23/2/16

“OBAMA CAE EN BUENOS AIRES”




¿Cuáles serían los motivos centrales de la inedita visita de Obama a la Argentina?

Por Dany Smith





Próximamente, la llegada a Buenos Aires del presidente norteamericano Barack Obama es sin lugar a dudas, un acontecimiento relevante en la vida política de Argentina y de la región del cono sur. Igualmente de importante lo es para el gobierno argentino que, dicho sea de paso, se encuentra en la misma frecuencia ideológica del Stablishment estadounidense. Ahora bien ¿qué significa para Obama y particularmente para los que verdaderamente manejan el poder en Washington, la visita a la Argentina? Para responder a esta cuestión, deberíamos ver antes el contexto en el que se realiza esta visita.


Sin dudas que el momento político para La Casa Blanca y para los EEUU en particular no es el mejor. Con el incremento de las tensiones con la Federación rusa por los asuntos en Ucrania y Siria, se agregan los roces con China, a quien la Armada estadounidense ha venido maniobrando en el mar de la China y sobre sus aguas meridionales –en torno a las islas Triton- , con claras intensiones de medir las capacidades de respuesta de la Armada asiática, que dicho sea de paso, tiene convenios de colaboración con la Armada de la Federación rusa. Es en este tipo de incidentes, en los que varios expertos opinan que “hay una deliberada intensión de EEUU por abrir un frente bélico en Asia” siendo sus principales motivos, el mantener en marcha la lucrativa economía bélica que ha sido el motor para la recaudación de dinero, bienes y riquezas varias que además de enriquecer a los magnates de la industria armamentística, proveen al estado norteamericano los incentivos y las justificaciones para mantener “el estado de movilización permanente” que para la industria armamentística y sus empresas satélite representan miles de millones de dólares al año.


A todo ello, el mandatario norteamericano debe agregar el crecimiento de su impopularidad doméstica en el marco de un crecimiento de la tasa de desempleo, el crecimiento astronómico de la deuda pública y los problemas que surgen de cada vez más complejas situaciones entre las empresas de servicios y el consumidor, sus contradicciones en el tema del “ISIS” y las impopulares medidas para involucrarse aún más en los conflictos que aquella franquicia ha creado dentro de Siria e Iraq, para citar a los más conocidos.



En el aspecto de los derechos humanos, Obama no ha repuntado en la imagen que los EEUU se ganaron tras la puesta en evidencia, que sus agencias de inteligencia y sus fuerzas militares de ocupación, desarrollaban y siguen desarrollando torturas, abusos y ejecuciones sumarias contra prisioneros de los países invadidos. A pesar de que en 2009 el mandatario fue galardonado con el “Nobel de la Paz”, los asesinatos selectivos de la CIA, los bombardeos con DRONES y las acciones intrusivas contra la soberanía de otros países siguen sin pausa.


Fue precisamente en este tema, que Obama baso su campaña electoral para llegar a la Casa Blanca, en medio de la indignación internacional por las aberraciones comprobadas en los campos de concentración en Iraq, Afganistán y el insólito Dungeon para musulmanes de Guantánamo, ubicado a pocos kilómetros de la Cuba “Castrista”. En este sentido allá por junio del 2007 afirmó“Vamos a cerrar Guantánamo. Vamos a restaurar el Habeas Corpus. Vamos a dar ejemplo no solo con palabras, sino con hechos. Esa es nuestra visión para el futuro”. Otra de sus promesas fue dejar de lado la política de agresión y de sometimiento a las naciones más pequeñas y con claras desventajas cuando por septiembre del 2014 aseveró “Las naciones más grandes no deberían poder intimidar a las más pequeñas” y una pléyade de promesas más que fueron rotas tan rápido llego a la Casa Blanca. Una contradicción muy acorde a la actual situación de virtual guerra fría con la Federación rusa, es aquella en la cual había prometido reducir el costo y los gastos para la defensa queriendo mostrar que buscaba la paz, incluso reduciendo el poder militar de su país. Pero, no tardo en contradecir estas promesas cuando en Julio del 2008 aseveró “Necesitamos más tropas, más helicópteros, más Drones Predator en la región de la frontera Afgana”. Incluso, sus contradicciones han llevado a desatar las incertidumbres de israelíes y palestinos ante posturas que son imposibles de reconciliar.


Para los anglófilos y partidarios de la american way estos antecedentes son cosas del pasado e incluso la visita de Obama es tan o más importante que la del Papa, dejando a la vista que todas las incongruencias y los desatinos del mandatario no cuentan al momento de meritar su importancia política.




Desde el punto de vista de la agenda de la política estadual, Obama seguramente trae más pretensiones que ofrecimientos, algo que, asombrosamente, no causa inquietudes en la Rosada. Y pese a que la visita es particularmente importante para el gobierno de Mauricio Macri, aunque cueste creerlo, la misma representa una gestión vital para los intereses de EEUU. Entre los temas en la agenda de Obama estaría el nuevo rol de la Argentina en el contexto del enfrentamiento con Rusia, China e Irán que sigue su progresivo agravamiento y con una cuenta regresiva en marcha. Con la base china en Neuquén y los inconvenientes que ello supone para las operaciones de inteligencia electrónica a cargo del Pentágono, es seguro que Obama traiga un plan especifico para contrarestar este asunto. En este sentido, una de las propuestas que traería consigo el mandatario es la de un “estrechamiento en el área militar” que bajo el rótulo de la “cooperación”, haga posible la instalación de una base aérea permanente en el sur, algo de lo cual han venido corriendo rumores extraoficiales.


Pero a nivel mediático, no se ha mencionado ni se mencionaran estos tópicos. Desde las versiones oficiales, se trata de una “agenda bilateral” en la cual Obama y Macri trataran varios temas de capital importancia para ambos países, especialmente enfocados sobre los económico y financiero; pero en la realidad, es imposible que haya una agenda similar ya que entre Argentina y los EEUU no existe una situación de paridad y menos aún de similitudes que pueda generar una conversación entre “iguales”. Por lo que, los puntos de la agenda de Washington vienen para ser entregados y puestos en macha sin ningún tipo de condiciones por el gobierno argentino.


El punto gravitante para exponer como “muy positivo” por parte del gobierno de Argentina ante la opinión pública es el económico y en especial en lo que se refiere al regreso de las inversiones privadas que “traerían capitales que reactivarían el desarrollo y el empleo”; ¿acaso no se trata de un dejavu? Y es que este argumento fue el mismo que por allá en la década de los noventas, el menemismo y en especial el ministro Domingo Felipe Cavallo puso sobre la mesa para sustentar aquellas relaciones carnales que culminaron siendo una verdadera violación.



Pero más allá de la repetida cantinela de las “inversiones privadas” y negociados que llenaran los bolsillos de los altos ladrones de la City y de los grupos concentrados –repitiendo el zaqueo de la década menemista-Obama trae consigo puntos en la agenda que son bastantes oscuros. Uno de ellos es el tema de las políticas de inteligencia y seguridad a las que Argentina deberá comenzar a implementar, como parte de los intereses de la “seguridad nacional” que Washington despliega en su “lucha contra el terrorismo” y que dicho sea de paso, ha servido para controlar los asuntos internos y a los individuos sospechosos de cada país. Los puntos que Obama trae consigo han sido elaborados por el director de la CIA John Brennan quien, además de ser responsable de las últimas acciones de su agencia en Siria, Iraq, Afganistán y Pakistán, había revelado sus conclusiones para acabar con los gobiernos progresistas de la región.


Sin dudas, ésta área del estado comenzara a trabajar con mayor dedicación y prolijidad bajo el estricto seguimiento de la “agencia”, que no permitirá irresponsabilidades y menos aún la inclusión de aficionados políticos que solo han venido aprovechando éste órgano (AFI) para sus propios intereses. En el juego que la CIA tiene montado desde hace ya quince años, no hay lugar para desprolijidades que puedan significar la filtración informativa que tanto ha venido molestando a las políticas de Washington.


En conclusión, la visita de Obama no es más que la preparación del terreno para su futuro reemplazante en la Casa Blanca, que muy seguramente –y como se ha estado viendo en la evolución política interna- será la inefable Hillary Clinton que pueden creerlo o no, a pesar de estar bajo investigación ante el “House Bengazi Committe” por sus nebulosos contactos con los asuntos sucios de la CIA en Libia, se avizora como la próxima presidente con lo cual se pronostican el agravamiento de las situaciones conflictivas y el endurecimiento de las políticas de intrusión, espionaje y control a cargo de las agencias federales alrededor del globo y claro, sobre Argentina.

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