colectiva y Crisis del Golfo Pérsico”, disponible en:

 http://www.bibliojuridica.org/libros/2/831/30.pdf 25 Por lo tanto, los efectivos de la coalición no podían utilizar la bandera de las Naciones Unidas. 26 Se ha debatido si la expresión “todos los medios necesarios” constituía una licencia incondicional para el uso de la fuerza sin requerir el agotamiento de todos lo medios pacíficos. El caso de Kuwait muestra que Irak recibió dos ultimatum sucesivos, uno de las Naciones Unidas hasta el 15 de enero y otro del gobierno americano hasta el 24 de febrero. La resolución 678 no estableció límites de tiempo para el uso de “todos los medios necesarios”, otorgando, de hecho, carta blanca para intervenir a partir del 15 de enero. Véase: Weston, Burns: “Security Council Resolution 678 and Persian Gulf Decision Making: Precarious Legitimacy”, AJIL, Vol. 85, Num. 3, 1991. 27 Warbrick, Colin: “The Invasion of Kuwait by Iraq. Part II”, ICLQ, Vol. 40, Num. 4, 1991. Alberto E. DOJAS, Amenazas, Respuestas y Régimen Político. Entre la legítima defensa y la intervención preventiva, EUDEBA, Buenos Aires, 2011. www.aedojas.com.ar © 2011 Página | 5 meses habían transcurrido desde la anexión iraquí hasta el restablecimiento de la soberanía y del gobierno kuwaití.

 La controversia sobre la legalidad de las acciones tiene su centro en el alegado derecho iraquí sobre el territorio de Kuwait. Irak reivindicaba su derecho afirmando que había pertenecido originariamente a su territorio y que las potencias coloniales, antes de retirarse de la zona, habían creado un Estado independiente “artificial” con el objeto de asegurar la explotación de sus recursos naturales por parte de las empresas occidentales. Bagdad consideraba, por lo tanto, que tenía un derecho sobre ese territorio basado en razones históricas28. La argumentación iraquí era endeble: el “pueblo” kuwaití no había manifestado su voluntad de ejercer su “derecho a la autodeterminación”, que podría haber llevado a una unión de territorios con Irak; la prohibición del uso de la fuerza establecido en la Carta no autorizaba la anexión militar: de existir una controversia, Irak tenía la obligación de solucionarla por medios pacíficos; Irak no sólo no había contestado la existencia de Kuwait como Estado ante la comunidad internacional (a diferencia de los casos de Goa y Malvinas)29, sino que también lo había reconocido. Por su parte, los gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaña argumentaron que no era necesaria una resolución del Consejo de Seguridad para autorizar el uso de la fuerza en legítima defensa colectiva30 al mediar un pedido del gobierno kuwaití en el exilio31. 

Un aspecto interesante del caso es que Arabia Saudita también solicitó la ayuda de la coalición ante el temor de ser atacada y eventualmente invadida por Irak, configurando un caso de “legítima defensa precautoria” 32. 28 Similares argumentaciones, con sus diferencias de matices, habían sido utilizadas para justificar las acciones armadas de un Estado miembro de Naciones Unidas contra otro Estado miembro, como por ejemplo la reivindicación de la India del territorio de Goa (Portugal) y de la Argentina sobre el territorio de Malvinas (Reino Unido). Sobre el caso de Goa, véase, por ejemplo: Wright, Quincy: “The Goa incident”, AJIL, Vol. 56, Num. 3, 1963. 29 En ambos casos, un argumento tanto indio como argentino fue que las negociaciones de “buena fe” no conducían a un reconocimiento de sus derechos. 30 En el caso de la legítima defensa colectiva con Kuwait, se cumplían las condiciones establecidas en el artículo 51: la invasión había sido un ataque armado contra un Miembro de las Naciones Unidas; el gobierno de Kuwait había hecho un pedido expreso de asistencia militar, dando cumplimiento a lo requerido por la CIJ en el caso Nicaragua respecto de la necesidad de un pedido de asistencia de la víctima del ataque armado para que un tercer Estado pueda invocar su derecho de legítima defensa colectiva. 31 Warbrick, Colin: “The Invasion of Kuwait by Iraq. Part II”, ICLQ, Vol. 40, Num. 41991. 32 El por entonces Presidente de los Estados Unidos, George Bush (p) señaló: “Para proteger los intereses estadounidenses en el Golfo y en respuesta a los pedidos del Rey de Arabia Saudita y del Emir de Kuwait, he ordenado desplegar fuerzas militares de los EE.UU. en la región con dos fines: disuadir y, en caso de ser necesario, defender a Arabia Saudita y otros Estados amigos en la región del Golfo de futuras agresiones iraquíes; y hacer cumplir las sanciones obligatorias del Capítulo 7, bajo el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas y las Resoluciones del Consejo de Seguridad 660 y 661. Las fuerzas de los E.E.U.U. trabajarán junto a las de Arabia Saudita y de otros países del Golfo para preservar su integridad nacional e impedir nuevas agresiones iraquíes. A través de su presencia, así como del entrenamiento y ejercicio, estas fuerzas multinacionales mejorarán la capacidad total de Arabia Saudita y otros estados de la región de defenderse por sí mismos”. Bush, George H: “National Security Directive 45”, The White House, Washington, August 20, 1990. Alberto E. DOJAS, Amenazas, Respuestas y Régimen Político. Entre la legítima defensa y la intervención preventiva, EUDEBA, Buenos Aires, 2011. www.aedojas.com.ar © 2011 Página | 6 El artículo 51 establece que el derecho a la legítima defensa se ejerce “hasta tanto el Consejo de Seguridad haya tomado las medidas necesarias para mantener la paz y la seguridad internacionales”33.

 La resolución 661, al tiempo que reconoció el derecho inmanente de legítima defensa individual y colectiva, impuso sanciones económicas. ¿Debía interpretarse que la imposición de estas sanciones correspondía a las medidas mencionadas en el artículo 51 y por lo tanto suspendía el derecho a la legítima defensa? La respuesta es negativa porque las sanciones económicas no eran suficientes para restablecer la soberanía kuwaití: el Consejo debería haber tomado las medidas necesarias para restablecer la situación al momento anterior a la invasión, haber asegurado que la integridad territorial y la independencia política no continuaran afectadas y haber obligado a Irak a pagar las indemnizaciones correspondientes (reparar el daño causado)34. El Consejo, sin embargo, autorizó el restablecimiento de la paz y la seguridad por medio del ejercicio de la legítima defensa, una autorización que, como se verá más adelante, no era indispensable para asegurar la legalidad de las acciones de la coalición. 

La resolución 678 no impuso ninguna obligación legal bajo el artículo 25 de la Carta35: sólo autorizó a los Estados de la coalición a “usar todos los medios necesarios para hacer cumplir la resolución 660 y para restaurar la paz y la seguridad internacionales”. Excepto por la palabra “autoriza”, la resolución alentó y apoyó una acción de legítima defensa colectiva, y por lo tanto, no puede considerarse como una acción coercitiva internacional del propio Consejo de Seguridad36. 

De esta manera se producía un reenvío de la obligación de intervenir del Consejo al ejercicio del derecho de legítima defensa colectiva, porque el Consejo no disponía de los efectivos ni de la estructura de comando para ejercer por sí mismo sus obligaciones establecidas por la Carta. Por esta vía, se resolvió la parálisis del Consejo de Seguridad que se había planteado en ocasión de la crisis de Kosovo, al mediar un consenso entre los miembros permanentes; el Consejo de Seguridad se limitó a “legalizar” por medio de una resolución autorizante una decisión previa adoptada por una coalición de países dispuestos a intervenir: la llamada “coalition of the willing”. 33 Rostow, Eugene: “Until What? Enforcement Action or Collective Self Defense?”, AJIL, Vol. 85, Num. 3, 1991. 34 Greenwood ha sostenido que la adopción de cualquier medida no pone fin al derecho del artículo 51. 

El Consejo tiene que haber tomado las medidas necesarias para mantener la paz y la seguridad internacionales. Greenwood, Christopher: “New World Order or Old. The Invasion of Kuwait and the Rule of Law”, The Modern Law Review, Vol. 55, Num. 2, 1992. Pero en este caso, las Naciones Unidas tenían la obligación de asistir a un Estado miembro a recuperar su soberanía sobre el territorio, arrebatada por la fuerza. La paz y la seguridad internacionales consideradas por el Consejo no pueden ir en desmedro de ese derecho esencial de los miembros, so pena de convertir toda la Carta en desuetudo. Por lo tanto, mantener (en este caso, restablecer) la paz y la seguridad internacionales no puede ser entendida de otro modo que autorizando la legítima defensa individual y colectiva. Aún cuando el Consejo no lo hubiera hecho, constituye un derecho inherente a los Estados contenido en una norma consuetudinaria que la redacción del artículo 51 no derogó. 

La misma argumentación fue utilizada por el Reino Unido en el caso Malvinas. 35 Ella “solamente exhorta, autoriza o recomienda”. Glennon, Michael: “The Constitution and Chapter VII of the United Nations Chapter”, AJIL, Vol. 85, Num. 1, 1991. 36 Rostow, Eugene: “Until What? Enforcement Action or Collective Self Defense?”, AJIL, Vol. 85, Num. 3, 1991; Pinto, Mónica: “El derecho Internacional. Vigencia y desafíos en un escenario globalizado”, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2004, pág. 145. Alberto E. DOJAS, Amenazas, Respuestas y Régimen Político. Entre la legítima defensa y la intervención preventiva, EUDEBA, Buenos Aires, 2011. www.aedojas.com.ar © 2011 Página | 7

 La crisis mostró que la capacidad del Consejo para restablecer el territorio o el gobierno legítimo de un país miembro frente a la agresión o intervención de otro Estado miembro queda limitada a la existencia de un grupo de Estados dispuestos a intervenir para restablecer la situación anterior. La legalidad de esta acción depende de que una resolución legitimante no sea vetada por alguno de los miembros permanentes. En caso de contradicción entre la voluntad de un grupo de Estados –entre los que se encuentra un miembro permanente del Consejo- y la falta de autorización del Consejo, la coalición de Estados dispuestos realizará igual la intervención sin la aprobación del Consejo, como se verá en la intervención en Irak 2003. 

Se trata, en definitiva, de motivaciones de política interna e internacional, más allá de la esfera del derecho internacional37. Por esta vía, las expectativas que se generaron a partir de la caída del muro de Berlín de instaurar un “nuevo orden internacional” quedaron sepultadas, paradójicamente, por las dos intervenciones más importantes realizadas por las democracias occidentales: Kosovo e Irak.