6/1/16

25 años de la guerra Tormenta del Desierto





Kuwait retiró a su embajador en Irán y crece preocupación mundial
Bahréin suspendió todas las conexiones aéreas con Teherán. El gobierno iraní minimizó la ruptura con Arabia Saudita.




La ejecución del clérigo chiita Nimr Al-Nimr en Arabia Saudita provocó la furia de los iraníes quienes incendiaron la embajada de ese país en Teherán.


La crisis diplomática entre Arabia Saudita e Irán, fuente de una gran preocupación internacional, se amplió el martes con la decisión de Kuwait de llamar a consultas a su embajador en Teherán. Kuwait, que denunció “una grave violación de los compromisos internacionales” por parte de Irán, tomó esa decisión al día siguiente de que el Consejo de Seguridad de la ONU condenara el ataque de la embajada saudita en Teherán.

Bahréin, que siguiendo los pasos saudíes también rompió relaciones diplomáticas con Irán el lunes, al igual que su vecino anunció ayer la interrupción de todas las conexiones aéreas con este país. La agencia oficial bahreiní BNA indicó que la autoridad de la aviación civil del país “decidió detener los vuelos con destino o procedentes de Irán”.

Irán, por su parte, minimizó en esta jornada el efecto de la ruptura de relaciones diplomáticas decidida por Arabia Saudita, Bahréin y Sudán y los llamados a consultas de Kuwait y los Emiratos Árabes Unidos. “La ruptura de relaciones de Arabia Saudita y sus vasallos no tiene ningún efecto en el desarrollo de Irán”, declaró el portavoz del gobierno iraní Mohamad Bagher Nobajt.

La embajada saudita en Teherán así como un consulado del noreste del país fueron atacados por manifestantes enfurecidos por la ejecución el sábado por “terrorismo” de un dignatario chiita, Nimr al Nimr, en Arabia Saudita.

El Consejo de Seguridad de la ONU manifestó el lunes “su profunda inquietud ante esos ataques” y pidió a Irán que “proteja las instalaciones diplomáticas y consulares y el personal”.

La declaración adoptada por unanimidad por los 15 miembros del Consejo pidió al gobierno iraní que “respete plenamente sus obligaciones internacionales”.

En cambio, el Consejo no mencionó la ejecución del clérigo chiita. El presidente iraní, Hasan Rohani, declaró el martes que Arabia Saudita no podía responder “a las críticas cortando cabezas”.

“Espero que los países europeos que siempre reaccionan en los temas vinculados a los derechos humanos cumplan con su deber”, agregó el presidente iraní.

La delegación de Irán ante la ONU dirigió una carta el Consejo comprometiéndose a “adoptar las medidas necesarias para evitar que ocurran incidentes similares en el futuro” y recordó que Rohani había condenado los ataques a la embajada y un consulado.

El lunes el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, mantuvo conversaciones telefónicas con los ministros de Exteriores de Arabia Saudita e Irán y los exhortó a “evitar cualquier acción que pueda agravar aún más la situación”, indicó su portavoz.

Ayer, el mediador de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, inició en Arabia Saudita contactos tendientes a reducir la tensión.

De Mistura viajará a mediados de la semana a Teherán donde, además de la guerra civil en Siria, discutirá con el gobierno iraní de la crisis diplomática actual.

De Mistura considera que “la crisis en las relaciones entre Arabia Saudita e Irán es muy preocupante” y puede tener “una serie de consecuencias nefastas en la región”, declaró el portavoz de la ONU Stéphane Dujarric.

Arabia Saudita e Irán son dos protagonistas importantes en la guerra en Siria. Riad financia y arma a los grupos rebeldes, mientras que Teherán apoya al presidente sirio Bashar al Asad con hombres en el campo de batalla.

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