Los musulmanes rodean la Kaaba, en la ciudad de La Meca.
Los musulmanes de todo el mundo celebraron anoche la Lailat Al Qadr en árabe (Noche del Destino o Designio) para recordar que catorce siglos atrás el Profeta del Islam Muhammad (PyB) recibió la primera revelación del Corán, el libro sagrado. Muchos de los religiosos optan por pernoctar en la mezquita más cercana, en la fecha que se considera la más importante y que se cree que los ángeles bajan para acompañarlos en ese momento.
De los 355 días del calendario lunar islámico, Lailat Al Qadr, es la más importante para los musulmanes, ya que según el Islam es mejor que mil meses o más de 30 mil noches regulares.
En esa noche, el Profeta Muhammad recibió la primera revelación del Corán, ocasión que, según el Libro sagrado para los musulmanes celebran también los ángeles, que descienden a la tierra para estar con los millones de fieles reunidos en las mezquitas.
La revelación del libro se prolongó durante 23 años, en los que el profeta recibió la revelación de Dios en La Meca y en Medina -oeste del actual reino de Arabia Saudí- hasta completar el Corán, que recoge los principios religiosos y sociales del Islam.
La primera Noche de Revelación es el momento álgido de la devoción musulmana y, según las creencias islámicas, cae en una de las diez últimas noches del actual mes del ayuno.
Los musulmanes confían en que en esa noche se perdonan todos los pecados a los creyentes y se les conceden los deseos que pidan en sus plegarias, que inician desde la caída del sol hasta el alba, cuando comienzan un nuevo día de ayuno total hasta el anochecer.
Esta convicción explica la gran afluencia de musulmanes a las mezquitas, en especial la Noche de la Revelación, y las reuniones que se organizan en esa fiesta para recitar el Corán.
La mayor de esas reuniones es en La Meca, en Arabia Saudita, cuna del profeta Muhammad y del Islam, donde convergen esa noche unos dos millones de personas en torno al templo llamado la Kaaba.
Sobre el significado de la noche del Destino, Dios dice en El Corán:”Lo hemos revelado en la Noche del Destino
Y ¿cómo sabrás que es la noche del Destino?
La noche del Destino vale más de mil meses
Los ángeles y el Espíritu descienden en ella,
con permiso de Su Señor, para fijarlo todo.
¡Es una noche de paz, hasta el rayar del alba! (97:1-5)
De los 355 días del calendario lunar islámico, Lailat Al Qadr, es la más importante para los musulmanes, ya que según el Islam es mejor que mil meses o más de 30 mil noches regulares.
En esa noche, el Profeta Muhammad recibió la primera revelación del Corán, ocasión que, según el Libro sagrado para los musulmanes celebran también los ángeles, que descienden a la tierra para estar con los millones de fieles reunidos en las mezquitas.
La revelación del libro se prolongó durante 23 años, en los que el profeta recibió la revelación de Dios en La Meca y en Medina -oeste del actual reino de Arabia Saudí- hasta completar el Corán, que recoge los principios religiosos y sociales del Islam.
La primera Noche de Revelación es el momento álgido de la devoción musulmana y, según las creencias islámicas, cae en una de las diez últimas noches del actual mes del ayuno.
Los musulmanes confían en que en esa noche se perdonan todos los pecados a los creyentes y se les conceden los deseos que pidan en sus plegarias, que inician desde la caída del sol hasta el alba, cuando comienzan un nuevo día de ayuno total hasta el anochecer.
Esta convicción explica la gran afluencia de musulmanes a las mezquitas, en especial la Noche de la Revelación, y las reuniones que se organizan en esa fiesta para recitar el Corán.
La mayor de esas reuniones es en La Meca, en Arabia Saudita, cuna del profeta Muhammad y del Islam, donde convergen esa noche unos dos millones de personas en torno al templo llamado la Kaaba.
Sobre el significado de la noche del Destino, Dios dice en El Corán:”Lo hemos revelado en la Noche del Destino
Y ¿cómo sabrás que es la noche del Destino?
La noche del Destino vale más de mil meses
Los ángeles y el Espíritu descienden en ella,
con permiso de Su Señor, para fijarlo todo.
¡Es una noche de paz, hasta el rayar del alba! (97:1-5)
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