12/6/16

“NO, PERO SI ¿VUELVE LA ARGENTINA AL GOLFO PERSICO?


Cómo el gobierno de Mauricio Macri puede en su enfoque paleolítico volver a cometer los mismos errores que Menem

Por Charles H. Slim
Aunque como de costumbre los medios informativos no digan nada sobre temas complejos, éstos se siguen tratando en el más absoluto secreto y con mucho interés por aquellos que aspiran a tomar el control del Status Quo en un país sumido en la idiotez del circo mediático. Más allá del problema económico financiero que asola al país y del crecimiento del desempleo que ocupa la atención de los ciudadanos medio, otras cuestiones evolucionan a la par y son dejadas de lado por los supuestos medios, independientes que supuestamente, no se alquilan al mejor postor.

 Uno de estos temas es la posibilidad de que Argentina vuelva a involucrarse en una operación bélica como la realizada hace 25 años atrás en la región del Golfo Pérsico pero esta vez contra la República Islámica de Irán.


Ahora bien, la realidad del estado de la defensa nacional no es el optimo, incluso algunos directamente han señalado que es pésimo y su caída en la degradación ha sido obra de las administraciones pasatistas repletas de revanchismos y prejuicios políticos demodé. Esto lleva a que muchos se cuestionen ¿Cómo podría Argentina colaborar con éste posible plan?


Además hay que señalar que el país tiene ciertos déficit en su haber para poder concretar una maniobra como la que se estaría planificando en los estados mayores de aquellas potencias extranjeras. Uno de ellos es la carencia de una legislación que contemple en forma clara, la situación de la salida de tropas para intervenciones fuera de sus fronteras y que –como fue la del Golfo Pérsico en 1991- se involucren en operaciones de batalla. Si se concretaran estos planes, le será muy difícil al gobierno maniobrar legalmente para justificar una partida como la de aquel entonces. Al parecer la cartera de defensa y de los responsables en legislar sobre la materia sigue estando en manos de aficionados (para ser medianamente indulgentes).


Como hemos dicho en muchas oportunidades, el tema de la defensa suele ser relegado para dar cabida a las contingencias que vaya marcando la agenda mediática del momento que busca distraer. Mientras durante la anterior gestión se han gastado millones de pesos en reclutar, re-equipar, entrenar y armar a miles de agentes de policía que en número, sobrepasan a los porcentuales por habitante que tienen metrópolis como New York o Londres, la Fuerza Aérea y la Armada han retrocedido sin exagerar unos sesenta años, algo que operativamente y desde el punto de vista de la responsabilidad política es muy grave.


Aquella fue una de las grandes hazañas del llamado “Kirchnerismo”, crear puestos de empleo a costa del erario público y convertir al país en un virtual estado policial corrupto e ineficiente que entre algunas curiosidades, llegó a identificarse con algún que otro gobernador.


Esta habría sido –aunque ustedes no lo crean- la concepción de una política de defensa, del control puertas adentro olvidándose de lo que ocurría y lo entraba desde afuera; sin dudas a la vista de cualquier estratega, un absurdo total. Así pudimos ver como hasta cinco fuerzas de seguridad convivían al mismo tiempo en una misma jurisdicción creando un caos más funcional a la delincuencia que beneficioso para la seguridad ciudadana. Hoy, el gobierno de CAMBIEMOS le ha confiado a agencias israelíes y estadounidenses el diseño policial e incluso evaluaciones de los candidatos para ocupar las jefaturas de la fuerza.


Pero la seguridad policial no tiene nada que ver con la defensa. Guste o no a la clase política que calienta los sillones de sus puestos muy bien remunerados, es un tema muy complejo y que en la peligrosa actualidad internacional, un país no puede darse el lujo de prescindir de un esquema serio y continuo de defensa estratégica que logre la disuasión de potenciales agresiones que hoy día se hallan mayormente enmascaradas bajo apariencias de inocuidad y la clandestinidad. Sin una política de defensa y menos aún una política geoestratégica como poseen sus vecinos (Chile, Brasil y Bolivia), Argentina poco puede negociar en una mesa con potencias como EEUU, Francia e Israel que están teniendo mucha influencia –demasiada- en varias decisiones internas que harían a las políticas que la Casa Rosada deberá decidir en breve.


Argentinos sirviendo en el ejército israelí



Hoy se están filtrando algunos rumores de que Tel Aviv y Washington están diseñando la política exterior del país, orientada a convertir a la Argentina en el brazo sudamericano para el desarrollo de una nueva fase de la geopolítica de aquellas potencias, que–entre otros temas- han venido postergando su tan anhelada agresión contra Irán. Según algunas fuentes, asesores militares y de inteligencia han llegado a Buenos Aires para comenzar tratativas sobre la posible reestructuración de las FFAA lo que conllevaría como contra prestación, una adhesión y segura participación del país en una nueva campaña en la región del Golfo Pérsico.


Las conversaciones para el mejoramiento del sector de la defensa ya había venido siendo un tema tratado el año pasado cuando los representantes de CAMBIEMOS y el mismo Macri visitaron EEUU en donde logró obtener varios pulgares para arriba si llegaba al poder.


La construcción de una nueva defensa o recomponer a las maltrechas FFAA existentes, sin dudas será una tarea ardua ya que el estado de abandono que presenta el área es altamente crítico. No hay que olvidar que esto se halla condicionado y muy vigilado por Londres que no permitirá una potencialidad militar que amenace a sus intereses en el Atlántico sur. Esto fue puesto de manifiesto por el mismo Cameron a Macri en la cumbre de Davos a comienzos de año. De esta manera, Gran Bretaña juega como una especie de contralor de hasta donde Argentina podrá adquirir un cierto poder militar. Las muestras de ello abundan e incluso se pudo advertir no hace mucho, cuando algunos medios anunciaban inocentemente que Argentina podría adquirir el sistema de misiles crucero de las industrias “Indo-rusas” BRAHMOS, lo que para quienes estamos al tanto de quiénes manejan a la Argentina, eso era de imposible concreción.


Para llevar adelante estos reajustes en la infraestructura militar, a la par se han venido viendo como el gobierno de Macri ha tomado varias decisiones políticas que propenderán a lograr concretar estos proyectos. Entre ellos, los cortes de señal con los multimedios considerados por Washington como hostiles.


Tras la llegada e instalación de la mega cadena CNN, comenzaron a concretarse los cortes de señal de medios “políticamente inconvenientes” que desde hace cinco años fastidian a la Casa Blanca y también a sus aliados. De esta manera se pudo ver como Buenos Aires dio por finalizada sus trasmisiones gratuitas de la cadena venezolana TELESUR y solo unas horas atrás, rescindió la contratación para que la señal de RT (Russian Today), las cuales dejarán de trasmitir desde Argentina.


También Tel Aviv tempranamente puso sus condiciones sobre cuales medios no debían supervivir en la nueva era, especialmente los de origen árabe e islámico como son el caso de las agencias iraníes “HISPAN TV”, “IRNA” e incluso canales islámicos argentinos como “ANNUR TV”, que tras ser denunciado por los sectores sionistas argentinos, fue inmediatamente señalado por Tel Aviv para que cerrara sus trasmisiones.


Sin dudas, esto forma parte del control informativo que tratara de orquestarse para reducir el impacto de las acostumbradas atrocidades que tanto uno como su aliado, cometen entre las poblaciones islámicas de la región.


Sin lugar a dudas, esto supera y por muy lejos a las políticas que el gobierno de Menem denomino de “cooperación bilateral en materia estratégica”, que solamente beneficiaron a Washington por lo que de “bilateral” no tuvieron nada. En aquel momento las promesas de que Argentina –por medio de estas implicancias-participaría en la aparición de un “nuevo mundo, de paz y progreso”, el tiempo demostraría que nada de ello tuvo visos de verdad y que a los intereses argentinos claramente no aportaron nada.


Está claro y más allá de las comparaciones con aquella oleada neoliberal de los noventas que parecía imposible de reeditar, hoy el país pareciera enfilarse a similares horizontes en donde aquellos intereses vuelven a la carga con nuevos preparativos para que Argentina se involucre decididamente en una mucho más compleja geopolítica internacional en donde y a diferencia de lo que ocurría en los comienzos de los noventas, EEUU ha perdido claramente la supremacía política y ve ciertamente amenazada la militar.


Todo esto es parte de un preparativo que va más allá de los intereses argentinos. Mientras se despliega un espectro mediático acorde a estos intereses, los preparativos para “ayudar a la defensa nacional”, esconden claros y oscuros planes que implicarían entre otros objetivos el embarcarse en una muy peligrosa aventura militar contra un país soberano. Según algunas fuentes, las inversiones que los “amigos extranjeros” del gobierno y sus partidarios de CAMBIEMOS buscan aportar, se centrarían en proveer material naval y aviones para conformar una pequeña flota que le dará al país, una operatividad que no desplegaba desde 1982. Ante la situación imperante, esto para los oídos de los efectivos de las famélicas FFAA representaría un revivir en sus tareas operacionales para las cuales fueron instruidos durante años. Sin dudas, que si los pilotos ven a su disposición un moderno avión de combate sobre la pista o un capitán un buque de mediana tecnología listo para zarpar, sería un sueño hecho realidad postergado por décadas de pésimas administraciones y politiquerías mezquinas.

Escudrilla Phanter ARA 1965



Y qué decir de la Marina de guerra argentina, que allá por la década de los cuarentas en el siglo pasado, llegó a ser la más poderosa del Cono sur y que tras estar incluso al nivel de la naval norteamericana, que tras la meritoria acción en la guerra de Malvinas cayó a la más absoluta postración por revanchismos políticos que beneficiaron mucho más a los enemigos del país, que a los partidocráticos y arribistas sectores nacionales. Aparentemente el desempeño de la misión argentina que incursionó en el Golfo Pérsico entre 1990 y 1991 su participación ha sido muy bien calificada por el Pentágono y ello quedo registrado en los archivos.


Según algunas fuentes reservadas, el merito del grupo de tareas argentino T.88 que operó en aquella jornada, especialmente la que participó de las operaciones “Tormenta del desierto” no solo había causado una muy buena impresión en los camaradas que operaron junto a los navíos argentinos sino que incluso, los altos cargos en el Almirantazgo del Departamento Naval estadounidense solo tuvieron palabras de elogio y reconocimiento por el desempeño de sus operaciones. Algunos documentos del Pentágono que se mantienen como CLASIFICADOS, revelan excelentes observaciones en la evaluación del desempeño de los argentinos incluso por encima de otros de sus aliados en el TKO. Quizá el más importante de estos documentos sea el informe del director de la Inteligencia Naval de Estados Unidos el Contraalmirante Thomas Brooks quien, basándose en los reportes de operaciones que le elevó el Comando de operaciones en el Golfo Pérsico y de informes de inteligencia del MARCENT, evaluó el desempeño argentino como “muy profesional y remarcable”, que según algunos mal pensados, fue bien escondido por el entonces gobierno menemista.

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