19/1/16

“ALTERNATIVAS PARA MEJORAR LA DEFENSA NAVAL”


A casi veinte años de la baja del portaaviones 25 de Mayo y la Armada no ha cubierto ésta vacante


Por Javier B. Dal


Carrier 25 de Mayo



Ha pasado mucho tiempo desde que Argentina tuvo y abandono una de las ventajas navales que ningún otro país de la región disponía: el Portaaviones. Las consideraciones para sacar de servicio al viejo pero competente portaaviones “ARA 25 de Mayo” fueron más por costo de mantenimiento que otra cosa. El 1º de febrero de 1997, se dio oficialmente la baja de esta nave de la Armada Argentina que representaba un símbolo de potencialidad de la república sobre sus aguas territoriales.


Tal vez esa baja significó la señal clara sobre la progresiva inoperatividad de la Armada, fuerza fundamental para un país con el litoral marítimo tan vasto y rico, que a la vista de todos, está abandonado prácticamente a la suerte del mejor postor. Pero no solo eso. Una de las áreas estratégicas abandonadas por esta carencia, es el espacio aéreo que hay sobre las extensas aguas territoriales argentinas que son usadas como rutas para el ingreso y salida de aeronaves con cargas de drogas.


Ante esta innegable realidad, el país requiere urgente de una reestructuración de la fuerza que lleve a completar los más importantes ítems de la defensa marítima y de la prevención de la espoliación pesquera que se ha convertido en una costumbre casi mecánica para flotas piratas, amparadas por las operaciones británicas en la zona de exclusión.


Para que Argentina pueda sobreponerse a esta grave falencia, existen varias opciones para sustituir al ya desguazado portaaviones “25 de Mayo” a las que el gobierno (si tiene intensiones de reacondicionar su Armada) puede echar mano.

USS Class Nimitz



Se sabe que el mercado de la construcción naval, está compuesta por varias especialidades en las que, la militar resulta una de las más costosas y complejas. Incluso el montaje de un astillero para propósitos de construcción naval militar, es una materia altamente costosa y algunos números dan la pauta de ello. Según lo han visto uno de los más prolíficos constructores –China- de este tipo de complejos en Asia, hace unos cinco años atrás la construcción de un portaaviones clase “Nimitz” podía llega a costar unos 4000 millones de dólares. Es seguro que al día de hoy esta cifra se haya duplicado, haciendo la adquisición algo muy difícil de concretar.


Igualmente, la adquisición de una nave de estas características es estratégicamente inconveniente y volvería al país a las viejas dependencias de repuestos para cacharros de hasta cuarenta años de antigüedad y la virtual revelación de las capacidades de operatividad a disposición del enemigo central: Gran Bretaña.


Una consideración a parte y que es debida, es la necesidad de resaltar que de conseguirse un portaaviones, la flota aérea naval sería otro problema a resolver dado que, los viejos A-4Q que quedan –solo cinco operativos- y los exploradores “Traker” son pocos y obsoletos para las amenazas existentes.

Carrier Class Kiev



Otra opción más acertada, pero a su vez políticamente inviable, es la adquisición de un portaaviones de las industrias de la Federación rusa clase “Kiev”, que pese a su antigüedad se lo puede considerar como una fortaleza flotante. Con un calado 8,2 metro, una eslora de 275 metros, este formidable portaaviones, tiene la capacidad de albergar 32 aviones navales tipo “Yak -38M” lo que vendría a representar un obstáculo para la operatividad de la Armada Argentina que bien, o debería adquirir este tipo de aviones o reformar la particular cubierta de éste navío. Igualmente y pese a estos inconvenientes, el mismo presenta una variedad de armamento notable y amplio lugar para la operatividad de helicópteros de ataque, transporte y rescate.


Como opción final y que puede llegar a una solución intermedia en las necesidades de la marina argentina, es la adquisición de un “Portahelicopteros clase Mistral” de la industria militar francesa. Se trata de un navío relativamente moderno y es ampliamente requerido en mercados del mundo. Con una nada despreciable eslora de 199 metros y con un calado de 6,3 metros, este navío de intervención polivalente puede llevar a bordo 16 helicópteros pesados más unos 32 helicópteros ligeros de ataque.


En realidad, hace una década atrás había en estudio la adquisición de este tipo de navíos, pero se vieron continuamente obstaculizadas, por cuestiones administrativas, de presupuesto y presiones políticas de Londres. La realidad actual se impone y es claro que una herramienta tan vital como estratégica para la seguridad nacional, no tiene precio en momentos en que el gobierno ha declarado la emergencia en seguridad.

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