20/9/15

“AUMENTA LA DROGA EN PERÚ CON LA PRESENCIA DE EEUU”

 Portaaviones USS “Washington”
EN LA MIRA

Washington da el puntapié para ir creando puntos de conflicto en la región

Se trata de una situación que incomoda a los sectores que siguen con esperanzas de un pronto regreso al alineamiento automático con Washington. Desde finales de 2014 y con una creciente acción de agrupaciones supuestamente pertenecientes a “Sendero Luminoso” que se habrían fusionado al narcotráfico peruano, llevó a que los jefes del Comando Sur hicieran incapie en la necesidad estratégica de una presencia activa de EEUU en el Perú, sin dejar de mencionar las contrariedades que rodean esta política.

Los coqueteos de Washington con lima habían venido desde mediados del 2010, cuando el Pentágono incremento sus contactos de cooperación y entrega de equipamiento para las FFAA peruanas. También se firmaron convenios para la lucha contra el narcotráfico que involucró la construcción de una instalación para una nave Beechcraft 1900D en proximidades de la base aérea del Callao.

Antes de que las tropas norteamericanas desembarcaran en el país, se habían registrado ingentes gestiones y visitas del Secretario de defensa estadounidense Chuck Hegel junto a los jefes del Comando sur quienes al parecer, traían informes pormenorizados sobre la creciente actividad “insurgente” que se estaba potenciando con el tráfico regional de Cocaína.

Pese a la gravedad y lo sensible que representa el ingreso de tropas extranjeras al país, el gobierno de Ollanta Humala y el Congreso peruano no resistieron demasiado los planes del Pentágono que, en apariencias, estaba preparado para desembarcar sus tropas que ya estaban embarcadas en el portaaviones USS “Washington” custodiado por dos buques que habían estado desde hacía un año operando en el borde de las aguas territoriales peruanas. Era claro, que los norteamericanos demostraban una extraordinaria previsión sobre asuntos internos de otros países.

Lo cierto es que desde comienzos del año, las tropas norteamericanas comenzaron a tocar tierra peruana y con la peligrosa promesa de que se irán incrementando con el correr de los meses. La causa para su presencia, sería el crecimiento de la inseguridad por la operatividad insurreccional y del narcotráfico. Cierta y sospechosamente, las actividades de grupos irregulares se habían vuelto inusualmente cruentas, causando daños que no se veían desde la época en que Sendero Luminoso operaba en todo el país. Esto indicaba una apoyatura financiera, armamentística y de inteligencia que despertaba legitimas sospechas de una “ayuda especializada”.

Otro punto a tener en cuenta, era que la aparente radicalización de las operaciones insurgentes se da en momentos que los conflictos sociales se entremezclan con los producidos por la contaminación ambiental producida por proyectos extractivos en los que tienen participación empresas estadounidenses.

También es muy sospechoso, la adquisición de cierto armamento y el equipamiento que están utilizando estos presuntos “irregulares” que en varios y previos ataques contra puestos del ejército y la policía demuestran un poder de fuego que supera a los viejos fusiles AK-47 que habrían quedo en zulos escondidos y desperdigados en el país.

Menos aún se puede pasar por alto, que a tan solo unos meses desde que comenzaron a ingresar los 3.200 US marines a suelo peruano, el tráfico de drogas y la violencia se ha disparado en forma extrema.

Sectores nacionales no tardaron en denunciar el sospechoso incremento en la producción de drogas que va a la par, de la supuesta ayuda que estaría dando Washington a Lima.

No cabe lugar a dudas de que, Washington ha trazado una agenda para la región y no tiene nada de constructiva. Entre los objetivos apuntados, están los gobiernos “progresistas” y entre ellos Argentina. Sobre el particular y en consideración a la situación de absoluta indefensión de la república argenta, queda claro que no habrá mayores problemas para considerar por el Comando sur; en último sentido, las actividades para la desestabilización regional son reales por más que la Casa Rosada haga la vista gorda.

Nadie debería olvidar como trabaja Washington y en especial su Departamento de Defensa; ellos son la solución para un problema creado por sus mismos planes y ejecutados por sus agencias de inteligencia. Como se dice en la jerga de la política de inteligencia en Washington, “lo que hace la mano derecho no lo sabe la siniestra”. Es probable que Perú este siendo víctima de una de estas tácticas que pueden convertir al país, en la cabeza de playa de las políticas intervencionistas estadounidenses sobre el Cono sur.

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