23/4/17

Buques de Guerra en Acción en el Golfo Persico 1991 (COALISION INTERNACIONAL)



VETERANOS DE AYER, HOY Y SIEMPRE



MAS CLARO QUE ESTO, IMPOSIBLE SEGUIRÉ LUCHANDO POR UNA CAUSA JUSTA. ADEMAS DE CONTAR EL COMANDANTE DEL ARA BROWN CUALES FUERON LOS MOVIMIENTOS NO QUEDA MAS QUE EXPLICAR.
SEÑORES DEL GOBIERNO Y LEGISLADORES NO HAY EXCUSA PARA ESTA MISIÓN DONDE HOY EL PAÍS SE NUTRE DE EMPRESARIOS ÁRABES PARA QUE VENGAN CAPITALES AL NUESTRO...






LA ARMADA ARGENTINA EN EL GOLFO PÉRSICO

Introducción

En la madrugada del 02 AGOSTO, 1990, las tropas iraquíes de Saddam Hussein invadieron el Emirato Kuwaití. En un ingreso a sangre y fuego, las poderosas FFAA armadas iraquíes aniquilaron la resistencia kuwaití y anexaron al Emirato a su territorio. La respuesta internacional no se hizo esperar, y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas autorizó la creación de una Fuerza Multinacional para restablecer la independencia de Kuwait, en los términos del Cap. VII de la carta de la ONU. Esta resolución no tenía precedentes, dado que el accionar del Consejo de Seguridad había estado bloqueado por la tensión Este-Oeste en casos análogos.

Las resoluciones fueron: 661/90 (imposición del embargo total a Irak), 665/90 (autorización al uso de la fuerza para imponer sanciones económicas) y 678/90 (autorización al uso de la fuerza militar para liberar Kuwait).
Dentro de la política exterior de la administración Menem, se valoraba especialmente la recomposición de relaciones con el bloque Occidental, deterioradas por la Guerra del Atlántico Sur y la política exterior de la administración Alfonsín. Una forma de obtenerla era la participación activa en organismos multilaterales, abandonando la política aislacionista de décadas anteriores.

A su vez, se quería proyectar la imagen de un país comprometido con el Orden Legal Internacional. Parafraseando a Clausewitz, podemos decir que "la actividad militar es la continuación de la política por otros medios". Se necesitaba dar una señal del nuevo rumbo de las relaciones internacionales de la Argentina.

Y para dicha misión se llamó a la Armada Argentina (ARA), que se constituyó, como bien dijo el Almirante Ferrer en la Memoria del Estado Mayor Conjunto de 1991, en el "brazo armado de la política exterior de la Nación".

Alistamiento de las Unidades

Es así que el Presidente de la Nación, Dr. Dn. Carlos Saúl Menem, en su carácter de Comandante en Jefe de las FFAA, ordenó el 18 SEP 1990 el alistamiento de medios navales para apoyar la operación "Desert Shield" (Escudo del Desierto). El operativo a cumplir fue llamado Alfil por la ARA. Para llevarlo a cabo, se creó el Grupo de Tareas (GT) 88.0, bajo el mando del CN D. Eduardo A. Rosenthal. Dicho GT estaba compuesto por:


Destructor Misilística Clase MEKO 360H2 ARA (D-10) Almirante Brown asignado a la 2da. Div. de Destructores, CF D. Alejandro Tierno.


Corbeta Misilística Clase MEKO 140A16 ARA (P-43) Spiro; asignado a la 2da. Div. de Corbetas CF D. Oscar González


Sección de 2 Helicópteros SA-316B Alouette III, características 3-H-109 y 3-H-112; asignados a la 1ra. Esc. Aeronaval de Helicópteros, CC Alomar


La Prensa

Entrevista a un militar argentino que estuvo en la guerra del Golfo
Cuando el Golfo estaba en llamas
Hace diez años el capitán de navío Alejando José Tierno, junto a 225 hombres del destructor "Almirante Brown", cumplía delicadas misiones frente Arabia y los emiratos. Abordó 500 buques para comprobar que no llevaran carga a los puertos de Irak. El mayor sinsabor fueron las larguísimas horas de insomnio.

POR AGUSTIN DE BEITIA LA PRENSA

El capitán de navío (R) Alejandro José Tierno, de 56 años, se considera un privilegiado por haber participado en la guerra del golfo Pérsico. Fue el comandante del destructor ARA "Almirante Brown", con 225 hombres bajo su mando.
Fue distinguido por la Armada Argentina y condecorado por los gobiernos de Arabia Saudita y de Kuwait, medallas que se suman a una distinción por la guerra de Malvinas. Nunca olvidará las noches de insomnio, el ballet de los cazas norteamericanos y los festejos con que lo recibieron los kuwaitíes.

-¿Cuándo fue informado de que debía partir hacia el golfo?

-Diez días antes de zarpar. Salimos el 25 de septiembre de 1990 y fue un verdadero logro haber zarpado en buenas condiciones con un plazo tan corto. Fíjese que los buques de Estados Unidos tienen un tiempo de preparación de seis meses.

-¿Actuar bajo el mandato de Naciones Unidas podía significar una multiplicación de órdenes diversas? ¿Eso aumentaba la incertidumbre?

-No. Desde el momento de zarpar siempre recibimos órdenes desde Buenos Aires. El comando superior era ejercido por el comando de operaciones navales. Todas las indicaciones sobre cómo proceder fueron preparadas por el comando de operaciones navales, teniendo en cuenta las recomendaciones que al respecto recibía del Ministerio de Relaciones Exteriores.
-En ese momento existía un debate político sobre el alcance que tenía la misión argentina...

-Yo siempre recibí órdenes muy claras. Es cierto que al principio hubo una disidencia política sobre la cuestión. Pero el gobierno tenía una idea muy firme y el Congreso aprobó después una ley que autorizaba específicamente la operación de los buques bajo determinadas condiciones.

-¿Cuánto tiempo tardó en llegar al golfo?

-Cruzamos el canal de Suez -es decir, entramos en el teatro de operaciones- a fines de octubre. Quiere decir que tardamos casi un mes. Durante el traslado debimos detenernos durante cuatro o cinco días en un polígono que tiene la OTAN en Italia para ajustar nuestros equipos magnéticos de defensa contra las minas, que estaban calibrados para el hemisferio Sur. Es un sistema que modifica el campo magnético de las minas y depende de la latitud a que uno se encuentre.

-¿Cuál fue su ubicación en la zona?

-Hasta el comienzo de la guerra, el 16 de enero de 1991, estuvimos en las proximidades del estrecho de Ormuz para garantizar la interdicción que pesaba sobre los buques que se dirigían a Irak. Era una interdicción, no un bloqueo, porque no había sido declarada la guerra. Después nos desplazamos a una zona situada frente a las costas de Arabia Saudita, Qatar, Bahréin.

-¿Ustedes se integraron a una flotilla en particular?

-En el área operaban cuatro grupos de portaaviones, más todas las escoltas de esos cuatro grupos, y buques de doce naciones. Había en total unos 170 barcos de guerra y otros 500 buques de apoyo logístico, es decir, los que transportaban municiones, combustible, víveres a la flota aliada, y dos buques hospital completos.

Por otra parte, hasta que comenzó la guerra, pasaban muchos buques comerciales con petróleo, cereales y otros productos. El tránsito marítimo era entonces muy intenso. Era un enjambre. El radar estaba lleno de ecos.

-¿Cuál era la tarea de las naves argentinas?

-En la primera etapa teníamos asignado un sector dentro del cual debíamos inspeccionar buques para verificar que no llevaran cargas a los puertos de Irak, en contravención a las resoluciones de Naciones Unidas.

En ese período inspeccionamos junto con la corbeta ARA Spiro unos 500 buques. A partir del comienzo de la guerra nuestra función fue la de brindar seguridad a los trenes de reaprovisionamiento logístico de la flota aliada. Cada noche se armaba un convoy para llevar municiones, combustible y víveres hasta los portaaviones o grupos anfibios, y nosotros debíamos darle custodia.

-¿Llegó a disparar con el "Almirante Brown"?

-Hicimos disparos con armas menores, que fueron intimidatorios Ambas unidades navales regresaban de sendas navegaciones: el D-10 de la fase Pre-UNITAS y la P-43 de una navegación de control del mar. En el escaso tiempo de una semana se alistaron ambas unidades, y el 25 de Septiembre zarparon. Para llegar al área de operaciones se eligió una ruta prima facie más larga, a través de la costa africana y el mediterráneo, pero que permitió tener cerca puntos de eventual apoyo logístico. A su vez, permitió incorporar equipos de comunicaciones de la US Navy en la base de Rota (Reino de España) y efectuar el degaussing (medición y calibrado de firma magnética para la guerra de minas) en el polígono de La Spezia (Italia).



El GT 88.0 en el área de operaciones

Durante la Operación Desert Shield (hasta el 15 ENE 1991), la misión era de control del tránsito marítimo y del embargo de materiales, mercadería y carga que fuesen a o proviniesen de Irak o Kuwait.

Desde el 15 ENE 1991, la misión se amplió al mantenimiento de las líneas de comunicaciones marítimas para las fuerzas de la Coalición, patrulla de área en soporte de dichas fuerzas y escolta del tren logístico desde Omán hasta la costa kuwaití, donde estaban en estación permanente los buques capitales (portaaviones, cruceros, portahelicópteros) de la coalición.

Esta ampliación de la misión original fue permitida por la Ley 23904 del Congreso de la Nación, que facultó al PEN para autorizar una participación más activa en las operaciones.

Ambas fases operativas impusieron una mecánica propia. A saber:

Hasta el 15 ENE 1991: Patrullaje de 14 días continuados, con 3 o 4 días de descanso en puerto para reaprovisionamiento.

Desde el 15 ENE 1991: Patrullaje continuo, sólo con entradas ocasionales a puerto.

Cabe destacar que las dotaciones de ambos buques fueron las dotaciones regulares de tiempo de paz con el agregado de más hombres para cumplir cualquier eventualidad. En el área de operaciones, el D-10 navegó más de 25000 NM y la P43 más de 23000.


Las estadísticas totales de misión nos dejan un total de 570 interceptaciones y 17 misiones de escolta, cubriendo escolta de 29 naves de la coalición. Estas misiones implicaron que el GT abriese 4 veces fuego. En cuanto a la sección destacada de la EA1H, ésta realizó 67 vuelos. Un accidente operativo (falla de turbina), afortunadamente sin víctimas, redujo el parque aéreo del GT a un solo aparato. La aeronave accidentada fue rescatada pero se consideró su reparación demasiado onerosa.


Helicóptero Allutte III por fallas mecánica cae al mar (Argentina)

Se operó junto a buques de las Armadas Belga, Española, Inglesa, Australiana, Canadiense, Danesa, Noruega, Estadounidense, Francesa, Italiana y Holandesa. En el plano comunicaciones se logró un nivel aceptable de interacción de equipos mas no el óptimo. Ello impidió que el GT 88.0 pudiese efectuar misiones en la boca Norte del Golfo, cerca de la costa Kuwaití. Sin embargo, cabe destacar que el GT 88.0, pese a esta limitación, intervino más al norte que, por ejemplo, la Royal Canadá Navy o la Royal Australiana Navy, sin desmerecer la tarea de estas dos Armadas, con las que se crearon nuevos lazos profesionales. El mayor problema de compatibilidad se dio en el re- abastecimiento de combustible, dado que el GT 88.0 usaba el sistema NATO Quick Ralease mientras que los buques cisterna usaban como standard el RAS (Refuelling Along Side) probe, lo que obligaba al cisterna a cambiar sus sondas en cada operación

En cuanto a los sistemas de armas de a bordo, se agregaron cañones de 20mm sobre las bandas como medio de defensa contra ataques terroristas, de buzos o de embarcaciones menores, principalmente en las entradas y salidas a puerto, donde los buques son más vulnerables.

Dichas medidas fueron acertadas, pues este es un peligro permanente en esa sensible región, como lamentablemente se comprobó hace escasos meses en Yemen. En otros sistemas, se modificó el software SEWACO para tener una respuesta automática a la amenaza misilística, dado que Irak hacía uso profuso del misil anti buque AM-39 Exocet, arma cuya letalidad la ARA conocía por ser de dotación de los Super Etendards de la ARA que hundieron al HMS Sheffield y al ACL Atlantic Conveyor en el conflicto del Atlántico Sur. A su vez, se recorrieron los sistemas de guerra Nuclear, Bacteriológica y Química (NBQ).

El GT 88.1

En Febrero partió un nuevo GT a relevar al GT 88.0. EL GT 88.0 dio por finalizada la fase I del operativo Alfil y se replegó a la Base Naval Puerto Belgrano. El D-10 regresó el 25 ABR 1991, y la P-43 el 24 MAY 1991. El GT 88.1, al mando del CN D. Rodolfo Hasenbalg. Dicho GT tuvo una composición distinta por la evolución de la situación militar, se prefirió cambiar al Destructor del Grupo (en este caso, el ARA La Argentina, [D-11]) por un transporte cargado con medicinas, alimentos y material de ayuda humanitaria. El grupo se constituyó por:



Corbeta Misilística Clase MEKO 140A16 ARA (P-42) Rosales; asignada a la 2da Div. de Corbetas, CF D. Héctor Tebaldi (hasta el 31 MAY 1991)/CC D. Pablo C. Rossi (desde el 01JUN 1991)


(Transporte Clase Costa Sur ARA (B-4) Bahía San Blas; Comando de Transportes Navales

La P-42 cumplió misiones de patrullaje y escolta, agregada al comando naval multinacional. Dicha nave logró unas 326 intercepciones. Posteriormente, realizó maniobras combinadas con las Armadas Española, Inglesa y Estadounidense. La Rosales recibió apoyo logístico de buques franceses y australianos. La orden de regreso del GT 88.1 fue emitida el 23 MAY 1991. Su arribo se produjo en Buenos Aires en JULIO 1991. Para el 02 AGOSTO de 1991, la misión del GT 88.1 estaba finalizada.

Conclusión

Las consecuencias de la misión encomendada a ambos GT's se pueden dividir en dos: aquellas que hacen a la Argentina y aquellas que hacen a los hombres de nuestra Armada.

Para la Argentina significó la inserción de pleno derecho en el nuevo orden mundial de la post-guerra fría. Significó un voto de confianza en organismos internacionales y el abandono de una postura aislacionista. Los beneficios políticos de la intervención en la guerra del Golfo Pérsico también inauguró una nueva y aspiciosa fase entre los Estados Unidos y la Argentina, con su punto cumbre en la reciente designación de la Argentina como Major Non-Nato Ally, es decir, Gran Aliado Extra OTAN. El aporte de la ARA con su abnegación y sacrificio durante Desert Shield y Desert Storm fue, probablemente, uno de los factores determinantes de dicha decisión.

La intervención de la ARA en el Golfo fue el punto de inflexión de las relaciones argentinas en el hemisferio occidental. Como dijo un jefe de la Armada Italiana: "Antes Ustedes eran amigos, ahora son aliados". Y es una verdad de las relaciones internacionales que nadie se alia con una potencia débil, por muy "simpática" que esta sea. El reconocimiento también se manifestó cuando una delegación militar argentina fue invitada al desfile de la victoria aliada en New York City, donde flameó orgulloso el pabellón del GT 88.0


Para la Armada implicó probarse a sí misma que poseía en su Flota de Mar medios y personal adecuados para tomar una importante parte en un evento militar internacional. Los comentarios de Jefes navales extranjeros que tomaron parte de las operaciones combinadas con la ARA fueron más que elogiosos. Aquí transcribimos algunos párrafos:


A los GT 88.0 y 88.1:(...)"El mundo no olvidará jamás la gran contribución realizada por los Oficiales y tripulaciones del ARA Brown, ARA Spiro, ARA Rosales y ARA San Blas por el buen trabajo realizado. Esperamos continuar manteniendo una estrecha relación de trabajo en el futuro."(...) Almirante D. Frank B. Kelso II, United States Navy.

Al GT 88.0: (...)"El apoyo que Vd. le ha dado a la Fuerza Combinada Logística ha sido superlativo. Desearía contar siempre con el profesionalismo con que Vd. hábilmente organizó los" paquidermos" bajo su control."(...) Capitán de Navío Dusty Miller, Royal Canadian Navy.

Al GT 88.1: (...)"Cuando abandonen esta región llevarán consigo la admiración y el respeto de toda la fuerza de interceptación marítima multinacional. Desde su despliegue han sumado más de 350 interceptaciones lo que significa un impresionante logro.

El profesionalismo, la dedicación y la destreza que ustedes han demostrado en las aguas del Norte ha sido la piedra angular de nuestro esfuerzo multinacional. Tienen todo el derecho de sentirse orgullosos, ya que su aporte fue parte fundamental del éxito total de estas operaciones históricas."(...) Contraalmirante R. A. K. Taylor, United States Navy.


No debemos subestimar el aporte que este éxito y reconocimiento hizo a la moral de los hombres de mar. Después de la victoria aliada en Tormenta del Desierto, el "Síndrome Malvinas" se había "exorcizado". Las fuerzas de superficie de la ARA se destacaron, aun operando junto a las flotas más poderosas del mundo. Y demostraron que, con equipo adecuado, el valor, la abnegación y el profesionalismo de los hombres de la Armada rinden sus frutos.

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