27/9/07

ESTO PASABA UN 25 DE SEPTIEMBRE DE 1991

Seguramente, la Argentina acompañará una intervención militar en el golfo Pérsico. Lo dijo ayer a Clarín el canciller Guido Di Tella, ante lo que se considera un inminente nuevo ataque de los Estados Unidos contra Irak. El apoyo argentino, se entiende, no sería en el plano bélico sino en el aspecto político.Di Tella habló con Clarín en la escalinata del hotel Steingenberger Belvedere de la villa suiza, mientras aguardaba la llegada del presidente Carlos Menem, a media mañana de ayer, envuelto en una temperatura próxima a los 15 grados bajo cero.Dijo: No comprendo la posición de Irak. No comprendo la posición de Saddam Hussein. Al parecer, los plazos diplomáticos están agotados. El discurso del canciller reconoce una semejanza casi literal con el que ha venido empleando en los últimos días su colega, la secretaria de Estado norteamericana, Madeleine Albright, para justificar una nueva expedición punitiva en el Golfo .Los Estados Unidos admitieron ayer que se cierra el círculo sobre la alternativa militar en el golfo Pérsico, tras la negativa del presidente iraquí, Saddam Hussein, de habilitar nuevas inspecciones de las Naciones Unidas sobre armas de destrucción masiva. La situación es grave, dijo Albrigth, con la carga que supone ese término en el lenguaje de la diplomacia.Las definiciones de Di Tella, a la vez, guardan completa relación con la categórica exhortación que hizo la Cancillería a Menem para que cancele la visita de mañana lunes al Líbano, segunda escala de su gira de diez días por Europa, Oriente Medio y los Estados Unidos.Ayer se ratificó oficialmente aquí el viaje del Presidente a Beirut, la capital del Líbano. Lo hicieron separadamente el propio Di Tella y el secretario general de la Presidencia, Alberto Kohan.El canciller arriesgó sobre la posibilidad de un rápido trámite para la salida militar a la crisis. Entiendo -dijo- que la intervención militar es automática y no requiere de una votación en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.Fuera de la renovada adhesión argentina, los Estados Unidos cuentan con el apoyo definitivo del Reino Unido. Albright estuvo ayer en Londres reunida con el canciller Robin Cook para informarle sobre los próximos pasos.Los otros tres miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, China, Francia y Rusia, este último de manera activa, privilegian una salida diplomática. El presidente ruso, Boris Yeltsin, envió ayer a Bagdad un emisario personal, el viceministro de Relaciones Exteriores, Viktor Possuvaliuk, quien se entrevistó por espacio de una hora con Saddam.En un ejercicio cercano a la disciplina, la Argentina se ha alineado con la política exterior de los Estados Unidos de manera irrestricta. El golfo Pérsico aparece como paradigma de ese alineamiento y resulta el primer compromiso carnal -apelando a una transitada figura empleada por Di Tella- con los intereses de los Estados Unidos tras el fin de la guerra fría.En 1990, durante el gobierno del republicano George Bush, Menem decidió el envío de naves argentinas al Golfo, en el marco de la alianza internacional encabezada por Washington, que derrotó militarmente a Irak y expulsó sus tropas de Kuwait, país fronterizo que los iraquíes habían invadido.La determinación de Menem supuso un fuerte rechazo de la oposición, y aun entre algunos sectores, por entonces tímidos, del justicialismo.La crisis por la que atraviesa el PJ, fruto de la confrontación Menem-Duhalde, permite arriesgar que un pronunciamiento como el que podría hacer la Argentina en favor de una intervención militar, recogerá esta vez reacciones más enérgicas en el partido de Gobierno.Aquella expedición argentina -las naves actuaron como apoyo y no tuvieron intervención en el conflicto bélico- fue una de las hipótesis que aparecerían, en 1992 y 1994, entre los motivos de los atentados contra la Embajada de Israel y la AMIA. La relación, con todo, nunca ha sido probada.Contrariamente, la Cancillería sí presenta como correlato de la participación argentina en el Golfo algunas concesiones estadounidenses en materia militar y de política exterior.Por caso, ayer, en el marco de su actividad paralela al Foro Económico Mundial de Davos, donde participará hoy de la sesión plenaria, Menem recibió al enviado especial del presidente Bill Clinton, Thomas Mc Larty. Este le notificó que la Argentina había sido incorporada oficialmente como aliada militar extra OTAN de los Estados Unidos.Si bien de lo expresado por Di Tella no puede concluirse que la Argentina pretenda involucrarse militarmente en un eventual nuevo conflicto en el golfo Pérsico, el gesto seguramente será recibido con agrado en Washington.No podrá decirse lo mismo de las naciones vinculadas ideológicamente con Irak, como el Líbano. Precisamente en esa tierra de conflicto, mañana, será recibido Menem, en la primera visita oficial de un presidente argentino a Beirut.