29/8/18

“RIESGOS OPERATIVOS”


VETERANOS DE AYER, DE HOY Y DE SIEMPRE


Cuáles fueron los peligros latentes a los que la fuerza “Alfil 1” estuvo expuesta en la guerra de 1991.


CUALES FUERON LOS PELIGROS LATENTES A LOS QUE LA FUERZA "ALFIL 1" ESTUVO EXPUESTA EN LA DE DEL GOLFO DE 1991 LA NAVES ARGENTINAS. AUNQUE HAN PASADO AÑOS SIN QUE LOS SUCESIVOS GOBIERNOS ARGENTINOS SE HAYAN HECHO ECO DE LA EXPERIENCIA GANADA POR SUS DOTACIONES NAVALES EN UNA DE LAS CAMPAÑAS MILITARES MAS GRANDE DEL FINA DEL SIGLO XX, LAS EXPERIENCIAS DE MUCHAS JORNADAS EN AQUEL CALUROSO TEATRO DE OPERACIONES LLUEVEN A CÁNTARO Y COMO SI VOLVIERAN A A REVIVIRSE TAN CLARO COMO AYER, MIRANDO A LA DISTANCIA SE PUEDE VER LA MAGNITUD DE LOS PELIGROS QUE SE CERNÍAN MUCHOS ANTES DE QUE SE DESATARA LA CONFLAGARACION .







Aunque han pasado años sin que los sucesivos gobiernos argentinos se hayan hecho eco de la experiencia ganada por sus dotaciones navales en una de las campañas militares más grandes del final del siglo XX, las experiencias de muchas jornadas en aquel caluroso teatro de operaciones llueven a cántaro y como si volvieran a revivirse tan claro como ayer, mirando a la distancia se puede ver la magnitud de los peligros que se cernían mucho antes de que se desatara la conflagración. Habíamos hablado mucho sobre las operaciones navales que ejecutaron los dos navíos argentinos del grupo de tareas 88 que surcaban las cálidas aguas del golfo que además de las minas explosivas que pululaban por todo el sector, estaban infestadas de tiburones y anguilas eléctricas.


Los tripulantes del “ARA Alte Brown” y de la “ARA Spiro” conocieron en carne propia aquel clima tan extremo como impredecible. Aquel calor calentaba tanto la cubierta de vuelo de la Brown, que si hubieran andado descalzados sus pies se habrían llagado como si se hubieran parado en una sartén. En pocos minutos podía nublarse y desatarse una tormenta que parecía transportarles a otros escenarios. Sin dudas el clima fue uno de los componentes que pondría a prueba la maquinaria naval y a sus elementos humanos entre ellos, a las tripulaciones de los helicópteros Alouette III, que jugaron un papel vital para las tareas de vigilancia y reconocimiento.


Está claro que nadie (y entre ellos a los mandos de la Armada) valoraron los riesgos extra que se cernían sobre las operaciones que debían realizar los tripulantes de estos helicópteros embarcados de origen francés, que no había que olvidar tenían para ese momento treinta años de antigüedad lo que ante la entidad de la guerra que luego se desataría, por lo que operar con ellos para muchos era prácticamente un acto de locura.
Alouette abordo del Alte Brown 1991



Como recuerdan muchos de los que estuvieron en aquella travesía, cuando se hallaban en el Mar Rojo, el riesgo se presentó sin aviso cuando uno de los Alouett III que llevaban, se precipitó al mar.


A primera vista, si te parabas en una cubierta de vuelo de alguno de todos los barcos que operaban por ese entonces, habrías podido advertir el choque visual que podía advertirse al ver un “Alouette III” de los argentinos que se cruzaba con un “UH-60-Black Hawk” o un “CH-53-Sikorsky” o incluso con los “Linx” británicos que trabajaron muy cerca de los argentinos. Obviamente más allá de las notorias características de diseño que les diferenciaban, sus propósitos y objetivos distaban mucho de lo que un “Alouette” podía soportar; uno de ellos era el factor climático.


Y es que, al imprevisible y duro clima del golfo se agregaban los letales peligros que la naturaleza albergaba en las aguas de aquel lugar. Ver desde el buque las aguas en algunos sectores casi paradisiacas, con el insoportable calor a cualquiera le hubiera dado ganas de arrojarse para nadar un rato; pero estaba claro que no habían ido hasta allí por recreación y aunque hubieran tenido la oportunidad de eso, jamás lo hubieran hecho. Es que además del peligro de las minas magnéticas que poblaban las aguas y de las incursiones nocturnas de comandos hombres rana iraquíes, estaban los tiburones y las anguilas que, pese a la poca profundidad de las aguas son parte del ecosistema de las aguas de la región.


Los vuelos de los aparatos argentinos estuvieron expuestos a contingencias que varios de sus colegas de otras armadas, incluso la de los EEUU y de los británicos, debieron sufrir pese, a las ventajas tecnológicas y protecciones de las que disponían. Incluso antes de que comenzaran las hostilidades, los aparatos aéreos tanto helicópteros como aviones de combate, transporte y de espionaje electrónico sufrieron las severidades climáticas de la zona que terminaron en varios accidentes que pusieron en un aprieto a los cuerpos de ingenieros y mantenimiento de los mismos.


La cantidad de accidentes de aviones de combate que se habían registrado en Arabia Saudita y algunos otros acaecidos en las aguas del golfo cuando se adiestraban con base en los Portaaviones, llevó a que el Comando de operaciones en Ryad ordenara una inspección masiva de los aeródromos y bases aéreas donde se destacaban los aviones para las operaciones militares, a fin de determinar si los vientos con arena que arreciaban en la región estaban afectando los mecanismos de los aparatos y si así era, adaptarlos para que pudieran vencer estas dificultades. 

Un CH-53 operando junto a los argentinos 1990



Esto también afectaba a los helicópteros aliados, especialmente en sus equipos y sensores electrónicos, tanto de combate como de transporte habiéndose registrado en los primeros días de la llegada de los primeros comandos aéreos, más de una decena de accidentes entre los que se contaban helicópteros de ataque “Apache” estadounidenses, tres “Sea Linx” y un “Puma” británicos, éste último precipitado a finales de diciembre de 1990 a unas 4 millas al este de la costa de Dammam, en Arabia Saudita. Las estadísticas oficiales solo informan de 77 bajas por accidentes en las que se engloban a las muertes por “fuego amigo”, pero reportes extraoficiales elevan las cifras de bajas por accidentes a unos quinientos de los cuales, unos doscientos treinta implicarían a tripulaciones de aeronaves siniestradas.


El mayor número de incidentes se produjeron en momentos previos a las operaciones que se iniciarían el 16 de enero y se centraron en las áreas del norte de Arabia Saudita y en las zonas operacionales aéreas de las costas cercanas a la frontera con Kuwait. Por supuesto que todos estos incidentes fueron mantenidos en el más estricto secreto y solo se hicieron público aquellos que no había sido posible ocultarlo a la vista de muchos de los ocasionales testigos –mayormente militares-que pululaban por la región.


En la casuística no hubieron diferencias entre los sofisticados helicópteros yanquis y los menos modernos aparatos británicos que incluso varios de ellos habían participado en operaciones de la guerra de Malvinas en 1982. Pero a pesar de que los argentinos tuvieron una modesta intervención material en las operaciones “Escudo del Desierto” y la “Tormenta del Desierto”, pese a las limitaciones técnicas que claramente acusaban, sus desempeños profesionales y dedicación advertidos por los observadores del CENTIJ fueron remarcados en los informes de operaciones navales para estudios académicos.


No olvidemos que otros ojos indiscretos se posaron con mucha atención sobre las actividades de ambas dotaciones, que a solo unos kilómetros, operaban junto a la primera línea naval encabezada por el navío clase “Iowa” USS “Wisconsin”. En realidad es muy difícil saber si estás operaciones de inteligencia que llevaron adelante los británicos sobre los inesperados aliados argentinos, fue advertida por el Comando central en Ryad o incluso por los mismos argentinos. Si me preguntaran a mí, creo que los primeros dejaron pasar estas travesuras inglesas siempre que no perjudicaran las operaciones centrales. En lo que respecta a los argentinos, es muy dudoso que se hubiesen percatado de ello.


Pero volviendo a las operaciones aéreas de los aeronáuticos argentinos, se podía ver como con profesionalismo y con una muy buena disposición, remontaban esas “peceras” que a la vista de muchos, eran un pasaje a la muerte segura. A simple vista, no estaban preparados para moverse en condiciones de abierta hostilidad. Para algunos pilotos veteranos norteamericanos, ver volar esas cosas era como retrotraerse en el tiempo y vaticinando lo que podía producirse si los combates se extendían a las cercanías de esos buques. Solo había que hacer un pequeño ejercicio de imaginación para pronosticar que pudo haber sucedido si uno de esos “Alouette III” se hubiera topado con alguna lancha artillada iraquí o simplemente con una unidad comando de los “Fedayin” que operaban encubiertamente tras las líneas. En cualquiera de esos casos, las apuestas hubieran ido en contra de los argentinos que con muy pocas probabilidades hubiesen podido escapar al fuego de estas formaciones.

grupo de soldados iraquíes en 1991



Estas posibilidades tan negativas con respecto a un encuentro como el citado, no van en contra de las capacidades de los tripulantes de esos legendarios helicópteros “Alouette III” sino del análisis de los elementos reales que se hallaban presentes en aquel teatro, en donde la variedad de armas portátiles y cañones medianos en posesión de los iraquíes, estaban más allá de la imaginación de lo que los marinos argentinos pudieron haber experimentado con anterioridad.


Incluso los mismos norteamericanos se vieron sorprendidos por el poder de fuego que los iraquíes demostraron aún, tras una semana de bestiales bombardeos sobre supuestos puntos de mando y control que en teoría (y según las rondas de prensa del Pentágono), desbarataría la red de defensa aérea que protegía las principales ciudades de Iraq en especial, Bagdad.


Ni hablemos de la amenaza de sistemas antiaéreos de baja altitud, especialmente los portátiles los cuales el ejército de Iraq poseía con notable masividad aunque los informes militares de la Coalición aliada, había desestimado su importancia por no ser una amenaza contra sus aviones; pero ¿contra los helicópteros? De eso se acordarían especialmente los británicos en varios desafortunados encuentros donde sus helicópteros fueron pasto de los misiles “SA-7” de origen soviético e incluso de sistemas ingleses como el “Blowpipe” muy usados por la “Guardia Republicana”.


Ahora bien, si vemos como un solo “SA-7” lanzado por un hombre que se hallaba escondido en un pozo o en tras un montículo rocoso del desierto tumbaba al suelo a helicópteros tan rudos como el “Puma” o un “Chinook”, podremos entender que si estos aparatos argentinos que entre otras características, presentaba nula protección contra fuego balístico de armas automáticas portátiles como eran las AK-47, las ametralladoras RPD calibre 7,62mm, no hace falta aclarar que habría sucedido si hubieran estado al alcance de las PK, cañones multitubo sistema “Gatling” o de las baterías ZU-23. Para abatir a uno de estos “Alouette” solo hubiera bastado el fuego reunido de dos hombres con regular puntería para derribarlo.





Fue sin dudas una fortuna que la guerra no se extendiera ya que, si los argentinos se hubieran visto obligados a operar en medio de un terreno plagado de este tipo de armas, la suerte de sus aparatos como la de sus tripulaciones hubiera quedado sellada en el primer encuentro tan solo, con una pequeña patrulla de ocho hombres armados con sus AK-47 y para peor suerte, con algún lanzador de “SA-7”, la historia de la participación argentina en el Golfo hubiera sido muy distinta.

17/8/18


VETERANOS DE AYER, DE HOY Y DE SIEMPRE

**************RENOVADO RECONOCIMIENTO*************


EL MINISTRO AGUAD AGRADECIÓ A EE.UU POR LA COLABORACIÓN POR LA TRAGEDIA DEL ARA SAN JUAN.


EL FUNCIONARIO AL RECIBIR AL MINISTRO DE DEFENSA JAMES MATTIS EN LA SEDE DEL EDIFICIO LIBERTADOR DESTACO LA IMPORTANCIA DEL PRESIDENTE DONAL TRUMP.
Destacó la importancia de "fortalecer la relación estratégica" con la administración del presidente Donald Trump. "La cercanía entre nuestros pueblos quedó reflejada en la gran colaboración que estados Unidos nos brindó frente a la tragedia del ARA San Juan", siendo el país que más medios aportó a la búsqueda del submarino".
Además, subrayó "queremos agradecerles por tamaño gesto que no será jamás olvidado", afirmó el titular de la cartera de Defensa.
El renovado reconocimiento, a la ayuda que brindó Estados Unidos, coincide al cumplirse 9 meses de la desaparición del submarino ARA San Juan, mientras los familiares de los tripulantes desde hace 50 días están haciendo un acampe en la carpa montada en Plaza de Mayo, mientras esperan que se autorice a la empresa Ocean Infinity que comience la búsqueda de la nave.
Aguad, expresó el agradecimiento, durante la bienvenida al funcionario norteamericano, en el marco de unas declaraciones que ambos brindaron a la prensa, en el salón San Martín del edificio Libertador, sede de la cartera castrense, en presencia del embajador de los Estados Unidos, Edward Prado.


En dicha oportunidad, el ministro argentino aseguró tener "por delante un amplio campo para una mayor cooperación", en el contexto de la primera visita oficial que el funcionario estadounidense lleva adelante por Sudamérica con el objetivo de reforzar las relaciones entre las Fuerzas Armadas de su país y los de la región.
"Si bien Argentina se había apartado durante varios años de sus leales socios y amigos, hemos regresado al camino del que no debimos alejarnos", enfatizó.
Al respecto, el funcionario aseguró que "mucho se ha logrado en las relaciones bilaterales, pero todavía puede hacerse bastante más". Luego, al recordar expresiones durante la visita realizada por el presidente Mauricio Macri a la Casa Blanca, dijo "apostamos a una relación inteligente de mutuo beneficio, tenemos mucho para construir".
Por su parte, Mattis afirmó que "es un placer" visitar la Argentina, que consideró como "un socio y amigo de Estados Unidos".
Durante su mensaje, el funcionario se expresó a favor de un trabajo conjunto, al hablar de una "colaboración militar estrecha para la seguridad de nuestros pueblos". El referente de la administración de Donald Trump, se refirió además a la importancia de "estrechar las relaciones conjuntas en ayuda humanitaria y en actividades estaduales", como las que se están realizando entre las fuerzas de seguridad militar de la Asociación de Georgia con soldados de nuestro país.
"Esto es construir relaciones de confianza y transparencia para la seguridad de nuestros pueblos", precisó Mattis, quien además destacó el liderazgo de Argentina en la región y puntualmente en lo próxima cumbre de presidentes del G20 que se realizará en Buenos Aires.
"Vine aquí para escuchar y atender para forjar un futuro lleno de trabajo en equipo militar en todas las fuerzas. Cuando haya un problema estaremos juntos para ayudarnos", indicó el Secretario de Defensa estadounidense.

 ARA BROWN

ARA SPIRO
DURANTE SU DISCURSO, MATTIS PRECISO QUE "ESTADOS UNIDOS NO OLVIDA COMO LA ARGENTINA FORTALECIÓ EL LAZO EN LAS RELACIONES CON LOS EE.UU EN LA CRISIS DE LOS MISILES" Y CUANDO "ENVIÓ DOS BUQUES A LA GUERRA DEL GOLFO EN 1990"

14/8/18

NUEVO DIRECTOR VGGOLFO PERSICO TIENE LA ESOA


VETERANOS DE AYER, DE HOY Y DE SIEMPRE

Cambio de Director en la Escuela de Oficiales de la Armada






 Asumió el Capitán de Navío Marcelo Alejandro Dalle Nogare.

Puerto Belgrano – 14/08/2018 por la mañana, en la Escuela de Oficiales de la Armada (ESOA) se llevó a cabo el cambio de su Director.

La ceremonia fue presidida por el Director General de Educación de la Armada, Contralmirante Fernando Emir Maglione, quien ingresó al lugar acompañado por el Director saliente, Capitán de Navío Jorge Fernando Monticelli, y el entrante, Capitán de Navío Marcelo Alejandro Dalle Nogare.

Asistieron a la ceremonia la Plana Mayor de la ESOA, personal civil y cuerpo docente, e invitados especiales.

Luego de tomarle juramento al Capitán Dalle Nogare, el Contralmirante Maglione lo puso en funciones a cargo de la Dirección de la ESOA.

3/8/18

“LA FASE QUE NO FUE”

VETERANOS DE HOY, DE AYER Y DE SIEMPRE



La historia poco conocida de los planes del gobierno menemista por ampliar la participación del país en la guerra del Golfo de 1991





Sin lugar a dudas se puede decir que poco se ha dicho y mucho menos la opinión pública se ha enterado, sobre muchas cosas que se tejieron en el comienzo de la crisis del Golfo Pérsico allá por mediados de 1990. Uno de los más ignorantes en todo ello ha sido sin lugar a dudas, los ciudadanos argentinos quienes suelen adolecer como de costumbre de una notable amnesia cuando se trata de hechos comprometedores y difíciles de abordar. Este episodio de la historia contemporánea en la que Argentina fue parte, no escapa a ese carácter timorato que acostumbra.


Según la historia oficial, cuando Iraq entro en Kuwait el 2 de agosto de 1990, comenzó una etapa de crisis internacional que pese a que se puso como disparador a la figura del entonces líder iraquí Saddam Hussein, fue especialmente propulsada desde Washington con intensiones que –a la distancia y por los hechos que ya se conocen- se hallaban encubiertas detrás de argumentos falaces sobre la defensa de la democracia, la libertad y los derechos humanos. Haciendo uso de su notoria influencia sobre Naciones Unidas, la entonces administración republicana de George H. Bush desplego (mediante una campaña mediática feroz) y al amparo del foro internacional, una de las guerras más terribles de final del siglo XX.


En aquellas circunstancias el entonces gobierno argentino presidido por el justicialista Carlo S. Menem asintió a la propuesta que, por una escandalosa influencia de Washington, Naciones Unidas proclamo y resolvió trabar sanciones económicas y comerciales contra la república árabe de Iraq. Los argumentos de Menem para semejante obsecuencia política fue el “respeto a la legalidad internacional”, en el marco de un “nuevo orden” que ya se asomaba dirigido desde el norte. Para ello aplicaron al pie de la letra el entendimiento del capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas y se esforzaron para que el entonces gobierno iraquí pareciera una amenaza de alcance global al cual había que frenar.


En esos momentos la CNN y las cadenas europeas solo hacían alarde de una sorpresiva situación que en realidad, no lo era ni para Washington ni Londres. Tanto George H. Bush como la entonces primer Ministra británica Margaret Thatcher sabían que había asuntos pendientes entre Kuwait City y Bagdad y ellos estaban haciendo todo lo posible para sacar partido de ese entuerto. La CIA y el MI-6 estaban muy presentes en las discordias fronterizas por el robo de crudo en los campos petrolíferos iraquíes de Rumailah y se encargaron de que ambas partes se acusaran mutuamente.


Todo estaba digitado y obviamente ello no estaría a la vista de los incautos y muchos menos disponible para la difusión mediática. Semanas antes de que esto se desatara, las tropas estadounidenses movilizaban tropas en Europa y los británicos daban inusuales señales de preparativos con acopio de pertrechos y vehículos en Rutland y Gutersloh, Alemania.


Por el contrario en Buenos Aires meses antes de que todo esto estallara no se sabía nada y el gobierno se hallaba más preocupado por concretar las privatizaciones de las empresas del estado que otra cosa. Aseverar que Argentina tenía una política de estado con respecto al Medio Oriente y en particular hacía los asuntos que disputaban Iraq y Kuwait es de una falacia inconmensurable. Incluso se puede asegurar que como estado, carecía de un posicionamiento político y estratégico hacia esa región.



¿Recuerdan la posición de Argentina? Brevemente, en ese momento el gobierno supuestamente nacionalista de Menem dio una patada a toda la historia del partido que decía representar y simplemente adopto la posición intervencionista de Washington, que obviamente justificó ante la opinión pública como un apoyo a la democracia y a la ley internacional. Es aquí donde comienza toda la farsa argumentativa del gobierno argentino para introducir a su país en un conflicto que aún perdura hasta nuestros días.


Conocemos bien como se desarrollo todo. Menem asintió inmediatamente a colaborar sin tener la más mínima información imparcial y propia de lo que realmente estaba ocurriendo allá. Visto a la distancia y atendiendo a la gravedad de la situación el comportamiento de ese gobierno fue claramente amateur y nada serio ya que, puso a la Argentina en una posición de la que históricamente había renegado (Como miembro del bloque de los países no alineados). Para sostener su posición, Menem y su canciller Domingo Cavallo aseguraron que su participación se daba en el marco de un “mandato” de Naciones Unidas y que por ende, ello era obligatorio. De esa manera ordenó el envió de dos buques de la Armada (Grupo Alfil 1) que zarparon el 25 de septiembre de 1990 de la base Naval “Puerto Belgrano” en momentos que habían muchas reticencias no solo políticas sino también militares sobre las implicancias de esa misión.


Desde el punto de vista legislativo internacional, jamás existió un mandato de Naciones Unidas y por ende no había obligación de remitir elementos para cooperar con los esfuerzos liderados por EEUU que desembocarían en una guerra terrible. Incluso al día de hoy, está muy discutida la participación orgánica y el maleable comportamiento del foro internacional en aquellas circunstancias. Fue una lamentable muestra de lo que devendría en el futuro, el uso de máscara para refrendar actos urdidos por Washington y sus aliados.


Pero el gobierno de ese entonces estaba decidido a colgarse del furgón de cola de la historia de un presunto triunfador y con ello obtener las mieles del éxito y la complacencia de la por ese entonces “única superpotencia” emergente de aquella era bipolar que se había caído junto al Muro de Berlín en 1989. Menem contaba con que en el peor de los casos EEUU aplastaría a los iraquíes; después de todo –debió haber pensado- Iraq no tiene como enfrentar a la única superpotencia emergente. Como bien decimos, aquel gobierno estaba decidido hacer lo que fuese por caer en gracia a los anglosajones y no se quedaría con la remisión de una misión naval; no claro que no.


Según archivos e informes de la época revelan que Menem y su cúpula del Estado Mayor Conjunto, estaban preparando ampliar la colaboración militar para intervenir contra Iraq ya que, esperaban obtener muy buenos réditos (políticos y económicos) con esas señales. En algunos documentos de la época se revelan los planes (fechados por finales de agosto y comienzos de septiembre de 1990) para el envío de una fuerza terrestre compuesta por unos cien hombres de infantería del ejército argentino en una compañía mecanizada.


Aquella misión había estado pensada asignársela a quien revestía como Comandante del Tercer Cuerpo de Ejército Jorge Maffey, quien contaba con una amplia experiencia en misiones de paz (Cascos Azules). Aquel cuadro de hombres debería estar compuesto por oficiales y suboficiales, que hablaran inglés fluido y por supuesto, que no tuvieran en sus curriculas personales antecedentes de ideas nacionalistas. Eso obviamente en momentos que presuponían que solo habría unas escaramuzas y nada más, demostrando el grado de ignorancia y el alcance de los verdaderos planes que tenían predeterminados en la Casa Blanca desde mucho antes que todo esto comenzara.


De haberse concretado esto, las tropas que estarían pertrechadas para el combate (ya que no eran cuerpos de paz), además de estar posicionadas dentro del teatro de operaciones y bajo el comando del USCENTCOM, se habrían visto obligadas a participar de las operaciones ofensivas y a devolver el fuego (Conforme lo dispuesto por la Ley 23.904/91).


A esto solo se lo puede llamar inconsciencia por no decir otro calificativo más grosero ya que sin lugar a dudas el gobierno argentino terminó tragándose la carnada y todo el redil como un simple aficionado. De haberse concretado el envió de estos hombres seguramente muchos de ellos no habrían regresado y los que si lo hubieran hecho, estarían actualmente con complicaciones en su salud y luchando para que su gobierno les reconozca el derecho de veteranía.


Quedo claro que aquella crisis había estado planificada y controlada desde cerca por Washington. No solo lo han revelado documentos desclasificados y testimonios oficiales de la administración estadounidense sino también muchos de los documentos que se archivaban en los edificios del gobierno de Saddam Hussein los cuales fueron curiosamente saqueados por la invasión de 2003.

2/8/18

HOY 2 DE AGOSTO, 28 AÑOS DE LA INVACION DE KUWAIT POR IRAK

VETERANOS DE AYER, DE HOY Y DE SIEMPRE....



DESDE ENTONCES LA ESTABILIDAD SE DETERIORO EN ORIENTE MEDIO, ALIMENTANDO EL MIEDO A POSIBLES GUERRAS E INTROMISIONES EN SUS SOBERANÍAS NACIONALES.

Un soldado estadounidense en un tanque irakí destruido en 1991. (Peter Turnely / Corbis)

La madrugada del 2 de agosto de 1990, los kuwaitíes despertaron con el sonido de los tanques que el fallecido dictador iraquí Sadam Husein envió al país vecino, una invasión causada por diferencias sobre la producción de petróleo, las deudas y las fronteras.







Dos días después de esa invasión sorpresa, de la que este jueves se cumple el 28 aniversario, Irak dio por derrocado al Gobierno kuwaití y poco después anunció la anexión del emirato, rechazada por la comunidad internacional.

Kuwait logró liberarse el 26 de febrero de 1991 tras la operación "Tormenta del Desierto" lanzada por una coalición de 34 países, liderados por EEUU. Los países árabes se dividieron ante esta primera intervención de las fuerzas estadounidenses en la región y, desde entonces, la estabilidad se deterioró en Oriente Medio, alimentando el miedo a posibles guerras e intromisiones en sus soberanías nacionales, lo que fomentó el aumento del gasto militar de muchos Estados.

El presidente de la Asamblea Nacional Adjunta de Kuwait, Essa Al Kandari, recordó este miércoles la valentía y el sacrificio de los mártires kuwaitíes durante la invasión irakí de 1990, según recoge la agenciad e noticias oficial de Kuwait, KUNA.








"En el 28 aniversario de la invasión de Irak a Kuwait recordamos el sacrificio de nuestros mártires y el apoyo de la comunidad internacional a Kuwait durante su crisis.

Esto debería ser un recordatorio para que dejemos de lado nuestras diferencias políticas", manifestó Al Kandari en un comunicado de prensa.










Por su parte, el ministro de Estado de Asuntos Exteriores de EAU, Anwar Gargash, escribió en Twitter este jueves, "en el aniversario de la invasión a Kuwait, la grave catástrofe que dejó la herida más profunda, recordamos la posición de los honorables líderes del Golfo de entonces, el rey de Arabia Saudita Fahd Bin Abdulaziz, el presidente de EAU, el jeque Zayed bin Sultan, el emir de Bahréin, Isa bin Salman, el emir de Qatar, Khalifa bin Hamad y el sultán de Omán, Sultán Qaboos.
La unidad se basa en la honestidad y la credibilidad".