15/11/24

QUE PAGO ARABIA SAUDITA A LA ARGENTINA EN LA GUERRA GOLFO PERSICO




Helicoptero Aloutte III en USNS CONFORT (Buque Hospital )

PARA LA MARINA ARGENTINA Y GOBIERNO FUE UNA INTERDICCION MARITIMA, ACA EL SIGNIFICADO:

La interdicción marítima, también conocida como interdicción naval, es una operación militar que tiene como objetivo interrumpir, retrasar o destruir suministros o fuerzas enemigas antes de que lleguen al área de batalla. 

La interdicción marítima es similar a la interdicción aérea. En caso de que los intentos de comunicación inicial no tengan éxito, la autoridad de aplicación puede acercarse al buque hostil mediante unidades helicoportadas o embarcadas. 

Por otro lado, la interdicción de salida es una medida cautelar que ordena un juez para evitar que una aeronave o embarcación salga hasta que se resuelva una deuda por combustible, servicios o provisiones. Dentro del teatro de Operciones y esto que es una Guerra.

 

Pago Arabia Saudita a Argentina


Según los registros, Argentina participó en la Operación Escudo del Desierto, como parte de la coalición internacional que respondió a la invasión iraquí de Kuwait en 1990. Durante esta campaña, la Armada Argentina y la Fuerza Aérea Argentina realizaron contribuciones significativas.

No pago directo de Arabia Saudita No hay evidencia de que Arabia Saudita haya realizado un pago directo a Argentina por su participación en la Guerra del Golfo Pérsico.
Kuwait pagó a sus aliados

En cambio, Kuwait, como país beneficiario de la coalición, realizó pagos a sus aliados, incluyendo a Argentina. Según un informe publicado en 1998, Kuwait pagó al menos 2,5 billones de dólares (25.280 millones de dólares) a sus aliados como consecuencia de la guerra del golfo Pérsico.


Aca aclaro Kuwait deposito un cheque a la Argentina en un Banco de Inglaterra 22.000.000 de U$D, hasta el 15 de Enero 1991, y mientras tanto el Senado de la Nacion deliberaba que hacia con los Buques dejarlos "no" o  hacerlos volver, se pusieron de acuerdo y decidieron que sacaran U$D 20.000.000 del Banco Nacion.

¿DONDE ESTAN ESTOS BILLETES?


Reconocimientos simbólicos y económicos

Sin embargo, algunos veteranos argentinos que participaron en la campaña recibieron condecoraciones de Kuwait y Arabia Saudita, lo que puede ser considerado un reconocimiento simbólico. 

Además, algunos veteranos también reclamaron un reconocimiento económico por su participación.

En resumen, Arabia Saudita no realizó un pago directo a Argentina por su participación en la Guerra del Golfo Pérsico. 

En su lugar, Kuwait, como país beneficiario, realizó pagos a sus aliados, incluyendo a Argentina, y algunos veteranos argentinos recibieron condecoraciones de Kuwait y Arabia Saudita como reconocimiento simbólico.

9/11/24

QUE ES LA ENFERMEDAD DE LA GUERRA DEL GOLFO PERSICO

LA ARGENTINA NO HA TOMADO CONCIENCIA DE LO QUE PASO EN LA GUERRA DEL GOLFO PERSICO, NO SOLO LOS VETERANOS DE EE.UU SUFRIERON ACA HAY CON STREES, DEPRESION, ANGUSTIA, INSOMIO ECT.

CONSIDERARON MANDAR DOS BUQUES A LA GUERRA PARA NO QUEDAR AFUERA DEL MUNDO, POR QUE LA RELACIONES INTERNACIONALES NO CAMINBAN Y DE ALGUNA FORMA HABIA QUE ENTRAR EN EL MUNDO,. 

NO CON HECHOS, PALABRAS, JUNTAS DE PRESIDENTES MAS LOS CANCILLERES, OPTARON COMO CARTA DE PRESENTACION 300 EFECTIVOS QUE EN MENOS DE 15 DIAS ESTUVIMOS LISTO A IR Y... FUIMOS, ESTA DEMAS DECIR QUE MI DEMANDA NO ES EN VANO. VEO QUE A ELLOS TAMBIEN PRESENTAN DEMANDA, Y ESO QUE VIENEN EN SILLA DE RUEDA O LA ARGENTINA ESPERABA QUE HUNDAN UN BUQUE O ALGO POR EL ESTILO. 




Las enfermedades de la Guerra del Golfo se compensan con los beneficios por discapacidad de los veteranos.

La fecha límite para solicitar los beneficios de Veteranos por Discapacidad por Enfermedad de la Guerra del Golfo se extendió hasta el 31 de diciembre de 2021.


¿Qué es la Enfermedad de la Guerra del Golfo (síndrome de la Guerra del Golfo)?

La Enfermedad de la Guerra del Golfo (a veces conocida como "Síndrome de la Guerra del Golfo") es un síndrome médico misterioso e inexplicable que afecta a decenas de miles de veteranos estadounidenses.

Desde 1990 en adelante, los veteranos que sirvieron en Irak, Afganistán y otras campañas de combate del Medio Oriente han desarrollado síntomas crónicos y a menudo severos que se cree que están relacionados con sus despliegues militares.

El Departamento de Asuntos de Veteranos (AV) ofrece beneficios por discapacidad por enfermedades de la Guerra del Golfo

El Departamento de Asuntos de Veteranos (AV) reconoce que la Enfermedad de la Guerra del Golfo es una condición válida con síntomas reales y debilitantes para los diagnosticados. El AV supondrá que una serie de AV presume que "ciertos síntomas crónicos inexplicables que existen durante 6 meses o más están relacionados con el servicio de la Guerra del Golfo".

Un veterano que sirvió en la Guerra del Golfo y ha estado sufriendo estos síntomas no necesita probar que su enfermedad fue causada por su servicio militar. Con una solicitud adecuada, el veterano debería calificar automáticamente para los beneficios.



Fecha límite para la solicitud de beneficios por discapacidad para veteranos por enfermedad de la guerra del Golfo

Tantos Veteranos de la Guerra del Golfo tienen síntomas de la Enfermedad de la Guerra del Golfo, que se ha extendido el plazo para solicitar los beneficios. La fecha límite actual para solicitar beneficios por Enfermedad de la Guerra del Golfo es 31 de diciembre de 2021.

Es posible una extensión adicional de la fecha límite para las solicitudes de discapacidad por Enfermedad de la Guerra del Golfo, pero no está garantizada.

Actualmente, los legisladores buscan aprobar otra extensión permanente para solicitar beneficios por discapacidad de Veteranos como resultado de una Enfermedad de la Guerra del Golfo. Sin embargo, no está claro si la legislación se aprobará.

Cualquiera que tenga síntomas del tipo del síndrome de la Guerra del Golfo debe actuar rápidamente para asegurarse de que su reclamo sea recibido y procesado lo antes posible.

Lea más para conocer qué es la enfermedad de la Guerra del Golfo, quién es elegible para recibir tratamiento y qué hacer si el Departamento de Asuntos de Veteranos rechaza un reclamo.


Comprensión de las enfermedades de la Guerra del Golfo y los derechos de los veteranos a la indemnización por discapacidad

Es difícil definir que la “enfermedad de la Guerra del Golfo” es difícil, porque los veteranos han informado de una variedad de síntomas dispares después de regresar a casa del servicio.

En el pasado, los científicos del Ejército se refirieron al síndrome de la Guerra del Golfo como una "enfermedad crónica de múltiples síntomas",1 porque se caracteriza por diferentes quejas que a menudo parecen no estar relacionadas.2


Los síntomas del síndrome de la Guerra del Golfo (Enfermedad de la Guerra del Golfo) pueden incluir:

  • Fatiga
  • Dolores de cabeza
  • Dolor en las articulaciones
  • Indigestion
  • Mareos por insomnio
  • Desórdenes respiratorios
  • Problemas de memoria

Los síntomas del síndrome de la Guerra del Golfo (Enfermedad de la Guerra del Golfo) pueden tardar años en aparecer.

Los síntomas del síndrome de la Guerra del Golfo pueden ser crónicos y es posible que no se presenten hasta años después de que un veterano haya concluido su servicio.3

Cuando aparecen los síntomas, pueden ser leves pero empeorar progresivamente.

En algunos casos, pueden facilitar el desarrollo de enfermedades graves.

Las causas de la enfermedad de la Guerra del Golfo

La enfermedad de la Guerra del Golfo no se comprende bien, ni tampoco sus causas.

Sin embargo, los científicos han identificado varios posibles culpables de la Enfermedad de la Guerra del Golfo.

Entre las teorías más difundidas se encuentra que el síndrome de la Guerra del Golfo fue causado o agravado por la exposición de los veteranos a sustancias toxicas.4

Los veteranos de la Guerra del Golfo estuvieron expuestos regularmente a una variedad de sustancias químicas potencialmente tóxicas durante el transcurso de la guerra.

La exposición a "fosas de quemaduras" es una posible causa de enfermedad de la Guerra del Golfo.


Durante las guerras de Irak y Afganistán, se generó una enorme cantidad de basura, incluidas baterías, municiones sin detonar y productos de caucho de todo tipo.

Para deshacerse de estos materiales, se colocaron en grandes fosas y se les prendió fuego. Sin embargo, quemar gran parte de estos desechos sólidos puede liberar sustancias químicas tóxicas.5

A veces, los pozos de combustión se ubicaban cerca del personal de servicio, que luego puede haber estado expuesto a las peligrosas emisiones de los pozos.

Pozos quemados en la guerra del Golfo liberaron sustancias químicas tóxicas

El ejército de los Estados Unidos ha estado preocupado durante mucho tiempo por los productos químicos tóxicos liberados por los pozos de quema. Los miembros del servicio que estaban a favor del viento desde los pozos de quema pueden haber estado expuestos a sustancias extremadamente tóxicas,7 incluso:

  • Dioxinas
  • Materia particular
  • Hidrocarburos aromáticos policíclicos
  • Compuestos orgánicos volátiles
  • Monóxido de carbono
  • Hexaclorobenceno
  • Ceniza
Demandas de veteranos por enfermedades causadas por exposición al pozo de quemaduras

A medida que más y más veteranos de la Guerra del Golfo que estuvieron expuestos a fosas de quema comenzaron a desarrollar síntomas del síndrome de la Guerra del Golfo y otras enfermedades, muchos cuestionaron la aparente falta de medidas de seguridad que se tomaron para proteger su salud.8

Varios veteranos con enfermedades presentaron una demanda colectiva y agravio masivo juicios contra los contratistas de defensa que habían operado las fosas quemadas.9

Sin embargo, la Corte Suprema rechazó estos casos, alegando que los contratos actuaban bajo órdenes del gobierno.10

Otras explicaciones de la enfermedad de la Guerra del Golfo

Si bien existe alguna evidencia que sugiere que los pozos quemados pueden contribuir a la enfermedad de la Guerra del Golfo, los investigadores aún tienen que probar una correlación.



El V.A. define el teatro del suroeste de Asia como una cobertura:

  • Irak, Kuwait y Arabia Saudita
  • Áreas neutrales dentro de Irak y Arabia Saudita
  • Estados del Golfo como Bahrein, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos
  • Omán
  • Regiones marítimas, como el Golfo Pérsico, el Mar Arábigo y el Golfo de Omán
  • Cualquier espacio aéreo por encima de las áreas mencionadas

¿Qué busca el Departamento de Asuntos de Veteranos en las reclamaciones por discapacidad por enfermedad de la Guerra del Golfo?

Para recibir beneficios, los veteranos deben poder demostrar que tienen el síndrome de la Guerra del Golfo y que se les diagnosticó una condición grave resultante que probablemente surgió durante el servicio militar.

El Departamento de Asuntos de Veteranos llama a estas condiciones "enfermedades presuntivas".17

Tratamiento subsidiado y complementario para enfermedades de la guerra del Golfo

Los veteranos pueden ser elegibles para recibir tratamiento subsidiado o complementario a través del V.A. si su enfermedad o afección relacionada con la Guerra del Golfo fue diagnosticada el 31 de diciembre de 2021 o antes, y:

  • Causó que se enfermaran durante 6 meses o más.
  • Resultó en una calificación de discapacidad de al menos el 10%.
  • Para recibir beneficios por discapacidad por la Enfermedad de la Guerra del Golfo, los veteranos también deben haber sido diagnosticados con una de las siguientes enfermedades "presuntivas":
    • Un trastorno gastrointestinal funcional
    • Síndrome de fatiga crónica
    • Fibromialgia
    • Otras enfermedades "inexplicables" o "no diagnosticadas", que incluyen, entre otras, enfermedades cardiovasculares, dolores musculares y articulares y dolores de cabeza.
    Otros veteranos pueden recibir beneficios por discapacidad si fueron diagnosticados con una de las siguientes enfermedades presuntivas dentro de un año de su fecha de alta:
    • Brucelosis
    • Virus del Nilo Occidental
    • Shigella
    • Malaria
    • Campylobacter jejuni
    • Coxiella burnetii (fiebre Q)
    • Salmonella no tifoidea

    Si el Departamento de Asuntos de Veteranos aprueba una reclamación por enfermedad de la Guerra del Golfo, los reclamantes pueden recibir atención médica y / o pagos compensatorios.

    Tratar la enfermedad de la Guerra del Golfo es complicado.

    No todos los veteranos con la enfermedad de la Guerra del Golfo tienen los mismos síntomas

    La enfermedad de la Guerra del Golfo puede tomar muchas formas diferentes. Los diferentes miembros del servicio muestran diferentes síntomas de la enfermedad de la Guerra del Golfo, por lo que sus afecciones pueden tratarse de manera diferente.

    Por esta razón, el Departamento de Asuntos de Veteranos y los médicos independientes no tienen un tratamiento único para todos los miembros del servicio con síntomas y diagnósticos de Enfermedad de la Guerra del Golfo.

    Por ejemplo, un síntoma de la enfermedad de la Guerra del Golfo puede ser la malaria. La malaria se puede tratar eficazmente con medicamentos como atovacuona y doxiciclina.

    Además, la Enfermedad de la Guerra del Golfo a menudo incluye aspectos crónicos como dolores de cabeza recurrentes e insomnio, muchos de los cuales los proveedores de atención médica no han podido resolver con eficacia.

  • Tratamiento general de las enfermedades de la guerra del Golfo

    Aunque la Enfermedad de la Guerra del Golfo puede verse diferente según el paciente, la investigación ha identificado algunas soluciones provisionales para los veteranos que padecen síntomas menos específicos del síndrome, que incluyen dolores de cabeza crónicos, náuseas y fatiga:

    • Un estudio publicado en Military Medicine sugiere que los regímenes de tratamiento holístico pueden, como mínimo, aliviar algunos síntomas de la enfermedad de la Guerra del Golfo.18
    • La terapia cognitivo-conductual ha mostrado resultados estadísticamente significativos para ayudar a los veteranos a controlar su salud.19

    Debido a que el síndrome de la Guerra del Golfo afecta a todos de manera diferente, los veteranos deben insistir en que su tratamiento sea integral e individualizado.

    Apelar una decisión sobre reclamos

    A pesar de la prevalencia de la enfermedad de la Guerra del Golfo, el Departamento de Asuntos de Veteranos no está bien equipado para procesar reclamos relacionados con el síndrome.

    Dado que la enfermedad de la Guerra del Golfo se ve diferente en todos y puede manifestarse de manera sutil, el personal médico de Asuntos de Veteranos a menudo no sabe cómo reaccionar ante las quejas en las que las “presuntas enfermedades” no son evidentes o diagnosticadas fácilmente.

    Desafortunadamente, la Oficina de Responsabilidad del Gobierno informa que aproximadamente el 80% de todas las reclamaciones por enfermedades de la Guerra del Golfo se niegan.20

    El Departamento de Apelaciones de Veteranos mantiene un proceso de apelaciones, pero puede ser complejo y difícil de navegar.

  • Pero su sistema para reconsiderar las reclamaciones carece de transparencia y supervisión considerables.

    Incluso si un veterano confía en que la evidencia habla a su favor, los casos aún pueden tardar mucho en resolverse; las reclamaciones complementarias, por ejemplo, pueden tardar meses en procesarse y pueden ser rechazadas por errores en el papeleo o pruebas insuficientes.

    Aunque los veteranos individuales pueden presentar apelaciones por sí mismos, es posible que puedan presentar un mejor caso para los beneficios si buscan la ayuda de un abogado con experiencia en Veteranos y Discapacidades.

    Si tiene síntomas de la enfermedad de la Guerra del Golfo y se le negó su reclamo por discapacidad de veteranos, conozca el proceso de apelaciones aquí.

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    Además, los estatutos de limitación son leyes que limitan la cantidad de tiempo que tiene para presentar una demanda después de sufrir una lesión. Es posible que se apliquen estatutos de limitación en Texas u otros estados a su demanda por denegación de reclamos por discapacidad de veterano. No deje que sus derechos caduquen.

    La fecha límite para solicitar los beneficios de Discapacidad de Veteranos por Enfermedad de la Guerra del Golfo

    Se ha extendido hasta el 31 de diciembre de 2021. Contáctenos para obtener ayuda con su solicitud.

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    [1] Gulf War Illness: Challenges Persist, Mary Nettleman, MD, MS, MACP, Transactions of the American Clinical and Climatological Association (2015).

    [2] A Review of the Scientific Literature As It Pertains to Gulf War Illnesses, Grant N. Marshall, Lois M. Davis and Cathy D. Sherbourne.

    [3] Gulf War Illness Symptom Severity and Onset: A Cross-Sectional Survey, Cayla M Fappiano, USAF, James N Baraniuk, MD, Military Medicine (July-August 2020).

    [4] Gulf War Illnesses: Causes and Controversies, Jeffrey S. Sartin MD, Mayo Clinic Proceedings (2000).

    [5] An Assessment of the Potential Health Effects of Burn Pit Exposure Among Veterans, Congressional Committee on Veterans Affairs (2010).

    [6] Afghanistan and Iraq: DOD Should Improve Adherence to Its Guidance on Open Pit Burning and Solid Waste Management, U.S. Government and Accountability Office, GAO-11-63 Report (Oct 15, 2010).

    [7] Afghanistan and Iraq: DOD Should Improve Adherence to Its Guidance on Open Pit Burning and Solid Waste Management, GAO-11-63 Report (Oct 15, 2010).

    [8] Military Burn Pits, Patient Education, Information Series, American Thoracic Society.

    [9] Kuwait Pearls Catering Co. v. Kellog Brown, 853 F.3d 173 (5th Cir. 2017).

    [10] Supreme Court rejects U.S. troops’ appeal over ‘burn pits’ illnesses, Lawrence Hurley, Reuters (2019).

    [11] Chemical weapons and the Iran‐Iraq war: A case study in noncompliance, Javed Ali, The Nonproliferation Review (2001).

    [12] The Evolution of the Islamic State’s Chemical Weapons Efforts, Columb Strack, Combating Terrorism Center at West Point (Oct. 2017).

    [13] Gulf War Illnesses: Causes and Controversies, Jeffrey S. Sartin MD, Mayo Clinic Proceedings (2010).

    [14] Gulf War Illnesses: Causes and Controversies, Jeffrey S. Sartin MD, Mayo Clinic Proceedings (2010).

    [15] Síndrome de la guerra del golfo, Health, Johns Hopkins Medicine (2021).

    [16] Gulf War Illnesses linked to Southwest Asia service, U.S. Department of Veterans Affairs.

    [17] Presumptive Disability Benefits, U.S. Department of Veterans Affairs.

    [18] A Systematic Review of Therapeutic Interventions and Management Strategies for Gulf War Illness, Shannon M Nugent, Michele Freeman, Chelsea K Ayers, Kara A Winchell, Ashlyn M Press, Maya E O’Neil, Robin Paynter and Devan Kansagara, MD, MCR, Military Medicine (2021).

    [19] Síndrome de la guerra del golfo, Health, Johns Hopkins Medicine (2021).

    [20] Gulf War Illness: Improvements Needed for VA to Better Understand, Process, and Communicate Decisions on Claims, Government Accountability Office Report GAO-17-511 (2017).










5/11/24

OPERACIONES DEL GOLFO PERSICO 1990/1991 CONTADA POR EL COMANDANTE ARA BROWN

Me encuentro con este video donde veo el zoon hecho por el Comandante del ARA BROWN, donde cuenta todo los acontecido en el Golfo.

Ademas cuenta cuanta plata llevo y creo que eran par los dos buques ARA SPIRO, con 100000 UsD no creo que se pudiera abastecer a los dos buques entre combustible y viveres mas repuesto. 
Me pregunto con cuantos participantes nadie le pregunto por que "NO SOMOS RECONOCIDOS COMO VETERANOS DEL GOLFO, CUANDO LOS OTROS PAISES LO HICIERON".

Para que vean este video donde estuvimos en la Zona de conflicto y por solo hecho de tirar un solo tiro no somos Veteanos ? Bien lo dijo que la posicion de los buques fue 27°N 53°E de ahi no se debia pasar, si ustedes miran el video se daran cuento que hicimos, arriegado por cualquier parte.

 


Creditos Foro Argentino de Defensa-

4/11/24

LA GUERRA QUE PASO DESAPERSIVIDA POR LA SOCIEDAD ARGENTINA (OLVIDADA)

 

La Marina Argentina en operaciones militares multinacionales en el Golfo Pérsico

El Blog Veteranos del Golfo Pérsico es un espacio de reflexión y memoria, no un lugar para la polémica o la propaganda política.
Los artículos y testimonios publicados en el blog son responsabilidad de sus autores y no representan necesariamente la opinión oficial de cualquier organización o institución.

El blog busca fomentar la comprensión y el diálogo entre los veteranos y la sociedad civil, y contribuir a la creación de un legado pacífico y reflexivo sobre la Guerra del Golfo Pérsico.


La Marina Argentina en las operaciones militares multinacionales desarrolladas en el Golfo Pérsico en respuesta a la invasión, por parte de Irak, del Emirato de Kuwait




En abril de 2020, recibí un informe relativo a un ciclo de conferencias desarrollado los días 25, 26 y 27 de setiembre de 1991 en dependencias de la Universidad Nacional del Sur, organizado conjuntamente por dicho Instituto y la Delegación Bahía Blanca del Centro Naval. El contenido de estas conferencias estaba transcripto en papel, y no había copia informatizada de él. El título del documento que las reunía era "Golfo Pérsico. Una presencia argentina".


En su organización, tuvieron un papel destacado el entonces Presidente de la Delegación Bahiense del Centro Naval, Capitán de Fragata (RE) Ricardo Ochoa*, en cuya memoria rescato el contenido del citado informe, y el Ingeniero Carlos Mayer por parte de la Universidad Nacional del Sur.


La primera conferencia fue dictada por un sacerdote experto en grupos étnicos y en religiones del Medio Oriente y las distintas situaciones de conflicto entre ellas.


En las sucesivas sesiones participaron, junto con los organizadores, Capitán Ochoa e Ingeniero Mayer, el Embajador Roberto Guyer, el Ministro Victorio Taccetti, el entonces Comandante de la Flota de Mar Contralmirante Enrique Molina Pico, quien se refirió a su participación, en agosto de 1990 mientras se desempeñaba como Agregado Naval a la Embajada Argentina en Washington, en el desarrollo de los contactos y las actividades que culminaron con la participación de unidades de la Armada Argentina en la Fuerza Multinacional, y el entonces Capitán de Navío Eduardo Rosenthal, quien se había desempeñado como Comandante del primer Grupo de Tareas de la Armada Argentina que se conformó para participar en las Operaciones Multinacionales en el Golfo Pérsico.



Antecedentes


En julio de 1990, Irak reavivó una vieja disputa territorial con Kuwait, su aliado durante la recientemente finalizada guerra contra Irán, y denunció que la excesiva producción de petróleo de ese país estaba perjudicando su economía. El 2 de agosto, tropas iraquíes invadieron Kuwait, tomaron en poco tiempo todo el país y lo incorporaron como una provincia, alegando derechos existentes a partir de cierto grado de dependencia administrativa de Kuwait respecto de Bagdad hasta fines del siglo XIX, cuando toda esta región formaba parte del Imperio Turco.


Por de pronto, es oportuno recordar que, en aquel verano boreal en el que las tropas iraquíes invadieron Kuwait, hacía solo meses que había terminado la larga y cruenta guerra entre Irak e Irán, y caído el muro de Berlín, lo que había permitido la reunificación de Alemania, y aún existían como Estados la Unión Soviética y Yugoslavia.


La respuesta internacional no se hizo esperar, y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas dispuso la creación de una fuerza multinacional para forzar el restablecimiento de la independencia de Kuwait, en los términos del Capítulo VII de la Carta de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).


Hasta ese momento, el enfrentamiento bipolar había mantenido un frágil equilibrio en el que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, frente al casi habitual veto de unos u otros de sus miembros permanentes, carecía de ejecutividad y mantenía estructuralmente acotadas sus posibilidades de acción.


No obstante, finalizada la Guerra Fría, el entendimiento mutuo de la comunidad internacional parecía permitir que, por fin, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas actuara con todo su peso ético y político, como resorte último e inapelable en la erradicación de la fuerza como medio para dirimir diferencias.


Ante la flagrante violación al derecho internacional que implicaba la invasión al Emirato de Kuwait, una serie de disposiciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, aprobadas en la mayoría de los casos por unanimidad, interpretó la reacción condenatoria casi general de la comunidad internacional.


Debe tenerse en cuenta que la pretendida anexión de Kuwait como una nueva provincia de Irak, impuesta por una mayor y abrumadora fuerza militar, no solamente hacía referencia a antecedentes históricos indefendibles desde el punto de vista jurídico, sino que violaba flagrantemente el artículo 2.º de la Carta de las Naciones Unidas, en cuanto a que este prescribe a sus miembros abstenerse de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado.


En esta oportunidad, el Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica George H. W. Bush impuso, en el seno del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, el criterio de actuar en forma tal que Irak entendiera con claridad que no se iba a permitir su expansión hacia otros países.


Operamos muy cerca de BAHREIN


Las resoluciones adoptadas casi de inmediato fueron, sucesivamente,

  • Resolución N.º 660, del 2 de agosto de 1990. Condena la invasión iraquí y pide la inmediata retirada del Emirato de Kuwait.
  • Resolución N.º 661, del 6 de agosto de 1990. Impone un embargo total al comercio mundial con Irak, con exclusión de medicinas y de alimentos de carácter humanitario.
  • Resolución N.º 662, del 9 de agosto de 1990. Declara nula y sin efecto la anexión de Kuwaitpor Irak, exige la retirada de las tropas y la restauración de la soberanía kuwaití.
  • Resolución N.º 665, del 25 de agosto de 1990. Autoriza a los Estados miembros al uso de la fuerza para imponer sanciones económicas.

En los considerandos de sus resoluciones, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas permanentemente hacía hincapié en que:

  • Ante todo, actuaba a pedido del gobierno legítimo de Kuwait.
  • Accionaba en virtud de sus responsabilidades, derivadas de la Carta de las Naciones Unidas, respecto del mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales.
  • Actuaba de conformidad con el Capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas, es decir, que lo hacía ante "la existencia de […] una amenaza a la paz, quebrantamiento de la paz o acto de agresión…", adoptando medidas "…para restablecer la paz y la seguridad internacionales", estando dentro de sus atribuciones determinar "…qué medidas serán tomadas", incluida, entre estas, "la interrupción total o parcial de las relaciones económicas y de las comunicaciones, así como la ruptura de relaciones diplomáticas" y, en caso de que estas medidas se mostrasen insuficientes, desarrollar por medios militares "…la acción que sea necesaria para mantener o restablecer la paz y la seguridad internacionales. Tal acción podrá comprender demostraciones, bloqueos y otras operaciones ejecutadas por fuerzas aéreas, navales o terrestres de miembros de las Naciones Unidas…".
  • Sus resoluciones respondían al derecho inmanente de legítima defensa, individual o colectiva, en caso de ataque armado contra un Estado miembro, previsto en el Artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas.
  • Los Estados que desplegaran fuerzas en el área lo harían en respuesta a sus compromisos como miembros de las Naciones Unidas, bajo la autoridad de su Consejo de Seguridad y cooperando con el gobierno de Kuwait.

La coalición militar resultante incorporó a sus filas tropas y unidades de las más diversas procedencias, incluidas, como ejemplo, fuerzas de la mayoría de los países árabes entre los que se contaban Arabia Saudita, Siria y Egipto, y países africanos, como Senegal.


La política exterior de la administración del presidente Carlos Saúl Menem intentaba la recomposición de relaciones con el bloque occidental, deterioradas por el conflicto de Malvinas. Por ello, el Presidente decidió abandonar la política de aislamiento seguida durante el período presidencial inmediatamente anterior y participar, en forma activa, en el seno de los organismos internacionales, para lo cual recibió el apoyo del Congreso.


Estaba claro que, en su fuero interno, el Dr. Menem no tenía ninguna intención de representar un país aislado y de limitada trascendencia internacional.


La intervención no fue totalmente aceptada por muchos argentinos; fue la primera vez desde la Guerra de Malvinas que nuestro país participaba en un conflicto armado, aunque fuera en calidad de Fuerza de Imposición de la Paz. La decisión del Gobierno y del Poder Legislativo generó y genera todavía opiniones distintas. El operativo recibió la denominación de Operación Alfil.


El ARA Almirante Brown reabasteciéndose en alta mar.




La decisión


En ese momento, el Poder Ejecutivo, mediante el Decreto 1871/90 del 19 de setiembre de 1990, decidió que la Argentina, a través de sus Fuerzas Armadas, concretamente la Armada, interviniera en el conflicto y, así, afirmara la política exterior de la Nación.


No fue esta la única utilización, por parte del Poder Ejecutivo, de sus Fuerzas Armadas como herramienta de su política exterior. Por ejemplo, en 1962, durante la presidencia en los Estados Unidos de John Fitzgerald Kennedy, la Unión Soviética montó plataformas para el lanzamiento de misiles en Cuba, a pocos kilómetros del territorio estadounidense, y se conformó una Fuerza Naval Internacional que estableció un bloqueo a la isla de Cuba, tal que impidiera la llegada de los buques que portaban los misiles que serían instalados. La Argentina envió dos buques de su Armada para participar de dichas operaciones de bloqueo.


Este incidente parecía a punto de estallar en octubre de 1962, cuando llegaron a la zona de conflicto los destructores ARA Espora y ARA Rosales, y oficiales de nuestra fuerza aérea para participar en el bloqueo.



Alistamiento y traslado de las unidades


Se ordenó entonces a la Armada la preparación de dos unidades de su Flota de Mar para operar en la Fuerza Multinacional.


Para llevar a cabo este cometido, se creó el Grupo de Tareas (GT) 88.0, bajo el mando del Capitán de Navío Eduardo A. Rosenthal. Dicho Grupo estuvo compuesto por el destructor clase MEKO 360 H2 ARA Almirante Brown (es de señalar, para evitar confusiones, que este es el noveno barco de nuestra Armada que lleva ese nombre), que llevaría embarcados dos helicópteros Alouette III, y la corbeta clase MEKO 140 A16 ARA Spiro.


El alistamiento de los buques para la campaña se efectuó en no más de dos semanas, y la travesía hasta entrar al área de operaciones, cruzando el Canal de Suez, se desarrolló en otras cinco semanas. La derrota elegida, a través del Mediterráneo y el Mar Rojo, es aproximadamente un 20% más extensa que la que hubiese demandado el viaje doblando el Cabo de Buena Esperanza, en el sur de África, pero ofrecía, en cambio, un adecuado número de puntos de apoyo.


De este modo, Río de Janeiro en Brasil, Dakar en Senegal, Tolón en Francia y Augusta en la costa este de Sicilia permitieron contar no solamente con víveres y combustible, sino también con adecuadas facilidades para reparaciones menores y la recepción de repuestos y de materiales imprescindibles para completar el alistamiento de los buques.


En estas circunstancias, se puso de manifiesto el apoyo brindado por las Armadas de Francia e Italia, en actitudes que superaban con énfasis la cordialidad esperable: las autoridades y el personal de las bases navales donde las unidades desplegadas hicieron escala se esforzaron notoriamente por satisfacer, en los perentorios lapsos que las circunstancias imponían, sus requerimientos.


El 28 de octubre, el destructor ARA Almirante Brown, seguido seis días después por la corbeta ARA Spiro, cruzó el Canal de Suez e ingresó en el área de operaciones

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Actividades en el Golfo Pérsico


El GT 88.0 se incorporó, siguiendo las instrucciones de nuestro gobierno, a la llamada Fuerza de Interdicción Marítima, formada por las Armadas de doce países. Esta fuerza de interceptación operaba en dos áreas distintas para verificar el cumplimiento del embargo dispuesto por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas al tráfico que transportaba mercancías con destino a Irak y el ocupado Kuwait. La primera de estas áreas estaba ubicada en el Mar Rojo septentrional y el Golfo de Aqaba; la segunda, en la que operaron los buques argentinos, comprendía los golfos de Omán y Pérsico.


Habiendo mencionado la cantidad de países que enviaron fuerzas navales a la región, es conveniente individualizarlos: Argentina, Australia, Bélgica, Canadá, Dinamarca, España, Estados Unidos de Norteamérica, Francia, Holanda, Italia, Noruega y el Reino Unido de Gran Bretaña.


Estas naciones reunieron un número variable de unidades en el Golfo de Omán y el Golfo Pérsico, que osciló entre 100 en noviembre y 170 en febrero; sin embargo, la suma de buques de escolta, es decir, de destructores, fragatas y corbetas, jamás excedió los 45. En un escenario tan extendido y con diversas tareas para cumplir, la cantidad de escoltas nunca fue excesiva y, durante enero y febrero, ni siquiera suficiente.


Detalladas las fuerzas navales participantes, es importante puntualizar las distintas tareas que cumplió el Grupo de Tareas argentino; pueden distinguirse claramente dos períodos diferenciados.


Durante la primera fase, que se llamó Operación Escudo del Desierto y que duró hasta el 15 de enero de 1991, las unidades de la Armada Argentina participaron, cumpliendo lo dispuesto por el Decreto del Poder Ejecutivo Nacional N.º 1871/90, en las tareas impuestas a través de la Resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas N.º 665, que requería utilizar "…las medidas proporcionadas a las circunstancias concretas que sean necesarias […] para detener el transporte marítimo […] a fin de inspeccionar y de verificar sus cargamentos y destinos" y asegurar la aplicación de las disposiciones relativas al embargo impuesto a Irak.


Maniobras de rescate del helicóptero del destructor Almirante Brown luego de su caída al Mar Rojo por fallas mecánicas.



Para esta tarea, el Poder Ejecutivo, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores que trabajó en coordinación con el Ministerio de Defensa, estableció el tipo de actividades que desarrollarían los buques y emitió las directivas de carácter político que debían observar.


A partir de estas directivas producidas por el Ministerio de Relaciones Exteriores e impuestas por el Ministerio de Defensa, el Comandante de Operaciones Navales asumió el Comando Operacional del Grupo de Tareas, emitió las órdenes de operaciones ajustadas a dichas directivas y estableció las reglas que regulaban en detalle el tipo de actividades que desarrollarían los buques, incluidas las normas para el uso de la fuerza, de ser requerido. El Grupo de Tareas 88.0 quedó, así, bajo su única y exclusiva autoridad.


La dependencia y la subordinación de las unidades de los distintos países respondieron, con algunas excepciones, a las respectivas autoridades nacionales.


Las coordinaciones entre los diferentes Grupos de Tarea nacionales que actuaban en el área se efectuaban a través de reuniones periódicas de sus comandantes, acompañados, por lo general, por algunos integrantes de sus Estados Mayores.


El tráfico marítimo de la zona era muy intenso. El puerto de Dubai, en los Emiratos Árabes Unidos, concentraba, desde la antigüedad, el tránsito de mercancías de todo el Medio Oriente; los gigantescos superpetroleros formaban parte indisoluble del paisaje.


A esto se sumaba un número calculado de entre 400 y 500 embarcaciones de madera, de diseño tradicional en la zona, denominadas dhow. Estas embarcaciones, del tipo de las que nos imaginamos cuando recordamos los cuentos infantiles de Simbad el Marino, estaban equipadas con modernos y potentísimos motores, que les permitían desarrollar velocidades superiores a los 20 nudos. Con un desplazamiento que oscilaba entre las 50 y las 150 toneladas, surcaban permanentemente las aguas del Golfo Pérsico, dedicadas a la pesca artesanal y al transporte de mercaderías entre los distintos puertos de la región, obviando, muchas veces, los burocráticos y molestos trámites aduaneros.


La Spiro reabastiéndose, vista desde el Almirante Brown.


A lo largo de estos meses y hasta el 15 de enero de 1991, la Fuerza Naval Multinacional verificó un número aproximado de seis mil buques mercantes. De ellos, 560 fueron interceptados por el destructor ARA Almirante Brown o la corbeta ARA Spiro. Esta cuota relativamente alta frente al total se debió en especial a las áreas elegidas por el Grupo de Tareas argentino, que se fijaron en las bocas oriental y occidental del estrecho de Ormuz, angostamiento de paso obligado para todos los buques que transitaban por la zona.


La efectividad del embargo puesto en vigor por casi la totalidad de los gobiernos de los países miembro de las Naciones Unidas se puso en evidencia al analizar la cantidad mínima de barcos mercantes que fueron encontrados sospechosos de querer violar la Resolución N.º 661 que impuso el embargo al comercio con Irak: solo veintidós en el semestre. De estos, solo cuatro intentaron resistir de algún modo la inspección de las unidades navales a las que les tocó actuar, lo cual obligó a un uso limitado de la fuerza para que aceptaran ser desviados a otros puertos.


El destructor ARA Almirante Brown cruzando el Canal de Suez frente a Port Said, Egipto.


Los buques argentinos nunca hallaron inconvenientes en el cumplimiento de su tarea, puesto que encontraron en la mayoría de las ocasiones una excelente y cordial colaboración por parte de los capitanes mercantes interceptados.


Así transcurrieron los primeros meses de la operación. Cada doce o catorce días, el destructor o la corbeta, en forma alternativa, tomaban puerto durante tres o cuatro jornadas. Se efectuaba entonces el reaprovisionamiento de víveres, se realizaba mantenimiento y, cuando resultaba posible, se descansaba.


A partir de fines de noviembre, la apreciación era que, por desgracia, la disuasión materializada por el embargo comercial no hacía mella en la voluntad de las autoridades iraquíes, y la lucha armada sería casi ineludible. Una nueva Resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, la N.º 678 del 29 de noviembre, imponía una fecha límite, el 15 de enero de 1991, para que Irak restituyera la soberanía de Kuwait.


Las acciones bélicas, evidentemente, se producirían entonces entre el 15 de enero y mediados de marzo, época en que la llegada de las tormentas de arena y el calor, por un lado, y el Ramadán, por otro, introducirían en las operaciones militares factores de difícil control.


Sin dejar de lado que la ansiada pero ya poco probable solución pacífica pudiese surgir en algún momento, el aspecto crucial y definitorio del conflicto quedaba reflejado en el párrafo de la Resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que expresaba:


"Autoriza que los Estados utilicen todos los medios necesarios para hacer valer y llevar a la práctica la Resolución N.º 660/90 (es decir, la liberación de Kuwait) y todas las Resoluciones pertinentes que siguieron para restablecer la paz y la seguridad internacionales en la región".


Cuando una institución como la ONU utiliza dentro de su estudiada y ajustada fraseología diplomática una expresión como "emplear todos los medios", solo queda como conclusión que se emplearán las armas.


Un helicóptero estadounidense sobre la cubierta de vuelo de la corbeta ARA Rosales para izar al CN Hasenbalg y llevarlo a una reunión de coordinación.


La percepción de capacidad de ataque aéreo del bando iraquí sobre la Fuerza Naval Multinacional fue significativa al comienzo. El número de aeronaves con que contaba era muy elevado; muchas de ellas eran capaces de lanzar los numerosos misiles de nuestro conocido Exocet AM-39 existentes en sus arsenales. Sin embargo, tras un par de incursiones sobre el Golfo, con el resultado de cuatro aviones atacantes derribados por interceptores, la Fuerza Aérea de Irak no volvió a volar sobre las aguas y comenzó, luego, a evacuar parte de sus aeronaves a Irán, donde quedaban internadas.


En las oportunidades señaladas y en otras dos falsas alarmas, el apresto de todas las unidades fue la denominada Alarma Roja: ante un ataque con armas de largo alcance, todos los buques, independientemente de su pabellón, eran un blanco potencial.


En el área, la identificación, el reconocimiento y la vigilancia aéreos eran completos y estrictos. Al iniciarse las hostilidades, las compañías de aeronavegación desviaron sus rutas, y los países neutrales, en especial Irán, fueron particularmente cuidadosos de anunciar con suficiente anticipación sus cautelosos movimientos aéreos. En síntesis, no existía un objeto en el aire que no fuese reconocido, controlado e informado.


La amenaza de superficie, materializada por lanchas misilísticas de Irak y las capturadas que habían pertenecido a la marina kuwaití, fue rápidamente neutralizada. Persistió la incertidumbre ante la presencia de los cientos de dhows ya mencionados, sobre algunos de los cuales podrían haber sido montadas armas portátiles con capacidad para producir, desde cortas distancias, daños de cierta importancia en las unidades navales.


El Almirante Brown y la Spiro, amarrados en el puerto de Fujairah.



Esta amenaza fue una de las que causó mayor preocupación. Distinguir entre pacíficos pescadores que se obstinaban en continuar con sus tareas ignorando lo que acaecía a su alrededor, simples contrabandistas ansiosos de no encontrarse con autoridad alguna, correctos patrones de cabotaje y posibles fuerzas irregulares que llevaban a cabo operaciones sutiles fue una dura prueba, en la que las tareas militares y diplomáticas se ejecutaban conjunta e ininterrumpidamente.


La tercera amenaza, la del minado iraquí, tuvo inicialmente un bajo nivel, representado por los campos defensivos sembrados frente a las costas kuwaitíes, en el extremo septentrional del Golfo. No obstante, la aparición de minas que se habían soltado de sus muertos por la acción del mar o por errores en su sembrado o que habían sido diseminadas así deliberadamente flotando a la deriva constituyó la señal de la existencia de una preocupante amenaza.


Un cuidadoso estudio de las condiciones hidrometeorológicas permitía obtener una diaria previsión de la deriva de las posibles minas e, inmediatamente antes de la puesta del sol, se efectuaba una búsqueda con los helicópteros sobre la zona de navegación nocturna.


El avistaje de un modernísimo crucero de defensa antiaérea averiado por una mina y llevado cuidadosamente a remolque tratando de no incrementar los daños graves en su obra viva contribuyó a aguzar la vista y a mantener atentos a los vigías.


Mientras tanto, los componentes terrestres de la Fuerza Multinacional desgastaron física y psicológicamente a un enemigo que no sabía cuándo se iba a producir el ataque, o sea que día y noche tenía que estar alerta en sus puestos.


Muchos sobrevaloraban el poder de Irak en caso de guerra; se lo consideraba el cuarto ejército del mundo, se pensaba que sus soldados estaban fogueados por la guerra contra Irán y que se movían en un territorio conocido. No fue así. Los meses previos a la operación Escudo del Desierto les produjeron perdidas morales y físicas. La coalición recibió una cantidad grande de desertores que trasmitían esa situación: vivían en trincheras y recibían cincuenta tiros de fusil y un cuarto de litro de agua diarios.


Apenas iniciada la operación Tormenta del Desierto, se destruyó la estación transmisora de Radio Bagdad y se empezó a transmitir en la misma frecuencia un mensaje con un contenido distinto. También se descargaron sobre las tropas iraquíes cincuenta mil radios a transitares, con pilas de repuesto, para que los soldados invasores en Kuwait siguieran escuchando lo que creían que era Radio Bagdad. Incluso las formaciones especiales, como los llamados Guardias Republicanos, estaban desmoralizadas.


A fines de febrero, todas las tropas iraquíes habían sido expulsadas de Kuwait, y este Estado había recuperado su independencia bajo el mando de las autoridades constituidas antes de la invasión iraquí.


Una entrada a puerto para reaprovisionamiento permitió a las tripulaciones del GT 88.0 ser testigos de la inocultable alegría de los ciudadanos kuwaitíes que se encontraban refugiados en los Emiratos ante las noticias de la liberación del territorio de su patria.


Muy pocos días después, el 2 de marzo, comenzó el repliegue escalonado de las unidades del Grupo de Tareas 88.0. Finalizado el objetivo de imposición de la paz, la corbeta ARA Rosales y el transporte ARA Bahía San Blas tomaban la posta en el área, en trabajos adecuados a la nueva situación.


Haciendo combustible en el Golfo Pérsico ARA Brown y ARA Spiro con el buque cisterna canadiense