19/9/15

“EL FRACASO DE LA OPERACIÓN BRAVO TWO ZERO Y DEL SBS AL ESTE DEL TOK”


VETERANOS DE AYER


La historia real detrás de las operaciones británicas del SAS y el SBS en territorio iraquí y la defección ante sus colegas Fedayín

Hemos visto que varios episodios de la guerra del Golfo Pérsico, o fueron adulterados o simplemente fueron ocultados con la ilusión de que se perdieran en la noche de los tiempos; después de todo, los que habían impulsado esta estrategia habían logrado su propósito que era, poner las primeras bases estadounidenses en la Península arábiga.

No faltaron las historias muy bien editadas y acomodadas a las “triunfantes” circunstancias para maquillar lo mejor posible, lo que en realidad había ocurrido en aquellas calurosas jornadas en el TOK.

Para cuando la Coalición el 16 de enero de 1991 desató el infierno con la operación “Tormenta del Desierto”, los iraquíes menos quedarse agachados viendo venir los proyectiles que lanzaban los buques, aviones y artillería en tierra, pusieron manos a la obra para distraer y confundir a los agresores que mostraban su poder sin limitaciones ni misericordia. Ante esto Saddam Hussein cumplía con su amenaza y golpeaba a Arabia Saudita e Israel mediante diversas variantes de misiles de largo alcance SS-SCUD, sembrando el pavor entre los que hasta hacía una semana apostaban a que “los iraquíes no se atreverán a cumplir con sus amenazas”.

Pese a la férrea censura militar de la Coalición y de sus colegas israelíes, los misiles SCUD causaron serios y puntuales estragos en territorio israelí y de Arabia Saudí, lo que llevó a que Tel Aviv estrechara la seguridad interna ante las sospechas sobre una posible marcación de blancos por parte de elementos pertenecientes a facciones palestinas aliadas a Iraq.

La aviación de la Coalición era muy buena para arrasar presuntos blancos en terreno abierto pero no lograba degradar la capacidad de contraataque de Iraq. Toneladas de bombas y misiles caían en las ciudades y pueblos, pero los misiles iraquíes seguían saliendo sin pausa. Como un árbol de navidad, las defensas iraquíes prendían y apagaban sus defensas antiaéreas que se confundían con falsas señales de maquetas que simulaban equipos desplegados sobre el terreno. La inteligencia de la Coalición no lograba desentrañar este dilema y comenzaron a barajar las opciones para tratar de cortar con este flujo de misiles que podrían llevar a que Tel Aviv se viera provocada a intervenir oficialmente.

A la postre de esto, el alto mando no quería reconocer algunos informes que daban cuenta que varias toneladas de sus bombas estaban siendo desperdiciadas en “Dumies” y maquetas de madera y hojalata que simulaban entre otras cosas, las tan ambicionadas lanzaderas de misiles SCUD. Se hacía necesario utilizar equipos tácticos que operaran en el terreno tras las líneas enemigas. Tras una breve pero concienzuda selección, se dejó la tarea a los equipos del SAS y el SBS de la Real Armada Británica para que concretaran operaciones de búsqueda y destrucción de lanzaderas en lo profundo del territorio iraquí.

Los Servicios Aéreos Especiales (Service Air Special) son una fuerza de elite británica bajo el mando de la RAF y tuvo entre otras experiencias nada más ni nada menos que en la guerra de Malvinas especialmente, en la llamada “Operación Mikado” –de la cual será tema de otro artículo-. Sus colegas de la Real Navy son los llamados Servicio de Botes Especiales (Special Boat Service) también con rango de fuerzas especiales, fueron parte en el conflicto del Atlántico sur en 1982.

Según la historia oficial presentada por los documentos de la Coalición y los respectivos ministerios de defensa de ambos países, las tareas encomendadas en éste nuevo conflicto fueron exitosas. Pero nuevamente y por efecto –obviamente desagradable- de revelados documentos de lo que fueron las ex fuerzas armadas e inteligencia de Saddam Hussein, se documentan versiones muy disimiles a las que oficialmente habían venido siendo utilizadas para “Best sellers” y películas de Hoolywood.

Para dar un somero enfoque de cuál ha sido el volumen de la información saqueada del cuarteles del entonces ministerio de inteligencia y de información en Bagdad, se habla de más de un millón doscientos mil (aproximadamente) documentos de todo tipo que formaron parte del patrimonio robado tras la invasión en 2003. En dos cuerpos de esos documentos aparece la descripción del incidente como “Al hash Al Q´aim 7839-024/1”.

Según la versión oficial, se le encomendó al SAS que se infiltrara en territorio iraquí para destruir las lanzaderas de misiles SS-SCUD que estaban causando muchos dolores de cabeza tanto con los saudíes como con sus aliados israelíes. A como fuera, se debían acallar esos misiles y tratar de derruir la capacidad ofensiva de Iraq. El diseño de la operación estuvo a cargo del Real Comando de operaciones y delegado al legendario Dan Mitchell que con siete hombres deberían ingresar por el oeste de Iraq y adentrarse en lo que se llamo “el Boulevard Scud”. Como apoyo estuvieron cubiertos por una Unidad inteligencia del “US SOF” quienes presuntamente guiarían a los británicos por el terreno hostil.

Por otra parte, al SBS se le encargo la misión de cortar los cables de fibra óptica que entraban por el mar y que alimentaban la energía eléctrica y las comunicaciones en Iraq.

Con este panorama, podíamos ver que el SAS operaría por el noroeste junto con los estadounidenses y el SBS desde el sureste, tratando de hacer colapsar el sistema defensivo iraquí. En el papel el desarrollo de la operación mostraba un alto grado de posibilidades de éxito sin que –en teoría- pudieran aparecer obstáculos en el camino.

El 23 de enero en horas de la madrugada embarca el grupo de Mitchell y a bordo de dos helicópteros Chinook cruzan la frontera de Iraq y se internan en la región de Al Anbar. En apariencias todo marchaba sobre ruedas y estaban muy próximos al objetivo que había sido señalado por sus colegas norteamericanos. Entre tanto y en las costas de la península de Fao y en las aguas próximas del puerto de Basora, los SBS se preparaban para cortar los cables submarinos que conectaban a Iraq con el exterior. Otro grupo del SBS se infiltraría desde allí hasta cuarenta kilómetros de la periferia de Bagdad con el mismo propósito.

Entre tanto, el grupo del SAS llega al punto de marcación y según la versión oficial, fueron detectados por los iraquíes y comenzaron a recibir fuego pesado que obligo a la retirada inmediata de los aparatos con rumbo al sector controlado por los norteamericanos en una ruta que los guiaría a una salida por el sur de la localidad fronteriza de “Al Q´aim” hacia Siria. Según esta versión, uno de los Chinook cae a tierra por las averías causadas por el fuego enemigo muriendo tres hombres del equipo, el otro trata de revisar la situación y debe aterrizar de emergencia por haber sido averiado uno de sus rotores. Resultado: Cuatro SAS capturados y uno fugado.

En el otro extremo, las operaciones del SBS fueron reportadas como exitosas, logrando volar los cables que ingresaban por el mar. En cuanto a sus compañeros enviados a volar los tendidos subterráneos de las subestaciones al sur de Bagdad, se reportó como misión exitosa con solo una baja por accidente.

Pero, las versiones que surgen de los documentos de la inteligencia iraquí no solo revelan una secuencia de hechos muy diferente sino que las circunstancias que los rodearon, fueron completamente maquillados.

Sobre el fracaso de la operación en el noroeste por parte del SAS, la versión revela una circunstancialidad truculenta. Según el documento que se encabeza como “reporte al Comandante general” fechado el 25 de enero, Bagdad, se reportó el ingreso de una fuerza hostil y pequeña compuesta por cuatro aparatos que tomaba rumbo a “Al Haditah”. Continua describiendo, que “inteligencia detectó a las 2001hs, el cruce y avance a baja altura sin luces, dos Chinook sin marcas y dos “Cobra”.

Posible incursión de US Rangers. A las 2029hs, inteligencia beduina reporta (pastores que trabajaban para Bagdad) el paso a baja altura de los helicópteros con rumbo noroeste”. A las 2044hs, inteligencia apostada a 20 millas al oeste de “Al Rutba” reporta avistamiento de los aparatos en maniobras de “landing” sobre el sureste de la marcación”.

El informe detalla contacto con una patrulla de la Guardia Republicana al suroeste que desato una batalla a la que se unió una brigada Popular del “Fedayin” compuesta por cuatro vehículos artillados bien cubiertos en las arenas del desierto. El informe culmina detallando: “Dos vehículos propios perdidos, ocho hombres de la GR y seis de los “Fedayin” muertos. Las bajas infieles: Un helicóptero “AH-1 Cobra” y dos “Chinook” derribados y dos vehículos Land Rovers bien armados incinerados. Cinco hombres británicos muertos, seis heridos capturados trasladados para interrogación”.

A pesar de que hubieron varias historias rimbombantes que terminaron en libros y películas, en especial por británicos como el SAS Andy Mcnab quien según su versión, logró escapar de aquella situación, quedo bien en claro que este grupo especial no lograron encontrar y menos aún destruir las unidades SCUD.

Sobre la operación que llevaron a cabo los SBS que quiso volar cables subterráneos cerca de “Radwaniyah” al sur de la capital, fue concretada parcialmente ya que fueron detectados y rechazados por fuerzas iraquíes que patrullaban el área. Según la versión de la Coalición, los comandos SBS lograron llegar hasta los cables que se entroncaban en las subestaciones de derivación que conectaban Bagdad y colocar los explosivos. Al salir a bordo de un “Chinook” tuvieron intercambio de fuego sin consecuencias. Se logró volar las conexiones y salir exitosamente. Según un documento de la ex inteligencia iraquí fechado el 26 de enero y membretado como SECRETO, reportó el incidente como un intento fallido por cortar la energía y las comunicaciones del centro sur de Bagdad y en el cual los combatientes de la región sur lograron abatir un aparato de transporte de la Royal Navy.

Sobre esta operación, los hechos demostraron que a pesar de haberse reportado la voladura de una conexión subterránea que conectaba Bagdad, Nasiriya y Basora, la electricidad solo se corto por dos horas y las comunicaciones telefónicas militares entre las unidades de combate y su respectivo comando y control no se vieron tan afectadas como informaban los reportes de la Coalición.

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