6/10/24

PARA QUE LADO AJUSTAN, EE.UU O CHINA GUARDA EL PIOJO, ESTE ES COSTO PARA JAVO MILEI..

 


”VICEALMIRANTE ALLIEVI, JEFE DE LA ARAMADA:" ESTAMOS AJUSTANDO LAS VELAS PARA PODER TENER LA MEJOR FUERZA.

Vicealmirante Carlos Allievi.


El oficial superior asumió la jefatura de la Armada Argentina en enero de este año. Desde entonces, apunta a recuperar las capacidades de una fuerza estratégica a la hora de pensar en la defensa de nuestros recursos marítimos. En el encuentro, no evitó referirse a la posibilidad de sumar submarinos

Décadas atrás, en un hospital naval, nació el actual vicealmirante Carlos María Allievi, jefe de la Armada. Dicen que la manzana nunca cae lejos del árbol: hijo de un marino, nunca renegó de aquella herencia. 
Por el contrario, le dedicó su vida.
DEF en “Aonikenk”, el ejercicio militar que desplegó lo mejor de las tres Fuerzas Armadas argentinas


A los 12 años, cuando apenas entraba en la adolescencia, redobló la apuesta: eligió cursar su secundaria en el Liceo Naval “Almirante Brown”. “Esto no es solamente un trabajo. Ser marino implica desenvolvernos en un medio que nos desafía permanentemente”, cuenta a DEF, apasionado. En su devoción, busca contagiar las virtudes (que no se miden con el bolsillo, insiste) de ser parte de la Armada Argentina.

“A ese joven cadete, que con 12 años se unió al Liceo, le diría que todo es posible. A esa edad, no me imaginé que llegaría a jefe de la Armada, pero sí sabía que quería ser marino. Los convoco a que vengan, se integren y nos ayuden a seguir formando parte de esta hermosa profesión”, confiesa, y agrega: “La Armada está de pie, en movimiento, y mirando hacia el futuro. Estamos con muchos proyectos, un objetivo claro y con toda la energía puesta para poder revertir años de desinversión y desprestigio”, resume ante el primer interrogante.

"Estamos con muchos proyectos, un objetivo claro y con toda la energía puesta para poder revertir años de desinversión y desprestigio", expresó Allievi. (Foto: Fernando Calzada)"Estamos con muchos proyectos, un objetivo claro y con toda la energía puesta para poder revertir años de desinversión y desprestigio", expresó Allievi.

Las cualidades que enaltecen a todo marinero
“El personal está sumamente motivado. El marino, si hay un desafío, lo enfrenta. El mar exige respeto y actitud, pero nunca hay que amilanarse. A nivel personal, no tengo duda que contamos con los mejores. Vamos a tener que hacer un esfuerzo en cuanto a la recuperación de capacidades porque existieron muchos años de desinversión”, reconoce el vicealmirante Carlos María Allievi, quien desde enero de este año está al frente de la Armada Argentina.

Subraya que, a excepción de los patrulleros oceánicos (de reciente adquisición), el resto del equipamiento tiene una vida promedio de más de 40 años y tecnología de los años 80. “Siempre partiendo de que la primera prioridad de la Armada es la recuperación de la capacidad submarina. De hecho, está reflejada en el presupuesto que fue presentado por el presidente Javier Milei”, añade y señala que el objetivo es la incorporación de submarinos nuevos, pero que, en la búsqueda de mitigar la transición (porque la construcción demanda al menos siete años), están evaluando alternativas con naves que ya tengan años de servicio.

Otra capacidad en la que el jefe de la Fuerza quiere avanzar es en la incorporación de buques multipropósito, minadores y de transporte. En cuanto a los últimos, argumenta que son necesarios, en especial, para encarar la logística marítima de la Patagonia. “Además, buscaremos renovar los anfibios de la Infantería de Marina y, en materia de aviación naval, incorporamos los P-3 Orión, que nos van a dar un nuevo aire en exploración y vigilancia del amplio espacio marítimo ya que aseguran 12 horas de autonomía”, cuenta.

El impacto de los ejercicios militares con otros países

“Creo que el más importante fue volcar a la Armada en el contexto mundial. Hemos participado en cuatro operativos internacionales. Incluso tuvimos un encuentro muy importante con el portaaviones USS ‘George Washington’ y con su grupo de apoyo. Obviamente, nos faltan recursos materiales, pero lo más importante, que es la fibra de la gente, está presente”, cuenta sobre los objetivos que la Armada logró concretar en lo que va del año.

En palabras de Allievi, tras 46 años dentro de la Fuerza, al asumir decidió plantearse dos ejes: fortalecer las tradiciones, cultura y valores, y ser disruptivo e innovador para enfrentar la realidad.

Sobre el primero, admitió: “Quiero que el marino esté orgulloso de su profesión y vocación, y que vaya con alegría a trabajar”. En cuanto al segundo eje, detalló: “Estamos ajustando las velas para poder sacar la mejor Armada que tenemos, con el contexto y la realidad de hoy”.

La Armada Argentina cuenta con un equipamiento que tiene una vida promedio de más de 40 años y tecnología de los años 80. 


Justamente, a la hora de hablar de las motivaciones del personal, la máxima autoridad de la Armada explicó que los efectivos no están en la Fuerza “para obtener réditos económicos”: “Creo que lo más importante es que, cuando uno ama lo que hace, lo hace mucho mejor. Además, quien ingresa quiere navegar, volar, hacer operaciones especiales, bucear… y la Armada tiene eso. Ahí está la motivación”.

“Estamos viendo que los índices de fallas disminuyen con el mayor adiestramiento y nivel operacional. Es todo un círculo virtuoso que se va retroalimentando y el nivel de actividad operativa, durante este periodo de 2024, excede lo que habíamos hecho en 2023. Eso no es solo mérito mío, sino de todo un equipo. Tenemos todo el apoyo del Ministerio de Defensa, porque navegar un buque demanda recursos materiales, financieros, presupuestarios y humanos. Es toda una sinergia que hace que podamos enfocar el esfuerzo en volver a poner a la Armada de pie”, reconoció.


Dinero para las Fuerzas Armadas, ¿gasto o inversión?

Durante el encuentro, el vicealmirante reconoció que la Armada es una Fuerza costosa de adquirir, mantener y operar. Sin embargo, es importante empezar a hablar de inversión y no de gasto. “Un submarino puede estar valorado en 600 millones de euros: equivale a los F-16 que adquirió el Estado argentino. Esas dimensiones mueve la Armada. Por eso, el apoyo político fue fundamental. Sin él, uno puede tener ideas brillantes, pero no se pueden llevar a la práctica porque todo termina en el recurso financiero y presupuestario.

Por ejemplo, días atrás, el buque ARA “Sarandí” regresó del ejercicio UNITAS, desde Chile. El buque tiene turbinas, consume gasoil… quizá, en un día, consume el equivalente de aeronafta de todo un año de una escuadrilla aeronaval. Además, en él van 240 personas. También hay que tener en cuenta los lubricantes y repuestos. El buque debe funcionar a la perfección para poder cumplir con la tarea”, argumentó.
Días atrás, el buque ARA “Sarandí” regresó del ejercicio UNITAS, desde Chile. 


Ese esfuerzo por parte del Estado se refleja en la misión que tiene la Armada, la de defender los intereses marítimos en aguas jurisdiccionales. “Además, somos un país bicontinental porque tenemos pretensiones en la Antártida, así que también hacemos la campaña antártica de verano (un gran esfuerzo logístico). Asimismo, llevamos adelante la Patrulla Antártica Naval Combinada, enfocada básicamente en la búsqueda y rescate ante una emergencia y control de daños y polución”, agregó.

¿Está la fuerza a la altura de defender nuestro país, octava geografía a nivel mundial?
 

“Siempre estamos capacitados, evidentemente, cuantos más medios tengamos, más alternativas y opciones disponibles para cumplir la tarea habrá. Hoy tenemos cuatro patrulleros oceánicos nuevos y otros que, si bien tienen una edad promedio de 40 años, cumplen 24/7 las tareas que tenemos. ¿Nos gustaría tener medios más modernos? Sin duda. Pero somos conscientes de que esta es la realidad que tenemos que gestionar y lo hacemos de la mejor manera posible para cumplir la tarea”, respondió.

"Un submarino puede estar valorado en 600 millones de euros: equivale a los F-16 que adquirió el Estado argentino", comparó el jefe de la Armada. Un submarino puede estar valorado en 600 millones de euros: equivale a los F-16 que adquirió el Estado argentino", comparó el jefe de la Armada.

En cuanto a la relación con Tandanor y Río Santiago, Allievi habló de un proyecto estratégico para la fuerza y para el país: la reparación del dique de carena II de Puerto Belgrano, una obra que data de 1896: “Acaba de llegar la compuerta construida en Astillero Río Santiago. 

unitas 2024


Esta va a permitir extender la longitud del dique alrededor de 15 metros. Con eso vamos a poder ingresar, además de los buques emblemáticos de la Armada, como el ARA ‘Almirante Irízar’ y el ARA ‘Patagonia’ (que, por su longitud, tienen que ingresar sí o sí) los mercantes del tipo ‘Panamax’ (diseñados para cruzar el Canal de Panamá). Entonces, no solo es una capacidad para la fuerza, sino también para el país, que supone el desarrollo de la industria nacional”.

Con Tandanor, sigue en pie la construcción de 12 remolcadores, piezas claves para las maniobras de amarre que, por el tamaño y el espacio reducido de los muelles, tienen que hacer los buques. “Con Río Santiago, habíamos hecho varios proyectos que, en función del presupuesto 2025, iremos recuperando”, advirtió.

"Somos un país bicontinental porque tenemos pretensiones en la Antártida", destacó a DEF Allievi."Somos un país bicontinental porque tenemos pretensiones en la Antártida".

Un futuro con submarinos

A la hora de hablar del proyecto de presupuesto, Allievi subrayó que, una vez aprobado, podrán evaluar, con certezas, las posibilidades para el año entrante.
Sobre la actual iniciativa, explicó que, en el documento, se asignaron 2100 millones de dólares para comprar submarinos: “En realidad, lo que se autoriza es que se pueda negociar un crédito con un banco internacional para poder comprarlos. Con ese mismo sistema, se adquirieron los patrulleros oceánicos”.

Sobre la posibilidad de incorporación de estos buques, Allievi fue claro: “La Armada le presentó al Ministerio de Defensa un estudio técnico operativo de cuáles son los submarinos que cumplen las condiciones para poder ser incorporados y, así, cumplir con la misión que nos impone el Estado argentino. Se trata de dos submarinos que cumplen con los requisitos. Uno es el Scorpène francés, conocido por que lo tienen Chile y Brasil. El otro es uno de origen alemán, el 209 NG. La Armada puede asesorar, como lo hacemos permanentemente con el ministro Petri, pero la decisión es política”.

Además, aclaró que el objetivo es incorporar uno de transición, aunque no es algo tan simple de resolver: “Porque, cuando un país tiene un submarino que está operando normalmente, lo usa hasta que no puede hacerlo más. De hecho, la Armada tiene al ARA ‘Salta’, en la Base Naval Mar del Plata, que, si bien no puede operar, lo sigue usando para adiestramiento. Se aprovechan hasta el máximo, entonces ninguna Marina va a largar un submarino que esté operativo hasta no tener uno nuevo”.

Ahora bien, ¿cómo se mitiga esa ausencia? “La noticia que nos agrada es que, después del 15 de noviembre de 2017 (tras el incidente del ARA San Juan), el número de submarinistas que se presentan de manera voluntaria para cursar no ha variado. Sigue habiendo el mismo entusiasmo y siguen existiendo las ganas de operar bajo el agua. Entonces, la parte de adiestramiento la tenemos resuelta.

La Escuela de Submarinos nunca discontinuó la formación. Y, para ello, tenemos dos puentes: el adiestrador natural que es el submarino ARA ‘Salta’ y acuerdos que hemos firmado con la marina de Perú. Se embarcan y se adiestran. Además, aprovechamos toda oportunidad favorable. Por ejemplo, cuando participamos del operativo ‘Fraterno’, con Brasil, embarcamos en un submarino de ellos a dos oficiales para que naveguen desde Brasil a Argentina.

sub Scorpéne.


 Las Armadas son muy solidarias y nos permiten embarcar. Eso habla de la confianza mutua y de las relaciones de camaradería que tenemos”.

"La Armada tiene al submarino ARA ‘Salta’, en la Base Naval Mar del Plata, que, si bien no puede operar, lo sigue usando para adiestramiento", destacó Allievi.


El futuro de los Super Étendard en la aviación naval y las consecuencias del bloqueo británico.

Una de las grandes problemáticas que enfrenta la Armada en este momento es la imposibilidad de operar los aviones Super Étendard, comprados a Francia durante el gobierno de Mauricio Macri. ¿La causa? El embargo impuesto por Gran Bretaña tras la guerra de Malvinas.

“Dentro del asiento eyector, hay un componente británico. Básicamente, contiene una carga explosiva que detona la cabina para que el piloto no choque contra ella y otra que expulsa el asiento hacia fuera. En cuanto al avión, por aviónica y motores, podría volar. Pero no podemos ser temerarios y poner en juego la vida de un piloto si no tenemos asegurado que, en caso de una emergencia extrema, no tenga en condiciones el asiento”, explicó el jefe de la fuerza, no sin antes señalar que la Armada se encuentra trabajando en distintas alternativas para solucionar ese tema.

Además, persigue otro objetivo: la adquisición de un helicóptero liviano para reemplazar al Fennec, comprado en Francia en la década de 1990. “Estas aeronaves permiten ampliar el área de operación cuando un buque sale a navegar y el objetivo es que se puedan embarcar en los patrulleros oceánicos y en otros buques. Hago hincapié en los patrulleros porque tienen un hangar pequeño. Eso nos restringe a que el helicóptero que tengamos que comprar deba tener determinadas dimensiones. Estamos a punto de lanzar una licitación internacional para la compra”, dijo.
La Armada Argentina defiende los intereses argentinos en y desde el Mar. (Fernando Calzada)La Armada Argentina defiende los intereses argentinos en y desde el Mar.

“La Armada me apasiona”

“Energía y voluntad. Voy a estar todos los días desvelado para tratar de mejorar la Fuerza. A mí, la Armada me apasiona”, confesó el oficial, que, de joven y con el grado de teniente de corbeta, participó de la guerra del Golfo con un buque de la Armada, el destructor ARA “Almirante Brown”. “Esa fue una experiencia que me marcó para toda la vida y me dio la base profesional.

Por entonces, hacía ocho horas de guardia y, durante las otras 16, me pasaba en el Puente de Navegación, que se transformó en mi lugar. Fueron siete meses muy intensos, pues navegamos permanentemente y operamos con las armadas de todo el mundo”, recordó, no sin antes rememorar una de las mayores tragedias vividas por la Fuerza, el hundimiento del submarino ARA “San Juan”:

“Estaba de agregado naval en Estados Unidos, así que la noticia me agarró fuera del país. Obviamente, lo viví con mucha angustia y mucha pena. Sin embargo, el desafío lo enfrentamos. Solo hay que poner el hombro y ver de qué forma se puede ayudar y aportar”.

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