17/11/1997 Clarin.com Política
TROPAS AL EXTERIOR: CONFLICTO ENTRE EE.UU. E IRAK
Golfo: moderación de Menem
El Presidente dijo que enviará tropas al Golfo si lo pide la ONU
Así tomó distancia de un eventual ataque unilateral de EE.UU. Lo hizo luego que el secretario de Defensa de EE.UU. hablara con Domínguez
El presidente Carlos Menem fijó ayer la posición del Gobierno frente a la crisis del golfo Pérsico, al decir que la Argentina enviará tropas con toda seguridad a una eventual guerra entre EE.UU. e Irak si las Naciones Unidas lo solicitan.De esta forma Menem tomó distancia, por ahora, de una hipotética acción unilateral de Washington contra Bagdag por la expulsión de Irak de los inspectores estadounidenses que controlaban el desmantelamiento de armas de destrucción masiva iraquíes .
Menem tomó esa posición horas después que el secretario de Defensa de los EE.UU., William Kohen, mantuvo el viernes una conversación telefónica con el ministro de Defensa, Jorge Domínguez, para informarlo sobre la crítica situación del golfo Pérsico.Voceros de Defensa y de la Cancillería negaron a Clarín que Kohen le hubiera pedido a Domínguez apoyo político o lo hubiera sondeado sobre una eventual participación argentina simbólica en una fuerza multinacional contra Irak como la que lideró EE.UU. en 1991 cuando Saddam Hussein invadió Kuwait.
Ese año, el Gobierno había roto con la tradicional neutralidad argentina y mandado dos buques de la Armada a la guerra contra Irak sin autorización del Congreso porque, había argumentado en ese momento, las naves sólo iban a controlar el bloqueo naval contra Bagdag.Como en 1997 el escenario es otro, según la versión oficial, Kohen únicamente solicitó el viernes que la Argentina continúe impulsando una solución diplomática al conflicto, a pesar de que nuestro país es un flamante aliado extra OTAN de los EE.UU.Domínguez, que se encuentra en Nueva York participando de reuniones por la organización de una fuerza de despliegue rápido de la ONU, dijo que el Gobierno también quiere una salida diplomática y que se acaten las resoluciones de la ONU.
Esto es que Irak permita el reingreso de los inspectores y no derribe ningún avión espía de EE.UU, lo que precipitaría la resolución de la crisis.Domínguez también agradeció la constante información sobre la crisis que EE.UU. envía al embajador argentino ante la ONU, Fernando Petrella. Este gesto se debe a que la Argentina, además de haber participado de la guerra del Golfo de 1991, mantiene 50 ingenieros militares en Kuwait en la frontera con Irak, participa de la comisión de sanciones con ese país árabe y de la resolución 986, que autorizó el canje de petróleo iraquí por alimentos, aunque actualmente no es miembro no permanente del Consejo de Seguridad.
La posición moderada de Menem y Domínguez se debe a que ahora, al contrario de 1991, el Consejo de Seguridad de la ONU no autorizó a EE.UU. a utilizar la fuerza, y Washington sólo cuenta con el apoyo de Gran Bretaña. Esa moderación tampoco sería ajena al hecho de que esta semana Menem, acompañado por el vicecanciller Andrés Cisneros, recibirá al canciller de Rusia, Evgueny Primakon, quien se opone al uso de la fuerza contra Irak.Pero también es cierto que a Washington por ahora sólo le interesa la posición de Europa occidental, Rusia y de los países árabes. Por eso, por ejemplo, Bill Clinton no comenzó a solicitar personalmente apoyo a sus aliados, como sí hizo George Bush en 1991, y, por lo tanto, Menem no fue sometido aún a la incómoda situación que significaría decirle no al presidente del país con el cual se ha alineado en el escenario internacional.
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