17/9/15

“RUSIA NO DEJARA SOLA A SIRIA, ADVIRTIÓ PUTIN”


INTERNACIONAL


¿Preludio de una intervención militar rusa?

No es una discusión para cualquiera que observe la realidad contemporánea que si hay una región castigada sin pausa, es el Medio Oriente. Y no es casual que ello sea así; se trata de una región altamente estratégica y rodeada de una poderosa mística que no excluye a nadie.

Pero desde el inicio de las operaciones contra Siria –porque no quedan dudas de ello- en 2011, se han visto los esfuerzos más sangrientos y siniestros por comprometer al gobierno en supuestas acciones contra su propia población. En una combinación de actos criminales, montajes y manipulación informativa, los países de la “Alianza atlántica” (OTAN) intentaron por estos largos cuatro años, sembrar la discordia entre las comunidades que se abroquelaban pacíficamente en la sociedad siria.

Con la errada convicción de que lograrían destruir al gobierno sirio tal como lo hicieron en Libia, los planificadores de todo esto y sus respectivos planes, fueron poco a poco quedando expuestos a la vista indiscreta de la opinión pública. La intervención de investigadores y analistas independientes comenzaron torcer la tendencia de imponer una verdad mediática oficial e indiscutible que tanto había beneficiado a Washington y aliados. Fue sin dudas por estas incisivas pesquisas y lo valientes cuestionamientos que la engañosa versión occidental de lo que se desató en el norte de África en 2010, tildándolas como “movimientos revolucionarios” que mediáticamente se lo bautizó como “Primavera árabe”.

El tiempo demostró con creces que aquellas revueltas no fueron ni una primavera y menos aún de origen árabe; como en un cuento para niños, quien se disfraza de fantasma para asustar y que al pisar la sábana que lo cubre para aparentar aquel, lo mismo ocurrió con los gestores de aquellas revueltas que poco a poco, fue quedando al descubierto quiénes eran realmente los que se escondían tras el disfraz de “rebeldes”.

La dinámica que impulso la OTAN y con el vergonzoso acompañamiento de la ONU al no encontrar reparo ni obstáculos en su campaña que barrió a Libia, choco con la mala nueva de que Rusia y China no estaban dispuestas a que esos mismos planes fructificasen. Ante esto los cerebros de la OTAN no se arriesgaron a entrar a ciegas y buscaron la excusa perfecta –o al menos eso era lo que creyeron- creando un hecho a medida de la situación: la masacre de “Al Gouta” en 2013.

Sobre la base de este extraño y siniestro incidente, los estadounidenses, británicos y franceses clamaron al unísono en la sede la ONU que la culpa era de Al Assad. El episodio estuvo rodeado de tantas irregularidades, que no tardaron en ser expuestas públicamente. Estas fueron señaladas por muchos investigadores que hallaron medios alternativos con un espacio para exponer sus hipótesis, que puso en crisis la propaganda que se irradiaba costumbristamente desde los medios occidentales.

Los intentos de intervenir militarmente en Siria tratando de imitar lo causado en Libia, fracasaron no porque las fuerzas del gobierno sirio hayan demostrado ser más poderosas que las hordas entrenadas en campamentos secretos en Jordania, Turquía o Iraq, sino por la intervención de Rusia y China en el Consejo de Seguridad donde tras la proposición por parte de Gran Bretaña, Francia y EEUU de emitir una resolución que allanara el camino para entrar en la república árabe, encontró el veto de Rusia y china, no una vez, sino en tres oportunidades.

Igualmente, los planes siguieron en curso y sin la posibilidad de “legalizar” la intervención, las actividades clandestinas de las potencias extranjeras que buscan borrar del mapa a Siria han apostado fuerte para concretar sus planes en el más corto plazo, algo que se pudo ver con el crecimiento de los grupos mercenarios “pseudo-yihadistas” y la misteriosa aparición del “Islamic State of Iraq and Sham” en junio del 2014.

Es en ese sentido y tras las evaluaciones de los observadores rusos sobre el terreno, la intervención estadounidense y de su coalición no solo no ayuda a erradicar a los mercenarios sino que, está contribuyendo a agravar la situación. Sobre esto el Kremlin ha advertido sobre terminar con el juego que lleva adelante EEUU sobre la base del “doble rasero” no solo dice una cosa y hace otra sino que, juega a dos puntas sin interesarle las consecuencias sobre las poblaciones locales.

De esa manera, el apoyo de Washington a los llamados “rebeldes moderados” –que no tienen nada moderados- y a su vez, los calamitosos bombardeos que matan más civiles que combatientes, han despertado las observaciones y denuncias a nivel internacional. Ya lo había dicho el canciller ruso Sergüei Lavrov en una entrevista…”no puede haber terroristas buenos y terroristas malos”, en alusión a las enredadas justificaciones de La Casa Blanca para tratar de argumentar su intervención, tanto oficial como extraoficial, en la región.

Pero y pese a los inagotables recursos que se les proporcionan a estos grupos mercenarios, los sirios con el apoyo de sus aliados iraníes y la moderada intervención de Moscú, han logrado frenar la expansión de estos grupos que siguen recibiendo el fabuloso apoyo por parte de terceros estados regionales que cubren a los verdaderos directores de todo este siniestro teatro.

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