Ello en referencia a la aguda crisis en la que actualmente se hallan los sistemas políticos occidentales, especialmente en los países gobernados por clases políticas anglófilas, que ven peligrar sus grandes negocios en rededor del circo electoral. Argentina es uno de ellos y parece que va directo a consolidar aquellas detestables “relaciones carnales” del gobierno de Carlos Menem.
Cómo el carácter, el aplomo y el sacrificio de algunos mandatarios mundiales abochornan a los políticos occidentales
No bastan los discursos estridentes y llenos de promesas sino hay sustancia detrás que los sostengan. Los gestos y los hechos son sin dudas lo más importante. De derecha a izquierda y los llamados centristas han demostrado que son muy débiles ante el manejo de los dineros públicos y también muy cooptables al cohecho y los negocios a espaldas del bien público que dicen representar.
La tan voceada “democracia” es solo una palabra hueca que no tiene la misma significación del ayer. Incluso cuando varios de las marionetas que gobiernan en Latinoamérica insisten en darle tintes comparativos con países presuntamente “avanzados” como EEUU, el descalabro irreverente desata una carcajada que no puede contenerse. Si alguna vez EEUU represento el modelo de “democracia” occidental como la corporación de medios la ha pintado durante décadas y que los medios argentinos aún siguen pintando, hace bastante que ya no existe y el descarnado prontuario histórico lo deja en evidencia.
Ya no hay aquel pretendido faro de moralidad que Washington se arrogó desde el final de la segunda guerra mundial y que prontamente comenzó a ensuciar con sus juegos de intriga y guerras a gran escala que se inaugurarían con la desastrosa guerra de Corea en 1950 y su continuación en Vietnam e 1968 hasta sus actuales agresiones en el Medio Oriente. Cada presidente ha sido opaco al resplandor del poder invisible que sostiene a EEUU y que hoy se ha revelado como el Establishment que no es otra cosa, que una mafia de poderosos sectores que hacen la ley a gusto y medida de sus intereses. Aquel que brillo con su propia luz fue eliminado prontamente.
Tan simple y tan crudo como eso. Las mafias son organizaciones que están fuera de la ley y haciendo esta analogía, veremos que el estado norteamericano ha venido comportándose como un gangster, muy moderno, mejor armado y complejo, pero como un claro violador de la ley en el concierto internacional haciendo uso de discursos que trataban de argumentar el respeto a dichas normativas mientras llevaba a cabo intervenciones tanto violentas como subrepticias sobre otros estados soberanos. Sumado al monopolio de la fuerza, tiene un protagonismo innegable en el manejo financiero global que como otra arma de chantaje, utiliza para crear a conveniencia, situaciones de inestabilidad con justificaciones políticas fundadas en reproches similares a los de un fiscal.
Con semejantes acontecimientos y con un mundo prácticamente sojuzgado por un estado que se arrogo durante gran parte del siglo pasado y hasta comienzos del presente las facultades del juez y policía del mundo ¿Qué debían hacer los demás estados y sus correspondientes habitantes para enfrentar estas ambiciones? Sin dudas que con el solo hecho de comenzarse a cuestionar estas políticas que han causado infinidad de consecuencias a millones de personas, es signo que se comenzado a desandar un camino que llevara al cambio inexorable que el Establishment anglosajón y sus esbirros alrededor del globo, intentaran torcer para adaptarlo a sus pretensiones.
En este sentido la aparición contemporánea de mandatarios contestatarios en países clave para los intereses del establishment anglosajón, ha sido la mayor amenaza para la consecución de sus planes geoestratégicos. Este fue el caso de Putin en Rusia, Ahmadineyad en Irán, de Chávez en Venezuela y Morales en Bolivia, verdaderos obstáculos políticos para los planes atlantistas de avanzar sobre Asia y Latinoamérica. Igualmente y pese a las diferencias culturales de todos estos actores entre sí, había y sigue habiendo un factor en común que los une y a su vez que molesta en grado sumo a los sectores elitistas regionales que admiran y siguen las doctrinas de Washington y Londres.
Hay en cada uno de los líderes nombrados, el reflejo de caracteres fuertes y templados que son molestos a la vista de las miserias de representantes de partidos políticos caducos y corruptos que tratan de sobrevivir mediante arreglos clandestinos con el poder en las sombras, para seguir aparentando que son algún tipo de oposición a la gran presión que ejercen los poderes económicos-financieros y militares que ya han dado muestra de hasta donde pueden ir por concretar sus empresas. Solo son meras sombras chinescas de quienes realmente gobiernan en estos países, lo cuales cada día, son debilitados a tal punto que necesitaran de la “protección” de los demócratas del norte.
Es por ello que cuando aparecen esos –para el Establishment- malos ejemplos de la política, primero se los ignora, cuando ello no prospera se los ridiculiza y cuando tampoco funciona se los ataca con la ferocidad de los medios adictos y pagos por este ente difuso pero omnipresente en las administraciones de Washington y Londres. Imaginen sino, que debieron haber sentido estos personajes cuando vieron a Vladimir Putin anunciar el salto abismal en materia de tecnología de misiles y defensa que arruino décadas de inversiones en programas de Escudos de misiles de EEUU y la OTAN o incluso, gestos menores –pero no por ello menos importantes-como fue asistir el 7 de enero a San Petersburgo en medio de una mañana fría y nevada a la ceremonia de la Navidad ortodoxa para disparar la salva de un cañón de 155 mm, que la sola idea, habría echo orinar a los politiquillos de éste lado del globo.
Sin dudas que son estos gestos, más que las palabras y discursillos, los que hacen la diferencia con los vendedores de humo disfrazados de demócratas.
También enmudecen a los furibundos ataques que cotidianamente pueden verse y oírse en medios estadounidenses y británicos, que son lastimera y obsecuentemente reproducidos por periodistas y medios argentinos de acostumbrado oportunismo, quienes no se atreverán jamás en su miserable existencia a poner en dudas las fábulas escandalosas como fue el envenenamiento de Skripal. Tan simple como eso; un gesto de un mandatario de tamaña influencia hace temblar a los libretistas de Trump y May, pero también a los opinologos e intelectuales rusofobos que pese a ser argentinos, suspiran embelesados cuando cruzan el Tower Bridge sobre el río Támesis.