18/8/15

REVELACIÓN: LOS POTENCIALES PELIGROS DEL FUEGO AMIGO Y SUS CONSECUENCIAS EN EL TOK 1991.

“USS Jarrett”



VETERANOS DE AYER





Develando la verdadera situación del USS Jarret en el incidente D96

En el artículo anterior, habíamos pasado revista al incidente ocurrido en pleno de las operaciones navales llevadas a cabo por el “HMS Gloucester” y el acorazado estadounidense el “USS Missouri”, por el cual se puso en evidencia que a pesar del adelanto tecnológico de la guerra electrónica, había una situación de vulnerabilidad que el enemigo pese a sus limitaciones, dejo en evidencia. 


 En ese mismo episodio, se habían producido otros hechos que también habían sido discretamente obviados por los biógrafos e historiadores navales como una costumbrista forma de contar una historia que además de victoriosa tenía que presentarse aséptica a los ojos de la opinión pública, donde como en las películas, los buenos no se equivocan.

Se trató de otro hecho ocurrido en aquel estresante episodio en el que se vieron involucrados dos misiles “CSSC-2 Silkworm” iraquíes y los heroicos “Sea Dart” británicos, tal como se lo dejó en los record de la historia naval occidental. En este episodio también participó la fragata “USS Jarrett” que navegaba aquella mañana en el grupo de tareas, más precisamente junto a los involucrados en las operaciones sobre las islas Bubiyan y Failaka.

La versión oficial de lo ocurrido como habíamos visto, era que dos misiles iraquíes habían sido exitosamente desviados por uno de los custodios del “USS Missouri” sin más detalles. Pero como lo expusimos y en base a nuevos elementos documentales que demostraban una mayor implicancia del enemigo sobre los blancos seleccionados y un plan de combate asimétrico en el teatro naval, se podía ver como los nervios y fallas inconfesables en los sistemas de guerra electrónica, pudieron haber causado un dilema en los estrategas y almirantes que coordinaban las operaciones desde el centro de comando de guerra naval electrónica NAVCENT.

La fragata “USS Jarrett” se hallaba a cinco millas aproximadamente del Missouri cuando fue advertido de la activación de un sistema misilistico costero. Como lo habían ensayado durante años, los procedimientos de protección de un buque líder, se ordenó máxima velocidad y realizar una maniobra de cierre para el lanzamiento de sus sistemas SRBOC Chaff, que había que mencionarlo, no había sido probado en mucho tiempo. Según la versión oficial, el capitán de la fragata ordeno disparar sus Chaff y cubrir con fuego de sus cañones el cuadrante por donde se acercaba la amenaza.

Pero, tal y como surgía de los elementos que reconstruyen aquella mañana, el capitán del Jarrett apenas pudo reaccionar al histérico –y tardío aviso- del operador del HMS Gloucester que no dio más chance que la de, ordenar la apertura de fuego de sus cañones Vulcan “Phalanx” de 12. 7 mm en dirección de la costa adyacente. Por algún motivo –y en similar situación a lo ocurrido con los demás buques en el área- sus sistemas de radar ESM/ECM y de identificación IFF fallaron peligrosa y misteriosamente, lo que nunca fue materia de estudio por los encargados de aquellas naves.

Por fortuna y coincidiendo con el fuego de los otros buques, los tripulantes del Jarrett vieron como, en medio de una verdadera pared de fuego y señuelos de aluminio, muy cerca del buque británico estallaba el vector lanzando miles de pedazos de metal y aluminio que, a una velocidad supersónica, dieron de lleno contra uno de sus costados cerca de la proa. Ni bien habían inspirado un sorbo de aire, reciben la nueva alerta de acercamiento de otro misil que había sido disparado desde la costa, para lo cual el capitán sosteniendo la marcha y en una maniobra peligrosa por cubrir al “USS Missouri” comienza el procedimiento de fuego de cobertura y lanzamiento de sus CRBOC que lejos de haber servido para desintegrar al “Silkworm” que se acercaba sigzageante, terminaron impactando de lleno sobre la cubierta superior y el mamparo del Missouri produciendo un vistoso chisporroteo que termino dejando como recuerdo de aquel frenético diluvio de munición especial, más de trescientos agujeros y desgarros del tamaño de un puño entre la borda y la regala que se extendían unos quince metros.

Como detalle a mencionar, es el tema de esa “munición especial” la cual, se trataba de proyectiles de 12.7 mm con un “micrón de UE” (Uranio) en sus puntas que podía desintegrar a un misil a 300 metros.

Los detalles de los daños fueron pasados por alto y reparados inmediatamente al retornar a puerto sin dejar reportes sobre los mismos. A pesar de que en la versión oficial, esto había sido un pequeño incidente producido en el marco de una situación de “fuego amigo” y en la cual no se reportaron bajas ni heridos. Algunos informes extraoficiales refirieron que de regreso de aquel incidente y tras los daños producidos al Missouri en el puerto saudita de Dammam, se contabilizaron unos siete marinos que bajaron con vendajes de heridas en cabeza, extremidades e incluso dos de ellos transportados en camillas discretamente para más tarde ser trasladados a Europa.

A pesar de que nunca trascendieron estos detalles, los mismos fueron motivo de análisis por parte de los encargados de la estrategia naval y para lo cual, se impartieron directivas referidas a la necesidad de ajustar algunas formas de despliegue, coordinación en las comunicaciones que, pese a ser compatibles –por ser aliados OTAN- se presentaron fallas que pudieron haber causado la perdida de una de las unidades y la necesidad de un protocolo adicional de apoyo aéreo más aceitado con un soporte de inteligencia electrónica más minucioso provisto por los A-6.

Fue por éste motivo que el Alto mando de la Coalición decidió que las naves que no compatibilizaban con los sistemas de comunicaciones OTAN o que adaptadas no estaban ampliamente familiarizadas, se quedaran en una segunda línea de respaldo al tren naval ofensivo encabezado por estadounidenses y británicos. Tal como lo habían diseñado los creadores de ésta fuerza naval, a partir del comienzo de la operación “Desert Storm” (0000hs del 17/01/1991) su misión más importante pasaría por asegurar que se mantuviera el flujo de materiales, pertrecho, municiones y combustible para aprovisionar la primera línea y en especial, para proteger a los cinco portaaviones que eran el pilar marítimo desde el sur de las operaciones para el desalojo de las fuerzas iraquíes.

Fue por ello y quizá en previsión de que este tipo de incidentes, se determinó que podían producirse –especialmente por posibles confusiones por los acentos idiomáticos- que se relegó a las naves francesas y australianas para cumplir con la vital tarea de proteger la principal línea de abastecimiento de las operaciones. Este aspecto de la logística había sido vital para poder prestar efectivamente, el apoyo necesario y distractivo que requerían los planes que llevaron adelante sus camaradas de las fuerzas mecanizadas de Tanques “M 1 A1 Abrahms” norteamericanos y los “Challenger FV4030-4” británicos entrando por el oeste para realizar una semi-pinza que obligaría a la salida de los invasores.

A pesar de lo destructivo de aquella operación, los iraquíes pudieron salvar las mejores unidades mecanizadas y mantuvieron intacto su potencial misilistico, en especial sus sistemas SS-SCUD que tras demostrar su alcance y en algunos casos su mortífera precisión, pudieron haber causado más dolores de cabeza que los registrados oficialmente. Sobre esto último, hubo versiones que como últimas medidas, se habían lanzado al menos una docena de estos misiles sobre los cuadrantes marítimos donde hallaban los navíos que proporcionaban cobertura de fuego naval, luego de que se abrieran las válvulas de crudo al golfo.

Algunos expertos habían especulado que los SCUD traían cabezas reactivas para que al contacto con el agua y el petróleo que cubría el mar, desatara un incendio que además e impedir una operación anfibia, levantaría una cortina de humo negro que dificultaría la visión de los pilotos en operaciones.

Para otros, los SCUD que cayeron sin producir este efecto, traían cabezas con elementos químicos que al caer en la zona de operaciones navales, buscaban comprometer a las tripulaciones en operaciones. Igualmente sobre esto último, no se ha hallado información que respalde esta hipótesis.

Según algunos de los documentos de la ex inteligencia de Saddam fechados el 20 de febrero de 1991, horas antes de que se lanzara esta ofensiva, los principales batallones de la Guardia republicana recibieron desde Bagdad –en algunos casos por señal de fax- la orden de discreta retirada dejando a su suerte a las tropas regulares y la dispersión de la red de inteligencia que se había mantenido activa en la región. Sobre esto último, los vencedores de la Coalición se encargaron de que no se revelara la existencia de un “ejército invisible iraquí”, que tras acatar las órdenes abandonó abundante material explosivo e ingeniosos dispositivos que de haberse extendido la guerra, pudieron haber causado serios problemas y daños cuantiosos en varios puntos donde las unidades navales desembarcaban toneladas de municiones y equipos para las tropas en tierra.

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