La reina Isabel II vistiendo la indumentaria islámica en sendas visitas a mezquitas del reino.
Cualquier turista en Londres puede comprobar fácilmente el respeto que existe por el Islam. Además de los carteles oficiales en la vía pública que indican las localizaciones de las numerosas mezquitas, y las policías musulmanas de Scotland Yard, que visten su pañuelo debajo de la gorra de servicio o los distintos alcaldes de la capital británica asisten regularmente a las celebraciones islámicas y felicitan a los musulmanes.
Sin embargo, es la soberana de la nación, la reina Isabel II, quien ha demostrado que estas actitudes no son sólo exteriorizaciones sino algo más profundo.
Recientemente, la reina hizo construir una mezquita en una de las habitaciones de su castillo de Windsor, para que sus empleados musulmanes oren durante el período de Ramadán, mes de ayuno y sagrado para los musulmanes.
La monarca, de acuerdo a lo informado por los diarios The Sun y Daily Mirror, tomó la decisión ante el gran número de mayordomos y sirvientas musulmanes que trabajan para ella en los palacios reales.
En ese sentido, una de las empleadas musulmanas de la reina, Nagina Chaudhry, elogió la decisión de la soberana a la que calificó de "un ejemplo para el mundo".
"No puedo creer que la reina Isabel II se haya tomado semejante esfuerzo", manifestó Chaudhry. Además según la agencia Ansa, la monarca de 80 años decidió crear una mezquita dentro del castillo para que ella y otros empleados musulmanes pudieran orar.
El período de Ramadán, que comenzó el 22 de agosto y dura por 30 días, es seguido por los musulmanes observantes, quienes ayunan desde que sale el sol hasta el atardecer.
La mezquita fue creada en la Torre Sajona, cercana a la medieval Capilla de St. George's, una de las reliquias arquitectónicas más importantes del gótico temprano inglés.
Las autoridades de la residencia real quitaron todos los retratos y objetos personales de Isabel II, ya que el Islam prohíbe rezar en una habitación con imágenes de humanos.
Además, proveyeron a la servidumbre de copias del Corán y de alfombras para rezar. Según el periódico Mirror, la decisión de Isabel II "es una señal de amistad hacia el Islam".
En ese sentido, la alcaldesa de Windsor, Margaret Cubley, declaró que la Reina "ha dado un ejemplo brillante sobre cómo respetar la religión del otro".
Sin embargo, es la soberana de la nación, la reina Isabel II, quien ha demostrado que estas actitudes no son sólo exteriorizaciones sino algo más profundo.
Recientemente, la reina hizo construir una mezquita en una de las habitaciones de su castillo de Windsor, para que sus empleados musulmanes oren durante el período de Ramadán, mes de ayuno y sagrado para los musulmanes.
La monarca, de acuerdo a lo informado por los diarios The Sun y Daily Mirror, tomó la decisión ante el gran número de mayordomos y sirvientas musulmanes que trabajan para ella en los palacios reales.
En ese sentido, una de las empleadas musulmanas de la reina, Nagina Chaudhry, elogió la decisión de la soberana a la que calificó de "un ejemplo para el mundo".
"No puedo creer que la reina Isabel II se haya tomado semejante esfuerzo", manifestó Chaudhry. Además según la agencia Ansa, la monarca de 80 años decidió crear una mezquita dentro del castillo para que ella y otros empleados musulmanes pudieran orar.
El período de Ramadán, que comenzó el 22 de agosto y dura por 30 días, es seguido por los musulmanes observantes, quienes ayunan desde que sale el sol hasta el atardecer.
La mezquita fue creada en la Torre Sajona, cercana a la medieval Capilla de St. George's, una de las reliquias arquitectónicas más importantes del gótico temprano inglés.
Las autoridades de la residencia real quitaron todos los retratos y objetos personales de Isabel II, ya que el Islam prohíbe rezar en una habitación con imágenes de humanos.
Además, proveyeron a la servidumbre de copias del Corán y de alfombras para rezar. Según el periódico Mirror, la decisión de Isabel II "es una señal de amistad hacia el Islam".
En ese sentido, la alcaldesa de Windsor, Margaret Cubley, declaró que la Reina "ha dado un ejemplo brillante sobre cómo respetar la religión del otro".
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