20/9/15

“EL PENTÁGONO AMPLIA SUS ESTRATEGIAS PARA CONTRARESTAR A RUSIA”



EN LA MIRA



Desde la caída de la URSS en 1990, Washington y sus socios de la OTAN respiraron aliviados y frotándose las manos, comenzaron el desarrollo de expansión a nivel mundial con la evidente intensión de engullirse a una parte del mundo.

Mientras desde Washington se observaba expectante como se arremolinaban las repúblicas bálticas y los países europeos comenzaban a colapsar, la OTAN llegaba tras la retirada de los asesores y jefes del “Pacto de Varsovia” que pronto dejaría de existir.

Con esta situación, la Europa oriental simplemente colapso y estados étnicamente compuestos como Checoslovaquia y Yugoslavia se descompusieron, en el primer caso sin derramamiento de sangre pero en el segundo, creando un conflicto inter étnico tan atroz que hoy sigue generando puntos de rispidez entre croatas, serbios y musulmanes bosnios.

Con la primera etapa de la guerra del Golfo en 1991, EEUU tuvo la excusa perfecta para desplegar a una fuerza militar a la región y en especial, a suelo saudita y kuwaiti, despertando la ira de los más radicales militantes islamistas. No contento con ello y de acuerdo a una larga y antigua planificación de los “Think Tank” se fue construyendo la siguiente excusa para, esta vez, apoderarse de Iraq.

Aunque el país árabe se hallaba cercado por un bloqueo marítimo y aéreo que estrangulaba su economía, la fuerza y voluntad de los iraquíes no se había disminuido y trece años después, Washington vuelve a la carga y con nuevas manipulaciones, crea la excusa para invadir a Iraq en 2003.

Por efecto de esa invasión, Iraq entro en un ciclo de violencia que no se ha detenido, desangrando a su población en una lucha brutal y sin pausa, condimentada con las cizañas inoculadas desde las sombras por los mismos invasores y sus aliados.

A partir de ese entonces y hasta mediados del 2012, el mundo no le quedó más que ver impertérrito como, simplemente EEUU inventaba situaciones conflictivas y junto a su gran aliado en las aventuras militares (Gran Bretaña), comenzaron a desplegar un nuevo conflicto que al día de hoy no se ha terminado y ciertamente es muy difícil predecir cuándo lo hará.

El medio “Foreing Policy” en un artículo de septiembre, revela que el Pentágono desarrollaba nuevos planes contra Rusia. Esto estaba impulsado por la creciente y exitosa intervención de Moscú en el conflicto sirio y por la extensión de sus fuerzas a nuevos puntos como había sido el anuncio de crear una base aérea en Bielorusia.

En realidad Washington no está desarrollando nada nuevo. La planificación de la geopolítica para Asia y el extremo oriente –implicando a Rusia y China- tiene cuando menos unos cuarenta años de planificaciones y desarrollo que se han venido volcando en el papel. En las épocas de Henry Kissinger ya se había comenzado a planificar las vías por las que había contener y de ser posibles derruir a la URSS, previendo incluso tener a China como el socio clave para ello.

Sobre esto, cabe recordar el apoyo de EEUU a Pakistán –aconsejado por Kissinger- en la guerra que se desató con la India en 1971 especialmente creada para abortar los planes de expansión de la entonces URSS aliada de Nueva Delhi. Según recuerdan algunas fuentes contemporáneas, Kissinger consideraba a los indios como una raza inferior, demostrando su vernácula prosapia del sionista medio.

Su sucesor, Zbignew Brzezinski trabajando como consejero de Seguridad Nacional del gobierno demócrata de Jimy Carter no fue menos y continuó con aquella política intriguista y de complot que fundamento los programas de inteligencia más secretos y costosos de la historia. Fueron épocas de muy buenos negocios para la industria armamentística y los contratos con el sector de la defensa; fue de la mano de éste funcionario, que para finales de la década de los setentas y comienzos de los ochentas Washington, por intermedio de la CIA, se involucró en la creación de los primeros esbozos de lo que sería “Al Qaeda” mediante el reclutamiento de combatientes árabes con la intermediación de Arabia Saudita y del la Persia del Sha.

El terrorismo ha sido una táctica empleada no solamente por organizaciones para estatales o no estatales como lo fueron la OLP, IRA, ETA entre muchos más; también había sido adoptada como un arma más en los arsenales de la inteligencia anglosajona e israelí, usándola a discreción para ciertos eventos en los que el mejor mensaje para mandar al enemigo era “aterrorizarlo”.

Claramente, “Al Qaeda” de finales de los noventas hasta la primera década del 2000 y el “ISIL” en la actualidad jugaron y juegan el papel preponderante para crear la llamada guerra contra el terror que claramente demuestra una curiosa orientación casuística que no responde a la coherencia de los objetivos que dicen buscar. Brevemente, tanto uno como otro no han atacado blancos estadounidenses o israelíes, salvo pequeños incidentes que no son nada con las aberraciones que siguen cometiendo contra los musulmanes y cristianos.

Con la creación de la llamada “Primavera árabe” que se enmarcó en una operación mediática masiva, Washington lanzaba la tercera fase de su plan por controlar y rediseñar el Medio Oriente, paso fundamental y previo para avanzar sobre Asia. En apariencias para el 2010, la Federación rusa no presentaba ninguna amenaza y China no estaba preparada para acudir en ayuda de las empresas petrolearas que estaban en el Norte de África. Para la Washington el panorama estaba despejado solo bastó presionar a la ONU para legalizar la intervención militar contra Libia.

Usando la estructura de medios y con la cooperación de medios árabes regionales, Washington esperaba que aquellas revueltas árabes presuntamente espontáneas, sería parte de la historia y se las conocerían como la “primavera árabe”.

Pero Moscú no estaba cruzado de brazos. A esta táctica desinformativa de guerra psicológica se opuso la versión de los medios rusos, en especial el de RT que comenzó a crecer en audiencia a medida que la crisis avanzaba. A esto, la reactivación de la industria militar y la reestructuración de sus FFAA continuaban a paso acelerado. En el campo diplomático Vladimir Putin expresaba sus preocupaciones por los sucesos que estaba sacudiendo a Egipto y que claramente estaban siendo incentivados desde el exterior.

Para 2011 cuando EEUU y sus aliados europeos lograron obtener una resolución de intervención contra Libia, Putin declaró que esa medida resultaba ser una resolución (la nº 1973/11) defectuosa y errónea que atentaba contra la soberanía de un estado soberano. Por su parte, China se abstiene de comentarios mientras la OTAN comienza los bombardeos sobre Libia.

Para 2012 en Siria se registraban ataques que iban creciendo en cantidad e intensidad y Rusia con su base naval en Tartus se mantenía en alerta hasta nuevo aviso. Según algunos analistas en Washington, esperaban que Moscú ordenara el desmantelamiento de la base y la salida de las unidades navales hacia Rusia. Para sorpresa de la OTAN, los rusos no se iban. Esto hizo que Turquía –aliado en los planes de Washington- dudara en involucrarse directamente desde el norte y las deliberaciones entre Washington, Londres y Paris se acrecentaron. A partir de allí comenzaría la pulseada silenciosa y sin pausa entre la diplomacia rusa y de la OTAN.

Desde mediados del 2013 con la afinación de un nuevo sistema de defensa anti misiles contra amenazas exteriores y la puesta a punto de la flota con una creciente actividad conjunta con una China más lanzada a participar en la política exterior, Rusia fue tomando fuerza no solo en el campo militar, sino también en el campo de la geopolítica y la diplomacia llegando a restaurar el peso propio de sus posturas ante el concierto mundial. Y no solo las palabras bastaron para ello; con varios y muy significativos incidentes entre los avanzados aviones de combate rusos y la flota estadounidense desplegada en el Mediterráneo y el Mar Negro, Moscú probaba que a las palabras tenían con que respaldarlas.

La situación de Ucrania desde el 2014 y la frustración de los planes de la OTAN sobre Crimea, causó revuelo y mucha rabia entre los estrategas estadounidenses que además de ver como la farsa de la “revolución del Maidan” no concretaba los planes de instaurar una base en la entrada a la Federación rusa, no lograba establecer un gobierno títere estable. A la par de esto, los avances de la marina rusa en el desarrollo de nuevos y más eficaces misiles navales, ponían a raya a los buques de la OTAN que pretendían intimidar a la Federación.

Con la innegable influencia de Moscú y Beijín en el asunto de Siria por frenar las iniciativas belicistas de Washington en el Consejo de Seguridad, llevó a que se incrementaran las tácticas sucias y no convencionales disfrazadas bajo el telón negro del “Islamic State”.

En resumen, lo que más preocupa a Washington y sus aliados es la implementación de la política de multipolaridad en las relaciones internacionales, incentivando al rechazo de la unilateralidad estadounidense y el desarrollo independiente de los países, algo que –siguiendo a lo propuesto por Chávez- es fomentado por Rusia y esta prendiendo peligrosamente en varias regiones del mundo en especial, en Latinoamérica.

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