16/9/15

“DROGA EXPERIMENTAL APLICADA TODOS LOS PARTICIPES EN LA CAMPAÑA DEL GOLFO RESULTÓ SER UN VENENO DE EFECTO RETARDADO”



VETERANOS DE AYER


Alrededor de la tercera parte de los 300 mil soldados estadounidenses que lucharon en la Guerra del Golfo Pérsico en 1991, regresaron a sus hogares con una carga de enfermedades y un sufrimiento que por mucho tiempo sirvió para encender la imaginación de aquellos que creen en los complots y los encubrimientos dentro de los servicios de inteligencia y seguridad de los Estados Unidos.

Pasaron varios años hasta que el gobierno acepto realizar estudios sobre algunos casos que se presentaron en sus hospitales de veteranos. La sordera de sus propias fuerzas a las que sirvieron, del Pentágono y de la misma Casa Blanca, culminó cuando los veteranos se organizaron y comenzaron a recopilar cada vez más casos de enfermedades bastantes agresivas y exóticas. Parálisis, tumores, cánceres, delirios, traumas y brotes psicóticos no discriminaban entre soldados rasos, suboficiales y oficiales, del ejército, la marina, rangers o Seals, incluso personal civil al servicio de diversas áreas en el momento del conflicto, todos ellos con afecciones que antes no habían sufrido.
Los mismos casos aparecieron con la misma y en algunos casos mucha más aguda sintomatología en efectivos del ejército saudita, qatarí, sirio, británico, francés y por supuesto, en los veteranos iraquíes y sus familias.

En 1995 las revelaciones del Dr. Garth Nicolson sobre el origen de las armas químicas usadas en Iraq, darían el impulso suficiente para que muchos veteranos enojados y decepcionados, comenzaran a solicitar explicaciones y una exhaustiva investigación al Congreso. Según su informe, se habían hallado evidencias de que las armas químicas usadas por los iraquíes habían sido elaboradas en Texas y Boca Ratón (Florida)

Por fin, el martes 19 de octubre de 1996 y en medio del revuelo causado por aquellas revelaciones, en una conferencia de prensa ofrecida por el Departamento de Defensa, más conocido como el Pentágono -, las autoridades norteamericanas reconocieron oficialmente la existencia de un "Síndrome del Golfo" y dieron a conocer los resultados de una investigación que podría servir de base para explicar este endémico problema de salud de los veteranos de las fuerzas armadas que lucharon en Iraq (Vgr. revcom.us/a/firstvol/884/gws_s.htm.)

Según el mencionado informe, una droga que fue suministrada a los soldados durante el conflicto bélico como antídoto contra posibles ataques con gas nervioso, podría estar detrás de las enfermedades que ahora sufren los excombatientes. Según los archivos del Departamento de Sanidad que se había montado en el Teatro de Operaciones de Kuwait, las dosis del (BP) para inocular a los efectivos participes en la campaña, alcanzaban a TODOS los que se hallaran, operaran y transitaran dentro del radio de riesgo de contaminación.

El Bromuro de Piriostigmina (BP), de acuerdo al informe de la Corporación Rand encargado por el Pentágono, no podía ser descartado como la causa principal o colateral del misterioso abanico de enfermedades conocido como el "Síndrome del Golfo".
Esto obligo a regañadientes a que el gobierno tuviera que realizar un informe en el cual, se evaluaran los casos denunciados y las posibilidades de que el origen de las afecciones hubieran surgido de la inoculación de este potente compuesto en los cuerpos de hombres y mujeres que hasta ese momento estuvieron con condiciones óptimas de salud, y que a partir de aquel pinchazo –y sin saberlo comenzaban a degradar silenciosa y artificialmente sus organismos.

En el documento, de 385 páginas, los investigadores afirman que hay alguna evidencia de que el mencionado químico, utilizado como una especie de vacuna contra los efectos del gas nervioso conocido como “Somán”, tenga algo que ver con los problemas de salud crónicos que sufren alrededor de 100 mil veteranos de la guerra de 1991.

Si se llega a probar la relación entre el BP y el "Síndrome del Golfo" es posible que los veteranos inicien procesos legales contra el ejército estadounidense, la marina y el gobierno ya que durante la guerra se les obligó a consumir el químico sin ninguna advertencia sobre sus potenciales efectos secundarios y sin que hubiese sido probado suficientemente.

Una de las incógnitas que por aquellos momentos quedaban por descifrar es por qué el medicamento sólo afectó a algunos soldados y no a todos. Para Golomb y sus colaboradores, aún no hay datos suficientes para brindar una respuesta satisfactoria a esta interrogante; sin embargo, es posible que los efectos secundarios del BP dependan de la reacción del cuerpo de cada individuo y de sus interacciones con otras sustancias como la cafeína y el tabaco.

Más allá de esta conclusión, las afectaciones sobre los organismos no se visualizaron en forma lineal y llana. Obviamente que los casos más impactantes fueron los más visibles, pero muchos miles más pese a no tener ese grado de agresividad, se mantenían silenciosamente trabajando en los organismos de los miles de efectivos que en apariencias mostraban excelente condición física.

Tal como lo había informado el Dr. Nicolson también se detectaron como parte de la sintomatología de muchos casos, la pérdida de la memoria, mareos, dolor en las articulaciones y desorientación momentáneo, para volver luego a un aparente estado de normalidad.

A pesar de que este factor pretendió ser pasado por alto por el gobierno estadounidense, han quedado oficialmente reconocidas las exposiciones de miles de combatientes a elementos químicos, radiactivos y biológicos que evidentemente fueron usados por las FFAA iraquíes.

Para varios investigadores, los presuntos beneficios de esa vacuna eran muy inferiores a los perjuicios que causaban en el organismo humano. La droga denominada “Mastinon” que se le asociada a la Myasthenia gravis, una enfermedad muscular grave que hace que el sistema inmunológico ataque los músculos, lo que produce entre otras cosas, la parálisis de piernas y brazos. Estos efectos secundarios nunca fueron advertidos e incluso no se hicieron lugar a replanteos para considerar aberraciones sobre la salud física y psíquica de los sujetos inoculados.

En un artículo publicado por el “New England Journal” en noviembre de 1996, entre otras consideraciones que se hicieron tras evaluar las afecciones que sufrían los veteranos de la guerra del golfo, se subrayó la curiosa estadística de aumento de accidentes de tránsito protagonizados por estos.

Sobre la situación de los marinos argentinos pertenecientes al grupo de tareas “Alfil 1”, los archivos sanitarios de la Armada Argentina no parecen haber dejado constancias de cuáles fueron las drogas y antídotos que les inoculo a los más de quinientos tripulantes de la misión. Algunas fuentes indicaron que el material para aplicar a los marinos (entre ellos el BP y la vacuna del Antrax) fue proporcionado por el Comando sanitario estadounidense, algo que se considero como muy ventajoso por los costos que hubieran irrogado para el gobierno argentino.
Tal como lo hicieron las agrupaciones de veteranos estadounidenses, británicos y franceses que comenzaron reclamaciones para que se les informara las causales de lo que estaban padeciendo, los veteranos argentinos deberían empezar a solicitar que se les informe cuales fueron las vacunas y cocteles químicos que se les suministraron.

Otro de los agentes químicos suministrados para supuestamente para protegerles fue la “vacuna del Antrax”, parece haber tenido incidencia en la causación e varios malestares crónicos, sumados a los efectos residuales de la efectiva exposición a dicho elemento biológico utilizado en los combates. Las tropas británicas se habían visto muy afectadas por la inoculación de esta vacuna, aún más que por los efectos venenosos de los pozos petroleros ardiendo tras la retirada de las tropas iraquíes. Según algunos informes, los norteamericanos no contaron –o si lo hicieron fue muy pobre- con sistemas de detección de ataque químico y biológico.

Por el contrario, fueron las unidades de guerra NBQ de Francia, la República Checa –con los sistemas y protocolos de la ex URSS- y de Gran Bretaña detectaron en miles de oportunidades, el accionar de agentes químicos lanzados sobre las tropas que no habían sido detectados por las tropas norteamericanas.

Pero para el Departamento de la defensa de EEUU, hasta mediados de la década de los noventas no hubo uso de agentes químicos o biológicos por parte de las tropas iraquíes y que la detección de este tipo de elementos en algunas zonas y en personal que habría allí operado, se debió a que habían quedado residuos de la época de la guerra entre Iraq e Irán, una conclusión que sonaba más a una tapadera que a una objetiva realidad.

14/9/15

“EL TEMIDO Y DESACTIVADO SISTEMA MISILISTICO CONDOR II” Antecedentes de la indefensión argentina

 

DEFENSA Y SEGURIDAD


Sin dudas, Argentina puede tener muchas ventajas y aristas positivas pero en lo que respecta a tomarse en serio las políticas previsoras sobre el área defensiva, ha ido para atrás como el cangrejo. 

La situación actual obliga a que se deba hacer una crítica revisión del pasado, lo que dejara muy mal parados a los responsables de dicha área en épocas, en especial de la década de los ochentas.

Fue así como durante el gobierno del entonces Dr. Carlos Saúl Menem enfilado a crear nuevas relaciones con Washington y en especial con Londres, tiró literalmente al bote de la basura el trabajo de casi dos décadas en el desarrollo de la tecnología misilistica más avanzada del Cono sur. Esto último solo es una metáfora dado que, quienes se hicieron con los planos del diseño del vector fueron los estadounidenses y, “sin pagar un céntimo por ello”.

Para rastrear los inicios del programa de vectores inteligentes en la Argentina, hay que remontarse a la décadas de los setentas, más precisamente al mes de abril de 1970 cuando la Fuerza Aérea Argentina dio el puntapié para comenzar a desarrollar vectores inteligentes y de largo alcance, demostrando una postura vanguardista y muy ambiciosa en medio de un mundo bipolar claramente dividido en dos bloques, bajo la amenaza nuclear.

Los avances en el desarrollo de sus impulsores fueron asombrosos. Los ingenieros argentinos estaban descollando en sus investigaciones y a la par, estaban despertando la preocupación de Londres que comenzó gestiones en Washington para que buscara la forma de que Buenos Aires cancelara ese proyecto. Y la preocupación del “Foreing Office” no pasaba por una mera desconfianza que rayaba con la paranoia o alguna maliciosa envidia que solo buscaba vituperar la política de su adversario. Los avances que estaban registrando eran alarmantes.

Las características técnicas que se habían filtrado –por obra de los informadores del MI-6- hasta los despachos del entonces primer ministro James Callaghan, llevo a que Londres comenzara un seguimiento minucioso de los avances que se fueran produciendo teniendo como uno de sus principales socios al gobierno de Pinochet mediante las operaciones la DINA chilena y una larga lista de agentes del MI-6 en el corazón del estado argentino.

La capacidad de los ingenieros argentinos era proporcionalmente inversa a la necesidad de fondos de financiamiento, que representaba un serio problema para sostener la fabricación de partes vitales del proyecto. Era una cuestión de hecho los británicos harían cualquier cosa por retrasar el proyecto o incluso detenerlo definitivamente. Esto volvió bastante tortuoso el trabajo de hallar socios que estuvieran interesados en participar y poner el capital para concretar en forma cabal el desarrollo de un misil con ambiciosas capacidades.

Para cuando en 1983 el gobierno vuelve a estar en manos de los civiles, el proyecto tenía un gran avance y contaba con la participación de Egipto y de Iraq, quienes proporcionaban además de la financiación necesaria, los campos de pruebas ideales para verlo en acción y evaluar su eficacia y precisión. Según algunos informes, los egipcios habrían proporcionado instalaciones con el equipamiento necesario para técnicos argentinos se instalaran y trabajaran en el desarrollo de prototipos muy cerca del Cairo.

Para 1987 se había formado la INTESA.S.A. con la finalidad de construir el misil y exportar su tecnología a otros países. Esta empresa tuvo muy buenas expectativas y además de despertar el interés de varios gobiernos por adquirir este sistema que era de muy buena calidad y accesible precio, prometía la asociación con otras industrias armamentísticas europeas. Pero también agudizó los temores de Londres y de otros socios que como Tel Aviv, compartían la preocupación de que este misil pudiera ser utilizado contra las instalaciones militares en Malvinas y a su vez, adquirido por gobiernos árabes que lo usarían contra Israel.

A ese fin, los británicos e israelíes complotaron para que el proyecto se desactivara y mantuvieron una importante actividad de vigilancia del puerto de Buenos Aires, de Falda del Carmen y de las triangulaciones entre Buenos Aires, El Cairo y Bagdad.

El gobierno de entonces Raúl Alfonsín, pese a las contrariedades que caracterizó su gestión con las FFAA, siguió con el programa de desarrollo y no se dejó presionar por los británicos y estadounidenses que literalmente le sugerían que desactivara el proyecto y destruyera las existencias de misiles. Durante ese período y aprovechando el caos institucional que sacudía al país, los servicios de inteligencia británicos e israelíes se ocuparon de hacer un puntilloso seguimiento de las actividades de transporte de las piezas para armar los misiles que ya se probaban exitosamente en el conflicto Iraq-Irán. Con una capacidad útil de una tonelada de carga explosiva y con un alcance de 1000 kilómetros que aseguraba una precisión letal y un adicional de 200 kilómetros más que le resta aquella precisión, los israelíes palidecieron ante esto. El misil argentino financiado por Egipto, además de ser formidable, estaba en manos del enemigo árabe más potente de la época, Iraq.

Los israelíes tenían base para temer dado que éste misil superaba en su alcance y precisión al “S-SCUD” soviético que Saddam tenía en operatividad y lo peor, era que superaba al misil “Gabriel” de su propia cosecha. Los británicos también convulsionaron al enterarse de que los avances habían ido más allá de lo que esperaban. Además de esto, al sospechar de que la “MBB” alemana había sido la que proporcionaba la electrónica y el sistema de guía, se hicieron ingentes gestiones por desalentar a la corporación para que abandonase el proyecto.

La desactivación fue concretada con la llegada del presidente Carlos Menem, quien inmediatamente en 1989, fue contactado por Washington quien, oficiando de representante no oficial de Londres, sugirió como uno de los pasos más inmediatos para acceder a consideraciones de una entrada en las políticas que se estaban implementando desde el norte, la desactivación definitiva del “Proyecto Condor II”.

Según los informes de la época, los contactos fueron extraoficiales y a cargo de un negociador de apellido Marwell quien fue el que, por intermedio de la embajada de EEUU y de los auspicios del embajador Terence Todman, gestionaron para que oficialmente La Casa Rosada decretara, por medio del Decreto SECRETO 1313/90 la cancelación del proyecto.

Con aquel acto, se disolvía la INTESA.S.A. y se encargaba a la Fuerza Aérea tomar el control de las instalaciones de Falda del Carmen para deshacer materialmente los vectores y las maquinarias para su construcción.

Lo cierto es que tanto británicos como israelíes aplaudieron la decisión de Menem, dando el puntapié inicial para la desmantelación definitiva de la estructura defensiva del país.

13/9/15

“INFORMES SECRETOS SOBRE EL G.T.88” PRIMERA PARTE...





VETERANOS DEL AYER



La compleja situación actual en la región, está ayudando a que varios misterios de la campaña de la “Tormenta del Desierto” salgan a la luz.
Uno de estos misterios fue el despliegue de una fuerza invisible que, en sus planes de batalla tenía dos enemigos: a los iraquíes y a cualquier miembro de la coalición. Todos eran potenciales enemigos y de ellos había que esperar alguna decepción, recuerda uno de los encargados de inteligencia humana en el sector “A2”, justamente en donde operaba la fuerza de tareas T.88 en apoyo de tres portaaviones y protección de la estratégica línea de abastecimiento.

Las directivas y los protocolos de extensión de las operaciones solo estaban bajo el conocimiento de los encargados de recopilar información. Su estructura se encontraba desplegada en los tres comandos que dirigían y coordinaban las operaciones sin distinción de la nacionalidad a la que pertencieran.

Esta estructura se diseminaba entre todas las zonas en donde había desplegadas fuerzas de la Coalición. Para algunos ésta ya se hallaba en la región antes de que se desatara la crisis, no por que fueran previsores o cosa parecida sino, porque habían sido uno de los soportes de inteligencia –en especial de la CIA- a favor de Bagdad durante la guerra con Irán.

Pero más allá de eso, oficialmente se montó un comando de tareas de inteligencia conducido por dos agencias militares y la CIA para respaldar la campaña. La denominación para esta estructura era el CENTIJ que operó en todo el TOK, incluyendo el espacio marítimo y por el cual se reunía y centralizaban los reportes e informes de inteligencia en una sede operacional, donde tras el análisis de las piezas recabadas en el terreno se implementaban disposiciones sobre seguridad y contraterrorismo.

Las actividades de este comando eran inadvertidas y completamente ajenas al conocimiento, incluso del comandante en jefe del USCENTCOM quien solo recibía los informes una vez elaborados como parte de una asesoría para el movimiento de sus fuerzas en las diversas áreas que conformaban el teatro operacional.

Según algunos de estos reportes extraoficialmente desclasificados, la actividad enemiga en la península arábiga era preocupante. 


Mientras la opinión pública e incluso el grueso de los militares se hacían a la idea de que la influencia de Saddam y su gobierno se circunscribían a los límites de Iraq y la ocupada Kuwait, antiguos informes de la CIA develaban la influencia que el mujabarat iraquí tenía sobre varios sectores dentro de toda la región. Y ese conocimiento estaba basado en que, precisamente la “Agencia” había sido “partner” en la operacionalidad del IIS durante toda la instancia de la guerra contra Irán, proporcionando entre otras, los buenos auspicios dentro de estos estados.

Pero, con la nueva situación planteada, Washington tenía esta carta de ventaja para usar contra su viejo amigo en Bagdad pero a su vez, éste también sabia con que cartas jugaría el amigo estadounidense con lo cual, estábamos ante un verdadero entuerto, algo que fue planteado por el jefe encargado de operaciones secretas en un memorando a su comandante en jefe George W. Bush. Claramente, la inteligencia electrónica que proporcionaban los AWACS en el aire –que podían escuchar todas las frecuencias de radio iraquíes como de las naves desplegadas en el golfo- y la de los satélites, no alcanzaba para detectar y prevenir amenazas invisibles al avance tecnológico.

Según los primeros lineamientos que se plantearon para encarar las operaciones dentro del TOK, se debía ponderar una realidad que era inevitable y que se hacía muy necesario de sopesar y es que era, que los iraquíes no eran idiotas. Según uno de los asesores que había trabajado con ellos, pudo ver como además de eficaces eran despiadados en la ejecución de sus operaciones. Además, tenían una ventaja superlativa y esa era, que estaban en su terreno y podían mezclarse con cualquiera fuera en Arabia Saudí, Yemen, Bahrein o incluso pasar por pescadores iraníes. Pero además había algo más que era preocupante; contaban con apoyo por simpatía política con lo cual, habían posibles células durmientes listas para atacar una vez que estuvieran las fuerzas instaladas.


La principal preocupación del mando central, estaba radicado en la protección de la principal línea de abastecimiento a las fuerzas de batalla, representada por una armada logística con buques tanque, portacontendores con toneladas de armas y municiones y equipamiento variado que ingresaba por el estrecho de Ormuz para dirigirse por una ruta dinámica hasta el norte del Golfo. Según algunos cálculos efectuados por los responsables de las unidades de artillería tanto terrestre como naval, por la intermitencia de fuego requerido, el abastecimiento no podía cortarse bajo ningún concepto ya que “si había que golpear, había que hacerlo primero y sin piedad hasta el final”.

En este sentido documentos de la ex inteligencia de Saddam robados de los archivos de Bagdad en 2003, revelan que uno de los blancos (entre los varios detallados) para ataques fulminantes contra la pata logística de la campaña, estaba el puerto de “Shatjah” de los Emiratos Árabes Unidos en el cual, tocaban –entre otros- los buques argentinos de la agrupación “T.88-Alfil 1”. Algunos se podrán preguntar ¿pero si en esa época nadie y menos aún los noticieros informaron de algún ataque terrorista en esa zona? Pues esto tiene una respuesta clara;


Uno de los primeros objetivos de la CENTIJ fue la controlar los medios periodísticos del Golfo y suprimir aunque fuera temporalmente, a los pequeños diarios y pasquines de partidos de izquierda y marxistas, adherentes a la causa árabe anti occidental y con una creciente simpatía hacia la figura de Saddam Hussein. En el caso de los grandes medios, la forma de revertir la imagen a favor de la presencia de EEUU y la fuerza de la coalición, quedó en manos de los gobiernos locales que tan solo, aumentaron el dinero a sus editores para que abandonaran las retóricas anti estadounidenses y anti sionistas, por artículos favorables a la intervención occidental con moderados ataques a la figura de Saddam.

Pero la verdadera operación por silenciar la prensa anti estadounidense no tuvo su foco en los estados del golfo sino, en Londres, desde donde por aquella época se manejaban los medios de la región tanto los grandes como los pequeños y revoltosos. En el caso de los grandes la solución fue, la aportación de unos cuantos millones más en las cuentas de sus editores que aseguraban el silencio.

En el caso de los pequeños diarios y pasquines, se les aplicó directamente el puño de hierro. Con la venia de Washington la policía de los regímenes del golfo, realizaron brutales y muy discretos allanamientos, especialmente en horas de la noche donde además de cerrarlos, se encargaron de encarcelar a los editores y periodistas problemáticos. La disidencia había sido controlada y las inconveniencias mediáticas silenciadas. La única versión mediática disponible sería la de CNN y aún así, bajo el filtro del Departamento de Censura Militar.


En cuanto a la inteligencia sobre la situación en los grupos de tareas, no solo se hacía con recursos electrónicos y de señales, sino también humana. Según surge de los documentos del CENTIJ era vital que asesores del Comando central visitaran unidades navales en pleno de las operaciones, siendo trasladados en helicóptero donde la excusa de controlar los protocolos sobre zafarrancho de combate y coordinación conjunta, se medía la capacidad profesional, su visión de la situación y un análisis subjetivo de las tendencias ideológicas de los oficiales a cargo e incluso el ánimo de la tripulación. Al regreso, los asesores volcaban sus conclusiones en informes identificando al navío, nacionalidad, tareas y posibles factores negativos a tener en cuenta, para luego ser procesado por una junta de análisis que elaboraba un reporte para el Pentágono.

Pero yendo a lo importante, según esos documentos las naves de la coalición que tocaban puerto en Sharjah, estaban en la mira de varios letales planes para obstaculizar las tareas de abastecimiento, entre aquellas, las argentinas. Por supuesto que nadie en las dotaciones ni menos aún sus comandantes en Buenos Aires, Otawa o Sidney ( para nombrar algunos de los protagonistas) estaban al tanto de los riesgos que enfrentaban tanto en tierra como en las aguas del golfo. Esto era un tema absolutamente secreto y de haberse filtrado que se estaba vigilando a todos y en todo tiempo, hubiera desatado un estado de paranoia que hubiera hecho estragos en la coordinación de las operaciones o incluso, levantado protestas que podrían haber fragmentado la fuerza.
Aunque los medios mantuvieron un estricto silencio, en el área del golfo, hubieron incidentes que se pasaron por alto. Uno de ellos ocurrió en territorio de Emiratos Árabes donde se produjeron varios ataques de hombres armados contra vehículos que transportaban marines e incluso puntos Chek Point en cercanías del puerto de Fujeirah. Uno de los incidentes que se cobro la vida de cuatro miembros de la marina estadounidense y cinco efectivos de la policía local sucedió en “Al Mussafah” al norte de la base aérea de “Al Dhafrah” en Abu Dabi, cuando el 27 de enero de 1990 un grupo de hombres bien armados y con lanzadores de cohete autopropulsados emboscaron a un convoy de transporte de efectivos que iban escoltados por fuerzas locales, el resultado fue un desastre y una recomendación de “inteligencia” para recortar los francos de efectivos estadounidenses y mantenerlos embarcados hasta nuevo aviso.

Los autores lograron escapar y perderse sin haber sido capturados nunca. El sitio del ataque fue limpiado y los muertos sacados discretamente por un transporte aéreo a Europa. Para el Comando de la Coalición esto nunca existió, simplemente porque nadie les informó.

Quienes tampoco estuvieron al tanto del peligro que les informo.


Quienes tampoco estuvieron al tanto del peligro que les circundaba en las calles de los emiratos más lejanos de donde se centraban los combates, fueron los Argentinos y camaradas de otras naciones con que compartían tareas. Según algunos documentos de la ex inteligencia de Saddam, se habían previsto ataques contra las instalaciones portuarias de Sharjah entre los cuales figuran el minado de los fondeaderos de Al “Hamriyah” y el diseño de un bombazo en las instalaciones de “refuel” de “Al Khalid” que no se llevaron a cabo por no haberse extendido el conflicto.

Según varios informes aliados y de los IIS, los ataques prosiguieron en varios puntos de Arabia Saudí que recibieron el mismo encubrimiento, aunque algunos se filtraron a los medios. Para los analistas de la situación, éstas células enemigas tenían la dirección de asesores de inteligencia del partido Baath iraquí aunque ello no pudo ser comprobado con certeza. 

11/9/15

“LA DESCONOCIDA EXPERIENCIA ARGENTINA EN EL GOLFO PERSICO”


Portaaviones USS ”Midway”



VETERANOS DE AYER


Una mirada en tercera persona por uno de los protagonistas de la primera línea

Cuando se ha hablado de la participación de la Argentina en el Golfo Pérsico, solo se conoce la parte más grandilocuente o si se quiere, la versión de los altos jefes y de los responsables políticos de entonces.

Pero en lo que hizo específicamente en la labor diaria de sus tripulantes, ni siquiera sus propios Comandantes en Jefe, sus camaradas de otras unidades o los nuevos reclutas que vinieron generacionalmente a posterior, se enteraron de las vicisitudes que rodearon a toda la “Operación Alfil 1”, elogiada tanto por altos mandos oficiales como de suboficiales de otras armadas.

En este sentido, no hemos sabido de casos de equipos como el del “Alfil 1” hubieran recibido el reconocimiento institucional acorde a la altura de la misión que desarrollaron. Por alguna extraña situación, hoy por hoy se han venido levantando los velos de la historia, quizá por un hastío de muchos sectores de veteranos en EEUU, que abandonados por su gobierno, se han plegado activamente luchar por evitar que sus conciudadanos se vean nuevamente involucrados en guerras tan terribles como injustificadas.

El caso del helicopterista naval Chuck P. Bennet, quien era un veterano piloto sirviendo en a bordo del USS “Saratoga” y con pase al portaaviones USS ”Midway” , refiere a una de esas crónicas siempre hay que escucharlas de afuera para saber que han ocurrido. Según él y sus compañeros del escuadrón “Alfa” de rescate y reconocimiento, creían que no tenían competencia y mucho menos muy buenos antecedentes sobre algunos de los good guys que participarían en las operaciones.

Para su sorpresa y la de sus compañeros, en el grupo de tareas estaban los “argentinos”, de los cuales recuerda entre sonrisas “no nos inspiraban mucha confianza”, según continuó comentando, “sabíamos que tenían una larga historia de anormalidades en su país y que ahora estaban con un tipo –Menem- que hacía todo lo posible por parecerse al nuestro”, recordando también la mala fama que aquellos se habían ganado en la comunidad internacional cuando tras conocer que trabajarían en conjunto, algunos mal pensados cuando se hallaban reunidos en la sala de mapas, susurraron burlonamente “Argentine, We do not have cassette players”, lo que no agrado a nuestros oficiales que nos advirtieron de no salirnos del cuadro y ser profesionales.
Chuck voló en operaciones de vigilancia y rescate durante toda la operación “Escudo del Desierto” y tras el comienzo de las hostilidades participó en el frente de la primera línea con vuelos sobre las costas de Kuwait y la Península de Fao donde se salvo de caer fatalmente al mar tras ser alcanzado por una andanada de fuego antiaéreo. Recuerda que pudo salvarse por haber aprendido a valorar en su justa medida a quienes –como a sus enemigos- los había subestimado, mediante prejuicios basados en supuestos y charlatanerías que no tenían nada de reales.

Continua su crónica, diciendo “Fue cuando a mediados del mes de diciembre de 1990 estábamos operando con los buques argentinos recibimos la orden de trasladar a un observador del “Midway” y a su vez, recoger a un oficial del buque que lideraba su maniobras (Foto: Cubierta del Alte Brown). Para mi volar un C-47 “Chinook” era como estacionar un automóvil, aunque es un aparato bastante complicado de maniobrar, incluso en un portaaviones. Cuando surgió un problema hidráulico en mi aparato, se me asigno un “Sikorsky” hasta que lo repararan”. Según comentaba cuando le preguntaron sobre como evaluaba a los diferentes efectivos que sirvieron en aquel teatro, dijo “he conocido camaradas de todos los países y cada uno de ellos tiene talentos que pueden despertar admiración o hasta incluso, un poco de envidia. En el caso de los argentinos debo decir que la capacidad de reutilizar e improvisar sobre la marcha es envidiable”.

Sigue relatando Chuck como llego a conocer a los argentinos en las operaciones que compartieron con la escolta a un convoy de naves que debía llegar a salvo a la base naval en Bahrein. De este modo recuerda “Estábamos bajo una presión muy grande. Todos aparentábamos estar controlados pero lo cierto era que con cada día que pasaba, los efectos de los nervios comenzaban a hacer estragos y cada vez más estaban siendo más evidentes. En esos momentos estaba volando el “SH-60B Sikorsky” con el cual realice vigilancias, vuelos de rescate e interdicción, podíamos ver a estos tipos como con muy pocos implementos y gran ingenio ponían a volar verdaderos esos “carcachos” –en referencia a los Aluette III- que parecían una pecera con una pipeta de rotor”, comentó con asombro. “Por aquel entonces –siguió comentando- nos habían reportado que debíamos prestar atención a posibles siembras de minas chinas “EM-52” y “LUGM-145” con carga adicional de gas de Cloro (CL2), que además de reposar en el fondo y con una espoleta de retardo, emergía para impactar sobre un buque que pasase por encima o incluso, que operaran hombres rana para colocar minas tipo “MILA” adhesivas a los cascos de los buques”.

Según algunos informes de la inteligencia de la marina estadounidense, se habían planteado como uno de las amenazas más difíciles de erradicar serían las minas que subsistían desde la guerra con Irán, las que plantaban los iraquíes y las incursiones tácticas de hombres rana.


Para Chuck el volar en aquellos aparatos era “un boleto para el infierno”. Para éste veterano de los viejos “Huey”, acostumbrado a que su aparato pudiera absorber los disparos que lanzan los chicos malos bad guys y lograr llegar a casa, no podía concebir que éstos muchachos tuvieran los cojones para exponerse sin ninguna protección a la vista y que, ante la envergadura de lo que podía desatarse de un momento a otro, con una simple ráfaga de fusil automático lo atravesaría por cualquier flanco”, remarcaba en su comentario.

Para este veterano piloto, ver como con lo justo y con tan precarios aparatos los “argie” llevaban adelante sus operaciones de vuelo “durante horas” para tratar de que no se colaran posibles comandos enemigos para plantar minas o sabotear las instalaciones portuarias, era algo tan encomiable como peligroso. Según Chuck, su helicóptero y los demás embarcados estaban previstos para un sellado de emergencia en caso de verse involucrados en una nube química producto de un ataque. En algún momento dijo “dudó mucho que esos aparatos tuvieran una protección similar, eso revelaba ignorancia o mucho coraje, aunque creo que nadie les ha dicho toda la verdad”. Esta miscelánea fue hallada en una libreta de vuelo que “Chuck” dejó abandonada en una taquilla y rescatada tras su fallecimiento en 1998.

Más allá de estas inéditas anécdotas y que seguramente no son las únicas, los informes oficiales presentados tras la culminación de las hostilidades por los evaluadores del Departamento de la Marina de los Estados Unidos y del Pentágono, mostraron una muy buen impresión en las labores que ambas dotaciones habían desarrollado tanto en la etapa de custodia para la defensa de Arabia Saudita denominada “Escudo del Desierto” como en las “invalorables tareas de interdicción y aseguramiento de la línea de abastecimiento durante toda la etapa de las operaciones de “Tormenta del Desierto”, que fueron atendidas no solo por los estadounidenses sino también por la “Real Marina británica”.

10/9/15

“ARGENTINA ALIADA DE CHINA…¿O CONVIDADO DE PIEDRA?


Dilucidando la ausencia de la potencia Argentina en Beijin

Hace una semana más precisamente el 2 de septiembre, en Beijin se celebró el 70 aniversario de la finalización de la II guerra mundial y la victoria de China sobre Japón.

En ese marco, el gobierno chino aprovecho para poner en exposición, sus avances en el campo militar y su continuo trabajo por mejorar sus FFAA en un contexto político, diplomático y militar muy complejo que ha venido viéndose potenciado con los extraños eventos en Taijin y las maniobras militares realizadas con su aliado Rusia.

Es posible que éste imponente desfile haya sido dedicado a los aliados de la OTAN que siguen en el camino de tratar ingresar al extremos asiático para tratar de implementar sus políticas desestabilizadoras, cooptando pequeñas repúblicas satélite de estos grandes socios comerciales, económicos y militares con el fin último de sembrar la misma dinámica desestabilizadora que se ha venido viendo en el Medio Oriente.

No cabe dudas de que en esta fiesta popular, solo estaban invitados los más comprometidos y consecuentes gobiernos amigos de China y Rusia, decididos a toda costa, a desandar el camino de la multipolaridad en las relaciones que va contra corriente de las aspiraciones de Washington, Londres y Bruselas. Esto último claro, se trata de una empresa muy peligrosa.

De esta manera, los socios del BRICS, países árabes como Egipto e islámicos como Irán y Pakistán, se dieron cita para dar honores al gobierno de primer ministro Xi, quien acompañado de treinta líderes mundiales, no dejo pasar la oportunidad para recordar que el pueblo chino es amante de la paz y en ese sentido, se hace necesario sacrificarse para prevenir lo peor en aras de la libertad.

El desfile del 70 aniversario de la “Victoria” no estuvo escaso de demostración de poder. En el acostumbrado e imponente marco de la sincronizada marcha a paso redoblado de las diversas unidades de las tropas chinas, se vieron los nuevos desarrollos en la infantería mecanizada con tanques pesados de última generación, la presentación de los Drones de reconocimiento y ataque y quizá uno de los puntos más interesantes de esta parada, fue la variada maquinaria de sistemas de defensa antiaérea que solo puede rivalizar con la de su vecino –y actual socio- ruso.

Aquellos sistemas de alta tecnología misilistica, que se componen de vectores guiados contra blancos multiples operados con sofisticados sistemas móviles de guía y contra-guerra electrónica que en el caso hipotético de una agresión de aviones de la OTAN, podría llegar a causar estragos en su intento.

Acompañando el desfile de esta imponente maquinaria militar amarilla, estuvieron las delegaciones militares de los países amigos e invitados a formar parte de este cortejo popular, que como el caso de Venezuela, participó con un pequeño grupo e diez granaderos que eran saludados desde el palco para estadistas por un entusiasta Nicolás Maduro. Pero, algunos mal pensados comenzaron a ver por todas partes sin lograr hallar a “Cristina”, que no podía estar ausente como digna representante de la “potencialidad” de una Argentina aliada a China.

Algunos viejos jefes de lo que fue “ERP” y “Montoneros”, expectantes frente a las pantallas de RT, buscaban infructosamente a la “comandante Cristina”, que por su acreditada lucha setentista, debería estar en la primera línea del palco de honor. La desafiante mandataria “anti buitres”, el ejemplo para los revolucionarios del mundo como los Tsypras, Merkel o Zapatero…no puede faltar, se dijeron entre sí mientras tomaban unos mates.

Está claro, que el dialogo de arriba es una mera parodia para dejar en claro, que el gobierno argentino no solo no estuvo invitado a esta magnánima ceremonia, sino que, aunque lo hubiera sido, no tiene tropas ni siquiera para que desfilen. La Aviación militar puede asegurarse como inoperante, su Armada inexistente y sus fuerzas terrestres más desnudas que nunca. Algunos mal pensados dejaron entrever, que Argentina podría participar en esta parada con alguna de sus unidades blindadas de “última generación”, como el “Polaris” que da garantía a sus tripulantes, de una muerte rápida y al aire libre.

Así de seria y cierta está la situación de la Argentina, que con un gobierno que pretende jugar en el tablero de la alta política geoestratégica mundial, mantiene una política infantil y claramente contraproducente para el país. En el estado actual de indefensión crónica de la Argentina, una sociedad con una potencia y portentosa como China, en la cual la desigualdad es patente no puede existir sociedad. Y quede claro, la culpa no es de China que trata con una Argentina escuálida y sin protección que por efecto de su colosal poder y fuerza, puede llegar a perecer por un involuntario pisotón del gigante asiático. 

6/9/15

“EL OCULTADO INCIDENTE DEL USS MIDWAY”



VETERANOS DE AYER



DESCLASIFICANDO LA HISTORIA DE LA GUERRA DEL GOLFO

Como habíamos comentado en otros artículos, lo que se documento en el Teatro de Operaciones de Kuwait en donde se desplego la llamada “Tormenta del Desierto” está muy lejos de reflejar lo que realmente sucedió allí. A las fuerzas de tareas que cumplían con sus funciones asignadas cada una en sus diversas actividades dentro las planificaciones de combate, había una red de información y control de la misma, que no permitía que “inconveniencias” y datos sensibles a juicio del Alto Comando del CENTCOM se filtraran y pasaran al conocimiento público.

Sin dudas de que uno de estos episodios, uno más de la larga lista de los ocurridos en el ámbito de las aparentes y calmadas aguas del Golfo, fue el incidente que se cobro la vida de seis tripulantes de la nave insignia, el portaaviones USS “Midaway”. Para las fuentes oficiales el hecho nunca existió ya que, tras encubrirlo con la consabida y omnipresente CENSURA se borraron todas las evidencias de aquel duro golpe al orgullo estadounidense.

Desde el portaaviones USS “Midaway” se lanzó el primer raid aéreo con los escuadrones de aviones A-6 “Intruder” que tendrían como primer propósito, degradar la capacidad de respuesta aérea de los iraquíes, especialmente atacando blancos estratégicos como sus bases aéreas en Al Sahibah y AL Zubair al oeste de Basora.

Para quienes no estaban al tanto de la situación geopolítica de entonces –y que en realidad no ha cambiado hoy día- parte de la flota que prestaba apoyo de combate a las fuerzas aéreas y terrestres que operaban desde tierra, se situó arriesgadamente cerca de las aguas territoriales de la República Islámica de Irán que se mantuvo neutral en el conflicto. Esto último, no significaba que los iraníes permitirían, por las excusas que fuesen, que los estadounidenses o sus aliados violaran tanto su espacio aéreo como marítimo.

Es más y según documentos de inteligencia de la época reflejan que en tanto las naves se iban desplegando en sus áreas de acción, las fuerzas armadas iraníes y sus temibles unidades “Al Quds” se parapetaron discretamente en las zonas costeras y fronterizas con Kuwait. Reportes clasificados de inteligencia alertaron a los altos mandos que los iraníes habían desplegado varios sistemas de misiles “CSS-8” y “Noor”, que eran algo así como la variante iraní de los misiles chinos superficie-superficie, algo que fue tomado en solfa por los expertos de la marina que en alguna charla distendida en uno de los ampulosos café dentro de la base de Daharn llegaron a exclamar con sorna “cuidarnos de esos petardos, vamos! ”.

Pero a pesar de estas risas, los encargados de la inteligencia no se lo tomaron a chiste y fueron bastante alarmistas en cuanto a las precauciones que los militares y en especial los marinos debían tomar.

Detrás de los preparativos de esta campaña hubo mucho trabajo de las agencias de inteligencia que fueron el nexo para negociaciones intensas y acaloradas tras bambalinas para que Washington y Londres obtuvieran de Teherán un “salvoconducto” de que no volverían sus armas contra la flota de la coalición. En aquellos momentos, los más escépticos en confiar en la palabra de los iraníes venía de los militares, especialmente de la Inteligencia Naval y la DIA, que no coincidían con sus colegas –y enconados rivales- de la CIA y la NSA que aseguraban que Teherán no se arriesgaría a meter la pata y que además, se verían beneficiados con la posible remoción de Saddam.

En una entrevista secreta llevada a cabo en Darahn y que tuvo como protagonistas al entonces vicealmirante Stanley Artur a cargo del NAVCENT, el encargado del CENTAF el Teniente General Charles Horner y el Teniente general Walter Boomer a cargo del MARCENT, se trató el problema que representaba operar en el área oriental del Teatro y los altos riegos de volar en los límites de los dominios de Irán. En esa reunión se determino que se estrecharían los vuelos de reconocimiento de las aguas circundantes por si pudieran aparecer sorpresas por la retaguardia. Precisamente en garantía de una seguridad, se estableció que debían mantenerse un despliegue de navíos de combate de las otras armadas que formaron parte de la Coalición.

En ese sentido, el diseño del tren logístico no era caprichoso y además de proteger a los buques de aprovisionamiento de combustible y de transporte de armas, municiones y helicópteros, estaba direccionado a mantenerlo seguro ante un posible ataque por parte de Irán. Incluso los más suspicaces teorizaban sobre la posible cooperación de los iraníes con comandos iraquíes que quisieran causar problemas tras las líneas.

Había que recordar que los peligros no se resumían a las zonas de operaciones próximas a Kuwait, sino también en las vitales rutas de abastecimiento desde Ormuz hasta el norte de las aguas kuwaities, objetivos estratégicos sensibles para los cerebros militares iraquíes.

Para el 20 de enero el USS “Midway” y sus unidades escolta se hallaban al este del frente naval muy cerca de las aguas territoriales iraníes y desde donde se lanzarían operaciones tácticas que supuestamente tomarían por sorpresa a los desprevenidos iraquíes. Los primeros golpes aéreos fueron llevados a cabo a partir de las 0300 hs por los A6-“Intruder” con escolta de F-16 pasando por un corredor supuestamente invisible a los ojos iraquíes.

Tras concretar su misión, el escuadrón regresó sin novedades y con reportes auspiciosos: “La ruta es segura y no hay amenazas en el área”. Muchas veces suele decirse que hay situaciones en las que lo más evidente escapa a los ojos. En este caso paso algo similar. Según los pilotos que iban y llegaban desde sus raids no habían detectado amenazas sobre las costas o en aguas cercanas a Irán. Como no se habían producido novedades o movimientos que pudieran alertar al grupo de tareas, los aviones siguieron saliendo como si no pasara nada alrededor pero; algo se preparaba y sería muy difícil de explicar.

El 14 de febrero en horas del atardecer una patrulla de helicópteros británicos detecta a seis millas al noroeste del grupo de tareas dos “Naval Craft” o Artefactos Naval y un pequeño remolcador que parecían estar alistándose para auxiliar a un buque petrolero que estaba próximo a ingresar en la zona de “Bandar Al Busheir”. En apariencias los pontones tenían unas grúas medianas o pequeñas torres iluminadas con personal civil trabajando sin señales de que hubiesen armas, equipos militares a la vista. Haciendo unas pasadas a baja altura, los pilotos de los helicópteros ven que el remolcador tenía bandera iraní y no vieron nada que les despertara sospechas.

A pesar de aquella presencia y su reporte, fue despreciada por la vigilancia aérea que pronto descubriría de que se trataba aquella situación.

Según un documento de la inteligencia iraquí de entonces con carácter secreto y que fue ventilado recientemente, se transcribe cual era el propósito, el objetivo y el resultado de la misión; según ese memorando se buscaba herir la moral de las fuerzas norteamericanas atacando su buque insignia, el “USS Midway”. En la trascripción del mismo, se informó como un golpe exitoso.

En los hechos, según la versión de este reporte, siendo las 2138hs el comando que ocupaba los artefacto navales, apagaron los focos señalizadores y en momentos que el objetivo se hallaba a cinco millas de la mira (evidentemente visible con lentes NigthScope), por el lado de la aleta de babor, alistaron sus dos cohetes MSS Tipo “Frog” con reformas para el uso naval y aprovechando que se estaban despachando aviones para atacar posiciones en Kuwait e Iraq, dispararon los vectores que dieron de lleno contra una formación de helicópteros estacionados en el lado de babor lo que causo dos deflagraciones dando inicio a un incendio que detuvo las operaciones de catapultaje. El reporte señala que cuatro “yajid” (mártires) perecieron en la operación, dos lograron llegar a tierra iraní.

Si bien no se precisa en el reporte cual fue el motivo de las bajas, sería muy posible que hayan sido abatidos por fuego de las corbetas que se hallaban en las inmediaciones.

La aparente sorpresa del ataque habría radicado en que al ser dos simples cohetes sin ningún tipo de guía electrónica que pudo haber delatado su acercamiento y con una gran cuota de suerte, las defensas anti misiles y antiaéreas del Midway y de las corbetas y fragatas que lo cercaban, no se enteraron de que esos vectores siquiera habían sido disparados. Para cuando se enteraron de ello, estos impactaban en sobre un “Chinook” desatando una cadena de explosiones que afectaron otros tres aparatos que allí estaban estacionados y matando a nueve tripulantes que operaban en cubierta.

El único dato que existe sobre alguna novedad sobre el portaaviones USS “Midway”, fue un reporte de daños por un accidente producido por un tanque de combustible de un A6 que se soltó causando un incendio sobre la cubierta afectando a dos helicópteros, uno de ellos quedando colgado de una de las bandas. Nada sobre bajas o heridos. Esto quedaría definitivamente sepultado cuando se ordenó su conveniente baja del servicio el 11 de abril de 1992.

Varios testigos que estaban operando esa noche desde otras embarcaciones cercanas pudieron oír y ver las explosiones sobre el “Midway” pero como señalaron algunos de ellos –que mantuvieron el anonimato- oficialmente se hizo correr la versión de que había sido un accidente con uno de sus aviones. A pesar de esto, con la aparición de estos documentos saqueados del Ministerio de Inteligencia en Bagdad, los testimonios coinciden con aquel reporte del ISI develando una nueva evidencia del ocultamiento deliberado de la peligrosidad que acechaba a la flota en el Golfo.

De esta manera, los pontones sirvieron de plataforma para albergar cada uno de estos cohetes camuflados como las torres de balizamiento y que mediante algún mecanismo rudimentario para posicionarlos en ellos.

4/9/15

CUESTIONES JURIDICAS SOBRE LA INTERVENCIÓN ARGENTINA EN LA GUERRA DEL GOLFO DE 1991




VETERANOS DE AYER



DISTIGUIENDO CONCEPTOS ENTRE FUERZA DE PAZ Y OPERACIONES BÉLICAS

Por principio de cuentas y hasta el momento, las naciones como entes soberanos siguen existiendo, pese a las aberraciones intervencionistas que hemos venido viendo en estos últimos 25 años.

Esto quiere significar que, las decisiones de estos estados, deberán estar basados en el consenso interno y luego, cuando la legalidad se encuentre debidamente fundada en el encuadramiento de la ley internacional, acceder a colaborar con las decisiones de un ente como la ONU que en el marco de la Carta de Naciones Unidas y de un verdadero debate democrático, dará la legitimidad para una intervención sobre otro estado. Esto último claro, en referencia a las situaciones extremas en las que la necesidad y las previsiones de la ley lo determinen.

Cuando hace veinticinco años atrás, el gobierno del entonces Dr. Carlos Saúl Menem decidió enviar dos barcos de guerra al Golfo, se le dijo a la población que esta misión estaba enmarcada en los mandatos que surgían de las resoluciones de Naciones Unidas y de la obligación de la Argentina que como parte de la comunidad internacional, se encontraba obligada en prestar toda la colaboración necesaria para salvar la crisis que comenzó en aquel 2 de agosto de 1990.

A simple vista y sin ahondar en los verdaderos alcances de las directivas que salieron de la ONU por el incidente entre Iraq y Kuwait, el gobierno argentino tomaba una posición comprometida y hasta riesgosa en aras de cumplir con la ley internacional. Eso a simple vista.
Al detenernos a ver más detalladamente cuáles fueron los fundamentos legales por los cuales el Dr. Menem y sus asesores del ministerio de relaciones exteriores dieron luz verde a la remisión de los buques “ARA Brown” y ARA “Spiro”, podremos comprobar que los alegados compromisos legales internacionales –y por ende obligatorios- no solo no existieron sino que aun más, nunca fueron tales, quedando como únicos elementos sustanciales para la decisión de Menem, un mero interés político y geoestratégico que se basaba en una agenda ambiciosa con pretensiones a las que eran muy difíciles de llegar.

En ese sentido, los arreglos que se hicieron para decidir involucrar a la Armada con dos buques que reunieron más de quinientos hombres, fueron realizados fuera de consultas al Parlamento evidenciando con ello, una clara conducta temeraria de un presidencialismo anquilosado que pudo haber traído funestas consecuencias sobre la vida de los hombres enviados.

Yendo al centro del asunto y analizando la letra fría de la ley, para comenzar debemos saber que la Carta Orgánica de Naciones Unidas tiene rango constitucional siendo más bien, ley de la Nación, atento a su recepción implícita en nuestra legislación por ser nuestro país, parte de la organización internacional creada en 1945. En el caso de la intervención para el mantenimiento y el restablecimiento de la paz (previsto en el Cap. VII) obliga a los estados miembros (Cfr. art. 43), a colaborar con las previsiones que el mismo capítulo determina, previo tratamiento y resolución del Consejo de Seguridad.

Pero en ningún momento el Consejo de Seguridad fue más allá de lo dispuesto por el art. 41 y menos aún, obligo por no haberse emitido resolución para ello, a que los países miembros se prestaran a cooperar en posibles operaciones militares para hacer cumplir con las resoluciones que, cabe recordar SON FACULTATIVAS para todos los estados.

Claramente, las prescripciones que se refieren a la posible formación de una fuerza de paz, no fueron el fundamento para formar la fuerza de Coalición liderada por EEUU. Muy por el contrario, las previsiones de dicho artículo dejan bien en claro cuáles son los requisitos que se deben cumplir para, primeramente, tratar la posibilidad de erigir una “fuerza de paz” que tal como lo define el término, busca consolidar la paz. Lo previsto por el art. 42 de la Carta reza claramente;
Si el Consejo de Seguridad estimare que las medidas de que trata el Artículo 41 pueden ser inadecuadas o han demostrado serlo, podrá ejercer, por medio de fuerzas aéreas, navales o terrestres, la acción que sea necesaria para mantener o restablecer la paz y la seguridad internacionales. Tal acción podrá comprender demostraciones, bloqueos y otras operaciones ejecutadas por fuerzas aéreas, navales o terrestres de Miembros de las Naciones Unidas.

De ello podemos ver que la Argentina no fue requerida para conformar una “fuerza de paz” de la que refiere el artículo 42, sino que, ajena a esta previsión, adhirió a una elaboración militar planificada y coordinada por EEUU y bajo la dirección, comando y control de altos oficiales de las Armadas estadounidenses, británica y francesa. Este punto en especial, fue una de las condiciones que Washington y sus generales del Pentágono impusieron para no compartir el mando de las operaciones con la ONU. Prueba de esto último ha sido que jamás se conformó el llamado “Comité del Estado Mayor” que es un órgano militar contemplado por Naciones Unidas para asesorar al Consejo de Seguridad (Cfr. art. 47)

Otra prueba de lo anterior, es que no existe en los archivos de Naciones Unidas y en lo referente a las misiones en las que se formaron “Fuerzas de paz” hasta la fecha del 19 de enero de 1991, ningún documento sea este, resolución, directiva, sugerencia, dictamen o memorando que indique la conformación de algún Comando de operaciones para fuerzas de paz en Iraq dentro del período comprendido entre el 3 de agosto de 1990 hasta abril de 1991. En todo ese lapso de tiempo no existió intervención operacional de tropas de cascos azules ni auxiliares con funciones de observador.

Ha quedado claro y las evidencias históricas lo demuestran, la coalición que intervino bajo la denominación “Tormenta del Desierto” en 1991, no fue una fuerza de paz sino que, se trato de una fuerza ofensiva que, ajena al control del Consejo de Seguridad, llevó adelante una campaña bélica que sigue teniendo consecuencias hasta el presente. Haciendo una comparación sobre los alcances en los términos que se vinculan a las previsiones de la ley internacional, vemos que el concepto de “Guerra” nos habla de un choque armado entre dos o más bandos; “Fuerza de paz” parece enunciar la antítesis o al menos, enderazada a mantener la paz. Refiere al no uso de la fuerza, salvo una agresión que conmine a la respuesta razonable y proporcional a la primera.

Y si el concepto no resultase suficientemente gráfico para ilustrar las diferencias, cuando se refiere las fuerzas de paz de la ONU, estás están representadas en cuerpos militares denominados “Cascos azules” quienes visten con uniformes, distintivos y bajo las ordenes de Naciones Unidas. Como puede verse, en el caso de la crisis y la guerra del golfo, no hubo despliegue de este tipo de fuerza.

El marco general de lo que fue esa Coalición, puede verse huérfana de legitimidad. A partir de allí podremos ver que la decisión adoptada por la Casa Rosada, también estuvo floja de papeles y los argumentos vertidos para autorizar la intervención en una fuerza que no estaba tutelada ni dirigida por Naciones Unidas, hoy se evidencian tan ambiguos como inexactos.

Tal cual y por lo antecedentes que surgen de la decisión del gobierno argentino, esta no solo no cumplió con los mecanismos legales y constitucionales que el envío de tropas al extranjero requiere sino que además, la misión tuvo como destino el apoyo de hostilidades de gran intensidad. Recordando que las resoluciones 660/90 y 665/90 eran –y en su naturaleza jurídica siguen siendo- de carácter FACULTATIVO y que no representaban como mandatos para acciones militares, las mismas no eran sustento para la decisión.

Recordemos que las tratativas del gobierno de Menem con Washington, estaban en un marco previo de alineamiento automático y que con la repentina explosión de la crisis del golfo, sirvió de oportunidad para subirse al bote de la historia. Según los documentos de la Consejería del Ministerio de Relaciones Exteriores, los argumentos para autorizar la salida de estas tropas se veía bastante complejo ya que era necesaria la supervisión, cuando menos, del Congreso. Sigue diciendo uno de los dictámenes que “resulta abusivo que en el marco del requerimiento formulado en la resolución 665/90 se interprete como obligatorio”, por lo que resultaba abusivo que existiría una autorización tácita del Congreso nacional para la salida de los barcos”.

Una vez que los buques se hallaron en la zona de conflicto, desatada la contienda e involucrados en las operaciones lejos de haberse ordenado su regreso o retirarse a puertos neutrales, por una ley sancionada bajo el impero de las circunstancias entre gallos y medias noches (23.904/91), se comprometió a las dotaciones a plegarse a la contienda apoyando a las fuerzas de la coalición. Esta actividad que, cabe señalar, no estuvo exenta de peligros, es suficientemente sustancial para demostrar la calidad de parte en el conflicto y en el desarrollo de actos de guerra a favor de uno de los bandos.

Analizados estos antecedentes legales y los hechos notorios que representaron la crisis del golfo y que culminaron en un enfrentamiento bélico de alta intensidad, queda claro que de “fuerza de paz” no hubo nada.

3/9/15

CÓMO INFLUIRA EL NUEVO GOBIERNO EN LA GEOPOLÍTICA HEREDADA



Una vista desde EEUU sobre las perspectivas de un gobierno argentino encabezado por Daniel Scioli

Todavía en el presente y a pesar de la variedad de fuentes informativas, se sigue prestando atención a lo que dicen los redactores de los influyentes –y parciales- medios gráficos y televisivos de EEUU, principales y obligadas fuentes de los medios argentinos como Clarín, La Nación y sus diversos desprendimientos comunicacio-empresariales, sin atreverse a salirse del cuadro conservador de lo aquellos informan.

Desde aquellas latitudes se viene generando una mala impresión sobre la política exterior del país, especialmente por los acuerdos que se han celebrado con Venezuela y la firma del memorando de entendimiento con la república Islámica de Irán. Y si a eso le agregamos los acuerdos con China y los tímidos acercamientos a Rusia, con seguridad se puede decir que “no hay paso atrás” para esta política que molesta a Washington.

Uno de los más críticos a las políticas estadounidenses hacia Latinoamérica es Ron Paul. El médico del estado de Texas, no ha escatimado en señalar cuál es el fundamento de EEUU para estar constantemente metido en los asuntos de otros países, en especial en lo relacionado con la región. Paul un individualista humanitario, aboga por relaciones pacificas y nutridas por un entendimiento constructivo para todos.

Como un notable político norteamericano, Ron Paul deja claro que EEUU debe abandonar la mala costumbre de entrometerse en las relaciones de terceros países dictando arbitrariamente que es bueno y que no lo es, sin detenerse a ver si eso le agradaría a Washington que se hiciera con su agenda. Para él, la situación de la deuda argentina es la demostración de los peligros que existen cuando los países ceden su soberanía al FMI.

Desde esta perspectiva, Ron Paul advierte que de no subir un mandatario con una política de auto sustentación y con la construcción de un estado pequeño pero fuerte, Argentina seguirá capturada a las redes financieras que, propiciado por los mensajes y análisis confusos de los tecnócratas nacionales, lo tienen como un desesperado mendicante.

Otra visión estadounidense sobre la Argentina es la del político y economista Lyndon Larouche, quien desde su tribuna intelectual no duda en afirmar que la “Argentina está en la mira del imperio”, haciendo alusión que las políticas de la presidente Cristina Fernández de Kirchner han desatado las iras en los centros de poder y en ese sentido, tanto los llamados “fondos Buitres” (Hold outs) que operan a través del grupo de tareas ATFA, que tiene como financiador al especulador Paul Singer, han articulado una política agresiva que entre otras maniobras por complotar contra Buenos Aires, estuvieron la organización de las conferencias por el mes de noviembre en 2014 de la “NPS Global Foundation” sobre los peligros de la proliferación nuclear a cargo de un criminal de guerra como el ex ministro de Defensa de Anthony Blair, Des Browne, pretendiendo sembrar el miedo a las relaciones que Buenos Aires mantenía con Caracas y Teherán.

Los asistentes a esas charlas más bien tuvieron que haberse espantado con el prontuario del Sr. Browne quien como ministro de Defensa en toda la etapa de la invasión y ocupación de Iraq, fue el responsable político de haber avalado las torturas, vejaciones y asesinatos de prisioneros iraquíes.

Precisamente Larouche en un artículo publicado el 19 de agosto, advierte que el próximo mandatario argentino deberá llegar a un acuerdo de pago con los “buitres” ya que de no hacerlo, se prevé una catástrofe económica para la Argentina. Según él, las órdenes para esto no surgen de Washington o directamente de la Bolsa de Wall Street sino de Londres. La única alternativa para salir de esta horca es que el próximo presidente continúe y profundice la relación con los BRICS, algo que la ATFA tratara de obstaculizar para arrastrar al país a una situación insoportable que la llevara al caos.

Desde esta perspectiva y atento a que los polos de poder en Washington han ungido a un Daniel Scioli, pese a ello, debería seguir el camino tomado por la presidente CFK ya que si se deja engañar por asesores económicos y agentes que responden directamente a la banca y a los intereses que dominan Washington, Argentina puede entrar en el juego de un “caos controlado” por el cual, los niveles de desigualdad se dispararan, abriendo el camino al descontento social que dará lugar a focos de inseguridad, que a su vez justificara el incremento del gasto de seguridad que volverá al país en un estado policial al borde del colapso.

2/9/15

IRAQ: LOS ESTADOUNIDENSES NO PUEDEN CONTROLAR EL AVANCE DE ISIS DENUNCIA UN ALTO OFICIAL CHIITA




FRUSTRADA LA OFENSIVA PARA RETOMAR AL RAMADI

Los norteamericanos por mucho tiempo deberán aceptar que como reza el dicho “nuestro pasado nos condena”; y esto en referencia a su presencia en Iraq y en toda la región en general. No hay un solo lugar –salvo en los dominios de los traidores del Clan kurdo Barzani- de la región que tenga un sentimiento de revancha para con estos depredadores venidos del occidente.

El sentimiento no es unilateral de los sunitas, como muchas veces los medios tendenciosos han sabido acusar y alinear con mucha liviandad, a todos los musulmanes sunitas como parte del llamado “Islamic State”. Para que se vayan enterando, en Iraq, salvo los políticos y personeros que fueron puestos a dedo por las listas elaboradas por las agencias de inteligencia y supervisadas por la entonces secretaria de estado Condolleza Rice (Condy), sean sunitas, chiitas, cristianos y varias facciones kurdas, no tienen un buen recuerdo de los estadounidenses y sus colegas británicos.

Solo basta recordar que en plena ocupación y pese a los esfuerzos de la CIA por comprar a todos los grupos de la resistencia, tanto con dinero como con la participación en las llamadas Sahwarat (Consejos del amanecer), no pudieron detener ni menos aún alivianar los ataques de nuevos grupos que comenzaron a rebelarse al gobierno colaboracionista y corrupto de Al Maliki y Talabani, adalides de las miserias que vive el país desde que fueron puestos por Washington en el poder.
Con la aparición del ISIS en 2014 y que tras las denuncias de varios sectores políticos, tanto en Turquía, Iraq y Siria, sobre su real propósito, EEUU había venido sacando provecho de esto, algo que fue inmediatamente denunciado por los sectores que siempre se han opuesto a la ocupación y al gobierno colaboracionista que los tolero. Es así como, los grupos chiitas de la resistencia en aquellos siniestros momentos, hoy han ganado un importante lugar en las instituciones sociales de un país destrozado.

Desde las tribunas políticas, chiitas y sunitas han denunciado que ISIS es un embuste que estaba actuando a favor de EEUU. Uno de los más decididos oponentes al regreso de los estadounidenses a su suelo es el clérigo Moktadr Al Sadr, líder el “Ejército Mahdi” e inspirador de los grupos de la resistencia “Kataib Hezbolla de Iraq”, letales enemigos de los estadounidenses y británicos, que vieron hasta su último día perder sus potentes tanques y vehículos blindados ante los llamados “Dispositivos Explosivos Improvisados” en las carreteras más protegidas.

Hoy en una muestra de la ceguera y tal vez, una incurable arrogancia, Washington pretendió volver a ponerse en el papel del “salvador” acudiendo con sus tropas de tierra para correr a los chiflados del “Islamic State”. Pero, tal como ya se había advertido y muchos militares estadounidense intuían, los iraquíes y en especial los chiitas de las Brigadas populares del “Hash A Shaabi” no los querían ni en sueño. Según oficiales de la milicia chiita, “los americanos no pueden con el asunto…se ven sobrepasados por las tácticas de Daesh y simplemente huyen”.

A ello, sumado a la desconfianza de los combatientes iraquíes, claramente inspirados por un pasado sangriento, se han detenido los esfuerzos por retomar Al Ramadi dado que, incluso se han registrados agresiones cruzadas entre los milicianos chiitas y los estadounidenses. Muchos comandantes chiitas de varios de los más importantes grupos que no responden precisamente al gobierno del títere “Haidar Al Abadi”, dejaron bien en claro, que no querían y no necesitaban a los estadounidenses ya que ellos, eran parte del problema.

31/8/15

COMPROMETEDORAS REVELACIONES SOBRE EL ALCANCE DE LA CONTAMINACIÓN QUÍMICA Y BIOLOGICA



VETERANOS DE AYER



DESCLASIFICADO: CONSECUENCIAS DE LAS ARMAS NUCLEARES Y BIOLÓGICAS EN EL TOK 1991.


Dentro de los entretelones que rodearon a la llamada “Tormenta del Desierto”, hubieron muchos factores que además de actuar invisibles en medio de la campaña, fueron mantenidos muy bien silenciados luego de ella por dos décadas y media.

Con ese prudencial paso del tiempo y que es necesario para analizar fríamente los hechos que constituyeron esta mega operación militar de finales del siglo XX, el estudio de aquellos factores que en ese entonces fueron considerados como “clasificados o secretos” y sujetos a la censura informativa, hoy se hacen vitales para entender que ha dejado este conflicto para los participes.

Las versiones sobre “posibles usos de armas químicas” por parte de Saddam Hussein contra las tropas de la Coalición nunca quiso ser confirmada por los organismos oficiales estadounidenses ni menos aún sus obsecuentes y dependientes agencias de la ONU. Tal como se menciona, solo han sido parte de especulaciones por medio de las cuales, se ha tratado de desvirtuar semejante posibilidad dado que si Washington acepta esto, vería una presión no solo de sus propios veteranos sino también de los que han estado involucrados en aquella guerra que se extendió lo suficiente como para que cualquier organismo quedara expuesto a los agentes dañinos a la salud.

En investigaciones más cercanas en el tiempo, se han encontrado que a esa versión –de la cual creemos fue real- hubo un gran aporte de los estadounidenses para soltar en el medio ambiente del Golfo un coctel tóxico tan o más venenoso que los químicos que el ejército iraquí les lanzó en al menos sesenta ocasiones –Conforme a documentos de la inteligencia iraquí de la época- tanto sobre las fuerzas terrestres que avanzaban desde Arabia Saudita como sobre las fuerzas navales en las aguas próximas a Kuwait.

En las bodegas de los buques de transporte logístico que entraron al Golfo Pérsico entre 1990 y 1991 se trajeron todo tipo de municiones para aviones, helicópteros, artillería y bombas inteligentes con uranio enriquecido. A pesar de que estos elementos para ese entonces estaban bajo total reserva, no fueron los únicos y más temibles armamentos que se movilizaron al teatro de operaciones. Según fuentes británicas de la época, el Comando de operaciones conjuntas habían considerado la posibilidad de utilizar cabezas nucleares tácticas para lanzar desde aviones B-52 y los misiles crucero navales “Tom Hawk”.

Si bien estas cabezas nucleares no fueron usadas, el volumen de las bombas y municiones con uranio empobrecido utilizado fue tan masiva (320 toneladas de residuos radiados), que el grado de contaminación causado en todo el teatro de operaciones y por el pésimo sistema de descontaminación implementado, fue como si se hubiesen usado tres dispositivos nucleares W88 “Trident”. Para los estrategas de esta operación, el uso indiscriminado de estas municiones en sus tanques, ametralladoras pesadas y bombas guiadas, no tomaron en consideración los efectos secundarios que podrían afectar a sus propios hombres.

De esta manera, un proyectil de artillería de un tanque Abrahms podía desde una distancia de una milla atravesar limpiamente el blindaje de un T-72 de la Guardia Republicana como si fuese manteca. El resultado a la vista era contundente: la tripulación iraquí quedaba reducida a cenizas pero, los incautos que festejaban esa hazaña no se imaginaban que ellos serían afectados por los gases venenosos de esa detonación.

Pese a que no se dejo traslucir al público hubieron varias críticas de varios estrategas militares por el uso indiscriminado de este tipo de municiones radiactivas. La colocación del isotopo 235 en sus cabezas armadas para bombas, misiles y cañones navales multitubo, representaba lo que hoy se conoce como “bombas sucias” dado que, pese a no ser fisionables, son terriblemente contaminantes y muy dañinas para los organismos vivos.

Para los generales y asesores militares a favor del uso masivo de estas municiones, la efectividad de estas sobre el blindaje de los Tanques y portentosos puntos fuertes de los iraquíes, reivindicaba el sacrificio de consecuencias que no estaban probadas a esa época.


 Al mismo tiempo, Informes de sectores opositores a exponer a las tropas a los humos y los gases que soltarían las detonaciones de estos explosivos, argumentaban que una vez detonados dejarían en el aire –y por ende aspirable por las tropas y civiles en la región- microparticulas que pulularían por largo tiempo y por efecto de los vientos, se extenderían por toda la región. Tal como lo refleja la foto del artículo, la población de Iraq se encuentra y lo estará por mucho tiempo, gracias a los efectos acumulativos y dañinos de estos elementos tóxicos.

Estos informes culminaban advirtiendo sobre los efectos y la sintomatología que acusaría un organismo humano invadido por estos elementos. Tal como lo señalaban y por efecto de la oxidación de estas partículas que irían acumulando en los sectores donde habían detonado y trasladándose por el aire, las consecuencias sobre el organismo humano serían degradantes y fatales.

En términos técnicos precisos, la utilización masiva de estas municiones genero las llamadas radiaciones “Alfa” que además de crear una degeneración celular progresiva de los tejidos expuestos, produce una neoproliferación celular atípica. Estas partículas a su vez se dividen en solubles e insolubles ambas invasivas y factores determinantes para la degeneración celular en los órganos blandos como Pulmones, riñón y tejido linfático.

Tras el regreso de las tropas, se comenzaron a denunciar muchos casos de canceres y problemas neuronales que se vinculaban con tumores en la cabeza. El cuadro clínico que vinculaba estos problemas, relacionaban a los pacientes a exposiciones a un ambiente tóxico que les desató problemas respiratorios similares al efisema y/o fibrosis pulmonar, problemas neurológicos con pérdida de la memoria, déficit neuromuscular, estrés postraumático, disfunción hepática y/o renal, inmunodeficiencias, infertilidad, fibromiopatias, malformaciones congénitas, y neoplasias.


El tema fue tapado durante el transcurso de la década de los noventas y cuando se filtraron extraoficialmente datos sobre estos casos, solo fueron tratados como casos aislados más dignos de la ciencia ficción que de estudios científicos. Para 1994 el ex Secretario de defensa William Perry y el Jefe del estado Mayor el general John Shalikavilli, aseveraron que “no había ninguna información, clasificada o no clasificada, que sugiera que se hubieron utilizado armas químicas o biológicas en el Golfo Pérsico”, obviamente confiando que nunca aparecerían piezas informativas –y menos aún de los servicios de inteligencia iraquíes- que darían cuenta de ello.

Los veteranos que regresaron a sus casas, llevaron consigo un recuerdo letal en su sangre y que trasmitirían a sus mujeres mediante el llamado “semen ardiente” las cuales a su vez dieron a luz a hijos con malformaciones físicas y neurológicas que no pudieron ser explicadas por argumentos coherentes.

Por supuesto que esto comenzó a ser un tema de preocupación para Washington pero no para buscar una ayuda a sus veteranos, sino para encubrirlo de manera efectiva y permanente. A tal grado llegó el gobierno por detener o distorsionar lo que estaba ocurriendo, que el Departamento de Defensa (DD) interfirió en los estudios del Centro de Investigación Médica de Uranio (UMRC), amenazando con cortar los fondos para investigaciones y más aún, cesar a los especialistas que trabajaban en dicha institución.

Incluso por el año 1995 se denunciaron casos de adulteración y/o destrucción de las historias médicas de varios veteranos que acudieron a los hospitales militares para que les examinaran de sus dolencias (v. Magazine “Army Times”, del 24 de abril de 1994 publicó una nota sobre la destrucción de historias médicas de marineros enfermos por efectos contraídos en el Golfo Pérsico). Esto se dio en el marco de las investigaciones que por entonces llevó adelante la Capitán de reserva naval Julia Dickman, que al tratar de averiguar las causas de una serie de afecciones que al día de hoy aún la aquejan, recibió fuertes presiones de la Marina estadounidense la cual, le corto la paga. Igualmente, Dyckman gracias a un buen bufete de abogados pudo revertir la situación y poner límites a la arbitrariedad gubernamental.

Según artículos del año 2004, los casos por afecciones relacionadas con agentes contaminantes en el Golfo Pérsico revelaban que los porcentuales de chance para contraer canceres se elevaba a “1000 por ciento”, dejando a la vista una catástrofe sanitaria para EEUU dentro de su población de veteranos y de sus familias.

El tema recobró fuerza en medio de la desastrosa ocupación comenzada en 2003, donde informes médicos independientes y del llamado “Proyecto Censurado” de la Universidad de Sonoma, dejaban en claro que tanto militares como civiles que estaban en Iraq –y obviamente los iraquíes- estaban absorbiendo niveles de radiación y polvo de uranio que traerían consecuencias a mediano plazo.
Estudios realizados en 2007 dieron cuenta la estremecedora cifra de hombres afectados por estos elementos y por las develadas armas químicas que los iraquíes lanzaron en el frente de batalla que ascendía a unos 541.000 veteranos norteamericanos y unos 50.000 británicos. Para la actualidad, los casos se han incrementado. Como bien señalaba, tanto tanquistas como infantes de a pie presentaron las mismas afecciones por las combinaciones tóxicas que habían invadido sus organismos.

Sin dudas de que las cifras más altas son las de las tropas de tierra (sin distinción entre infantes y personal transportado) pero varios expertos no han discriminado a los embarcados y personal de vuelo quienes muy seguramente estuvieron expuestos a las intoxicaciones de este metal..que traerian consecuencia a mediano plazo...

30/8/15

LA PELIGROSA TAREA DE LOS HELICOPTEROS EN EL TOK 1991


VETERANOS DE AYER


La llamada primera guerra del Golfo Pérsico no fue tal sino que más bien, fue el inicio de una guerra que aún continua en nuestros días.

Tras una continuidad en la hostilidad durante trece años mediante un cerco naval y aéreo que sumió al país árabe a uno de los embargos más terribles de la historia del siglo XX, los EEUU y sus aliados buscaron que por el peso de las insoportables circunstancias Iraq se fragmentara. Para cuando ello ya no sirvió para derribar al gobierno de Saddam Hussein se concretó la sangrienta invasión en 2003 que sigue teniendo consecuencias nefastas sobre la región y con perspectivas de ir más allá.

Lo que sucedió en 1991 con la llamada Tormenta del Desierto fue desatar la primera y última gran guerra entre ejércitos nacionales y que no estuvo exenta del uso de las armas más destructivas que el mercado podía ofrecer entonces.

Poco o nada se ha contado de lo que realmente ocurrió en el ojo de la llamada “Tormenta del desierto”. Las órdenes impartidas desde el Pentágono eran claras y de estricto cumplimiento “No se mostraran bajas propias ni del enemigo”; a los ojos de los televidentes estadounidenses que veían desde sus hogares la contienda, debían creer que se trataba de una “guerra limpia y justa” donde las bombas inteligentes y la infalible inteligencia militar, solo asestaban golpes puntuales y “quirúrgicos”. Todo eso, solo fue parte de una novela muy bien relatada por la CNN de P. Arnet pero que con el paso de los años, paso a ser inaceptable.

Mediante esta gran cortina que tapo la realidad de los hechos que se fueron desencadenando en el frente, EEUU y sus aliados se esforzaron por ocultar –entre ellos- las bajas y los daños dentro de sus filas. Una de las áreas que los biógrafos de la historia y las respectivas fuerzas involucradas que se encargaron de silenciar fueron las pérdidas ocurridas sobre helicópteros navales y del ejército norteamericano.

Para los informes oficiales del Comando aliado, las bajas propias y de sus aliados fueron casi nulas. El itinerario final que acusaba oficialmente las bajas y pérdidas resultaban ridícula para muchos expertos estadounidenses. Varias pérdidas de aparatos aéreos fueron acusados a casos de accidentes por mal funcionamiento o por razones climáticas; meros eufemismos para cubrir los incómodas bajas en situación de combate.

Los hechos demostraron que los iraquíes no solo estaban mejor preparados que sus tropas, sino que además sabían manejar los diferentes juguetes que tenían de resabio de la última guerra contra Irán; uno de ellos el misil portátil SA-7.

Los EEUU entre sus fuerzas, remitió al teatro de operaciones unos 700 helicópteros tanto de ataque como de transporte y logística. Los ingleses movilizaron 12 helicópteros en su mayoría correspondientes a la “Real Royal Navy” embarcados en un portaaviones y sus dos fragatas presentes en las aguas del golfo. Para los informes oficiales los EEUU solo perdieron un par de aparatos en su mayoría por desperfectos sin haberse reconocido varios casos en los que la eficacia de las fuerzas iraquíes, fueron literalmente ocultados de la vista de la opinión pública. Los primeros choques de la fuerza aérea de la coalición registrados el 20 de enero de 1991, los reportes oficiales del Comando de la Coalición dieron cuenta de solo diez aviones perdidos en acción sin declarar bajas en sus pilotos, pero el Departamento de información de Iraq daba cuenta de ciento dos aviones derribados y varios pilotos que se habían eyectado habían sido capturados.

Algunos documentos del entonces Ministerio de Inteligencia de Iraq con carácter secreto, revelan que en las primeras setenta y dos horas del lanzamiento de las operaciones de bombardeos sobre Kuwait e Iraq, tan solo en la región de la defensa aérea de la provincia de Bagdad acusaban el derribo de cuarenta y cinco aparatos de la coalición señalando que en los casos identificables a once aviones estadounidenses, tres italianos, dos franceses, dos británicos y el resto se hacían imposible de identificar dado que habían sido despedazados en el aire o los rastros que habían caído a tierra eran fuselaje chamuscado.

En un solo día, los informes sobre la situación de peligro para los aviones de la coalición era muy alta. A pesar de que con el paso de los días se obtuvo una relativa superioridad aérea, las operaciones a baja altura se volvían muy arriesgadas para golpear blancos altamente estratégicos como eran las lanzaderas de SCUD. Algo que los reportes estadounidenses no quisieron explayar fue la alta eficacia de las baterías antiaéreas móviles que cambiaban de lugar en forma constante y con inusitada audacia. En varias ocasiones operaciones tácticas dirigidas a destruir supuestos sistemas de misiles SCUD defendidos por formaciones de baterías antiaéreas de tubos y misiles SAM, terminaron destruyendo meras maquetas inflables que ingeniosamente simulaban ser éste tipo de equipos.

En otras operaciones similares, las misiones aéreas de la coalición terminaron en desastre. Los hechos revelaban que a pesar de que para el mes de febrero la aviación iraquí se había desbandado a Irán, los aviones no podían operar con la impunidad esperada.

El caso de los helicópteros fue quizá el más encubierto de toda la operación. En los medios se presentaban a los “Apache” como los cazadores de tanques, con formidables sistemas de armas y guías inteligentes; sus pilotos podían ver en la noche más cerrada gracias a los más poderosos lentes de visión nocturna que no necesitaban baterías y se alimentaban de la luz de las estrellas. La propaganda ofrecía una visión de triunfalismo que solo fue para los medios.
Además, no solo había este tipo de helicópteros operando. Hubieron otros, que no presentaban el poder de fuego de aquellos ni menos aún la tecnología que disponían los estadounidenses. Pero, a pesar de las características del “Apache” como el cazador de tanques, tuvieron serios problemas ante tácticas ingeniosas y un buen uso de viejos sistemas portátiles antiaéreos.

Según un reporte de inteligencia del IIS fechado 6 de febrero de 1991 que recopilaba informes en Al Samawah al suroeste de Bagdad, en horas nocturnas la inteligencia informaba que una escuadra de unos catorce aparatos enemigos provenientes desde el noroeste avanzaban a baja altura. Los defensores de la localidad tomaron acción para repelerles. Según continua el reporte, los atacantes eran diez “A1-Apache” que escoltaban a cuatro Bell UH-60 “Black Hawk” que tenían como aparente objetivo tomar el complejo eléctrico o asesinar a los comandantes de la Guardia republicana que estaban en una reunión secreta y a la cual asistía el entonces vicepresidente Izzat Ibrahim Al Douri.

Según detalla el reporte, la primera línea defensiva dejo pasar el cortejo y se mantuvo oculto. Cuando llegaron a unas tres millas de las afueras dos unidades de “Fedayin” –guerrilleros de Saddam- abrieron fuego frontal mientras desde dos flancos y mediante un juego de cohetería y ametralladoras hicieron que los atacantes se dispersaran para formar tres grupos mientras que dos de los cuatro aparatos que transportaban tropas, giraran violentamente para regresar por donde habían venido. Al regreso y desde atrás los misiles “SA-7” y fuego concentrado tomaron por sorpresa a los intrusos causando pese a las contramedidas tres aparatos derribados y dos averiados que pudieron escapar rumbo al noroeste en dirección a la frontera con Arabia Saudita. Dos “Apache” y un “Black Hawk” derribados fue el saldo de la incursión. Según señala finalmente el reporte, “solo se recuperaron del aparato más grande tres “US Ranger” seriamente heridos y trasladados para interrogación”. Este hecho no aparece en ninguno de los informes de la Coalición ni se alude a una misión a esa zona. Lo cierto es que testimonios de varios veteranos norteamericanos y británicos pudieron ver en más de una oportunidad en momentos que avanzaban a territorio iraquí, los restos de algunos de sus helicópteros y en algunos casos hasta los restos de cuatro “Chinook” desperdigados junto a equipos, armas y piezas de artillería en unas quinientas yardas a la redonda a unas trescientas millas al oeste de “Ar Rutbah” en la provincia de Al Anbar. Algunas expresiones de aquellos al ver estos paisajes eran “Dios, si en casa vieran esto”.

Según los relatos de varios “vets”, en lugares como ese los desechos del uso de lanzadores manuales del “SA-7 MANPAD” yacían por el suelo. Uno de los relatos de un ex “Seal” que se adentró con sus compañeros hasta Umm Qsar, relato que los efectos de los sistemas antiaéreos que usaban los iraquíes habían sido terribles.

En el frente de Kuwait y sus aguas adyacentes también hubieron días negros para los aparatos navales de la coalición. Para los generales y los encargados de dar la información de las “casualties” –bajas- no hubo más incidentes que algún helicóptero de transporte del tipo “Chinook” o los “UH-60 A” venidos abajo por fallas en sus rotores producto de las tormentas de la fina y dañina arena de la región. Pero los reportes de la inteligencia iraquí y que se plasmaron en documentos del Ministerio de Información, dan cuenta de un episodio ocurrido el 18 de febrero en las inmediaciones de la península de Fao, donde la incursión de dos helicópteros “Sea Linx” británicos que atacaron a una lancha OSA que trataba de llegar a aguas iraníes, no advirtieron que en una de las orillas habían hombres de la Guardia Republicana armados con “Blowpipe” y dos baterías ZU-53 muy bien escamoteadas, que abatieron a los helicópteros sin reportarse sobrevivientes. A pesar de la pésima noticia para los británicos, y tras haber barrido el área con una pasada de aviones Tornado solicitados para eliminar al enemigo, un helicóptero de transporte “WS-61 Sea King” enviado para explorar y rescatar posibles sobrevivientes cayó abatido por un misil portátil tipo SA-7 sin posibilidad de